Hace muchos años encontré por la calle a Constantino Romero. Bueno, quizás no tantos, menos de diez en cualquier caso y por supuesto en un momento donde él era absolutamente famoso. Iba paseando tranquilamente por la calle Consell de Cent, salía de una tienda de discos (una de las pocas que sobrevive aún), y me dio por saludarlo. Le pregunté si el era el mismo Constantino Romero que, hacia 1981 había escrito un corto artículo sobre Roxy Music en la revista Vibraciones. Me dijo que sí, y de ahí no pasó la conversación. Recuerdo del artículo que era muy corto, que hablaba de Flesh+Blood, disco recién sacado por entonces, y figuraba una foto de Bryan Ferry, elegante con tejanos y camisa blanca, su eterno flequillo y los brazos cruzados. Muy alejado de la pose glam de lentejuelas y maquillaje propia de los primeros discos de Roxy Music.
Repasando esas escenas de Velvet Goldmine, película extrañamente influyente en mi en estos últimos días, echaba de menos una mención visual más directa a Roxy Music. Sí la hay en lo musical (muchos de sus temas son versioneados en la película, de hecho más que de David Bowie), y no sé si el hecho de que el protagonista se llame Brian (con "i" latina) es un pequeño guiño. Me viene a la memoria un día en que, enfadado con mis padres (ni recuerdo el motivo pero debía ser el eterno motivo que enfada a los adolescentes de 16 ó 17 años), cogí una revista y me fui a leerla a un banco en la Plaça Gaudi. Recuerdo que esa revista llevaba una crítica doble: en la misma reseña se hablaba de Avalon de Roxy Music, y de Rio de Duran Duran, alegando que se trataba de dos proyecciones de la elegancia y el glamour partiendo de diferentes épocas. Compré los dos discos, claro.
Todo ha cambiado desde entonces (o como diría Jarvis Cocker, las cosas eran muy diferentes entonces). Roxy, los Duran Duran, yo, y la Plaça Gaudi (seguramente la que menos). Hoy Bryan Ferry publica aún discos con chicas bimbo (la última, Kate Moss) en la portada. Reconstruiría Roxy Music (sin Eno, que éste se llamaba Brian con "i" latina) si alguien pusiese suficiente pasta. Los Duran Duran han editado (hoy, aunque gracias a la mula yo lo tenga hace más de dos meses) su nuevo disco. Y esta vez soy yo el que escribo, porque a veces escribo más que leo. Y la Plaça Gaudi se llena de autobuses de turistas y autobuses de jubilados, y gente de cuyos cuellos cuelgan máquinas imposibles, máquinas que con sus potentes objetivos parecen contrapesos para evitar que se precipiten hacia atrás cuando levantan la vista intentando llegar hacia arriba con la vista, hasta el mismo cielo. Y si hago rápidas cuentas son 30 años, y todavía podría reconocer esa luz del mes de julio de ese día. Luego he comprado muchos discos en muchos sitios diferentes, pero no todos se clavaron en mi memoria.