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dimecres, 31 d’octubre del 2012

PANTALONES DE CAMPANA

Qué fácil le parece a uno escribir un libro como Las leyes de la frontera. No puede ser complicado. Te informas un poco, aderezas esa documentación con parte de tus recuerdos personales, convenientemente distorsionados como para que nadie se sienta mal aludido, cambias nombres o circunstancias banales a personajes, a veces combinas trazos de uno con características de otro. Pillas de aquí y de allá, si hablas de una época concreta lees libros de esa época, recorres bibliotecas y hemerotecas, editas, empleas tu estilo, estructuras, montas una trama que actúe de argamasa unificadora. Ya está.
Bueno: eso parece.
Ahora, cómo haces que un estilo teóricamente llano y directo no llegue a cansar, cómo para que los diálogos se limiten a lo que aporta algo sustancial al libro, cómo para que los personajes se revelen en infinidad de matices con apenas unas apariciones y unos hechos, aunque esos sean, sí, los que definen y determinan a las personas. Cómo haces, entonces, para que las páginas, más de 380, vuelen, para que cierto suspense se mantenga, aún escribiendo a base de entrevistas narrando hechos de 30 años atrás. Cómo haces, entonces, para que algo que parece tan superado como las historias de quinquis, aquellas que llenaron películas de De la Loma, aquellas de las que siempre se decía que los protagonistas eran reales (eran entonces precursoras de The Wire?), aquellos mitos urbanos que marcaron no a fuego, sino a punta de navaja, los últimos 70 y los primeros 80, acaben protagonizando una novela tan evocadora?.
Quizás llamándote Javier Cercas. 
No voy a intentar profundizar mucho más.
Las leyes de la frontera es una historia de oportunidades, de traiciones y amistades, de engaños constatados y de engaños supuestos. Una historia de regusto clásico, una especie de extraño triángulo amoroso aderezado con una trama casi aventurera (al principio, luego se volverá más trágica) de delincuencia juvenil. Los que habitábamos las grandes ciudades recordamos aquella época, aquellos barrios y aquellas calles que convenía no cruzar, ni tan siquiera acercarse. Aquellas pandillas en las puertas de los bares y en las entradas de las salas de billares y futbolines, aquel miedo al doblar la esquina, aquellas miradas atrás. El Gafitas, la Tere, y el Zarco son ya personajes, reminiscentes en mayor o menor medida de personajes reales, que formarán parte del imaginario de Cercas, como lo era el ambiguo narrador de sus dos novelas anteriores, y aunque aquí el escritor no juegue tan abiertamente al equívoco sobre su situación respecto al libro y a la realidad. Obviamente cualquiera que haya vivido en Girona en esa época debe leer esta novela y, casi obligatoriamente, darse una vuelta para ver qué fue de todos los lugares que se describen en ella. Cualquiera que lea esta historia y se pasee por allí correrá a vivir las sensaciones atravesando las calles y las fronteras de las que se habla. Y la prisión y el nuevo parque. Cercas podrá, o no, escribir libros que vendan a porrillo y sean presas de esa etiqueta que a tantos nos pone a la defensiva. Pero su formidable capacidad de contar y evocar no puede quedarse ahí. Cercas no es un escritor de éxito, es un grandísimo escritor de éxito más que merecido. Brillante novela de un autor que empieza a generar un auténtico mito. No creo,por cierto, que la película tarde demasiado.

diumenge, 23 de setembre del 2012

LA CUENTA ATRAS

¿Buscamos emociones en la vida, a través de la lectura?
¿Nuevas, o superiores a las que ya hemos tenido?
Y si creemos que la vida real puede procurárnoslas mejores, ¿qué hacemos?. Cerramos los libros, marcamos por dónde hemos abandonado su lectura, nos sentamos a contemplar la realidad, y ya volveremos a leer cuando leer sea lo excitante.
Busco esa explicación algo bisoña, algo ingenua, cuando es imposible, siendo catalán, reprimir el ansia (puesta en bandeja por Google o por Twitter) de leer opiniones, en distintos niveles de visceralidad, o, en el caso de la prensa, con calculadas ambigüedades (no sea que) o esperpénticos despliegues de datos falsos y alterados al gusto de cada uno. Con estrafalarios datos y cálculos de una exactitud pasmosa, siempre sirviendo de muletas en las que apoyarse.

Un ejemplo que me ha hecho, casi, estallar de reír: La Razón (no por sabido dejaré de decirlo: la cosa más patéticamente fascista que se puede ver en un kiosco de prensa) estipula que, de declararse la independencia, los productos catalanes se elevarían de precio un 40,07%. Importante el ",07%" decimal puesto arbitrariamente para que la cifra suene a algún minucioso cálculo matemático, no como en realidad es, consistente seguramente en haberle enviado un e-mail precipitado a un experto afín a la causa, que habría contestado dando una cifra muy aproximada, el cuarenta por ciento o así, que, de ser transmitida tal cual, hubiera restado credibilidad (más aún!) a tan sesgado dato. Como si ellos supieran cual sería la política de precios de los exportadores catalanes, como si supieran cual iba a ser el comportamiento de los mercados respecto al producto catalán: curioso, cuando promueven un boicot, y, más curioso, cuando ni por un momento contemplan que en Catalunya se consume producto español.

Así que, sí, esta realidad en la que ciertas palabras, las más contundentes quedan heladas en el ambiente, como si nadie se atreviera a ser el primero en decirlas (independencia, guerra, tanques) resulta más estimulante que cualquier lectura. Estamos en medio de una comedia (la de los políticos condenados a decir lo que entienden que les aporta más rédito) que ha devenido tragicomedia (algunos se han dado cuenta de que no han sido capaces de hacerlo, y ahora matizan sus palabras), pero en la que muchos amenazan con la tragedia (la estrategia es, casi única, meter miedo).

Mientras recibo desde Argentina muestras de interés y de objetividad que casi me causan envidia. Pues es difícil contar con la perspectiva adecuada. 
Mientras no disfruto lo suficiente de una buena entrevista a Javier Cercas pensando en, como escritor afincado en Catalunya pero nacido en Extremadura cual será su opinión sobre el tema. Fijaros: me gustan sus libros, me encantan, leeré, seguro, algún día, su próxima novela, y este conflicto: sí, conflicto, acapara mi atención y me desconcentra de disfrutar con sus palabras. No sólo las suyas, las de muchos otros.

Maldita realidad, qué bien se está soñando.


dissabte, 12 de maig del 2012

LOS ANCESTROS DEL TALENTO

Me encuentro en la biblioteca con una breve novela de Javier Cercas. Se titula El móvil y fue publicada inicialmente como parte principal de un libro de relatos. Son unas 90 páginas, el tipo de letra es grande, y si hace escasas horas he dicho, prácticamente, 700 palabras no es casi nada, no me voy a arredrar ante 90 páginas. 
El móvil pertenece a la obra de Cercas anterior a la explosión de su éxito con Soldados de Salamina. Claro que uno busca en las primeras obras de grandes escritores las señales que advertían de su grandeza. Diría que los inicios literarios funcionan un poco al revés que los musicales.
Cuando en la música muchos grandes grupos han lastrado su carrera intentando igualar soberbios primeros discos, en la literatura, muchas veces es la progresión, el aprendizaje, lo que hace que el escritor mejore. Si yo fuese reduccionista y simplista (y algo solipsista) diría que la literatura requiere experiencia tanto como la música bisoñez. O puede que el músico lleve mucho tiempo depurando repertorio y mejorando tomas hasta que se mete en el estudio y, temeroso de que no haya segunda oportunidad, haga lo mejor que pueda lo que le dejen hacer.Y, en cambio, al escritor le beneficie la acumulación de lecturas, propias y ajenas, el constante indagar sobre si tal o cual palabra o frase dicen lo que pretende, si ayudan o entorpecen en la comprensión: si son las piezas que encajan para que todo funcione. Cercas accedió al estrellato por una novela prácticamente perfecta. Soldados de Salamina tenía las dosis justas para acceder a todo tipo de públicos, desde el de las señoras que compran libros para leerlos en verano en la tumbona, hasta el de los exigentes metacríticos que analizan hasta la contratapa buscando errores o incoherencias. Técnica y emoción. Suspense y calidad literaria. ¿Qué hizo después?. Dos nuevas maravillas. Una pequeña vuelta de tuerca con La velocidad de la luz y un salto al vacío con un extenso ensayo: Anatomía de un instante
Por eso su obra anterior se reeditó. Por eso y para que él y su editorial obtuviesen provecho de libros que habían pasado inicialmente desapercibidos.
El móvil apunta algunas de esas cualidades. Lo metaliterario; obvio, escritores que hablan de escritores en busca de obras y de inspiración, autoreferencias que hacen de la lectura un experimento capicúa, un experimento palindrómico. Lo literario; empieza a escribir de maravilla, a narrar de una manera amena y directa, aunque el relato dé lo justo de sí. Mejores días le esperaban. O sea, El móvil no es Moon Safari de los Air. Es más bien Swoon de Prefab Sprout. O Pablo honey de Radiohead.

dissabte, 3 de setembre del 2011

LA MONTAÑA MAGICA

Sí : debería leer el clásico de Thomas Mann, libro emblemático donde los haya, por lo que leo, en reseñas sugerentes de toda clase de imágenes trascendentes que acaban concluyendo que algo cambia tras leerlo. Dígase fe, dígase actitud ante la vida, o la muerte, pero parece ser que uno no es el mismo, y no sólo por que más de 1000 páginas lleven unos días, y la vida puede cambiar en ese lapso, claro, si puede cambiar en un segundo, si puede cambiar en que te digan que sí o que no, o en que lo digas tú mismo, cómo no va a cambiar mientras lees un largo libro, lo leas en casa o en un banco en el parque, o sentado en una piedra donde te has dado cuenta que estás no muy cómodo pero la mar de fresco. O en una biblioteca mientras alguien te mira inquisidor desde un butacón lejano, ligeramente bañado por una luz algo nublada de septiembre.
Pero deberá esperar; primero debo acabar con la trilogía de Deptford, cosa que no requiere empujón alguno, y sin embargo John Self me anima aún más a ello. Elegancia en el estilo y una especie de bruma matinal que se va cerniendo sobre la trama, a medida que uno lee ( en Mantícora) las confesiones de diván que David Staunton vierte en la consulta del Instituto Jung. Luego irá Houellebecq, tras un contacto inicial de 40 páginas que vuelve a transmitir las sensaciones que ya predecía : la contemporaneidad de El mapa y el territorio es tan rabiosa y frenética que piensas que cualquier cosa que pasa en el libro puede pasarte o a tí o a quien conoces o a quien te cruzas por la calle. Espero que el mundo haga justicia a Houellebecq, y espero que no tarde (le veo envejecido en la foto del libro). Puto genio.

El pequeño rincón algo fantástico. Sabéis de esa filia por Cercas sobrevenida en los últimos meses (punto de ignición : el post en que John Self saca Anatomía de un instante, por el que sentía una irrefrenable curiosidad desde hacía tiempo). Bién, uno de los escenarios de la trama de Soldados de Salamina es el Santuari del Collell, internado reconvertido en prisión republicana durante la guerra, punto del que partían, en la novela y en la realidad ligeramente tintada en que ésta se basa,  los detenidos con destino al fusilamiento del que Sánchez Mazas acaba zafándose. Resulta que el club de fútbol de mi hijo organiza un stage de pre-temporada al que mi hijo va a acudir. Y el lugar elegido es justo ése, pues los avatares del tiempo han convertido esas instalaciones en casa de colonias y reuniones donde se celebran eventos de este tipo. Para que Lydia siga pensando en esas casualidades que tanto la emocionan, casi tanto como ese equipo de nuestros comunes amores, y sé que no debo ser prosaico y simplista pero a veces no puedo evitarlo. Hasta Juan Villoro escribe un libro sobre la fe en el fútbol que invade esta sociedad rara, que debería cambiar pero la desidia de unos y la pereza de otros no le deja.


diumenge, 28 d’agost del 2011

LOS MANAZAS

Para escribir este post he necesitado hacer uso de dos niveles de crueldad :

La crueldad autoinfringida : ver una película con la práctica seguridad de que no va a gustarme apenas nada.
La crueldad exógena : sacar el escalpelo y no tener la más mínima contemplación, territorio en el que me siento cómodo, cómo no voy a sentirme cómodo practicando un deporte favorito.

Luego viene la cuestión de matizar tanto lo primero como lo segundo.

Decido ver Soldados de Salamina, la película, justo unas semanas despues de haber leído el libro, y a raíz tanto de diversos consejos levemente dispares, como de mi repentina propensión a impartir justicia. Este es el momento, pues la sensación que me dejó el libro es fresca y vívida, aunque esté algo entremezclada con las dejadas por los otros dos libros (sin olvidar la de primera mano que ha representado la reciente entrevista).
La película se deja ver, sin más. Tiene una factura relativamente cuidada y su ritmo narrativo es dinámico, sin hacerse pesada. Nada espectacular en las interpretaciones, el intercalado de imágenes históricas (reales o no) aporta cierto tono muy inocuo de denuncia del conflicto. Tal como se criticó a Cercas, Trueba decanta a la izquierda y no lo intenta ocultar.

Pero, pero, pero.

Podría incluso decir que la película es aceptable si no fuera consciente de todo lo demás.

Aceptaré que la adaptación desmonte la estructura en tres partes de la novela. Este sería un cambio que puede justificarse para no hacer que la película quede excesivamente delimitada en episodios.
Pero este cambio trae otros de la mano. En la tercera parte del libro el personaje de Roberto Bolaño es fiel a la realidad : un escritor que trabaja como vigilante en un camping, hasta que el mundo empieza a apreciar su talento. Lo que yo entendí como un guiño de admiración y amistad por parte de Cercas hacia Bolaño, en la película es fulminado, siendo quien establece el vínculo con Miralles un atolondrado estudiante mexicano, cuya relación es ya mostrada inicialmente: es alumna del narrador. Sería un pecado venial, en otras circunstancias. Pero obviar a Bolaño es un agravante, de qué enorme tamaño. 
Esa sería una razón por sí sola, pero muchas otras la acompañan: primer puñetazo, al hígado, el narrador deja de ser el propio autor, varón, en el libro para ser una mujer en la película. Al parecer había que dar oportunidad de lucimiento a Ariadna Gil, pareja del director (un muy bisoño David Trueba), aunque fuese perpetrando ese destrozo. Encima la convierten en lesbiana, lo que permite conservar el personaje de la novia tarotista, e inventarse una escena tan fuera de lugar como la conversación a través del televisor. Atribulada, se le caen toda clase de cosas en todas las escenas iniciales, detalle que no entiendo qué nos pretende hacer ver del personaje. Se la hace leer en voz alta en todas partes. En una absurda escena un corto plano inicial nos muestra lecturas y discos torpemente desperdigados: Calvino, Green, Flaubert, Villoro, Leonard Cohen, Fermin Muguruza, PJ Harvey. Otro estúpido recurso que acaba no diciendo nada en claro. 
Ariadna Gil (da igual que sea catalana y hermana de músicos) es de una atonía exasperante. 
Luego toda la película, empezando por una música impostadamente otoñal, está dominada por un tono sensiblero que en el libro sólo se muestra en las últimas páginas. El monólogo final, en el taxi, es una apelación lacrimógena completamente fuera de lugar. Para interpretar a un falangista madrileño de la línea más dura no tuvieron idea más feliz que usar un buen actor, sí, Ramon Fontseré, tan bueno como incapaz de disimular de ninguna de las maneras su cerrado acento catalán. Cosa que un cásting decente debería evitar.
En fín, sin llegar a ser una tortura, pues si uno no ha leído el libro y no es muy exigente, puede apreciar la originalidad de la historia, Soldados de Salamina, la película, podría ser punto por punto un manual de los motivos por los cuales un libro debe ser dejado tal cual antes de despojarlo de todos sus matices y modificarlo para procurarse una puesta en escena, e investirse (si director) en una especie de nuevo creador que sólo acaba siendo un mero chapoteo convirtiendo en barro y confusión lo que era casi perfecto. 

diumenge, 7 d’agost del 2011

LOS FUNDAMENTALES

Tras experimentar lo extenuante que puede resultar, mentalmente, aventurarse en la más pura ficción (aquella que es más impura), hago un recuento de retales variados que se hallan desperdigados por cajones y cubetas.
Lorrie Moore : desesperado por no aguantar diez páginas de una desconcertante obra fallidamente multilingüe, devuelvo el libro a la biblioteca. Ya indagaré si me he equivocado con el primer intento: en cualquier caso para mi consuelo esto me ha pasado antes con Don DeLillo. No arrancas y punto. Como ciertas relaciones personales, forzar las cosas es lo peor que puede hacerse.

Modern family : La mencioné muy de pasada. Es lo que tienen las series USA: conseguir dar en el clavo con toda precisión con exactamente todos los ingredientes con los que en otros casos sólo se consigue basura catódica. Cuando de todas las series que me he tragado el único personaje infantil que no me provocaba urticaria era Tony Jr. en The Sopranos, en Modern Family tienes cuatro papeles infantiles exentos de cursilería, repletos de aciertos. Cuando me quejo del estereotipo gay que prolifera en las series de la manera más grosera y forzada, toma pareja gay con reinona hiperactuada marcando el paso de cada escena (increíble Eric Stonestreet), pero que, bazinga!, ahí cumple un papel de contrapeso por si alguien aprecia olor neo-con, que no lo hay por ningún lado. Cuando se me hace insoportable la dosis prescrita por los gurus de marketing de personajes latinos tanto en las series como en el star-system (J.Lo, Eva Longoria) te sueltan a la impresionante (con todas las letras, no sobra ni una) Sofia Vergara, papel merecedor de llevar a su intérprete al firmamento con toda justicia. A pesar de mis preferencias por las series de perfil más dramático, hay que reconocer a esta serie (y a The Office y a The Big Bang Theory, y a Entourage) su incansable capacidad de encontrar motivos para que nos riamos, y de lo lindo, en este entorno tan hostil. Por encima de otras con muchas más pretensiones, y encima, sin ñoñeces ni cursilerías, apta para casi todas las edades. A recomendar absolutamente.
Ultimas (puede) ondas concéntricas del affaire Javier Cercas : repaso en la librería entre los escasos Kapuscinski que me quedan por leer, y me encuentro en la contraportada de Viajes con Heródoto con la mención a los soldados de Salamina (no el libro, sino la figura clásica de la literatura griega). Nueve euros, la diferencia entre un bistec y un entrecot. Al saco.
Recuerdo cierto post de 6Q (por cierto, voy a hacerte caso bien pronto con Truman Capote) mencionando pasodobles (dejándo a todo quisqui epatado) y muy concretamente Suspiros de España, que resulta ser uno de los vinculos emocionales en el libro de Cercas). Ya estamos todos. Leed el libro. Y ved la serie



divendres, 5 d’agost del 2011

LA DISOLUCION DE LAS FRONTERAS - FINAL

No podía acabar una entrevista a Javier Cercas hablando de Bolaño. Ni la ausencia de divismo que aprecié aguantaría eso. Así que decidí apostar a doble o nada, y mencionar el incidente del cual había leído en internet.

F.B. : Como hemos hablado sus obras contienen pequeños juegos de engaños hacia los lectores. Personajes reales con aspectos imaginarios, cruces de datos ciertos y falsos, verdades a medias, mentiras que se visten de equivocaciones. Dentro de este juego, y como consecuencia de cierto artículo, personalmente se vió involucrado en un feo asunto donde se divulgó que había sido detenido como cliente en el curso de una redada en clubes de prostitutas. ¿Se toma eso como el precio de la fama, o cree que ciertas barreras no hay que rebasarlas?.

J.C. : Antes hemos planteado un dilema parecido. Estamos en un país de cierto tipo de famosos y un nutrido público que los sigue. No puede evitarse, pues a mayor resistencia uno opone, con mayor tesón  en contra se encuentra. Afortunadamente tengo una familia que comprende que es difícil no verse involucrado en estas situaciones, aún siendo un escritor con poca proyección pública. Ni siquiera vivo en Madrid. Si uno se permite licencias a cierta costa y complicidades de cierto tipo debe saber encajarlas en el otro sentido. Todos sabemos que hacer bromas es más divertido que ser objeto de ellas. La mayoría de las veces. Me temo que lamentarme, aunque fuera solo en petit comité, sólo haría que agravarlo.


Fue la última pregunta. Cortésmente me recriminó que yo hubiera abonado la cuenta. Me quedé sentado en la mesa ordenando un poco mis notas, buscando papeles y el endemoniado bolígrafo que no aparecía, mientras él se alejaba por el mismo camino que habíamos recorrido a pie para venir. Ví a lo lejos que se detenía a hablar con una mujer rubia de una edad indefinida. Cuando volví a alzar la vista, la mujer se acercaba decidida a mi mesa, de la que yo ya me iba a levantar, y me entregaba un papel.

Me llamo Lydia, el señor Cercas me ha pedido que le entregue esta nota.

Había unas pocas líneas escritas en una cuartilla.

Se ha olvidado de preguntarme si realmente ví a Bolaño para preguntarle todo lo que puse en el libro.


La respuesta es no.


Entonces, ahora puede que tenga la última pieza que le faltaba para tener listo su primer cuento.

LA DISOLUCION DE LAS FRONTERAS - PARTE 3

Nada puede ser tan grave, así que decido afrontar el tema directamente. Fuera historias negras sobre el ego de los autores, fuera excusas pueriles de los platos de segunda mesa.

F.B. : He de confesarle que uno de los motivos fundacionales de creación de mi blog fue la influencia de la obra de Roberto Bolaño. Por tanto he de confesarle también que uno de los motivos de que me haya gustado tanto Soldados de Salamina, hasta el punto de, concluida su lectura, remover cielo y tierra para conseguir esta entrevista, es esa última parte en que convierte a Roberto Bolaño en una especie de bisagra sorprendente de la trama. ¿Cual fue su intención al introducir este personaje?.

J.C. : Como usted sabe, soy profesor de literatura española en la Universitat de Girona. Ya que hemos hecho alguna referencia política, le diré que Girona fue la última circunscripción electoral española en otorgar un escaño al PP. Como ve, hablo catalán con toda normalidad aquí, y mis clases son indistintamente en uno u otro idioma según se desarrollan. Conocí a Bolaño dentro de lo que son los círculos literarios, y me sorprendió (pues ya estaba enfermo de cierta gravedad) su dinamismo ya no sólo mental sino incluso físico. Para colmo, algún conocido que veraneaba en Blanes recordaba justo a ese Bolaño que vendía bisutería en la parada de la madre, la vendía a veces con cierto desaire arisco pues le costaba abandonar sus lecturas, aunque fuese para cobrar. Tantas coincidencias, no sé a los demás, pero a mí me desconciertan. Cuando empecé a escribir el libro justo empezaba a traspasar la barrera, cultural y económica, del escritor de culto al escritor de culto con un razonable éxito. La frontera se disolvía y ya podía vivir de escribir, holgadamente, fue una lástima que durase tan poco esa buena situación tan merecida. Bolaño ya acostumbraba a insertar personajes, o ciertas características de éstos, de la realidad, en sus tramas. Así que me dije que era sólo una manera, por una parte, de simplificar mi labor, pues los personajes que ya existen van muy bién para rellenar ciertos huecos en el proceso creativo y, por otra, de rendirle un cierto homenaje.

F.B. : No he visto, todavía, la adaptación a la pantalla de su novela. ¿Qué opina de los dos cambios más notables, el narrador como mujer, y el personaje de Bolaño transformado en un joven estudiante mexicano?

J.C. : Nada en concreto. Licencias en la adaptación, que son tan legítimas como las licencias en la creación. Quizás el hecho de que el personaje de Bolaño fuese un joven estudiante mexicano fuese otro grado de homenaje, adicional al que yo había propuesto.

En este momento determinado, sonó por tercera vez el teléfono de Javier. Lo escueto de la última respuesta me dejó algo intranquilo, y ya eran dos preguntas hablando de otro escritor. Peor aún, para atender esa llamada se levantó de la mesa y, al girar la esquina, lo perdí de vista. Su ausencia se prolongaba y yo empecé a temer que se hubiese hartado (un blogger de pacotilla entrevistando a un escritor de ventas en siete cifras y traducciones a veinte idiomas), cosa que me hizo, para mitigar los nervios, pedir la cuenta y empezar a garabatear notas ininteligibles en un papel. Cuando, casi por sorpresa, se reincorporó a su silla pidiéndome disculpas pues ésa había sido la llamada de su mujer, decidí que, lejos de asustarme, debo ser más seguro de mí mismo. Habia llegado la hora de ir acabando, por cierto.


dijous, 4 d’agost del 2011

LA DISOLUCION DE LAS FRONTERAS - PARTE 2

Mientras edito y reconstruyo una conversación que fue un pelo caótica (no ayudó que yo no sea ducho en el uso del modo grabación de voz de la BB, ni que Javier recibiera alguna que otra llamada que nos hacía perder el ritmo), comento dos cosas sin conexión aparente: igual que comenté que el libro de McCarthy me había propulsado al diccionario, mi empeño por terminar Soldados de Salamina me tuvo diez minutos de pie leyendo en la cocina de mi casa (con el fin de respetar el tiempo aconsejado para sofreír cebolla dulce). Y la otra: tras una sequía de algunas semanas, pues cinco capítulos de Game of thrones esperarán al momento oportuno para verlos, Modern family ha supuesto un agradable regreso a ese tipo de series que te tragas con una facilidad y avidez pasmosas. Con el gratificante añadido (estamos en verano y los críos se acuestan tarde) de ser prácticamente idónea para ver en familia.
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Javier Cercas me aclara que tiene que respetar pautas de su editor en el sentido de no desvelar detalles de sus próximas obras, y que tampoco podré tomar ninguna foto. Hablamos de primeras figuras en las que los gurpos editoriales tienen grandes intereses, que no pueden exponerse a que se sepa ni tan siquiera un indicio de la temática de su próximo libro. Por este mismo motivo, no me habla de viajes, de lecturas recientes, de personajes de la actualidad. Cosas de ser una estrella en el firmamento editorial (y espero que no se note el deje de envidia).

F.B. : Bién, me concentraré en las tres obras que he leído. Yo no las veo como una trilogía, pero he conseguido detectar, de algún modo, pequeñas coincidencias que no afectan a las tres, pero sí a dos de ellas. Podríamos comentarlas, si le parece: Tanto en Soldados de Salamina como en La velocidad de la luz parece que juegue a confundir al lector mezclando detalles reales de su biografía (la estancia en USA, los nombres de las primeras novelas) con otros completamente discrepantes : en la primera el narrador convive con una mujer que no es su esposa, en la segunda es un hombre que pierde a su familia. ¿Se trata de un juego que plantea al lector, y con qué sentido lo haría?.
J. C. : Bueno, esta cuestión linda con lo personal. O al menos no tengo más remedio que plantearlo así si quiero responderla. En mi caso, y por ese regusto supersticioso que arrastra la tradición en nuestro país, una cuestión como la muerte de la familia, tal como le ocurre al narrador en LVDLL, prácticamente era la rotura de un tabú. Hubo tanta gente que se interesaba por si eso me había pasado de verdad como gente que, sin tener muy claros cuales eran los detalles ciertos y los que no, me recriminó cierto morbo, o mal gusto, o inoportunidad. Recuerdo cierta película de Cronenberg donde el hecho más comentado es el asesinato frío y gratuito de una niña de corta edad. Pues mi familia está bién, y, si tengo que ser más sincero, aunque sea algo a lo que los que conviven con un escritor se habitúan, esperando que todo lo malo les pase en esas ficciones que, debo insistir, no protagonizo. Aunque el narrador tenga mi nombre y escriba libros que tienen títulos como los míos. Al lector le planteo aquello que pueda interesarle, y, como podrá deducir de mi existencia cotidiana, mi vida por sí sola no tiene nada de interesante, por lo cual hay que ayudar un poco.

F. B. : Otra cuestión común a dos de sus libros: el golpe de estado y la guerra. Usted califica, sin nombrarlo, a cierto dictador de gordezuelo, afeminado y astuto. A mí me gustaría más llamarlo taimado, que es una especie muy concreta de astucia perversa y con bajeza. En todo caso, ha notado alguna reacción entre sus lectores ante esos sutiles posicionamientos polìticos ?
J. C. : No, o al menos no de una manera notoria. Los lectores que coinciden con ese posicionamiento estarán contentos y los que no siempre pueden dudar si no son en realidad las ideas de mis personajes. He criticado una guerra absurda, un golpe de estado ilegal que triunfó y uno ilegal que no triunfó. Creo que hablamos de cuestiones cercanas a la objetividad. Y sí, taimado hubiese sido un calificativo bién empleado pero no reparé en él.

F.B. : Por último el único trazo común que se me ocurre en los tres libros es una especie de finalización con un carácter algo más introspectivo. Este trazo, que a mí me resulta acertado, podría ser que a cierto tipo de critica, a esa modalidad tan particular que aplaude finales abiertos y novelas inconclusas, no haya acabado de convencerle. Ha pensado en esta situación ?
J. C. : No, pero he de decirle que no planeo si el libro ha de tener un final o no. Puede que esas últimas páginas, sin estar planificadas, se manifiesten como el final del libro y deba detenerme ahí. Aparecen, y ya está.


Este es un momento sumamente dificil de la entrevista. Debo plantearle a Cercas que, con lo mucho que he disfrutado con cualquiera de esos tres libros, el verdadero detonante que me empuja a contactar con él es esa tercera parte en SDS, la parte de Bolaño que diría Bolaño. Es sumamente difícil darle un enfoque. 

LA DISOLUCION DE LAS FRONTERAS - PARTE 1

Debido a su extenso contenido, y a que algunas de mis notas requerirán cierto tipo de edición, ésta entrevista será publicada en varias partes a lo largo de estos días. Preferentemente de manera consecutiva, pero no con seguridad.

Después de leer, en muy breve lapso, los tres libros que le han encumbrado como escritor de prestigio, a la par que vendedor de cifras sustanciales, decido, movido a terceras partes por la curiosidad, la cercanía física, (Girona está apenas a una hora de coche) y el beneficio temporal de su presencia entre los vivos (ya que Bolaño y Kapuscinski se me han escapado y no quiero otro caso), mover todos los hilos posibles para entrevistar a Javier Cercas.
Es mi segunda entrevista, tras la que le hice al finlandés en la acampada de Barcelona. No es la mejor de las cartas de presentación, pero no hay motivo por el cual revelarlo, así que activo contactos en Girona, que no me faltan, ni entre la población de a pie ni entre cierta minoría influyente de la comunidad educativa y literaria. A pesar de estar en agosto, contar con el blog representa una buena presentación, pues personas que conocen a Cercas detectan ciertos gustos comunes, cierta filosofía vital compartida, tenuemente más en lo musical que en lo literario, aspecto que me contraría un poco: pretendo hablar más de lo segundo (de lo primero acabaremos no hablando). Pero cualquier puerta de acceso, aunque sea trasera y escorada, y esté escondida, es válida.
Me encuentro con Cercas a última hora de la tarde del miércoles: es un agosto que empieza a ser julio por fín, y Girona, una ciudad que a esa hora empieza a pedir, barrios y calles al unísono, un descanso a una jornada con un sol de justicia. Andamos descuidadamente desde el puente en que nos hemos encontrado, dejando el cauce del río a nuestra izquierda. Antes de aventurarnos por una de las cuestas del Call, pues no queremos exponernos a mayor sudoración de la educadamente necesaria, acabamos sentados en una heladería que hace esquina, en cuya terraza hay una tímida pero alentadora sombra. Hay que añadir que, en un extraño ritual de amabilidad y maneras, ambos nos hemos presentado con pantalón largo, camisa de manga larga (que él lleva arremangada pero yo cubro con una chaqueta que pensaba que me iba a parecer más ligera). Comentamos acerca de esta circunstancia, cosa que crea un cierto aire de complicidad. Vamos bién. La heladería parece pertenecer a una familia que la regenta hace pocos días. No demasiado duchos en la cuestión de servir helados, pues reconocen no haber probado todos los que ofrecen en la carta, optamos por la comodidad estacional de la cerveza con limonada.

F.B. : He leído tres de sus libros en el curso de apenas unas semanas. El orden de la lectura ha sido el inverso al de su edición.  ¿Me recomendaría que siga hacia atrás y acceda a sus tres novelas anteriores?. 

J.C. : Ningún escritor va a recomendarle a nadie que lea sus libros, ni dejará de hacerlo. Lo único que puedo decirle es que le va a ser difícil encontrar esos textos, pues mi editorial lanzó ediciones cortas. Fueron reeditados con el éxito de Soldados de Salamina ,  pero no suscitaron el mismo interés, y me temo que esas segundas ediciones de mi obra anterior han acabado agotándose también. Le diría que haga algún esfuerzo por encontrarlos y que confío en que le merecerá la pena.

F.B. : Debo reconocer que no sigo sus colaboraciones en prensa. No leo El país con excesiva frecuencia pues opto por leer prensa editada en Barcelona. ¿Piensa publicar algún tipo de recopilación de este tipo de trabajos, aunque se trate de una manera de cubrir los vacíos temporales entre sus obras "mayores"?.

J.C. : Se trata de que, si yo mismo hago una selección de los que me pueden parecerme mejores de esos artículos, acabo transmitiendo un mensaje con el que no me siento cómodo. Yo mismo decido que mis textos cumplen o no cierto criterio que, a lo mejor, no es siempre el mismo. Creo que esta decisión la dejaré en manos de mi editor, tanto la de llevarlo a cabo o no como el momento en que crea que debe o no hacerlo. Me molesta un poco cuando veo que esto se hace con la obra de escritores fallecidos, es una especie de método empresarial consistente en ir sirviendo entremeses, platos y postres de los autores. Dudo que llegado el momento sea muy útil, en todo caso. Quizás para saciar a la gente que no tiene bastante con la ficción.


Entonces yo pienso en Philip Roth.


dijous, 30 de juny del 2011

LA CONEXION GIRONA



Dicen que Girona es el área con mejor nivel de vida del estado. A mí estos estudios basados en promedios me despiertan poca confianza. Así que en Girona habrá gente que lo está pasando de todos los colores, supongo. Ocurre que Girona se ha convertido en una especie de nudo donde muchas cosas confluyen.

Allí vivió Lance Armstrong, que un amigo llegó a conocer, junto a Sheryl Crow, que canta junto a Burt Bacharach en un link que 6Q publica en un (uno de sus escasos) post. Hete aquí que ello provoca que mi grado con Burt Bacharach sea, como máximo, un muy esperanzador 4, con posibilidades de un espectacular 3. Parece ser que es un buen lugar para que un ciclista de élite se entrene.

Iré de vacaciones a su costa, próximamente.

Allí vive, y aún debe impartir clases, Javier Cercas y, lógico por ciertos confusos tonos autobiográficos, allí hace que viva el narrador y protagonista de La velocidad de la luz.

En este recorrido inverso de la obra de Cercas que estoy haciendo, cuyo pistoletazo de salida debo a John Self, debo reconocer que este libro ha vuelto a colmar mis expectativas, aunque me ha expuesto a una tesitura: ahora debería tocarle a Soldados de Salamina. Entonces me acuerdo de mi post sobre los best-seller y, haciendo un breve cálculo basado en días promedio de lectura, ese libro debería acompañarme algún día a la playa o a la piscina. Cosa que hace aflorar toda mi personalidad. Qué pensaría yo si, hoy, viese a alguien leyendo El código Da Vinci ??. Una relectura de semejante porquería (por su escaso valor literario, aclaro, para que nadie piense que a mí me afecta lo más mínimo que alguien se meta con el opus dei) se me antoja una tortura innecesaria. Leerlo por primera vez a estas alturas, extraño. Así que no me expondré a encontrarme alguien tan retorcido como yo pensando como yo sobre alguien como yo. Ya sé que existen esos socorridos forros que ocultan lo que lees, pero no soy de esos. Leeré ese libro en casa, buscaré el pasaje sobre Bolaño, estaré expectante pues algo me hace temer que habrá pasajes dotados de cierta crueldad. No sé. En su lugar, por una serie, no tan grande, no tan intrigante, no tan brillante, de otro tipo de coincidencias, Meridiano de sangre de Cormac McCarthy. Y si Philip Roth no piensa leer más ficción, porque se ha hecho más sabio, ojalá a mí me dure mucho la tontería.

Sobre La velocidad de la luz ?? . Que sí, que realmente Vietnam es su eje central, con una crudeza rodeada de silencios cómplices, pero que todo el mundo lo lea, puede que alguien no sea tan tolerante con ese constante equívoco autobiográfico, en cualquier caso una pequeña licencia metaliteraria que demuestra que Cercas no esconde sus intenciones.

LA CONNEXIO GIRONA



Diuen que Girona és l'àrea amb millor nivell de vida de l'estat. A mi aquests estudis basats en mitjanes em desperten poca confiança. Així que a Girona hi haurà gent que ho està passant de tots els colors, suposo. Passa que Girona s'ha convertit en una mena de nus on moltes coses conflueixen.

Allà va viure Lance Armstrong, que un amic va arribar a conèixer, al costat de Sheryl Crow, que canta al costat de Burt Bacharach en un enllaç que 6Q publica en un (un dels seus escassos) post. Vet aquí que això provoca que el meu grau amb Burt Bacharach sigui, com a màxim, un molt esperançador 4, amb possibilitats d'un espectacular 3.Sembla que és un bon lloc perquè un ciclista d'elit s'entreni.

Aniré de vacances a la seva costa, pròximament.

Allà viu, i encara ha d'impartir classes, Javier Cercas i, lògic per certs confusos tons autobiogràfics, allà fa que visqui el narrador i protagonista de La velocidad de la luz.

En aquest recorregut invers de l'obra de Cercas que estic fent, el tret de sortida dec a John Self, he de reconèixer que aquest llibre ha tornat a omplir les meves expectatives, encara que ha exposat a una tessitura: ara hauria de tocar-li a Soldados de Salamina. Llavors me'n recordo del meu post sobre els best-seller i, fent un breu càlcul basat en dies de mitjana de lectura, aquest llibre m'hauria de acompanyar algun dia a la platja o a la piscina. Cosa que fa aflorar tota la meva personalitat. Què pensaria jo si, avui, veiés a algú llegint El codigo Da Vinci??. Una relectura de semblant porqueria (pel seu escàs valor literari, aclareixo, perquè ningú pensi que a mi m'afecta gens ni mica que algú es fiqui amb l'opus dei) em sembla una tortura innecessària. Llegir-lo per primera vegada a hores d'ara, estrany. Així que no m'exposaré a trobar algú tan recargolat com jo pensant com jo sobre algú com jo. Ja sé que existeixen aquests socorreguts folres que amaguen el que llegeixes, però no sóc d'aquests. Llegiré aquest llibre a casa, buscaré el passatge sobre Bolaño, estaré expectant doncs alguna cosa em fa témer que hi haurà passatges dotats de certa crueltat. No sé. En el seu lloc, per una sèrie, no tan gran, no tan intrigant, no tan brillant, d'un altre tipus de coincidències, Meridiano de sangre de Cormac McCarthy. I si Philip Roth no pensa llegir més ficció, perquè s'ha fet més savi, tant de bo a mi em duri molt la tonteria.

Sobre La velocidad de la luz?? . Que sí, que realment Vietnam és el seu eix central, amb una cruesa envoltada de silencis còmplices, però que tothom el llegeixi, potser algú no sigui tan tolerant amb aquest constant equívoc autobiogràfic, en qualsevol cas una petita llicència metaliterària que demostra que Cercas no amaga les seves intencions.

dimecres, 29 de juny del 2011

LA OLLA HIRVIENDO

No. No pude borrar la palabra amistad de su primer puesto en la lista. Es demasiado amplio el concepto para zanjarlo en un blog tan escueto. Es tan amplio el concepto como ha conseguido que sea Facebook. En Facebook eres amigo de personas que nunca has visto, o nunca vas a ver. De hecho podrías no enterarte si amigos tuyos en Facebook murieran y alguien consiguiese su clave y los fuese manteniendo ahí. Colgarían cosas, harían comentarios de algunas tuyas,  ni te enterarías, de no ser, caso improbable, que alguien se decidiese a proponer un contacto real, donde todo el tinglado quedaría destapado. 

Para evaluar tu grado real, o potencial, de amistad con alguien, habría que plantearse algunos de estos dilemas :

Es de tu mismo sexo o del opuesto
Si es del sexo por el que sientes atracción sexual, la has sentido en concreto por esa persona
Le pedirías dinero
Confiarías que te lo devolviera
Le prestarías dinero
Crees que te lo exigiría
Trabajarías junto
Trabajarías para
Le darías trabajo
Le recomendarías tus mejores gustos
Aceptarías sus recomendaciones
Le acogerías en tu casa una temporada
Le pedirías que te acogiese en su casa una temporada
Viajarías junto
Compartirías habitación
Compartirías piso
Compartirías una juerga sexual
Compartirías un vaso
Compartirías una botella
Le dejarías tu coche
Le pedirías su coche

Le confiarías cuantos de estos secretos si fuera el caso, o dejarías que te los confiase, y podría estar tranquilo pues su secreto estaría a salvo contigo

Que eres homosexual
Que eres alcohólico
Que consumes estupefacientes
Que no puedes dejar de consumirlos
Que vas con prostitutas
Que estás enganchado al sexo
Que has cometido crímenes
Que tienes perversiones sexuales
Que odias a alguien a quien quiere
Que deseas a alguien a quien quiere
Que has tenido que mentirle para no perder su amistad

Conseguí muy fácilmente en la biblioteca La velocidad de la luz y ya hemos compartido una hora larga, aunque aún la guerra de Vietnam (que ligeramente me pensaba que era su trama principal) no ha aparecido más que soslayadamente. País increíble, Vietnam, insisto (aunque quien lo diga se haya quedado justo ahí, escuetamente). Pronto para pronunciarse, excelente pinta hasta ahora. De momento el libro, traza un argumento ligeramente metaliterario (influencia de Bolaño, y de Vila-matas, que los escritores escriban obras donde son los protagonistas), y habla de amistad, de creación literaria, de cierta necesidad del viaje frecuente como retroalimentación del escritor, como mero estímulo de la creatividad. Excelente post de johnself.blogspot.com con un perfecto link de vídeo, que podéis ver desde esta mañana (hombres que madrugan mucho, para mí son de confianza), ya que hablamos de creatividad.
Cercas habla de los silencios de la creatividad que son como los silencios en las grandes canciones : momentos en que todo queda en suspenso mientras algo debería pasar. Otro día pondré canciones con silencios. Hoy este vídeo sirve como enlace entre los dos temas. 



Podría tratarse del vídeo más horripilante grabado jamás, atufa horrorosamente a los 80, el tío que canta no sé ni porque rasga la guitarra sin ton ni son, ni porque mira con ese estúpido ángulo (supongo que el que le sugiere el director del clip para hacerse el interesante, con unos resultados patéticos). Pero la canción me resulta ligeramente entrañable. El grupo, que se llama Friends again, tuvo un efímero paso que dio lugar a otro grupo, tan olvidado que ni en youtube he encontrado algo más consistente que un trozo de apenas dos minutos de su mejor canción


No sé donde fue a parar, en términos de aportación a la historia, la seguridad que exhibía el cantante y guitarrista. Si un genio como John  McGeoch acabó sus días muriendo tristemente mientras dormía, ganándose la vida como camillero en un hospital, dónde debe andar éste.
Según figura en el vídeo, la producción, limpia, aséptica, correspondía al productor de los discos de Steely Dan. Está claro quien tenía más acceso a la eternidad, pues Love and money palidecen, y casi se desvanecen, cuando se les compara con ésto, lleno de referencias en su letra a alcohol y drogas.


Que me hace pensar cómo narices he tardado un año y dos días en mencionar a Prefab Sprout, que rellenaron con sólo un disco casi medio año de mi vida. Paddy McAloon no debería tener el aspecto que tiene ahora, por eso. Teñirse la barba podría parecer patético, pero uno no puede parecer un gurú chalado.


Y si todo el desfile de viejas glorias, porque hay que ir 25 años atrás para encontrarse todas estas canciones, no os ha saturado, esto es de este mismo año, suena limpio y pulcro y radio friendly, pero me temo que no todo se queda en como suena. Claramente hay más fuera que dentro. Qué cabreados están los heavies porque una banda tan blanda se llame Destroyer, qué poco youtube ven en según que países para no haberse ofendido, aún, por la coreografía con el burka. No me preguntéis que significa, dudo que ni ellos lo sepan.





L'OLLA BULLINT

No. No vaig poder esborrar la paraula amistat del seu primer lloc en la llista. És massa ampli el concepte per tancar-lo en un bloc tan breu. És tan ampli el concepte com ha aconseguit que sigui Facebook. A Facebook ets amic de persones que mai has vist, o mai veuràs. De fet podries no assabenta-te si amics teus a Facebook morissin i algú aconseguís la seva clau i els fos mantenint allà. Penjarien coses, farien comentaris d'algunes teves, ni ho sabries, si no és, cas improbable, que algú es decidís a proposar un contacte real, on tot el tinglado quedaria destapat.

Per avaluar el teu grau real, o potencial, d'amistat amb algú, caldria plantejar-se alguns d'aquests dilemes:

És del teu mateix sexe o de l'oposat
Si és del sexe pel que sents atracció sexual, l'has sentit en concret per aquesta persona
Li demanaries diners
Confiaria que t'ho tornés
Li prestaries diners
Creus que t'ho exigiria
Treballaries juntament
Treballaries per
Li donaries treball
Li recomanaries teus millors gustos
Acceptaries les seves recomanacions
Li acolliria a casa teva una temporada
Li demanaries que et acollís a casa seva una temporada
Viatjaries juntament
Compartiria habitació
Compartiria pis
Compartiria una gresca sexual
Compartirien el got
Compartiria una ampolla
Li deixaries el teu cotxe
Li demanaries seu cotxe

Li confiaria quants d'aquests secrets si fos el cas, o deixaries que te'ls confiés, i podria estar tranquil ja que el seu secret estaria fora de perill amb tu

Que ets homosexual
Que ets alcohòlic
Que consumeixes estupefaents
Que no pots deixar de consumir
Que vas amb prostitutes
Que estàs enganxat al sexe
Que has comès crims
Que tens perversions sexuals
Que odies a algú a qui vol
Que vols a algú a qui vol
Que has hagut de mentir per no perdre la seva amistat

Vaig aconseguir molt fàcilment a la biblioteca La velocidad de la luz i ja hem compartit una hora llarga, tot i que encara la guerra del Vietnam (que lleugerament em pensava que era la seva trama principal) no ha aparegut més que defuig. País increïble, Vietnam, insisteixo (encara que qui ho digui s'hagi quedat just aquí, concisament). Aviat per pronunciar-se, excel.lent pinta fins ara. De moment el llibre, traça un argument lleugerament metaliterari (influència de Bolaño, i de Vila-Matas, que els escriptors escriguin obres on són els protagonistes), i parla d'amistat, de creació literària, de certa necessitat del viatge freqüent com retroalimentació del escriptor, com a mer estímul de la creativitat. Excel lent post de johnself.blogspot.com amb un perfecte enllaç de vídeo, que podeu veure des d'aquest matí (homes que matinen molt, per a mi són de confiança), ja que parlem de creativitat. 
Parla Cercas dels silencis de la creativitat que són com els silencis en les grans cançons: moments en què tot queda en suspens mentre alguna cosa hauria de passar. Un altre dia posaré cançons amb silencis. Avui aquest vídeo serveix d'enllaç entre els dos temes.Podria tractar-se del vídeo més horripilant gravat mai, fa pudor horrorosament als 80, el tio que canta no sé ni perquè esquinça la guitarra sense solta ni volta, ni perquè mira amb aquest estúpid angle (suposo que el que li suggereix el director del clip per fer-se l'interessant, amb uns resultats patètics). Però la cançó em resulta lleugerament entranyable. 


El grup, que es diu Friends again, va tenir un efímer pas que va donar lloc a un altre grup, tan oblidat que ni a youtube he trobat alguna cosa més consistent que un tros de tot just dos minuts del seu millor tema. No sé on va anar a parar, en termes d'aportació a la història, la seguretat que exhibia el cantant i guitarrista. Si un geni com John McGeoch va acabar els seus dies morint tristament mentre dormia, guanyant-se la vida com portalliteres en un hospital, on ha de estar aquest.



Segons figura en el vídeo, la producció, neta, asèptica, corresponia al productor dels discos de Steely Dan. Està clar qui tenia més accés a l'eternitat, doncs Love and money són res, i gairebé s'esvaeixen, quan se'ls compara amb això, ple de referències en la seva lletra a alcohol i drogues.



Que em fa pensar com nassos he trigat un any i dos dies en esmentar Prefab Sprout, que van omplir amb només un disc gairebé mig any de la meva vida. Paddy McAloon no hauria de tenir l'aspecte que té ara, per això. Tenyir-se la barba podria semblar patètic, però un no pot semblar un guru guillat.



I si tota la desfilada de velles glòries, perquè cal anar 25 anys enrere per trobar totes aquestes cançons, no us ha saturat, aquest és d'aquest mateix any, sona net i polit i ràdio friendly, però em temo que no tot es queda en com sona. Clarament hi ha més fora que dins. Què cabrejats estan els heavies perquè una banda tan tova es digui Destroyer, que poc youtube veuen en segons quins països per no haver-se ofès, encara, per la coreografia amb el burca. No em pregunteu que vol dir, dubto que ni ells ho sàpiguen.


divendres, 24 de juny del 2011

LES RAONS FONAMENTADES

Què és el que pot passar-me si llegeixo un best-seller?

Pot entusiasmar, de manera que compliré amb les expectatives d'editor, promotor i, pot, autor. Pararé en els mateixos paràgrafs i retindré les mateixes frases en què es paren, o que retenen, moltes persones. Tindré un fil de complicitat amb tota aquesta gent, dins de la personalitat de cada un, però convergeixen en fer una valoració definitiva. Oblidarem, en aquest procés, que discrepar i discutir fa les converses més llargues. Al final hi haurà una abraçada, física o mental, de satisfacció, per haver trobat a un igual, encara que sigui un entre molts iguals, una veu més, la nostra, que s'unirà a aquest cor de lloances, a aquesta nota a l'uníson amb la qual queda tan malament desentonar.

Pot agradar però no tant. Reconeixeré els seus mèrits, però aplicaré algun contrapunt, sempre primmirat, gairebé sempre específic, algunes vegades simplement metafísic.Sobraran pàgines o faltarà ritme. Sobraran personatges o faltarà l'indescriptible, just el que ajuda a superar la línia que franqueja l'excel • lència.

Pot decebre, tot i tenir les seves virtuts. Posició gairebé estàndard del esnob per definició. Negar-li tot mèrit és romandre insensible, a esquena del gust majoritari, fins i tot actuar amb un excessiu prejudici que farà que ens acusin de asocials, de tan poc empàtics que som antipàtics. Així que és més pràctic aquest racó del que fa concessions a popularitat, a mèrits menors, però nega grans afalacs. Un clàssic és una altra cosa.

Pot disgustar clarament. Això iniciarà una sèrie de profundes (pensaré, però seran superficials) disquisicions sobre la perversitat dels autors especialitzats, sobre la seva capacitat d'enganyar a través de la manipulació i l'ús i la repetició de trampes i clixés.Sobre la seva habilitat per vendre'ns una i altra vegada el mateix llibre.
Però en el fons d'aquest terrible disgust habitarà una certa frustració, la que ens produeix que els nostres gustos no tinguin sintonia alguna amb la majoria. Frustració tenyida d'orgull ja que aixó ens aparta de la rajada. Frustració que no és tan profunda com la sensació de coincidir a ulls clucs amb la majoria. Que ens agradi el que a tot el món posa davant nostre la nostra pròpia imatge al mirall com la d'un paio vulgar i gandul. Com el xai del pitjor dels arquetips. Voldríem veure a algú inquiet i especial i allà davant ens trobem davant d'aquesta mediocritat.


Javier Cercas va escriure, encara que no sé si conscientment, un best-seller. Es deia Soldats de Salamina, i va donar lloc a una (diuen que molt dolenta) pel.lícula. Va escriure una altra (diuen que molt bona) novel, La velocitat de la llum, amb menor repercussió, i després, Anatomia d'un instant, un assaig de més de 400 pàgines sobre el 23-F.
Un assaig no és normalment un best-seller. Un assaig sobre el 23-F normalment no té valor literari, ja que consideren els editors que no cal, si aquest valor literari no contribueix a alimentar el morbo, per a quin motiu valor literari: si la temàtica ja té prou tirada, pots editar qualsevol cosa . Un assaig que es vesteix de crònica però es transvesteix de biografia és ja un gir molt arriscat com a pas en la carrera d'un escriptor d'èxit. I la pel.lícula sobre el 23-F ja està feta, quina millor pel.lícula que la realitat, o volem una d'aquelles pel.lícules cutres de Telecinco com la del príncep i Letizia??. Un assaig suposa reduir les seves vendes, ja que el públic de best sellers vol el mateix sempre d'un autor, servit en sèries o servit en trilogies. Vol l'especialitat de la casa, repetida amb una certa freqüència

Llegir aquest llibre transmet emocions. Llegir aquest llibre fa reflexionar. A mi, però comprendria que a molts altres no, m'ha ensenyat, per exemple, que aquest rei és un desagraït. Que despatxa els favors repartint títols nobiliaris, que són com subsidis d'atur. Que dóna abraçades i cops a l'esquena d'una manera paternalista, ja que es pensa que és realment pare dels seus súbdits. Que els diu ciutadans però els considera súbdits. Que només pensa en si mateix, o el que és pitjor, que només pensa en perpetuar la seva estirp en el poder a qualsevol preu, que és en el fons i a la seva manera, la perpètua reverència en agraïment i acatament al dictador que el va situar en la cuspide.
No sé si Cercas pretén provocar emocions, perquè, amb una explicada i final excepció, el llibre transcorre enmig de fets objectius i hipòtesis que es succeeixen, embolicades en excel.lent prosa, sense un posicionament clar (però tampoc ambigu, cosa que el fa encara més recomanable). Provoca emocions en funció, sobretot, de la proximitat temporal i personal del lector a aquests fets i als personatges que els van protagonitzar. Per posar una pega, ja que Cercas resideix a Catalunya, egoistament li hagués demanat un major desenvolupament (ja que el rasa en una breu menció a Jordi Pujol) de com afecta l'intent al nostre entorn, o com podia haver-ho afectat de prosperar. Perquè en aquestes hores Catalunya va tenir el seu destí unit al d'Espanya en el que succeís. Des d'aquest moment, cada vegada menys. Però això és demanar massa. Per demanar, demanaria a Cercas que fes la crònica dels partits del Barça, o redactés les invitacions de l'aniversari del meu fill, o fes la llista de la compra. En algun lloc crec recordar haver llegit (sento la persistència de símils futbolístics, però un no pot fugir de certs arrelaments) alguna cosa com que Cercas era un molt bon autor de segona divisió que podia ascendir a primera. També recordo vagament una reverència que li fa Sergi Pàmies. Prometo que no trigaré tant a llegir el proper llibre que Cercas serveixi. Per la meva està en primera i en posició de Champions. No sé el que passaria amb altres especialistes com Ken Follett (pel que tinc curiositat) o Perez Reverte (pel qual sento repulsió), però sento que havent trigat dos anys en llegir aquest llibre he quedat en deute.
Adolfo Suárez segueix viu, segur que en una bonica casa a Madrid, on algú cura d'ell. Es molt malalt, d'aquestes malalties traïdores que fan que un ni tan sols sàpiga qui és el que està davant el mirall. Si conservés aquesta capacitat, llegir el llibre de Cercas li recordaria qui era. Li recordaria amb aquestes desgràcies que segurament la malaltia li hagi donat un cop de mà a oblidar, però aquest és el bagatge de les persones. Tots els actes de la vida.

LAS RAZONES FUNDADAS

Qué es lo que puede pasarme si leo un best-seller ?

Puede entusiasmarme, con lo que cumpliré con las expectativas de editor, promotor y, puede, autor. Pararé en los mismos párrafos y retendré las mismas frases en que se paran, o que retienen, muchas personas. Tendré un hilo de complicidad con toda esa gente, dentro de la personalidad de cada uno,  aunque convergeremos al hacer una valoración definitiva. Olvidaremos, en ese proceso, que discrepar y discutir hace las conversaciones más largas. Al final habrá un abrazo, físico o mental, de satisfacción, por haber encontrado a un igual, aunque sea uno entre muchos iguales, una voz más, la nuestra, que se unirá a ese coro de alabanzas, a esa nota al unísono con la cual queda tan mal desentonar.

Puede gustarme, pero no tanto. Reconoceré sus méritos, pero aplicaré algún contrapunto, siempre escrupuloso, casi siempre específico, algunas veces simplemente metafísico. Sobrarán páginas o faltará ritmo. Sobrarán personajes o faltará lo indescriptible, justo lo que ayuda a rebasar la línea que franquea la excelencia.

Puede decepcionarme, a pesar de tener sus virtudes. Posición casi stándard del snob por definición. Negarle todo mérito es permanecer insensible, a espaldas del gusto mayoritario, incluso actuar con un excesivo prejuicio, lo que hará que nos acusen de asociales, de tan poco empáticos que somos antipáticos. Así que es más práctico ese rincón del que hace concesiones a popularidad, a méritos menores, pero niega   mayores halagos. Un clásico es otra cosa.

Puede disgustarme claramente. Ello iniciará una serie de profundas (pensaré, pero serán superficiales) disquisiciones sobre la perversidad de los autores especializados, sobre su capacidad de engañar a través de la manipulación y el uso y la repetición de trampas y clichés. Sobre su habilidad para vendernos una y otra vez el mismo libro.
Pero en el fondo de ese terrible disgusto habitará una cierta frustración, la que nos produce que nuestros gustos no tengan sintonía alguna con la mayoria. Frustración teñida de orgullo pues ello nos aparta de la manada.  Frustración que no es tan profunda como la sensación de coincidir a pies juntillas con la mayoría. Que nos guste lo que a todo al mundo, pone ante nosotros nuestra propia imagen en el espejo como la de tipejos vulgares y comodones. Como el borrego del peor de los arquetipos. Querríamos ver a alguien inquieto y especial y ahi delante nos encontramos ante esa mediocridad.

Javier Cercas escribió, aunque no sé si conscientemente, un best-seller. Se llama Soldados de Salamina, y dio lugar a una (dicen que muy mala) película. Escribió otra (dicen que muy buena) novela, La velocidad de la luz, con menor repercusión, y luego, Anatomía de un instante, un ensayo de más de 400 páginas sobre el 23-F.
Un ensayo no es normalmente un best-seller. Un ensayo sobre el 23-F normalmente carece de valor literario, pues consideran los editores que no es necesario, si ese valor literario no contribuye a alimentar el morbo, para qué valor literario ? si la temática ya tiene suficiente tirón, puede editarse cualquier cosa. Un ensayo que se viste de crónica, pero se traviste de biografía es ya un giro muy arriesgado como paso en la carrera de un escritor de éxito. Y la película sobre el 23-F ya está hecha, qué mejor película que la realidad ? , o queremos una de esas películas cutres de Telecinco como la del príncipe y Letizia ??. Un ensayo supone reducir sus ventas, pues el público de best sellers quiere lo mismo siempre de un autor, servido en series o servido en trilogías. Quiere la especialidad de la casa, repetida con una cierta frecuencia

Leer este libro transmite emociones. Leer este libro hace reflexionar. A mí, pero comprendería que a muchos otros no, me ha enseñado, por ejemplo, que ese rey es un desagradecido. Que despacha los favores repartiendo títulos nobiliarios, que son como subsidios de desempleo. Que da abrazos y golpes en la espalda de un modo paternalista, pues se piensa que es realmente padre de sus súbditos. Que los llama ciudadanos pero los considera súbditos. Que sólo piensa en sí mismo, o lo que es peor, que sólo piensa en perpetuar su estirpe en el poder a cualquier precio, que es en el fondo y a su manera, la ininterrumpida  reverencia en agradecimiento y acatamiento al dictador que lo situó en la cúspide.
No sé si Cercas pretendía provocar esas emociones, porque, con una única y final excepción, el libro transcurre en medio de hechos objetivos e hipótesis que se van sucediendo, envueltos en excelente prosa, sin un posicionamiento claro (pero tampoco ambigüo, lo que lo hace aún más recomendable). Provoca emociones en función, sobre todo, de la cercanía temporal y personal del lector a esos hechos, y a los personajes que los protagonizaron. Por poner una pega, ya que Cercas reside en Catalunya, egoístamente le hubiese pedido un mayor desarrollo (pues lo zanja en una breve mención a Jordi Pujol) de cómo afecta la intentona a nuestro entorno, o cómo podía haberlo afectado, de prosperar. Porque en esas horas Catalunya tuvo su destino unido al de España en lo que sucediera. Desde ese momento, cada vez menos. Pero eso sería pedir demasiado. Por pedir, pediría a Cercas que hiciese la crónica de los partidos del Barça, o redactase las invitaciones del cumpleaños de mi hijo, o hiciese la lista de la compra. En algún lugar creo recordar haber leído (siento la persistencia de símiles futbolísticos, pero uno no puede huir de ciertos arraigos) algo así como que Cercas era un muy buen autor de segunda división que podía ascender a primera. Tambien recuerdo vagamente una positiva reverencia que le hace Sergi Pàmies. Prometo que no tardaré tanto en leer el proximo libro que Cercas saque. Por mí, está en primera y en posición de Champions. No sé lo que pasará con otros especialistas como Ken Follett (por el que tengo curiosidad) o Perez Reverte (por el que siento repelús), pero siento que habiendo tardado dos años en leer este libro he quedado en deuda.
Adolfo Suárez sigue vivo, seguro que en una bonita casa en Madrid, donde alguien cuidará de él. Está muy enfermo, de esas enfermedades traicioneras que hacen que uno ni siquiera sepa quién es ese que está frente al espejo. Si conservara esa capacidad, leer el libro de Cercas le recordaría quien era. Se lo recordaría con esas desgracias que seguramente la enfermedad le esté echando una mano en olvidar, pero ese es el bagaje de las personas. Todos los actos de la vida.


dijous, 23 de juny del 2011

LA CHULERIA INOCUA

Pasear con un libro bajo el brazo puede no ser un ejercicio inofensivo. Uno procura que se vea el título y el autor. Uno fantasea a veces con hermosas mujeres que se sienten automáticamente atraídas por el primero que pase por delante de ellas llevando un determinado libro de un determinado autor. No existen.
No me gusta el e-book por eso mismo: puedes ver cualquier cosa ahí, pero te acompañará en su anonimato, son solo letras y letras cuya portada queda relegada a una primera página del pdf que sólo usas para comprobar que es justo lo que buscabas. 
Eso es lo que era Anatomía de un instante en mi pc, hasta que ví el artículo de John Self, que fue un pistoletazo para recordar que podía ir a por ese libro a la biblioteca, y empezar con él. Todo el mundo verá su portada con la foto del hemiciclo y Suárez impertérrito (una imagen congelada que da para todo un libro), y quien no sepa que fue eso del 23-F ni se inmutará, y quien sí lo sepa, puede que piense que a qué leer sobre eso ahora, que han pasado 30 años y estamos tan tranquilos. Nada pensará de ese agradable proceso, de esa liturgia de rememorar aquello que estábamos presentes y conscientes para vivir, de cierta adolescencia casi sincronizada con el descubrir de la política y de sus distintas guisas. Entre 1975 y 1981 yo tuve de 11 a 17 años. Coleccionaba pegatinas de partidos políticos, que eran una novedad, y las pegaba, todas juntas, en las páginas que separaban mi carpeta. Curioso, las de la hoz y el martillo me parecían casi obscenas, prácticamente eran imágenes de desnudos integrales mostradas provocativamente en un país donde, apenas unos años antes, no podía mostrarse un candoroso pezón. A partir del momento en que se legalizó el PCE (episodio del libro por el que debo andar ahora), hubo una especie de carrera desbocada por demostrar que uno era más comunista (valiente) que los demás (cobardes, timoratos). Que el rojo, y el tamaño del símbolo, podían invadir más y agredir más a aquellos tranquilos ciudadanos que vivían, hasta ese momento, ajenos a la presencia de la bestia. No he leído Soldados de Salamina pues, como ya sabéis, he desarrollado una inexplicable alergia natural al best seller. Lo haré algún día, pues sé que Roberto Bolaño aparece como personaje, o algo así, debido a un guiño objeto de su amistad con Javier Cercas. No he leído La velocidad de la luz, porque considero, iluso, que debo leer primero el otro para comprender que Cercas merece un gran respeto al abandonar un tema comercialmente atractivo como la Guerra Civil para, en una pirueta digna de admiración, irse a Vietnam (país definido como increíble). Pero no pude encontrar más pretextos para retardar este placer. Anatomía de un instante, en su disuasiva (para según quien) condición de ensayo de cuatrocientas páginas, ligeramente cronificado, pero ensayo al fin y al cabo, con sus pequeños trucos, sus casi imperceptibles ganchos de repetición, y, más importante que nada, su recreación indefinible del uso de términos como falangistillo o chisgarabí, se erige orgulloso en uno de esos libros del cual no escondes la cubierta, aunque la foto sea rancia, aunque todos sepamos de qué habla, aunque tengamos nuestras dudas de si esta democracia no sea acaso una inteligente y aviesa operación de perpetuación maquillada de una dictadura ilegal, porque, llanamente, es buena literatura.

John Self lo sabe, David Pardo (compañero de mi hija que escogió el 23-F como trabajo voluntario en ESO) lo sabe también.


LA XULERIA INNOCUA

Passejar amb un llibre sota el braç pot no ser un exercici inofensiu. Un procura que es vegi el títol i l'autor. Un fantaseja de vegades amb belles dones que se senten automàticament atretes pel primer que passi per davant d'elles portant un determinat llibre d'un determinat autor. No existeixen.
No m'agrada l'e-book per això mateix: pots veure qualsevol cosa aquí, però t'acompanyarà en el seu anonimat, són només lletres i lletres la portada queda relegada a una primera pàgina de pdf que només fas servir per comprovar que és just el que buscaves .
Això és el que era Anatomia de un instante en el meu pc, fins que vaig veure l'article de John Self, que va ser un tret per recordar que podia anar a per aquest llibre a la biblioteca, i començar amb ell. Tothom veurà la seva portada amb la foto de l'hemicicle i Suárez impertèrrit (una imatge congelada que dóna per a tot un llibre), i qui no sàpiga que va ser això del 23-F ni s'immuta, i qui sí que ho sàpiga, pot ser que pensi que a què vé llegir sobre això ara, que han passat 30 anys i estem tan tranquils. Res pensarà d'aquest agradable procés, d'aquesta litúrgia de rememorar allò que estàvem presents i conscients per viure, de certa adolescència gairebé sincronitzada amb el descobrir de la política i de les seves diferents vessants. Entre 1975 i 1981 jo vaig tenir de 11 a 17 anys. Col.leccionava adhesius de partits polítics, que eren una novetat, i els enganxava, tots junts, en les pàgines que separaven la carpeta. Curiós, les de la falç i el martell em semblaven gairebé obscenes, pràcticament eren imatges de nus integrals mostrades provocativament en un país on, tot just uns anys abans, no podia mostrar-se un candorós mugró. A partir del moment en què es va legalitzar el PCE(episodi del llibre pel qual he d'anar ara), hi va haver una espècie de carrera desbocada per demostrar que un era més comunista (valent) que els altres (covards, esporuguits). Que el vermell, i la mida del símbol, podien envair més i agredir més a aquells tranquils ciutadans que vivien, fins a aquest moment, aliens a la presència de la bèstia. No he llegit Soldados de Salamina doncs, com ja sabeu, he desenvolupat una inexplicable al-lèrgia natural al best seller. Ho faré algun dia, perquè sé que Roberto Bolaño apareix com a personatge, o alguna cosa així, a causa d'un gest de complicitat objecte de la seva amistat amb Javier Cercas. No he llegit La velocidad de la luz, perquè considero, il.lús, que he de llegir primer l'altre per comprendre que Cercas mereix un gran respecte en abandonar un tema comercialment atractiu com la Guerra Civil per a, en una pirueta digna d'admiració, anar a Vietnam (país definit com increïble). Però no vaig poder trobar més pretextos per retardar aquest plaer. Anatomia de un instants, a la seva dissuasiva (per a segons qui) condició d'assaig de quatre-centes pàgines, lleugerament cronificat, però assaig al cap ia la fi, amb els seus petits trucs, els seus gairebé imperceptibles ganxos de repetició, i, més important de tot, la seva recreació indefinible de l'ús de termes com falangistillo o chisgarabí, s'erigeix ​​orgullós en un d'aquests llibres del qual no amagues la coberta, encara que la foto sigui rància, encara que tots sapiguem de què parla, encara que tinguem els nostres dubtes de si aquesta democràcia no sigui, potser una intel ligent i perversa operació de perpetuació maquillada d'una dictadura il legal, perquè, senzillament, és bona literatura.

John Self ho sap, David Pardo (company de la meva filla que va escollir el 23-F com a treball voluntari en ESO) ho sap també.




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