Frank Tirro, desde su libro Historia del Jazz, Volumen 2 (Jazz Moderno), inspiró esta entrada.
No porque a Charlie Parker se le dedique una extensa nota biográfica ni discográfica, sino porque desde el prólogo -firmado en realidad por J. Calvados-, refiere a una de mis recurrentes cuestiones: ¿sigue el jazz desarrollándose? ¿sigue avanzando hacia un "tercer milenio"? ¿aparecerá por fin, en nuestros días, algún "gigante" que cambie otra vez la historia?
En el libro se detalla con admirable ponderación, las distintas evoluciones, ramificaciones, fusiones, contradicciones, etc. que a lo largo de medio siglo han llevado a la música de jazz a la situación en que se encuentra hoy. Una situación en la que, según concluye el propio autor, "es probable que (el jazz) siga desarrollándose de forma un tanto caótica, por lo menos a corto plazo", para añadir que, "como siempre, el factor principal seguirá siendo el talento individual de los músicos y la capacidad de liderazgo de determinados artistas".
Sin embargo, en el momento presente del jazz subyace una gran paradoja: el jazz moderno (dicho así, en un sentido amplio) que surgió como reacción individualista, intelectual, intimista ante el predominio del swing bailable y popular, ha terminado por convertirse (también en un sentido amplio, claro) en una expresión masiva que nada tiene de individualista, de intelectual ni de intimista. Superados los avatares por los que ha pasado la evolución del jazz en las últimas décadas -desde el cool hasta el latin, pasando por free-, el espíritu revolucionario ha desaparecido y las fusiones más o menos folclóricas se han impuesto, mientras que los macrofestivales en los que cabe de todo proliferan en el mundo entero.
Pero Tirro es optimista y , aunque reconoce que hoy no existe en el jazz lo que él llama "un músico de estatura mesiánica", asegura que "es muy posible que éste aparezca en escena esta misma noche".
Sin embargo, otras voces no tienen ese entusiasmo. Desde esas otras perspectivas se piensa que el jazz, en tanto que manifestación artística, ha sido una de las principales víctimas de la operación de espectacularización de la vida llevada a cabo en los últimos tres decenios, con lo que ello ha significado de banalización, confusionismo, enturbiamiento, despersonalización... El imperio del espectáculo exige que los pasivizados mirones crean que todo es igualmente respetable, rindan culto a la diversidad per se, abominen de las tonalidades monocromas.
En este ambiente generalizado de camaleonismo universalizador, donde la ética es una rémora y la creación artística un bien de consumo publicitario, el jazz ha sabido generar sus propios antídotos para perpetuarse como fenómeno musical identificado con la modernidad.
Pero la batalla sigue planteándose día a día. El futuro dirá si su protagonistas de hoy y de mañana son capaces de devolverle la vitalidad y el profundo sentido de lo individual que hicieron de ella la música culta por excelencia del siglo XX, esa música que, amalgamando sentimentalismo, colillas de ideas, amores que se acaban de romper"... hagan variar de sitio los prejuicios depositados en el imaginario colectivo.
Como me identifico con la última postura y no tengo el optimismo de Tirro, al leer "un músico de estatura mesiánica" pensé en muchos nombres. Pero uno en especial surgió automáticamente: Bird... el inventor indiscutido del jazz moderno... y en especial Bird en vivo... cocinando la genialidad en su propia salsa...
Charlie Parker
Boston 1952
Cuando en 1996 Uptown Records lanzó estas -hasta entonces- inéditas y casi perfectas grabaciones de dos programas radiales conducido por el presentador Symphony Sid Torin, se encendieron todas la luces rojas de los coleccionistas y amantes de las raras actuaciones de Charlie Parker.
Lo registrado aquí es lo sucedido durante dos noches en el célebre club Hi Hat de Boston.
El repertorio es el que Bird venía desarrollando habitualmente por esos años. Sin embargo en estas tomas suenan con la frescura propia discurso recién estrenado.
En las primeras ocho selecciones lo acompañaron un grupo conformado por el trompetista Joe Gordon, el pianista Dick Twardzik, Charles Mingus al contrabajo y Roy Haynes en la batería, mientras que en las restantes cinco, los elegidos fueron el trompetista Herbie Williams, el pianista Rollins Griffith, el contrabajista Jimmy Woode y Marquis Foster en la batería.
Y aunque todos se destacan magníficamente, especialmente el trompetista Joe Gordon, Charlie Parker se roba fácilmente los espectáculos.
He aquí, a propósito de lo anteriormente dicho, un músico de estatura mesiánica...
1 - Introduction by Symphony Sid Torin
2 - Ornithology
3 - Cool Blues
4 - Groovin' High
5 - Don't Blame Me
6 - Scrapple from the Apple
7 - Cheryl
8 - Jumpin' with Symphony Sid
14 de Diciembre, 1952
Charlie Parker (as), Joe Gordon (tp), Dick Twardzik (p); Charles Mingus (b), Roy Haynes (d), Symphony Sid Torin (ann)
9 - Introduction by Symphony Sid Torin
10 - Ornithology
11 - Out of Nowhere
12 - Cool Blues
13 - Scrapple from the Apple
18 de Enero, 1954
Charlie Parker (as), Herbie Williams (tp), Rollins Griffith (p), Jimmy Woode (b), Marquis Foster (d), Symphony Sid Torin (ann)