Hoy os traigo la charla que mantuve con Jorge Molist con motivo de la publicación de su novela El latido del mar, donde narra los primeros años de Roger de Flor, su infancia y la desgracia que recayó sobre su familia en Brindisi. Una magnifica novela que certifica el buen hacer del autor a la hora d novelar hechos históricos y poner sobre el papel la reconstrucción de la vida de personajes reales de la historia.
Libros en el petate: Buenas tardes Jorge. El latido del
mar, un título muy poético que esconde más que una simple frase.
Jorge Molist: Pues sí, esconde mucho más. Esconde una
esperanza, la esperanza de un niño que siente que en el mar está el futuro y
que su corazón late al mismo compas y de alguna forma espera del mar mucho.
L.P: El Mediterráneo del siglo XIII. ¿Qué Mediterráneo vamos
a encontrarnos en tu novela?
J.M: Es un Mediterráneo que en esa época tenía mucho de
español. Es el Mediterráneo en este caso de oriente, no en vano tenemos colgado
en el senado español un lienzo impresionante, donde aparece el protagonista de
la novela ya de adulto. Un Roger de Flor entrando en Bizancio y a la derecha
podemos ver una parte que es luminosa, rica, culta que es el imperio Bizantino
y ahí está el emperador que inclina la cabeza
junto con su corte sobre los que entran que están en colores más oscuros
y cuyo líder de ese grupo es Roger de Flor y sus almogávares, sus tropas
españolas. Tuvimos capítulos heroicos de nuestra historia en ese extremo del Mediterráneo,
aunque hoy en día nos sorprendamos.
L.P: Este libro es en cierta medida un homenaje a Roger de
Flor. Hay algún motivo por el que lo hayas elegido a él, poque no olvidemos que
esta sería la tercera novela de esta saga que se desarrolla en el Mediterráneo.
J.M: Yo no he escrito estas tres novelas con la intensión de
que fuera una saga porque Roger de Flor no aparece en ninguna de las anteriores
novelas y aquí aparece de niño y concluye la novela cuando ha alcanzado la edad
de conseguir sus sueños. En parte es para recordar glorias españolas que se nos
han olvidado puesto que no solo esta lo que representaba en ese momento
oriente, la tierra santa, las cruzadas o los templarios. Esta también la
continuación de una guerra por el control del Mediterráneo entablada entre
Francia, apoyada por el Papa, mucho más poderosa y la corona de Aragón que no
dejaba de ser un recién llegado a lo que era denominado parte del territorio
del imperio francés porque a tierra santa ellos la llamaban ultramar y era
básicamente franca.
L.P: ¿Cómo era Roger de Flor?
J.M: Roger de Flor llegó a ser un gran líder a través de una
trayectoria muy tortuosa empezando con la desgracia de su familia de la muerte
de su padre en batalla contra los franceses cuando él tenía solo un año y que
yo cuento en la novela. Su madre, que era una gran noble de Brindisi se queda
sin nada en manos de sus enemigos y la supervivencia era muy difícil. Esto hace
que tuviera que echar mano de todo su ingenio sufriendo lo peor para poder
sacar adelante a su hijo estando en la miseria y eso forma carácter. Este niño
resultó ser un golfillo que corría por el puerto de Brindisi buscando algo que
comer y a la espera de un futuro que vio en el mar, ese mar que le late. Finalmente,
de este niño se apiadó un fraile templario que era el capitán de la nave de el
Halcón, la nave más potente que tenía en esos momentos el temple, una galera,
que fueron los barcos que dominaron el Mediterráneo durante más de dos mil
años. Una nave que era un lugar duro para los adultos que viajaban en ella,
imagínate para un niño. Todo esto forja un carácter en un niño que sobrevivió,
creció hasta hacerse un fraile templario y comandar su propia nave y a partir
de ahí su trayectoria es más conocida. Yo he escrito hasta el momento en que
consigue esa capitanía y lograr en el mar reencontrarse con su familia. A partir
de ahí vienen sus grandes gestas y la historia continua, pero no creo que sea
yo quien continue con esta historia. Una historia en la que lo vemos
participando en la defensa de San Juan de Acre, terminó abandonando el temple,
se hizo pirata, mercenario y acabó comandando las tropas españolas en el
imperio bizantino y siendo nombrado cesar del imperio y casándose con una
princesa bizantina.
L.P: Por qué novelar su niñez y no esa época de gloria y
esplendor.
J.M: Yo la considero mucho más interesante y además es una
época de crecimiento y de lucha por la supervivencia y donde el amor juega una
gran baza. Tenemos el amor de la madre por el hijo, el amor del hijo por su
madre donde este trata de devolver ese amor que ha recibido. Esta el amor
pasional de su madre por un hombre que resulta ser un amor prohibido. Esta el
compañerismo de los golfillos del puerto, la camaradería con su tripulación en
la galera. Yo creo que es una época
donde los sentimientos están mas claros y definidos. Una buena novela tiene que
ser novela de sentimientos por mucho que hayas estudiado la historia y que seas
preciso en lo histórico que cuentas, la faceta de los sentimientos es
fundamental y el ver crecer un niño y ver a través de sus ojos cosas como la
galera o cómo era San Juan de Acre me permite una visión más completa desde abajo.
L.P: Este libro además de estar cargado de historias, esta cargado
de emociones.
J.M: Eso es lo que yo pretendo. Yo lo que quiero es
enganchar al lector desde las primeras páginas y la emoción no solo es lo que engancha,
sino que es lo que te hace recordar mucho más que otro tipo de lectura. Yo
pretendo que en algunas ocasiones el lector sonría, en otras tenga un lagrima
en los ojos y que en definitiva la historia le llegue al corazón y eso se hace
con emoción. Por mucho que hayas estudiado la historia y por muy bonita que sea
esta, a la gente nos interesa la gente.
L.P: Es un libro que sirve también para desmitificar a los
templarios. No eran esos caballeros que nos tienen deslumbrados por sus
leyendas misteriosas.
J.M: Deslumbrados y seducidos. El puñado de pobres
caballeros de cristo que se llamaban ellos cuando se fundó la orden del temple
había pasado a ser una enorme multinacional riquísima que tenía encomiendas por
toda Europa (ganaderas, agrícolas, pesqueras) los cuales les permitía tener un
sistema bancario que daba mucho rendimiento porque la gente les confiaba el
dinero a los templarios porque se fiaban de su honradez y además estos
templarios eran la agencia de viajes más grande que haya podido existir en la
historia posiblemente porque te trasladaban desde un extremo de Alemania con tu
corazón negro lleno de pecados hasta el río Jordán para que como peregrino
limpiara tu alma y pudieras volver a empezar a pecar. El peregrinaje era un gran negocio, pero
además estaban muy metidos en política y en la novela los veremos muy poco
luchar contra musulmanes y si luchando contra otros cristianos para imponer los
deseos del Papa y los deseos de Francia y consideraban a la corona de Aragón como
una enemiga.
L.P: En esta novela reconstruyes la historia y la novelas.
Para ti novelar la historia es un reto o un placer.
J.M: Es las dos cosas porque a mi me gusta perseguir a los
personajes, saber lo que les pasó, buscar información de todo y por suerte
Roger de flor tuvo un cronista muy destacado, Ramon Montaner que fue compañero
de armas suyo y que nos da unos datos muy precisos de su juventud. Lo que yo
hago ahí es una reconstrucción basada en las costumbres de la época, también cómo
eran las ciudades, a quién pertenecían y partiendo de ahí las reconstruyo y
para mi es un placer, aunque en algunas ocasiones es ingrato y trabajoso.
L.P: Fray Vasall es el sargento templario, capitán del Halcón
y un tipo muy peculiar. Crees que fue la persona que influyó de manera ostensible
para que Roger de Flor se convirtiera en el personaje que fue.
J.M: Sin duda. Había muchos motivos por los que los hombres
entraban en el temple porque ya no eran los caballeros fanáticos de sus inicios
y algunos entraban para tener simplemente algo con lo que comer y otros con el
fin de salvar su alma. En el caso de fray Vasall pues no deja de ser un poco cínico
y critico sobre lo que era el temple de su tiempo y estaba ahí obligado por las
circunstancias. El profesó porque la otra alternativa que era una ejecución era
peor y realmente había templarios que estaban en el temple por obligación y por
eso él veía el temple no tanto a través de la fe sino a través del mundo
terrenal y veía que la orden estaba en su cenit de poder, pero ya se le veía la
decadencia y esa decadencia la podemos ver en la historia de Roger de Flor
cuando decidió también dejar el temple.
L.P: Jorge muchas gracias por tu tiempo y por descubrirme esa
historia de esa parte del Mediterráneo que tenemos algo olvida o no tan
conocida.
J.M: Gracias a ti. La tenemos algo olvidada y fuera de las
gestas del Gran Capitán y la batalla de Lepanto como que América nos ha sorbido
la mente y la imaginación, pero en el Mediterráneo también hicimos un montón de
cosas y nuestro primer imperio estuvo ahí puesto que estuvimos en Sicilia 54
años más de lo que estuvimos en Cuba.
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