Gracias a Marcos López he encontrado la única portada/tapa (La. Única. Portada/Tapa) de hoy donde se comprueba que el periodismo puede vencer la rutina, el aburrimiento, el muermo. Es esta de Extra, el diario popular que el Grupo Globo edita en Rio:
La foto es el gol de Alcides Ghiggia, con el que Uruguay ganó a Brasil el Mundial de Fútbol de 1950 en Maracaná. El texto dice: "FELICIDADES a los subcampeones de 1950, que siempre fueron acusados de causar la peor humillación del fútbol brasileño. Ayer supimos de verdad qué es una humillación".
Nada. Lo de siempre. Un poco de amor por el oficio, otro de buen criterio, algo de memoria y pensar diez minutos más. Resultado: periodismo genial que no avergüenza a los lectores.
Si alguien encuentra una portada/tapa sobre el evento que no sea tópica, rutinaria o visceral, que me la envíe por favor.
De bonus/yapa les dejo otra que es la mejor primera de derrotas impensables que uno conoce:
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miércoles, 9 de julio de 2014
domingo, 8 de septiembre de 2013
El arte de asar a los lectores en portada
Verá, uno tiene hace tiempo la teoría de que las portadas/tapas de la prensa española pretenden poner el alma del lector a mil grados centígrados de crispación en diez segundos. Que hierva la sangre y las vísceras entren en incandescencia. Que rabien. La excepción suelen ser El País y La Vanguardia, que consiguen lo mismo pero a fuego lento, es decir, hacia la mitad del diario.
Este domingo 8 de septiembre era un día pintiparado para ejercer el arte de cocinar al lector. Es el día siguiente a la designación de la sede de los Juegos Olímpicos de 2020 entre tres ciudades: Tokio, Estambul y Madrid.
La expectación era enorme, pues el evento venía precedido de varios asados de lector en portada. Ni le cuento cómo venían las radios y las teles: era cosa hecha. Fíjese nomás:
La cosa llegó a un punto tal que el viernes las acciones de las constructoras calentaron la bolsa hacia arriba. En fin. Hasta 180 delegados españoles cubrían el acto de designación de la sede olímpica del 2020. Los japoneses eran 100 y los turcos 75. El telediario de TVE1, una tele pública, dedicó 25 minutos a la cosa. Etcétera. Eso. Que llevamos una semana con la cabeza como un bombo.
Pero salió elegida Tokio. Madrid cayó en la primera votación. Era la tercera vez consecutiva (y la cuarta en toda su historia) que Madrid concurría a la cosa. Un palo que ni Trafalgar o la Guerra de Cuba.
Sin embargo, la costumbre de asar al lector en primera permanece inmutable. Estas son las primeras del 8 de septiembre, El Día Después del Apocalipsis Olímpico:
Salvo las tres primeras y la segunda edición de ABC, que le ahorro (de nada), el resto de primeras apuestan por fotos como la de La Razón, cuyo titular, además de rezumar espíritu olímpico, es un acto fallido fenomenal. Es decir, que si hubiera ganado Madrid también habría sido un tongo (una elección amañada o comprada). ¿No? Bien. Todo esto ha sido ya muy comentado.
Es curioso que todo el periodismo que se ha hecho alrededor de Madrid2020 ha eludido hacer preguntas. GO* ha listado en su blog quince cuestiones como quince elefantes que siguen sin contestar en los medios españoles.
El periodismo se olvidó del periodismo.
A uno le gusta la opción de la foto de la gente más que cualquier otra. Al final, es la gente la que ha soportado el fuego de esas portadas sublimándolo en la ilusión de su vida o algo parecido y se han quedado quemados y sin pomada que echarse a las heridas. También son los que han pagado la cuenta. Esos son los que salen en primera:
A uno le parecen buenísimas las fotos de ABC y Las Provincias. El chico de esta última es el que aparece también en El País y en La Razón. Pero también es una pena. El Financial Times, por ejemplo, ya venía hablando que el duelo era Estambul-Tokio, pero los tabloides madrileños –los nacionalistas y los que no lo son tanto– dale que dale con que la designación estaba ganada. La gente, sobreexcitada por los medios, que no hacen más que repetir la propaganda oficialista, se lleva el doble de disgusto cuando pasa lo que pasó.
Profesionalmente es un desastre. ¿Cuáles eran las-fuentes-de-toda-solvencia que invocaban El Mundo y La Razón para dar la votación por ganada en la primera vuelta? Ah, sobre eso no viene hoy explicación alguna. Los unos disimulan ("La gran decepción", hay que ser malvado) y los otros apuntan su ametralladora giratoria contra el Comité Internacional Olímpico, que siempre ha hecho las cosas de la misma manera, llámele tongo o mongo. Claro, es la escena de Casablanca en que el capitán Renault se asombra de que se juegue en el bar de Rick ("I'm shocked, shocked!") cuando él mismo se beneficia del casino ilegal.
Las opiniones de algunos periodistas son de vergüenza ajena. ¿Merece confianza alguien incapaz de enfrentar con tranquilidad un evento tan contingente como la designación de sede olímpica? ¿Alguien que acude a conspiraciones sin documentar? Vea un ejemplo de los peores:
El día de referencia, Italia ganó a Brasil 3-2 en los cuartos de final de la Copa del Mundo de Fútbol. Ese equipo brasileño era, seguramente, el mejor de todos los tiempos después del de 1970. No hacía falta titular nada. Todo el mundo sabía. El diario no quería calentar a nadie. Quería ser uno más, estar en la conversación y pasarla mal con la gente, no aprovecharse fríamente de ella abusando de sus ilusiones antes y sentándose sobre su decepción después.
Tampoco me parece justo ironizar sobre la desgracia desde el lado rival. Uno mismo tuiteó ayer soltando vapor, pero no desde una portada/tapa. La gente no se lo merece. Los mangantes que les han intoxicado y los caraduras que se han dejado intoxicar a sabiendas o por negligencia… esos sí lo merecen. Vea:
Fíjese con qué tranquilidad llevan los dos principales diarios japoneses en sus portadas/tapas la elección de Tokio:
Como bonus, les dejo otra portada/tapa mítica de Jornal da Tarde en la misma línea que la anterior. Los diarios españoles podían haberla hecho con las fotos del chaval de la bandera:
Un hincha de Brasil asiste en la tele de una tienda a la jugada del gol en el Inglaterra-Brasil (0-1, Jairzinho en el 59', golazo) de la fase de grupos del Mundial de Fútbol de 1970. Estar con la gente. No abusar de ella.
Este domingo 8 de septiembre era un día pintiparado para ejercer el arte de cocinar al lector. Es el día siguiente a la designación de la sede de los Juegos Olímpicos de 2020 entre tres ciudades: Tokio, Estambul y Madrid.
La expectación era enorme, pues el evento venía precedido de varios asados de lector en portada. Ni le cuento cómo venían las radios y las teles: era cosa hecha. Fíjese nomás:
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Miércoles, 4 de septiembre |
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Jueves, 5 de septiembre |
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Viernes, 6 de septiembre |
Pero salió elegida Tokio. Madrid cayó en la primera votación. Era la tercera vez consecutiva (y la cuarta en toda su historia) que Madrid concurría a la cosa. Un palo que ni Trafalgar o la Guerra de Cuba.
Sin embargo, la costumbre de asar al lector en primera permanece inmutable. Estas son las primeras del 8 de septiembre, El Día Después del Apocalipsis Olímpico:
Salvo las tres primeras y la segunda edición de ABC, que le ahorro (de nada), el resto de primeras apuestan por fotos como la de La Razón, cuyo titular, además de rezumar espíritu olímpico, es un acto fallido fenomenal. Es decir, que si hubiera ganado Madrid también habría sido un tongo (una elección amañada o comprada). ¿No? Bien. Todo esto ha sido ya muy comentado.
Es curioso que todo el periodismo que se ha hecho alrededor de Madrid2020 ha eludido hacer preguntas. GO* ha listado en su blog quince cuestiones como quince elefantes que siguen sin contestar en los medios españoles.
El periodismo se olvidó del periodismo.
A uno le gusta la opción de la foto de la gente más que cualquier otra. Al final, es la gente la que ha soportado el fuego de esas portadas sublimándolo en la ilusión de su vida o algo parecido y se han quedado quemados y sin pomada que echarse a las heridas. También son los que han pagado la cuenta. Esos son los que salen en primera:
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Primera edición. En la segunda llevan, por supuesto, al Príncipe Felipe. |
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Madrid se estrella |
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Gran decepción |
A uno le parecen buenísimas las fotos de ABC y Las Provincias. El chico de esta última es el que aparece también en El País y en La Razón. Pero también es una pena. El Financial Times, por ejemplo, ya venía hablando que el duelo era Estambul-Tokio, pero los tabloides madrileños –los nacionalistas y los que no lo son tanto– dale que dale con que la designación estaba ganada. La gente, sobreexcitada por los medios, que no hacen más que repetir la propaganda oficialista, se lleva el doble de disgusto cuando pasa lo que pasó.
Profesionalmente es un desastre. ¿Cuáles eran las-fuentes-de-toda-solvencia que invocaban El Mundo y La Razón para dar la votación por ganada en la primera vuelta? Ah, sobre eso no viene hoy explicación alguna. Los unos disimulan ("La gran decepción", hay que ser malvado) y los otros apuntan su ametralladora giratoria contra el Comité Internacional Olímpico, que siempre ha hecho las cosas de la misma manera, llámele tongo o mongo. Claro, es la escena de Casablanca en que el capitán Renault se asombra de que se juegue en el bar de Rick ("I'm shocked, shocked!") cuando él mismo se beneficia del casino ilegal.
Las opiniones de algunos periodistas son de vergüenza ajena. ¿Merece confianza alguien incapaz de enfrentar con tranquilidad un evento tan contingente como la designación de sede olímpica? ¿Alguien que acude a conspiraciones sin documentar? Vea un ejemplo de los peores:
Menos mal que @RafaelNadal no depende de los votos de los pandilleros paniaguados del COI. El demuestra la fuerza de España.— Tomás Roncero (@As_TomasRoncero) September 7, 2013
Por suerte, todavía quedan colegas con sentido común.
Regreso a las fotos. ¿Por qué es una buena elección la que le parece a uno? Pues porque mi referente en este punto es esta portada/tapa de Jornal da Tarde:
Regreso a las fotos. ¿Por qué es una buena elección la que le parece a uno? Pues porque mi referente en este punto es esta portada/tapa de Jornal da Tarde:
El día de referencia, Italia ganó a Brasil 3-2 en los cuartos de final de la Copa del Mundo de Fútbol. Ese equipo brasileño era, seguramente, el mejor de todos los tiempos después del de 1970. No hacía falta titular nada. Todo el mundo sabía. El diario no quería calentar a nadie. Quería ser uno más, estar en la conversación y pasarla mal con la gente, no aprovecharse fríamente de ella abusando de sus ilusiones antes y sentándose sobre su decepción después.
Tampoco me parece justo ironizar sobre la desgracia desde el lado rival. Uno mismo tuiteó ayer soltando vapor, pero no desde una portada/tapa. La gente no se lo merece. Los mangantes que les han intoxicado y los caraduras que se han dejado intoxicar a sabiendas o por negligencia… esos sí lo merecen. Vea:
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Madrid, fiel a la tradición. El oso y el madroño (el árbol) son los motivos del escudo de la villa. |
Fíjese con qué tranquilidad llevan los dos principales diarios japoneses en sus portadas/tapas la elección de Tokio:
Como bonus, les dejo otra portada/tapa mítica de Jornal da Tarde en la misma línea que la anterior. Los diarios españoles podían haberla hecho con las fotos del chaval de la bandera:
Un hincha de Brasil asiste en la tele de una tienda a la jugada del gol en el Inglaterra-Brasil (0-1, Jairzinho en el 59', golazo) de la fase de grupos del Mundial de Fútbol de 1970. Estar con la gente. No abusar de ella.
sábado, 1 de junio de 2013
El último mohicano: Ruy Mesquita (1925-2013)
Llega uno tarde. Pero llega. "Doutor Ruy" era el Director de O Estado de São Paulo, en el sentido que se es Director en muchos países de América: el dueño, o uno de los dueños, que ejerce como Publisher. En este caso, además, dirigía desde 1996 la sección de Opinión ("Notas & Informações"), que está completamente separada, incluso físicamente, del resto de la redacción, al estilo de su admirado The New York Times. Era el último reducto ejecutivo de los Mesquita en Estadão desde que se apartaron, por decisión propia, de cualquier puesto de gestión.
Dirigió la reunión con los editorialistas hasta el día antes de su muerte. Y tenía 88 años. Era un periodista, no un patrón. Eso ponía en su tarjeta de visita y así se presentaba: "jornalista". Y punto. Punto.
Estas figuras de la aristocracia del periodismo solo las ha conocido uno en América Latina. Propietarios y directores que manejan los diarios privilegiando su misión y su carácter antes que la cuenta de resultados. Todo eso con todas sus consecuencias incluidas… todas las consecuencias: censura, ruina, excentricidades, trifulcas y valentías. Etcétera. Él mismo, sin modestia, se llamaba "o ultimo moicano". Tenía razón. Con su muerte se rompió el molde.
Uno ha leído las críticas a la persona, claro. Todas tan mezquinas. Me ha venido a la cabeza "La Reina", la película de Stephen Frears que retrata a Isabel II durante los días de la muerte de Diana de Gales. Concretamente, la frase con que Tony Blair pega en la cabeza de su jefe de prensa, Alastair Campbell, cuando este se queja de la frialdad de la soberana:
When you get it wrong, you really get it wrong. That woman has given her whole life in service to her people, 50 years doing the job. She never wanted a job she watched kill her father. She's executed it with honour, dignity, and as far as I could tell, without a single blemish. And now we're all baying for her blood! All because she's struggling to lead the world in mourning for someone who threw everything she offered back in her face, and who for the last few years seemed committed 24/7 to destroying everything she holds most dear.Ruy Mesquita lo mismo. Cumplió de sobra. Su lugar está ahora en el panteón de próceres del Brasil contemporáneo.
En Esta Casa ya hicimos un bárbaro homenaje a Jornal da Tarde cuando cerró. Bien. Él fue quien auspició ese diario rebelde e innovador. Sirva ese homenaje para celebrar a Dr. Ruy.
Recomiendo, sobre todo, las piezas de Sandro Vaia, fe-no-me-nal, y de Luís Nassif. También valen la pena las de Roberto Salone y de José Serra.
Obrigado, Dr Ruy!
miércoles, 31 de octubre de 2012
JT, muerte de un diario genial (1966-2012)
[Clique el botón de la derecha para verlo a toda pantalla. Arranca con la primera portada]
Jornal da Tarde apareció el 4 de enero de 1966. Mañana publica su última edición. Tenía que ser "una mezcla, alguna cosa entre un diario y una revista", según su fundador, Ruy Mesquita. Pensaban en France-Soir, pero les salió un papel urbano, socarrón, artista y pendenciero, cuyos insólitos reportajes y su lenguaje callejero congeniaron de primera con la generación malcriada y peleona de finales de los años 60. El primer año ya vendía 40.000 copias. Llegó a circular hasta 190.000.
Un pasillo llamado "el túnel del tiempo" lo separaba de su hermano mayor, O Estado de São Paulo, ese templo griego del periodismo. Los chavales de Jornal acudían a la redacción de vaqueros y camiseta y los señores de Estadão, al otro lado, de chaqueta y corbata. Le ahorro las diferencias de carácter entre diarios. Se puede hacer una idea cabal repasando las páginas del carrusel a toda pantalla. La mayoría son de los años 60 y 70, la mejor época del JT. De nuevo, disculpas: aún no digitalicé las diapositivas, donde atesoro más joyas de este papel. Uno hace lo que puede.
No se pierda las portadas de entrada al año 1970 (blanca, blanquísima), la victoria de Brasil ante Inglaterra en el Mundial'70 y su eliminación en el Mundial'82 (dos primeras de fútbol sin fútbol que retratan el momento como nadie), la nariz del gobernador que crecía y crecía con sus mentiras portada tras portada hasta ocupar la primera y la contra (una genialidad), la "capa preta" de 1984 (entérese en "A noite em que o JT ficou de luto pelo país") o la elección del gobernador de São Paulo de 1985 (esa foto es real, así nomás).
Vespertino hasta 1988, el JT era un diario completamente diferente, planeado y ejecutado por dos monstruos: Mino Carta y Murilo Felisberto. Por sus mesas pasaron decenas de cracks de la cosa: William Waack, Fernando Morais, Sandro Vaia, Eloi Gertel, Eric Nepomuceno, Celso Ming, Luís Nassif, Fernando Mitre, José Maria de Aquino, Sábato Magaldi, Fernando Portella, Rodrigo Mesquita, Jota Jota de Moraes… y los que faltan. Uno ha podido conocer a la mayoría y, bueno, son (o eran) unas bestias pardas del oficio. Muchos salieron del JT para meterle candela a las redacciones de medio Brasil. Pocos fracasaron.
El JT fue un diario que abrió para el periodismo los mismos caminos innovadores que el mejor Libé de los 80 y 90 o los Página/12 y Correio Braziliense de los 90 y primeros 2000 o The Independent de los 2000. No es solo que la gráfica era espectacular. Es que el resto –los asuntos, la escritura y la actitud– estaba todavía a mucha más altura.
¿Usted cree que es chic y enrrollado porque conoce y le gusta el periodismo de esos diarios en esas épocas? Qué error. Usted lo que está es muy despistado: el JT ya había hecho casi todo eso diez años antes.
La dictadura no pudo con él. Tuvo que matarlo un imposible: la misma modernidad que movió y promovió el diario en pro del Brasil de hoy, que ya no perdona, le ha dejado sin aire y sin lugar. Su tiempo ha pasado y es hora de la integración de redacciones y marcas con Estadão. El último equipo directivo y la redacción se pelearon a muerte para sostenerlo, pero su talento periodístico no basta para sujetar un papel con ese carácter, que ya venía muy maltratado desde finales de los 90. Se muere con una difusión de 37.000 copias diarias y una redacción de apenas 40 personas —en 2010 eran 110.
Estadão heredará Jornal do Carro, el suplemento semanal que inventó el género y joya de la corona, y la chispa de las secciones de Deportes, Local y Ocio. Mino Carta decía que había inventado el mejor cuaderno de autos del mundo sin haber conducido uno jamás.
Estadão heredará Jornal do Carro, el suplemento semanal que inventó el género y joya de la corona, y la chispa de las secciones de Deportes, Local y Ocio. Mino Carta decía que había inventado el mejor cuaderno de autos del mundo sin haber conducido uno jamás.
Hágase un favor. Lea lo que cuenta Wikipedia sobre ellos, que está muy bien. Créame: si luego se mete en la cama y no hace nada más habrá aprovechado maravillosamente el día.
Le dejo dos bonus. El comercial con que se anunciaba el diario los días previos a su salida…
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La última portada |
Le dejo dos bonus. El comercial con que se anunciaba el diario los días previos a su salida…
…y el interesantísimo texto de José Ferreira Junior sobre portadas de diario, que celebra el cambio de paso que supuso Jornal da Tarde, entre otros.
Jornal da Tarde, diario que revolucionó la prensa en São Paulo en los setenta, llega a su fin, de Natalia Mazotte, en Journalism in the Americas, 31/10/12.
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