Información

Este sitio emplea cookies de Google para prestar sus servicios, para personalizar anuncios y para analizar el tráfico. Google recibe información sobre tu uso de este sitio web. Si utilizas este sitio web, se sobreentiende que aceptas el uso de cookies. Más información: ttps://www.google.com/policies/technologies/cookies/

Mostrando entradas con la etiqueta soportes para orquídeas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta soportes para orquídeas. Mostrar todas las entradas

sábado, 11 de octubre de 2014

Orquídeas epifitas (Raíces para fijarse a los árboles)

Cuando los amigos visitan el orquideario se muestran sorprendidos al ver muchas orquídeas que no están colocadas en macetas con tierra, si no fijadas a soportes como ramas, troncos o cortezas de alcornoque y otros materiales. Entonces al comentar que muchas especies de Orquídeas son Epifitas, es decir que viven sobre otros vegetales (arbustos y árboles) preguntan si son parásitas?


Las orquídeas no son parásitas (hay dudas sobre una especie terrestre, el Limodorum abortivum, ya que sus raíces a veces se han encontrado soldadas a algunos arbustos y árboles), únicamente utilizan a otros vegetales como apoyo y soporte para crecer, sin alimentarse del anfitrión (que es lo que hacen las plantas parásitas). El hecho de crecer sobre los árboles les permite alcanzar la luz en las densas y oscuras selvas donde viven o también recibirla de forma tamizada bajo el paraguas de los grandes árboles. Además se colocan a salvo de depredadores como herbívoros o animales que puedan pisotearlas al pasar o arrancarlas buscando alimento en el suelo. Además sus raíces se mantienen aireadas y pueden captar la humedad sin encharcarse como ocurre en el suelo y sus flores pueden ser alcanzadas más fácilmente por los polinizadores al colgar libremente en el aire y también es más eficaz la dispersión de las semillas desde la altura donde crecen.


Las plantas epifitas (Orquídeas, Helechos, Bromelias, Cactáceas, Musgos o Líquenes, entre otras) son más frecuentes en las selvas húmedas tropicales y en los bosques templados lluviosos, donde se dan las mejores condiciones para su especializado desarrollo. En el caso de las orquídeas sus raíces que pueden crecer en cualquier dirección, se fijan firmemente sobre la corteza de los árboles entre las estrías y las grietas y abrazando las ramas y los troncos hasta el punto de que al arrancarlas se rompen muchas veces y a la vez, otras raíces cuelgan libremente para captar humedad y nutrientes o forman estructuras (en ocasiones de muchos kilogramos de peso) en las que van quedando depositados los detritus vegetales y animales (hojas, ramitas, flores, cortezas, musgos, polvo, excrementos, insectos muertos, etc.) que al descomponerse les sirven de alimento. Son habituales en los grandes árboles de las selvas, los grupos colonizadores de plantas como Orquídeas, Bromelias (muchas Tillandsias) y Helechos que tapizan ramas y troncos formando grandes grupos que contribuyen a afianzarse sobre el árbol y captar más alimento. 


La parte externa de las raíces de las orquídeas epifitas es una capa porosa, generalmente blanquecina o plateada si la humedad es baja, llamada "velamen" bajo la cual se encuentran las raíces con clorofila, de color verde. El velamen ayuda a la absorción de humedad ambiental y agua de la lluvia y de los nutrientes. Si tienes en casa alguna Phalaenopsis o alguna Vanda es fácil observarlo: las raíces secas son plateadas, brillantes y apenas las pulverizas o mojas, se vuelven verde vivo, lo que es una buena referencia para el riego en el cultivo en los hogares. Por eso, al cultivar en casa orquídeas epifitas, hay que darles condiciones similares a la naturaleza, por lo que en vez de ponerlas en macetas con turba, donde sus raíces fácilmente se ahogarían y pudrirían con los riegos, se suelen colocar en macetas con sustratos a base de cortezas de coníferas y material drenante y si las condiciones de tu casa, terraza, jardín o invernadero lo permiten, lo ideal es colocarlas sobre los soportes indicados arriba: ramas, troncos, cortezas, corcho, xaxim, etc. 


En varias entradas hemos comentado la forma de hacerlo, pero resumiendo brevemente: usa por ejemplo trozos de corteza de alcornoque (el corcho que venden para los belenes), es barato, fácil de cortar a la medida e indestructible, además de presentar una superficie rugosa que les permite agarrarse. También es una buena elección el saúco o los tronquitos de las vides/parras. En otras partes del mundo, se utilizan maderas de algunos frutales y de otros árboles a ser posible sin resina. Muchas orquídeas las puedes poner con las raíces limpias de todo sustrato, sobre la placa de corcho y fijarlas suavemente, pero con firmeza (por ejemplo con goma elástica o cáñamo o cordón de algodón o alambre plastificado si no encuentras otra cosa). En poco tiempo ellas se encargarán de fijarse adhiriendo las raíces como puedes ver en las fotografías. Para las más delicadas que necesitan algo más de humedad, sitúa sobre las raíces un poco de musgo sphagnum (verde o deshidratado) o de musgo de bosque (el de los belenes de Navidad) y ata sobre el musgo. La almohadilla de musgo ayuda a retener la humedad en la zona de las raíces, lo que es útil de mediados de la primavera a mediados del otoño en este hemisferio, cuando el calor aumenta y la humedad baja mucho. Luego cuelga o ata el soporte en el lugar adecuado para cada una en cuanto a luz y ventilación. Recuerda colocarlas dejando en el soporte más espacio libre en la zona de expansión y crecimiento de la planta para que pueda extenderse a medida que aumente de tamaño.


En el caso de Vandas, Ascocendas y similares, es suficiente colocar las plantas sobre una cestilla de rejilla de plástico o madera y dejar que las raíces cuelguen libremente en el aire, aunque si lo prefieres también puedes fijarlas a un soporte de madera. 


VANDAS, ASCOCENDAS Y RENANTHERAS

Recuerda que en la naturaleza las raíces de las orquídeas epifitas están adaptadas a los ciclos climáticos y los excesos (fuertes lluvias por ejemplo) se ven compensados con viento que seca el agua sobrante. En casa, en un invernadero o en un orquideario, tenemos que estar siempre atentos al estado de las orquídeas fijadas en soportes, porque una tarde de sol excesivo, un fallo u olvido en el riego o en la ventilación, pueden estropearlas, sobre todo las más pequeñas que apenas tienen reservas de humedad. Debemos asegurarnos de pulverizarlas con frecuencia y regarlas al menos una vez al día. Cada dos semanas podemos agregar un poco de fertilizante para orquídeas muy diluido al agua. Será suficiente para alimentarlas.

Ref.: wikipedia.org

domingo, 7 de octubre de 2012

Una tarde de trabajo (Materiales para el montaje de las orquídeas)

Cuando hay muchas orquídeas para montar en soportes hace falta preparar un pequeño zafarrancho y hacer acopio de materiales. Básicamente necesitaremos ramas de alcornoque, saúco, vid u otras maderas similares, dependiendo de la zona en que vivas. También puedes usar xaxim (si es de cultivos controlados ya que este tipo de helechos están protegidos). Otra alternativa son las placas o soportes de material sintético llamadas Epiweb o Ecoweb, a algunos aficionados les va bien. Las placas de corteza de alcornoque (corcho bornizo) son posiblemente las más económicas, fáciles de encontrar a la venta (o de recogerlas en el campo si hay alcornoques en tu zona), resistentes al deterioro por humedad, secan rápido por lo que no corren peligro las raíces y por su textura permiten que las plantas se agarren fácilmente a ellas. En muchos casos es conveniente añadir sobre las raíces un poco de musgo sphagnum húmedo o un poco de musgo de bosque, como hemos comentado en otras entradas.

Una vez elegido el soporte, necesitamos herramientas para cortar la corteza del tamaño que deseemos. Si son placas gruesas, puedes hacerlo con una sierra de calar, te permitirá un corte regular, fácil y rápido. Si no, puedes usar una sierra de mano o un serrucho tradicional. Unas tijeras metálicas pequeñas, de las usadas para podas en el jardín, te ayudará a partir trozos pequeños como esquinas o trozos salientes y un cutter te servirá para igualar rebordes o alisar algunas zonas.
Prepara el sphagnum dejándolo en agua previamente y escúrrelo bien antes de usarlo. Si es musgo de bosque, sólo necesitas ir cortando trozos a la medida con la mano, según te vayan haciendo falta. Antes de seguir, tienes que hacer un agujero en el extremo de la placa, centrado, que servirá para poner un trozo de alambre con forma de gancho con el que puedas colgarlas luego en su lugar en el orquideario, estantería, malla o soporte donde coloques las orquídeas. El alambre tiene que ser un poco grueso para que mantenga la forma de gancho y aguante el peso. Puedes utilizar alambres especiales o el tradicional plastificado (los hay en varios colores) que evitará que se oxide y se notará menos entre las plantas. Para hacer el agujero en el corcho yo utilizo una pequeña barrena con el mango de madera que permite hacerlo fácilmente con sólo pinchar en la corteza y dar unas vueltas hasta que salga por el otro extremo. Corta un trozo de alambre (utiliza un pequeño alicate de corte) dobla una punta (ayudándote con otro alicate pequeño) y lo metes por el agujero y lo doblas en ángulo recto para que quede pegado al corcho, luego dobla en forma de gancho el otro extremo y listo.

Con los soportes preparados ya puedes proceder al montaje (si nunca lo has hecho, no te preocupes, es un proceso sencillo, puedes verlo en varias de las entradas anteriores donde lo hemos comentado). Para sujetar las plantas y el musgo, puedes utilizar distintos materiales: cáñamo, lana gruesa u otras cuerdas naturales, nylon fino, alambre fino plastificado, tiras cortadas de unas medias viejas, cordón de goma elástica (del que se usa para hacer abalorios), rafia, etc. (ten a mano una tijera corriente bien afilada) Tiene que quedar firme, pero sin apretar demasiado y cuidando de no dañar las raíces. Las plantas se agarrarán pronto al soporte y si para entonces la cuerda no se ha roto ya porque usaste un material sintético o alambre plastificado, es conveniente que lo cortes para que no dañe las raíces o la planta a medida que se desarrolla.
Por último, coloca las etiquetas o el sistema que utilices para la identificación de cada planta. Las hay de muchos materiales, formas y colores, es cuestión de gusto o estética. Las de plástico son económicas y no se estropean, puedes utilizar distintos colores para diferenciar híbridos y especies botánicas, o plantas compradas y las procedentes de las divisiones de tus plantas. Para escribir en las etiquetas puedes utilizar rotuladores indelebles (aunque con la luz, la humedad y el agua de las pulverizaciones o riegos, todos acaban borrándose) o un lápiz de grafito que al ser graso evita que el agua lo borre (al menos escribe un número único para cada planta, su nombre completo y la fecha de adquisición o montaje, el resto de datos puedes ponerlos en el registro informático que lleves de la colección con todas las indicaciones que precises para su cultivo y el seguimiento de su desarrollo, añade fotos para completar la información y facilitar la identificación).
Y ya está: el producto de una tarde de trabajo sobre la mesa. Ahora a limpiar y recoger los materiales y a colocar las plantas en tu colección.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Colocar orquídeas en casa

Como hemos comentado en otras entradas, llega un momento en que nuestra colección de orquídeas crece y va ocupando la casa poco a poco, lo que dificulta el cuidado ya que hay que ir habitación por habitación regando, quitando flores secas y controlando en general que se encuentran a gusto.  Además siempre está el problema de no mojar los muebles, el suelo o las paredes al pulverizar las plantas y regarlas.
Si dispones de un pequeño invernadero, una terraza protegida o un cuarto de baño grande, puedes continuar la expansión por esos sitios, pero si eso no es posible, vale la pena plantearse alguna solución que facilite el trabajo y nos permita agrupar las plantas con garantías de que no manchamos ni estropeamos nada.
Si tienes un trozo de pared disponible y le echas un poco de valor, puedes habilitarlo para instalar unas cuantas plantas montadas en placas de corcho. En la primera foto un espacio aprovechado detrás de una puerta. Lo deseable es que la pintura de la pared sea plástica por si hubiese algún fallo en el aislamiento, de todos modos, lo más importante es forrar la pared con dos capas de plástico fuerte, puedes encontrarlo en ferreterías, tiendas de bricolaje o de pintura y es muy económico. Lo puedes fijar con un par de chinchetas en las esquinas. Luego puedes conseguir una pequeña celosía de las que se usan para guiar rosales o trepadoras por ejemplo, de metal plastificado y fijarla a la pared con unos tacos y tornillos (si un día lo retiras, es fácil tapar el hueco de los tacos y pintar un poco, para que la pared vuelva a estar nueva). También sirve un trozo de malla plástica de las que venden en rollos por metros en cualquier ferretería y cortar un rectángulo o cuadrado del tamaño que necesites.
Deja un margen de plástico generoso, para evitar mojar la pared al pulverizarlas y pon debajo otros dos plásticos superpuestos en el suelo, para que el agua sobrante no lo moje. Encima del plástico pon algunos trapos de algodón, como toallas viejas o similares que recojan el agua que caiga y de vez en cuando escúrrelos bien y vuelve a colocarlos. Si dispones de más espacio, puedes ampliar el montaje añadiendo más mallas, siempre asegurándote de que los plásticos cubren bien la pared y el suelo.


Para facilitar el control de temperatura y humedad, pon un termómetro y un higrómetro y si eres un poco manitas, por poco dinero puedes conseguir y colocar en la parte superior de la malla unos microdifusores, como los que se usan en los terrarios para plantas o ranas, que conectados a una pequeña válvula eléctrica, cogerán el agua de un recipiente de plástico (un bidón de agua mineral de los de 5 litros sirve) y con un programador puedes activarlo varias veces al día durante unos segundos. Eso permitirá que la humedad ambiental sea más elevada. Es importante que airees bien la habitación para que las plantas se sientan a gusto. Este sencillo soporte te permitirá colocar unas cuantas plantas y te facilitará su cuidado.

jueves, 30 de agosto de 2012

Encyclias y Bulbophyllum-2. Montaje en un tronco de palmera

Y este es el resultado del montaje de las orquídeas que os comentaba en la entrada anterior en un tronco de palmera.


13 Diciembre 2010
Y este es el aspecto actual.

30 Agosto 2012

 Las plantas se han ido acomodando fijando sus raíces en la palmera. He añadido un par de goteros para ayudar a mantener la humedad del musgo. Para finalizar la entrada un detalle de la Encyclia bracteana, una orquídea diminuta que se encuentra en flor ahora y que lleva floreciendo desde el primer año que la puse (Mayo de 2011) sustituyendo a uno de los Bulbophyllum inicial que se encuentra mucho más a gusto en una cesta colgante en la actualidad. Las flores de esta deliciosa plantita duran casi unos dos meses. Os la recomiendo.

Encyclia bracteana

Encyclias y Bulbophyllum-1. Montaje en un tronco de palmera

Hoy vamos a ver otra propuesta para colocar nuestras orquídeas en distintos soportes. En este caso utilizaremos un tronco de palmera de unos 80 cms. de altura, cortado por la mitad. En algunos países, muchas orquídeas utilizan los troncos de estos árboles como soporte natural. Su textura fibrosa y con numerosos entrantes y salientes, ofrecen una buena superficie para el arraigo de sus raíces, como puede verse en esta foto de una de las Encyclias un año después de colocarla en la palmera.



Vamos a utilizar 7 Encyclias compradas a OLA Orquídeas (Brasil) y 3 Bulbophyllum compradas a Ryanne Orchidées (Francia). No es una combinación muy ortodoxa porque las Encyclias gustan de más luz y suelen agradecer un período de reposo, mientras que los Bulbophyllum prefieren más riego y no necesitan reposo (aunque dada las dimensiones de esta familia de orquídeas hay grandes diferencias entre ellas). Lo ideal es poner los Bulbo en la parte baja del tronco para tener luz más difusa y beneficiarse del riego que escurre de las plantas altas y poder regarles sin mojar las Encyclias cuando estas estén en período de descanso. Las plantas que utilizaremos son:

                           Encyclia odoratissima (2 plantas)                         Bulbophyllum trigonosepalum
                                    Encyclia patens                                                     Bulbophyllum echinolabium
                                    Encyclia kundergraberii                                        Bulbophyllum biflorum
                                    Encyclia duveni
                                    Encyclia osmantha
                                    Encyclia alata
                                    Encyclia bracteata

Pintaremos la parte posterior y el fondo del tronco con pintura de caucho, para protegerlo un poco del agua y evitar que con el tiempo se vaya pudriendo. Lavamos bien el tronco con agua a la que se puede añadir alguna solución antifúngica y antiséptica para limpiarlo y evitar la presencia de insectos, babosas o caracoles ocultos. Luego retiramos con cuidado el sfagno de las raíces de las Encyclias y el sustrato de los Bulbophyllum, retirando las que estén en mal estado. Conviene pulverizar ligeramente las raíces con canela en polvo para evitar infecciones en las que estén rotas o presenten roces o cortes. Para fijar las plantas en este caso hemos utilizado hilo de pescar (sedal) que es fuerte y transparente y para facilitar el arraigo de las orquídeas cubriremos las raíces con musgo de bosque. Dispondremos las plantas al gusto de cada uno, atendiendo a las futuras dimensiones que puedan tener. Si en el futuro alguna planta vemos que no se siente a gusto podemos sustituirla fácilmente por otra especie y probar de nuevo.

Aspecto de alguna de las plantas recién compradas y de su colocación posterior fijadas en el tronco y cubiertas con el musgo.




En la siguiente entrada vemos el resultado final, una vez colocadas todas las plantas y su evolución en el tiempo.