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martes, 31 de octubre de 2023

El castañero (Castanea sativa), una especie introducida, con potencial invasor, ahora amenazada.

    Estamos cerca del día de los finaos, el 1 de noviembre, y la gente se pregunta porqué no hay castañas del país en el mercado. Vamos a hablar del castaño.

    La discusión sobre si el castaño o castañero debe considerarse una especie invasora en Canarias está planteada desde hace años. En 2011 apareció en el primer decreto nacional sobre el catálogo de especies exóticas invasoras como especie potencialmente invasora, lo que abrió la caja de los truenos, cayendo sobre este documento legal todas las iras de colectivos públicos y privados, que decían que el castañero, junto al almendrero y a otros "frutales forestales", debían sacarse de cualquier lista de especies introducidas e invasoras (ver nuestras entradas sobre el tema, http://invasionesbiologicas.blogspot.com/search/label/Castanea%20sativa). Hoy esa discusión permanece entre los científicos y administradores, pero de momento oficialmente no se trata como una especie invasora necesitada de gestión. Eso no impide que sí haya conseguido permanecer en nuestros montes de forma autónoma, produciendo nuevos individuos de forma natural, ocupando nuevos territorios, o cuanto menos impidiendo a la vegetación natural regenerarse. Esto es muy visible en islas como La Palma, donde el caso ha sido denunciado varias veces (https://www.eldiario.es/canariasahora/lapalmaahora/sociedad/castano-monteverde-brena-alta-arnoldo-santos_1_4369204.html)     

    En el resto del mundo, el castañero es considerado invasor en 26 países, desde América del Norte, Australia, Asia, etc. (https://www.gbif.org/es/species/5333294; https://www.invasive.org/browse/subinfo.cfm?sub=12175).

 
Aspecto de un castaño (Castanea sativa) joven en floración

Detalle de las inflorescencias masculinas

Inflorescencias femeninas en proceso de maduración

Castaña germinando en la naturaleza. Las poblaciones actuales de castañeros se mantienen por sí solas, sin ayuda del ser humano. Es una planta perfectamente asilvestrada.

    Pero todo esto no es nuevo, es simplemente un problema sin resolver que ya dura muchos años. El caso es que ahora el castañero está amenazado al parecer por un hongo, Phytophthora cambivora, y al menos en Gran Canaria, en las zonas de medianías del norte, está seriamente amenazado. En algunos municipios, como Valleseco o Teror, el hongo ya ha causados efectos devastadores sobre la importante población de estos árboles en ambos municipios (https://www.canarias7.es/canarias/valleseco-auxilia-a-sus-castanos-GY8274844).

    En lugares emblemáticos como la Laguna de Valleseco o la Finca de Osorio, los viejos castaños están muriendo. En ocasiones son reemplazados por variedades más resistentes al ataque del hongo, de origen americano o asiático, pero en los castañares asilvestrados este reemplazo no se produce y el castañar reduce su extensión.

Viejos castañeros muertos en Osorio (Teror, Gran Canaria)

Nódulos observables en el tronco de los ejemplares muertos


Castañero joven afectado por el hongo. Sus hojas se secan y caen de golpe.
 

Castañar de Osorio en 2003. Los árboles más abundantes, de color verde brillante son los castaños. Los verde oscuro de la derecha son alcornoques (Quercus suber)


El mismo lugar en 2019. Los castañeros situados en la parte de abajo de la imagen, la parte alta de la finca, han muerto y sólo quedan en buenas condiciones los de la parte inferior, próximos al barranquillo.
Mismo lugar en 2023. Los claros formados en el castañar se ocupan por especies de monte verde y por alcornoques, los puntos verde oscuro más grandes.
 

    Este es un problema similar a lo que está ocurriendo con las tuneras (Opuntia maxima) y la cochinilla grana mexicana (Dactylopius opuntiae), que está barriendo con estas plantas en La Palma y Tenerife, después de haberlo hecho en el norte de África. Y no debería ser una alegría, ya que por muy conservacionista que se sea, no se deja de reconocer la importancia etnobotánica de estas plantas en las Islas. Deberíamos ser capaces de mantener nuestras costumbres sin afectar al medio ambiente. Esto no puede consistir en desear la desaparición de ciertas especies, por muy invasoras que sean, sino de procurar que no se produzca el daño que ocasionan al medio.

 

domingo, 15 de noviembre de 2020

El síndrome del peluquero de Manolito: un mal de los que luchan contra las plantas invasoras.

    Sirva como homenaje al gran dibujante Quino, recientemente fallecido.

    Si alguien quiere saber de filosofía, política, socilogía, o de casi todo, no tiene que hacer otra cosa que leer las tiras cómicas de Mafalda, o dicho de otro mundo, aprender de las lecciones que imparte Quino a su través.

    En relación a la lucha contra las plantas invasoras, Quino nos muestra, indirectamente pero de forma magistral, lo que sienten los encargados de la eliminación de muchas especies vegetales invasoras. Y lo hace con esta tira:

(tomado de https://stryptor.herokuapp.com/mafalda/02-210)

    Ese es el punto de vista de Manolito, pero, ¿alguien piensa en su peluquero? Este profesional que, al poco tiempo de su trabajo, ve inútil su esferzo. A esa sensación puede llamarse sin duda el síndrome del peluquero de Manolito.

    Así deben sentirse los que intentan eliminar un cañaveral de Arundo donax a las pocas semanas de realizado el esfuerzo

    O los que siegan los ejemplares de Nassella neesiana de los márgenes de una pista.

Imagen de la siega


Mismo sitio a los pocos meses.

    Todas las imágenes se han obtenido en los alrededores de Osorio, en Teror (Gran Canaria). La esperanza es que esos árboles (Morella faya en su mayoría) plantados entre el cañaveral talado crezcan rápido, y repetir varias veces el tratamiento a las cañas. Con las poblaciones de Nassella no se sabe muy bien cuál es la estrategia.

    Pero hay que seguir intentando conocer cómo evitar que a Manolito le crezca otra vez el pelo, sin matar a Manolito, claro.



lunes, 6 de julio de 2020

Restos de podas. Así se dispersan algunas especies invasoras en espacios naturales.

    El tema de los restos de podas y de su mala gestión en los ambientes rurales, ya ha sido tratado en este blog (http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2017/06/los-residuos-de-jardineria-y-podas-un.html), y también el de los ajardinamientos con plantas invasoras en zonas protegidas cercanos a espacios naturales de alto valor natural (http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2019/12/ajardinamiento-de-zonas-rurales-mucho.html). Pero traemos aquí la consecuencia de ambos problemas, un ejemplo claro del perjuicio que ambos están ocasionando en muchos puntos de nuestras islas.
    Y la muestra se ha producido en el jardín aludido en la entrada de diciembre del año pasado, 2019. Recordemos que este ajardinamiento se encuentra en el borde del Parque Rural de Doramas y de la Finca de Osorio, emblema natural de la isla de Gran Canaria. Esta zona fue plantada con varias especies exóticas invasoras catalogadas, como Carpobrotus edulis, Austrocylindropuntia subulata Opuntia ficus-indica o Paraserianthes lophanta, y otras no catalogadas pero también con potencial invasor, como Agave attenuata, Crassula argentea, Solanum marginatum o Tithonia diversifolia.
Pues bien, el pasado mes de junio aparecieron cerca de dicho ajardinamiento, a escasos 150 m, restos de poda claramente procedentes del mismo, con Hedera helix, Carpobrotus edulis y Solanum marginatum como elementos más apreciables. Este pasado fin de semana, ya en julio, las plantas cortadas se habían secado y marchitado y aparecían claramente entre los restos las verdes ramas de Carpobrotus aparentemente ya enraizadas o en proceso de hacerlo, con los frutos del Solanum y otros muchos propábulos y semillas de las especies invasoras del jardín del que proceden estos restos. 
Lamentablemente, los 150 m de distancia entre el jardín y los restos se recorrieron hacia el interior del espacio protegido, al borde de una zona donde se ha repoblado con especies de monte verde, al lado de un matorral de zarzas, escobones, codesos y helechos, es decir, en zonas seminaturales en progresión.
    Es necesario, no sólo eliminar esos restos de poda y con ellos la posiblidad de que especies muy peligrosas para el entorno, como Paraserianthes lophanta, inexistente hasta el momento en la finca de Osorio, sino, sobre todo, eliminar estas prácticas formando al personal que se encarga de la creación y mantenimiento de estos ajardinamientos rurales. Esta labor sería muy útil, poco costosa y de gran impacto en la resolución de un gran problema ambiental. 
   Más vale prevenir.


Zona ajardinada, con las especies mencionadas: Paraserianthes lophanta, Opuntia, etc.

El borde inferior de Carpobrotus y Hedera, es el objeto de la poda, ya que crece tapizando la carretera y produce molestias al escaso tráfico de la zona.


 Localizaciones del jardín y de la zona donde se depositaron los restos de poda

Restos de poda a principio de junio de 2020. Lo reciente de la poda mantiene frescas las ramas de hiedra. La tierra que acompaña a la poda, procedente de la zona ajardinada, puede contener semillas y propábulos de las plantas que conforman el jardín.

 Los mismos restos de poda el 3 de julio de 2020. Las ramas de hiedra, ya secas, dejan ver las partes verdes y en proceso de enraizamiento de Carpobrotus edulis. También son visibles gran cantidad de frutos de Solanum marginatum.

martes, 23 de julio de 2019

Comportamiento de las gallinas asilvestradas en Osorio (Teror-Gran Canaria)

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     Para quien no la conozca, la Finca Osorio, en Teror (Gran Canaria) es un espacio incluido en el Parque Rural de Doramas, propiedad del Cabildo de Gran Canaria y que, en la actualidad, está transformándose en uno de los núcleos donde mejor se reunen los conceptos de educación ambiental, regeneración de ecosistemas, paisaje y agricultura tradicional, y no siempre es algo sencillo. En definitiva se trata de un lugar con valores naturales y culturales que deben conservarse. Pero para ello es importante gestionar esta mezcla de plantas y animales relacionadas con la agricultura y ganadería tradicional (castañeros, robles, alcornoques, nispereros, plantas ornamentales, gallinas), con las plantas propias del monte verde que se potencian con repoblaciones (madroños, fayas, laureles, viñátigos, etc.).
    Un ejemplo de esta mixtura, a la que ya hemos dedicado alguna entrada, es el de las gallinas asilvestradas (Gallus gallus). No son gallinas camperas que sean aprovechadas por el agricultor, que también las hay en Osorio, sino gallinas asilvestradas, que viven y se reproducen en medio del monte, y que como mucho, son un motivo de diversión para los niños, y no tan niños, que visitan el entorno.
    Hasta ahora hemos hablado en el blog del efecto negativo que producen sobre el suelo, removiendo la hojarasca y erosionando el mantillo, pero además hemos podido ver varias veces gallinas subidas a los árboles, no sabemos si buscando protección o alimento. Esto último es muy probable ya que las veces que se ha observado este comportamiento siempre ha sido sobre laureles o loros (Laurus novocanariensis), que están cargados de frutos en la actualidad. Es un hecho conocido que las gallinas suelen subirse a los árboles para dormir tranquilas, pero la hora de los avistamientos que se muestran en el vídeo que acompaña a esta entrada, son de actividad normal de estos animales.
    De alguna manera hay que gestionar este problema, primero conocer el impacto real, cuantificarlo, y, si es necesario, poner soluciones. Mientras se hace, no olviden mirar hacia arriba si caminan alguna vez bajo un laurel en su visita a Osorio, pueden llevarse una sorpresa.



Gallinas al atardecer en la Cruz de Tejeda. Se disponen a dormir en las ramas de un viejo castañero.



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Las especies invasoras en el año internacional de la Biodiversidad