Hoy os traigo el segundo libro de la saga de Vila y Chamorro, como os decía en la anterior reseña me he leído los cinco primeros libros casi seguidos y no me he empachado por lo que podéis imaginaros como he disfrutado
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Título: El alquimista impaciente
Autor: Lorenzo Silva
Editorial: Destino
Año: 2000
Genero: Novela Policíaca
Paginas: 288 páginas.
ISBN: 9788423344543
Sinopsis:
Impresiones:
Siempre que empiezas una saga te surge la emoción de seguir disfrutando con cada entrega de unos personajes que te han calado hondo, pero también se puede dar el caso en el que te enfrentes a una nueva aventura con el temor que esos héroes que se hicieron tuyos, en esta ocasión no estén a la altura. Tengo que decir que afortunadamente con El alquimista impaciente he seguido estando al lado de una pareja que se ha convertido de culto para un servidor.
Su segunda entrega comienza como la primera, en las primeras páginas nos presentan un macabro crimen y ante el cariz de la situación, solicitan ayuda a la brigada central y eso significa nueva misión para nuestros protagonistas, unos protagonistas que a medida que voy leyendo los diálogos entre ellos, me doy cuenta que son una pareja ideal, casi perfecta, lo que le falta a uno lo compensa el otro y poco a poco se ve que con el tiempo ya han forjado esa camaradería del que trabaja codo a codo cada día contigo sin desilusionarte y esperando lo mejor siempre de él.
Como con los colores, hay gustos para todo y tengo que decir que esta historia raya a un muy buen nivel, un caso muy complicado, que transcurre lento, en algunas ocasiones tanto que parece que se va apagando para llegar a un momento determinado en que todo se precipita dándole alas para terminar con un final en los que uno se agarra al sillón. Por esto quizás sin desmerecer la historia, me gustó más la primera novela. Con esta segunda he disfrutado más de los propios personajes, más curtidos, Un Vila en plan maestro que nos muestra con su retorica de psicólogo de la que tanto me gusta aprender y reflexionar sobre sus ideas y sus teorías que despiertan una y otra vez mi curiosidad, cerrando el libro para hacerme meditar. Tal vez sin darte cuenta le vamos tomando más cariño al personaje porque ya no es el desconocido de hace unos años, nos hace participes de rincones de su vida y con ello vamos ahondando en su interior y en los secretos que hay detrás de este sargento tan atípico.
Nuevamente me lama poderosamente la atención como el autor usa de una forma tan natural la retorica en los diálogos y pensamientos de nuestro protagonista con cierta naturalidad mezclada que lo hace interesante.
Por ello es una novela llena de sinceridad en las ideas personales de nuestros protagonistas y en el fondo o trasfondo llamadlo como queráis de una sociedad donde el dinero lo compra casi todo, por ello quizás Vila tiene esa simpatía y esa caballerosidad por la derrota, porque muchas veces son los malos los que ganan en la mayoría de los casos y son los pobres los que siempre se hunden aunque sean pobres de alma oscura por la necesidad.
Creo que las historias de Lorenzo Silva ganan fuerza porque apura hasta el límite, como en esta nueva ocasión, dándole una solución más que aceptable casi al final de la bocina. Tengo que reconocer que esta vez no supe a quien echarle el muerto, no como en la que reseñe hace unos días, El lejano país de los estanques donde estuve más avispado
Resumiendo, unas historias engancharan más que otras como me ha pasado con estas dos primeras de esta saga pero no puedo negar que su forma de escribirlas y todo lo que hay detrás de ellas dan para interesarse y mucho por ellas
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Título: El alquimista impaciente
Autor: Lorenzo Silva
Editorial: Destino
Año: 2000
Genero: Novela Policíaca
Paginas: 288 páginas.
ISBN: 9788423344543
Sinopsis:
Un cadáver desnudo, sin rastros de violencia, aparece atado a una cama en un motel de carretera. ¿Se trata o no de un crimen? El sargento Bevilacqua, atípico investigador criminal de la Guardia Civil, y su ayudante, la guardia Chamorro, reciben la orden de resolver el enigma.
La investigación que sigue no es una mera pesquisa policial. El sargento y su ayudante deberán llegar al lado oscuro e inconfesable de la víctima, a su sorprendente vida secreta, así como a las personas que la rodeaban, en su familia, en la central nuclear donde trabajaba. Y desentrañar un cada vez más complejo entramado de dinero e intereses que los llevará a varias ciudades. Pero la clave, como en la alquimia, está en la paciencia; la que necesitarán los investigadores y también la que les faltó, de uno u otro modo, a los personajes con los que se tropiezan en su búsqueda.
Una novela de corte policíaco que es mucho más que un relato de intriga, y en la que descubrir a la víctima es casi más importante que descubrir a su asesino. Como en los libros de Chandler y Hammett, no se trata de resolver un crimen como quien resuelve un acertijo, sino que hay que sumergirse en las circunstancias y personajes que rodean la muerte, en su trasfondo social.
(Sinopsis facilitada por la editorial)
Autor:
![]() Antes de dedicarse a la escritura profesionalmente desarrollo su carrera profesional dentro del marco de la abogacía en parte por culpa de sus estudios de derecho en la Complutense de Madrid. A la hora de hablar de su obra creo que simplemente habría que hacer una entrada exclusivamente para todos sus títulos aunque podemos resumirlo diciendo que muchos de sus artículos y relatos han pasado a formar parte de libros y que entre sus novelas que son mas de una veintena destacando en mi modesto conocer "La flaqueza del bolchevique" (1997) y la saga de los archiconocidos Bevilacqua y Chamorro. Entre sus grandes premios destacan el premio Ojo Critico 1998 por "El lejano pais de los estanques", el Premio Nadal 2000 por "El alquimista impaciente" y de los mas sonados últimamente el Premio Planeta 2012 por "La marca del meridiano"
Si queréis saber más del autor podéis visitar su completísima página aquí
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Siempre que empiezas una saga te surge la emoción de seguir disfrutando con cada entrega de unos personajes que te han calado hondo, pero también se puede dar el caso en el que te enfrentes a una nueva aventura con el temor que esos héroes que se hicieron tuyos, en esta ocasión no estén a la altura. Tengo que decir que afortunadamente con El alquimista impaciente he seguido estando al lado de una pareja que se ha convertido de culto para un servidor.
Su segunda entrega comienza como la primera, en las primeras páginas nos presentan un macabro crimen y ante el cariz de la situación, solicitan ayuda a la brigada central y eso significa nueva misión para nuestros protagonistas, unos protagonistas que a medida que voy leyendo los diálogos entre ellos, me doy cuenta que son una pareja ideal, casi perfecta, lo que le falta a uno lo compensa el otro y poco a poco se ve que con el tiempo ya han forjado esa camaradería del que trabaja codo a codo cada día contigo sin desilusionarte y esperando lo mejor siempre de él.
Como con los colores, hay gustos para todo y tengo que decir que esta historia raya a un muy buen nivel, un caso muy complicado, que transcurre lento, en algunas ocasiones tanto que parece que se va apagando para llegar a un momento determinado en que todo se precipita dándole alas para terminar con un final en los que uno se agarra al sillón. Por esto quizás sin desmerecer la historia, me gustó más la primera novela. Con esta segunda he disfrutado más de los propios personajes, más curtidos, Un Vila en plan maestro que nos muestra con su retorica de psicólogo de la que tanto me gusta aprender y reflexionar sobre sus ideas y sus teorías que despiertan una y otra vez mi curiosidad, cerrando el libro para hacerme meditar. Tal vez sin darte cuenta le vamos tomando más cariño al personaje porque ya no es el desconocido de hace unos años, nos hace participes de rincones de su vida y con ello vamos ahondando en su interior y en los secretos que hay detrás de este sargento tan atípico.
Nuevamente me lama poderosamente la atención como el autor usa de una forma tan natural la retorica en los diálogos y pensamientos de nuestro protagonista con cierta naturalidad mezclada que lo hace interesante.
Por ello es una novela llena de sinceridad en las ideas personales de nuestros protagonistas y en el fondo o trasfondo llamadlo como queráis de una sociedad donde el dinero lo compra casi todo, por ello quizás Vila tiene esa simpatía y esa caballerosidad por la derrota, porque muchas veces son los malos los que ganan en la mayoría de los casos y son los pobres los que siempre se hunden aunque sean pobres de alma oscura por la necesidad.
Creo que las historias de Lorenzo Silva ganan fuerza porque apura hasta el límite, como en esta nueva ocasión, dándole una solución más que aceptable casi al final de la bocina. Tengo que reconocer que esta vez no supe a quien echarle el muerto, no como en la que reseñe hace unos días, El lejano país de los estanques donde estuve más avispado
Resumiendo, unas historias engancharan más que otras como me ha pasado con estas dos primeras de esta saga pero no puedo negar que su forma de escribirlas y todo lo que hay detrás de ellas dan para interesarse y mucho por ellas