Puentes
El chulesco sol de primavera ha barrido el frío gris y la humedad de estos días en que la oscuridad hacía juego con el estado de ánimo. La comarca se ha vestido con los colores de marzo aunque los frentes de borrascas vienen al contraataque. El agua, en franca retirada otra vez, ha llenado los ríos con un caudal alegre que trota y cabalga el lecho de rocas en su escapada al mar. En mi rutina sabatina me he acercado al café Ronda para practicar un par de horas el inglés. De vuelta al pueblo he visto una mujer joven que intentaba cruzar el vado, bajo la carretera nacional, que lo separa de la ciudad. Estaba repleto de un agua fangosa y turbia que no dejaba ver el fondo. Como no se veía la profundidad yo mismo estaba dudando si pasar con el coche o dar un rodeo. Al ver que una furgoneta se ha atrevido y ha pasado sin problemas, he hecho lo propio invitando con un gesto a la mujer a pasar al otro lado. Algo avergonzada y recelosa se ha subido. Le he preguntado y ha preferido apear...