Un poema de JORGE NAPARSTEK
(Cabana, Unquillo, provincia de Córdoba, 1953)
Ilustración del autor
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jueves, 14 de febrero de 2013
lunes, 11 de junio de 2012
Son cielos los que caen
![]() |
A. Durero: Melancolía (Tomado de wordpress.com) |
(Cabana, Unquillo, provincia de Córdoba, 1953)
dice no y dice cae
el fruto en la garganta
gritos y grillos
y detrás
nebulosas
¿habrá paz ahi?
el golpe duro
¿dónde duele?
las paredes lloran
son cielos los que caen
***
en la cama
protegido por lo inmóvil
así nacen las tragedias
parásito social
eso es lo que soy
si esta todo escrito
¿para qué agotar el ki?
perder poder
hace falta un ladrón
para abrir todas las puertas
¿final?
digo después del final
pero después se acaba el tablero
después estalla el vidrio
siento o sueño
que la línea del horizonte continúa
entonces no era el fin
nosotros fuimos el fin
un pasillo por donde caemos
disparados hacia el cielo
martes, 27 de diciembre de 2011
Las nubes no dejan huellas
Otro poema de JORGE NAPARSTEK
(Cabana, Unquillo, provincia de Córdoba, 1953)
desde que pasaste por aquí
el sol cambió de ventana
tus ecos recorren el jardín
una luz más lenta
los mantiene a flote
un roce delicado
las nubes
no dejan huellas
remontan la corriente
así florece todo
sobre la tierra cuarteada
(Cabana, Unquillo, provincia de Córdoba, 1953)
desde que pasaste por aquí
el sol cambió de ventana
tus ecos recorren el jardín
una luz más lenta
los mantiene a flote
un roce delicado
las nubes
no dejan huellas
remontan la corriente
así florece todo
sobre la tierra cuarteada
lunes, 24 de octubre de 2011
Antes de caer
![]() |
Saddhu: tomado de http://www.tarrdaniel.com/ |
(Cabana, Unquillo, provincia de Córdoba, 1953)
epicentro
tres dedos debajo del ombligo
en china buscan signos
en el vuelo de los patos
un caracol trepa
el revoque blanco
no mires cómo tiemblo
el movimiento
en el sueño se diluye
***
caja negra
hasta los juegos de la voz
recorren hilos invisibles
lanzadera ciega
guiada por el tacto
el golpe seco
aprieta el tejido
lo envuelve
acepta:
bienvenido a ese mundo
de criaturas imprevistas
ésa
lleva tu sonrisa
aquel otro
mira
como alguien que conocí
cicatrices que escapan a los ojos
no engañan al faro de la piel
cada pensamiento
fraguado al rojo
deja una marca
conciencia sin conciencia
así
como se adelanta la sombra de una mano
la boca
busca un pasadizo que ceda
trepar la franja del espectro
hacia distancias más cálidas
todas ellas registradas
el pájaro reconoce
la porción de cielo
ocupada por su aliento
reverso del fuego
hacia su extinción
maquillaje de ceniza
en la frente del saddhu
río y soledad
todo grabado
en memoria provisoria
antes de caer
***
posología
azul sobre negro
cuatro cortos oasis
puntúan su día
busca la dosis de eternidad
debajo de la cama
zapatos, arañas y polvo
miedo a la demencia
¿no es ya su confirmación?
mejor mirar la tarde
lila sobre verde
ella espera
sentada
entre pétalos caídos
sobre un árbol invisible
un carpintero repite su llamado
**
Para lee más de Jorge Naspartek, aquí
jueves, 7 de enero de 2010
Lo que duele también cae
JORGE NAPARSTEK
(Cabana, Unquillo, provincia de Córdoba, 1953)
viernes de mañana mirando al norte
siete punto dos en la escala richter
agravados por el agua que cae desde una manguera
viento
azul tritura
cielo dame una mano quieta
para que pueda ser algo más geórgico
patinando en odessa
I wish I had a river so long
dice ella refugiada en su caja de colores
but my feet and hands refuse to flyand what´s worst they sink
dejándome solo como un aguaribay
***
***
Posdata
sorpresa frente a paisajes pasajeros que olvidan su
sorpresa frente a paisajes pasajeros que olvidan su
fotografía sobre el asiento
bajo los ojos repetidos
del que corre tras el tren para encontrar en un pasillo
esa mirada que lo guíe nuble gime esgrima nube
ascienda hasta el temor atrás del temblor
ya no soy yo el que desaparece
retrovisor recorrido por tu diario de viaje
***
***
hojas ocres del damasco
sacudidas por el viento
empiezo el día
sin mirar al suelo
lo que duele
también cae
***
diez minutos sin electricidad
en la ventana
un candelabro titila
a pura caída
por la noche
sin ranas
con ladrido de luna sola
huyen los ojos
sorben un vino agrio
el aire no alcanza
se quiebra
cada cabello
hace su sombra en el cielo
**
en la ventana
un candelabro titila
a pura caída
por la noche
sin ranas
con ladrido de luna sola
huyen los ojos
sorben un vino agrio
el aire no alcanza
se quiebra
cada cabello
hace su sombra en el cielo
**
Acaba de publicar shampú en los ojos, Ediciones del Dock.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char