Mostrando entradas con la etiqueta Reseñas.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Reseñas.. Mostrar todas las entradas
Conocí de la existencia de esta novela cuando fue nombrada  finalista del Premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda 2018. Me resultaba una historia interesante, que podía reunir una serie de ingredientes que la convirtieran en una lectura muy atractiva pero que con tantas lecturas que incrementan a diario  el catálogo de libros que a  uno le gustaría leer quedó apuntada en la lista para no olvidar.

Fue el pasado mes de Noviembre cuando en el Certamen Internacional de Novela Histórica Ciudad de Úbeda, que tuve la oportunidad de conocer durante esos días a su autor Julio Alejandre. Por raro que parezca creo recordad que si hablamos de su libro fue apenas un par de pinceladas puesto que nuestras conversaciones discurrieron por otros derroteros como es  su amor por la historia, su vida  como cooperante en tierras americanas.


Hoy estoy aquí para saldar esa pequeña deuda que contraje conmigo mismo y en la que me propuse conocer al Julio Alejandre escritor. 



Título: Las islas de Poniente.
Autor: Julio Alejandre.
Editorial: Pàmies.
Año: 2019.
Género: Novela histórica de ficción.
Páginas: 544 páginas.
ISBN: 9788417683115




Sinopsis:


Álvaro de Mendaña parte del Perú a la conquista de las islas Salomón y el descubrimiento de las Regiones Australes al mando de una flota. Un aprendiz de cirujano, preso de la justicia virreinal, se enrola, para escapar a su condena, en uno de los navíos: la nao Santa Ysabel. A bordo también viajan la dama por cuyo amor había sido apresado; un marinero fanático que, iluminado por una visión, confecciona una lista de los bienaventurados que se habrán de salvar en la travesía, y una tripulación de soldados y marineros, mujeres recatadas, atrevidas busconas, hidalgos aventureros y familias de colonos, todos en busca de fama, fortuna y una vida mejor en el otro confín del mundo.
Pero en medio del Pacífico una sublevación contra el capitán hace que la nao cambie el rumbo, se separe de la flota e inicie un viaje tan incierto como apasionante por mares y tierras desconocidos.
Las islas de Poniente es una apasionante novela de viajes y descubrimientos —entre ellos, el del continente australiano—, pero también una historia marcada por las traiciones, los crímenes, las penurias y las aventuras de un puñado de expedicionarios que, perseguidos por una fatídica profecía, luchan por el poder, la codicia o la mera supervivencia.
Impresiones:



Corre el año del señor de 1595 y el adelantado Don Álvaro de Mendaña se dispone a partir de Perú al mando de varias embarcaciones en lo que será su segunda expedición para poblar y colonizar las  islas Salomón y las regiones australes. Entre los barcos bajo sus órdenes, se encuentra la Santa Ysabel, que desaparecerá del grupo de naves expedicionarias  el 7 de Septiembre de ese mismo año con casi doscientas almas a bordo. Siglos más tardes diversos documentos encontrados de los  que no puede certificarse su veracidad al ser copias, relatan de boca de uno de sus tripulantes, un tal Juan Torres, el destino que pudo tener aquella nave y los que abordo iban.

Será Juan Torres, un soldado de fortuna embarcado en la Santa Ysabel para redimir una pena de cárcel,  nuestro protagonista en esta aventura literaria en la que Julio Alejandre nos invita a ser testigos privilegiados, nunca mejor dicho, para conocer a través de los ojos  de este personaje todo lo que aconteció en aquella travesía. No será la vida de Juan la única que conozcamos pues a lo largo de sus páginas, como sí de una novela coral se tratara sabremos la vida y milagros de muchos de sus tripulantes, convirtiendo la obra en una obra de teatro en la que por un barco que será escenario improvisado, desfilaran sus protagonistas desempeñando sus papeles en una aventura épica que como en casi todas las del estilo tendrá mucho de drama.

A modo de diario relatado de boca de Juan Torres se nos narra el día a día de los acontecimientos más importantes en la Santa Ysabel y en las tierras a las que estos intrépidos personajes arribaron. Contado de forma ágil, amena y muy detallada, aunque sin abrumar con descripciones, el lector se sentirá en todo momento como parte de la expedición. Una expedición de auténticos aventureros, embarcados en un viaje incierto por motivos casi siempre extremos que bien podrían ser el último cartucho para unas gentes cuyas vidas estaban al borde de la ruina personal o económica. 

Emprenden su larga travesía con la esperanza puesta en una nueva vida en  tierras inexploradas, donde empezar de cero en el caso de los civiles o el afán de gloria, fortuna y conquista para los soldados y mandos eran la razón de acometer semejante empresa.

La verdadera aventura comienza cuando debido a las desavenencias por su manera de gobernar la nave, sucede un motín que hará que la  Santa Ysabel se separe del grupo de naves de la expedición que comandaba Mendaña y de la que a título informativo el autor dará algunas pinceladas sobre el destino que dichas naves tuvieron.  Comienza así un viaje lleno de luchas por el poder y el control de la nave, las desavenencias por la ruta a tomar que harán que de cierta forma esto se convierta en la brújula que guiará el camino de la  trama. Dentro de la nave conoceremos como se vivía a diario en un galeón como el que protagoniza la novela, la distribución de las tareas, su limpieza, su mantenimiento, el racho y la manera de aprovisionarse. Todo ello explicado de forma muy inteligente por el autor a través de las narraciones  del soldado Torres mientras relata todo lo que va ocurriendo en la nave.

A las disputas por el poder se le unen los romances, las historias de amor, que no serán muchas peros si importantes, porque como en la vida real, por celos y temas de amoríos, el hombre llega a hacer auténticas locuras y pierde el juicio de lo racional.

En el libro no faltaran escenas de expediciones para conquistar tierras aun no exploradas, luchas contra nativos, epidemias, naufragios, fundación de nuevas ciudades. Un sinfín de situaciones porque como en las buenas historias de aventuras, siempre esta ocurriendo algún inconveniente del que hay que salir, que harán en todo momento, que el interés por la narración no decaiga, ya que  en definitiva esta es una gran aventura con todos los ingredientes para pasarlo muy entretenido con una lectura en la que se disfruta, se aprende y se reflexiona, que viniendo de un libro es de agradecer.

Puede que mis palabras al final se queden cortas para describir todo lo que Las islas de Poniente contiene y puede ofrecer al lector, pero un viaje de semejantes características, con aquellas condiciones y el misterio que envuelve a lo que ocurrió con aquellos aventureros,  tiene mucho que contar pero mientras más se diga menos capacidad a la sorpresa  deja uno a los futuros lectores.

No me queda más que recomendar su lectura, que tiene todo lo que este género de aventuras y de ficción histórica puede ofrecer  para hacer disfrutar al lector. Una buena trama que en todo momento pondrá a los lectores en vilo sobre el  destino que  deparará a los personajes y sobre el final que dará el autor a toda esta historia. Una  buena narración, con un lenguaje muy bien trabajado que hace que vivíamos mucho más el ambiente de aquellos siglos, donde cualquier viaje era una odisea épica y una gran aventura en condiciones muy precarias en la mayoría de los casos.

                                                            

Autor:

Julio Alejandre nació en Madrid allá por los años setenta, donde estudió Magisterio y más tarde Pedagogía. Después de unos años dedicado a la enseñanza, se marchó a Centroamérica para trabajar como cooperante con refugiados de guerra, y allí permaneció más de una década. En la actualidad reside en Extremadura y forma parte de un equipo de Orientación Psicoeducativa.
Ha obtenido premios literarios en certámenes nacionales e internacionales, y ha publicado los libros Héroes, tumbas y libros perdidos, Seis mil lunas Reporte de una boda y un entierro, y es autor del blog «La otra literatura». y tiene una interesante página personal El blog de Julio Alejandre
El ingenuo salvaje fue escrito en 1960 por David Storey, ganó el Mac Millan Fiction Awards con el título original de This Sporting Life y su historia fue llevada al cine en 1963 por Lindsay Anderson, con Richard Harris y Rachel Roberts como protagonistas. La película fue todo un éxito y cosechó numerosos reconocimientos en forma de premios.


Hace unos meses, la editorial Impedimenta volvía a reeditarlo, cosa que es de agradecer porque es una novela fantástica que puede tildarse de todo un clásico que ha resistido el paso del tiempo con muy buena salud. Reconozco que es la primera vez que la leo aunque hace años vi la película. El libro  que me ha dejado esa sensación de estar leyendo un libro necesario, una de esas lecturas en las que uno disfruta y sale orgulloso de tenerlas marcadas en su haber como lector. 



Título: El ingenuo salvaje. 
Título original: This sporting life.
Autor: David Storey.
Editorial: Impedimenta.
Año: 2019.
Género: Drama.
Páginas: 391 páginas.
ISBN: 9788417553364




Sinopsis:
Arthur Machin es hijo de un simple minero y no espera salir de la ciudad industrial del norte de Inglaterra en la que nació, un agujero de frustración y aburrimiento, pero su vida cambia cuando el equipo local de rugby lo ficha para la Liga Nacional inglesa. De la noche a la mañana, todo el mundo conoce su nombre, se codea con los hombres más poderosos de la zona y puede comprar todo lo que se le antoje. Sin embargo, Arthur no tarda en darse cuenta de que la popularidad no implica necesariamente la felicidad. Mientras va incomodando cada vez más a las clases altas, que no suelen admitir a nadie de origen humilde en sus selectos círculos, Machin trata infructuosamente de hallar cariño en la señora Hammond, su casera, y demostrarse a sí mismo que es algo más que una torpe marioneta de la sociedad, incapaz de hacer nada salvo regodearse en su propia fama.


Impresiones:

Arthur Machin es hijo de la clase obrera inglesa de la postguerra, alguien que en circunstancias normales tendría difícil mejorar sus condiciones de vida y su estatus social en una sociedad británica de la época, con unos estamentos muy diferenciados donde las clases privilegiadas son muy herméticas.

Un buen día, alguien le consigue una prueba para intentar entrar a formar parte del equipo de rugby de la ciudad. Arthur no solo consigue entrar en el equipo, destaca tanto en sus partidos de prueba que le hacen un suculento contrato y a partir de esos momentos será una estrella deportiva emergente.
Para quienes hayan leído la palabra rugby y la asocien al deporte no pierdan el interés en este libro porque se perderían una auténtica joya de la literatura. Realmente el rugby tiene un papel en la narración prácticamente testimonial, pues es el la excusa para ser el escaparate con el que presentar a nuestro protagonista como ídolo de masas de un deporte muy popular en Inglaterra. Arthur será desde los primeros compases el ídolo que tiene el público para  vivir desde fuera los triunfos dentro del campo, pero como todos los ídolos creados a partir de la fama, muchos son de barro y nuestro protagonista no será una excepción. En el fondo no es más que  un animal herido, un juguete roto que constantemente nos recordará que su fama y su éxito es inversamente proporcional a su felicidad personal.

El rugby servirá a Arthur para ascender socialmente, para codearse con personajes públicos que de otra forma no osarían tener relación con él. De la noche a la mañana tendrá un buen sueldo, un coche de alta gama, mucho dinero para gastar y será el invitado en muchas fiestas y reuniones.
Pero lejos de todo esto, Arthur se nos presenta como el mismo tipo duro y bruto que podemos encontrar dentro del terreno de juego y será esa la forma en la que sabe vivir la vida, como si fuera un partido de rugby en la que se mezclan épica, resistencia y brutalidad.

David Storey construye una historia con un lenguaje sencillo, sin descripciones que se hagan pesadas, pero donde al lector no le resulta difícil imaginar el escenario y la época  donde se desarrolla la trama. Los diálogos son maravillosos, de una soltura y naturalidad pasmosa donde un puñado de frases dicen más de lo que a simple vista significan.

La novela poco a poco va calando hasta hacer daño porque a uno le cuesta quedarse impasible ante semejante drama,  el de un personaje en constante fuera de juego, que no termina de saber nunca donde termina la ficción de su vida, del juego y  donde comienza la realidad de los amigos o los interesados. Es por eso que quizás el sueño de fama que vive Arthur tiene escondidos los mismos demonios que guardaban su vida anterior.

La novela puede dividirse en dos partes; la primera en la que veremos la ascensión del protagonista y su relación con su casera, un intento de historia de amor donde esa protagonista femenina tal vez sea ese salvavidas que puede llegar a mantener a Arthur  a flote en ese mundo vertiginoso de fama que le aleja de su verdadera realidad. Esa relación entre Arthur y la señora Hammond es una de las relaciones más dramáticas que he leído en mucho tiempo.

En la segunda parte, el autor ira resolviendo todos los conflictos que se han ido produciendo y presentando en la parte anterior. Todo ello desde una narración contada por el propio protagonista que nos muestra en toda la novela un trasfondo social que heredó la Inglaterra que recientemente había dejado atrás la segunda guerra mundial.


Un libro sencillamente fantástico que además nos ofrece la oportunidad de ver su gran adaptación cinematográfica. Que no os engañe su portada porque no es un libro deportivo y sí una oportunidad única de conocer un personaje que no les dejará indiferentes. 


Autor:

David Storey. Nació en Wakefield, Yorkshire. De familia obrera, su padre trabajó en una mina de carbón, pero él llegó a estudiar en la Slade School of Fine Art de Londres, donde se mantuvo por sí mismo jugando en un equipo de rugby a trece. A pesar de que comenzó su carrera literaria como dramaturgo, la fama le llegó con su primera novela, El ingenuo salvaje (1960), que se alzó con el Macmillan Fiction Award. Seguirían Flight into Camden (1961, Premio John Llewellyn Rhys y Premio Somerset Maugham), y Saville, que ganó el Premio Booker en 1976. Cuando Lindsay Anderson adaptó su novela El ingenuo salvaje a la pantalla en 1963, él mismo firmó el guion. Storey falleció el 4 de octubre de 2017 en Londres a los 83 años de edad, a causa de la enfermedad de Parkinson.