Mostrando entradas con la etiqueta Arbutus unedo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Arbutus unedo. Mostrar todas las entradas

sábado, 5 de octubre de 2019

Arbutus ×androsterilis, el híbrido entre A. unedo y A. canariensis, localizado en Gran Canaria.

    Ya hemos hablado del híbrido natural entre Arbutus unedo y A. canariensis, Arbutus ×androsterilis (ver http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2017/07/arbutus-xandrosterilis-un-hibrido-entre.html). Se trata de un árbol de carcaterísticas intermedias entre los parentales: tronco escamoso, nunca llega a ser liso, hojas anchas y largas, lustrosas, sin pelos glandulares, flores en inflorescencias colgantes, con muchas flores blancas, pequeñas, que tampoco tienen pelos glandulosos.  Hasta ahora se encontraba sólo citado en Tenerife, limitado a una zona entre el Acebiñal y El Pinar de Las Raíces, en el municipio de El Rosario. La presencia en Gran Canaria era muy complicada, ya que, aunque en esta isla también crecen los parentales, la escasa presencia de ambos hacía muy difícil su hibridación. En los últimos años, tras las múltipes reintroducciones realizadas con el madroño canario la cosa ha cambiado. De momento se ha localizado en cinco localidades: Tamadaba, Cruce de Fontanales, Osorio, Jardín Canario y El Madroñal. En unas ocasiones se trata de ejemplares en jardines, y en otras se localizan entre ejemplares de A. canariensis reintroducidos. 
    La cita de este híbrido se realiza en el artículo, "Novedades y precisiones sobre la distribución de las especies del género Arbutus L. (Ericaceae) en Gran Canaria (Islas Canarias)", publicado en la revista Botánica Complutensis y cuyos autores, Marcos Salas Pascual y Eliseo A. Déniz Suárez, tratan además de la correcta distribución de las especies del género presentes en Gran Canaria (ver en https://revistas.ucm.es/index.php/BOCM/article/view/65891).
    Además de esta primera cita para la flora grancanaria se citan nuevas localidades para Arbutus unedo y se precisan las poblaciones naturales de A. canariensis presentes en Gran Canaria. 
    Es importante pensar en que, si bien el madroño mediterráneo está incluido en el catálogo nacional de especies exóticas invasoras, y por tanto se sabe cuál es su tratamiento legal y qué se puede hacer para disminuir su efecto negativo sobre las poblaciones del madroño canario, el híbrido no está en ningún catálogo ni listado, y su presencia puede ser tan negativa como su parental mediterráneo.
     Esperemos que esto cambie en poco tiempo y que se tomen medidas para evitar la pérdida de diversidad genética en la especie endémica de Canarias.
    
 
 Tronco, hojas y frutos del madroño híbrido, Arbutus ×androsterilis, en el Jardín Botánico Viera y Clavijo de Las Palmas de Gran Canaria.
 Inflorescencia del híbrido. El Madroñal (Santa Brígida).
 
 Frutos, flores y hojas de Arbutus unedo en el Barranco de Los Cernícalos, Telde.

  

Inflorescencia, flores, hojas y tronco de Arbutus canariensis. Este ejemplar crece en el vivero de la Finca de Osorio y se plantó a partir de semillas recogidas en Tamadaba. Durante muchos años fue el ejemplar del que se obtenían los frutos y semillas para producir nuevos inidividuos.
Gigantesco ejemplar de Arbutus unedo. Se encuentra a escasos 200 metros del vivero de la Finca de Osorio donde se encuentra el madroño canario de la foto anterior.



domingo, 23 de julio de 2017

Arbutus xandrosterilis: un híbrido entre Arbutus canariensis y Arbutus unedo que sigue aumentando su distribución.

En 1993 se describió Arbutus xandrosterilis, el híbrido natural entre el madroño canario (Arbutus canariensis) y el madroño mediterráneo (Arbutus unedo) en la zona entre El Acebiñal y Las Raíces, en el municipio de La Esperanza (Tenerife) (confirmar en Arbutus xandrosterilis, a New Interspecific Hybrid between A. canariensis and A. unedo from the Canary Island. M. Salas Pascual, J. R. Acebes Ginovés and M. del Arco Aguilar, Taxon 42(4) (Nov., 1993), pp. 789-792).En aquel momento encontramos unos 5 ejemplares que claramente eran híbridos entre ambas especies. En la zona crecían entre 5 y 10 ejemplares de Arbutus unedo, algunos de gran tamaño, y no encontramos ejemplares de Arbutus canariensis, salvo un grupo plantado a unos 3 km en la carretera próxima.
Este año se cumplen los 25 años de su localización. Hasta hoy lo más significativo para las especies tratadas en esta entrada han sido dos hechos principales:
* En 2003 se realizó un proyecto de control de especies introducidas en el Paisaje Protegido de Las Lagunetas que incluía esta especie (Estudio no publicado elaborado en 2003 titulado "Proyecto de control de especies vegetales exóticas invasoras en los Espacios Naturales Protegidos Forestales. T-29 Paisaje Protegido de Las Lagunetas."). Tras este proyecto según https://www.miteco.gob.es/gl/biodiversidad/temas/conservacion-de-especies/arbutus_unedo_2013_tcm37-69808.pdf, se eliminaron la mayor parte de los ejemplares de Arbutus unedo.
* Desde entonces se han realizado diversas campañas de repoblación de toda la zona con especies autóctonas, entre las que destacan muchos ejemplares de Arbutus canariensis. Debido a esto y a la progresión natural de la especie, en toda la zona donde habitaba el híbrido son hoy abundantes los individuos jóvenes del madroño canario, desde los recién plantados hasta árboles de 5-8 m de altura.

   Pero lamentablemente todas estas actuaciones no han conseguido eliminar ni a los ejemplares de madroño mediterráneo ni la existencia de híbridos entre ambos.
   Por lo visto en una visita realizada hace pocas semanas a la misma zona donde se encontró el híbrido por primera vez, la presencia del madroño canario ha aumentado en gran medida, siendo ya una especie común en el sector, y los madroños mediterráneos son ya muy raros, limitándose a algunos tocones rebrotados y a algunos ejemplares jóvenes que pueden ser incluso híbridos muy similares a Arbutus unedo. Los híbridos son más abundantes ahora que hace 25 años. Algunos han crecido hasta convertirse en árboles corpulentos. Pudiéndose encontrar toda una gama de ejemplares intermedios entre ambos parentales.
   Este caso deja clara la dificultad de eliminación de una especie introducida y de sus híbridos.
Acompañan a esta entrada varias fotografías de Arbutus xandrosterilis, de la variabilidad de las hojas de estos híbridos, con relación a la de los parentales, y una imagen de la zona que ocupa hoy este híbrido y que visitamos.

 
 Diversidad foliar de Arbutus xandrosterilis. Las hojas de los extremos son de los parentales, A. canariensis a la izquierda y A. unedo a la derecha.
 Tronco de un ejemplar adulto de Arbutus canariensis. La corteza es lisa y suave, y con el tiempo, se desprende en láminas finas, como se ve en la imagen siguiente


 Corteza de Arbutus xandrosterilis. En su color puede ser similar a la de Arbutus unedo, imagen inferior, o más parecida a la del madroño canario, como la de la imagen superior, pero siempre mantiene la rugosidad y las escamas alargadas.

Corteza y tronco de Arbutus unedo. En la zona de la Esperanza no vimos ya ningún ejemplar de grandes dimensiones, por lo que traemos aquí una imagen de Arbutus unedo de la población de El Montañón, en San Mateo, Gran Canaria.

 Los ejemplares de Arbutus unedo de La Esperanza son jóvenes o rebrotes, como el que se aprecia en la imagen.


 Zona próxima a Las Raices con abundancia de Arbutus canariensis.

 Hojas y ramas terminales de Arbutus xandrosterilis. Sin pelos glandulares.

 Flores e inflorescencia de Arbutus canariensis. Nótese el abundante tomento glandular y el porte erecto de la misma.

 Flores e inflorescencia de Arbutus unedo. Más pequeñas, péndulas y sin pelos glandulares.

Flores e inflorescencia de Arbutus xandrosterilis. Aunque es muy variable, como en cualquier híbrido, se caracteriza por su porte colgante, menor tamaño de las flores y pelos glandulares casi inexistentes. La abundante ramificación de la inflorescencia, como se aprecia en la imagen, es un caracter que no se muestra en todos los individuos.
 Zona prospectada donde pueden encontrarse ejemplares dispersos de A xandrosterilis y A. unedo.
Arbutus unedo también está citado como asilvestrado en Gran Canaria, además de encontrarse varios ejemplares cultivados. Se está estudiando ahora la presencia del híbrido, Arbutus xandrosterilis, en esta isla.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Interacciones entre especies exóticas y autóctonas: el quid de la cuestión

   Es interesante fijarse en el modo en que las especies introducidas, invasoras o no, interaccionan con otras especies, ya sean autóctonas o no. Este hecho es quizá el punto más importante que hace de una especie introducida, una invasora. Aunque ya se ha hablado en este blog de algún ejemplo de esta relación y de su efecto sobre la capacidad invasora de determinadas especies: Acacia farnesiana-conejo europeo, lagartos canarios-Opuntia spp. (ver http://invasionesbiologicas.blogspot.com.es/2010/12/las-especies-exoticas-como-ingenieros.html), traemos aquí dos nuevas muestras de la importancia de esta relación.
   El primero nos la ofrece Esperança Alomar desde La Palma, y se trata de la avispa autóctona, Ancistrocerus haematodes, perforando las flores de Arbutus unedo, un árbol de origen mediterráneo asilvestrado en Tenerife y Gran Canaria y que hibridiza con el endémico madroño canario (Arbutus canariensis), para poder alcanzar el néctar de su interior, al que no tiene acceso por su tamaño. Esta forma de acceder a la recompensa sin hacer el trabajo de ayudar a la polinización no debe ser lo pretendido por la especie vegetal de origen mediterráneo, por lo cual pierde ocasión de fecundar sus flores, crear frutos y propagarse. En este caso la interacción es negativa para la especie introducida.
   El segundo ejemplo ha sido captado en Gran Canaria, en concreto en el Jardín Botánico Viera y Clavijo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Allí viven desde hace años, en semilibertad, varios ejemplares del pato criollo, Cairina moschata, los cuales han logrado reproducirse con éxito en esa zona. Pues bien, se ha detectado, tal como muetran las imágenes que acompañan a esta entrada, que los polluelos de este pato, así como seguramente también los adultos, se alimentan de los frutos del uvero de mar, Coccoloba uvifera, un pequeño árbol caribeño muy frecuente en los jardines de las costas canarias. ¿Podrán estos patos ser los vectores que permitan el asilvestramiento del uvero de mar? Lo veremos con el tiempo, pero es sin duda un caso claro de interacción positiva entre estas dos especies exóticas en Canarias.

 Ancistrocerus haematodes perforando la flor de un madroño mediterráneo (Arbutus unedo)

 Aspecto de las flores de Arbutus unedo tras la acción de la avispa. Estas flores podrán ser visitadas por varios potenciales polinizadores sin cumplir esta función reproductiva. Esta imagen y la anterior están en esta entrada gracias a la generosidad infinita de Esperança Alomar. Gracias.

 Adulto de Cairina moschata conduciendo a sus crías por los senderos del Jardín Botánico Viera y Clavijo hasta su lugar de alimentación.

Adulto y crías alimentándose de los frutos rojos, maduros, de Coccoloba uvifera.
Detalle de un patito "atacando" una baya de Coccoloba uvifera. ¡Que aproveche!

jueves, 5 de noviembre de 2009

150 aniversario de El Origen de las Especies. La evolución y las especies invasoras.

Celebramos este año el 150 aniversario de la publicación de El Origen de las Especies, por Charles Darwin, y se han realizado multitud de publicaciones y actos para conmemorar esta fecha. Desde este blog queremos sumarnos a la celebración reflexionando sobre cómo pueden influir las invasiones biológicas al proceso evolutivo.
La diversidad de la naturaleza y la selección natural son dos de los motores que hacen avanzar la evolución, y sobre ambos aspectos influyen de gran manera las invasiones biológicas. Quizá sea mejor poner ejemplos para comprender el fenómeno, y situarlo en el ámbito insular que tenemos más próximo.
Existen aspectos singulares en la evolución en islas, algunos de ellos son el gigantismo y la pérdida de la capacidad de vuelo en las aves. Ambos aspectos se comprueban en las Islas Canarias. El tamaño de los lagartos canarios o de las ratas extintas que vivieron en Gran Canaria y Tenerife, así como la presencia de algunas especies de aves o insectos que "han perdido" esta capacidad de volar, así lo atestiguan. Ambos fenómenos evolutivos parece que están relacionados con la falta de predadores en las islas. Cuando se introdujeron estos predadores de forma rápida y masiva (ratas, gatos, perros o el propio ser humano), estas adaptaciones, seleccionadas como "positivas" hasta el momento, pasan a ser "muy negativas", abocando a la extinción a las especies que las poseínan. Esto no sería demasiado grave si no representara una pérdida de diversidad, ya que los caracteres seleccionados en todas las especies acaban siendo los mismos en todas partes.
Otro aspecto evolutivo que se ve fuertemente afectado por la introdución de especies alóctonas es la formación de especies o especiación, por causas geográficas. Dos poblaciones de una misma especie quedan separadas por causas relacionadas con el territorio, no por variación genética. En este caso, ambas poblaciones evalocionan cada una por su lado dando lugar a dos especies distintas que, en ocasiones, no han desarrollado barreras genéticas. Esto hace que, si alguna vez volviesen a estar juntas, estas especies podrían hibridarse, dando lugar, muy posiblemente, a la pérdida de diversidad genética. Este es el caso de la palmera canaria (Phoenix canariensis) y de la datilera (Phoenix dactilifera), o de los madroños canario (Arbutus canariensis) y mediterráneo (Arbutus unedo), y quizá también del sauco canario (Sambucus canariensis) y del sauco de Canada (Sambucus canadensis). Las tres especies alóctonas citadas han sido introducidas por el hombre en las Islas. Son cientos de miles, quizá millones de años de evolución, necesarios para la creación de nuevas especies, puestos en peligro.
Aún así, el mayor peligro estriba en que esta intrusión de nuevos elementos en el sistema lleva a consecuencias no conocidas, es decir, una de las defensas de lo nativo, viene de la seguridad de saber cómo se comportan las especies autóctonas, evolutivamente hablando, mientras que el comportamiento de las especies alóctonas y su efecto sobre las primeras es mucho más impredecible. Por ejemplo, ¿cómo influirá la presencia de un reptil comedor de huevos como la culebra de California, sobre el lugar de anidamiento, el tamaño o el número de los huevos de aves y reptiles autóctonos? ¿Conseguirán adaptarse las especies autóctonas a estos cambios antes de que se produzca su desaparición? El riesgo de que la respuesta sea no es muy alto. ¿Vale la pena correrlo?


Escribano patilargo, pequeña ave que vivió en Tenerife y que no podía volar. Su extinción, en época histórica, pude estar relacionada con la llegada a las Islas de depredadores alóctonos (ratas, gatos, perros, etc.)













Sambucus canadensis, un sauco ornamental del que existen citas sobre su posible hibridación con Sambucus canariensis, una de las plantas más amenazadas de nuestra flora.











Estambres de Arbutus canariensis, Arbutus unedo y de su híbrido Arbutus xandrosterilis, que aunque resulta incapaz de producir polen sí posee frutos que maduran y producen semillas viables.

DEJE SUS COMENTARIOS, SU OPINIÓN NOS INTERESA

LEAVE YOUR COMMENTS, your opinion matters

Las especies invasoras en el año internacional de la Biodiversidad