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Con veintisiete años, Laura Gost (Sa Pobla) ha ganado el Torneig de Dramturgía organizado por Produccions de Ferro, un Goya y algún que otro premio literario de cierta relevancia. 

Es simpática, tiene una conversación que se hace interesante y uno tiene la sensación de que podría estar hablando con ella durante horas. Ha sido su debut en la novela con La prima mayor, lo que ha permitido tener la suerte de sentarme a conversar con ella sobre una novela que he disfrutado por varios motivos y uno de ellos ha sido el  hecho de poder  viajar, gracias a sus páginas,  a mi adolescencia, a los buenos recuerdos de unos años maravillosos llenos de dramas, pero de grandes ilusiones en busca de pequeñas batallas que ganar en una época, donde creíamos que nadie nos entendía.

La prima mayor me ha resultado una novela fresca, llena de matices, de reflexiones, de muchas escenas a las que sacarle punta y sobre todo una novela con la que tener muy en cuenta los futuros trabajos de Laura Gost como escritora.

Ella dice: “Siempre hay un libro para cada persona, pero es absurdo considerar que hay libros que todo el mundo tiene que leer. No es verdad, creo que al final cada uno tiene que leer aquello que le enriquezca y que conecte con su personalidad”.


Yo digo que este libro no es para todo el mundo, pero creo que no todo el mundo debería dejarlo pasar.


Rosa tiene apenas doce años cuando su prima mayor se queda huérfana y se ve obligada a compartir habitación con ella. Tras la precipitada mudanza, la protagonista no tarda en comprobar que su prima representa todo aquello que no tolera; Tina es una chica irresponsable, desagradecida y problemática. Pero, poco a poco, Rosa empezará a darse cuenta de que detrás de las cosas que le repelen de Tina se esconde algo que anhela para sí misma: ser una joven extrovertida, arrolladora y sexy capaz de alterar la cotidianidad del pueblo mediterráneo en el que viven.
Serán precisamente estas diferencias las que condicionarán la adolescencia de ambas, esa época en que se mezclan ingenuidad y madurez de forma tan cruda. Un choque de mentalidades que se desatará del todo con la llegada de los tres integrantes de la familia Montsó al barrio. ¿Puede un triángulo amoroso hacer tambalear la relación de las dos primas con el mundo, la feminidad y ellas mismas?
La prima mayor habla sobre el despertar de una niña como mujer con la claridad e inteligencia narrativa propias de una guionista ganadora de un Goya. Laura Gost ha llegado para quedarse.

Libros en el petate: Buenos días Laura. Felicidades por un libro con el que me lo he pasado tan bien a pesar de que también contiene algún que otro drama.

Laura Gost: Muchas gracias Fernando. Me alegro mucho.

L.P: En mi opinión has tenido con este libro un estreno narrativo fantástico.

L.G: Gracias, la verdad es que estoy muy contenta con el feedback que he recibido tanto con la edición en catalán que lleva ya un año y medio de recorrido, como ahora con la traducción.

L.P: Laura se te conoce sobre todo por tu faceta en cine y teatro donde te has volcado a lo largo de tu corta, pero exitosa vida laboral. ¿Ha sido  difícil dar el salto a la narrativa  o ya tenías tablas escribiendo?

L.G: En realidad ha sido al revés. Yo escribo desde los siete años y siempre he escrito narrativa, publicando relatos de adolescentes en revistas literarias. He escrito muchos relatos y también he ganado algunos premios literarios y no fue hasta los veinte años que no escribí la obra de teatro que luego dio lugar al cortometraje con el que ganamos el Goya. 

Es cierto que me encanta poder desarrollarme en otros ámbitos como es teatro o audiovisual y que la gente tienda a relacionarme con esos entornos al haber ganado algunos premios significativos, pero me considero una escritora de narrativa aunque no haya sido hasta hace poco que he dado el paso de publicar mi primera novela. Soy más narradora que dramaturga o guionista.

L.P: Te estrenas con esta novela y me imagino que habrá algún detonante para que tu primera historia lleve esta trama y estos personajes.

L.G: A mí me apasiona el relato breve y como a partir de una anécdota puedes desarrollar una historia muy concreta y muy limitada en el tiempo, pero me apetecía aplicar ese dominio de la estructura que se aplica en guion y esos ritmos y complejidades que son necesarios para una historia más larga y así demostrarme si era capaz de mantener ese interés durante muchas páginas. Para abordar esta primera novela era importante que me centrara en un tema que fuera próximo a mí, más que buscar cosas complicadas y ajenas a mi realidad, era preferible elegir un tema con el que conectara como en este caso la adolescencia que me pilla próxima y puedo tener una perspectiva suficiente sobre ella pudiendo aportar suficiente verisimilitud  y eso permitiría que el lector pudiera empatizar más. Dentro de esta sencillez y con mucha honestidad, poniendo partes de mi experiencia y de otras observadas en su momento,  he conseguido el acierto en esta  novela porque si hubiera querido empezar con una trama más ambiciosa o rebuscada me hubiera perdido o me habría quedado más impostada.

L.P: Entiendo por lo que has dicho que con esta novela has vuelto un poco a tu pasado porque particularmente a mi muchas escenas de tu novela me han devuelto al pasado en el que tenía la edad de las protagonistas.

L.G: Yo creo que es una época que si la contextualizas en un momento previo a redes sociales, que eso era un tema fundamental, de alguna forma, los conflictos, las contradicciones, las dudas, las vivencias o sentimientos, no son tan diferentes y todo eso es común entre hombres y mujeres y se puede extrapolar también a otras realidades tanto geográficas como temporales. Alguien que fue adolescente en los años ochenta también puede conectar con esos sentimientos, no son propiedad de un adolescente del año dos mil. Creo que eso es lo bonito, que la gente hace como un ejercicio de retrospección y conecta con el adulto joven que era en aquel momento.

L.P: Muy interesante esto último que comentas porque es una novela protagonizada por jóvenes pero no necesariamente una novela juvenil. ¿Te preocupaba caer en una trama juvenil o que la gente pensara a primera vista que se trataba de algo solo para jóvenes?

L.G: En todos los trabajos que he realizado siempre he trabajado con  personajes de edades muy diversas y cuando escribí este libro pensé que todos aquellos que conozcan mi trayectoria no iban a pensar que sí me ponía en la piel de un adolescente era para realizar  una novela juvenil al uso. De todas formas soy bastante contraria a la etiqueta de novela juvenil por el simple hecho de estar protagonizada por jóvenes. Cuando le presenté el proyecto a mi editora para la edición en catalán ya teníamos claro las dos que aunque los protagonistas fueran jóvenes no era una novela juvenil.

L.P: Es un libro para que los hombres aprendan sobre mujeres? A mí me ha parecido que sí.

L.G: Es un libro que no tiene ninguna motivación más allá de contar una historia y esperar a que la gente conecte con ella, pero sí que es cierto que había esa voluntad cuando escribía, de demostrar que el hecho de leer una novela protagonizada por una chica no significa que un hombre no pueda conectar con este personaje. Quería demostrar que cuando se cuenta una historia desde la perspectiva de una mujer o una niña y se rehúye de los tópicos al final a un hombre no tiene porque no gustarle.

L.P: Nada más comenzar la novela parece que quieras predisponer al lector contra Tina, una de las protagonistas que pierde a sus padres y tiene que mudarse a vivir a casa de sus tíos y su prima. ¿Eso está hecho a propósito?

L.G: En un principio no tengo la intención de predisponer a nadie contra ningún personaje y es algo que efectivamente me lo han dicho en muchos clubs de lectura, la animadversión que sentían por este personaje y es cuando yo les digo que están cayendo en la trampa porque de alguna manera yo ya dejo claro y quiero ser consecuente al elegir una primera persona como es en este caso Rosa como  narradora, que además es puramente subjetiva. Por eso tenemos que tener en cuenta que a lo mejor Rosa no es una persona objetiva ni imparcial y está volcando sobre Tina miedos o rechazos destinados hacía ella misma. No he querido en ningún momento que haya ninguna predisposición hacía el personaje, ¿por qué vamos a ser duros con Tina? Tina no deja de ser una chica que también  se está buscando a sí misma, que está en un momento de su vida complejo en el que simplemente intenta vivir y de alguna manera apartarse de esa rigidez o endogamia que percibe en el pueblo, y claro que es egoísta pero también lo es Rosa, lo que ocurre es que como no sabemos el punto de vista de Tina tendemos a crearnos esa opinión.

L.P: Pues yo debo confesarte que desde la página seis Tina me caía bastante mal.

L.G. Pero tienes que pensar que es como la vida misma. Si solo conocemos a alguien por cómo nos hablan de él, una persona  que le tiene antipatía nos va a condicionar. Aquí para mí, lo fundamental es mantenerte leal al uso de la primera persona siempre subjetiva, por eso yo suelo abordar el personaje de Tina con cierta indulgencia. Rosa cuando percibe cosas es un ser humano y encima es una adolescente por lo que tiene sus propios sentimientos a flor de piel y puede ser volátil teniendo prejuicios. Rosa tendrá que ser un poco Tina cuando crezca porque de otra manera se va a quedar como un personaje demasiado plano y blanco y tiene que tener claroscuros.

L.P: No te voy a preguntar entonces de quién eres más si de Tina o Rosa pero lo que está claro es que defiendes a tus personajes.

L.G: Yo creo que cuando escribes siempre pones algo de ti en todos los personajes y a parte de lo que hayas observado o reflexionado, siempre hay luces y sombras de ti en ellos. Yo puede que sea algo más Rosa por ser más observadora e introspectiva con cierta timidez pero también hay partes de Tina desde el punto de querer revelarse a las pautas impuestas o contra las mentalidades más cerradas. No me gustan las novelas de blancos y negros porque es muy aburrido de esta forma.

L.P: La novela se desarrolla entre 2000 y 2004. ¿Podrían ser Tina y Rosa dos chicas del 2020 o hay diferencias?

L.G: Yo creo que no sería igual, por eso era tan necesario ambientar esta novela en aquella época. Hoy en día en el 2020 sería impensable que Tina mantuviera ese interés por Miquel Montsó durante tanto tiempo porque todo es mucho más volátil y con las redes sociales se pierde mucho ese misterio de conocer cosas acerca de la otra persona ya que con internet podemos saber todo de esa otra persona.

L.P: ¿Hay pocas películas o  series que tratan el tema de las chicas?.

L.G: Hay muchas películas y series que tratan el tema de la adolescencia, pero si es verdad que me irrita o me molesta esa imagen de la chica adolescente tan frívola y tan banal que tiene una imagen simplista donde solo  cobra protagonismo si al chico le interesa. Casi siempre es el chico el que vive las aventuras o soporta el protagonismo de todo y la chica interactúa con él si es necesario. No hay una igualdad en ese sentido y creo que muchas veces falta esa protagonista que no caiga en los estereotipos. Nosotros hemos crecido viendo películas y series protagonizadas por chicos y yo pienso que también podría ser al revés.

L.P: El final de esta historia es muy bueno creo que es un final que sorprende y que tiene mucho valor. ¿Este final lo tenías en mente al comenzar la novela o surgió posteriormente?

L.G: Yo tenía bastante claro el final de la novela porque ya antes de ponerme a escribir planteo una estructura narrativa que a no ser que haya bastantes cambios suelo mantener. Ese era el final que quería porque aunque sea el final de la novela en realidad es el comienzo de una Rosa que a partir de ahí será diferente y que puede ser un poco más Tina en muchos sentidos.

L.P: Este libro me ha gustado tanto, que  lo vería perfecto como lectura académica ¿Cómo verías esta opción?

L.G: Creo que puede funcionar para chicos a partir de dieciséis o diecisiete porque creo que es importante que tengan cierta perspectiva. Aunque lo han leído muchos adultos sé que varios institutos lo han cogido para bachillerato como lectura obligatoria y he ido a dar varias charlas a estos centros y he podido comprobar que ha funcionado muy bien y los alumnos me han transmitidos muy buenas opiniones destacando ellos que les encanta porque no se trata al adolescente como un estereotipo caricaturesco. No es un libro que pretenda ser una tesis ni que plantee qué camino hay que seguir, si ser Rosa o ser Tina.

L.P: Laura, un verdadero placer y mucha suerte con La prima mayor porque sin lugar a dudas lo merece.
L.G: Gracias a ti Fernando.