José de la Rosa se ha proclamado flamante ganador del décimo
Premio Vergara de Novela Romántica. De
casta le viene al galgo y del mismo modo que su tío Jesús de la Rosa convirtió
a miles de creyentes al rock andaluz de la mano de Triana, José de la Rosa ha
sido el creador de grandes historias que
le han deparado algún que otro reconocimiento en forma de premio y miles de
seguidores.
Con su nueva novela, No soy Lizzy Bennet, el autor
convierte un loco viaje en forma de persecución a través de Estados Unidos, en una experiencia
reveladora e iniciática para encontrarse a uno mismo y para homenajear de paso
la figura de Jane Austen. La coincidencia en el nombre del personaje
protagonista de esta novela con la de Orgullo y Prejuicio no queda solo ahí y a
lo largo de sus páginas encontraremos ciertos guiños que sin lugar a dudas harán
las delicias de los lectores y de los incondicionales de la novelista británica.
Una huida, una sospecha de asesinato que recae en una chica
aparentemente normal y sobre la que todos los indicios apuntan a su
culpabilidad. Agentes federales que pondrán en jaque a nuestra protagonista y
que le pisarán los talones en todo momento. En medio de todo y a lo largo de un
accidentado viaje, unos personajes que irán poniendo a prueba a Lizzy y le irán
mostrando las enseñanzas que uno aprende al caminar. Humor, amor, acción,
misterio y reflexión tienen cabida en una novela que no da lugar al
aburrimiento. Una novela que es como una gran caja de sorpresas donde el autor
ha querido hacer un bonito juego de intenciones utilizando la parábola del
viaje de norte a sur para dar cabida en la trama un sinfín de ideas.
Llamarse Lizzy apellidándose Bennet fue una casualidad, pero esta anécdota ha marcado su vida desde niña, desde el momento en que decidió guiar su conducta por el código moral de la protagonista de Orgullo y prejuicio, la otra Lizzy Bennet: honor, libertad, coherencia.
Pero algo tuvo que salir muy mal, porque con treinta años recién cumplidos, esos tres principios se han volatilizado: la prensa la considera un monstruo, la policía la persigue, y ella no cree en nada que no sea atravesar el país y llegar a San Cayetano, la capital del sur, donde debe llevar a cabo su última misión antes de acabar entre rejas.
En medio de esta huida, un accidente de tráfico la hace coincidir con John, un tipo que le desagrada al instante, y a quien solo quiere quitarse de encima. Aunque esa tarea no será fácil. John está decidido a recuperar lo que es suyo, y para conseguirlo la perseguirá, si hace falta, hasta el final del mundo.
Así, Lizzy se embarca en una travesía por carretera a lo largo de un país mágico, con la policía pisándoles los talones y unos extraños compañeros de viaje: Eve, enamorada de un hombre al que no conoce; Giacomo, que como cada año desde hace cincuenta y tres va en busca de su amada para pasar juntos una sola noche a la luz de la luna; y Ana, que ha decidido retomar su vida donde la dejó casi cuatro décadas atrás. Y por supuesto John, pues lo que empieza siendo una cuestión de orgullo, derriba todos sus prejuicios hasta hacerla comprender qué es de verdad el amor.
Moteles de carretera, comunas nudistas, grupos de terapia, serrerías perdidas en el bosque y un destino incierto los aunará a todos bajo la magia de una canción, justo cuando sus vidas deben enfrentarse a su destino.
Libros en el petate: Buenos días José y antes que nada
felicidades por ese 10º Premio Vergara de novela aunque en cuanto a premios
literarios se refiere ya tienes experiencia.
José de la Rosa: Muchas gracias, no puedo negar que estoy
muy contento con este premio.
L.P: Si no me equivoco es el tercer premio que ganas no es
cierto.
J.R: Correcto, antes gané el premio Titania, otorgado por la
editorial Urano y que es el mejor dotado económicamente de novela romántica. He
sido finalista de los Amazon, un premio con mucha solera dentro de la novela
romántica y ahora este supone el tercero.
L.P: Ahora que mencionas Amazon. Has editado con editoriales importantes y auto publicación
con Amazon parece algo incompatible para un escritor.
J.R: Yo desde hace muchos años tengo una estrategia personal
como escritor y es que el cincuenta por
ciento de mi producción lo público con editoriales. Tengo la suerte de trabajar
con Harper Collins y con Random House que son editoriales muy solventes que te
dan mucha visibilidad y el cincuenta por ciento de mi producción la auto
público en Amazon porque es lo que realmente te permite tener ingresos
mensuales reales que te permiten vivir de escribir.
L.P: Las felicidades son dobles en primer lugar por el
premio y en segundo lugar por una novela con la que me he disfrutado y me he
divertido una barbaridad. Una lectura
que resulta trepidante. Puede parecer una pregunta típica pero es que todas las
novelas la merecen. ¿Cómo surge una novela así?
J.R: Muchas veces las novelas no tienen una razón solida
detrás. Esta novela surge a raíz de un viaje a la India porque a mí me encanta
el misticismo hindú y hay una corriente filosófica que es el tantrismo que
habla precisamente sobre el concepto de la rendición, el concepto de dejar de
aspirar a cosas, de marcar objetivos a largo plazo y rendirte a tu vida aceptando
lo que tienes, donde estamos y ordenar tu entorno de una forma para que todo te
sea más grato. Esto me lleva a querer escribir una novela romántica en el que
este concepto entrara de alguna manera dentro de su trama y dándole vueltas me
resultaba muy complicado acertar con la manera de llevar a la práctica lo que
tenía pensado. Pero fue casualmente un día en casa viendo una adaptación de
Orgullo y prejuicio de Jane Austen cuando de pronto supe que iba a ser a través
de Austen como iba a dar forma a mi proyecto. A partir de ahí comencé a trabajar en el concepto de una Lizzy
Bennet del siglo XXI cuando salió esta novela.
L.P: Eso quería preguntarte. En esta novela hay un claro
homenaje a Jane Austen y a su obra Orgullo y prejuicio y quería que me contaras
con más detalle.
J.R: Por supuesto Fernando. La novela romántica es un género que nunca ha estado especialmente valorado por esos apelativos de novela fácil y género rosa con el que lo han etiquetado. Un género donde la mayoría de sus lectoras son mujeres al igual que quien las escribe y me temo que también puede haber un poco de machismo sobre esa percepción no real que hay de la novela romántica. En un pasado sus protagonistas necesitaban ser salvadas, pero a día de hoy y desde hace tiempo estas mujeres están perfectamente empoderadas, que no son de nadie, ni necesitan principies azules que las salven de nada. Lo que contamos hoy en día en la novela romántica es qué es lo que ocurre cuando de pronto te llega esa cosa extraña y hormonal que es el amor. Eso es la novela romántica.
Por ello, haciendo un poco homenaje al género, una de las
grandes influencias de la novela romántica ha sido Jane Austen y su forma tan
particular de plantear las relaciones entre hombres y mujeres. Es un homenaje a
ella y a la aportación tan interesante que ha hecho con esos personajes como
por ejemplo Elizabeth Bennett, que son personajes atemporales.
L.P: En esta novela la música tiene tanto protagonismo que
incluso hasta existe una playlist en Spotify. “No soy Lizzy Bennet” que son las
canciones que te han inspirado a escribir esta novela. Puedes explicarme un
poco estas circunstancias.
J.R: Yo suelo trabajar dos novelas a la vez y las trabajo a
lo largo de un año. Por este motivo y para que no haya confusión en las
características de los personajes suelo buscar en internet alguna foto que me
inspire en el perfil físico de esos personajes y trabajar sobre ellas y así
darle esos rasgos sin temor a equivocarme. Para esta labor utilizo carpetas de
Pinterest y remito a ellas para tod@s aquell@s que quieran ver la documentación
sobre la que he trabajado a la hora de darles vida. Con el tiempo pensé que
sería buena idea hacerlo también con la música porque yo soy un fan absoluto de
la música y suelo escribir escuchándola y tengo un tipo de canciones según la
novela que este escribiendo. Al final toda esa música que he utilizado durante
el tiempo de redacción de la novela la meto en una playlist y la subo a
Spotify.
L.P: Al comenzar la novela me vi más en una novela de acción que en una romántica ¿Cuesta separarte de tu vena de escritor de thriller y aventura?
J.R: Es una novela que hasta el final tuve serias dudas de
si sería comprendida porque la estructura de la novela romántica es muy
concreta y muy definida, y las lectoras de novela romántica buscan una
estructura muy específica y esta novela
rompe un poco con esa estructura. La idea que yo pretendía era contar un viaje
que va de norte a sur, que va desde lo terrenal hasta lo más emocional que es
el sur con la idea de sur real que tenemos. En la primera parte yo quería que
fuera una comedia romántica al uso en el formato de road trip, pero la novela evolucionara hacía su final en su
tono emocional, pero manteniendo el humor para que sea coherente en su
conjunto. Ese final está inspirado en la
película Crash, una de mis películas favoritas.
L.P: Acción, amor, misterio, humor y más elementos conforman
lo que yo había definido y tú me acabas de confirmar como una road trip. Para
poner un poco de orden a todos esos ingredientes que te he mencionado ¿Cómo es No
soy Lizzy Bennet definida por su autor?
J.R: Yo tenía la idea de hacer una novela que fuera un poco
motivacional, de manera que al final el lector recibiera un mensaje donde
muestre a las personas a aceptar su vida y lo que tienen, sobre todo en estos
tiempos de pandemia en los que muchos hemos podido reflexionar si realmente
estamos haciendo con nuestra vida lo que queremos o la vida está haciendo con
nosotros lo que quiere.
L.P: Hemos hablado de Lizzy Bennet, de donde viene, cómo la
creas, pero no hemos hablado de John Denver, el personaje masculino. ¿Puedes
hablarnos un poco sobre él?
J.R: Con John tenía un problema porque con el tipo de perfil
que tiene podía entenderse como que fuera un salvador y nada más lejos de mi
intención introducir dentro de una novela romántica un salvador. John es la
contraposición a esa huida loca de Lizzy, que tiene muy claro a dónde quiere
llegar, pero hacía falta una contraposición que le dijera “déjate llevar” y
John es ese personaje que muestra que acepta la vida como le viene y toma de
ella lo mejor que le da.
L.P: Es esta novela la historia de una travesía que puede simbolizar todo lo que conllevar un
viaje como el medio para estar con uno mismo y como herramienta para conocerse
mejor. ¿Me equivoco definiéndolo así?
J.R: Creo que lo has clavado. La novela tiene un meta
mensaje oculto y cuando la historia comienza a salir de esa realidad de novela
de carretera y de novela cómica, es en ese momento cuando ellas abandonan la
autovía que simboliza el camino que nos marca la vida y se mete por un camino
de tierra amarilla, que en realidad es un intento de guiño al camino de
baldosas amarillas de El mago de Oz, entrando en un mundo donde todo lo que te
comienza a suceder puede ser real o fantasía.
L.P: Ahora que estamos hablando de viajes. ¿Eres muy
viajero?
J.R: Yo soy muy viajero, me encanta viajar aunque ahora
estoy en un periodo más tranquilo.
L.P: La tuya es una novela con grandes dosis de misterio
cuyas soluciones vas dando con cuentagotas para que el lector vaya componiendo
un croquis de lo que conforma la trama y que nos lleva a algo muy importante
como son las apariencias y las primeras impresiones. Estas dos cuestiones nos permiten
reflexionar constantemente a lo largo de
las distintas situaciones que aparecen en la novela sobre lo fácil que es
juzgar a primera vista.
J.R: Efectivamente y me interesa mucho tu reflexión porque en la novela hay un personaje concretamente con el que yo intento exponer ese tema y es Eve, una mujer bellísima, despampanante y que es víctima de su belleza porque la gente la valora y decide relacionarse con ella a partir de su belleza sin buscar nada más. Al final ella elige quedarse con un personaje que es ciego, que no es capaz de verla. El juzgar forma parte de nuestras defensas desde tiempos remotos y luchar contra las apariencias es algo complicado porque todos juzgamos inmediatamente cuando nos presentan a alguien y solemos poner la etiqueta a esa nueva persona aunque por suerte las etiquetas negativas en la mayoría de las ocasiones no suelen estar acertadas. La idea también era esa, trabajar la novela intentando mostrar que las cosas nos son como creemos muchas veces que son y que una cosa es lo que aparenta y otra muy distinta lo que realmente es.
L.P: Una persona como tú, que has estudiado audiovisuales
¿Cómo ves una película basada en esta novela. Son tus novelas tan
cinematográficas, las creas con ese ADN que tienes de tu pasado en el mundo de
los guiones?
J.R: Yo creo que sí, será por todos los años que me he
pasado destripando guiones que la forma que tengo de escribir es muy
cinematográfica, incluso la forma que tengo de vivir las escenas de mis novelas
es más cinematográfica que literaria. Realmente si te fijas bien, casi que está
planteado el guion y lo único que habría que hacer es desmenuzarlo y creo que
funcionan muy bien como guiones porque ya casi que lo son.
L.P: Para finalizar no quiero despedirme sin hablar de tía
Agatha, un personaje que me ha resultado muy interesante porque se habla
constantemente de ella aunque no sea un personaje que su actuación este
demasiado presente en la trama. ¿Puedes contar algo de este personaje?
J.R: Con la concepción de tía Agatha, la intención que yo
tenía era de contar todo lo que ocurre a partir de la idea que tiene Lizzy de salvar a tía Agatha y de que no la metan en
la cárcel. Es un personaje que a mí me gusta mucho y que usa muy bien la
superficialidad. Creo que la superficialidad es una magnifica herramienta
porque te permite salir victorioso de cualquier situación porque parece que
nada importa. Realmente dentro de los grandes superficiales es donde está la
gente bien pensante. Fíjate en Oscar Wilde y sus aforismos o en Truman Capote,
personajes que se han imbuido con la capa de la superficialidad, pero que son personas
muy profundas, capaces de trasladar grandes enseñanzas. Esa era un poco la idea
de tía Agatha, la persona que moralmente le permite a Lizzy estar entre el
mundo del dinero de su familia y el mundo pequeño de librera que tiene Lizzy.
L.P: El mundo que quiere Lizzy al fin y al cabo.
J.R: Efectivamente.
L.P: José ha sido un verdadero placer charlar contigo y por
supuesto hacer este viaje con Lizzy.
J.R: Encantado yo de conversar contigo sobre libros.