«Es natural que
en el estado de meditación en que nos introduce la lectura aparezcan frases o
escenas que nos remitan a nosotros mismos y resulta
natural apropiarnos de ellas. En realidad, nos pertenecen tan igual como
si las hubiésemos escrito, porque nuestra existencia es la que les da sentido:
sin nosotros solo serían líneas negras sobre blanco. Por ello, jamás leo por
curiosidad hacia mundos o épocas distintas a las mías, sino por curiosidad por
mí mismo. Leo para saber quién soy.»
Iván Thays, del seu blog Vano oficio (aquí l’article sencer)