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domingo, 26 de junio de 2016

El amor tiene un triunfo y la muerte tiene otro

Ingeborg Bachmann

(Klagenfurt, Austria, 1926-Roma, Italia, 1973)



Cantos en la huida (Lieder auf der Flucht)
           
            Dura legge d’Amor! ma, ben che obliqua,
            servar convensi; però ch’ella aggiunge
di cielo in terra, universale, antiqua.
                                   Petrarca, I Trionfi      
I                                                                                                       
Se rompe el gajo en la nieve,
se desmorona el peldaño,
tiesa brilla la ciudad en
reflejo de invierno extraño.

Los chicos gritan y trepan
por la montaña hacia arriba,
comen de la blanca harina
e idolatran al cielo.

El resplandor del invierno,
la mandarina dorada,
está en acción en el viento.
Rueda la roja naranja.

(I // Der Palmzweig bricht im Schnee,/die Stiegen stürzen ein,/die Stadt liegt steif und glänzt/im fremden Winterschein. // Die Kinder schreien und ziehn/den Hungerberg hinan,/sie essen vom weißen Mehl/und beten den Himmel an.// Der reiche Winterflitter,/das Mandarinengold,/treibt in den wilden Böen./Die Blutorange rollt.)


II                                                                                                     
Pero en cambio yo estoy sola,
impedida del hielo, toda herida.

La nieve no me ha atado todavía
una venda en la mirada.

Los muertos, a mí apretados,
en mil lenguas encuentran su silencio.

Nadie me quiere ni lleva
por mí encendida una lámpara.

(II // Ich aber liege allein/im Eisverhau voller Wunden.//Es hat mir der Schnee/noch nicht die Augen verbunden.// Die Toten, an mich gepresst,/schweigen in allen Zungen.// Niemand liebt mich und hat/für mich eine Lampe geschwungen!)


VII                                                                                                   

Por dentro son tus ojos dos ventanas
y en una tierra me hallo, de claridad rodeada.

Por adentro es tu pecho un mar profundo,
que hasta el fondo me arrastra.
Por dentro pasarelas son tus muslos
para mis barcos, retornando a casa 
de tantos largos viajes.

Y mi dicha entrelaza una cuerda de plata
que me tiene amarrada.

Dentro es tu boca un nido
de plumas a mi lengua que alza el vuelo.
Tiene adentro tu carne la luz de los melones,
sin fin dulce y sabrosa.
Y por dentro tus venas son tranquilas,
repletas con el oro
lavado por mis lágrimas,
que algún día tendrá su recompensa.

De títulos que acoges, luego abrazan tus pobres
los bienes que primero a ti se otorgan.

Por adentro tus pies jamás caminan,
sino que ya han llegado a mi tierra deseada.
Por dentro son tus huesos flautas claras
de las que saco tonos hechiceros
que sabrán cautivar también la muerte…


(VII // Innen sind deine Augen Fenster/auf einem Land, auf dem ich in Klarheit stehe.// Innen ist deine Brust ein Meer,/das mich auf den Grund zieht./Innen ist deine Hüfte ein Landungssteg/für meine Schiffe, die heimkommen/von zu großen Fahrten.//Das Glück wirkt ein Silbertau,/an dem ich befestigt liege.//Innen ist dein Mund ein flaumiges Nest/Für meine flügge werdende Zunge./Innen ist dein Fleisch melonenlicht,/süß und genießbar ohne Ende./Innen sind deine Adern ruhig/und ganz mit dem Gold gefüllt,/das ich mit meinen Tränen wasche/und das mich einmal aufwiegen wird.//Du empfängst Titel, deine Armen umfangen Güter,/die an dich zuerst vergeben werden.//Innen sind deine Füße nie unterwegs,/sondern schon angekommen in meinen Samtlanden./Innen sind deine Knochen helle Flöten,/aus denen ich Töne zaubern kann,/die auch den Tod bestricken werden …)

XV                                                                                                   

Tiene el amor un triunfo y la muerte tiene uno,
el tiempo y el tiempo después.
Para nosotros no hay ninguno.

Sólo el derrumbe de estrellas. Resplandor y silencio.
Mas por sobre el polvo el canto
nos ha de superar.

(XV // Die Liebe hat einen Triumph und der Tod hat einen,/die Zeit und die Zeit danach./Wir haben keinen.//Nur Sinken um uns von Gestirnen. Abglanz und Schweigen./Doch das Lied überm Staub danach/wird uns übersteigen.)

Versiones de Irene M. Weiss

 ***
Otra versión

Dura legge d'Amor! ma, ben che obliqua,
Servar convensi; però ch'ella aggiunge
Di cielo in terra, universale, antiqua
Petrarca, "I Ttriunfi"

I
La hoja de palma se parte con la nieve,
las escaleras se derrumban,
la ciudad yace tiesa y brilla
en el extraño resplandor de invierno.

Los niños gritan y suben
a la colina del hambre,
comen de la blanca harina
y rezan al cielo.

La rica quincalla invernal,
el oro de las mandarinas,
vuela en las ráfagas salvajes.
Rueda la naranja sanguina.

II
Yo, sin embargo, yazgo solo
encerrado en hielo, lleno de heridas.

Todavía la nieve
no me vendó los ojos.

Los muertos, abrazados a mí,
callan en todas las lenguas.

¡Nadie me ama ni ha agitado
una lámpara para mí!

X
¡Oh amor, que rompiste y tiraste
nuestras cortezas, nuestro escudo,
el cobijo y la herrumbre marrón de años!

¡Oh penas, que pisándolo apagaron nuestro amor,
su fuego húmedo en las partes sensibles!
Llena de humo, sucumbiendo en el humo, la llama se repliega.

XII
Boca que durmió en mi boca,
ojo que vigiló mi ojo,
mano-

y los que me arrasaron, los ojos!
¡Boca que pronunció la sentencia,
mano que me ejecutó!

XV
El amor tiene un triunfo y la muerte tiene otro,
el tiempo y el tiempo de después.
Nosotros no tenemos ninguno.

A nuestro alrededor sólo hundirse de astros. Destellos y silencio.
Mas la canción por encima del polvo después
va a superarnos.

De Invocación a la Osa Mayor, Ediciones Hiperión, 2001.
Versión de Cacilia Dreymüller y Concha García.

viernes, 13 de junio de 2014

Lo que cuentan y persisten son las cúpulas

INGEBORG BACHMANN

(Klagenfurt, Austria, 1926-Roma, Italia, 1973) 

Sin título

Qué difícil es perdonar,
un trabajo muy lento y muy arduo,
del que sola me he ocupado
durante ya muchos años.

El odio me ha enfermado,
me siento deformada, estos abscesos
me prohíben incluso mostrarme
junto a los hombres.

Sólo sé que yo
no puedo odiar más de este modo
ni desear tu muerte,
la cual tampoco deseo,
ni cumpliría yo por mi mano,

He aprendido que la mía
ha de amar a sus enemigos, y
esto es tan simple, pues si no cómo
podrían luego mis enemigos
hacerme más de un mal.
Si se extravía una bala,
si alguien me escupe en a cara,
como ayer, no me guardo pensamientos
contra el amor que me ha sido dado.

Tengo miedo ante el amor
que me has infundido tú,
con la intención más cruel.
Totalmente ajada de cortantes ácidos,
venenos de todo tipo, por el opio,
aturdida por completo en mi destrucción.
Puesto que ya no vivo más en ti,
y muerta me encuentro ya, donde estoy.
Lo que cuentan y persisten son las cúpulas
comen dos veces al día, satisfacen
luego sus necesidades, e
imploran por los medicamentos,
que me han de sumir en un largo sueño.
**
Niños de julio

Por nuestros propios medios nonatos,
mis niños de julio, las monstruosidades
que se mueven con el pie mutilado, no lo sabemos,
que agitan el muñón, no lo sabemos,
y la cabeza perdida.
Por nuestros propios medios,
perdiendo la cabeza,
mis queridos niños
nada les habría podido enseñar
pero bien alimentados les habría hecho
enamorarse de lo otro, del viento en el aire
Unos miles de ellos en julio
habría sido siempre julio
monstruos alimentados
desde mi ternura
que es lo que buscáis vosotros, espectros etéreos
Transformadores del mundo, vosotros me
habríais cambiado el mundo
y cambiármelo hasta la muerte por cariño
hasta la muerte para algo otro
Viento en el aire el papel jironeado
que se desgarra, antes que alguno pueda
leer lo que ha sucedido
como se os ha arrancado
de mí, se ha desgarrado el jirón de
papel que no puede sin embargo leer aun nadie.

Traducción de Breno Onetto, poemas inéditos, pertenecientes a No sé de otro mundo mejor.

viernes, 6 de abril de 2012

Ya no se declara la guerra, se prosigue

Otros poemas de INGEBORG BACHMANN
(Klagenfurt, Austria, 1926-Roma, Italia, 1973) 

El tiempo postergado

Vienen días más duros.
El tiempo postergado hasta nueva orden
se hace visible en el horizonte.
Pronto debes atar tu zapato
y seguir los perros de vuelta a las granjas del pantano.
Pues las entrañas de los peces
se han vuelto frías en el viento.
Débil brilla la luz de los lupinos.
Tu mirada traza en la niebla:
El tiempo postergado hasta nueva orden
se hace visible en el horizonte.

Al otro lado la amada se hunde en la arena,
ya asciende hacia su ondeante cabello,
cae en sus palabras,
le ordena silencio,
la descubre mortal
y dispuesta a la partida
tras cada abrazo.

No mires atrás.
Ata tus zapatos.
Sigue los perros de vuelta.
Tira los peces al mar.
¡Apaga los lupinos!

Vienen días más duros.

Traducción: Yannick Bautista
***
Todos los días

Ya no se declara la guerra,
se prosigue. Lo inconcebible
se ha hecho cotidiano. El héroe
permanece alejado de los combatientes. El débil
ha avanzado hasta las zonas de fuego.
El uniforme de diario es la paciencia,
la condecoración, la mísera estrella
de la esperanza sobre el corazón.

Se concede
cuando ya no pasa nada,
cuando el fuego nutrido ha enmudecido,
cuando el enemigo se ha hecho invisible,
y la sombra del armamento eterno
oscurece el cielo.

Se concede
por abandonar las banderas,
por el valor ante el amigo,
por revelar secretos indignos
y desacatar
toda orden.

Versión de Arturo Parada
***
La noche de los perdidos.
El final del amor

Una luna, un cielo
y el mar obscuro.
Tan sólo eso, y todo obscuro.
Tan sólo eso, porque es de noche.
Y nada humano
entreteje además esa acción efectiva,
Que me reprochas también tú
y semejante amargura
No lo hagas.
Nada mejor hay que yo pudiera conocer
sino amarte, nunca
pensé,
que a través del sudor de la piel
se me haría presente
el […] mundo.

Traducción:  Breno Onetto

jueves, 29 de diciembre de 2011

No descuido la escritura, / sino a mí misma

INGEBORG BACHMANN
(Austria, 1926-Italia, 1973)


NADA DE DELIKATESSEN

Ya nada me gusta.
¿Debo
ataviar una metáfora
con una flor de almendro?
¿crucificar la sintaxis
como un efecto de luz?
¿Quién se romperá la cabeza
con cosas tan superfluas—?

He aprendido a ser sensata
con las palabras que hay
(para la clase más baja)

hambre
deshonra
lágrimas
y
tinieblas.

Con los sollozos no depurados,
con la desesperación
(y desespero de desesperación)
por tanta miseria,
por el estado de los enfermos, el coste de la vida,
me las arreglaré.

No descuido la escritura,
sino a mí misma
Los otros lo saben,
dios lo sabe
qué hacer con las palabras.
Yo no soy mi asistente.

¿Debo
aprisionar un pensamiento
llevarlo a la iluminada celda de una frase?
¿Alimentar oídos y ojos
con bocados de palabras de primera?
¿Investigar la libido de una vocal,
averiguar el valor de amateur de nuestras consonantes?

¿Tengo que,
con la cabeza apedreada,
con el espasmo de escribir en esta mano
bajo la presión de trescientas noches
romper el papel,
barrer las urdidas óperas de palabras,
destruyendo así: yo tú y él ella lo
nosotros vosotros?
(Que sea. Que sean los otros.)
Mi parte, que se pierda.

*
De Ingeborg Bachmann, ÚLTIMOS POEMAS. Ediciones Hiperión, traducción de Cecilia Dreymuller y Concha García, 1999
*
Para leer más, aquí

lunes, 29 de agosto de 2011

Se debe huir de una luz a otra

INGEBORG BACHMANN
(Austria, 1926-Italia, 1973)



“Personalmente nunca me ha preocupado la discusión entre literatura pura y literatura engagée. La considero anticuada. La cosa es que cuando se escribe por lo único que realmente tiene sentido esforzarse es por el lenguaje. Este encierra el ayer, el hoy y el mañana. Cuando el lenguaje de un escritor no se sostiene, tampoco se sostiene lo que él dice.”


“Cuando se habla de los problemas de una época se denomina con demasiada facilidad uno de los complejos más funestos. Todos piensan que conocen los problemas de la época, pero la pregunta realmente es si en todas las épocas escritores importantes no miraron detrás de las bambalinas que esos problemas constituyen, y así empezaron a descubrir los verdaderos problemas. En conclusión, no sólo hay que plantear estos problemas. También hay que seguir descubriéndolos y esto es mucho más difícil. Sólo entonces se los puede encarar.”


“Cualquiera puede escribir algo sobre la guerra. Y la guerra es siempre horrible. Pero escribir algo sobre la paz, sobre lo que nosotros llamamos paz, ahí está el desafío. Porque lo que nosotros llamamos paz es la guerra. La guerra, la verdadera guerra, no es más que el estallido de esa guerra que es la paz.”


“Cada época exige una expresión. A pesar de esto es natural que siempre se vuelva a hacer la pregunta: ¿Y para qué poetas en tiempos de indigencia? Es una frase de Hölderlin. Por consiguiente, esta pregunta fue formulada hace mucho.”


“Hoy se habla en congresos, entrevistas y en todas las posibles ocasiones que les tocan a los escritores y poetas. Sus planteamientos son absolutamente falsos. Cada uno tiene la obligación de preguntarse hasta qué punto puede justificar su trabajo, y en primer lugar, si puede justificarlo ante sí mismo. Y eso para mí se limita a dos o tres exigencias y es lo que alguna vez se llamó honradez intelectual. Y no hay que cargarse con pseudoproblemas que uno hace suyos superficialmente. A los problemas verdaderos se los asume de un modo completamente diferente. No se pueden discutir en reportajes, conferencias o congresos. Y cuando existe un problema verdadero, entonces es indiscutible en el mejor sentido. Y la única respuesta para él es el trabajo, la obra o el logro de esa obra.”


“Quiero ser inteligible, quiero serlo cada vez más, pero esto no excluye la sutileza, por momentos cierta dificultad de comprensión. Precisamente para esos lectores que no conocemos y que uno desea que sean muchos, y sucede que a uno le da más satisfacción un lector un poco torpe que uno experimentado, escaldado, porque al primero todavía es posible abrirle los ojos. Hace poco en una librería de Basilea se me acercó un campesino suizo y me dijo en forma atropellada que le había gustado mi lectura de poesía y que ahora quería comprar mis libros, pero se preguntaba y me preguntaba si no serían demasiado elevados para él que, a diferencia de la gente que había asistido a la lectura, nunca había ido a la escuela. Realmente no sé qué pasará con su lectura. Podría resultar un fiasco. Pero pienso en él como representante de muchos otros, insegura, siempre con dudas acerca de si he encontrado lectores, los he ganado o los he perdido.”


“Si uno compara el lenguaje con una ciudad, encuentra que hay en ella un casco antiguo al que se van agregando barrios nuevos, y por últimos están las estaciones de gasolina y los caminos de acceso; en comparación con el casco antiguo los suburbios de la ciudad quizá nos parezcan feos, pero todo se integra y conforma una ciudad actual.”


“Las viejas imágenes ya no se pueden usar más como las usaron, por ejemplo, Mörike o Goethe. Ya no se deben usar más, porque en nuestra boca parecerían falsas. Tenemos que encontrar frases verdaderas que correspondan a nuestro propio estado de conciencia y a este mundo transformado. Y hay suficientes ejemplos de ello en la lírica moderna.”


“Me dicen que la mayoría de mis lectores son jóvenes, muchos estudiantes. No puedo desear algo mejor. Porque es el mejor momento de la vida para tratar con los libros, antes de que uno transija definitivamente con la sociedad y se vuelva cada vez más insensible a las exhortaciones. Los libros todavía existen y se imponen gracias a las protestas.”


“Escribir un poema no es esperar un llamado. Esa palabra ya es en sí misma una poetización de la labor lírica. Escribir un poema es una tarea más bien compleja y abarca desde los ensayos con las frases hasta la espera de la idea súbita.”


“Un escritor no puede en absoluto servirse del lenguaje como lo hace un periodista. Hay una idea que me gusta: 'Hice un prisionero y ya nunca más me dejará libre'. Es una imagen bastante inteligente para dar cuenta de la relación que un escritor tiene con el lenguaje. El hecho de ver la palabra de otra manera, una palabra asilada (cuanto más de cerca se mira, desde más lejos nos devuelve la mirada), está preñado de muchos enigmas. Por eso un escritor no puede servirse del lenguaje que ha encontrado, es decir, de las frases, sino que debe reescribirlo después de haberlo destruido. Y el lenguaje que hablamos y el que hablan casi todos es un lenguaje de frases que, a menudo, me resulta enigmático. Nada más enigmático que lo que se dice en conjunto con esas frases prefabricadas.”


“Los defectos que a veces se pueden observar y que a mí más me deprimen no tienen nada que ver con las herramientas del lenguaje. Hay algunos escritores jóvenes que no sólo tienen talento sino que también disponen, casi sin esfuerzo, de recursos estilísticos, de modo que en un primer momento no sabría decir por qué sus productos son deprimentes. Yo creo que se manejan con conquistas estilísticas de otros y renuncian a hacer sus propias conquistas. Es esto lo que se manifiesta como defecto, lo no propio, lo ya leído en otra parte. Pero al fin y al cabo esto es válido no sólo para los escritores más jóvenes sino igualmente para muchos otros, y probablemente ha sido válido en cualquier época.”


“Ningún escritor se puede subordinar por completo a una cosmovisión cerrada, ni siquiera un marxista ortodoxo o un católico. El trabajo se ordena por sí mismo con cada frase. Cada aproximación de palabras, de escenas, ordena algo. Incluso cuando el desorden es visible, o cuando se lo quiere mostrar. Escribir es ordenar, y los componentes que ordena la escritura tienen su origen en un proceso en que las relaciones sujetoobjeto, individuo-sociedad están constantemente expuestas a perturbaciones.”


“Todavía sé poco sobre poemas, y lo poco que sé pertenece a la sospecha. Sospecha de ti todo lo necesario, sospecha de las palabras, del lenguaje, esto es lo que me he dicho a menudo, ahonda esa sospecha. Para que así algún día pueda nacer algo nuevo. O no nacerá nada más.”


“Escribir prosa después de la poesía, al principio fue como una mudanza en la cabeza.”


“La escritura de la prosa me hizo descubrir que me resultaba imposible escribir poesía. Por el otro, dejé de escribir poesía casi conscientemente.”


“Lo único que me importa es tener una habitación tranquila, si es posible con dos mesas y muchos libros en las paredes.”


“En parte escribo a mano, pero en parte también escribo a máquina. Y luego vuelvo a escribir a mano en el original escrito a máquina. En todo caso lo hago así cuando escribo prosa. Pero en el caso de la prosa, aun cuando la vea impresa, siempre se tiene la impresión de que en ese momento uno podría modificarlo otra vez, escribirlo de nuevo.”


“Escribir sin riesgo es como sacar un seguro con una literatura que no paga."

Fuente: Página 12, 24 de abril de 2005
***

En una época obligada
se debe huir de una luz a otra,
de un país a otro. Bajo el arco iris,
la brújula apunta al corazón.
Ahora la vista del paisaje. Desde
las montañas se ven los lagos; en los lagos
las montañas mientras en las nubes doblan
las campanas del único mundo. Saber de qué mundo
se trata, está prohibido para mí.
***
[Sin título]

Observad, amigos ¡acaso no lo veis!
que no lo he sobrevivido ni menos resistido, no lo veis,
que voy hacia adentro, que
para aquél de ahí yo voy hablando por dentro, que
me repliego y desdeño
mi cabello, que embolso mis manos
retiro mi palabra, no lo veis,
observad,

que me marcho, que voy
cayendo, que me entrego,

y grito, porque los locos
buscan tanteando a sus protectores, como
yo a mi guarda.

viernes, 28 de mayo de 2010

La lluvia se cuela al fondo de cada pozo


INGEBORG BACHMANN
(Austria, 1926-Italia, 1973)


DESPEDIDA

La carne, que envejeció muy bien conmigo,
la mano rugosa, que sostuvo fresca la mía,
ha de quedarse sobre el pálido muslo,
rejuvenecerse la carne, por un instante,
para que así venga más rápido el derrumbe en ella,
rápido llegan las arrugas, casi sanas,
y todo sobre la rígida musculatura.
No ser amada. El dolor podría ser aún
mayor, se siente muy bien, toca a la puerta.
Pero la carne, con su línea abierta en la rodilla,
las arrugadas manos, todo ello sobrevino de noche,
el curtido omóplato, donde ya no crece ningún verde,
donde alguna vez se mantuvo oculto un rostro.
Avejentada en cien años, en un solo día,
El confiado animal fue llevado bajo latigazos
a su armonía preestablecida.

Traducción de Breno Onetto, poemas inéditos, pertenecientes a No sé de otro mundo mejor.

***
VOSOTRAS, PALABRAS

Para Nelly Sachs, la amiga, la poeta, en veneración

¡Vosotras, palabras, levantaos, seguidme!
y aunque ya estemos lejos,
demasiado lejos, nos alejaremos una vez
más, hacia ningún final.

No aclara.

La palabra
sólo arrastrará
otras palabras,
la frase otras frases.
El mundo así quiere,
definitivamente,
imponerse,
quiere estar dicho ya.
No la digáis.

Palabras, seguidme,
¡que no se vuelva definitiva
–esta ansia del verbo
y dicho y contradicho!

Dejad ahora un rato
que ninguno de los sentimientos hable,
que el músculo corazón
se ejercite de manera diferente.

Dejad, digo, dejad.

Nada, digo yo, susurrado
al oído supremo,
que sobre la muerte no se te ocurra nada,
deja y sígueme, ni dulce
ni amargo,
ni consolador,
no significativamente
sin consuelo
tampoco sin signos–

Y sobre todo, no eso: la imagen
en el tejido de polvo, el retumbar vacío
de sílabas, palabras de agonía.

¡Sin decir nada,
vosotras, palabras!

Poemas, 1957-1961. Traducción de Cecilia Dreymüller y Concha García
***
BERLÍN

Me alegro de que ayer fuera más duro
de lo que es hoy. Entrada prohibida.
Siguen poniendo en la puerta y nadie
viene, también llueve mucho, vuelve
a ser invierno como ayer, es decir, como hace un año.
Entonces fue duro, en la vecindad
nadie. Es que nadie viene.

Ayer, me asfixié,
no podía gritar más,
hoy sí que podría gritar,
pero es mejor hoy.
arriba juegan a los bolos, abajo
trabajan la madera y asierran
estos bricoleros inocuos.

En la grieta del muro, en un
segundo de susto, un bicho negro
que se hacía el muerto. Hecho el muerto.
Y aprendo de él,
me hago la muerta,
sin hijo, sin amante,
sin radio, sin teléfono,
en esta grieta, perdida
en este planeta, en
este Berlín.

mirada por nadie más que
un muro cortafuegos.
en un segundo de susto,
me siento mirada por
la locura. Sé que
me miro a mí misma.
Un muro cortafuegos al otro.
Sin cara.
De un incendio en extinción.
Un incendio no extinguible.

***
OSCURAS PROMESAS

Como Orfeo toco yo
en las cuerdas de la vida la muerte
y la belleza de la tierra
en tus ojos, que le administran al cielo
no sé que oscuras promesas


no olvides la mañana que de repente
tu lecho y el clavel
que duerme sobre tu corazón
amanecieron mojados por el rocío

viste el río de aguas oscuras
pasar por ti
en la cuerda del silencio
tendido sobre la ola de sangre

yo toco tu sonoro corazón
tus rizos se convirtieron
en el cabello sombrío de la noche

la negra oscuridad modela
tu rostro en flecos

y yo no te pertenezco a ti
los dos nos lamentamos ahora

pero como Orfeo reconozco
en el lado de la muerte la vida,
y vislumbro
el azul en tus ojos cerrados para siempre.
***
HARLEM

De todas las nubes se sueltan las duelas
la lluvia se cuela al fondo de cada pozo
la lluvia salta de las escaleras de fuego
y teclea sobre las cajas de música

la ciudad negra gira su ojo blanco
y camina por cada esquina del mundo
el ritmo de la lluvia subvierte el silencio
el blue de la lluvia se apaga.

Traducción: Jaime de la Gracia
***
Tomado del blog de Javier Galarza:
Poco antes de su muerte, el 5 de mayo de 1971, la periodista Helse Heiimester le pregunta a I. Bachmann: ¿El rol de la mujer actual es compatible con el amor?Respuesta: Evidentemente no. El amor es una obra de arte y yo no creo que muchos hombres lo puedan realizar. Yo no sé si he logrado realizar el genio del amor.

UNA ESPECIE DE PERDIDA

Usados en común: estaciones del año, libros y una música
Las llaves, los boles de té, la panera, sábanas y una cama.
Un ajuar de palabras, de gestos, traídos, empleados, gastados.
Un reglamento de casa observado. Dicho. Hecho. Y siempre alargada la mano.

De invierno, de un septeto vienés y de veranos me he enamorado.
De mapas, de un poblacho de montaña, de una playa y de una cama.
Con fechas he hecho un culto promesas he declarado irrevocables,
he adorado un algo y he sido devota delante de una nada.

(de un periódico doblado, de las cenizas frías, del papel con un apunte)
impávida ante la religión, porque la iglesia era esta cama.

De la vida de un lago surgió mi pintura inagotable.
Desde el balcón había que saludar a los pueblos, mis vecinos.

Junto al fuego de la chimenea, en la seguridad, mi cabello tenía su color más intenso.
La llamada a la puerta era la alarma para mi alegría.
No te he perdido a ti,
sino al mundo.

Ingeborg Bachmann, ULTIMOS POEMAS. Ediciones Hiperión, traducción de Cecilia Dreymuller y Concha García, 1999
**
Foto: Tal como aparece en www.gimvic.org/.../2009/2f/celovec/Bachman.html
Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char