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El pasado 7 de Febrero tuve la suerte de poder hablar con la autora Elisa Levi que se encontraba de visita por Sevilla para promocionar su primera novela titulada Por qué lloran las ciudades. Una novela muy interesante que demuestra que juventud no está reñida con razón y reflexión. Dos palabras que unidas a inconformismo dan para hablar sobre muchos temas incomodos durante horas como pueden ser la muerte, el suicidio, la desilusión, la esperanza, la felicidad, la amistad y un largo etcétera más..  Yo solo tuve veinticinco minutos pero fueron suficientes para convencerme que el libro de Elisa me había calado mucho más hondo de lo que podía suponer y que por más años  que uno haya vivido, siempre puede venir una persona con menos calendarios de experiencia y que te abra ventanas a la reflexión como es el caso de Levi con su obra. 

Fue un placer hablar con Elisa y reconozco que ha comenzado a recorrer un camino difícil este del mundo editorial pero creo que están por venir muchos titulares en prensa y círculos literarios con su nombre como protagonista.






Denis se ha suicidado y ahora Ada está sola. Sola entre sus hermanas y su madre y su padre y los chistes sin gracia de su entorno, sola en la habitación que comparte con su pareja y frente al lexatín que nunca falta en la cartera. Sola en Japón, donde ha tenido que viajar como única albacea de quien fuera su mejor amigo.
Nostalgia, tristeza y melancolía afloran por las calles de Tokio mientras acompañamos a Ada en su deambular por preguntas que seguramente tampoco sabríamos responder: ¿Dónde encajan los ausentes?
¿Cuál es la promesa de aquellos que se quitan la vida? ¿Quién ha sabido sostenerle la mirada a la felicidad?Hay quien elige palabras rimbombantes para hablar de la primera novela de una joven autora. Elisa Levi es joven y este es su debut narrativo, pero más que una revelación o una bengala intermitente, lo que ha escrito es una oda al desencanto. Algo esencial.




Libros en el petate: La protagonista de Por qué lloran las ciudades es Ada, una chica con un puñado de preguntas tristes que se hace a lo largo de la novela. Después de conocer al personaje me hago la pregunta obligada de qué tiene Ada de Elisa.

Elisa Levi: Tengo que decir que la novela es ficción absolutamente pero es verdad que sin querer al escribir proyectas cosas tuyas en los personajes y yo tiendo a hacerlo mucho pero digamos que es mi yo llevado al límite aunque te repito que es ficción absoluta. Tienen mucho de mí todos los personajes, incluso aunque sean personajes pequeñitos.

L.P: Qué te lleva a crear una historia como esta. Un libro que está lleno de momentos, de ideas que siempre han estado ahí pero que pocas veces se quieren admitir y menos reflexionar porque en la mayoría de los casos resulta muy incómodo hacerlo.

E.L: Es como una oda al desencanto y al paso de dejar de ser una niña y de vivir con mis padres agarrada a mi entorno familiar, a pasar de repente a ser una adulta. Es en ese momento cuando te preguntas cosas que van a marcar tu vida y te enfrentas a una soledad en la que llegas a cuestionarte si hay respuestas a todas esas preguntas. Es el camino de emprender una vida sola y ser  adulta y tener que cuestionarme cosas.

L.P: Cuando una autora pasa de la poesía a la novela siento la curiosidad de preguntar cómo te has encontrado en ese cambio de género.

E.L: Ha sido algo muy natural o al menos yo lo he sentido como algo muy natural. Creo que hay momentos de la vida en la que la poesía te llega pero que de repente  te abandona. Yo con la poesía siento que vivo en un abandono continuo y ahora cuando he pasado a la narrativa lo he vivido mucho más cómoda, sin apartar la poesía porque en la novela hay mucha poesía pero desde otro punto de vista que es la palabra de Ada, pero ha sido un proceso completamente natural, lo he vivido como una transición donde me he visto preparada para pasar a la narrativa y para adentrarme en una historia con sus personajes, sus giros y todo lo que ello conlleva.

L.P: En este libro como bien dices, quedan restos de esa poeta que eres.

E.L: Creo que la poesía es algo muy vinculado a la intimidad del autor y de las vivencias del propio autor y al cambiarlo de voz, en lugar de ponerlo en la voz de Elisa Levi la he puesto en la de Ada, me ha servido para guiar la historia y para saber más del personaje. Me ha servido como un ejercicio de creación del personaje. No ha sido algo consciente en el que haya pensado que este personaje tiene que escribir poesía.

L.P: Este libro confirma un poco esa frase que dice que “las familias nos vienen impuestas y los amigos los elegimos nosotros”.

E.L: Absolutamente. Mi generación, o al menos la gente que yo tengo a mi alrededor que es de mi edad hemos notado mucho ese cambio que supone el despegue del entorno familiar para pasar a buscar mi propia familia y estoy encontrándola en mis amigos. El vivir solo y estar en un lugar solo, te hace elegir a tu propia familia que suelen ser los amigos más cercanos a los que incluso llegas a querer más que a tu propia familia.

L.P: Tenemos como personajes a Ada y a Denise, pero hay un secundario que tiene bastante importancia que es el Lexatín. Se podría decir que la ansiedad es uno de los males de este siglo.

E.L: Absolutamente. La ansiedad es algo que ha estado siempre pero que se le ha dado poca voz y se le ha identificado poco y ahora se está hablando con naturalidad de ella. La ansiedad ataca de formas muy diferentes, desde un ataque de pánico a ronchas en la piel y tiene tantos aspectos que es difícil identificar pero que se hable de ello y que asumamos que es un mal de nuestra sociedad actual, fruto de la vida ajetreada que llevamos y a la que nos enfrentamos en nuestro día a día, creo que es muy importante.

L.P: Cómo es ver tu vida como si fuera una película porque me ha resultado muy curioso esos fragmentos que aparecen a lo largo de todo el libro.

E.L: Yo siempre he estado muy vinculada al cine porque estudié comunicación audiovisual y creo que era un elemento más que servía para empaque al personaje de Ada. De la misma forma que el tic que tiene en las manos que le sirve para comunicarse mejor con ella misma, creo que el hecho de que ella se imagine que le sigue una cámara es la visión que ella quiere proyectar de una visión externa de la sociedad.

L.P: La muerte es esa asignatura pendiente de la que nadie quiere hablar y de la que tu hablas con total libertad en el libro. Hablas también de un tema como el suicidio de una forma que además crea debate.

E.L: Tengo que reconocer que me daba miedo hablar del suicidio y plantearlo como trama central del libro pero me ha servido para generar un criterio propio sobre ello. Dentro de nuestra propia libertad es un tema que cuanto más lo hablemos, con más naturalidad se hable de ello en los medios de comunicación de forma más libre, podremos alejar los motivos que llevan a una persona a decidir acabar con su vida. Creo que es una parte más de nuestra libertad, la libertad no esto bonito y en ella también esta  elegir si queremos optar por el suicidio llegado a un punto de nuestra vida.

L.P: Es un tema difícil porque no todo el mundo es capaz de reconocer o hablar de un tema así con total naturalidad.

E.L: El hecho de que esté vinculado con una especie de tabú hace que no  nos permita pensar en ello y lo convertimos en algo más grande de lo que es, algo que queremos ocultar y se forman juicios de valor alrededor que proclaman si eres un valiente o un cobarde por ello y no es ni lo uno ni lo otro, tienes un problemas y es una fase más del problema.

L.P: Un libro muy valiente por su contenido y por ello me pregunto si te has mordido mucho la lengua.

E.L: La verdad es que no. Creo que he escrito lo que he querido, lo que he sentido y con toda mi honestidad.

L.P: Me ha resultado exótico que desarrolles la novela en la ciudad de Tokio. Es protagonista por algún motivo.

E.L: Yo quería situar a la protagonista en un lugar donde tuviese problemas para comunicarse y donde su forma de sentir o de concebir las emociones fuese totalmente diferente y en Tokio estas circunstancias las manejan de una forma muy diferente a como se hace aquí en España o en Europa en general. De esta forma plantear un personaje que se está planteando su vida  en un entorno tan distinto a ella también me suponía un reto como escritora porque yo no tenía la posibilidad de ir a Tokio a informarme por lo que ha sido un proceso de investigación y de aprendizaje que lo he volcado en la protagonista  pero que también me ha servido a mí para liberar ciertas cosas.

L.P: Al final tenemos un carta de Denis a modo de despedida que me ha parecido magnifica y de una sensibilidad increíble que es toda una declaración de intenciones. Te ha costado mucho escribir esta carta.

E.L: Absolutamente, es como un manifiesto. El final era algo que a mí me preocupaba porque tenía que redondear esa historia porque es algo tan  importante para mí al ser mi primera novela, que tenía que encontrar un final que se adecuase a las expectativas que yo tenía de esa historia. Todo esta responsabilidad me hizo pasar unos meses raros porque no sabía cómo acabar la novela o qué giro darle y fue entonces cuando de repente me llegó y lo hice en casa todo de una tirada. Me puse en la piel de Denis y fui lo más sincera que pude.

L.P: Leyendo el libro me ha surgido la duda de sí llegó Denis a traicionar la amistad de Ada en algún momento.

E.L: Nunca, creo que Denis podría haber hecho cualquier cosa que Ada siempre se lo hubiese perdonado y hubiese sabido gestionar su decepción o su duelo sola, para que no le afectase con su relación con Denis.

L.P: El mundo no es tan bonito como parece o al menos hablamos de generaciones distintas donde la anterior le ha dicho a la siguiente que el mundo es de color de rosas y ahora vemos a esta generación que ha recogido el testigo como algo desencantada del futuro que le prometían. Este libro es rebelde, revelador, etc. Puedes definirlo.

E.L: Yo diría que este libro habla de la crudeza de  las emociones sin juicios. Considero que mi generación está muy acostumbrada a aparentar en las redes sociales, a pintar una vida que es muy feliz cuando realmente a  lo mejor no lo es tanto y donde no cabe la tristeza porque si hablas de tristeza eres noticia. No tiene porque ser todo así ya que dentro de la búsqueda de la felicidad, la gente de mi generación que tenemos entre 20 y 30 años estamos en la búsqueda de encontrarnos cómodos. Hemos vivido una educación que ha sido mejor que la de nuestros padres y de repente entramos en la universidad, llega la crisis y te ponen el cartel de que no puedes dedicarte a esto que estudias. Esto nos lleva a preguntarnos qué hacer con toda esta decepción que hemos vivido y creo entonces que es un libro que habla de la crudeza de darte cuenta de que tienes que hacer algo con tu vida porque nada va a llegar de fuera y que todas las oportunidades que te había prometido no existen y tienes que salir tu solo adelante.

L.P: Pues yo me reitero en mi opinión. Creo que es un libro muy valiente que deja un regusto gratificante porque te hace reflexionar sobre todas esas cosas que cotidianamente no quieres pensar para no agobiarte y que de vez en cuando está bien que alguien te las ponga delante y te diga oye piensa en esto porque esto también forma parte de tu vida y por más que lo niegues no va a desaparecer.

E.L: Hay que quitarle también hierro al asunto y así no significara tanto. Puedes pensar que estas triste y que no pasa nada, simplemente hagamos algo con ello.

L.P: Por ejemplo ponerle solución.

E.L: Efectivamente, así también lo vivo yo.

L.P: Pues Elisa ha sido todo un placer y me ha encantado charlar contigo de tu libro.

E.L: Igualmente, ha sido un placer.

(fragmento de la presentación de Por qué lloran las ciudades en librería Caótica a cargo del escritor Daniel Ruiz García)