El árbol de seda, Calotropis procera es una especie que alcanza los 6-8 m de alto, con tronco de corteza similar al corcho, de grandes hojas opuestas, y flores vistosas que producen frutos similares a un pequeño melón, pero huecos, conteniendo semillas provistas de penachos de pelos blancos que facilitan la dispersión de las semillas. Se trata de un arbolillo propio del norte de África, desde Marruecos y el antiguo Sahara español, hasta Pakistán e India, siempre en zonas áridas.
En Canarias se encuentra citada en Fuerteventura y Gran Canaria, a donde, se supone, llegaría como especie cultivada en jardinería (para ver más información de la especie pueden consultar los siguientes enlaces: http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies-amenazadas/calotropis_procera_2013_tcm7-306955.pdf; http://es.wikipedia.org/wiki/Calotropis_procera) Independientemente de cómo llegase, hoy se encuentra perfectamente asentada en cauces de barrancos de todo el sur de Gran Canaria, además de en Fuerteventura, desde Playa del Inglés hasta el Bco. de La Aldea. Aparece tanto en lugares próximos a urbanizaciones como en lugares más alejados de éstas, y su capacidad de dispersión es muy elevada.
Su presencia, sobre todo en zonas donde su población es importante, aporta al paisaje un aspecto norteafricanao, sahariano. Queremos traer aquí el caso concreto de la zona denominado La Maleza, situada entre la autopista del sur de Gran Canaria (GC-1) y la carretera GC-500, a la altura de la Playa del Cochino (entre Las Burras y Playa del Inglés) (ver imagen)
Se trata de un llano formado por la confluencia de varios barranquillos que proceden de Amurga y forman esta planicie aluvial, con cantos rodados, arcillas y arenas. Sobre este lugar se asienta una magnífica formación de fondo de barranco con cardones enormes (Euphorbia canariensis), balos (Plocama pendula), tabaibas dulces gigantes (Euphorbia balsamifera), y un largo elenco de especies endémicas o autóctonas: Euphorbia regis-jubae, Lavandula minutolii, Kickxia scoparia, Schyzogine glaberrima, Hyparrhenia sinaica, Tricholaena teneriffae, Artemisia ramosa, Asparagus arborescens, y muchas más. En esta formación, uno de los ejemplos más importantes de este tipo en Gran Canaria, se encuentran varias especies invasoras, como la tunera india (Opuntia dillenii), el rabo de gato (Pennisetum setaceum), el aromero (Acacia farnesiana), el mato azul (Maireana brevifolia), etc. Pero la que más destaca por su porte es sin duda Calotropis proceras, con varias decenas de ejemplares, algunos de muchos años de edad. Mostramos aquí varias imágenes de la zona, tanto de las especies autóctonas y endémicas como de las invasoras, sobre todo de Calotropis, para que puedan darse una idea de la situación actual de la zona.
El lugar, tan proximo al área turística, sería ideal para la realización de una especie de zona habilitada como jardín botánico, que sirviera para que, foráneos y naturales de las Islas, conociésemos un poco mejor la riqueza natural del sur de la Isla, tan machacada y menospreciada.
Grupo de especies características de esta formación de fondos de barrancos canarios en la zona baja, de izquierda a derecha; balo (Plocama pendula), cardón (Euphorbia canariensis) y tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera)
Aunque Calotropis procera es la especie invasora más llamativa del lugar, sin duda la más peligrosa y de rápida dispersión es el mato azul (Maireana brevifolia), que ocupa ya buena parte del lecho antropizado del llano. En la imagen este mato azul ocupa y cubre varios ejemplares de Schyzogine glaberrima, un endemismo grancanario y tinerfeño.