Viajero incansable, escritor todoterreno y enamorado de la
vida. Andrés Pascual cierra por el momento la saga que comenzó sobre La Rioja
con un broche a la altura de las buenas críticas que recibió con su anterior
novela. El beso del Ángel es una
novela que el mismo define como “un cóctel de vino y sangre”, una historia que nos acercara a las
entrañas de la vida de un Logroño bien retratado en sus páginas, con un drama
familiar que desborda la trama en todo momento. Un asesino misterioso que todo
lector debe darse el placer de conocer y un despliegue de traiciones que llevan consigo
toda una serie de denuncias sociales que invitan al lector a reflexionar sobre
la actitud de cada uno de sus personajes. Unos personajes que se necesitan unos
a otros para crecer dentro de una novela que en los últimos días no puedo dejar
de recomendar porque sin lugar a dudas es perfecta para disfrutar y de paso y
sin que sus oscuros demonios nos lo impidan, hacer por conocer el verdadero
Logroño.
"No he escrito un thriller porque este de moda sino porque la historia que yo quería contar necesitaba el ritmo narrativo de un thriller"
Camino, hija de un afamado chef, lo tenía todo: riqueza, belleza, inteligencia y el convencimiento de que estaba destinada a brillar. Mientras forjaba una carrera de periodista en el extranjero se vio obligada a volver a su ciudad natal, donde nada era como recordaba. Su madre pasaba los días cuidando a su padre, en estado vegetal tras un ataque sufrido después de que su otro hijo, Lucas, arruinara a la familia.
Mientras Camino se viene abajo, incapaz de encontrar su sitio, su hermano reaparece para pedirle un favor que hace aflorar un secreto enterrado hace mucho tiempo. Todo se complica cuando una jovencísima celebrity local es brutalmente asesinada en el evento de inauguración de una bodega y la investigación apunta a Lucas como autor de la carnicería. Si ese dramático hecho es el tren al que Camino ha de subirse para relanzar su carrera, está más que dispuesta a no dejarlo pasar… aunque le conduzca al mismísimo infierno.
Libros en el petate: Andrés muchas felicidades porque ha
sido un libro que desde que lo he comenzado no he podido parar de leer y lo he disfrutado mucho. Ya tengo
muchas ganas de empezar A merced de un dios salvaje, tu
anterior novela.
Andrés Pascual: No son iguales pero tienen un tono parecido.
Este es un poco más sórdido y aunque son historias independientes, sí que he
seguido una estructura similar en ambos. He utilizado en las dos novelas los
flashbacks al pasado, porque me daban la oportunidad a parte de completar la
trama, de completar el fresco social y
tener una fotografía más clara de cómo es esta tierra y de cómo es el mundo del
vino.
L.P: El nexo de unión entre las dos novelas es Hugo.
A, P: Si, pero es solo un cameo. Es un guiño a los lectores
de A
merced de un dios salvaje y quiero resaltar que son dos novelas
independientes aunque se completan porque la primera está situada en La Rioja
tradicional y más rural. Por el contrario,
El beso del ángel explora La Rioja y el mundo del vino más
sofisticado y moderno. Esta está más
enfocada al enoturismo, porque de hecho todo comienza en un acto de
inauguración de un nuevo hotel.
L.P: Has hablado de que estas novelas iban a formar parte de
una saga, pero tienes claro si llegará a trilogía, serán más de tres o aquí acaba
la saga de La Rioja.
A.P: Creo que he terminado aquí, por lo menos de momento.
Cuando escribía A merced de un dios salvaje me preguntaba si haría dos, tres o
veinte sobre La Rioja, porque en ese momento sabía que tenía más cosas que
contar, pero la primera quedó tan completa que no quise estirar ninguno de los
hilos narrativos de aquella historia. Y esta también creo que está completa en
sí misma con lo cual creo que las dos forman un paquete y considero que ya he
contado las dos visiones de esta tierra que quería contar. (Cuando hablo de
esta tierra no me refiero solo geográficamente,
ni del mundo del vino. Me refiero
a esas personas que viven en aparentes
paraísos donde parece que tienes el bienestar al alcance de la mano, pero que
al mismo tiempo te piden un precio a cambio que son esos convencionalismos
sociales. El tener que aparentar que
todo va bien siempre, etc. Esta mascara social sirve de caldo de cultivo para
que por dentro, las sombra que todos tenemos se vaya enquistando). La visión de
A
merced de un dios salvaje la explore a través de los pueblos diminutos
y en este caso lo he explorado desde el punto de vista de los habitantes de una
pequeña capital de provincial que es Logroño, pero que puede ser cualquier
ciudad de este país porque todos tenemos los mismos miedos y los mismos anhelos
y sobre todos los mismos conflictos de sentirnos observados. Muchas veces en
este tipo de ciudades, donde todo es muy cómodo, pero al mismo tiempo nos
sentimos muy controlados unos con otros,
estamos tan pendientes de estar a la altura de los demás que se nos olvida
estar a la altura de nosotros mismos y esto nos genera una sensación de falta
de plenitud y de frustración contra la que tenemos que luchar. Camino, la
protagonista en El beso del ángel lo que
hace metafóricamente es representar este conflicto.
L.P: Un libro con muchos giros que confunden al lector
creyendo que cualquier culpable es posible manteniéndolo en una constante intriga a lo
largo de una novela llena de misterio. Como colofón a todo esto, un asesino del
que no vamos a hablar, pero que invito a todos los lectores a que lo conozcan porque
su creación es bastante meritoria. ¿De dónde has sacado este personaje porque
me resulta asombroso y no creo que te haya surgido un personaje así de la noche
a la mañana?
A.P: Todos los personajes crecen cuando escribes una novela.
Hay escritores de mapa y escritores de brújula y yo tengo un cincuenta por
ciento de cada uno. Al principio escribo
un pequeño guion que me sirve de guía para no perder el tono o el propósito de la novela. En caso de tomar un
camino incorrecto, ese pequeño faro me
vuelva a acercar a la idea inicial por la que he apostado, pero al mismo tiempo
tiro mucho de brújula y me lanzo a escribir sin tener cerrado todos los acontecimientos,
ni tampoco tener completos todos los
personajes, porque a medida que vas trabajándolos van creciendo por sí mismos.
El antagonista de mi novela creció mucho durante la novela independientemente
de que yo supiera casi a ciencia cierta cómo iba a transcurrir y cómo iba a
terminar. Ha sido una creación más que de poner, de quitar capas de la
normalidad y de sumergirnos en esas aguas más tenebrosas donde normalmente nos
da miedo explorar. Para crear un personaje tienes que mirar hacia dentro,
mirarte a ti mismo y a la gente que te rodea porque no puedes inventar
personajes de la nada. Incluso para crear un psicópata tienes que tirar de esas
cosas que uno mismo lleva dentro y necesitas un acto de valentía. No me refiero
con esto que sea para entender por qué
hace las cosas sino para dibujarlo con el rigor suficiente para que sea creíble.
El éxito de todo personaje es que te sorprenda y al mismo tiempo que sea
tremendamente creíble. Esto requiere un
trabajo de desescombro y de profundización en cada uno de los personajes. Es
verdad que también algunos personajes ayudan a otros a crecer porque los llena
de matices y les genera conflictos que tiene que resolver.
L.P: Una de las características que me han gustado mucho de
la novela son los constantes guiños que haces al vino, a la tierra, a fechas,
etc. ¿Cómo se te ocurren estos guiños?
A.P: En una novela absolutamente todo tiene que tener
sentido. No puede haber una palabra que este ahí por estar y todo tiene que
tener un porqué. Cada elemento de la novela te brinda una oportunidad maravillosa
para hacer magia y para dibujar el escenario o los personajes. Si hay una
etiqueta de vino, aprovechemos esa etiqueta para que lo que diga nos sirva para
hacer crecer a la trama o a alguno de los personajes. Esta novela no va de vinos sino que va de relaciones familiares y de la sombra del
ser humano, y aunque se desarrolla en un escenario vinícola, he intentado
aprovechar cada detalle conscientemente para que haga crecer ese universo que
yo le ofrezco al lector.
L.P: Es un thriller con una relaciones familiares algo
tormentosas. Yo en algunos momentos pensaba en un Falcon Crest a la riojana.
Viendo mucho de lo que le ocurre a los personajes se me ocurre preguntarte sí
hay en todo ello mucha de tu experiencia como abogado.
A.P: La hay Fernando porque ten en cuenta que yo he
trabajado durante dos décadas como abogado de familia y he tenido sentado al
otro lado de la mesa a innumerables parejas y familias enfrentadas, bien sea por el hecho matrimonial
o testamentario donde la mayor parte de estos asuntos no tenían como fin último
el dinero sino las emociones como el tener razón, el odio, el redimirte, etc.
Sin quererlo durante esos veinte años he ido metiendo en la mochila un montón
de matices que luego he ido utilizando en mis novelas.
L.P: Hablamos de Camino, el personaje principal, una mujer
muy fuerte pero a la vez con muchas debilidades, llena de matices, de luces y sombras que me
ha gustado mucho. ¿Este personaje cómo ha surgido. Es alguien que tenías en
mente a retazos o te has inspirado en alguien?
A.P: Reconozco que tiene muchas cosas de mucha gente y
podría sentarme a desgranarte de quien he sacado cada respuesta o cada característica
de Camino. Al final Camino como protagonista tiene un trabajo bastante grande y
he tenido que echar mano de muchos modelos reales para recrearla en la ficción.
Afortunadamente no hay una persona en la que yo me haya inspirado que reúna
todos los conflictos que sufre ella, ni todas las peripecias desafortunadas que
tiene que pasar.
L.P: Un libro con sabores y olores. Es un libro que además
de leerse se disfruta con otros sentidos que se despiertan a medida que vamos
leyendo. ¿Eras consciente de querer provocar todo esto?
A.P: Esto puede ser debido a que La Rioja es una tierra muy
sensitiva que está plagada de gastronomía y no solo de vino. Tenemos una
conexión muy intensa con la naturaleza porque es una región de gente del campo
aunque tengamos nuestra industria. En La Rioja tenemos una frase que dice “El
vino no se bebe, el vino se vive” y me encanta que me hagas este comentario
porque entonces creo que he sido capaz de trasladar ese sentimiento a las
páginas del libro. Por dejarte una frase te diría que tal vez “El beso del
ángel puede considerarse un coctel de vino y de sangre”.
L.P: En la novela hay una frase que dice “En Logroño nunca
pasan cosas así”. ¿No te ha dicho nadie que se ve raro ese Logroño de vino y
sangre?
A.P: Nunca se sabe. Al final cada paraíso tiene su lado
oscuro y lo que tenemos que hacer es enfrentarnos con naturalidad a ese lado
oscuro y tratar de comprenderlo y canalizarlo para que no se enquiste dentro de
nosotros y estalle cuando sea demasiado tarde.
L.P: En otra ocasión te he escuchado decir “todos debemos
buscar en la vida el placer porque no hay deber que descuidemos más que el de
ser felices”. Me he sentado con Andrés
Pascual para hablar de novelas como Taj y Edén, dos novelas muy distintas a
estas últimas. ¿Quería preguntarte si disfrutas más de este género y con estas últimas
novelas si las comparamos con tus anteriores novelas?
A.P: Yo creo que cada novela responde a su momento y no solo
al mío personal sino a las circunstancias que respiras cada día. No he escrito
un thriller porque este de moda sino porque la historia que yo quería contar
necesitaba el ritmo narrativo de un thriller. Para explorar esta doble cara del
paraíso y del infierno que todos tenemos dentro necesitaba el tono y la
sordidez de un thriller.
L.P: Andrés como siempre ha sido un placer conversar contigo
A.P: Gracias a ti por tus palabras sobre el libro.