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dimarts, 22 de març del 2011

SOL SOLET

Hace muchos años encontré por la calle a Constantino Romero. Bueno, quizás no tantos, menos de diez en cualquier caso y por supuesto en un momento donde él era absolutamente famoso. Iba paseando tranquilamente por la calle Consell de Cent, salía de una tienda de discos (una de las pocas que sobrevive aún), y me dio por saludarlo. Le pregunté si el era el mismo Constantino Romero que, hacia 1981 había escrito un corto artículo sobre Roxy Music en la revista Vibraciones. Me dijo que sí, y de ahí no pasó la conversación. Recuerdo del artículo que era muy corto, que hablaba de Flesh+Blood, disco recién sacado por entonces, y figuraba una foto de Bryan Ferry, elegante con tejanos y camisa blanca, su eterno flequillo y los brazos cruzados. Muy alejado de la pose glam de lentejuelas y maquillaje propia de los primeros discos de Roxy Music.
Repasando esas escenas de Velvet Goldmine, película extrañamente influyente en mi en estos últimos días, echaba de menos una mención visual más directa a Roxy Music. Sí la hay en lo musical (muchos de sus temas son versioneados en la película, de hecho más que de David Bowie), y no sé si el hecho de que el protagonista se llame Brian (con "i" latina) es un pequeño guiño. Me viene a la memoria un día en que, enfadado con mis padres (ni recuerdo el motivo pero debía ser el eterno motivo que enfada a los adolescentes de 16 ó 17 años), cogí una revista y me fui a leerla a un banco en la Plaça Gaudi. Recuerdo que esa revista llevaba una crítica doble: en la misma reseña se hablaba de Avalon de Roxy Music, y de Rio de Duran Duran, alegando que se trataba de dos proyecciones de la elegancia y el glamour partiendo de diferentes épocas. Compré los dos discos, claro. 
Todo ha cambiado desde entonces (o como diría Jarvis Cocker, las cosas eran muy diferentes entonces). Roxy, los Duran Duran, yo, y la Plaça Gaudi (seguramente la que menos). Hoy Bryan Ferry publica aún discos con chicas bimbo (la última, Kate Moss) en la portada. Reconstruiría Roxy Music (sin Eno, que éste se llamaba Brian con "i" latina) si alguien pusiese suficiente pasta. Los Duran Duran han editado (hoy, aunque gracias a la mula yo lo tenga hace más de dos meses) su nuevo disco. Y esta vez soy yo el que escribo, porque a veces escribo más que leo. Y la Plaça Gaudi se llena de autobuses de turistas y autobuses de jubilados, y gente de cuyos cuellos cuelgan máquinas imposibles, máquinas que con sus potentes objetivos parecen contrapesos para evitar que se precipiten hacia atrás cuando levantan la vista intentando llegar hacia arriba con la vista, hasta el mismo cielo. Y si hago rápidas cuentas son 30 años, y todavía podría reconocer esa luz del mes de julio de ese día. Luego he comprado muchos discos en muchos sitios diferentes, pero no todos se clavaron en mi memoria. 

divendres, 4 de febrer del 2011

GRADOS Y REDES

Supongo que todo el mundo aquí debe haber oído hablar de los famosos seis grados de separación. Teoría por la cual cualquier persona en este planeta está conectada con cualquier otra por lejana y poco afín que sea por un máximo de 6 grados. Hasta ahora no he visto caso en que esto no se cumpla, si bién el tiempo que he dedicado a su comprobación no excede de esos escasos ratos muertos ( preferentemente tras constatar coincidencias de esas que te dejan algo perplejo ). Teóricamente todo se explicaría con matemáticas. Partiendo de la premisa que a lo largo de su vida una persona puede llegar a conocer, por distintas vías, de 200 personas para arriba, tirando por lo corto 200 elevado a 6, son 64 billones de personas, que es como cerca de mil veces la población total del planeta. Entonces pienso en esas tribus que de vez en cuando encuentran en el Amazonas, sobre todo, que no han tenido contacto alguno con lo que nosotros entendemos que es nuestra civilización, esos no deben contar. Y vuelvo a pensar, porque los temas de números siempre me dejan un poco fascinado, en cierta teoría sobre la posibilidad de vida extraterrestre basada tanto en la antigüedad del universo como en inmensidad para acabar estableciendo lo poco probable que es que si hay vida fuera de la tierra podamos coincidir, en espacio y en tiempo, para intercambiar experiencias, o lo que sea. Me gustaría, puede que en el fondo lo desease ( no es atractivo un mundo sin Rajoy, Bisbal, la Esteban ??), pero me temo que no. Supongo que un cálculo parecido ha sido el que ha llevado al elevado éxito de Facebook, Twitter y demás. Todo el mundo quiere estar pendiente de lo que hace la gente que ha conocido en algún momento. Somos unos jodidos cotillas.
Mi particular aplicación de esta teoría vendría representada por dos hechos coincidentes en este blog. Cosa que no debería ser extraña pues este blog es endogámico y críptico y cerrado en sí mismo. 
Duran Duran y John Barry. Y ya de paso Grace Jones, icono puntual, y París, ciudad favorita de uno, si bién siempre tiene eso de que no tiene mar, y da igual Francesc, está el Sena, y es la ciudad más portuaria sin puerto, igual que es la ciudad con más tango sin ser Argentina.  Todos están en esta irresistible canción que, allá por 1985, iluminaba todo cuando sonaba. Entrañable, pues los 80 (no los ochenta por hora) no acostumbran a ser una década que considere referencia, pasó por ahí, pero luego vinieron los 90 y la gente no se pone tan pesadita con los 90, y no sé por qué.



divendres, 14 de gener del 2011

DIGNIDAD Y CUENTAS BANCARIAS



No sé por qué siempre pico el anzuelo. Bueno, al menos hace cinco años picar el anzuelo significaba gastarse un dinero, hoy ( gracias, mula,  no te las doy bastante ) para nada.
El caso es que volví a creerme una de esas entusiastas, cegadas críticas que obedecen al siguiente y muy manido esquema :

Gran grupo o artista de los 80 ( con al menos dos o tres discos en esa década con gran repercusión a todos los niveles ).
Pasa la década de los 90 prácticamente desaparecido o editando tres o cuatro discos al ralentí con el único objetivo de obtener material de relleno para las muy provechosas giras.
Los 00 ( narices, como les llamamos, los dosmiles ?? ) desperdiciados, sin más de uno o dos discos, con giras muy espaciadas ( tenemos unos añitos ), presenciando estupefactos como nadie que se acuerde de ellos tiene menos de 40 años.
Y en el final de esa década, o por ahí, disco que los críticos ( algunos, al menos ) abrazan, llorosos y emocionados, usando calificativos como eternos, nuevos clásicos, retorno a la forma/por la puerta grande, renovados, etc.
Y ese disco, antiguo fan ( palabra que ha perdido tanto el sentido ) te parece, quizás tras otorgarle la oportunidad de varias escuchas, solo otro intento de seguir estirando el mito. Y queda en el HDD ( que es el equivalente moderno a criar polvo en un estante ), y algún día te das cuenta de que nada de ese disco quedó en tu memoria. Y piensas que podían habérselo ahorrado.

Bueno, ésto me ha pasado con el último disco de Duran Duran. Lo que me gustaban en los 80, siendo uno de los primeros en descubrirlos, en medio de la entrañable fiebre new-romantic ( calificativo que hoy suena prácticamente grotesco ). Cómo devoré su primer disco. Cómo se lo presté a una novia y me lo devolvió a los pocos días, habiendo entendido muy poco de ese disco, cosa que me hizo pensar mucho. 
No era una web cualquiera : era www.metacritic.com. Y ahí sigue un portentoso 79/100 ( empezó con un 88, pero deben haber más aguafiestas como yo ) que es una puntuación absolutamente descomunal para los cánones de esa web ( con la excepción de los sobrevaloradísimos discos de hip-hop ). Y yo oigo el disco y la primera canción me suena a Notorious, la segunda y la tercera a Planet Earth, la cuarta a Save a prayer, la quinta y la sexta a Girls on film, la siguiente a The Chaffeaur...todas acaban sonándome en su ritmo, en su estructura, en su espíritu, a lo antiguo, a lo que los encumbró. Podría ser que esos críticos ni hayan oído sus dos primeros discos y sea ésto lo que les suena a nuevo, claro. Entonces oirían los originales en que se inspiran, y pensarían en el mismo proceso a la inversa. El disco se edita en todo el mundo hoy, no sé si aqui hay mucho seguidor de Duran Duran, ni si llegaron a serlo de una manera tan die hard como un servidor. Será mejor que cada uno lo compruebe por sí mismo. Quizás merezca la pena más que otros artistas nuevos, pues a pesar de ser autoplagios lo son de auténticos portentos del pop. Quizás si hubiesen hecho lo contrario, renunciar a sus señas de identidad, nadie les hubiese reído la gracia.
Y ésto les pasa a muchos, y pienso en David Bowie y en New Order y en Depeche Mode ( y pienso my  poderosamente en los Rolling Stones), y lo siento pero le está pasando a U2 ( lo siento porque sé que hay mucha gente que debe pensar que U2 aún mantienen un nivel a base de editar discos y hacer giras, pero desde Achtung Baby no han hecho nada que trascienda ), y me hace pensar en Benidorm y en Grecian 2000, y en liposucciones, y en Sunset Boulevard (que puede que me gustase sin ser consciente de ello ), y en plácidos retiros a la rock-star. Rodeados de juventud real o impostada, reclinados en hamacas blancas de villas en islas del Mediterráneo, entregados al dolce far niente y a las bandejas de ostras y champany, miran el horizonte ( como el futbolista de hace unas horas ), y ese horizonte ya no les inspira. Entonces suena el teléfono y es el del banco.

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