Hace exactamente 7 años, Quintaesencia presentó el único y obscure álbum del "misterioso" Peter Earl Anderza.
Vale la pena volver a publicarlo, pero esta vez sumándole las también obscure dos pistas que vendrían a completar "la discografía completa" de este olvidado saxofonista nacido en Los Angeles, California, el 24 de octubre de 1933.
Como en 2015, y por ser la mejor reseña que figura en la web, conservaremos la misma nota que el periodista argentino Eduardo Hojman realizara para la publicación española Cuadernos de Jazz:
Earl Anderza tenía todas las cartas para pasar a la historia del jazz en un lugar más que digno, como un saxofonista capaz de combinar con muy buen gusto los juegos vanguardistas de Dolphy y Coltrane con un sentido muy terrenal del ritmo y algún que otro guiño al funk que ya asomaba en los temas más populares del hard bop.
A pesar de que mantenía un firme sentido de la organización en su música, y que no tenía remilgos en usar las más típicas estructuras del blues, algunos lo habían comparado con Ornette Coleman en cuanto a sus audacias armónicas. Pero todas estas especulaciones se originan en un solo disco, después del cual Anderza desapareció, y los escasos datos que circulan sobre su historia nos ofrecen la posibilidad de una pesquisa tan fascinante como su música. ¿Qué pasó con Earl Anderza? A continuación, algunas respuestas posibles.
Sabemos, por las notas de su único disco como líder, que Anderza empezó a estudiar saxo y clarinete a los 12 años y que reconocía como influencias a Charlie Parker y Lee Konitz, y que compartió con Eric Dolphy a un profesor, Lloyd Reese, quien les enseñó a ambos a extender el rango de sus instrumentos, lo que explica sus similitudes con Dolphy. Anderza podría haber sido uno de los líderes de la vanguardia, pero después de este disco, desapareció. Entonces, de pronto, un dato, un testimonio: Anderza fue encarcelado en la prisión de San Quintín. Al parecer, salió de la cárcel sólo para grabar este disco y luego volvió a ingresar, y nunca se supo nada, o casi nada más de él. "Cuando un músico entra en prisión, desaparece", dice el periodista francés Pierre Briançon, autor de un libro sobre los músicos de jazz que pasaron por San Quintín. "Para la historia oficial del jazz, es como si Earl Anderza jamás hubiera existido, salvo por ese disco", continua Briançon, quien, al parecer, recibió una carta de la sobrina de Anderza donde le contaba que éste había muerto en 1982, antes de cumplir 50 años. ¿Qué llevó a Anderza a la cárcel? Adicción, que era un delito en la época, sería lo más probable. Otros hablan de incesto. Aparece un nuevo testimonio: "Earl Anderza y yo fuimos compañeros de celda en la prisión municipal de San Francisco", dice un tal Joey Tranchina, "y nos hicimos amigos. Hablábamos de música, de libros y de nuestras vidas, mientras esperábamos que nos trasladaran a diferentes prisiones". Otro prisionero luego le contó a Tranchina que una Navidad, "Anderza estaba en su celda, derramando su alma en cada nota del saxo, y esos sonidos, dulces y tristes, llegaron a los otros presos y provocaron un motín en toda regla: los internos gritaban y quemaban colchones hasta que hubo que cerrar la prisión de Folsom, para silenciar el sonido del alma encarcelada del saxofonista".
Outa Sight, opus único de Anderza, es una pequeña joya: consiste en standards tocados con alegría y sutileza. Anderza plantea los temas con más de un guiño parkeriano y un sonido lleno de matices en su saxo alto, y luego improvisa extendiendo los límites armónicos muy en el estilo de Dolphy. Hay, también, composiciones del mismo Anderza que no se alejan demasiado de los blues ideales para las sesiones de improvisación. Para mayor disfrute, los temas son cortos, todo se dice de manera económica y concisa, lo que da mayor contundencia a cada frase, a cada nota. El pianista Jack Wilson cobra de pronto prominencia cuando pasa al clavicordio, lo que no suena nada mal, y pone en escena un toque funky que en otros temas se insinúa. Escuchar este disco, un perfecto ejemplo de aquella dulce época en que el swing y la vanguardia no eran enemigos, es un placer ambivalente, porque suena a un prometedor futuro que, retrospectivamente, sabemos que se truncó; suena, también, a una historia mal contada, inconclusa, perdida. Como la vida misma de Anderza, ese misterioso saxofonista que salió un día de la oscuridad para grabar estos sonidos luminosos, estimulantes y celebratorios de la vida y luego se perdió oscuro en la noche, resonando apenas en rumores carcelarios, que ni siquiera alcanzan, ni son lo suficientemente extraños, como para alimentar una razonable leyenda.
Earl Anderza
Outa Sight
1 - All The Things You Are
2 - Blues Baroque
3 - You'd Be So Nice To Come Home To
4 - Freeway
5 - Outa Sight
6 - What's New?
7 - Benign
8 - Lonesome Road
9 - I'll Be Around
10 - Freeway (alternate take)
11 - Benign (alternate take)
Earl Anderza (saxo alto), Jack Wilson (piano y clavicordio), George Morrow [#1, #2, #4, #5, #6] y Jimmy Bond [#3, #7] (contrabajos), Donald Dean (batería).
Grabado en Pacific Jazz Studios, Los Angeles, California, en marzo de 1962.
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Tres meses después de la grabación de Outa Sight, Earl Anderza volvió a los estudios. Registró dos temas que, según una nota del 9 de mayo de 1963 de la publicación Down Beat, podrían haber formado parte de un disco que el productor Dick Bock estaba ideando con artistas del sello Pacific Jazz —posiblemente bajo el título West Coast Jazz, 1963—, o bien podría haber sido pensado como material para un nuevo disco. Ninguna de esas opciones se plasmó y como nunca tuvieron "un lugar" para ser incluidos, hubo que esperar más de cuarenta años para que vieran la luz.
En 2007, el sello Mosaic Records reunió, en un triple CD, Las grabaciones editadas e inéditas del pianista Onzy Matthews. En esa recopilación se incluye un tema que iba a formar parte del disco Tobacco Road del vocalista Lou Rawls, el cual contaba con Matthews como músico de sesión.
Ese mismo día —quizá estaba en la misma cinta maestra—, Earl Anderza registró los dos temas en cuestión y, como lo expresa Michael Cuscuna, el productor de la colección: "Había espacio y decidimos agregar estos dos descubrimientos, para cerrar el primer CD".
Se trató pues de una "curiosidad" extra, ya que Earl Anderza y Onzy Matthews nunca grabaron juntos. Simplemente de deben haber cruzado en algún pasillo de los estudios de Pacific Jazz Records.
Más coherente fue la decisión del sello Uptown que, en 2008, "reveló" grabaciones nunca editadas del trompetista Dupree Bolton, otro "misterioso" y obscure músico que nunca grabó bajo su nombre, aunque se volvió icónico por eso mismo, precisamente. La colección titulada Fireball está formada por registros de un capítulo del célebre programa de televisión "Frankly Jazz" del disc jockey Frank Evans —en el cual Bolton aparece formando parte del grupo del saxofonista Curtis Amy—, grabaciones de la no menos curiosa y célebre Oklahoma Prison Band, registradas en dicha penitenciaría con Dupree Bolton junto a compañeros del correccional, y las dos elusivas pistas de Earl Anderza liderando un sexteto en el que también figura Bolton, grabadas en aquella olvidada sesión de junio de 1963.
Para no "contaminar" la presencia estelar de Anderza, agregamos aquí dichas grabaciones, extraídas de la excelente edición del sello Uptown.
Earl Anderza Sextet
Pacific Jazz Session
1 - Joe And I
2 - Midnite Lament
Earl Anderza (saxo alto), Dupree Bolton (trompeta), Hadley Caliman (saxo tenor), Roosevelt Wardell (piano), Clarence Jones (contrabajo), Chuck Carter (batería).
Grabado en Pacific Jazz Studios, Los Angeles, California, el 30 de junio de 1963.
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La corta y turbulenta vida de Anderza estuvo signada por varias incursiones a la cárcel debido a problemas con la droga. Estuvo en la prisión de California a principios de 1960, y en San Quintín desde mayo de 1959 hasta octubre de 1962. Salió para realizar estas pocas grabaciones y volvió a San Quintín de junio a septiembre de 1964, donde conoció a Bolton y tocó con Art Pepper, entre otros.
Earl Anderza murió en Chicago, Illinois, en 1982.