El reportaje que recomendé el otro día : justo cuando pensaba que todo iba a tomar el tono de denuncia sobre nuestra corroída sociedad capitalista basada en comprar y vender constantemente cosas sin la total seguridad de necesitarlas de verdad, aparecen los vertederos de Ghana, y te das cuenta que nuestro planeta tiene trastienda y puerta de atrás y puerta de servicio y, como en los humeantes pasajes de las películas americanas, sitios dónde dejas la basura. Y nosotros no bajamos a las 8 de la noche como dictan las ordenanzas municipales : bajamos a todas horas.
Y esto me ha recordado otro documental más que ví hace como 4 o 5 años. Se llamaba La pesadilla de Darwin y hablaba de como la introducción de una especie particularmente predadora de pez en el Lago Victoria había acabado, a través de la industria organizada para explotarla, afectando todo el ecosistema y la estructura social ( la humana ) de esa zona. Y como los aviones que iban a recoger el producto de la industria pesquera tenían que hacer el viaje de ida cargados con algo, y qué mejor si ese algo eran armas para abastecer a los simpáticos lugareños, siempre tan prestos a acortar en la medida de lo posible cualquier discusión, que es tarde y hay que ir a cenar. Buscad en el e-mule. Y no los veáis los dos de una sentada, porque os quedaréis algo incómodos. Pero si creéis que de todo este pastel internacional que hay liado, se puede intentar aportar el grano de arena de una opinión algo discordante ( opiniones no arrodilladas ), vedlos.
6Q : primer intento ( muy atrasado ) de ver Once. Y sé y acepto que me has pedido a gritos que pase, pero me gusta opinar por mí mismo. Y me iba gustando, pero de repente el barbudo pelirrojo de la guitarra rota ( para que tengas la percepción inequívoca de que he empezado a verla y no voy de farol ) ha comenzado a usar su guitarra y sus canciones, en un autobús, para expresar sus avatares por la vida ( en este caso la chica que le dejó ) a petición de la muy insustancial y anónima chica del piano. Sé que esos dos músicos son en realidad los componentes del dúo The Swell Season, y creo haber leído que es un grupo seguido por Pep Guardiola ( aunque no hay que venerar todo lo que hace Pep, pues hace años recomendó Los puentes de Madison County ). Pero me temo que estoy de pleno en una temporada que podíamos definir como poco receptiva al folk más lánguido, lo-fi y lagrimero, por lo que doy al pause a Once y lo dejo para seguir en ella en otras circunstancias. 6Q, no insistas, si te he de decir que la he acabado entre bostezos te lo diré, pero no dejaré que me convenzas para que no lo haga. Y soy muy consciente de que es una película de bajo presupuesto, por lo que sé que el guión no dará un giro que incluya naves alienígenas y comandos de élite rescatándolos de un edificio en llamas. Deja que yo opine, va. O piensas que me voy a cortar ??
Y tardaba en hablar de una serie que consigue hacerme sonreír ( no es tan difícil, a veces un mensaje de tres palabras lo logra ) varias veces en los escasos veinte minutos que duran sus capítulos. Se llama The Big Bang Theory, es norteamericana y va por su cuarta temporada. Trata de cuatro científicos ( físicos teóricos, ingenieros aeronáuticos, esas cosas ) cuyo mundo, lleno de parafernalia trekkie, juegos on-line, comics, y libros de instrucciones de complejos aparatos, se ve alterado y entra en conflicto con una sencilla y poco leída camarera que es su vecina. Leído así parece muy simple, pero a una de sus estrellas, Jim Parsons (Sheldon) le ha caído, creo que por segundo año, el Globo de Oro al mejor actor de comedia de TV, con todo merecimiento. Condenada al ostracismo, pues creo que la dan en un segundo o tercer canal de A3, en horario de mediodía, pero rescatada por las muy peligrosas descargas ( debo tomar ya precauciones al confensar que descargo ocio ?? ), creo que merecería la pena que os tomaseis la molestia de ver alguno de sus capítulos ( empezando lógicamente por la primera temporada ) pues en este oscurantista período de la humanidad no es conveniente despreciar la posibilidad de reir unas cuantas veces a carcajadas en 20 minutos.