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Para aquellas personas que todavía no creen en las invasiones biológicas, les recomiendo un paseo por la costa oeste de Gran Canaria, entre Agaete y La Aldea de San Nicolás. En las zona de Guayedra y El Risco se está produciendo desde hace algunos años una proliferación de rabo de gato (Pennisetum setaceum) que ya ha alcanzado la base de Tamadaba, y cuyo único límite parece ser el pinar. Esta invasión está poniendo en peligro muchas especies que tienen esa zona de la isla como refugio (Descurainia artemisoides, Tanacetum oshanahanii, etc.), y que crece incluso en las franjas de tierra de los acantilados de Andén Verde, poniendo en riesgo otras plantas amenazadas como Argyranthemum lidii, Lotus callis-viridis, Limonium benmagecii, etc.). Sirva de muestra la imagen que acompaña a esta entada: una visión de los riscos de Tamadaba en la que se aprecia el recubrimiento casi al 100% de Pennisetum en las laderas orientadas al SO. En las imágenes de satélite es bien visible como Pennisetum recubre las laderas con esta orientación, mientras que en las orientadas al NE, más húmedas, aunque está presente, las especies autóctonas logran "controlar" su proliferación. Otro problema añadido, o quizá sea el mismo, es la presencia de cabras guaniles o cimarronas en esta zona. Hasta hace poco existía un rebaño de tamaño considerable en el barranco de Guayedra, y ésta ha sido tradicionalmente una zona ganadera importante. Hoy quedan cabras dispersas por todo el área, incluso en los andenes de Tamadaba, que comen las especies locales y no el Pennisetum, con lo que favorecen su proliferación. Sin duda es un problema sobre el que debe actuarse ya, investigando primero cuál es el sistema de control más eficaz y menos impactante, y aplicándolo.