"Hombres sin mujeres" se compone de siete intensas historias sobre el desamor y la compleja relación entre hombres y mujeres. Siete relatos que Murakami construye en torno al aislamiento y la soledad que preceden o siguen a la relación amorosa: hombres que han perdido a una mujer, o cuya relación ha estado marcada por el desencuentro, asisten inermes al regreso de los fantasmas del pasado, viven el enamoramiento como una enfermedad letal, son incapaces de establecer una comunicación plena con la pareja, o ven extrañamente interrumpida su historia de amor. Otros experimentan atormentados amores no correspondidos o, incluso, desconocen los mecanismos del afecto y del sexo. Sin embargo, las verdaderas protagonistas de estos relatos son las mujeres, que, misteriosas, irrumpen en la vida de los hombres para desaparecer, dejando una huella imborrable en la vida de aquellos que las han amado, o de los que, al menos, intentaron amarlas.
La tesis de Murakami es que la pérdida de una mujer amada supone para esos hombres un estigma del que no podrán deshacerse jamás: un hombre que se ha quedado sin su mujer amada no podrá recomponer ese vacío nunca.
Las "guiñadas" jazzísticas aparecen en dos de los cuentos: "Kino" y el que da título al libro, "Hombres sin mujeres".
El más abundante de "pistas" es el primer nombrado. Por tanto, los discos mencionados, o aquellos que sugieren una "intervención", irán apareciendo intercalados con los fragmentos correspondientes, resumidos a fin de darle cierta continuidad a la trama.
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*Kino*
Kino, personaje central del cuento, decide abandonar su vida habitual después que descubre que su esposa lo traiciona con un amigo y por eso se traslada de Kasai a Aoyama (dos ciudades japonesas), donde su tía tiene un café que él transforma en bar. Allí se dedica a escuchar jazz en un viejo tocadiscos Thorens, mientras atiende a los escasos clientes que llegan al negocio. Kino no termina de comprometerse con nada, incluso la aventura amorosa de su mujer, aunque le ha dolido, no llegó a conmoverlo profundamente.
En un momento dado un visitante asiduo, y extraño, lo insta a marcharse antes de que le ocurra algo terrible. Kino, luego de comprobar que están pasando situaciones nada claras en su derredor acepta la propuesta, cierra el negocio y se instala en un pequeño hotel, en otra ciudad. Y en ese lugar, donde está más solo que nunca, es sometido a una dura prueba hasta que acepta tener “una herida muy profunda”. Hasta que acepta su dolor y su desazón como ser humano.
Kino gastó la mitad de sus ahorros en remodelar aquella cafetería y convertirla en un bar. Adquirió enseres lo más sencillos posibles, construyó una barra larga a partir de un tablón grueso y cambió los taburetes. Revistió las paredes con papel de tonos suaves y puso una iluminación más acorde con el ambiente del nuevo local. Sacó su humilde colección de discos de su casa y la colocó en la estantería. Tenía un equipo de música decente: un tocadiscos de marca Thorens y un amplificador Luxman. Así como unos JBL 2-way de tamaño pequeño, que había comprado no sin grandes esfuerzos cuando era soltero. Siempre le había gustado escuchar jazz clásico en formato analógico. Era prácticamente su única afición —que nadie de su entorno compartía—. Además, puesto que en su época de universitario había trabajado de barman en un pub de Roppongi, sabía preparar los cócteles más solicitados.
Llamó al bar "Kino". No se le ocurrió un nombre mejor. La primera semana no entró ni un solo cliente. Pero no le preocupó lo más mínimo, porque ya lo había previsto. Ni siquiera había avisado de la apertura del local entre sus conocidos. No puso publicidad ni sacó un letrero llamativo. Tan sólo abrió el local al fondo del callejón y esperó a que algún curioso se decidiese a entrar. Todavía le quedaba un poco de dinero que había recibido de la empresa y no deseaba depender económicamente de su mujer, de la que se había separado. Ella se había ido a vivir con el ex compañero de Kino y no necesitaban el piso en Kasai, hasta hacía poco el hogar del matrimonio. Así que lo habían vendido y se habían repartido a partes iguales lo que les había sobrado tras liquidar la hipoteca. Kino dormía en el piso encima del bar. De momento podía ir tirando.
Como no entraban clientes, Kino se dedicó a escuchar música y leer los libros que le apetecía, como en los viejos tiempos. Sobrellevó la calma, el silencio y la soledad con mucha naturalidad, como la tierra seca recibe la lluvia. Solía poner las grabaciones de piano de Art Tatum. Esa música se correspondía con sus sentimientos.
Art Tatum
The Chronological Classics 1949
1 - How High The Moon
2 - Humoresque
3 - Tatum-Pole Boogie (Boogie Woogie)
4 - Someone To Watch Over Me
5 - Yesterdays
6 - I Know That You Know
7 - Willow Weep For Me
8 - Gershwin Medley
9 - The Kerry Dance
10 - Willow Weep For Me
11 - I Cover The Waterfront
12 - Aunt Hagar's Blues
13 - Nice Work If You Can Get It
14 - Someone To Watch Over Me
15 - Dardanella
16 - Time On My Hands
17 - Sweet Lorraine
18 - Somebody Loves Me
19 - Don't Blame Me
20 - My Heart Stood Still
21 - You Took Advantage Of Me
22 - I Gotta Right To Sing The Blues
23 - How High The Moon
24 - Makin' Whoopee
Art Tatum (piano solos)
Grabaciones realizadas en Los Angeles, en 1949: en vivo en The Shrine el 2 de abril (#1 a #9) y en estudio el 13 de julio (#10 a #15), el 25 de julio (#16 a #19) y el 29 de setiembre (#20 a #24).
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La primera que descubrió el ambiente acogedor del bar Kino, antes que cualquier humano, fue una gata callejera de pelaje gris. Era joven y tenía una preciosa y larga cola. Parecía haberle tomado gusto a una repisa abollada que había en un rincón del local, puesto que siempre se acurrucaba allí a dormir. Kino procuraba no prestarle demasiada atención. Seguramente quería que la dejasen en paz. Una vez al día le daba de comer y le cambiaba el agua. Nada más. Le habría hecho una pequeña entrada para que siempre pudiese circular libremente. Pero la gata, por alguna razón, prefería entrar y salir por la puerta principal, como las personas.
Tal vez fuera aquella gata la portadora de buenas vibraciones, pues por fin, aunque paulatinamente, el local empezó a recibir a sus primeros clientes. Un bar al fondo de un callejón, un pequeño y poco llamativo letrero, un espléndido sauce centenario, un dueño de mediana edad taciturno, viejos elepés que giraban en el tocadiscos, un menú a base de aperitivos con apenas dos platos al día, una gata gris acurrucada en un rincón. Algunos se hicieron asiduos, atraídos por aquel ambiente. A veces traían a nuevos clientes. Aunque no podía calificarse de un negocio próspero, al menos Kino ganaba lo suficiente para poder pagar el alquiler mensual. Con eso le bastaba.
El joven de la cabeza rapada empezó a dejarse caer por el local unos dos meses después de la apertura. Kino necesitó otros dos meses para saber su nombre. Se llamaba Kamita. "Se escribe con 'dios' y 'arrozal', y se lee Kamita, no Kanda", explicó el hombre. Aunque no a Kino.
Aquel día llovía. Con aquella lluvia, uno dudaba de si coger o no paraguas. En el local estaban Kamita y un par de tipos con trajes oscuros. El reloj marcaba las siete y media. Kamita, como siempre, leía al final de la barra mientras se tomaba su White Label con agua. Los dos hombres bebían una botella de Haut-Médoc sentados a una mesa. Al entrar habían sacado la botella de vino de una bolsa de papel. "¿Te importa que nos la bebamos aquí? Te pagaremos cinco mil yenes por el descorche", dijeron.
Era algo insólito, pero no había razón para impedirlo y Kino accedió. Descorchó la botella y sacó dos copas. También les sirvió un platillo con frutos secos. No le dieron ningún trabajo. Sin embargo, como fumaban mucho y Kino no soportaba el humo, no le apetecía demasiado que se quedaran. Dado que el local estaba casi vacío, Kino se sentó en un taburete y escuchó un elepé de Coleman Hawkins que incluía el tema Joshua Fit The Battle of Jericho. El solo de bajo de Major Holley era maravilloso.
Coleman Hawkins
Hawkins! Alive! At The Village Gate
1 - All The Things You Are
2 - Josuha Fit The Battle Of Jericho
3 - Mack The Knife
4 - Talk Of The Town
5 - Bean And The Boys
6 - If I Had You
Coleman Hawkins (saxo tenor), Tommy Flanagan (piano), Major Holley (contrabajo), Eddie Locke (batería).
Grabaciones realizadas en vivo en Art D'Lugoff's Village Gate, Nueva York, el 13 y el 15 de agosto de 1962.
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Al principio, los dos hombres estuvieron bebiendo el vino amistosamente, con toda normalidad, pero al rato acabaron enzarzados en una discusión. No se sabía a cuento de qué, pero parecía que discrepaban en torno a un asunto determinado y el intento de encontrar un punto de entendimiento acabó en fracaso. Los ánimos se fueron calentando hasta el punto de que la discusión se convirtió en una acalorada riña. En cierto momento, cuando uno de ellos intentaba levantarse de la silla, la mesa se ladeó y cayeron al suelo el cenicero rebosante de colillas y una de las copas, que estalló en añicos. Kino acudió con la escoba, barrió y les dio otra copa y otro cenicero.
(...)
Una semana después del incidente, Kino se acostó con una clienta. Era la primera mujer con quien tenía relaciones desde que se había separado. Andaría por los treinta, quizá un poco más. No era fácil juzgar si pertenecía o no a la categoría de las mujeres guapas, pero tenía el pelo largo y liso, nariz chata y un aura singular que atraía las miradas. Sus ademanes y su manera de hablar poseían cierta languidez y su semblante resultaba un tanto impenetrable.
Ella ya había estado en el bar otras veces. Siempre acompañada de un hombre de su misma edad. Él lucía gafas de pasta de carey y una perilla puntiaguda, como los antiguos beatnicks. Tenía melena y, dado que no llevaba corbata, seguramente fuese un simple trabajador. Ella solía llevar un vestido fino que resaltaba su hermosa y esbelta silueta. Sentados a la barra, bebían un cóctel o un brandy y, de vez en cuando, se susurraban algo. Nunca se quedaban mucho tiempo. Kino se imaginaba que se trataba de la copa previa al polvo. O quizá de la posterior. No sabía a ciencia cierta cuál. En cualquier caso, algo en la manera de beber de aquellos dos hacía pensar en sexo. Un largo y apasionado polvo. Resultaba extraño lo poco expresivos que eran ambos y, sobre todo, Kino jamás había visto a la chica reírse.
De cuando en cuando, ella se dirigía a Kino. Siempre con algún comentario sobre la música que estaba sonando en ese momento. O hablaban del nombre del músico o de la pieza. Le contó que a ella también le gustaba el jazz y coleccionaba vinilos. "Mi padre solía escuchar este tipo de música en casa. Yo prefiero cosas más modernas, pero me trae muchos recuerdos".
Por su voz no quedaba claro si los recuerdos tenían relación con la música o con su padre. Pero Kino no se atrevió a preguntárselo.
La verdad es que él procuraba no tratar demasiado a aquella chica. Le daba la sensación de que a su acompañante no le hacía mucha gracia que intimasen. En cierta ocasión habían mantenido una conversación un poco larga sobre música (acerca de las tiendas de discos de segunda mano en la ciudad y de cómo conservar los vinilos), y a partir de ese momento el hombre había empezado a lanzarle a Kino miradas frías y recelosas a la mínima ocasión. Kino procuraba guardar las distancias para evitar líos. Entre los sentimientos propios del ser humano, seguramente no haya nada peor que los celos y el orgullo. Y Kino ya había pasado un mal trago en tres ocasiones por culpa de ambos. "Quizá algo en mí desata ese lado oscuro de la gente", había pensado alguna vez.
Pero, una noche, la chica entró sola en el bar. No había más clientes. Caía un pertinaz aguacero. Cuando la puerta se abrió, la brisa nocturna con olor a lluvia se coló en el local. La chica se acodó en la barra, pidió un brandy y un disco de Billie Holiday. "Mejor algo antiguo." Kino colocó en el tocadiscos un viejo elepé de la Columbia que incluía el tema Georgia on My Mind. A continuación, ambos escucharon el disco en silencio. Al acabar, ella le pidió que le diera la vuelta y él obedeció.
Billie Holiday
The Quintessential Billie Holiday
(Vol. 9 ≈ 1940-1942)
1 - St. Louis Blues
2 - Loveless Love
3 - Let's Do It
4 - Georgia On My Mind
5 - Romance In The Dark
6 - All Of Me
7 - I'm In A Low-Down Groove
8 - God Bless The Child
9 - Am I Blue?
10 - Solitude
11 - Jim
12 - I Cover The Waterfront
13 - Love Me Or Leave Me
14 - Gloomy Sunday
15 - Wherever You Are
16 - Mandy Is Two
17 - It's A Sin To Tell A Lie
18 - Until The Real Thing Comes Along
Billie Holiday (vocalista) acompañada por:
#1 y #2:
Bill Coleman (trompeta), Benny Morton (trombón), Benny Carter (clarinete y saxo alto), Georgie Auld (saxo tenor), Sonny White (piano), Ulysses Livingston (guitarra), Wilson Myers (contrabajo), Yank Porter (batería).
Grabados en Nueva York, el 15 de octubre de 1940
#3 a #6:
Shad Collins (trompeta); Leslie Johnakins, Eddie Barefield (saxos altos); Lester Young (saxo tenor); Eddie Heywood (piano); John Collins (guitarra); Ted Sturgis (contrabajo); Kenny Clarke (batería).
Grabados en Nueva York, el 21 de marzo de 1941.
#7 a #10:
Roy Eldridge (trompeta); Ernie Powell, Lester Boone, Jimmy Powell (saxos altos); Eddie Heywood (piano); Paul Chapman (guitarra); Grachan Moncur (contrabajo); Herbert Cowans (batería).
Grabados en Nueva York, el 9 de mayo de 1941.
#11 a #14:
Emmett Berry (trompeta), Jimmy Hamilton (clarinete), Hymie Schertzer (saxo alto), Babe Russin (saxo tenor), Teddy Wilson (piano), Al Casey (guitarra), John Williams (contrabajo), J.C. Heard (batería).
Grabados en Nueva York, el 7 de agosto de 1941.
#15 a #17:
Emmett Berry (trompeta), Jimmy Hamilton (clarinete), Hymie Schertzer (saxo alto), Babe Russin (saxo tenor), Teddy Wilson (piano), Gene Fields (guitarra), John Williams (contrabajo), J.C. Heard (batería).
Grabados en Nueva York, el 10 de febrero de 1942.
#18:
Emmett Berry (trompeta), Jimmy Hamilton (clarinete), Hymie Schertzer (saxo alto), Babe Russin (saxo tenor), Teddy Wilson (piano), Al Casey (guitarra), John Williams (contrabajo), J.C. Heard (batería).
Grabados en Nueva York, el 10 de febrero de 1942.
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La chica se bebió con toda tranquilidad tres copas de brandy y escuchó unos cuantos discos antiguos más. Moonglow de Errol Garner, I Can’t Get Started de Buddy DeFranco. Al principio, Kino pensó que habría quedado con el hombre de siempre, pero la hora del cierre se acercaba y el hombre no aparecía. Ella tampoco daba la impresión de estar esperándolo. Prueba de ello era que no había mirado el reloj ni una sola vez. Escuchaba la música, reflexionaba calladamente y daba un sorbo a su brandy. El silencio no parecía incomodarla. El brandy es una bebida a la que le sienta bien el silencio. Uno puede matar el tiempo agitándolo suavemente y contemplando su color o aspirando su aroma. La mujer llevaba un vestido negro de manga corta y una fina rebeca azul marino. Y unos pequeños pendientes con perlas de imitación.
Erroll Garner
Serenade To "Laura"
1 - Laura
2 - This Can't Be Love
3 - The Man I Love
4 - Moonglow
5 - I Want A Little Girl
6 - It's Easy To Remember
7 - Goodbye
8 - She's Funny That Way
9 - Until The Real Thing Comes Along
10 - Confessin'
11 - Stormy Weather
12 - I Surrender Dear
13 - I'm In The Mood For Love
14 - All Of Me
#1:
Erroll Garner (piano), Jonh Levy (contrabajo), George de Hart (batería).
Grabado en Nueva York, el 25 de setiembre de 1945.
#2 a #14:
Erroll Garner (piano), John Simons (contrabajo), Albin Stohler (batería).
Grabaciones realizadas en Los Angeles, California, el 29 de marzo de 1949 (#6, #7, #12, #13 y #14) y durante el verano de 1949 (#2, #3, #4, #5, #8, #9, #10 y #11).
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Buddy DeFranco
Cooking The Blues
1 - I Can't Get Started
2 - Cooking The Blues
3 - Stardust
4 - How About You
5 - Little Girl Blue
6 - Indian Summer
Buddy DeFranco (clarinete), Sonny Clark (piano y órgano), Tal Farlow (guitarra), Gene Wright (contrabajo), Bobby White (batería).
Grabado en Los Angeles, California, el 26 de agosto de 1955.
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Al llegar el otoño, la gata desaparece y la casa de Kino comienza a ser rodeada por serpientes. Una noche Kamita llega al bar y conjetura sobre las causas de lo que está sucediendo:
—Oiga, Kino —dijo en un tono formal después de haber pagado la cuenta—. Es que no puedo evitar lamentar lo que está pasando.
—¿Lo que está pasando? —repitió de manera mecánica Kino.
—El que vaya a tener que cerrar el bar. Aunque sea temporalmente.
Kino lo miró en silencio. ¿Cerrar el bar?
Kamita echó un vistazo al local vacío. Luego miró a Kino y le dijo:
—Creo que todavía no ha comprendido lo que quiero decir.
—No, creo que no le he entendido bien.
—A mí me agradaba mucho este sitio —siguió Kamita en tono de confesión—. Podía leer en paz, la música era buena. Me alegraba de que hubiese un local así en la zona. Pero, por desgracia, parece que muchas cosas se han desportillado.
(...)
—Usted es una persona incapaz de tomar decisiones erróneas por voluntad propia —aseguró Kamita—. Eso lo sé muy bien. Pero en este mundo hay momentos en que no basta con no hacer lo incorrecto. Aunque también haya quien se valga de ese vacío como atajo. ¿Me entiende?
Kino no comprendía.
—No, no lo entiendo —contestó.
—Piense bien lo que acabo de decirle —dijo Kamita mirándolo a los ojos—. Es una cuestión crucial y requiere que reflexione en profundidad. No obtendrá una respuesta tan fácilmente.
—Lo que quiere decirme, Kamita, es que ha surgido un problema grave no por haber hecho algo incorrecto, sino por no haber hecho lo correcto, ¿es eso? Algo relacionado con el local o conmigo.
Kamita asintió.
—Sí, supongo que podría expresarse así, en términos más duros. Sin embargo, no es mi intención echarle toda la culpa a usted. Debí darme cuenta mucho antes. Me despisté. Éste era un lugar acogedor no sólo para mí, sino seguramente para cualquiera.
—¿Y qué puedo hacer ahora? —preguntó Kino.
Kamita guardó silencio y metió las manos en los bolsillos de la gabardina.
—Cierre el local por un tiempo y váyase lejos —dijo al cabo—. En este instante creo que es lo único que puede hacer. Si conoce a algún monje budista con autoridad, también estaría bien que le pidiera que viniese a rezar sutras y pegar talismanes de papel alrededor de la casa. Pero en la época en que vivimos no resulta fácil encontrar a nadie así. De modo que lo mejor será que se vaya de aquí antes de que descargue el próximo aguacero. Perdone que me inmiscuya, pero ¿dispone de dinero suficiente para hacer un viaje largo?
(...)
—Le avisaré cuando yo sepa que ya puede regresar. Mientras tanto, Kino, no se acerque a este lugar. ¿Entendido?
Esa misma noche, Kino hizo la maleta. "Lo mejor será que se vaya de aquí antes de que descargue el próximo aguacero". Había sido un aviso demasiado repentino.
Ni siquiera le habían dado una explicación y no entendía qué sucedía. Con todo, se fiaba de lo que Kamita le había dicho. Pese a la violencia de la historia, por algún motivo no había experimentado recelo hacia él. Cuanto salía por la boca de Kamita poseía una extraña fuerza de convicción, más allá de toda lógica. Metió mudas y las cosas de higiene personal en un bolso bandolera de tamaño medio. Era el mismo que había usado cuando trabajaba para la fábrica de productos deportivos y tenía que salir de viaje de negocios. Sabía perfectamente lo que necesitaría en un viaje largo.
Al amanecer, clavó una nota en la puerta con una chincheta: CERRADO TEMPORALMENTE. DISCULPEN LAS MOLESTIAS. "Lejos", había dicho Kamita. Pero no se le ocurría adónde dirigirse. Ni siquiera sabía si ir hacia el norte o hacia el sur.
Conque, por el momento, decidió emprender la ruta que solía hacer cuando se dedicaba a vender calzado deportivo. Se montó en un autobús nocturno rumbo a Takamatsu, en la prefectura de Kagawa. Su idea era dar la vuelta completa a la isla de Shikoku y luego cruzar a Kyūshū.
En un business hotel cerca de la estación de Takamatsu se hospedó tres días.
(...)
En su cuenta corriente todavía disponía de dinero y, si quería, podría hospedarse en un hotel mejor. Pero en ese momento sentía que aquél le convenía. Cuando uno está quieto en un lugar angosto, no hace falta darle demasiadas vueltas a la cabeza y, en general, todo se halla al alcance de la mano. Para él eso era, contra toda expectativa, digno de agradecer. "Si pudiera oír música, ya sería perfecto", pensó. A veces le entraban unas ganas tremendas de escuchar jazz clásico, a Teddy Wilson, Vic Dickenson o Buck Clayton. Una técnica sólida, acordes simples, el sobrio deleite de tocar por tocar, un optimismo extraordinario. Lo que necesitaba en ese momento era esa clase de música que había dejado de existir.
Teddy Wilson
The Impeccable Mr. Wilson
1 - I Wanna Be Happy
2 - Ain't Misbehavin'
3 - Honeysuckle Rose
4 - Fine And Dandy
5 - Sweet Lorraine
6 - I've Found A New Baby
7 - It's The Talk Of The Town
8 - Laura
9 - Undecided
10 - Time On My Hands
11 - Who Cares
12 - Love Is Here To Stay
Teddy Wilson (piano), Al Lucas (contrabajo), Jo Jones (batería).
Grabado en Fine Sound Studios, Nueva York, el 13 de setiembre de 1956.
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Vic Dickenson
The Essential
1 - Russian Lullaby
2 - Keeping Out Of Mischief Now
3 - Sir Charles At Home
4 - Jeepers Creepers
5 - I Cover The Waterfront
6 - Runnin' Wild
7 - Nice Work If You Can Get It
8 - Old Fashioned Love
9 - Everybody Loves My Baby
10 - Suspension Blues
Vic Dickenson (trombón); Ruby Braff [#1 a #5, #8 y #9], Shad Collins [#6 a #10] (trompetas); Edmond Hall (clarinete); Steve Jordan (guitarra); Sir Charles Thompson (piano); Walter Page (contrabajo); Les Erskine [#1 a #5], Jo Jones [#6 a #10] (baterías).
Grabaciones realizadas en Nueva York, el 29 de diciembre de 1953 (#1 a #5) y el 29 de noviembre de 1954 (#6 a #10).
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Buck Clayton
The Chronological Classics 1949 ~ 1953
1 - High Tide
2 - Swingin' At Sundown
3 - Who's Sorry Now
4 - Sugar Blues
5 - Blues In First
6 - Blues In Second
7 - Don's Blues
8 - "Uncle" Buck
9 - Buck Special
10 - Night Life
11 - Perdido
12 - B.C. And B.C.
13 - Sweet Georgia Brown
14 - The World Is Waiting For The Sunrise
15 - Whispering
16 - The Syncopated Clock (Sixty Minute Man)
17 - Smooth Sailing
18 - I Want A Little Girl
19 - Blue Moon
20 - Basic Organ Blues
21 - 'S Wonderful
#1 a #7:
Buck Clayton, Merrill Stepter (trompetas); Don Byas (saxo tenor); Charlie Lewis (piano); Georges Hadjo (contrabajo); Wallace Bishop (batería).
Grabados en París, el 10 de octubre de 1949.
#8 a #13:
Buck Clayton, Bill Coleman, Merrill Stepter (trompetas); Alix Combelle, Armand Conrad (saxos tenores); George Kennedy (saxos alto y barítono); André Persiany (piano); Georges Hadjo (contrabajo); Wallace Bishop (batería).
Grabados en París, el 21 de noviembre de 1949.
#14 a #17:
Buck Clayton (trompeta), Kai Winding (trombón), Peanuts Hucko (clarinete), Bernie Leighton (piano), Morey Feld (batería), Johnny Davis (vocalista).
Grabados en Nueva York, en setiembre de 1951.
#18 a #21:
Buck Clayton (trompeta), Marlowe Morris (órgano), Jerome Darr (guitarra), Les Erskine (batería).
Grabados en Nueva York, el 18 de febrero de 1953.
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De pronto Kino pensó que quizá Kamita estuviese vinculado de alguna forma al viejo sauce del patio. Aquel sauce lo había protegido a él y a la pequeña casa. Sin llegar a comprender la lógica, cuando esa idea se le ocurrió, sintió que distintos puntos en aquella historia se conectaban entre sí.
Visualizó la silueta del sauce, con el profuso verdor de sus ramas que colgaban casi a ras de suelo. En verano proyectaba su fresca sombra en el modesto jardín. En los días lluviosos, un sinfín de gotas plateadas brillaba en el tierno ramaje. En los días sin viento, se sumergía profundo y callado en sus pensamientos y, en los días con viento, sacudía indeciso su corazón de un lado a otro. Los pajarillos acudían, se posaban con ligereza sobre las ramas ligeramente encorvadas, entablaban charlas con sus trinos agudos y estridentes y al poco se alejaban volando. Cuando las aves alzaban el vuelo, las ramas permanecían un rato meciéndose gozosamente.
(...)
Dado que con el sauce sólo no bastaba, pensó en la delgada gata gris y recordó cuánto le gustaba el alga nori tostada. Se acordó de Kamita, cuando leía absorto en la barra, de los jóvenes corredores de medio fondo que se entrenaban con rigurosas series de repeticiones en las pistas de atletismo, del hermoso solo de Ben Webster en My Romance (en medio sonaban dos scratches. Ras. Ras). Recordar le será de ayuda. Y afloró en su mente la imagen de su ex mujer, con el pelo corto y un nuevo vestido azul. Ante todo, Kino deseaba que ella tuviera una vida sana y feliz en un nuevo lugar. Ojalá su cuerpo no volviera a sufrir heridas. "Porque ella me pidió disculpas y yo las acepté. Tengo que aprender no sólo a olvidar, sino también a perdonar".
(...)
Las ramas del sauce se mecían suavemente con el viento de principios de verano. En una oscura salita situada en lo más hondo de Kino, una mano cálida se alargaba hacia la suya y se posaba en ella. Con los ojos fuertemente cerrados, Kino sintió el calor de su piel, su tierno grosor. Era algo que había olvidado hacía mucho tiempo. Algo de lo que había estado separado largo tiempo. "Sí, tengo una herida, y muy profunda", dijo en voz alta. Y las lágrimas brotaron. En aquella silenciosa y oscura habitación.
Entretanto, la fría lluvia seguía empapando el mundo.
Ben Webster And Harry Edison
Ben And "Sweets"
1 - Better Go
2 - How Long Has This Been Going On?
3 - Kitty
4 - My Romance
5 - Did You Call Her Today?
6 - Embraceable You
Ben Webster (saxo tenor), Harry "Sweets" Edison (trompeta), Hank Jones (piano), George Duvivier (contrabajo), Clarence Johnston (batería).
Grabado en el Columbia 30th Street Studio, Nueva York, el 6 y 7 de junio de 1962.
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*Hombres sin mujeres*
Este texto es, posiblemente, el relato más desolador de todos, en el que un hombre recibe una llamada a medianoche para anunciarle la muerte de una mujer a la que él conoció en el pasado. Lo terrible de este relato es el modo en que Murakami nos transmite cómo una simple llamada trastoca el orden preconcebido de una persona, con una mala noticia que solo sirve para acrecentar la propia soledad, la convicción de que ciertas pérdidas son irrecuperables. Al final del relato, el protagonista confiesa:
Convertirse en un hombre sin mujer es muy sencillo: basta con amar locamente a una mujer y que luego ella se marche a alguna parte. En la mayoría de los casos (como bien sabrás), son taimados marineros quienes se las llevan. Las seducen con su labia y las embarcan deprisa hacia Marsella o Costa de Marfil. Prácticamente nada podemos hacer frente a ello. También es posible que ellas mismas acaben quitándose la vida, sin haberse relacionado con ningún marinero. Frente a eso tampoco podemos hacer nada. Ni siquiera los marineros pueden.
Sea como fuere, así es como te conviertes en un hombre sin mujer. Todo sucede en un abrir y cerrar de ojos. Y una vez convertido en hombre sin mujer, el color de la soledad va tiñendo hasta lo más hondo de tu cuerpo. Como una mancha de vino que se derrama sobre una alfombra de tonos claros. No importa cuán amplios sean tus conocimientos en labores domésticas, porque eliminar esa mancha será una tarea terriblemente ardua. Quizá el color se vuelva desvaído con el tiempo, pero probablemente la mancha permanecerá hasta que exhales el último suspiro. Es una mancha cualificada y, como tal, también tendrá su derecho a manifestarse en público de vez en cuando. No te quedará más remedio que vivir con la suave transición de su color y con su contorno polisémico.
En ese mundo, todo suena de distinta manera. La forma de tener sed es distinta. El modo en que el pelo crece es distinto. La manera de atenderte de los empleados de Starbucks es distinta. Los solos de Clifford Brown también suenan distintos. La puerta del metro se abre de manera distinta.
(...)
Para los hombres sin mujeres, el mundo es una mezcolanza vasta e intensa, es la otra cara de la Luna en su totalidad.
Clifford Brown And Max Roach
1 - Delilah
2 - Parisian Thoroughfare
3 - Daahoud
4 - Joy Spring
5 - Jordu
6 - The Blues Walk
7 - What Am I Here For?
8 - These Foolish Things
9 - The Blues Walk (alternate take)
10 - Daahoud (alternate take)
11 - Joy Spring (alternate take)
Clifford Brown (trompeta), Harold Land (saxo tenor), Richie Powell (piano), George Morrow (contrabajo), Max Roach (batería).
Grabaciones realizadas en:
Capitol Studios de Hollywood, el 2 (#1 y #2), el 3 (#5) y el 6 (#3, #4, #8, #10 y #11) de agosto de 1954.
Capitol Studios de Nueva York, el 24 de febrero de 1955 (#6, #7 y #9).