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dissabte, 9 de febrer del 2013

Rafael Alvarez: THE WIRE, TODA LA VERDAD - PLACER DEL MÁS GUARRO

Comer con lo dedos. Primeros tragos de cerveza fría. Que las maletas salgan las primeras en la banda del aeropuerto. Pies descalzos en agua limpia de la playa. Ropa limpia, seca y calentita cuando vienes de la calle hasta arriba de lluvia fría, violenta e inesperada. Tocarte la cara tras afeitarte y no notar una sola raspada. Un gol al Madrid, o mejor, uno tras otro. Que los niños se acaben todo el plato y digan que qué bueno estaba todo. Comer como un general por cuatro duros. Pasta al dente. Gente puntual. Reuniones que acaban cuando toca. Libros con capítulos bien distribuidos. Comentarios elogiosos en el blog, Estadísticas que se elevan en una erección sin límites. Rajoy colgando de un árbol, boca abajo. La CUP, primera fuerza política. Ver un día a todo el universo blogger privado alrededor de una mesa, y que todos tengamos exactamente el aspecto agradable y familiar que nos hemos ido imaginando. Discutir con un café y una copa que emborracha lo justo sobre los distintos matices de las cosa que nos gustan. Que Jamie XX publique muchas sesiones. Que la música esté al volumen justo en que puedes hacerle caso y sumirte en ella pero no te enajenas de su alrededor. Brisa de mar en medio de la montaña. Paisaje nevado, sol resplandeciente y ver nacer un riachuelo. Valles a mis pies, montañas a las que subir a pie y tan ricamente. Coches que trazan curvas con elegancia y precisión. Acostarse entre las 11 y media y las 12 y abrir algo los ojos como notando que ya te duermes. Que la funda protectora del sofá ajuste. Que los discos que has pensado escuchar estén a mano.Que el Emule funcione a toda leche. Librerías llenas de libros de autores fascinantes y que tengan música de fondo de Miles Davis conscientes de que es Miles Davis y no lamúsicaqueeljefenoshaceponerparaquelosclientescompren.
Aquí empezarían todos los detalles escabrosos del placer relacionado con el sexo que por pudor y porque a veces mis hijos me leen no voy a desvelar pero que aclaro que incluyen consentimiento adulto .........................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................................
Que La Principal de los Libros me envíe amablemente un ejemplar de este libro y, sea, en el universo tendente al mínimo de los que nos enteramos bien de todo, uno de esos seres envidiados.

dimecres, 7 de març del 2012

CAMBIAR PARA SER IGUAL

Qué sensación más familiar. Tener algo en las manos que se va y no saber como recuperarlo. Seamos más mundanos : conseguir hacer una rabona con la PS3, y no saber qué mierda de combinación de teclas te ha permitido hacerlo. Probarlo y probarlo y no hay manera. Por qué me salió y ahora se me escapa. Forzar las cosas: la garantía de que todo saldrá mal.
Si pensó cosas parecidas David Simon o no, es algo que ignoro. Pues parece un tío que lo tiene todo muy calculado, tanto que parece que no, que le da papeles a pequeños traficantes o a músicos de verdad, que los deja delante de la cámara sin otra instrucción que un biyaselfman, que no les obliga entonces a memorizar frases de guión. Y que edita lo mínimo lo que sale, pues es oro puro casi todo.
Pero algo tuvo que reflexionar cuando en ese lapso entre el final de la quinta temporada de The Wire y el primer capítulo de Treme, las fuerzas telúricas (no todas, las más insistentes) decidieron al unísono que era el responsable de una de las mejores series jamás vista. Cosa que debió alegrarle pero también le abrumó. Porque no hay la misma distancia entre las tres partes del Padrino. Porque tan profunda había sido su disección de los entresijos de una ciudad sacudida por la desglobalización y los bajos intereses que de escarbar más ahí solo sacaría migas. David Simon dejó a Baltimore seca. 
Lucia Micarelli : violinista antes que actriz
Entonces Treme tenía que partir casi de cero. Para no hacerla esclava de comparaciones. Para que no fuera el hermano pequeño en una casa donde el mayor es ejemplo en todo. Ni sé por qué se fijó en Nueva Orléans ni me importa. Puestos a fijarse en  grandes desgracias que han golpeado a la humanidad, el menú es extenso y se amplía cada día. Quizás más adelante pudiera pensar en que lo de Fukushima hubiera sido más dramático: ese tiempo real de la lengua de mar engullendo casas, hará pronto un año. Pero no. Fue Nueva Orléans. El lugar donde Simon nos ha llevado huyendo en toda forma posible de repetición de esquemas. Sólo la presencia de algunos actores remite a The Wire. Vagamente otras cosas pueden recordarlas. Las tomas en clave casi documental. Cierto espíritu en los títulos de crédito. La desazón de los funcionarios que no dan abasto. Las casas abandonadas de los barrios inundados, que pueden recordar a las que usaba Scoop y su socio para esconder los cadáveres. Personajes que te caen bién o mal pero no te dejan indiferente. En Treme no hay malos y buenos, de momento. Ni siquiera hay ese juego de pieles de cebolla de dimensiones de la ética, donde en The Wire pensabas que D'Angelo Barksdale no parecía ser tan mal tío, pero luego lo pensabas de Avon Barksdale, de Stringer Bell, y ni Marlo, la frialdad más absoluta, te acababa de parecer un malvado, por el entorno en que estaba. Y menudos cuatro he nombrado.
Para nuestra desgracia, dudo que en Treme nos encontremos con un nuevo Omar Little. Ahora bien, quién no palidecería al lado de Omar Little.
En Treme,muchos de los personajes están como arrepentidos de obedecer ciertos instintos primarios, ciertas de sus condiciones. Antoine, de usar el trombón en exceso (...), el escritor Creighton Bernette, de volverse loco cuando comprueba que su poder de convocatoria en Youtube ha sepultado, para su privado regocijo, al novelista comprometido con plazos y editores. Annie, de querer la música por encima de todo. Davis, de pensar que es un bohemian bourgeois. El Gran Jefe, de ser un referente entre los suyos. LaDonna, de ser rica a su pesar. No sé si la figura de este arrepentimiento tiene su equivalente en antiguas tragedias griegas o grandes clásicos de la literatura contemporánea. El entusiasmo por The Wire acarreó esas cosas: alguno se puso un pelo filosófico, y escribió ensayos algo pesaditos, bastante cargantes para ser más claro, donde emparentaba la serie con toda serie de cosas muy serias y de referencias muy intrincados. Cuando por aquí somos más prosaicos, por no decir patanes. Treme: relájate y disfruta.


dilluns, 13 de febrer del 2012

ATENAS Y ALBURQUERQUE

Llego tarde pero merezco disculpas. No todas las excelentes series son comprendidas a la primera. Igual que 20 o incluso 100 páginas iniciales de grandes libros cuestan ser superadas y sólo cobran sentido, a veces, por hechos que ocurren a partir de la página 400. Breaking Bad no es una serie nada sencilla. Su arranque en el primer capítulo, con un aparentemente incomprensible flash-back, un hombre de mediana edad en calzoncillos en medio del desierto, es lo más alejado del glamour que uno pueda concebir. Como una antítesis de los barrios bienestantes de series como Mujeres desesperadas. Pero, repito, cobra sentido. Ese tono amarillento, esa sobreexposición solar excesiva del desierto de Alburquerque, Nuevo México, que me recuerda las escenas mexicanas de la excelente Traffic de Sondenbergh (aquellas iluminadas por la presencia de Benicio del Toro), y también algunas escenas de Kill Bill, que recibe un tributo más adelante, en lo que podríamos llamar el capítulo de la mosca.
El hombre de la foto, ante el espejo, rapado, envejecido, con sus medicamentos preparados, es Walter White. Químico que consume sus días entre anodinas clases a estudiantes desinteresados y un trabajo extra en un túnel de lavado de coches. Hasta que un día un médico le hace iniciar una cuenta atrás en su tiempo de vida. Repasa sus finanzas y, para cuadrar la posibilidad de dejar la vida arreglada a su familia, toma la decisión de usar sus conocimientos en química para sintetizar drogas. De una pureza que las convierte en la bomba. Contacta con amistades peligrosas, entra en el arriesgado círculo de traficantes y gente de la peor calaña. Lo hace todo con la mejor de las intenciones, pero las cosas se irán complicando. Los surcos de su cara dejan de ser de madurez y pasan a ser de astucia. Una astucia torpe, pero una astucia que le permite seguir adelante.
Repito: Breaking bad no es sencilla ni, seguramente agradable. Para delicia de los estudiosos más profundos, quizás su personaje busque la redención, quizás huya del laberinto sin salida que una curación le procuraría. Quiere cuadrar plazos y cantidades. Morir justo cuando tenga el dinero que necesita, dejarlo todo limpio y claro. Posiblemente esos críticos que aúllan ante la excelencia de dos series que son casi literarias, The Sopranos y The Wire, estén algo desorientados buscando referencias en un personaje tan contradictorio como White, buscando la composición exacta de héroe y villano, pues existe el momento, sencillo de determinar, donde White cruza la línea, donde atraviesa con funambulismo circense la barrera de la buena persona. Pasa al otro lado, mira atrás y querría volver, pues eso supondría  recuperar su estampa familiar. Pero el mal está hecho y empieza a pagar por él.

El mismo tono ardiente y amarillento del desierto de Nuevo México lo desprende esta fotografía. El pie decía que era el ayuntamiento de Atenas, que ardió ayer en medio de durísimos incidentes. También ardieron: la central de un banco (oportunamente llamado Alphabank), un Starbucks, un cine de esos céntricos y antiguos que en Barcelona sólo hacían arder las inmobiliarias. Declaro que no sé decir que pienso cuando veo ésto. Que no sé, pero me suena que sí, son griegas palabras como catarsis o némesis o apocalipsis. Que me extrañaría que ese cruce a la maldad tenga marcha atrás. Que tampoco sé si es un cruce a la maldad. Bastille, Bastille, Bastille.



dimecres, 23 de novembre del 2011

LA REIVINDICACION

Oigo en la radio comentarios sobre desmarques. Los de los jugadores de fútbol, aclaro. Pero hoy, que adivino una cierta fase de reincorporación a la normalidad (por lo menos creo entro en el carril de aceleración), me enredo absurdamente en ver opciones de la BB y acabo descubriendo la que te permite cambiar el tipo de letra. Pues llevo toda la vida (toda = los veinte meses que uso BB) con la letra que viene de origen con el cacharrito. Escojo el tipo de letra arial. Que es un tipo que está más visto que el TBO (expresión anacrónica donde las haya: estoy seguro de que no existe el TBO). Pero que me doy cuenta de que nadie apenas lleva. Entonces eligiendo esa opción me siento un individuo y escribo este post en la BB la mar de contento, a la par que oigo recomendar en la radio The Big Bang Theory. Otra serie que camina hacia el gusto mayoritario (surfeando entre corrección polìtica y transgresión suave). Lo mismo que Breaking bad. Voy a acabar desolado porque los elementos de mi particularísima iconografìa se vayan incorporando a la más mayoritaria? Descubro cosas diferentes para recomendarlas? Me escabullo del defensa que me marca? Espero a un hecho cumbre, al pase al hueco del centrocampista? (como se cuela en el subconsciente el partidazo de Xavi que acabo de ver). O al justo momento en que, tras ser recordada su magnificencia cada vez que se habla de series de TV en cualquier medio mínimamente fiable, The Wire ya sea vista por toda la gente que "tiene que verla porque todo el mundo habla bien de ella". Inciso: también un escritor mayoritario (y respetable) como Eduardo Mendoza menciona (elogiosamente) The Wire (y The Sopranos, y Deadwood).

dimecres, 26 d’octubre del 2011

UNA SEÑAL NO ES SUFICIENTE

Al cabo de una media hora, pensé : Nadie me paga por esto. 
Luego dejé el libro sobre una mesa, y mi primera intención era, como algunas veces, concederle una segunda oportunidad. De hecho es la segunda oportunidad para Oé. De hecho, De Lillo va a contar con tres oportunidades pues Ruido de fondo anda por ahí, esperando que supere esta pequeña crisis que me induce a buscar libros de no más allá de 200 páginas, libros que, con un par, me propongo despachar de una sola sentada.


Pero no sé si Oé contará con tanta benevolencia. Algo se debe perder en la traducción desde el japonés, algo que sobrevive mejor en los libros de Murakami, que conservan cierta poética ajena a las palabras y los sonidos. El caso es que salí indemne de la dureza de La presa, que me dejó frío, y no he podido superar apenas 70 páginas de Una cuestión personal, alcanzado el momento en que he tenido suficiente sordidez. Ello no significaría que se trate de un mal libro. Simplemente que no alcanzaba a ver el punto donde tanto retorcimiento, y tan insano, quedaban equilibrados, y justificaban atravesar ese via crucis sin la suficiente dosis compensatoria de buena literatura. Eso sí es una cuestión personal. Al igual que no soporto el death metal, pues no puedo con mis tímpanos, la claustrofobia de la trama de Una cuestión personal no encuentra sentidos en mí que la valoren. Y su final acomodaticio, menos. El libro de Oé acabó en mi mesa a consecuencia de una especie de triple coincidencia, paseándome por la sección de la biblioteca donde están los autores por N, por O, y por P.
Oé, Kanzaburo y cerca de él, Pàmies, Sergi. Aquí no hay traductor al que disculpar, pues leí el libro en catalán, idioma en el que fue escrito. Ya me había arrepentido de considerar a Pàmies un émulo de Quim Monzó, pero Si menges una llimona sense fer ganyotes no pone mucho de su parte para contradecirme. Demasiada cotidaneidad, demasiados personajes anónimos, demasiada salida socorrida hacia perversiones o desviaciones ligeramente salidas de tono. Pàmies es uno de esos buenos escritores de artículos en prensa, y su narrativa corta es efectiva, pero no alcanza a Monzó, y me da algo de pena decirlo, pues parece un buen tío. De hecho parecería mejor tío que Monzó, pero la literatura no es cosa de buenos tíos, a veces es cosa de huraños señores malcarados que abren la puerta de su casa en batín y con el ceño fruncido desde hace semanas. 
La N en esta extraña elección la aportó una autora belga nacida en Japón, Amélie Nothomb. Ya sabéis que intento encontrar una autora femenina que integrar a este universo. Es una especie de estrambótica compensación a tanto macho correteando siempre por este blog. No sé si Nothomb será la primera en contar con este honor. La casualidad quiso que el libro de Oé pasase en Japón, al igual que el de Nothomb, y encima, que  la traducción de éste fuese, mira tú, de Sergi Pàmies. Todo casual. Lo que hubiese dicho en otros tiempos de esta señal. En cualquier caso el de Nothomb va a ser el único de estos libros que me decida a acabar, pues cuenta con los suficientes méritos, a pesar de que hay detalles que andan sobrándome. Pocas cosas son perfectas, y creo que he encontrado la mayoría de ellas. Pero donde no superé ni 20 hojas de Lorrie Moore, Nothomb ha conseguido, con sus defectos y su estilo algo acursilado (lo que otros llaman delicioso), que supere manías y vaya adelante.
Por cierto, más. Justo de hace unos días. El mito crece.
http://www.jotdown.es/2011/10/imprescindibles-the-wire/


dilluns, 19 de setembre del 2011

PARARSE A PENSAR


Honestamente, había cedido la palabra a 6Q para expresarse sobre The Wire, aunque le faltaba la quinta temporada, en la que, seguro (pues es un hombre de palabra más fiable que la mía) anda metido. Si no me lo he ganado con Bolaño o con Kapuscinski o con cualquiera otra de mis filias declaradas, con The Wire el calificativo de pesado insistente va a caer por sí solo. Pero es una cuestión, ya lo dije algún día no muy lejano, de esta manía mía de intentar que la justicia impere en el planeta. No le llaméis fanatismo, no es una duda que necesito compensar con fuerza para convencerme a mí y a los demás. Aquí no hacen falta los palmeros, aunque nos guste cierto tipo de rumba. Si alguien dice que he recomendado una basura, ahí abajo está la opción de los comentarios. Son bienvenidos aunque duelan en el mismo centro del alma. 
Pero volvamos a The Wire. Serie que fue muy ignorada en los Emmy en los años 2002 a 2008 en que se emitió. Normal dada su escasa vocación mayoritaria. Respeto los resultados de esos premios (los de este año han sido entregados esta noche y no puedo quejarme pues han coincidido algo con ciertas predicciones), pero no son la biblia que uno tiene que seguir, mucho menos a costa de olvidar a lo demás.
Hoy, en páginas de opinión, muy cerca del editorial y del artículo del director, Xavier Antich firma en LV un auténtico panegírico sobre The Wire. No alcanzo a recordar cuando un periódico de este alcance (que a pesar de algún leve disgusto sigue pareciéndome de lo más decente que puede encontrarse en los kioscos) ha tomado partido en páginas tan importantes (normalmente destinadas a opiniones de alto calado en lo político, lo social y lo económico) por algo a priori tan frívolo como una serie de TV. No es la primera vez, ya lo sabéis, que escritores de prestigio la mencionan, desde puras opiniones de gusto entusiasta a más profundos análisis detallando su condición paraliteraria. Naturalmente esto me satisface hasta la médula, pues no puedo dejar de recordar esos momentos de fascinación a medida que la fui descubriendo, a costa (cuánta razón tiene 6Q) de romper con ciertos esquemas preestablecidos en generaciones de series de corte policíaco: no siempre hay tiros, no siempre pasan cosas, muchas veces parece que no pasa nada. Cada pieza cuenta, todas acaban encajando. Yo sé que este es un jardín que ya he regado muchas veces y no siempre ha dado sus frutos. Sé que es cruda, sé que para nuestros ojos de raza blanca cuesta al principio distinguir entre tanto nigga perteneciente a algún gang. Pero el esfuerzo, que no es poco, merece la pena. Y desde que ese romance se consolide, nunca podréis evitar poneros a pensar, con un cierto mohín de preocupación, cuando oigáis esta música.

dimecres, 22 de juny del 2011

EL VALS DE LOS MILLONARIOS

Como si de un reflejo de la realidad ( esa que supera a cualquier ficción) se tratase, Juego de tronos no acaba de generarme ese estado de vigilia que otras series, teóricamente más modestas tanto en medios como en planteamientos, sí consigue. No me pierdo un minuto de The Big Bang Theory, de una aparente ligereza, pero no tanto, o de Entourage (que ya tiene programado su final, justo en la cúspide, cuando hay que hacerlo). Pero la fantasía medieval de Juego de tronos no me convence con la firmeza, por ejemplo, de la realidad de las acampadas.
Supongo que las personas nos acercamos a los productos culturales merced a unos ganchos iniciales. Me gusta el autor, me gusta el director, me gusta la temática. Una vez allí vemos si los aspectos más profundos confirman nuestra elección: la trama, los personajes, el ritmo narrativo. La trama tiene que ser creíble y coherente, dentro de una originalidad, los personajes deben atraernos, incluso fascinarnos, por su bondad o su maldad o su coherencia o su ambigüedad o su fortaleza o su fragilidad. Y todo debe tener su tempo adecuado, tolerando lo superfluo, justo como mero contrapeso de lo importante. Nada de eso falla en Juego de Tronos (aunque la Edad Media no sería la preferida de las épocas de este muy contemporaneo ser que os escribe). Pero en su conjunto, y en la fria e impecable perfección de su puesta en escena, esa suma de factores no genera el resultado lógico. Pasa como con Boardwalk Empire, que me encantaba a medida que la veía, pero que no echo particularmente de menos. Cuando den la segunda tenporada la veré y puede que manifieste cierto entusiasmo, pero no creo que roce esa excitación pseudoadolescente que me aportan otras.
Es lo que ocurre cuando uno ha visto las dos mejores series de la historia (no debería hacer falta repetirlas, pero por si queda un astronauta: The Wire y The Sopranos), que todas las demás palidecen en comparación. Aprovecho para recordar al enorme frente de escépticos y/o perezosos que el canal TNT va a programar The Wire enterita este verano. 

EL VALS DELS MILIONARIS

Com si d'un reflex de la realitat (la que supera qualsevol ficció) es tractés, Joc de trons no acaba de generar aquest estat de vigília que altres sèries, teòricament més modestes tant en mitjans com en plantejaments, si aconsegueix. No em perdo un minut de The Big Bang Theory, d'una aparent lleugeresa, però no tant, o de Entourage (que ja té programat el seu final, just a la cúspide, quan cal fer-ho). Però la fantasia medieval de Joc de trons no em convenç amb la fermesa, per exemple, de la realitat de les acampades. 
Suposo que les persones ens acostem als productes culturals gràcies a uns ganxos inicials. M'agrada l'autor, m'agrada el director, m'agrada la temàtica. Un cop allà veiem si els aspectes més profunds confirmen la nostra elecció: la trama, els personatges, el ritme narratiu. La trama ha de ser creïble i coherent, dins d'una originalitat, els personatges han atraure'ns, fins i tot fascinar, per la seva bondat o la seva maldat o la seva coherència o la seva ambigüitat o la seva fortalesa o la seva fragilitat. I tot ha de tenir el seu tempo adequat, tolerant el superflu, just com a mer contrapès de l'important.Res d'això falla en Joc de Trons (encara que l'edat mitjana no seria la preferida de les èpoques d'aquest molt contemporani ésser que us escriu). Però en conjunt, i en la freda i impecable perfecció de la seva posada en escena, aquesta suma de factors no genera el resultat lògic. Passa com amb Boardwalk Empire, que m'encantava a mesura que la veia, però que no trobo particularment a faltar. Quan donin la segona temporada la veuré i potser manifesti cert entusiasme, però no crec que fregui aquesta excitació pseudoadolescent que m'aporten altres. 
És el que passa quan un ha vist les dues millors sèries de la història (no hauria de fer falta repetir-les, però per si queda un astronauta: The Wire i The Sopranos), que totes les altres perden en comparació. Aprofito per recordar l'enorme multitud d'escèptics i / o mandrosos que el canal TNT va a programar The Wire sencera aquest estiu.

dimecres, 30 de març del 2011

HOMBRES QUE SE PASEAN

No iba a serlo, pero acaba siendo una trilogía aunque sea en sus titulos. Y ese es toda la argamasa que puede cohesionar estas tres entregas, y por primera y última vez los relacionaré seguidos, a ver si por una broma del destino, verlas ahí me envía una racha de inspiración (o a mí, o a alguien)

Brechas que se cierran, cejas que se arquean, hombres que se pasean.

Por esa personal forma de ser mía (que seguro que comparto con mucha gente), empecé a buscar hacia atrás y hacia adelante todas las causas y consecuencias de una maravilla como The Wire. No es tan raro : compras un libro, te gusta, escarbas la obra del autor (lo que hago compulsivamente con Kapuscinski). Lo mismo con la música, siempre te vas hacia atrás en la obra de un artista hasta encontrar ese a veces muy ingenuo y muy precario primer disco, en el que apenas apuntaba indicios de su talento, pero esos indicios aún no eran rayos deslumbrantes sino meros y timidos reflejos. Así que me decidí a bajar The Corner, en versión subtitulada, obra primigenia del tándem productor y, según muchas fuentes, precursora de ciertas de las tramas de The Wire. A pesar de estar bregado en la visión de películas francamente crudas en el tratamiento de las drogas, debo reconocer que The Corner me ha resultado excesivamente impactante, quizás justo lo que sus autores deseaban : mostrar los adictos, su desesperación, su ansiedad, su progresiva decrepitud y dejación. Puede que me impresionara tanto como un documental que hace más de 30 años, y puede que con Franco recién muerto o incluso vivo, ví sobre las drogas. Todo era muy turbio, muy sórdido, muy insano. Retuve esa sensación, y recordé esa frase de Albert Camus que tengo presente, no por haber leído a Camus, que puede que un día lo haga, si no porque figuraba en la contraportada del fascinantemente maldito Scott 4 de Scott Walker:

El trabajo de un hombre no es más que ése tramo lento de volver a descubrir por los desvíos del arte las dos o tres imágenes grandes y simples en cuya presencia su corazón se abrió por primera vez.







dilluns, 21 de març del 2011

SONRIA POR FAVOR

Llevo dos días  (y de publicar una entrada que está aún en progreso, hubieran sido tres) dedicando posts a personajes que seguramente no lo merecen. Como consecuencia, con la que especulo (si fuese otro el motivo, sería estupendo saberlo)  uno de mis 4 seguidores, de los que tanto me enorgullecí, se ha dado de baja. Y me he auto-recriminado que si este blog alcanzó su modesta cúspide a base de enaltecer discos o libros o series, y hacerlo con una cierta intención pseudo-literaria (ergo, tratando dignamente el idioma y poniendo cierto empeño en la búsqueda de frases brillantes), Pedro Varela y Risto Mejide no son personajes dignos de enaltecer, y seguramente muy poca gente les considere dignos de pertenecer a ningún imaginario.
Entonces me planteo qué hacer a partir de ahora, pues la idea de tener un público ajeno, me resulta excitante. No me detendré hasta averiguar qué pasó y enmendarlo. Veamos, en todo caso, si al menos no lo empeoro.
Como un elemento común de estas últimas dos entradas ha sido no mencionar mi actual lectura, empiezo hablando de El imperio, al cual le he dedicado el suficiente tiempo para ver su primer guiño : lo primero que Kapuscinski detecta en lo soviético es la falta de sonrisas, peor aún, la consideración de la sonrisa como un práctico acto de provocación.
Japón, que parece empezar a vislumbrar cierta esperanza, monopoliza en los medios toda clase de noticias. ya casi nadie habla de la escala Richter, ni de la lengua de agua parduzca que avanzaba cortando carreteras. Ahora volvemos al secular debate sobre la energía nuclear, en el que debo advertir que carezco de conocimientos para posicionarme. Concretaré que, por tanto, mi posicionamiento siempre dependerá de la última lectura que haga sobre el tema y como ésta haya calado en mí. Toda ciudad tiene sus trastiendas y sus cubos de la basura, donde acaban los desperdicios de cosas que han servido para fines mejores. El escritor tiene su papelera llena de garabatos, y sus mejores obras no sirven sin borradores desechados.
Sí me entero que Níger es el mayor productor mundial de uranio. Y Níger no me suena a una democracia parlamentaria donde un amable presidente se pasea en olor de multitudes, a pesar de ese valioso recurso. La dinámica del capitalismo entra en Níger, coge lo que le conviene, deja la basura donde sea, y ya se largará cuando el chollo se acabe. Total, que iban a hacer los negritos con el uranio ??. Llamarle en algún idioma autóctono la piedra que quema o la piedra que mata o alguna tontería por el estilo ?? Quizás un chamán con pinta de enajenado pasearía esa piedra por uno de sus poblados blandiéndola en señal de poder investido por alguna absurda divinidad. Nosotros los blancos sí sabremos que hacer con ella. 
Sin fórmula de continuidad el sábado compro en FNAC (aún espero la llamada de Bertrand confirmando que han encontrado el libro) Homicidio de David Simon. Me molesta un poco una portada un tanto sensacionalista, un lomo aún más sensacionalista, y su presencia errónea en la sección de literatura policíaca, cuando le sobra el adjetivo. Segunda consecuencia de la obsesión por The Wire, que no remite para nada, y menos si llevo ya comprados dos libros sobre la serie, aspecto que no es mi costumbre, para nada. Nueva mención a la serie en LV: una de sus protagonistas, la actriz que interpreta a Snoop en la soberbia cuarta temporada, detenida por asuntos de drogas. Boyz'n'the hood. 

dimarts, 15 de març del 2011

EL RECESO INEXPLICABLE

Una ausencia extraña, sin programación de ninguna clase y por circunstancias dispares. No le echaré más poética que la que merecen las casualidades. Muchas cosas que pasan entre tanto. Una comida curiosa. Japón. Un día como hoy, que invita a esas prolongadas presencias tras ventanales (la mirada melancólica es opcional), a esas reflexiones sobre el poder de la naturaleza y sus (creemos) caprichos, por fin encuentro media horita para volver. 
Antes de resolver el cúmulo de atropelladas ideas que iban surgiendo estos días (muchas de las cuales han aparecido en momentos poco propicios para recordarlas luego), intento ponerme en orden, y acudiré a este post en el futuro para que nada se quede sin su merecido comentario. Hoy me perdonaréis, vamos a lo práctico y sintético, el oropel y el lujo y lo barroco requieren tiempo del que hoy ando escaso.

Primero : 4 suscriptores del blog, despues de un prolongado tiempo dónde solo Rich me rendía ese honor ( dónde estás, muchacho ??), surgen (diría alguien menos original "de la nada", pero sé que no) otros tres asiduos, imagino que algo relacionados entre sí, imagino también que alguno, lejano de estas latitudes, y ya paro de imaginar, que he dicho que contendría el aspecto lírico. Gracias a todos, si debo agradecer esta presión en el pecho (inocua) que a uno se le pone cuando se presta al juicio de unos (teóricos) desconocidos.

Segundo : Lo siento : nuevas encendidas menciones a The Wire proliferan, otra vez Monzó (aquello de las almas gemelas), y un articulista de La Vanguardia que tampoco se corta en los elogios, ayer. 6Q, somos una minoría que crecerá y crecerá, y seguro que más adelante necesitaremos quien nos diseñe un escudo, aunque no me guste la heráldica.

Tercero : The Social Network, fantástica muestra de lo que un guión (de Sorkin, claro) pesa para construir una historia dramática, excitante, sobre hechos que a priori parecerían una mera y aburrida descripción sobre el talento y las ideas y el sueño americano (salpimentadas por deseos de venganza y sospechas de plagio). Cualquier película (menos la saga Twilight) con una canción de Radiohead en ella, ya merece ser vista.

Cuarto : Kapuscinski : tres libros, tres semanas. Ahora El imperio, vivencias de un periodista polaco en el Este europeo, antes y despues del hundimiento (si puede llamarse así, puede que sea más adecuado erosión o corrosión) de la URSS. 

Quinto : El asunto del director del festival de Sitges y A serbian film. Lo extraño de los marcos legales, el límite moral de la creación. Tema que me hace pensar, curiosamente, en que hace días que pensé en prestar apoyo a Pedro Varela, que es injusto que esté en prisión, pero es todavía más difícil para mí fijar la secuencia lógica por la que pienso que un filonazi no debe acabar en la cárcel por vender libros. Deberé, casi, organizar una hoja de cálculo para razonarlo, pero por suerte es la quinta de mis intenciones.

Sexto : Velvet Goldmine, curioso giro el producido en mi actitud, que ha pasado de un cierto repelús al verla por primera vez, a una casi incontenida fascinación cuando accidentalmente (mi reproductor se negó a reconocer el formato de Happiness que, by chance, compartía DVD con ella) volví a verla, con el skip preparado para localizar tracks en su excelente banda sonora. A veces su protagonista parece David Bowie, a veces Marc Bolan, otros personajes pueden parecer Iggy Pop, Lou Reed... verla por segunda vez, con su curioso prólogo con Oscar Wilde, ha revelado capas no apreciadas.

Séptimo : Y ya acabo, pues éste iba a ser un post corto y esquemático, y ha dejado de serlo conforme avanzaba... esa escena inicial en Velvet Goldmine me ayudo a recordar el fantástico documental 30th century man sobre la trayectoria de Scott Walker. Apenas me había interesado por su obra hace unos cinco años y ahora podría decir que es una fortisima influencia. Otra de esas inexplicables fuerzas telúricas que me empujó aquí.  Mientras los fanatismos religiosos de toda índole se empeñan en buscar mandamases para justificar todo este tinglado, la pura fuerza de la física hace que pase todo lo que está pasando, hoy día 15, en   Japón. Cosa que me hace recordar a Kraftwerk, cuánto les debemos a ellos, cuando intercalaron, actualizándola, las palabras Chernobyl, Harrisburg, y alguna otra que no recuerdo, cuando grabaron Radio Activity para The Mix. Más grandes que Jesucristo, opino.

divendres, 25 de febrer del 2011

EL PARAISO ES UN LUGAR DONDE NUNCA PASA NADA

Aunque los Talking Heads se referían, o no, con las canciones no se sabe, a un bar que se llamaba Heaven, seguramente en NY, pues los Talking Heads eran todos estudiantes de arte allí. Metáfora o no, y ahora creo recordar si la religión judía no niega la existencia del paraíso, o la del infierno, debe ser algo así. Sentado en una tumbona, con ese calor plácido que no llega a hacerte sudar, alguna bebida suave, y el mecer de las olas. Y la compañía que elijas, con un nivel de conversación fluído sin ser banal. 
Luego vinieron los Simply Red y versionearon Heaven, cuyo original está en el excelente Fear of music, tercer disco de los Talking Heads, producido por Brian Eno, que se abre con I Zimbra, nervioso funky-afro-pop con letra en idioma inventado, inquietante portada estilo monitor monocromo (verde sobre negro), gran parte de las canciones tituladas con una sola palabra, espera, no Life during wartime no es una sola palabra. Otra perla.
Y como decía Simply Red versionean, en clave blues-soul, Heaven en su también notable primer disco, Picture Book. Y tienen un éxito espeluznante, con Jericho, con Money's too tight to mention, con Holding back the years. Y parece que generan una nueva escena soul-jazz-pop en el  mundo, y en la tele salen programas donde salen ellos, y Sade, y The Style Council, y Everything but the Girl. Picture Book sirve de banda sonora a un enamoramiento mío. No dejo de oír el disco, que me sugiere una especie de entusiasmo positivo. Mick Hucknall y sus rizos panocha se convierten en una estrella sale en la portada de todos los discos, como si los miembros del grupo fuesen crash test dummies. Viene el dinero. Ya dije lo que pasa, demasiadas veces, cuando aparece el dinero. Editan un segundo disco horripilante, creo que se llamaba Men and women. El factor sorpresa se desmorona. Hacen alguna canción decente, pulen su sonido, venden como rosquillas, Lady Di les menciona como uno de sus grupos favoritos. Siguen con las versiones de clásicos del soul, que cada vez les van mejor pues sus propias composiciones empiezan a hacer aguas, y solo se sustentan por la calidad vocal de Hucknall (cosa que quizás sí justifica que él y solo él sea la imagen del grupo). Mick Hucknall critica a los que versionean clásicos del soul - textual "esas canciones son perfectas y no hay que tocarlas", aunque él lo hace. Van al festival de Montreaux (que entonces era de jazz). La propia falta de sustancia de lo que editan hace que la gente les olvide paulatinamente. Llegan al nivel en el que una referencia universal como este blog dice "por favor"??. Por favor.
Acaban publicando un disco al que titulan Love and the russian winter. El amor y el invierno ruso : puede que este debiera haber sido el título de este post, pero ni para eso me iba a servir. 
En un capítulo de The IT crowd, dos comensales bromean en un restaurante sobre si el camarero que les atiende es Mick Hucknall. Qué mala baba. En un restaurante de empresa, hace meses, alguien me dice que aún confunde a Simply Red y los Simple Minds. Me callo desconcertado. Miro al fan de ZZtop, de Steppenwolf, de los Creedence, que está al otro lado de la mesa. Silencio dramático.
No todos podemos ser tan yonkis de las cosas, claro.

Reflexiones en voz alta para aquellos (con Q) que ofrecen resistencia a sumirse en horas y horas de placer catódico. Si una serie acaba de emitirse en marzo de 2008, y tras tres años, que en términos televisivos es una eternidad, esas raras avis que son los videoclub de barrio (pienso que será de barrio, alguien se acuerda del Blockbuster ??), deciden ponerla, justo ahora, en sus estantes, cuando su repercusión comercial no ha sido muy sonada y, simplemente, la promoción de que dispone se basa en el entusiasmo, en la insistencia, en la terca y tozuda pesadez de los que ya la han visto, excitados ante la posibilidad de convencer a alguien para compartir ese placer... todo eso no significará algo ??. Había preparado mentalmente una especie de símil gastronómico, completamente patético, donde cada serie era un plato de una gran comida y The Wire era el gran reserva que la acompañaba. Y veo una foto de una comida en ese blog, con agua para acompañar. Y olvido el símil pues no pasa el control de calidad. Sé que 50 horas, o por ahí, son muchas, pero si ahora mismo alguien me asegurase que las siguientes 25 películas que voy a ver son tal maravilla, no sé a qué esperaría. 



dimarts, 15 de febrer del 2011

CARTEL INDICADOR

Aunque sé que ésto puede tener efectos disuasorios sobre más de uno, voy a ponerme pesadito con The Wire. Y lo voy a hacer porque creo que merece la pena cualquier sacrificio por esa serie. Porque he visto muchas series y sé que hablo de la mejor. Y no es un caso de esos en que uno se encapricha con algo y se encabezona y empieza a insistir a los conocidos pues el milagro se ha obrado en él y anda ávido de compartirlo con los demás. Lo hice con los Soprano y 6Q puede confirmarlo, aunque de sus comentarios no acaba de desprenderse si me está eternamente agradecido o me guarda cierto rencor por haberlo enganchado. Nunca hemos hablado de eso en profundidad. 
Cuando digo que he tragado muchas series no voy en broma. Dentro del paquete de Imagenio está incluido un curioso canal llamado Paramount Comedy, que se pasa todo el día reponiendo capítulos de series de éxito, tanto producciones nacionales como extranjeras. Para mi desolación, mis hijos lo adoran, pues no paran con dos series, particularmente : Aquí no hay quien viva, y Aida. Si tragarse esas dos series enteritas, con repeticiones de tres o cuatro veces por capítulo cuenta como tener alguna opinión, os ruego me lo confirméis. Son series que han tenido bastantes temporadas, y de recorridos parecidos : comedias, estereotipos, costumbrismo. Y por qué no aguanto esas series ?? No por su banalidad, también es banal The big bang theory y me gusta mucho. Más bién porque las veo sibilinas. Detrás de ambas siempre veo a alguien muy poco sospechoso de aportar otra cosa que no sea dinero a sus fortunas, llámese José Luis Moreno o llámese Emilio Aragón ( bueno, los de mi generación le llamamos Milikito ). Y si para ello tienen que bajar a las cavernas, vaya si lo hacen. Dejaré ANHQV para otro día ( pues no estoy muy seguro si es una serie realmente acabada o está virtualmente reencarnada en LQSA ), que es tarde y hay que comer. Pero Aida, dios, serie a la que están haciendo sobrevivir artificialmente una vez su protagonista ( la Aida del título, decidme si no es surrealista ) lo dejase correr para dedicarse a otras cosas. Sí, ya sé, con lo jodido que está todo nos hace falta reír y distraernos, y no voy a negar que esas series lo consigan ( previo embobamiento quedándose absorto ante la pantalla ), pero lo hacen a costa de meternos muchos prejuicios en la cabeza, y no me gusta ese calado. 
Lo retorcido de los planes es que nadie repare en ellos hasta que es tarde. Aída es una serie manufacturada por Globomedia, productora tras la cual está Emilio Aragón. Sí, el tío que en los últimos 80 se hacía el falsamente enrrollado por el tosco mecanismo de conjugar smóking y zapatillas Converse. Un adalid del neoconservadurismo más rancio, con hitos tales como un disco de rock and roll para gente con comas cerebrales, o el ya comentado aquí ( sin reacciones, así que no me ensañé lo suficiente ) Médico de familia. Parangón y espejo de un montón de series basadas en entornos familiares de clase media, dónde siempre se repite el esquema consabido de jubilados, niños que se pasan de listos, catetos... en fín para qué insistir. Globomedia ha producido tantas series (y por tanto deben estar tan forrados) parecidas entre sí que tienen el mérito de haber desarrollado una marca propia (cosa a la que ayuda la coincidencia de repartos, el estilo visual, etc.). Yo no pretendo que a nadie a quien le guste Aída deje de gustarle. Pero sí me gustaría que la gente tenga en cuenta que hay otras cosas más que las audiencias millonarias y los chascarrillos y las risas enlatadas (si alguien piensa dos minutos sobre lo que son las risas enlatadas, puede flipar bastante). Como otras series marca de la productora, Aída es un sibilino alegato clasista. Supongo que por ese mismo motivo Emilio Aragón no se reservó ya papel, ahí, un señor tan limpito y tan repeinado ahí ni pega ni puede salir. El a su despacho a contar los cuartos.

Aída : Señora de la limpieza separada, nula cultura, ex-alcohólica, abandonada por el marido, instalada en una perpetua crisis de los 40 que tiene sus hormonas a flor de piel. Sin estudios, intenta salir adelante como puede.
Lorena : Su hija, nula cultura, esencia de la poligonera y del nuevo espejo patrio que es la Esteban. Egoísta, promiscua, vacua, su objetivo en la vida es salir en una edición de GH y la fama que ello le pueda acarrear.
Jonathan : El niño, nula cultura llegando al desprecio por quien la tenga, garrulo de peinado imposible, pendenciero y chuleta, proclive a ser y estar con malas compañías.
Soraya : chirriante giro de los guionistas cuando Carmen Machi deja la serie, introducen una nueva hija de la protagonista que, estrambóticamente, llega a liarse con Chema, antiguo novio de su madre. Mismo nivel cultural reinante. Aún no comprendo que pinta ahí.
Luisma : El hermano: Ex yonki, al que presumiblemente las malas compañías y sus dependencias han dejado sin oportunidades en la vida ni neuronas en estado de buen uso. Consciente de su parasitismo, malvive enquistado en la familia. Cultura bajo cero. Lógicamente el único trabajo al que puede acceder es el de barrendero.
El barajas : Amigo del Luisma con idéntico perfil social pero sin familia conocida. Aún más limitado intelectualmente que él.
Macu : inenarrable paleta de posible orígen andaluz, igual que Lorena pero sin ningún atractivo físico. Sobrina del del bar.
Doña Eugenia, la abuela : Jubilada patética y egoísta, hasta el moño de aguantar tanto desastre a su lado, nostálgica de una falsa fama mal asumida. Sólo piensa en comer. Odia a todo el mundo empezando por su familia.
Paz, la puta : Prostituta avergonzada que intenta acceder a una vida convencional pero a la que su vida anterior lastra. Síndrome de Pretty woman pero en el barrio no hay mucho Richard Gere.
Chema, el tendero : licenciado en alguna carrera sin muchas salidas ( filología, creo ), entregado a malvivir de su colmado, permitir que los listillos le roben, y lamentarse de su gris existencia y de las infidelidades a la cual la sometió su mujer. De izquierdas, con un idealismo retratado constantemente como bobalicón.
Fidel, el hijo gay : locaza sensible y excesivamente culto y leído, su amaneramiento es la chanza de todos. Mantiene un esperpéntico romance con un aspirante a torero completamente confundido ( papel particularmente patético y poco creible ). Para disimular la absoluta homofobia de la serie, las escenas del amor homosexual de esta pareja carecen de cualquier tipo de gag, ahí la serie se pone trascendente para demostrar un falso respeto.
Mauricio : personaje inspirado en Julián Muñoz, madrileño por antonomasia, fascista, tirano, putero, chulesco, la cultura le da igual a no ser que pretender tenerla le sirva para acceder gratis a alguna mujer.
Toni, su hermano gay : licenciado en derecho, otra loca sensible y promiscua.
El machupichu : sudamericano explotado en el bar por Mauricio de manera inmisericorde, que acaba desarrollando síndrome de Estocolmo.

Supongo que os dais cuenta de que algún capítulo he visto, no ??

A mí todo este perfil de personajes me acaba diciendo lo siguiente :

Si vives en una barriada de una gran ciudad, lo tienes jodido a no ser que te largues.
Si no estudias te espera la miseria, normalmente.
Si estudias cosas sin salida, es como si no estudiases nada.
El divorcio es malo y crea familias desestructuradas con hijos problemáticos.
Los tontos son pobres.
Los pobres son tontos.
La gente mayor es patética.
Si vas de padre sensible y comprensivo, los hijos se te hacen maricas. Es más cualquiera que estudie demasiado, ya es medio marica. Hay que estudiar cosas que permitan ganar dinero. Con las cosas que te gustan no se gana dinero.
Los homosexuales son promiscuos, los heterosexuales machotes.
Si quieres progresar en la barriada, debes delinquir de una u otra manera.
Las mujeres sólo pueden progresar ayudadas por sus tetas.

Ésto es lo que me dice el cuadro social que pinta Aída. Con sus risas, con sus chistes fáciles y con sus gags ( algunos logrados, eso sí). Y no quiero agriar a quien simplemente se sienta delante de la tele un domingo por la noche ( noche difícil donde las haya ) a pasar un buen rato y desconectar. Por muy estereotipado y caricaturizado que esté cada personaje, sabemos que no andan muy lejos de la vida real. Conocemos barrios así, conocemos bares donde la gente se pasa todo el día. Yo no quiero ni ofender ni aburrir a nadie, porque cada uno elige su vía de escape. Aída es leer el Pronto y The Wire posiblemente sea coger un libro. Sé que necesitamos de todo, por lo cual no sólo podemos vivir de una cosa. Perdón por las ofensas.

Mañana, las hostias.


dilluns, 14 de febrer del 2011

LA CELEBRACION DE LA MISERIA

200 entradas. Sí, contando con ciertas escuetas, meros cuelgues de link y relleno, pero incluso para eso uno tiene que levantarse. Y un público que mengua, pero que a mí eso no me afecta, de verdad, estoy bién ( silencio en el que uno coge un kleenex y se suena, puta alergia, estos plataneros ). Y como el ombligo siempre anda cerca, y miro esa (patética, triste, timorata ) primera entrada donde tiraba tantas monedas al aire. Y recomendaba a Bolaño (del que he hablado tantas veces que su nombre está en un tipo de letra muy grande en las etiquetas de aquí al lado ), y a Goldfrapp ( que también ha merecido sus menciones, pero seamos sinceros, tengo como quince o veinte escritores venerados, pero los músicos son varios cientos ), y finalmente recomendaba ver The Wire. Y aquí me paro. No he hablado lo suficiente de The Wire, a pesar de amagar varias veces con hacerlo, a pesar de decir que voy a verla enterita por segunda vez, a pesar del libro que me compré sobre ella (rozando un frikismo poco habitual en mí ). A pesar de haber hablado de Omar Little, de que Torkemada diese su conformidad a mis enaltecidos elogios, llevo 200 entradas y ese monográfico se resiste. Y en mi BB llevo unas notas para el blog dónde una dice textualmente cuando no sepa de que escribir dedicaré una semana de posts a comentar cada capítulo de The Wire. Y en medio de tanta injusticia, cual turba tocada con velo y chilaba en plaza de Egipto (estoy seguro de que todo va a quedar como estaba ), mi voluntad se alza en armas ( teclas ) y pone las cosas en su lugar.

Baltimore : ciudad media portuaria de los USA, importante comunidad afroamericana, industria en recesión gracias a la simpática deslocalización. Viviendas abandonadas en barrios conflictivos, policía, juzgados, gobierno de la ciudad desbordado por la falta de medios para atender todo lo que se les descontrola. Todo el mundo tiene ganas de jubilarse.



McNulty : policía de origen irlandés. Divorcio complicado. Problemas con el alcohol. Problemas con sus superiores, pues su intuición le juega malas pasadas. Amistades en los bajos fondos, amistades en las altas esferas del mundo judicial. El antidivo por antonomasia. Ni guapo, ni implacable, lleno de defectos. Me cuesta recordarlo, pero creo que no pega un tiro en toda la serie. Eso sí, rellena unos cuantos impresos. Teme morir de aburrimiento, pues cree que de éso uno puede morirse. Pero no teme otras cosas. Tira botellines vacíos de cerveza donde no debería. Siempre hace cara de haberse levantado hace dos minutos. Y a veces es eso lo que ha pasado. Los pequeños camellos confían en él. Los grandes camellos empiezan a comprender que no deberían.

La primera temporada de The Wire habla de como los traficantes de droga tienen su sofisticada red llena de precauciones con objeto de evitar a la policía y poder imponer su orden. Los mandamases de las bandas no tienen ningún pudor en quitar de en medio no sólo a quien les molesta, sino también quién no ayuda suficientemente a sus intereses. Lo tienen todo controlado, pero a veces tu enemigo no sólo está cerca, sino que puede que lleve tu misma sangre. Y entonces la decisión que se toma es la que favorece al colectivo.


D'Angelo Barksdale : un buen chico en una mala familia. De repente se da cuenta de que, aunque un tío narcotraficante sea garantía de una buena y plácida vida si haces lo que debes, quizás no todo debería estar permitido, como por ejemplo, matar a inocentes. Un malo que duda. Malo. Duda.


dilluns, 10 de gener del 2011

EL CAMINO A LA PERDICION o LOS CAPRICHOS DEL DESTINO

En algún momento indeterminado de estos últimos días pienso si dejar de ver Carnivàle. Pero hoy doy el paso definitivo cuando, oyendo algo teóricamente poco relacionado por la radio, caigo en que su temática no me interesa. No lo suficiente para superar esas tramas febriles, ligeramente insanas, las propias de un circo de los años 30 en la América profunda, la del cinturón del trigo. Tramas que incluyen mujeres barbudas, enanos, personas en estado vegetativo que se comunican sin cables. Strippers en un mundo donde el conservadurismo mataba. Personas con poderes. Y empecé bién, pero no ha sido posible. Opciones alternativas que usé : ver de nuevo The Wire, y realmente, Mlle. Burlesque, es difícil engancharse con ese primer capítulo tan poco friendly, donde prácticamente cada escena introduce nuevos personajes. Pero debo repetirlo, no todas las grandes canciones son pegadizas, ni mucho menos. Luego volví a vulnerar mi ( estúpida ) promesa : a la que he descargado el cuarto capítulo de Boardwalk Empire lo he devorado sin ningún recato. Y debo reconocer que a pesar de todas las suspicacias que levantaba tamaño dream team de serie ( Scorsese, Buscemi, HBO ), todas ellas están justificadas al cien por cien. Esto puede ser monumental y, para mi excitación, podríamos hasta vivirlo juntos. Creo que despues de tanta tabarra que he dado con largas, y ya acabadas, series, disfrutar al alimón de esta maravilla estaría bién. Curiosamente Boardwalk Empire es prácticamente coetánea de Carnivàle. Pero su desarrollo es urbano, que ya le otorga un algo de lo que los polvorientos y desérticos caminos de Carnivàle carecen. Su fotografía es colorida y luminosa, frente al sepia físico y mental de la otra. Puede que sea uno más de mis caprichos, pero recomiendo a todo el mundo que se enganche a esta magnífica serie, y quizás podamos hablar de Nucky Thompson en algún comentario.
Michael Kenneth Williams aparece en Boardwalk Empire. Es un actor cuyo aspecto físico está completamente condicionado por la espectacular cicatriz ( cuyo orígen valdría la pena indagar ) que le atraviesa la cara en diagonal. En este mundo machista en el que vivimos una actriz con una marca tan descomunal estaría condenada al fracaso. Pero parece ser que no es obstáculo para un hombre. Parece que a nosotros las cicatrices nos imprimen carácter.


El caso es que Michael Kenneth Williams también apareció en The Wire, presencia que a nadie pudo pasar desapercibida. Era Omar Little. Pasado un año, y con la gentuza del Tea Party minando a diestro y siniestro las globales esperanzas puestas en él, puede que este comentario no tenga más relevancia : en plena campaña electoral, Barack Obama comentó que su personaje favorito de TV era Omar Little, de The Wire ( también dijo que su comedia favorita era Entourage, pero de ésto hablaré otro día ). Omar Little era en The Wire el personaje más parecido a Robin Hood que uno pudiese situar en medio de un Baltimore plagado de traficantes y camellos y barrios ( inolvidable Hamsterdam ) tolerantes con el trapicheo. Omar atracaba, recortada en ristre, los agujeros donde los traficantes cada día ubicaban su centro de distribución de drogas. Se quedaba con las drogas y las repartía, gratis, para que los adictos no tuviesen que delinquir para obtenerlas. También se quedaba con el dinero que pudiese encontrar en sus atracos. Por tanto, los clanes de narcos lo consideran su peor enemigo. Encima, es gay. Y de gatillo fácil. Son sólo matices del personaje. Pero hay que verlo. Sólo por ese personaje la serie ya valdría la pena, pero es que en The Wire no hay nada que sobre, ni un minuto. Todo cuenta y todas las piezas encajan.
Ahora Michael Kenneth Williams empieza a dibujar matices del personaje que interpreta en Boardwalk Empire. De momento, cuarto capítulo, le ha cortado un dedo al capo del KKK local, para arrancarle una confesión. Aquí trafica con alcohol. Y no sé si su personaje será malo o bueno, pero es un actor inmenso, una especie de Denzel Washington desde las calles.

Hablé, muy al principio, de Rufus Wainwright. Con la excepción de su demasiado acusada afectación, a la que no hay por qué prestar excesiva atención, es capaz de trenzar soberbias canciones pop con suntuosos arreglos como ésta. Ayer debería haberla puesto pues es un ejemplo de persona a la cual los excesos casi le pasan una factura demasiado alta, pero ahí, está, vivo y con buen aspecto.




dilluns, 20 de desembre del 2010

ERRORES SUBSANABLES

Es el blog un diálogo últimamente ?? Mejor eso que no un soliloquio. No atino, no focalizo, no concreto. La dispersión, una dispersión que achaco a la agostidad, a falta de otros referentes, hace por anidar. Qué es lo que nos adormece? El cansancio, la pereza, el hastío, la falta de interés, la indolencia, o simplemente hemos encontrado (normalmente se encuentra porque se ha andado buscando) alternativas más estimulantes, quizás más sencillas, yo sé que me complico, no sólo esto si no otras cosas. Yo solo no puedo saberlo. Necesito vuestro feedback. El mío es : ni de coña paro, demasiado tarde ya.
Cuando dudo, pienso en Bolaño. Debo deciros : no soy nada original recomendándolo; ni el énfasis con que lo hago es original. Prácticamente cada semana los medios a los que accedo usualmente lo nombran de algún modo. Lo hicieron ayer a toda página ( casi tres ) en un medio multitudinario como LV (y en domingo). Para hablar de Los sinsabores del verdadero policía, novela inédita encontrada en sus archivos que saldrá a la luz en enero. Fue grande leer esas tres páginas para ver (no hace falta decir para comprobar ) como su viuda y sus hijos se muestran (dignidad suprema) celosos de su privacidad y respetuosos con la humildad absoluta del genial novelista. El efecto no para de crecer. Simplemente puede que yo fuera de las primeras oleadas. La que pensó que si alguien dice de un libro "Si la literatura es placer, 2666 es el éxtasis" la cosa no va de farol. Bolaño no desesperó : aunque tarde, lo consiguió. Y no me comparo con él. Sólo digo que uno tiene que trazar su camino y transcurrir por él. Sé que soy reiterativo con el tema pero no puedo dejar de repetirlo : estamos ante el mejor escritor de los últimos 50 años, ante un hombre que abre brechas por donde fluyen nuevos afluentes ( valga la redundancia ).
En fín : que pienso en Bolaño porque mantuvo sus convicciones, seguramente al fallecer a los 50 años nos quedamos sin saber si las hubiese mantenido siempre o hubiese acabado cenando con Isabel Allende en medio de un gran evento editorial.
Mi homenaje a Bolaño será que este blog morirá con 2666 entradas ( no os hagáis ilusiones ; a este ritmo faltan más de 7 años : imaginaos como seremos entonces ) y que esta canción, himno etílico de los Pogues que iluminaba ciertas escenas de bares irlandeses de polis ( de verdaderos polis con sinsabores  ) de Baltimore en The Wire. Porque la madeja de referencias funciona, tiene sentido y da sentido.


http://www.youtube.com/watch?v=Pc9aWjAQ7SI



divendres, 1 d’octubre del 2010

MY OCTOBER SYMPHONY

Si pensáis que los Pet Shop Boys eran un par de gays tocando canciones pegadizas para tener a cuatro bailarines cachas moviéndose a su lado en los conciertos, estáis muy equivocados. Behaviour es una obra clave en la historia de la música electrónica porque la hizo salir del estricto ámbito del club y la metió en la intimidad del dormitorio. En 1990 una inoportuna hepatitis benigna me tuvo casi tres meses en casa ( eso con 26 años es mucho tiempo ), y recuerdo que Behaviour me acompañaba en esas largas tardes laborables de invierno, cuando todo el mundo andaba metido en sus cosas y yo estaba en casa, sin comprender mucho por qué narices tenía que hacer reposo. Recuerdo mucho la segunda cara de ese disco, que empezaba con My October Symphony, canción que hablaba de cómo se sentía toda la gente de la Europa del Este al ver desmoronarse a su alrededor el mundo cerrado al que sus políticos les habían condenado ( y sí, recomiendo poderosamente ver La vida de los otros ). Despues iba So hard, y a continuación estas dos canciones, enlazadas ( Nervously y The end of the world ). Nervously siempre me pareció tener una letra con la que me identificaba.


Me resulta curioso cómo acabo esta semana, pues los últimos días he hablado de cajeras del Caprabo, de cuadros que protestan pacíficamente, de gilipollas que protestan estúpidamente, de camisetas, y de Quim Monzó. He visto que van a representar una obra de teatro basada en cuentos de Quim Monzó. El anuncio que veo en los autobuses parado en los semáforos explica que es "Humor irónic, surrealista i sarcàstic" y muestra a cuatro actores con una sonrisa bastante bobalicona, entre los que se encuentra Beth Rodergas. Beth : sí, eres mona, sí, muy enrrollaete lo de llevar rastas, limpitas eso sí, pero veamos : Saliste en Operación Triunfo !!. Tengamos una cosita muy clara aquí que no me gusta repetir lo que es obvio; cualquier cosa que huela a OT, ya no me quedo en concursantes, sino jurados, presentadores ( pero se ha visto alguien con menos talento que Nina ??)  productores, técnicos lo que sea, es roja directa. Es muerte, no la real, sino la indiferencia, la que duele. La muerte no duele, el suicidio no duele.OT hizo, hace, pues me temo que no se acabe, daño, un daño profundo e irreversible a la música. La banaliza, la convierte en algo que se empaqueta, se envuelve, y se coloca al incauto que pague.
Volviendo a la obra de teatro, que van a llamar L'Illa dels Monzons : no, no y no. Te admiro, Quim, seguro que, después de Bolaño, cualquier destripador de estilos te debe haber visto detrás de mis palabras aquí un montón de veces. Pero tus cuentos, y tus novelas, y tus artículos, están bién así. Y dejarte poner esa frase "Humor irónic, surrealista i sarcàstic", la he de repetir pues me es inconcebible tanta torpeza... qué quieren ? que quien no entienda o no le vea la gracia se diga a sí mismo ( como un Sheldon Cooper cualquiera... ) es que lo mío no es el sarcasmo, y no entiendo nada, pero ésto es bueno !!. Aún así, Quim, que son muchos años, esta semana le has llamado espléndida a The Wire, y seguro que piensas gastarte mucha de la pasta que eso pueda darte en bourbon, o en buenos entrecottes, o en libros, o en porno. Mi respeto por tí sigue intacto.

También me he dado cuenta de la serie de post sin música y de repente, cuelgo varias canciones en cada uno, algunas añejas, y con un sorprendente apego por las melodías. Volverán los bajos, volverá el TB303, pero todavía, teñida de extraña añoranza ( tres palabras seguidas con ñ, vaya, estaré ensayando de nuevo recursos retóricos, como la aliteración ??), me apetece visitar música dulce, romántica, cálida. A principios de los 90, con el objeto de recaudar dinero para la lucha contra el Sida, se inauguró la serie de discos Red Hot and... el disco doble inicial era un festival de versiones ( ayer hablé de lo que me gustaban las versiones ), donde un montón de artistas entonces muy en boga ( y un abanico que lleve de U2 a los Erasure es un abanico muy amplio ) se apoderaban de temas del compositor americano Cole Porter.

Les Negresses Vertes, combo francés multirracial con influencias del jazz manouche y otras mil quinientas cosas versioneaban, cómo no, I love Paris. Y, como el señor del clip, yo entonces tenía una Vespa y corría contento por la ciudad, aún, sin casco.

Siento no haber encontrado un vídeo con mejor calidad, por eso.

diumenge, 19 de setembre del 2010

EMPRESA DE PRUEBAS

Como creo que no estoy portándome mal últimamente, tanto en lo que se refiere a cantidad de los posts, como a la creciente corriente populista ( habla pueblo habla, je je ) de los temas incluídos, me permito la pequeña licencia de este post de relleno, más bién un anexo de alguno de los últimos.
Deberes que he puesto a los devotos lectores : The movies ... vamos muchachada ( odio esa gente que pone chic@s para hacerse los enrollaos cibernéticos : sois unos plastas !), que las películas más largas duran, digamos menos de 3 horas ( ergo, lo mismo que cuatro capítulos de The Wire ... ), y de esas por muy zánganos que seamos hemos visto unas cuantas. Además, a algunos de nosotros el cine aún nos ha pillado en su clásica magnitud : colas a la intemperie, butacas, Moooovieeerecord !!, manitas en las películas aburridas... todo muy memorable.
Y para que nada os enturbie vuestro ( supongo que ) minucioso período de reflexión a mi pregunta, hoy no hay ni link de música. Cállate si no eres capaz de mejorar el silencio.
Leer en bajito : Rincón del forofo...poned una velita para que Messi no esté lesionado muchos partidos.

dilluns, 30 d’agost del 2010

LAS CONSECUENCIAS DE SER INCONSECUENTE

Pelín pretencioso este título, lo sé. Creo que la coherencia y la integridad empiezan a estar sobrevaloradas, cuando no quizás sean completamente obsoletas, en este mundo de hoy. Diría incluso que forman parte de ese imaginario catolicista tan obsesionado en seguir una línea. Ser coherente quizás signifique ser previsible, pues todo el mundo puede extrapolar qué va a hacer El Señor Integro : El bién. Pensándolo bién, quizás el diablo, encarnación de maldad creada para contrapesar, también debe ser la mar de coherente : siempre hace el mal. Puede que sea un mal consejo para las generaciones venideras, pero creo que a veces es mejor dejar ciertos de esos valores a un lado. La coherencia puede que sea la tumba de la improvisación, de la fantasía, y de la imaginación. La planificación puede que esté muy bién para políticos y empresarios y sesudos estrategas de márketing. Para los seres humanos individuales, es la puerta segura a la rutina.
Por eso a lo mejor alguien pueda recriminarme comportamientos tan erráticos que puedan resultar un poco desorientadores. Si tengo un precio, espero poder decidirlo.
Sons of anarchy : Deglutí las dos primeras temporadas, pues tiene cierta trama con cabos sueltos que te apetece descubrir. Punto positivo. Ciertos perfiles de personajes ( hay una matriarca, hay un guaperas que lucha contra su destino, hay un padrastro con un oscuro secreto ) le dan una cierta pátina de tragedia a la griega. Punto positivo. La estética es indudablemente innovadora en un mundo tan esteticista con Gossip Girl, Sex and the City, Sexy Money et al. Punto positivo ( van tres ). Recomendaría a quien quiera series entretenidas que la vea, aunque sea por oposición a las más sesudas The Wire o The Sopranos o las más ligeras The Big Bang Theory o My name is Earl o las más agridulces The Office o The It Crowd. Cuarto punto positivo. Pero : no voy a perder el culo por bajar la tercera temporada. La suma de esos factores no lleva a la gloria, y uno (llamadme de todo pues me lo merezco pero avisé sobre la incoherencia ) lo ve todo como preparado. Lo que decía de la falta de espontaneidad.
6Q : debo rendir tributo a quien, agazapado tras una tupida maleza sí se ha dado cuenta de cuán grande son The Sopranos. Compartidos ciertos lugares ( parafrasearé a Bolaño : lugares más mentales que físicos ), debo decirte, dado que confluímos ( salvo en esta mala uva que ha establecido su residencia en el blog ) en muchas cosas : The Wire. No perderás ni un minuto de lo que emplees en verla : todo es chicha, no hay relleno. Por cierto, a la vista del fotomontaje de Fahrenheit 451 que engalana tu perfil en FB, debo poner al día en la lista de escritores de referencia que acumulé en un cierto período de mi vida un pelo obsesionado por la sci-fi y lo fantástico. Bradbury (para que se sepa de dónde salió eso de Crónicas Marcianas ), Wells, Philip K. Dick, Clarke, Lovecraft, Bloke, Orwell, Huxley, Asimov.
Mademoiselle : total respeto a tu forma de ver Inglourious bastards. Puede ser que la perspectiva que mencioné ayer ( la misma que hace que cada vez oiga música - en promedio - más lenta ) , haga que yo prefiera, hoy, ese Tarantino más clásico, menos transgresor, menos provocateur. Cosas de esta edad, middle-age crisis, hay libros ( Houellebecq, Hornby ), discos , y seguramente algún tratado médico sobre éso.
En 1986 yo tenía 22 añitos. Había empezado a trabajar y mi presupuesto tenía un gran porcentaje para comprar discos de vinilo. Compré Please, de los Pet Shop Boys, pues West end girls ( el hit por antonomasia de los PSB ) me hacía viajar cuando la oía. Me veía en un vehículo, recorriendo una gran ciudad, de noche, observando a la gente andar por las aceras, yendo o volviendo a clubes o bares o restaurantes. Es cierto. Me volví un fan irredento, me gustaba esa combinación de electrónica, pop, eran un dúo que me recordaba a Soft Cell ( la voz ligeramente nasal ), enlazaron cuatro discos ( Please, Actually, Introspective y Behaviour ) completamente magistrales. El de 1990, Behaviour, es un disco otoñal, que me acompaña desde hace 20 años. Antes de que en 1993 grabasen un cover de Village People ( Go west ) y se transformasen en unos íconos gays casi casi de parque temático, cosa que será respetable, pero, para mí, los encasilló en exceso, ese portentoso disco, lleno de medios tempos y baladas electrónicas, se abría con esta magnífica canción, para mí un himno vital de como puedes ser relativamente joven y ya haber dejado algunas cosas atrás. Como estoy contento, en el fondo, ahí os lo dejo. Por cierto : en el vídeo también salen chicas.

dimarts, 17 d’agost del 2010

SEÑALES DE VIDA INTELIGENTE

1. (Modestamente ) . Lo del título hoy va por mí : desde hace unos días ( no descarto el miedo paralizante como causa principal ) presentaba, en lo que se refiere a ideas que exponer aquí, un muy preocupante encefalograma plano, más o menos así ________________. Hoy creo que empiezo a estar como ____·____·____·____, lo cual ya sé que no es como para tirar cohetes, pero, va, no voy a quejarme.
2. Causas : Interacción de la gente, desbloqueo, una alegría que me ha dado Mademoiselle Burlesque, a la que desde aquí saludo muy efusivamente ( rezando por lo bajinis para que no tenga un señor de dos metros y pésimo humor a su lado leyendo esta dedicatoria ). También, resignación : lamentablemente lo normal es nuestra anodina existencia en una oficina metidos 40 horas a la semana, lo que conseguimos intercalar que nos pueda, simplemente, despejar la cabeza, que sea lo mejor que podamos. Más cosas : a pesar de la agotadora jornada, he conseguido estar a las 10 de la noche viendo a mis hijos meterse en el agua del mar de la Barceloneta. Tengo unos años, pero aún cierto margen para ( minúsculas ) locuras. Yo no he sido tan previsor como para llevar bañador.
3. Consecuencias : No debería ser presuntuoso, pero ( que se joda el espectador medio ) voy a serlo. Llevo, conscientemente, unos 30 años largos devorando con fruición y regularidad ( palabra que cada vez me suena más a los anuncios de yogur con bífidus activo ), todo tipo de medios culturales, en un rango que va más o menos desde lo popular ( sin caer por suerte en lo de consumo masivo ) a lo extremadamente snob. O sea, respetad mis canas, al menos. Esa experiencia me hace sacar una conclusión muy certera, que no admite discusión alguna ( bueeeno, si eso sirve para que algún alma caritativa ponga un comentario al post, admito la discusión ), que es ésta : hay que dar una segunda oportunidad a lo difícil. Lo sé : estamos en unos tiempos muy Ipod, tenemos mucho de todo y muy poco tiempo para disfrutarlo : por lo tanto, y de ahí lo del Ipod, oímos cinco segundos de algo, vemos que no nos engresca, damos al skip, pasamos a lo siguiente . Va, corre, no pierdas el tiempo, busca hasta encontrar lo que te engancha, que muchas veces es lo ya conocido, lo facilón, lo que te gusta a la primera. De verdad queremos ser así ?
The Wire no es ese tipo de series, ves un piloto ( por ejemplo el primer capítulo de Lost ), dices qué pasote, buscas más. Es otra clase de serie, no es fácil, ni agradable, ni sutil, ni se casan ni acaban bién, y los malos ganan muchas pero que muchas veces, pero ojo, tampoco es esa crueldad intrascendente. Vale, y mucho, la pena esforzarse en diferenciar todos esos niggas que al principio nos parecen iguales. Y acabar encontrando a Omar Little, el mejor personaje de ficción de muchas pero que muchas décadas.
Libro que recomiendo mucho aquí, para que veáis que sé referirme a alguno que no sea de Roberto Bolaño ( pero insistiendo, Roberto Bolaño es Dios, es la Santísima Trinidad, es la cúspide, si creéis que exagero googlead ) : El guardián entre el centeno, de Salinger. J.D. Salinger murió hará cosa de un año, despues de pasar más de media vida recluido en su casa huyendo de las fotos y la fama que le otorgó este libro. Es un libro con cierta fama de malditismo ( también googlearía sobre él, mira ), pero que he leído entero casi tantas veces como Estrella Distante ( que se lleva la palma con más de media docena de veces ), descubriendo, cada vez algo nuevo. Y no me gustó demasiado la primera vez.
Y ya puestos sigo recomendando, salido hace dos semanitas, The Suburbs, de Arcade Fire, disco con el que me pasa algo curioso. De noche, en silencio, con cascos, oyendo las transiciones entre temas, la tenue orquestación, creo que no podría vivir sin él. De día, en el coche, me sobran ciertas estridencias, alguna canción me recuerda a Bruce Springsteen ( dios, dejó de gustarme de verdad en 1984, de eso hace más de un cuarto de siglo ), le doy al skip, busco las canciones menos exógenas. Ya, me hago mayor.
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