Simón el estilita
Miles de coches, motocicletas, los autobuses urbanos y ultimamente bicicletas confluyen en la que, tal vez, es la plaza más concurrida de Gandía. Una fuente lanza un geiser burbujeante día y noche en el mismo centro de una glorieta con cesped, siempre inaccesible entre tanto bólido. En una de las cuatro manzanas que la rodean haya una oficina de La Caixa, siempre con clientes entrando y saliendo atentos a sus finanzas. En la siguiente hay ahora mismo un bajo en plena reforma. Es cruzar un pequeño paso cebra y se alcanza la cafeteríaTutikedu bajo la que fue llamada durante mucho tiempo la finca de la Firestone. La terraza de este bar suele estar tomada por lo que parecen ser rumanos o búlgaros. Apoltronados en sus sillas, robustos como armarios ellos y con coquetería algo barroca ellas, le dan un sabor particular a esa esquina. Yo diría que tienen un cierto aire mafioso no tanto por su nacionalidad como por su estilo de vestir y de moverse. Tal vez sean solo mis prejuicios. Ya e...