Buscas una orquídea fácil de cuidar, con muchas flores de intenso color, que duren semanas y que además huelan deliciosamente? Pues entonces, ésta es una buena opción.
Es la Maxillaria tenuifolia (Lindley, 1837), descubierta en México por Karl Theodore Hartweg que trabajaba para la Sociedad de Horticultura de Londres y recientemente renombrada como Maxillariella tenuifolia (Lindl.) MABlanco y Carnevali 2007. Una epifita, ocasionalmente terrestre, de los bosques de México, Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, Honduras o El Salvador, que crece en alturas inferiores a los 1.600 metros,
De tamaño intermedio, destaca por sus largas y finas hojas de hasta 50 cms. y sus pseudobulbos ovoides que crecen linealmente unos sobre otros, produciendo en conjunto un aspecto desordenado y pendular. Las flores solitarias y con un fuerte peciolo, aparecen en la base de los pseudobulbos y se aprecian fácilmente por su abundancia y tamaño, en torno a los 5 cms. y la intensidad de sus tonos anaranjados, rojizos con un labelo amarillo claro o blanco crema con motas granates.
Pero si algo ha hecho popular a esta orquídea es sin duda la intensa fragancia de sus flores que, habitualmente, se ha descrito como olor a coco, hasta el punto que popularmente se la conoce como la "Orquídea con olor a coco". La floración suele darse en primavera, finales de marzo a mediados de mayo, según las zonas y las flores pueden durar dos o tres semanas. Si tu orquídea no florece, es probable que esté recibiendo poca luz, aspecto fundamental para conseguir abundantes floraciones.
Le gusta la luz, toda la que puedas darle, siempre que no reciba el sol directo. Temperaturas cálidas/intermedias, siendo recomendable que no superen en lo posible los 30 grados y que no desciendan por debajo de los 11 grados centígrados. Ocasionalmente puede aguantar subidas, pero soportará peor bajadas puntuales o prolongadas. Prefiere un grado de humedad intermedia, le basta con superar el 50%, aunque estará a gusto con más siempre que tenga buena ventilación o dejes que el sustrato se seque ligeramente entre riegos. Riégala siempre que veas que el sustrato empieza a secarse, pero debes garantizarle un buen drenaje.
Una mezcla adecuada podría ser cortezas de conífera, bolas de arlita, trocitos de carbón vegetal y un poco de musgo. Con frecuencia verás que proponen utilizar altas proporciones de musgo sphagnum o fibra de coco, no es muy recomendable porque retienen mucho agua y las raíces pueden estropearse, yo utilizo el musgo en las plantas pequeñas como capa superficial, pero todo depende de la atención que puedas prestarles y si eres de los que hacen una visita diaria no habrá problema porque siempre puedes adaptar los riegos y la humedad a la situación. Dale un reposo ligero en otoño/invierno, disminuyendo los riegos sin que los pseudobulbos lleguen a arrugarse por deshidratación. Fertiliza ligeramente cada 10 días en el período de crecimiento vegetativo y floración, luego no es necesario.
Puedes colocarla en una maceta, pero ten en cuenta que crece bastante rápido, cuando la trasplantes puedes aprovechar para dividirla (en grupos de 3 pseudobulbos) y en breve tendrás nuevas plantas en flor. Dado el aspecto pendular de las largas hojas, una cesta colgante es una buena opción para colocarla. También puedes fijarla a un tronco, rama o placa de corcho, con una almohadilla de musgo en las raíces. En este caso, no hay problema con el drenaje, pero tienes que prestar atención a una posible deshidratación porque el musgo se seca rápidamente y las raíces pueden sufrir.
Es una planta económica y fácil de encontrar, tanto en Centros de Jardinería, como en Exposiciones o en las tiendas online de orquídeas y también es probable que algún amigo la tenga en casa y pueda pasarte alguna división, si tienes oportunidad hazte con un ejemplar y dale un toque de color y fragancia a tu colección.
DETALLE DE LOS PSEUDOBULBOS, FLORES Y YEMAS
Ref.; orchidspecies.com, aos.org, tropicos.org
