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dijous, 20 de setembre del 2012

NACIDO A PUÑETAZOS

Todo lo que quiero es respirar. ¿No respirarás conmigo?.
Jamás escribieron una letra sin sentido, pero jamás escribieron una letra con sentido. Si me decido a escribir algo rápido y precipitado sobre un disco que tiene más de 30 años es porque el título de la canción que lo abre, Born under punches, me resulta evocador, a la vez, de un futuro (el de, dicen una nación que será fruto de un largo parto) de un pasado, el de ese lejano día en que oí esa canción por primera vez, en ese pasado en que la cosa consistía en llegar a casa algo excitado, sacar cuidadosamente el disco de la bolsa y de su funda y depositar la aguja, en medio del olor indescriptible a vinilo recién prensado (auténtica magdalena de Proust: cierro los ojos y huelo la funda de Manifesto de Roxy Music), para ver que había en el primer corte de la primera cara: momento importante en la gran mayoría de los discos importantes de la cultura pop: primera frase del primer párrafo, primer beso en la relación. En Remain in light de los Talking Heads me esperaba un riff de guitarra nerviosa, un ritmo maquinal, algo esquizoide, como desacompasado. Que daba paso a un estribillo coral: las voces pasaban a cantarlo como si fuera un salmo, como si fuera una canción ritual. Luego venía todo lo demás: el espejismo comercial de Once in a lifetime era el encargado de abrir la cara B, otro momento importante en el formato LP, pero había más coros dementes y había estaticismo y había cánticos sobre los indios americanos. Ahora ese disco nos parece corto: 8 canciones, apenas tres cuartos de hora de música donde también había lugar para experimentos pre (pero muy pre) world music y la sensación de que Byrne había descubierto un lugar que no existía. Un cruce de caminos entre estilos del cual, como si fuese Von Braun, en algún momento puede que David Byrne perdiera el control. Son muchos los discos y los grupos que no existirían sin esa banda de estudiantes de arte que fueron los Talking Heads ni sin esas canciones encarpetadas en esa espantosa pero emblemática portada. Sin la vocación oscura de su anterior Fear of music ni la reubicación funk-pop de Speaking in tongues, disco, que, sintomático, tardaron tres años en publicar. 

dissabte, 31 de desembre del 2011

LA SENSACION DE DEJA-VU

¿Qué, aparte de la existencia de divinidades, hace que vuelva a casa en coche hacia las once de la mañana, hoy sábado y pase lo siguiente?.
Pongo un CD con MP3. Pero sale un grupo llamado Future Islands del cual he decidido que me irrita mucho, demasiado, la voz de su cantante (no es la del cantante de Manos de Topo, más bién me recuerda a la de Captain Beefheart). Apago la música y dejo que suene la radio. Un insoportable programa para que la gente aburrida acabe de adormecerse ha invitado, lo hace cada semana según luego leo, a Ricard Robles (casi oficialmente la persona a la que más envidio su trabajo en este planeta), y éste recomienda un par de canciones decentes para una eventual fiesta de fín de año. It's alright , cover del clásico house de Sterling Void por los Pet Shop Boys (la versión maxi llena de cuerdas, no la algo seca incluída en Introspective. A continuación, Pull up the roots, de los Talking Heads. Es entonces cuando todo cambia, y yo decido que abrazaré alguna fe. Claro que lo haré. Tras tanto tiempo, Robles especula sobre el final de los Talking Heads. Habla de conflicto de fuertes personalidades ( a uno le sorprende que alguien que edita bajo el nombre The Tom Tom Club algo como el Wordy rappinghood tenga personalidad, pero vamos), y también de algunos aspectos sentimentales a dilucidar entre los miembros (miro las fotos de Tina Weymouth en 1990 y decido que sí está algo shaggable). Entonces no paro de pensar hasta que me siento aquí, pues los que me leéis sabéis lo de las señales y las casualidades, y 2011 llega hoy a un estúpido final, en sábado, con los samoanos eliminando días de su calendario (qué pasa con los 500 cumpleaños del 30 de diciembre, eh??), con el ridículo flequillo de la triple S cimbreándose al son de las subidas de impuestos. Debo encontrar un Dios, y pienso en este chico entrado en carnes, que parece un niño de cinco años apretando los morritos, a punto de hacer pucheros porque alguien ha cogido el último trozo de mazapán (un mazapán norcoreano, coño, nadie lo ha probado?) de la bandeja a la que le había echado el ojo.
Llama estúpidos a los líderes del mundo, les dice que nada va a cambiar, y tiene un botón (seguramente rojo) que puede hacer que unos cuantos salten por los aires. Sus súbditos lo adoran, y su padre, el fallecido Kimg Sung Il, nunca hizo popó.
Y al final Hernán Casciari decidió responder uno de mis comentarios.

Feliz año.

divendres, 23 de desembre del 2011

TODO LO QUE QUIERO ES RESPIRAR

Debo pedirle a 6Q que no deje de poner esa foto que tomó ayer en la Bonanova con la BB. A pesar de que la calidad de las fotos que las BB toman es infumable. Adelante 6Q, pon esa foto y escribe ese post. Y ten en cuenta que el que yo te chafe los post responde a una mera cuestión matemática. Somos del mismo año, compartimos ciertos gustos, en esa carrera por la acumulación de experiencias para prácticamente nada que es la vida humana, andamos empatados, o parejos (va, es Navidad, tú vas algo adelantado). Así que con mi ritmo de deglución de posts, que es de unos 20 o así al mes, abordo esos temas antes que tú, que, sin mi insana manía, andas por los 2 0 3 a los que nos has (mal)acostumbrado. Así puedes hacer el rondinaire, entrañable palabra intraducible en catalán, pues la que más se le parece, gruñón, no tiene nada que ver. Rondina el niño al que le da pereza que le saques de delante de la PS3 para llevarlo al Tibidabo, y luego se lo pasa de fábula. Rondina el amigo que no encuentra una hora para tomarse una cerveza, porque tots anem de cul, y luego esa hora se harían tres, o hasta las tantas, que la mujer me mata. 6Q, por último, antes de desearte felices fiestas, a tí, y a los pobres incautos que siguen viniendo aquí a observar neuras o brotes psicóticos... a mí también me chafan algunos posts, qué puedes hacerle, ésto es algo global y, series, películas, libros, sensaciones de mareo, modalidades de dolor de muelas, siempre, alguien, estuvo allí antes. 
Sin ir más lejos, lo que me pasó con John Self y los Talking Heads.
Yo iba a hablar algún día de los Talking Heads, que quizás, desestimados los Pretenders, los Fischer-Z, o los Cars, fueron la primera banda adulta con la que me sentí identificado. Debía ser 1981 y no paré hasta tener sus primeros 4 discos hasta entonces, hasta hacerme una composición de lugar.
He buscado (media hora, no creáis que más, escribir es, últimamente, lo primero) para averiguar qué coño hizo que la banda se disolviera, unos diez años después. Si fue un petardazo o una traca. Si hubo un sólo tiro en la nuca o impactos múltiples de metralla. Si fue un accidente o una muerte natural. No pude sacarlo, mucho escrito, poca chicha.

A partir de aquí mi relato se nutrirá básicamente de conjeturas.

David Byrne acude una mañana de 1990 al estudio en el que hace tiempo grabaron Naked. Están metidos en las sesiones del siguiente álbum. Es 1990 y aún se hacen álbumes. Esta vez lleva una pila de varios discos. Chris, Tina y Jerry ya están acostumbrados, siempre hay algo que le ha llamado la atención en algún disco extraño, y que quiere incorporar al work in progress del nuevo disco. Un ritmo, un instrumento, una armonía vocal, un cierto efecto sobre un cierto sonido. Pero ese día no llega, ni de lejos, a tanta concreción. Habla del espíritu de una canción, de una fuerza que fluye desde la segunda estrofa. Se sorprende de que nadie lo perciba, se echa las manos a la cabeza.

-Vamos David, no sé qué podremos hacer para conseguir algo parecido, pues no sé a qué te refieres.
-Ves? Así es como yo lo veo, no sabes por qué, pero la canción sufre un cambio, y se nota un cierto misterio que rodea el sonido, que lo envuelve.

Los otros tres se miran. Tina toma la palabra. Con ese acento neoyorquino de clase media, y mirando de reojo a Chris y Jerry, adelanta algo la cabeza, detalle que muestra una cierta contundencia, y sube algo el tono, detalle que confirma la contundencia, para dirigirse a David.

-No lo veo claro. No sé oírlo, y entonces no sé tocarlo. Sigamos con lo que teníamos ayer y ya veremos si  después encontramos algo que se parezca entre lo que ya hemos hecho.
-Lo de ayer no sirve. Para nada. Ni un segundo.
-Vamos !! Algo debe funcionar ahí. David. No toda la música que te gusta puede encajar en lo que hacemos. Perdemos nuestra identidad entonces. No la perdimos con Brian hace años, no debería pasarnos ahora.

David Byrne baja unos milímetros la cabeza. Agarra firmemente la botella de agua empezada que hay sobre la mesa, parece que se apoye en ella para levantarse súbitamente y girar la espalda a su grupo. Da un pequeño trago mientras mira por la ventana del estudio.

-Esto se acaba.

-No, David. Tú acabas esto. Que es muy diferente. Qué hay de ese tema para Something wild, qué de tus discos en solitario con todas esas estrellas de la world music. No entendemos nada, David. Hicimos esas canciones, invitamos a esos músicos exóticos con esos extraños instrumentos para, cinco, diez segundos de canción. Los vientos, David, no sabemos qué pintan tantas trompetas en nuestras canciones, nada te dice que de aquí unos años un grupo con nombre de archiduque austríaco vaya a imitarnos, (ellos dirán inspirarse), por nuestros primeros discos, pero, los vientos ??. Hace falta que ese espíritu regrese, David. Guitarra, bajo y batería, y tú, David, cantando. La gente ya no encuentra tu voz irritante, lograste domesticarla, y luego todo ese funk nervioso estuvo bién, el rollo africano de Remain in light, la gente se volvió loca, los críticos nos pusieron por los cielos, pero aún éramos cuatro de NY con pinta de estudiantes, con unos vaqueros y camisas de cuadros, hasta detras de esas fotografías del efecto térmico.  Joder, no puedo llevar una camisa de cuadros, o una t-shirt, si toco música latina !!. Deberé ponerme una de esas horribles americanas con un ribete en la solapa, y quizás aprender unos pasos de baile. Dios, el baile !. Era apenas pogo cuando estábamos cantando Psycho Killer en el CBGB, con los Ramones andando por ahí, o con Television, madre, Tom Verlaine se llamaba así por un poeta francés, él lleva ese peinado tan europeo, y nosotros acabaremos tocando vestidos como Pérez Prado ??.



-La gente evoluciona, chicos.

En algún punto de ese silencio los tres pensaron lo mismo: que la evolución excesiva en una banda puede ser casi peor que el inmovilismo. Que una palabra puede convertirse en otra completamente diferente cambiando una sola letra cada vez.
Que la portada verde sobre negro de Fear of music, la frialdad calculada de canciones como Mind, Air o Electric guitar, no tenían nada que ver con el estúpido chimpancé en la portada de Naked y sus canciones llenas de secciones de viento fuera de lugar. Sin contenidos subliminales, sin aspectos levemente insanos.

Que el nombre de esta banda aún era Talking Heads pero que ya no se sentían aludidos.

Tiempo más tarde, sacarían, en la banda sonora de una película de Win Wenders su última gran canción.


divendres, 25 de febrer del 2011

EL PARAISO ES UN LUGAR DONDE NUNCA PASA NADA

Aunque los Talking Heads se referían, o no, con las canciones no se sabe, a un bar que se llamaba Heaven, seguramente en NY, pues los Talking Heads eran todos estudiantes de arte allí. Metáfora o no, y ahora creo recordar si la religión judía no niega la existencia del paraíso, o la del infierno, debe ser algo así. Sentado en una tumbona, con ese calor plácido que no llega a hacerte sudar, alguna bebida suave, y el mecer de las olas. Y la compañía que elijas, con un nivel de conversación fluído sin ser banal. 
Luego vinieron los Simply Red y versionearon Heaven, cuyo original está en el excelente Fear of music, tercer disco de los Talking Heads, producido por Brian Eno, que se abre con I Zimbra, nervioso funky-afro-pop con letra en idioma inventado, inquietante portada estilo monitor monocromo (verde sobre negro), gran parte de las canciones tituladas con una sola palabra, espera, no Life during wartime no es una sola palabra. Otra perla.
Y como decía Simply Red versionean, en clave blues-soul, Heaven en su también notable primer disco, Picture Book. Y tienen un éxito espeluznante, con Jericho, con Money's too tight to mention, con Holding back the years. Y parece que generan una nueva escena soul-jazz-pop en el  mundo, y en la tele salen programas donde salen ellos, y Sade, y The Style Council, y Everything but the Girl. Picture Book sirve de banda sonora a un enamoramiento mío. No dejo de oír el disco, que me sugiere una especie de entusiasmo positivo. Mick Hucknall y sus rizos panocha se convierten en una estrella sale en la portada de todos los discos, como si los miembros del grupo fuesen crash test dummies. Viene el dinero. Ya dije lo que pasa, demasiadas veces, cuando aparece el dinero. Editan un segundo disco horripilante, creo que se llamaba Men and women. El factor sorpresa se desmorona. Hacen alguna canción decente, pulen su sonido, venden como rosquillas, Lady Di les menciona como uno de sus grupos favoritos. Siguen con las versiones de clásicos del soul, que cada vez les van mejor pues sus propias composiciones empiezan a hacer aguas, y solo se sustentan por la calidad vocal de Hucknall (cosa que quizás sí justifica que él y solo él sea la imagen del grupo). Mick Hucknall critica a los que versionean clásicos del soul - textual "esas canciones son perfectas y no hay que tocarlas", aunque él lo hace. Van al festival de Montreaux (que entonces era de jazz). La propia falta de sustancia de lo que editan hace que la gente les olvide paulatinamente. Llegan al nivel en el que una referencia universal como este blog dice "por favor"??. Por favor.
Acaban publicando un disco al que titulan Love and the russian winter. El amor y el invierno ruso : puede que este debiera haber sido el título de este post, pero ni para eso me iba a servir. 
En un capítulo de The IT crowd, dos comensales bromean en un restaurante sobre si el camarero que les atiende es Mick Hucknall. Qué mala baba. En un restaurante de empresa, hace meses, alguien me dice que aún confunde a Simply Red y los Simple Minds. Me callo desconcertado. Miro al fan de ZZtop, de Steppenwolf, de los Creedence, que está al otro lado de la mesa. Silencio dramático.
No todos podemos ser tan yonkis de las cosas, claro.

Reflexiones en voz alta para aquellos (con Q) que ofrecen resistencia a sumirse en horas y horas de placer catódico. Si una serie acaba de emitirse en marzo de 2008, y tras tres años, que en términos televisivos es una eternidad, esas raras avis que son los videoclub de barrio (pienso que será de barrio, alguien se acuerda del Blockbuster ??), deciden ponerla, justo ahora, en sus estantes, cuando su repercusión comercial no ha sido muy sonada y, simplemente, la promoción de que dispone se basa en el entusiasmo, en la insistencia, en la terca y tozuda pesadez de los que ya la han visto, excitados ante la posibilidad de convencer a alguien para compartir ese placer... todo eso no significará algo ??. Había preparado mentalmente una especie de símil gastronómico, completamente patético, donde cada serie era un plato de una gran comida y The Wire era el gran reserva que la acompañaba. Y veo una foto de una comida en ese blog, con agua para acompañar. Y olvido el símil pues no pasa el control de calidad. Sé que 50 horas, o por ahí, son muchas, pero si ahora mismo alguien me asegurase que las siguientes 25 películas que voy a ver son tal maravilla, no sé a qué esperaría. 



dilluns, 6 de desembre del 2010

1918-1939

Merced al excelente comentario de 6Q sobre mis pinitos con la narrativa breve estoy preparando una toma alternativa de Exodus. Ésta será profusa en detalles y puede que incida en los motivos por los que el misterioso protagonista se aleja de su vida. Eso puede que la aparte de mi intención inicial pero, de todos los términos ingleses que confesé aborrecer el otro día, gran parte de ellos relacionados con lo más reiterativo de los ya de por sí muy pesados manuales de management empresarial, feedback es el que menos detesto, bueno, éste llega a gustarme.
Feedback : retroalimentación. Está claro que su traducción literal al castellano no resulta una palabra muy melodiosa. La oigo en castellano y pienso en enemas. En inglés tiene otras connotaciones : feedback es el efecto de sonido que dan ciertos pedales que se usan con la guitarra eléctrica. Las guitarras no me desagradan per se. Pero cierta música basada exclusivamente en el sonido de guitarras no me gusta. En el efecto del feedback usado en la guitarra, una vez el músico ha tocado la nota, el pedal la va alargando y distorsionando y al final la nota original no existe, sólo existe el eco y el maullido de su suspiro (casi) final.
Feedback es también la respuesta que obtienes de alguien, sobre algo, y que enriquece ese algo, o lo cambia, o te da otra perspectiva. El receptor actúa sobre el mensaje que ha recibido. Es otro tipo de eco, y la caja de resonancia aquí importa de verdad.
Un último comentario : En cuanto a las tramas y la claridad con que se desarrollan me pasa justo al revés que con el erotismo y la pornografía. Aquí, prefiero sugerir a explicar claramente y con primeros planos. No es que no respete a los escritores que describen fotográficamente aquello que quieren que su lector vea tal como ellos. Recuerdo las descripciones de Tom Wolfe en las primeras 100 páginas de A man in full. Los árboles, las escaleras, los jardines, las mansiones, sus muebles, sus estancias. Pero no es exactamente lo que yo quiero. En fín, cuando Exodus 2.0 esté aquí ya me enfrentaré de nuevo al juicio implacable.
Semana extraña y día extraño dentro de época extraña. Cuesta encontrar fuentes de inspiración y son días en que necesito esas sugerencias. Empecé a ver The fountain (soy cierto tipo de persona que ve películas empujado por la posibilidad de una buena banda sonora ). Ví media hora, o así, y apagué. Creo que lo dejaré ahí. Hugh Jackman - plano. Rachel Weisz - cerúlea ( me recuerda a Paz Vega, pero me gusta más Paz Vega). La trama que va haciendo flash-back hacia no sé dónde y cuándo ( la Inquisición ? un universo paralelo ? ) y la estética cósmica de pa sucat amb oli no sé por qué me recuerda a la portada de un popular libro de auto-ayuda llamado El secreto. Próxima parada y última oportunidad a Aronofsky : The Wrestler. 

No pierdo tiempo leyendo libros de auto-ayuda, lo siento en el alma. Puede que necesite un libro que me ayude a que me gusten ese tipo de libros. Menudo bucle. Ésto empieza a arraigar en nuestra sociedad, bueno, lo de empieza tiene su coña pues ya hace años que ha arraigado. No estamos al nivel de USA, afortunadamente, dónde cualquier filósofo de tres al cuarto que le escribe cuatro paparruchas a la gente estilo tu límite es el infinito, si quieres puedes, etc. se forra a base de conquistar las deprimidas neuronas de un montón de incautos. Pero ya hay nutridos estantes en las grandes librerías, la gente ya no se corta al hojearlos ( o sea, ya hay montones que reconocen necesitar ayuda ), ya han dejado de ser bichos raros. Yo ( y supongo que 6Q me secundará ) me miraría bastante curioso a personas que acumulen muchos libros de este tipo. De hecho, cuando leía Cómo ser buenos de Nick Hornby, temía que la gente se pensase que era uno de esos libros ( no la buena novela que es ) y especulasen ante la posibilidad de que yo había tenido necesidad de comprar un libro para enseñarme a ser bueno. Con lo devaluada que está la bondad hoy en día. Salvo los libros que, más o menos con un cierto razonamiento científico, ayudan a la superación de ciertas dolencias ( físicas o psíquicas ), me da la impresión de que todo el mundo compra esos libros para que le muestren como triunfar en la vida. Leí que algún futbolista popular tenía El secreto como libro de referencia. Con un sueldo de 7 cifras en euros, en tu juventud, y en buena forma física, qué más quieres, chato ?. Estoy convencido, y os juro que no me convenzo desde el resentimiento y el pesimismo y el exceso de secreción de bilis, que el cupo de auténticos triunfadores está más que restringido, y desde luego su cupo es muy inferior al número de lectores ( o compradores, que es lo que persiguen ) de esa literatura.
Así que acabo pensando lo de siempre: filosofía barata, como mucho, libros encaminados a que acabes conformándote con lo que puedas ser o tener : no sea que te cabrees, montes una huelga salvaje, y paralices el país.

Talking Heads : David Byrne sí necesitaba ayuda entonces ( aún no había descubierto el Caribe )

http://www.youtube.com/watch?v=I1wg1DNHbNU

Y para que veáis música de guitarras que me gusta ( y perdón por la publicidad inicial )

http://www.youtube.com/watch?v=fERekxzkjFE

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