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lunes, 14 de agosto de 2017

Un diario que no sale porque no le gusta la noticia


Peculiar declaracionismo de Página 12, que esperó a las tres y media de la madrugada para poder titular con comillas las declaraciones de CFK en lugar de averiguar quién ganó en las elecciones. Pero eso no es todo: mucho más interesante para la historia del periodismo es que Rosario 12 (la versión de Página para Rosario), no salió a la calle el diario Rosario 12 porque no le gustaban los números de las elecciones a  la hora que tenían que salir. Abajo el texto del recuadro que aparece en la portada de Página 12.

martes, 7 de marzo de 2017

Vamos por todo

Si usted quiere saber qué querían decir los kirchneristas cuando decían vamos por todo, vea esta entrevista de Alejandro Fantino a Daniel Hadad en Animales Sueltos de anoche. No le digo en qué segundo está porque la entrevista vale la pena entera. Quiero decir que es una clase de periodismo, de empresa periodística y de periodismo y poder.



Hadad apenas hace un gesto recordando aquel vamos por todo que no se oyó pero sí se vio de Cristina Fernández de Kirchner. Fue el 27 de febrero de 2012 en Rosario (200 aniversario de la creación de la bandera nacional).

Vamos por todo es el concepto que resumió la idea de la búsqueda del poder fáctico por parte del matrimonio Kirchner. Sabían por experiencia provincial que el poder político es efímero y que si querían permanecer debían que conseguir el poder real y sobre todo dinero. Por eso fueron por los medios, los bancos, la energía, la producción. Todavía controlan algunos de los que consiguieron, como los que compraron a Daniel Hadad a través de Cristóbal López.

Otra ofrenda al poder y van..., en Paper Papers, 25/2/2015
Consecuencias de las ofrendas al poder, en Paper Papers, 9/5/2013
No tan duro de domar, en Paper Papers, 21/6/2012
La tormenta perfecta, en Paper Papers, 20/6/2012
Daniel Hadad no es Héctor Magnetto, en Paper Papers, 28/4/2012

lunes, 4 de enero de 2016

La Ley de Medios y la Justicia en la Argentina

Entre la elecciones de medio término del 28 de junio y el cambio de las mayorías en el Congreso de la Nación el 10 de diciembre de 2009, se dictó la ley 26.522, titulada Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual pero conocida como Ley de Medios. No fue la única ley que el gobierno se apuró a dictar con un Congreso obediente pero deslegitimado por las elecciones que había perdido la lista del propio Néstor Kirchner contra la del hoy fantasma de la política Francisco de Narváez. La ley entreveraba en sus artículos la venganza del gobierno contra el Grupo Clarín con quien libraba una guerra sin cuartel desde marzo de 2008, cuando en plena crisis del campo Néstor Kirchner y Héctor Magnetto se desconocieron para siempre. Hasta entonces la relación entre ellos había sido parecida a una alianza de operaciones conjuntas.

La historia siguió con infinitos trámites judiciales y artilugios legales con los que Clarín dilató el cumplimiento de esa ley y defendió su patrimonio. Martín Sabbatella, al frente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) creada por la misma ley, fue el ariete que exigía al Grupo Clarín adecuarse a sus exigencias. Mientras esto ocurría florecieron en la República los parásitos de la pauta oficial: medios y periodistas que aprovecharon la pelea para equilibrar la mesa del desayuno del poder –no las audiencias– con periódicos afines y voces amigas a cambio de grandes sumas de dinero que aparecían como pauta publicitaria del Estado Nacional. En el fragor de la batalla también se vieron favorecidos medios y periodistas de buena fe que no estaban de un lado ni del otro de la contienda.

Concentrado en esta guerra el Congreso improvisó una ley que nació antigua: no legislaba sobre la gran revolución que ya se preveía 30 años antes de 2009: la convergencia de las tecnologías de información y comunicación a partir de la digitalización que unificó los distintos lenguajes y permitió la confección, edición, transmisión, difusión y recepción de todo tipo de mensajes por un mismo dispositivo, que para colmo es portátil gracias a la telefonía celular y a sus antenas omnipresentes. Pero en lugar de remediar este error y unir en una sola repartición el organismo encargado de garantizar la pluralidad de voces y el acceso de todos a los medios de comunicación, el gobierno creo una segunda repartición, similar a la Afsca: la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aftic).

La Afsca sirvió al gobierno para continuar su pelea con el Grupo Clarín y otros grupos de medios que le eran hostiles y también para otros fines de la política y casi no actuó en procura de sus fines. De hecho no se avanzó un milímetro en el control del espectro radiofónico, invadido en todo el país por frecuencias ilegales que ensucian las emisiones de los que sí tienen licencias otorgadas por el Estado Nacional. La Aftic, por su parte, descubrió que es imposible controlar el vasto mundo de internet, que no tiene puertas ni ventanas, ni fronteras, ni licencias, ni controles, ni nada: esa es su fortaleza.

El pasado 30 de diciembre, el ministro jefe de Gabinete Marcos Peña anunció el fin de la guerra con el periodismo y la entrada de las comunicaciones argentinas en el siglo XXI. Por un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) unificó la Afsca y la Aftic en una nueva repartición: el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). Pero el DNU es a todas luces insuficiente para dejar sin efecto leyes dictadas por el Congreso de la Nación. Este y otros DNU del nuevo gobierno son parte de la estrategia de Mauricio Macri para ganar tiempo mientras consigue los votos que necesitará en el Congreso para convertir en leyes las reformas que impulsa. Es sencillo: Macri no ha llamado a sesiones extraordinarias al Congreso de la Nación porque carece de las mayorías necesarias para impulsar sus políticas, pero espera llegar al 1 de marzo con las alianzas que le permitan hacerlo y entonces serán leyes hechas y derechas dictadas en sesiones ordinarias.

Dice un principio elemental del derecho que las leyes siguen a la vida y no al revés. El desafío de los legisladores será crear una ley que contemple la realidad digital convergente: la emisión, difusión y recepción de los mensajes de opinión pública tal como son y no como le gustaría al legislador que fueran. No deben legislar para cambiar la realidad ni deben meterse en el contenido de los mensajes, sino que deben estudiar la realidad y establecer una ley que evite eficazmente las injusticias que provocan las desigualdades del poder y del dinero, presentes en toda sociedad.

NOTA: redacción final de esta columna publicada ayer en el diario El Territorio de Posadas.

El kirchnerismo, los parásitos y el negocio del periodismo. En Paper Papers, 8/12/15
Clarín, los Kirchner y el pecado original. En Paper Papers, 5/10/11

jueves, 31 de diciembre de 2015

No son periodistas, son parásitos


Comparto la columna de Luis Majul en La Nación de hoy. Se llama La prensa canalla y empieza con esta enumeración descriptiva de los periodistas que se vendieron por dinero a los parásitos de la democracia que gobernaron la Argentina durante los últimos doce años:
Traicionaron el oficio más lindo del mundo. Se transformaron en vigilantes de sus propios colegas. Ejercieron el rol de comisarios políticos en medios grandes, medianos y pequeños. Trabajaron de topos en las redacciones. Presentaron como material "periodístico" videos obtenidos de manera ilegal por los servicios de inteligencia del Estado. Señalaron con el dedo a periodistas críticos, por orden directa de Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Máximo Kirchner. Inventaron acusaciones falsas. Adulteraron la información y la opinión. Cometieron delitos de orden público, como la incitación a la violencia contra trabajadores de prensa. Armaron tribunales populares contra periodistas que hicieron más por los derechos humanos que Néstor y Cristina. (Y no después de 2003, sino cuando las papas quemaban de verdad.) Algunos entregaron su alma al dinero del Estado. Casi todos encontraron la excusa perfecta para pasarse al Lado Oscuro.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Diez años no son siete y medio

Diez años de intolerancia a la realidad y al periodismo se llama el video de presentación de los sufrimientos del Grupo Clarín durante el autoritarismo kirchnerista que terminó a las 12 de la noche del miércoles 9. Bueno... diez años no fueron. 


El régimen duró doce años exactos entre los gobiernos de Néstor Kirchner y su  mujer Cristina Fernández. Pero empezaron a perseguir al Grupo Clarín (no al resto de la prensa) hace siete años y unos siete meses. Antes eran sus socios y en los medios de Clarín sostuvieron sin dramas la candidatura de la presidenta que se acaba de ir, hasta se pudrió todo allá por marzo de 2008.

martes, 8 de diciembre de 2015

El kirchnerismo, los parásitos y el negocio del periodismo

En Pecado original, el libro sobre Clarín, los Kirchner y la lucha por el poder, cuenta Graciela Mochkofsky como se pudrió la relación entre Néstor Kirchner y Héctor Magnetto entre febrero y marzo de 2008 (páginas 183 y ss). Se los resumo:

Cuando el ya expresidente Kirchner decide dar batalla contra los productores agropecuarios (el campo), el CEO y principal accionista del Grupo Clarín le explica que no se está enfrentando contra cuatro personas (los integrantes de la mesa de enlace de las agrupaciones rurales) sino contra una base social muy amplia de la Argentina. Clarín podía secundar algunas peleas políticas de los Kirchner pero no podía ir contra esa base social porque ahí estaban sus lectores y eso era ir contra el negocio del Grupo. Estaba diciendo que si lo seguían en esa pelea inútil no solo se perdía toda la eficacia de sus medios de comunicación al perder sus audiencias; además de eso quebrarían.

Empezó en esos días la pelea sorda que dejará secuelas terribles en los medios de comunicación de la Argentina, pero sobre todo en los periódicos y en el mismo concepto del negocio del periodismo.

Antes ya ocurría en menor medida, pero desde que el matrimonio Kirchner rompió su alianza con Clarín, necesitaron de una notable cantidad de medios amigos para contrarrestar los mensajes en su contra difundidos por todos los medios del Grupo, que ocuparon contra el gobierno toda su artillería, su infantería y su caballería para atacar sin cuartel y sin reparar en gastos.

Entonces los Kirchner usaron la pauta publicitaria para equilibrar los mensaje y comprar al periodismo domesticable, hasta tal punto que aparecieron medios solo para vivir de esa pauta, se inventaron anuncios inútiles y se establecieron retornos -cohecho liso y llano- hacia los funcionarios del gobierno nacional que otorgaban la pauta. Así que la nueva lógica del negocio del periodismo pasó de contenidos + circulación x publicidad a la de pauta x retornos x contenidos.

La pauta no se entrega por la circulación o la penetración de los medios que la reciben sino por los retornos que engrosaron los bolsillos de los funcionarios que la administraban. El estado paga en blanco el triple de la tarifa comercial por la publicidad que contrata, pero un tercio debe volver en efectivo y en negro a los funcionarios, otro tercio a pagar impuestos por la cifra original y el resto es casi lo mismo que paga cualquier empresa privada por la publicidad que sí necesita para vender.

El primer problema es que esos medios son muchos y hoy tienen capacidad de lobby para exigir al estado tanto pauta como privilegios, amparados en la libertad de expresión, en su condición de patrimonio cultural o extorsionando lisa y llanamente al poder político.

El segundo problema, cuando cambia el gobierno, es de los medios que viven solo de la publicidad oficial. Si el gobierno de Mauricio Macri se las retira, quiebran. Ese era el riesgo que corrían.

El tercer problema es de los inocentes, los que se mantuvieron en el negocio genuino del periodismo, enmarañada ahora en la lógica K. Ocurre que al haber muchos más medios que los que puede soportar la pauta publicitaria –de los gobiernos o comercial– el mercado de la publicidad se empiojó hasta volverse imposible, como ocurre con tantos emprendimientos en la Argentina, que son buenos negocios hasta que los descubren los parásitos, entonces dejan de ser buenos negocios para todos, pero los que se quejan son los parásitos.

Clarín, los Kirchner y el pecado original. En Paper Papers, 5/10/2011

jueves, 29 de octubre de 2015

Presentación de Clarín en la SIP



Este video fue presentado por el Grupo Clarín en la 71ª Asamblea de la SIP en Charleston (Carolina del Sur).

lunes, 13 de julio de 2015

CFK y Página 12 promocionan la entrevista del New Yorker


Ayer salió en The New Yorker esta entrevista que le hizo Dexter Filkins a Cristina Fernández de Kirchner el 11 de marzo pasado. Hoy sale en un suplemento especial la desgrabación de la entrevista en Página 12 de Buenos Aires.


La entrevista fue subida anteayer a YouTube y publicada en el muro de Facebook de la presidenta argentina. Así que Página 12 abre con una entrevista que hizo The New Yorker hace cuatro meses, que aparece en ese medio editada por su autor, y que ya está publicada en Facebook y en YouTube. En el friso hay una perla: Contacto en Asunción da cuenta de un encuentro en público de no más de un minuto de CFK con el Papa, en Asunción del Paraguay.


Si lo hicieron porque no les gustó cómo salió la entrevista en The New Yorker lo que consiguieron es darle publicidad y que mucha más gente lea la versión que no les gustó...  Abajo la portada de The New Yorker, pintada por Sempé.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Triple play y periodismo

A veces entretenidos y otras bastante aburridos asistimos, capítulo por capítulo, a la pelea entre el Gobierno nacional y el Grupo Clarín. Al intento de ir por todo se opone la defensa denodada del grupo de medios, dispuesto a que no vayan por ellos. A causa de las posiciones terminantes y definitivas de unos y de otros, quien pierde seguro es la verdad, que es la materia esencial del periodismo.

La novedad de estos días ha sido un proyecto de ley llamado Argentina Digital que establece que internet es un servicio público y que permitirá el triple play: internet, teléfono y televisión en un solo cable y provisto por distintas empresas que se sirven del conducto ya instalado por un tercero o por ellos mismos. Hoy la mayoría de los hogares de la Argentina ven televisión y acceden a internet por un cable provisto por una sola empresa que también es propietaria de gran parte de los contenidos que van por ese cable. No pretendo resolver ahora si eso es un monopolio o una posición dominante en el mercado. Esta claro que el triple play limitará cualquier posible posición dominante, pero también está claro que el proyecto de ley tiene el propósito casi exclusivo de limar el negocio del Grupo Clarín. Lo que no consiguieron con la Ley de Medios lo intentan con Argentina Digital y no les importa que una ley contradiga a la otra, entre otras cosas porque ese es precisamente el mecanismo de las leyes.

Lo que me interesa explicar es que el triple play es tan anacrónico como la Ley de Medios de hace cinco años, que ni mencionaba a internet cuando ya todo el mundo tenía acceso a la red de redes. Hoy internet, telefonía y televisión son la misma realidad: accedemos a ellos a través de pantallas de distintos tamaños en las que redactamos un informe, vemos televisión, oímos la radio, sacamos fotos, filmamos a los nietos, buscamos una receta, pasamos música, leemos las noticias, vemos películas, mandamos mensajes y a veces hablamos por teléfono. El 3G con suficientes antenas se convierte en un wifi como el de nuestra casa o el del bar, pero para toda una ciudad. Todo esto sin hablar del 4G, que hoy existe en Chile o Uruguay y que no tardará en llegar a la Argentina. Muchos de nosotros elegimos hace rato hablar por Viber o Skype con costo cero y sólo nos importa la compañía telefónica porque necesitamos tener un smartphone habilitado que nos permita todas las prestaciones de esa maravillosa pantalla que va a todos lados con nosotros. El que opere esos milagros no será el propietario de ningún cable sino el de las antenas.

El periodismo es otra cosa. Usa esos medios y los que vengan en el futuro como usó los del pasado y tiene todo el derecho de buscar la verdad y de informarla. Y el Gobierno tiene también el derecho de cuestionarla si considera que esa no es la verdad. En las democracias republicanas la información se rebate con información y la opinión con opinión y los ciudadanos son los que le creen o adhieren a una y otra. Pero hoy no está ocurriendo eso.

No está ocurriendo porque hasta un día del primer semestre de 2008 los que hoy se quejan de la persecución del Gobierno almorzaban en la quinta de Olivos casi todas las semanas y conseguían privilegios increíbles, como la ley que les permitió convertirse en el monopolio que ahora quiere impedir el mismo Gobierno que lo permitió. Todo eso lo consiguieron a cambio de apoyar el régimen, primero de Néstor y luego de Cristina Kirchner. En aquellos años y gracias a su amistad con el Gobierno, conseguían todas las primicias del poder y lo hacía fregándose en el resto de los medios. Se acercaron tanto al poder que quedaron atrapados en su dialéctica y casi no pudieron escapar cuando las garras del oso lo abrazaron para quedarse con sus despojos. Las mismísimas personas que antes echaban risas en la mesa de los Kirchner son las que ahora intentan zafar a un costo inmenso.

El periodismo debe convivir con el poder y no me refiero sólo al poder político. Esa convivencia no es la de los hermanos o parientes y mucho menos la de los compinches de pesca. Es imprescindible mantener la distancia y el respeto que se merecen las personas honorables o los buenos vecinos. Siempre entre el poder y el periodismo tiene que haber esa convivencia tensionada que ayuda a los dos: fortalece al poder porque le señala los abusos y fortalece al periodismo porque lo hace creíble. En cambio, cuando el periodismo se enrosca con el poder, siempre terminan contaminados, uno por el cinismo y el otro por el descrédito, que son pésimas señales para la democracia, la república y el periodismo, con triple play o sin triple play.
Casi igual a lo publicado en El Territorio de hoy.

sábado, 7 de junio de 2014

Nadie hizo tanto por la libertad de prensa


Hace apenas dos años algunos diarios de la Argentina, solo con la idea de conseguir los beneficios que por otras vías no conseguían, resolvieron agruparse en una nueva entidad que les resolviera eficazmente esas necesidades. Nos son periódicos del interior ni de Buenos Aires, no son chicos ni grandes, no son progobierno ni contragobierno. Son diarios convencidos de dos cosas:

1. No hay libertad de prensa sin salud económica.

2. Están dispuestos a defender la libertad de Clarín y de cualquier empresa periodística a ser amigo o enemigo del gobierno, pero también están cansados de compartir sus desventuras cuando son enemigos y de no disfrutar de sus privilegios cuando son amigos.

El anuncio del jueves pasado fue el uno de los hechos más auspiciosos para la libertad de prensa en la Argentina en los últimos... 50 o 100 años.

A causa del periodismo combativo que algunas empresas de medios han opuesto al periodismo militante de las amigas del poder político, ADEPA y ADIRA se volvieron solo capaces para declamar y reclamar derechos, pero incapaces para conseguirlos. Y han arrastrado al resto de la industria al borde del abismo.

Al final resultó que nada más y nada menos que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner -la perseguidora de periódicos- ha hecho más por la libertad de prensa que lo que sus detractores de la industria esperaban. Ha propuesto al congreso una ley para rebajar la presión impositiva sobre los diarios con la excusa legítima de su condición de patrimonio cultural y otra que les permite canjear sus deudas fiscales con publicidad en sus páginas. Y no les ha pedido nada a cambio. Aquí el decreto 852/2014.

Si a alguien se debe el decreto de la presidenta que da aire para respirar a casi todos los diarios medianos y pequeños de la Argentina es a AFERA, al lobby constante de sus integrantes y a su presidente, Gustavo Isaack (diario Ámbito Financiero de Buenos Aires).

Mientras ADEPA, AEDBA o ADIRA no entiendan la salud económica como presupuesto indispensable para la libertad, no atinarán nunca a cumplir sus objetivos de representación de la industria o de custodios de la libertad de prensa. Y mientras la industria siga dividida en facciones histéricas, será débil e incapaz de conseguir los derechos que declaman.

NOTA: El autor de este post es director del diario El Territorio, miembro de ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas), de ADIRA (Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina) y de AFERA (Asociación Federal de Editores de la República Argentina). AEDBA es la Asociación de Editores de Diarios de la ciudad de Buenos Aires.

NOTA 2 (10 de junio): Para no dar lugar a malentendidos corregí la versión del 7 de junio en la que hiperbólicamente decía que Cristina Fernández era quien más había hecho por la libertad de prensa en la Argentina (para colmo aclaraba que era una hipérbole).

viernes, 14 de marzo de 2014

Transformaciones

A raíz de la primera tapa de Página 12 busqué las del año pasado, cuando la elección de Jorge Bergoglio como papa. Aquí están. El martes les subo la tapa de la visita que hará el lunes 17 Cristina Fernández de Kirchner al papa.

11 de abril de 2010

11 de febrero de 2013

13 de febrero de 2013

17 de febrero de 2013

24 de febrero de 2013

14 de marzo de 2013

15 de marzo de 2013

16 de marzo de 2013

17 de marzo de 2013

18 de marzo de 2013

19 de marzo de 2013

20 de marzo de 2013

jueves, 13 de marzo de 2014

Sobrecarga de autorreferencia


En la portada del ABC de Madrid de hoy el ABC está siete veces. Todo un récord. 

Fue desde allí que el presidente Mariano Rajoy mandó el tuit que CX comparaba con Cristina Fernández de Kirchner hablando en un acto de Página 12.

martes, 19 de noviembre de 2013

No todos piensan igual


Anoche Presidencia de la Nación entregó dos fotos de la vuelta de Cristina Fernández de Kirchner a través de la agencia oficial Télam. Solo La Gaceta de Tucumán publicó en tapa la que muestra el backstage de la filmación de un video que también entregaron (la que filma -de espaldas y de rodillas- es Florencia, la hija de la presidenta). La Gaceta publica la del perrito y el pingüino en su página 2 y casi todos los diarios dan la de Florencia en su interior. Todos -bueno, casi todos- eligen igual. Lo curioso es que esta vez coinciden los amigos con los enemigos del gobierno, pero con dos lecturas diametralmente opuestas de la misma foto. Y en un extremo Página 12 machaca cortando el video.

jueves, 31 de octubre de 2013

Gobernar es salir en los medios (Clarín, la ley y los Kirchner 2)


El martes 29 por la mañana la Corte Suprema de Justicia de la Nación dio a conocer su sentencia en el caso Clarín contra el Estado Nacional. El fallo tiene 392 páginas pero se los resumo en pocas palabras: la ley de medios es constitucional y el Grupo Clarín debe adaptarse a sus disposiciones antimonopólicas y desprenderse de gran parte de sus activos con la correspondiente indemnización si cupiera. También el fallo recuerda la igualdad de derechos, las proporciones y la transparencia que el gobierno deberá respetar de ahora en más y en favor de todos.

El Grupo Clarín es propietario de siete diarios, cuatro de ellos en Buenos Aires, cuatro canales de televisión abierta y estaciones de radio en todo el país, pero su fuerte son los tres millones y medio de abonados a la televisión por cable y un millón y medio de usuarios de servicios de internet. Además es dueño de gran parte de la producción de contenidos que emite por sus propios canales y cables.

La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue dictada por el Congreso de la Nación y promulgada a gran velocidad entre la elección de medio término de 2009 y la toma de posesión efectiva de los nuevos legisladores y nadie duda que tenía un destinatario. En esa elección también perdió el kirchnerismo, como consecuencia del durísimo enfrentamiento con los productores rurales a raíz de las retenciones a las exportaciones. Durante esa crisis Clarín dejó de ser amigo del gobierno para convertirse en el peor de sus enemigos. Meses antes del conflicto fue el mismísimo Kirchner quien permitió la fusión de dos cables que lo colocaron en la posición dominante que ahora debe abandonar a la fuerza. Además del desgaste de la gestión, lo que limó al gobierno fue el periodismo -entreverado muchas veces con la sátira- que mostró los negocios del poder, el tráfico de influencias, el enriquecimiento espontáneo de muchos funcionarios y el movimiento de grandes sumas de dinero… ninguna novedad en la política mundial.

Lo primero que tengo que decir es que esta gente son unos fenómenos de la política. Con este fallo de la Corte retomaron la iniciativa política apenas dos días después de perderla en las elecciones de medio término del domingo 27. Ese día se renovaron la mitad de los diputados y un tercio de los senadores del Congreso de la Nación. En el sistema bicameral y federal argentino, los diputados representan al pueblo de sus provincias en proporción a sus habitantes y hay tres senadores por cada una de las 24 provincias. La provincia de Buenos Aires es la más grande y poblada, con 35 de los 127 diputados que se elegían. Otros 35 suman entre la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Es decir que con cinco jurisdicciones ya nos pasamos de la mitad del país. El partido del gobierno perdió la elección en esas cinco jurisdicciones y quedó con el 32% de los votos en todo el país: perdió 22 puntos respecto a las elecciones presidenciales de 2011, cuando Cristina Fernández de Kirchner arrasó con el 54%. Sin embargo no perdió mayorías en el Congreso ni perdió la elección: ningún otro partido -el Frente Renovador de Sergio Massa, el Pro de Maurico Macri, el Frente Cívico y Social de Hermes Binner, UNEN de Elisa Carrió, la UCR de Julio Cobos- sacó ese porcentaje a nivel nacional.

Pero todavía falta un dato:

Cristina Fernández de Kirchner está convaleciente desde el 8 de octubre pasado a causa de una operación por un hematoma entre el cráneo y el cerebro (colección subdural crónica). Desde entonces hace reposo absoluto en la quinta de Olivos, la residencia de los presidentes argentinos: no lee los diarios, no oye la radio, no se conecta a internet ni ve televisión y nadie le cuenta nada. Solo tres personas que la pueden ver responden a las preguntas que ella hace sin agregar nada. Dicen que ve muchas películas de cine y series de televisión. Cuando los periodistas le preguntaron al Ministro de Transporte si le habían informado de un nuevo accidente de trenes con más de cien heridos, ocurrido el sábado 19, contestó que la presidenta no sabe nada. Y cuando en la salida del colegio electoral le preguntaron por la salud de su madre a Máximo Kirchner, contestó que no podía decir nada porque no es médico... Lógicamente y ante la insistencia en que la presidenta debía tomarse unas vacaciones absolutas de por lo menos 30 días, ha asumido sus funciones el vicepresidente Amado Boudou, aunque nadie sabe bien si es él quien toma las decisiones.

Lo mejor que oí desde entonces sobre todo esto y con el equilibrio que creo adecuado, es el editorial de Marcelo Longobardi de esta mañana en su programa de Radio Mitre (Grupo Clarín). En el sitio de Longobardi hay solo un resumen. Le recomiendo oírlo/verlo entero ya mismo. Aquí está.

Vino con cocacola, en Paper Papers, 29/12/09
Clarín, los Kirchner y la Patria, en Paper Papers, 30/11/09
Clarín, la ley y los Kirchner, en Paper Papers, 11/10/09

viernes, 17 de mayo de 2013

"Cristina lee todo"


Lea, por favor, la columna de Jorge Fernández Díaz en La Nación de hoy. Vale la pena el final, pero le adelanto dos párrafos que tienen que ver con el título de esta entrada. Confirma algo que decimos en Paper Papers hace tiempo: los funcionarios ojean los diarios adictos y estudian los independientes.
A veces me pregunto qué hubiera sido de los Kirchner sin los diarios independientes: fueron voraces lectores de ellos, se enteraron de incontables errores cometidos por su propia gestión a través de nuestras páginas y alcanzaron a enmendarlos gracias a que se los señalamos. Esa lectura permanente y espinosa, que hoy continúa Cristina cada mañana con confesada actitud militante, le permite tomar la temperatura de la sociedad, conocer el pensamiento de la oposición y poner en perspectiva las principales acciones de su gobierno. Un país sin diarios críticos sería para ella tremendamente perjudicial, le traería un síndrome de abstinencia, un desasosiego similar al de un lector desesperado y perdido en el Día del Canillita. En tristes ocasiones, uno desea lo que no quiere. 
La peripecia del funcionario y del informe maldito confirma también que sus principales espadas le temen más que a nadie, y que tratan de endulzarle el oído con hechos y estadísticas que encajen con el relato. Y esto no es nuevo: nadie quiere ser un cadáver político. Lo que resulta absolutamente novedoso es que varios de ellos se desahoguen ahora con periodistas o con allegados: les parecen disparatadas las medidas que viene tomando el cristinismo desde hace un año y medio. Estamos hablando del cepo cambiario, el blanqueo de dinero y la consagración de la Argentina como paraíso fiscal, el pacto con Irán, la partidización de la Justicia, la apropiación del papel de diario, la presión desvergonzada a los hipermercados para que asfixien a los grandes periódicos, los planes de intervención al Grupo Clarín y muchas más. Los hombres de la Presidenta muestran su desasosiego frente a estas ocurrencias, las consideran indefendibles aunque aparezcan cada mañana promocionándolas por la radio, y de inmediato nos ruegan discreción. Que no se los nombre, que por favor no publiquemos nada porque "Cristina lee todo".

sábado, 6 de abril de 2013

"Esta vieja es peor que el tuerto" (2)

En la tapa de todos los diarios de Buenos Aires de ayer también apareció el pensamiento de José Mujica sobre el matrimonio Kirchner. ¿En todos? ¡No! Una pequeña aldea resiste...

viernes, 5 de abril de 2013

"Esta vieja es peor que el tuerto"

Ayer, mientras esperaba al comienzo de una reunión, el presidente del Uruguay conversaba con el intendente de Florida sobre la presidenta argentina sin percatarse de que el micrófono estaba abierto. Dijo esto:



Estas son las tapas de los diarios de Montevideo de esta mañana:

 

En El País y El Observador pensaron igual: foto de archivo con el mismo gesto de Mujica. Y hasta La Juventud se ocupó del tema (abajo a la derecha, encima de la viñeta).

Creo que hubiera titulado con algunas de las palabras que dijo el presidente, pero estoy seguro de que los editores de los diarios del Uruguay prefirieron no insistir con esas palabras y publicarlas solo en sus bajadas. ¿Usted qué hubiera hecho?