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dissabte, 25 de maig del 2013

VOX POPULI

VOX fue una revista de música de efímera presencia, promovida como publicación mensual "seria" de calidad por el equipo del NME,  allá por los mediados de los 90. De apariencia lujosa y buena calidad de papel, duró unos dos o tres años y representó una especie de alternativa a la conservadora Qmagazine, que en aquel momento se negaba a escorarse hacia la música de vanguardia y seguía encerrada en el reducto pop-rock de influencia casi exclusivamente anglosajona. VOX imprimió un estilo más ecléctico, dentro de una tendencia de reconocimiento de los grandes iconos (en términos de ventas), VOX intentó combinar la presencia de los artistas de masas con aire alternativo (REM, The Cure...) con un mayor grado de atención a nuevas tendencias. Una idea magnífica pero que no acabó de cuajar: la polarización reinaba y la gente no quería revistas que hablasen de una manera tan genérica, existiendo la posibilidad de optar por las publicaciones especializadas, Vox se situó en ese inhóspito terreno del aprendizdetodomaestrodenada y acabó siendo un fracaso. Los puristas del rock-pop ya tenían Qmagazine y las nuevas tendencias ya empezaban a apuntarse tantos editoriales: Muzik, Mixmag, Jockey Slut. Hablamos, casi exclusivamente, de cadáveres.

Hoy todo el mundo le conoce como Bono, pero Bono fue, cuando U2 todavia era una banda emergente y nerviosa (por oposición a la tranquilidad actual que les generan sus cuantiosos ingresos) Bono VOX. Y lo de ponerse un apellido en un mote es una actitud proto-punk. O eso quiero pensar. Los pseudónimos únicos, como Prince, tienden al mesianismo, pero un pseudónimo combinado es, casi, un alter-ego, cuando no una impersonación. Pues bien, Bono, era Bono VOX, como existía Steve Strange, Howard Devoto, Sid Vicious o Dee Dee Ramone. Cuando triunfó, la partícula cayó. En el olvido, en la papelera, en el pozo negro. Pero Bono ya era otra cosa: Bono podía poner voz en un apestoso disco de música religiosa disfrazada de rock ampuloso llamado The Joshua Tree. Bono VOX hubiera pasado del tema. Ya os lo digo yo.

La voz: Björk, antes de enfermar de la enfermedad del ego musical consistente en pensar que tus hardcore-fans adquirirán hasta una demo que hayas grabado en el WC de tu casa tras combinar Baileys con agua tónica; antes de enfermar de la enfermedad consistente en pensar que los huesos de ballena huecos pueden soplarse esperando que la divina providencia los convierta en material sonoro vendible. Antes, acabo, de enfermar pensando que cada nuevo novio añadido a la lista era un partner codiciado y adecuado para sus ensoñaciones discográficas, Björk le pidió a Mark Bell, componente de LFO y productor de Homogenic, su tercer disco, que el disco se produjera de la siguiente manera: percusiones en un canal, cuerdas en otro, su voz en medio. Simple, preciso: hostia Mark, para qué hacerle caso a los de la compañía, o quien fuera que consideró ese planteamiento como hostil (¿proviene la palabra hostil de la misma raíz que "hostia"?) hacia el oyente, o como suicidio comercial, o como técnicamente demasiado aguerrido, y optó por algo más convencional.


La voz de Björk, peculiar como pocas, era capaz de hacer suya cualquier canción, le imprimía un sello tan personal que, pasado el efecto fascinador de la sorpresa, la gente no tardó en amarla u odiarla. Pero supo combinar vocales con música de vanguardia y salir triunfante en un número apreciable de intentos.
Pero resulta que no siempre es así. Sabréis lo de mi página en About.com. No sabréis lo que cuesta encontrar música electrónica decente hoy en día. Me refiero: discos que sobrevivan a escuchas exhaustivas tras las cuales sientas que quieres volver a oírlos, la semana que viene y el mes que viene, y puede que de aquí unos años cuando otros discos se hayan depositado sobre ellos. Y uno de mis obstáculos más frecuentes es la obsesión de los artistas por intercalar vocales. Por transmitir mensajes inteligibles entre sonidos abstractos. No voy a negar a nadie la posibilidad de expresarse a través de un texto (ni entro a saber qué carambainas quieren decirme en esos mensajes), pero, en la mayoría de los casos, y con muy escasas excepciones (James Blake sería una clarísima), en los discos electrónicos, las voces son una absurda molestia. No porque yo sea un integrista de la deshumanización. No es eso: pero el trasvase de estructura pop no siempre funciona, y donde el pop suele necesitar un mensaje, la electrónica no es que no lo necesite: es que lo rechaza directamente.Tantos discos, tantos, a los que me gustaría cortarle esa pista vocal y dejar a la intemperie, hasta que se desecaran y fueran un esqueleto congelado, una cabeza de ganado a la intemperie desértica, donde solo los iluminados somos capaces de ver si hay algo debajo o es todo superficie. Y me veo obligado a presentar un ejemplo sonrojante, una especie de penitencia incluida en el pecado, para que veáis lo mal que lo paso, a veces, y cuan generoso (magnánimo, mejor) soy, de no adjuntar una cuenta de PayPal (no tengo Paypal, pero tengo microondas) para que donéis algo que haga paliar mi sufrimiento.


Obviamente, una basura absoluta. Con la tecnología adecuada, ver estos vídeos hará que el PC apeste, algún día. No pierdo la esperanza.

dijous, 1 de desembre del 2011

NUEVOS MODELOS DE NEGOCIO

"That was then but this is now"

Los ABC fueron un grupo prácticamente unipersonal. Su líder absoluto era Martin Fry, émulo rubio del Bryan Ferry más aburguesado (incluso en el flequillo ladeado), que montó y desmontó la banda a lo largo de décadas, siempre a la búsqueda de igualar su opulenta opera prima : The Lexicon of Love. Disco que se beneficiaba de la clásica fiebre inspiradora de las primeras obras, pero también de una efectista (que hoy parece algo ruidosa) producción cortesía de Trevor Horn. Todos los intentos de Fry fueron vanos. ABC quedará asociado a la memoria de ese disco, al paradigma ochentero del sonrojante clip de The look of love, a la otoñal melancolía de All of my heart, y al virus funkoso de Tears are not enough o, mejor, Poison Arrow. Sí: horripilante la palabra funkoso. Prometo no hacerlo más.
Luego editaron un despistado segundo disco, con portada taurina incluida, Beauty stab, donde se hizo patente su desorientación, sin cúmulo de composiciones, sin Horn produciendo, sin impacto inicial, un desastre absoluto. Editaron más discos, incluído un pequeño amago house en Up. Fry enfermó, la banda se convirtió descaradamente en Fry+otro tío+músicos de quita y pon. 
Languidecieron de la forma más cruel (el progresivo olvido que acaba aniquilando hasta tu escasa importancia inicial) y ahora, imagino, no deben ser más que pasto de recopilaciones de ínfima categoría, de esporádicos rumores de reunificación, o de gira, o de nuevo disco. Fry recuperó la salud, y supongo que cada cierto tiempo debe aparecer en algún programa de la BBC de decidido aire retro.
Y despues de saberme su primer disco de memoria, de su segundo disco sólo soy capaz de retener el ritmo inicial y el interludio de viento de S.O.S., la portada del torero, y el título de su espantoso (no sé a quien querían parecerse endureciendo torpemente su sonido) primer single: Eso era entonces, pero esto es ahora.
Porque es así como me siento hoy: tras la clase en aula abierta ayer, acerca de como escribir un blog para alcanzar mis cotas, hoy me desmorono ante mi franca debilidad. Tener ganas de escribir, pero no saber de qué. Puestos a ser didáctico, podría decirle a algún lector que si quiere asistencia técnica para solventar lo que le impide colgar post, no tiene más que decírmelo. A otros asiduos pedirles disculpas, y al misterioso colectivo de México que (si no se equivoca Google analytics) anda obsesionado con mi post Modelos de negocio, del 9 de junio, decirles que especulo sobre los motivos, que ando especulando y fantaseando y que mi primera hipótesis es que se trate de un colectivo de fans mexicanos de Björk que, crispados por mi incipiente tono crítico hacia ella (confirmado, tras varias semanas aún no encuentro en Biophilia  nada lejanamente cercano a la más mínima inspiración), planean algún tipo de ataque hacia mí. Pero esa es una primera teoría, algo enfermiza y egocéntrica. La clásica que acaba urdiendo alguien cuando, tras quince  minutos frente al teclado, todos ellos aderezados por la más absoluta abulia, y mirando avergonzadamente hacia otro lado, acaba considerando que esto es un post para colgarlo.




divendres, 14 d’octubre del 2011

Y ESAS PALABRAS FINALES

Desde otro blog alguien aclara su ausencia, debida al escaso estímulo que son capaces de producirle nuevos libros, nuevos discos, nuevas películas. Si es que estamos todos igual. Toda la humanidad busca cosas por los cajones, los remueve aunque sea para comprobar que, entre calcetines desparejados, ropa interior que ya hay que tirar, o papeles que no deberían tardar en ordenarse, poca cosa más hay. Algunas monedas, poca cosa, aparte de polvo y clips y objetos que deberían traerte algún recuerdo, pero por más que los miras, es que no.
La inspiración no va a salir del contenido de cuatro cajones desvencijados: lección aprendida. De dónde la sacan los grandes ?. Monzó se pasea, seguro, por algún barrio, se sienta en algún bar de muy mala muerte donde un camarero le servirá justo lo contrario que haya pedido (le servirá un negativo de lo que haya pedido, y se preguntará si eso es o no una señal de que las cosas no están tan mal: gente trabajando sin el mínimo interés por hacerlo bien). Houellebecq puede que se quede ante una pared en blanco, y Cercas espera una señal de un libro desde un estante, que le dará una patada en cualquier momento, si le da por girarse.

La luz se enciende. No es un fogonazo, es un mero amanecer en una bombilla de bajo consumo, una lenta marea de color algo amarillento que engulle sombras.

Un profesor algo anquilosado, que el efecto azaroso del destino le ha puesto por delante a mi hijo, olvida que existe internet y pide a los niños que se compren una Biblia y sepan buscar en ella, que conozcan los libros y los apóstoles, todo ese caos que ordena el antiguo y el nuevo testamento. Que transiten por las hojas y busquen en ellas respuestas a sus dudas. Yo no intervengo, pues aún no veo indicios de delito, claro. Pero estoy alerta. Pues está muy fresco en mi memoria el personaje en La ciudad de los prodigios. La mujer gorda que se la sabe de memoria y, entre funciones y funciones en las que muestra indignamente su cuerpo para ganarse la vida, intenta dársela a conocer a los compañeros del circo. No parece un hábito muy saludable, en todo caso. A pesar de eso, poco estímulo necesita mi curiosidad, y no creo que tarde en hojear (definitivamente aprendí que va con h) tan sagrado libro, a ver qué hay detrás de él que ha convencido a tanta gente, y de una manera tan insana. 
Por casualidad, se me pide ayuda para interpretar, en otro contexto, el episodio de la Torre de Babel. Que confirmo está incluido en el libro del Génesis. Debería importarme mucho reconocer que no sabía acerca de su desarrollo ?. Resulta que el dios descrito interviene para que los que construyen la gran torre, y la ciudad que la rodea, dejen de emplear un lenguaje común, separándose y dispersándose como consecuencia de ello. Confirmo y reconfirmo que ese acto se le atribuye en la biblia al dios en el que pretenden que creamos. Así que deduzco que los que leen la biblia encuentran adecuada la intervención de un dios para, evitando que una humanidad unida y pacífica se acerque a él (finalidad de la torre), disgregarla y hacer que no se entienda y deje de tener una finalidad común, que podría ser hacerle la competencia o cuestionar su autoridad. No haré comentarios.

Bjork : Biophilia es un peñazo, pocos discos pueden resumirse tan fielmente en una palabra. Puedes aderezarlo de lo que quieras, para crear expectación, de software, de monigotes para niños, de performances con huesos de ballena decorando tu cuerpo (obtenidos sin dañar al animal, por supuesto). Puedes pintar a mano los CD's o dar los beneficios a los pobres, usarlo como platos para servirles los manjares que puedas adquirir con sus resultados. Pero eso no impide que allí no haya pop, ni melodías, ni energía primaria, ni otra cosa que una enorme empanada de música sin sentido, que me hace pensar si una versión instrumental no sería una cómoda alternativa a tanta irritación.

Cómo se puede escribir Joga y luego salir con ésto. Pretender que nos guste ese último disco. Te has creído dios ??




dijous, 9 de juny del 2011

MODELOS DE NEGOCIO

Suena Pocket Symphony, disco de Air al que le corresponde el honor de ser el último CD por el que pagué. Esa es la etiqueta que los mecanismos de mi memoria le han asignado, a falta de canciones, algunas buenos intentos, pero pocas con punch inmediato, que en este disco echo algo en falta, entre atractivos sonidos con instrumentos japoneses algo de su habitual inspiración se perdió. Los discos de Air me gustan más cuando la balanza se decanta de los instrumentales, sean o no más o menos planeadores (los detractores dirían sinfónicos). A pesar de lo cual un disco de Air es siempre un pequeño mito personal : desde 1998 no dejo de estar pendiente de lo que hacen, y sus excentricidades, al contrario, por ejemplo, que las de Björk, no me repatean.  Nada en contra de Björk, por eso. Hubo breves semanas en 1993, o así, donde, impresionado por sus dos primeros discos, pensaba si no era la mujer más guapa del mundo, la de mayor talento, la mujer ideal. El segundo disco, además, seguro que premonitoriamente, se llamaba Post.


Sólo espero que se acuerde en su próximo disco de que es una cantante pop experimental, por ese orden. Puede que unas buenas ventas alivien un poco la deuda externa de su Islandia natal.
Islandia ha pasado a ser una especie de ejemplo de como una comunidad se revela contra el orden establecido. No sé como acabará, pues están en una isla, lejos, son unos 320.000 y siempre pueden cerrarse al planeta y ponerse a dieta de bacalao. En esta Europa civilizada no vamos a enviarles los portaaviones a cobrar lo que nos deben. Tampoco les convertiremos en nuestra Cuba. Así que los islandeses deben levantarse cada día y, si ese día toca que amanezca, ven el Sol y sonríen, seguro, más que nosotros. Pero yo hablaba de Air, y no puedo evitar, pues carezco de la chispa de hace unos años, pensar si Pedro Marín no era fan de Air por homenajear a uno de sus espantosos primeros hits - lo de espantosos creo que no admite discusión, o por lo menos aquí no lo admite.
Hace días que ando preocupado pues no acabo de engancharme de una manera irredenta a ningún grupo ni ningún disco relativamente nuevo. Justo desde el último disco de los Arcade Fire, y justo unos meses antes a The XX. Me gustaría saber el motivo, pero me temo que no hay tecnología que pueda conseguir esa información. Todas las combinaciones son posibles : peor actitud frente a la música que desconozco, pero no siempre. No creo que la música sea hoy peor que hace 5, 10 o 25 años. Aún así, debo reconocer que soporté discos de Madonna (p.e. Music), pero me veo incapaz de soportar los de Lady Gaga. Ese puede que sea un hecho determinante.
A pesar de lo cual, busco. Y encontré esto, que puede que sea más de lo mismo. Voces femeninas, ligeramente fantasmales, ritmos arrastrados, o más dinámicos, sintetizadores que marcan claroscuros. Satie, Velvet Underground, Mazzy Star, Saint Etienne, Stereolab, Goldfrapp, Françoise Hardy.



Y sin tener en cuenta el préstamo del riff de teclado completamente depechemodiano...


MODELS DE NEGOCI

Sona Pocket Symphony, disc d'Air al qual correspon l'honor de ser l'últim CD pel qual vaig pagar. Aquesta és l'etiqueta que els mecanismes de la meva memòria li han assignat, a falta de cançons, algunes bons intents, però poques amb punch immediat, que en aquest disc trobo alguna cosa a faltar, entre atractius sons amb instruments japonesos alguna cosa de la seva habitual inspiració es va perdre. Els discs d'Air m'agraden més quan la balança es decanta dels instrumentals, tant si són més o menys planadors (els detractors dirien simfònics). Tot i això un disc d'Air és sempre un petit mite personal: des de 1998 no deixo d'estar pendent del que fan, i les seves excentricitats, al contrari, per exemple, que les de Björk, no em repatejen. Res en contra de Björk, per això. Hi va haver breus setmanes el 1993, o així, on, impressionat pels seus dos primers discos, pensava si no era la dona més maca del món, la de major talent, la dona ideal. El segon disc, a més, segur que premonitòriament, es deia Post.



Només espero que recordi en el seu pròxim disc que és una cantant pop experimental, per aquest ordre. Pot ser que unes bones vendes alleugin una mica el deute extern de la seva Islàndia natal.
Islàndia ha passat a ser una mena d'exemple de com una comunitat es revela contra l'ordre establert. No sé com acabarà, ja que estan en una illa, lluny, són uns 320.000 i sempre poden tancar-se al planeta i posar-se a dieta de bacallà. En aquesta Europa civilitzada no anem a enviar els portaavions a cobrar el que ens deuen. Tampoc els convertirem en la nostra Cuba. Així que els islandesos han aixecar-se cada dia i, si aquell toca que es faci de dia, veuen el Sol i somriuen, segur, més que nosaltres.Però jo parlava d'Air, i no puc evitar, doncs no tinc l'espurna de fa uns anys, pensar si Pedro Marín no era fan d'Air per homenatjar a un dels seus espantosos primers hits - el de espantosos crec que no admet discussió, o almenys aquí no ho admet.
Fa dies que vaig preocupat perquè no acabo d'enganxar d'una manera irredempta a cap grup ni cap disc relativament nou. Just des de l'últim disc dels Arcade Fire, i just uns mesos abans a The XX. M'agradaria saber el motiu, però em temo que no hi ha tecnologia que pugui aconseguir aquesta informació. Totes les combinacions són possibles: pitjor actitud davant la música que desconec, però no sempre. No crec que la música sigui avui pitjor que fa 5, 10 o 25 anys. Tot i així, he de reconèixer que vaig suportar discos de Madonna (p.e. Music), però em veig incapaç de suportar els de Lady Gaga. Aquest pot ser un fet determinant.
Tot i això, busco. I vaig trobar això, que pot ser que sigui més del mateix. Veus femenines, lleugerament fantasmals, ritmes arrossegats, o més dinàmics, sintetitzadors que marquen clarobscurs. Satie, Velvet Underground, Mazzy Star, Saint Etienne, Stereolab, Goldfrapp, Françoise Hardy.


I sense tenir en compte el préstec del riff de teclat completament depechemodià...


dissabte, 23 d’octubre del 2010

LA MADEJA DE REFERENCIAS

Nadie ha leído aún mi post de ayer, así que será pronto para saber qué pensáis ( los que os molestáis en pensar algo, claro ) sobre Björk. Caí en la cuenta de que el vídeo de Bachelorette lo dirigió Michel Gondry, que luego, como muchos ( Anton Corbijn o Spike Jonze serían otros ejemplos ), saltaron a las más serias arenas de la dirección de películas.
La película más conocida que ha dirigido Michel Gondry es Eternal sunshine of a spotless mind, la cual nuestro amigo el traductor al castellano bautizó como Olvídate de mí. Siendo benévolo con el hombre haber usado el literal El eterno amanecer de una mente sin referencias no sé si hubiese alejado aún más del visionado de la película al espectador medio. La protagonizaba Jim Carrey junto a Kate Winslet, lo cual en manos de otro director debería haber significado taquillazo, pero no, la película era rara de narices, la historia más o menos comprensible pero quizás más brillante en su concepto que en su ejecución. Hay que verla y opinar. Kate Winslet lleva el pelo más horroroso que una actriz haya aceptado llevar en cualquier película conocida. Jim Carrey no hace ganyotes, lo cual resulta curioso. La música es de Jon Brion y la influencia pop del director evidentemente sale a la luz. Michel Gondry formó parte, en su Francia natal, de una banda de pop. Allí empezó a hacer sus vídeos y a trastear con las infinitas posibilidades de la edición digital y los trucos que los ordenadores pueden obrar sobre las imágenes. Algo de eso se veía en el vídeo de Bjork. Pero la obra de este tipo es digna de mención :

El original : Cómo convertir piezas de Lego en la bomba


La copia ( o sea, éste no es Gondry ) : Cómo fusilarlo con dados, aunque está igual de bién y la canción es excelente


Cómo sincronizar música y paisaje, y de paso, exorcizar esa obsesión del viajero en tren de ver pasar el paisaje por delante de tus narices.


Y el súmmum : una sola toma de cámara , aunque el vídeo es muy superior a la canción. Pero imaginad con qué precisión este tío consigue estos efectos en justo cuatro minutitos.


Kylie Minogue está realmente guapa en este clip. Poco más tarde se le diagnosticaría su enfermedad. Por esos tiempos unos estudiosos de no sé qué que seguramente no andaban con mucha faena llegaron a la conclusión de que Kylie Minogue era técnicamente en proporciones la mujer más perfecta del planeta. Nada que oponer, en un principio, yo no hago estudios de ésos. Si que es chocante que emitiesen ese juicio tan sesudo tratándose de una chica que apenas debe llegar a 1,55 ( o sea, para los ingleses, con sus sitemas métricos capaces de volver chalado al más pintado, unos 5 pies justitos ). Pero como digo, nihil obstat , más bién de acuerdo pues siempre he sentido debilidad por las chicas pequeñitas. Kylie Minogue fue considerada durante bastante tiempo como la más seria oponente al trono de reina del pop que ostenta Madonna hace montones de lustros. Madonna la que siempre es comentada por reinventarse y adaptarse a las corrientes y bla bla bla. Ni fred ni calor. Puede que hable de Madonna algún día por esa transversalidad que tiene con mi generación. Pero también puede que no. De Kylie Minogue recuerdo contadas cosas que se han quedado clavadas en mi memoria.

Dicen que Michael Hutchence ( cantante de INXS que se suicidó y por ese entonces su maromo ) le dio a probar su primer ácido y eso la hizo renunciar a su pasado de estrella teen para dar un enfoque más adulto a su carrera. Por cierto algo le debió fallar en el suicidio a este hombre pues no consiguió la fama y la celebridad de otros.

Dicen que Nick Cave ( ojo con éste, lo de éste es una adicción a la heroína de largo recorrido ) se la benefició en las sesiones de grabación de Murder ballads donde cantaron a dúo Where the wild roses grow.

Dicen que el zumbado de Bobby Gillespie (líder de Primal Scream, otro politoxicómano - pero qué amigos te buscas, Kylie ?? - cantante de una banda quizás ya un poco estereotipada pero indudablemente con su respeto bién ganado ) la hizo sonrojar públicamente, cuando le preguntó en medio de un programa de TV qué pensaba del hecho de que la mayoría de los adolescentes británicos la usasen para sus fantasías masturbatorias.

Luego me ha decepcionado tomando el fácil y rentable camino de la moda ( diossssssss, imagen de Tous, como la repelente duquesita de alba, ejemplo de chica bajita que me repele ), renunciando a una carrera musical que tanpoco era nada del otro mundo. Ahora sale con un modelo de Tossa de Mar, y parece que no le preocupe ya nada más que vivir, despues del susto que se llevó. Puede que haga bién, claro que sí.




BJORK EN EL LOMO DE UN LIBRO

Antes de la Europa unida, allá por los finales de los 80, ser islandés venía a sonarnos como ser de Bután ( que quien quiera busque dónde está Butan, pero ya os digo que no es famoso por su gas ... perdón por este gratuito chascarrillo ). Sobre esa época, en uno de esos decadentes y desaparecidos programas musicales de los sábados por la tarde, donde los grupos de lo más variopinto salían promocionando sus discos mediante bastante patéticos playbacks, ví a los Sugarcubes cantando "Deus". De Islandia - mal traducida pues en inglés sería Iceland - tierra del hielo -, unos cuantos tíos con pinta de sonados ( qué otra pinta pueden tener : país volcánico, isla a un porrón de kilómetros, poca vegetación y un frío que arronsa la tita ), y al frente Björk Gudmunsdöttir, con su graciosa pinta de elfo semi-esquimal y esa voz que generó la clásica división de opiniones fascinante/inaguantable. No hay punto medio.
Como era de esperar con un signo distintivo tan notable, Björk no tardó en lanzarse a una carrera en solitario. Con el exotismo de su orígen por bandera, más el incondicional apoyo que cierta high class de la música british ( Nellee Hooper, Marius de Vries ) se prestó a brindarle como su preferida . Sus primeros cuatro discos fueron sucesivas secuencias de un muy merecido crescendo creativo : Debut, Post, Homogenic, Vespertine. Todo lo que tocaba se convertía en oro. Era una musa absoluta y una especie de star-system alternativa, pues en esa época ( sobre el año 99-00 ) incluso se la veía sexy, a la manera casi esquimal de ser sexy. Puso de moda muchas cosas, cierto estilo capilar, cierto gusto por los jerseys de-construídos. Todo el mundo buscaba su sombra. Creo que llegó a tocar en el Palau. Por esa época, 93-94 en adelante (cuando salió Debut ) yo empezaba a estar un poco decepcionado del declive que los Pet Shop Boys empezaban a trazar, así que Björk me gustaba, y mucho. La ví en un concierto cuando el Razzmatazz era aún el Zeleste. La teloneaba Goldie, su por entonces novio. Los dos conciertos fueron extraordinarios. Editó la banda sonora Selmasongs de una película que protagonizó, llamada Dancer in the dark, dirigida por Lars Von Trier ( no la recomiendo mucho : es la película oficialmente llorona de Lars Von Trier, prefiero, y con mucho, Dogville, la película oficialmente hijaputa  de Lars Von Trier ). El mundo estaba a los pies de Björk : salió desfilando en Pret a Porter de Robert Altman. Era el must y tenía un merecido y compensado equilibrio de aclamación crítica y razonable nivel de ventas. Buena y famosa : como una Madonna que no te importaba reconocer que te gustaba. La fría reina del Cool.
De repente, a principios de milenio, va y graba dos discos de esos que no sabes por dónde agarrarlos. Médulla, sin instrumentos, sólo con voces, con una especie de grupos dedicados a hacer ruiditos con la boca imitando tambores, percusiones. Primera desbarrada, está claro que ya está lo suficientemente forrada y no le hace falta vender cantidades de 7 cifras. Pero claro, eso no hay quien lo aguante. Su voz es importante, pero a palo seco, difícil de digerir. Luego una banda sonora, debo confesar que ni siquiera me apetece entrar en Wikipedia a mirar el nombre, que supongo que mi inconsciente ha hecho que olvide : ruidos de ballenas, instrumentos japoneses puestos para epatar ( o sea, sin ninguna gracia y con muchas pretenciones ), gorgoritos sin sentido. No, no y no. Creo que está bién que el artista disponga de libertad creativa y la administre a su antojo. Pero ( igual que dije de la técnica ) la creatividad no tiene por qué llevar aparejado el talento. Aún así, no está nada mal :  no cualquiera puede alardear de las cuatro obras maestras que son sus cuatro primeros discos. Ahora, la pobre, parece que sólo sirva para que las revistorras cutres estilo Cuore y QMD se rían de las espantosas pintas que se gasta para acudir a determinados eventos. Parece una especie de mezcla entre la gallina Caponata y una Agatha Ruiz de la Prada que se ha metido dos ácidos.

Paseando por la encantadora librería Bertrand, de dónde debo confesar que me ha sido imposible salir sin pasar por caja y llevarme algo, me fijé en un libro con un título algo así como 1001 discos que hay que escuchar antes de morir. En el lomo, en un tamaño considerable pues es un libro rollizo, figura la foto de un disco de Björk,  no consigo recordar cual pero obviamente uno de los cuatro primeros.  Me resulta chocante. Libros como ése acostumbrarían a usar, no sé, a U2, a Coldplay, puede que a Radiohead, pues usar a los Beatles o los Stones o Dylan les daría un aire añejo poco recomendable comercialmente. Pero Björk, esa elección, resulta muy curiosa. Ahí la tenéis, a una altura a la que nunca más volverá.


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