Paper Papers cumple once años. Aquí el primer post, del 27 de octubre de 2005, que también fue jueves.
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jueves, 27 de octubre de 2016
sábado, 5 de mayo de 2012
Interactividad real
Miren este ejercicio fenomenal, medio en chiste medio en serio, de Jim Behrle en The Awl que me pasa MRA.
Es cierto que solo se puede hacer con el papel. Esto es interactividad de verdad y no la de los algoritmos que nos obligan a leer lo que ellos -o el Gran Hermano- quieren. La interactividad es la capacidad del lector para intervenir en la confección del mensaje. Y del medio, claro, diría Marshall McLuhan. Una fortaleza del papel que no sabemos todavía utilizar en los medios digitales y que no llegará hasta que exista comercialmente un producto que suplante de verdad al papel y que sirva para navegar en internet.
Las dimensiones de la interactividad, en Paper Papers, 27/10/95
Las dimensiones de la interactividad, en Paper Papers, 27/10/95
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jueves, 1 de diciembre de 2011
La interactividad y el papel
En el sitio de la 20ª Cumbre Mundial de la Infografía Malofiej20 aparece hoy este post sobre la interactividad y el tamaño real. Se los recomiendo (ejem):
Siempre entendí el concepto de interacción como la posibilidad de que el receptor participe en la confección del mensaje. Aunque estoy dispuesto a cambiar mi definición cuando encuentre una mejor, sigo en mis trece. Dicho así tiene de bueno que se aplica a cualquier mensaje en cualquier medio. Y todavía pienso que no hay nada tan interactivo como el papel (o como el modelo documental, todavía en el imperio del papel).
Ya se sabe que las páginas de un periódico sirven para envolver pescado. Pero es mucho más: un periódico, una revista, un libro… También sirven para encender un buen fuego y para limpiar los parabrisas del coche. Y se pueden fotocopiar -aunque sea en contra de leyes antediluvianas-, marcar, pintar, recortar, llevar y traer, dejar descansar, volver a leer, abollar, romper en mil pedazos… Se pueden leer, mirar, ver, escanear, morder, comer, oír, tocar, oler… En un sillón, en el autobús, en el tren, en el cuartito, en la mesa del comedor, mientras vemos tele o esperamos que baje un archivo pesado en el ordenador.
El futuro del diario es el diario, no el iPad. Y el futuro del iPad es el iPad. Y no dependen de las tecnologías sino del talento de quienes fabrican sus contenidos. Todo esto viene a cuento de la excelente idea de usar el papel para mostrar lo que le queremos decir en tamaño real. El diámetro del tubo que sacó a los 33 mineros de la Mina San José lo tiene usted en sus narices: buenísima idea que usaron El Mercurio de Santiago de Chile, La Voz del Interior de Córdoba (Argentina) y El Periódico de Barcelona. Pero hay más. Creo que estas merluzas en Clarín, los fetos y el arma en la mano de un niño de Time son anticipos magníficos de esa interacción, que estaban guardados en una carpeta de mi ordenador.
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miércoles, 31 de agosto de 2011
Por qué The New York Times triunfa y triunfará (más)
Por su periodismo, por supuesto. Pero también porque detrás tienen a unos leones que trabajan de que ese periodismo llegue a todas partes de todos modos a todas horas. Y no sólo el periodismo. Atención a las posibilidades de esta mesa de cocina:
Uno no sabe adónde llegará este cacharro. De entrada no es muy móvil. Pero el que la sigue la consigue. El NYT la sigue.
Via MM
Uno no sabe adónde llegará este cacharro. De entrada no es muy móvil. Pero el que la sigue la consigue. El NYT la sigue.
Via MM
miércoles, 17 de agosto de 2011
Todo lo que se necesita para ser un social media editor
The Washington Post acaba de publicar una demanda de trabajo solicitando un editor de medios sociales. Para que el WaPo se fije en su su curriculum usted debe tener…
—Dos o más años de periodismo. Es obligatorio haber sido reportero o bloguero.Adicionalmente…
—Experiencia demostrable en generar audiencia a través de redes sociales (TW, FB…).
—Conocimiento práctico de producción Web y HTML.
—Experiencia en el uso de analítica para determinar el Return on Investment social.
—Excelentes competencias comunicativas verbales y escritas.
—Facilidad para adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías y entornos de trabajo.
—Experiencia en producción multimedia y/o conocimientos de edición de vídeo y fotografía. Manejo de programas de edición.Visto lo visto, el periodismo es lo de menos. Pues vaya.
—Experiencia en manejo de un Sistema de Gestión de Contenidos para una compañía de gran tamaño.
—Sólidas competencias organizativas y de gestión del tiempo.
—Sólida capacidad para trabajar en equipo y ganas de colaborar con otros.
—Ser un freak de las redes sociales.
miércoles, 2 de febrero de 2011
Actual size (8)
The Boston Globe muestra lo que va a nevar hoy y mañana en la ciudad, según el pronóstico. Ya saben que me gustan estas comparaciones del periódico con su propio tamaño. Esto es gráfico 100 por 100, pero además es interactividad de la buena.
NOTA: Estamos haciendo algunos cambios en el dominio del blog. Tengan un poco de paciencia si algo no se ve tan bien o el buscador no funciona. Me dicen que en un par de días estará a full.
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miércoles, 27 de octubre de 2010
Este blog cumple cinco años
Las dimensiones de la interactividad fue el primer post en Paper Papers, publicado el 27 de octubre de 2005.
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miércoles, 6 de octubre de 2010
El nuevo Tiempo y sus pestañas
Ediciones del sábado 2 y domingo 3 de El Tiempo de Bogotá. El rediseño, ya lo saben, es de García Media. Pueden ver detalles, razones y explicaciones en los blog de Mario García y el de Rodrigo Fino.
El diseño es jugado. De esos que hay que esperar para conocer la respuesta del público, que agradecerá que no hayan cambiado el logotipo (hoy almorcé con un empresario colombiano y me decía que no se halla a gusto en ese diario donde no encuentra las cosas).
Las nuevas tres grandes secciones y sus cabeceras las explicada Rodrigo Fino (el resaltado es suyo, las negritas y la corrección en las primeras son mías):
Todo el contenido del diario se agrupó en tres grandes macro secciones: Debes saber, que es la actualidad, lo factual, la información dura. Debes hacer, es un cuadernillo de información más relacionada al comportamiento, al que hacer, al servicio, el espectáculo. Debes leer, allí se agruparán todos los análisis, los contenidos relacionados con la opinión y la profundidad. Los nombres de estas tres secciones (que llevaron un largo e intenso debate sobre si el debes era o no imperativo o incluso si no era muy informal) marcan la intención del periódico de cuál es su selección del día y de todo aquello que los editores creen que es lo más relevante e importante de cada sección. Se le puede poner el nombre que cada uno quiera, pero esa selección estará presente siempre sino no sería un diario. Sin selección no hay edición y se sabe que en toda selección hay siempre y es inevitable una exclusión.Me canso de pellizcar las pestañas y no sale nada. Aplasto los botones de la derecha y menos. No entiendo la interactividad de internet, tomada del papel y luego falseada en el papel. Necesito que me lo expliquen. También el imperativo paternalista, justo ahora que nadie acepta que le digan lo que tiene que hacer (clic para ampliar).
Fíjense lo que les pasó en el primer número:
lo que debes hacer es striptease
El sábado 23 tenemos un seminario con Rodrigo en Buenos Aires. Se lo voy a preguntar...
NOTA 1: agradezco al cielo que no hayan cambiado el logotipo.
NOTA 2: aquí Eduardo Arriagada cuenta parte de la historia de estas pestañas.
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lunes, 19 de abril de 2010
Invento revolucionario
Y no dice nada de su interactividad ilimitada, como leer de atrás para adelante o fotocopiar las páginas que se nos dé la gana...
Actualización 21/4: Creo que no es la primera vez que nos pasa. Pero esta lleva un día y yo sin darme cuenta. El mismo video fue subido a este blog por TP en pasado 10 de abril.
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domingo, 28 de septiembre de 2008
Quién bloguea, cómo, dónde y por qué
Technorati publica su informe sobre el estado de la blogosfera aquí. Es informe de parte pero es referencia obligada. De 133 millones de blogs creados desde 2002, sólo 1,5 millones ha publicado algún post la última semana. El 1,1%. Minúsculo porcentaje, considerando que un post semanal es la mínima actualización de los blogs que tienen algún tráfico. Los apóstoles de la interactividad y los fundamentalistas de la participación, el contenido distribuido... que no se tiren por la ventana todavía: los ingresos publicitarios medios de un blog activo son de 6.000 US$ (4.000 €). Bien. Pero se ve que el mantra Usted Es Ahora Su Periodista está entre la patraña y el aleluya. Bien también.
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sábado, 17 de mayo de 2008
Modelo de negocio
No conocía la recomendación ¡en 1976! de la Federación Internacional de Editores de Diarios (FIEJ por sus siglas en francés), de empezar a llamar medios leídos a los medios gráficos: no sabían entonces que solo el 20 % de los "lectores" leen el diario: el resto lo ve o lo mira. Lo leo en eCuaderno, el blog de José Luis Orihuela.
En los periódicos el papel es parte esencial del producto y los medios gráficos seguirán existiendo mientras exista el papel, por lo que no creo en esa descripción que implica toda una actitud semi apocalíptica. Lo confirma José Luis textualmente en su respuesta a Jennifer Woodard Maderazo para un artículo en Mediashift: seguirán existiendo pero no serán como los conocemos hoy, también que "por lo general ha habido una manifiesta incapacidad para redefinir el producto y los modelos de negocio de la industria de la prensa".
Coincido 100 % con Orihuela sobre el futuro de la prensa online: "los principales retos de la prensa online (tanto para nuevos como para viejos medios) son la excelencia periodística, la gestión de la interactividad con los usuarios y la consolidación del modelo de negocio"
La incapacidad para enfrentar el cambio, en Paper Papers, 22/9/07
En los periódicos el papel es parte esencial del producto y los medios gráficos seguirán existiendo mientras exista el papel, por lo que no creo en esa descripción que implica toda una actitud semi apocalíptica. Lo confirma José Luis textualmente en su respuesta a Jennifer Woodard Maderazo para un artículo en Mediashift: seguirán existiendo pero no serán como los conocemos hoy, también que "por lo general ha habido una manifiesta incapacidad para redefinir el producto y los modelos de negocio de la industria de la prensa".
Coincido 100 % con Orihuela sobre el futuro de la prensa online: "los principales retos de la prensa online (tanto para nuevos como para viejos medios) son la excelencia periodística, la gestión de la interactividad con los usuarios y la consolidación del modelo de negocio"
La incapacidad para enfrentar el cambio, en Paper Papers, 22/9/07
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sábado, 9 de febrero de 2008
Technical skills
Technical skills un journalism jobs se titula un post de Eric Ulken del pasado 20 de enero (al que llegué gracias a António Granado). Reproduce en forma de tagcloud las habilidades más buscadas en el sitio JournalismJobs.com que ya se ve que es una bolsa de trabajo para periodistas. En este caso Ulken contabilizó solo las palabras técnicas que se repetían en los pedidos de periodistas para medios on line. Interactivo es la palabra que más se repetía y blogs la segunda...
Me preguntaba entonces por las habilidades más buscadas para trabajar en una redacción. Qué debería tener sí o sí quien se presente a trabajar de periodista. Es imposible contabilizar la curiosidad: aunque lo he intentado muchas veces, nunca estoy seguro hasta que pasan varios meses de trabajo. El amor a la verdad es más difícil todavía. La habilidad para descubrir historias, no digamos. Los libros que leen o han leído es un poco más fácil... El problema es que si pido gente con ganas de cambiar el mundo, curiosos empedernidos y que escriban como los dioses, se presentarán miles que creen que lo son.
Pero además deben tener la enfermedad en la sangre. Esa pasión que los hace descubrir y escribir las historias apasionantes que cambian el mundo. Cuando leía el post de Eric Ulken constataba que se reducen las habilidades de los periodistas a la interactividad, el Photoshop, el blogueo y Macromedia. Estamos perdidos: una persona con pasión maneja eso, un Airbus 380 o lo que le pongan delante. Ya lo dice Sergio Sotelo: periodista es una persona con una pasión, sea la que sea, hasta coleccionar estampillas.
Dónde encontrar periodistas, en Paper Papers, 27/12/06
Quién es un periodista, en Paper Papers, 27/11/05
Me preguntaba entonces por las habilidades más buscadas para trabajar en una redacción. Qué debería tener sí o sí quien se presente a trabajar de periodista. Es imposible contabilizar la curiosidad: aunque lo he intentado muchas veces, nunca estoy seguro hasta que pasan varios meses de trabajo. El amor a la verdad es más difícil todavía. La habilidad para descubrir historias, no digamos. Los libros que leen o han leído es un poco más fácil... El problema es que si pido gente con ganas de cambiar el mundo, curiosos empedernidos y que escriban como los dioses, se presentarán miles que creen que lo son.
Pero además deben tener la enfermedad en la sangre. Esa pasión que los hace descubrir y escribir las historias apasionantes que cambian el mundo. Cuando leía el post de Eric Ulken constataba que se reducen las habilidades de los periodistas a la interactividad, el Photoshop, el blogueo y Macromedia. Estamos perdidos: una persona con pasión maneja eso, un Airbus 380 o lo que le pongan delante. Ya lo dice Sergio Sotelo: periodista es una persona con una pasión, sea la que sea, hasta coleccionar estampillas.
Dónde encontrar periodistas, en Paper Papers, 27/12/06
Quién es un periodista, en Paper Papers, 27/11/05
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sábado, 11 de agosto de 2007
Internet es otro medio
Documento presentado para la discusión sobre el ingreso de los llamados "periódicos digitales" en ADEPA
Cuando apareció la fotografía todo el mundo pronosticó la muerte inminente de la pintura y el vapor sentenció a la navegación a vela. Sin embargo hoy hay más negocios con la pintura y más barcos de vela que nunca. Los primeros automóviles eran coches de caballos sin caballos y todavía en gran parte del mundo los llaman como cuando tenían caballos. Los primeros barcos de vapor tenían mástiles, botavaras y juanetes y todavía llamamos astilleros a las fábricas de barcos de acero. El primer cine es teatral. La primera foto es pictórica. Y los sitios webs de los diarios se parecen todavía al periódico. Es que al principio, la nueva tecnología no tiene un lenguaje propio y toma prestado el lenguaje del anterior (habría que leer más a Marshall McLuhan).
Pero hay una consecuencia más interesante todavía, que ya se está reflejando también en la propiedad de los diarios: los que inventaron los primeros automóviles no fueron los fabricantes de carros, que cuando vieron ese engendro decidieron competir con más caballos y quebraron. Hoy hay más velas que cuando solo se navegaba a vela pero los fabricantes de velas y barcos deportivos no son los mismos que los que construían balandras y bergantines.
Internet es otro medio, distinto y diferente de los demás y, por supuesto, del diario. Los sitios de los periódicos no son ni deben ser el diario en internet, pero eso no quiere decir que las empresas periodísticas no deben tener negocios en internet, como los tienen en otros ámbitos de la comunicación mediática. Será parecido en la medida en que se refleje la misma conducción o propiedad y las sinergias propias de la industria de contenidos a la que el diario, la radio, la televisión y el sitio web pertenecen. Como la radio no debería ser el diario por radio, el sitio web no debe ser el diario por internet. Diario de papel es un pleonasmo, como periodismo independiente. Periódico digital en cambio, es un contrasentido, como inteligencia artificial. Se han usado y se usan en periodismo metáforas prestadas por los diarios como Telediario, Rotativo del Aire o Edición Chiche, pero nadie piensa que esos programas de radio o televisión son periódicos (y no los dejarían entrar en ADEPA a pesar del nombre).
El 7 de febrero pasado Arthur Sulzberger provocó a los lectores del periódico israelí Haaretz: "En serio, no se si dentro de cinco años imprimiremos todavía The New York Times. ¿Y quiere saber algo? No me preocupa. Nuestro diario ya está cambiando, y el final llegará cuando la compañía decida no imprimir más la versión de papel" Para Sulzberger internet es el futuro de la prensa gráfica. Sus antepasados nunca cifraron el porvenir del NYT en la radio o la televisión: lo mantuvieron en el papel y lo hicieron riquísimo. No hay que ser profeta para saber que dentro de menos de cinco años los dueños del NYT no van a ser los Sulzberger, pero la cifra que pague el comprador se la deberán a sus abuelos.
¿Quién ha matado al diario? se preguntó, como un hecho consumado, The Economist hace un año. Al principio de la nota de tapa de la edición del 24 de agosto de 2006 cita el libro de The Vanishing Newspaper de Philip Meyer, que calcula que durante el primer trimestre de 2043 el último lector abandonará exhausto el último ejemplar de un diario en los Estados Unidos. Y contesta la nota de The Economist: está matando al diario la tecnología, la estructura del negocio, la gratuidad de la información y el acceso universal a las fuentes. Ninguna de estas circunstancias es una novedad en la industria ni en el periodismo. No está muerto el diario porque no muere el modelo documental. Cambia el modo de hacer diarios, de venderlos, de llegar al público, de hacer publicidad. Son los antiguos dueños de diarios los que no saben cómo enfrentar esa realidad.
Juan Varela, actual director de ADN.es (Grupo Planeta), le contestaba a The Economist en su blog Periodismo 21: "Es necesaria una nueva prensa. Los editores, ejecutivos y profesionales están obligados a cambiar la estructura del periodismo y del negocio para sobrevivir y medrar en el nuevo ecosistema de la información y los medios. El futuro es digital, móvil, audiovisual... pero también, y sobre todo, mucho más crítico y disperso. Mercado de nichos, no de gran consumo. Ese debe ser el eje del cambio de economía de la prensa de papel. El cambio informativo obliga a abrirse a la participación y la interactividad de los ciudadanos. No solo oír su voz, sino integrar sus criterios y aportaciones en la propia información. Ahora se llama periodismo de fuente abierta, pero el buen periodismo de siempre, el que se hundía en el debate público para encontrar la información allá donde estuviera y buscaba la verdad práctica con los ojos de su público. Solo eso ¡Y qué difícil es!".
Si internet es otro medio, será necesario estudiar las características de un sitio web y de sus usuarios para planear sus contenidos y no seguir pensando en captar a lectores de diarios. Cuáles son sus hábitos, cómo buscan y encuentran la información que les interesa. Los cibernautas usan arpón, mientras que los lectores de diario pescan con anzuelo. En internet se sabe lo que se busca, en los diarios se pesca lo que salga. Internet es submarino, el diario es de superficie. Con razón dice Nicholas Negroponte en Being Digital que los medios son diferentes corporizaciones del mismo mensaje. Pero además la información tiende a ser gratis, libre e independiente. Cuando los diarios –jaqueada su industria por el poder político o económico– no lo consiguen, estas condiciones se cuelan por otros lados (cfr. The Media Lab: Inventing the Future at M.I.T, por Stewart Brand, Penguin Books, 1987).
Lógicamente hay sinergias, como en otros medios. Habrá que buscar qué le aporta el diario al sitio web y qué no le debe aportar. No deberían ser las noticias el fuerte del sitio web, ya que el cibernauta las conoce; sabe que hubo una catástrofe en el aeropuerto de Congonhas y se sumerge a visitar los sitios que informan de otras catástrofes similares, sitios de aviones, de aeropuertos, listas de muertos y hasta el sitio de Al Qaeda, a ver si reivindica el atentando. La publicidad debe atender también a estas características de los cibernautas y a los avisos clasificados hay que encararlos estratégicamente. El día en que la mayoría de la gente tenga acceso a internet desde la casa, los diarios van a perder gran parte de sus avisos por palabras. Pero no está tan claro. De hecho, algunos sitios de clasificados tuvieron que salir en papel para vender sus avisos. Un concepto elemental en este tipo de información es el de las transacciones inmediatas. El que encuentra un producto en internet debe tener la posibilidad de comprarlo ahora mismo, o, por lo menos de señarlo y reservarlo.
El primer despegue del periodismo por internet son los weblog o sencillamente blogs. Un blog es un sitio web en el que se agregan (se postean) datos e información con la misma facilidad con la que se recibe y envía correo electrónico. Son servicios provistos por empresas como Google que permiten a cualquier persona tener su propio sitio web. También se los llama bitácoras, por ser como un diario de a bordo del blogero, pero los hay de infinidad de formas y estilos. Cuando los dirigen periodistas con trayectoria y buena información consiguen tráfico proporcionado a la calidad y la libertad de las noticias o del análisis que ofrecen, pero sobre todo por los aportes del público, que tantas veces sabe más de las noticias que los propios periodistas (cfr. We The Media, por Dan Gillmore, Editorial O´Reilly 2004). Los sitios web o los blogs (son género y especie) cuestan poco dinero o son gratuitos para el que los edita y para el cibernauta o lector. Además es muy difícil censurarlos y no se los puede extorsionar con la publicidad.
En el caso del diario, el papel (u otro material similar o sucedáneo) es esencial como soporte de su industria de contenidos. No es internet el futuro de los diarios ni va a ser su tumba. Hay que buscar el futuro de los diarios en el cambio de la escala del negocio, en los gratuitos y los populares, en la distribución y en las ventas. Los diarios se leen menos en la Argentina por las graves carencias en el sistema de distribución y en el precio; porque aburren con las mismas historias; porque los hacen prenseros y data entries y no verdaderos periodistas; porque claudican ante las presiones; porque no defienden a sus lectores de los abusos del poder. También porque no están unidos en la defensa de su industria y de su libertad.
Cuando apareció la fotografía todo el mundo pronosticó la muerte inminente de la pintura y el vapor sentenció a la navegación a vela. Sin embargo hoy hay más negocios con la pintura y más barcos de vela que nunca. Los primeros automóviles eran coches de caballos sin caballos y todavía en gran parte del mundo los llaman como cuando tenían caballos. Los primeros barcos de vapor tenían mástiles, botavaras y juanetes y todavía llamamos astilleros a las fábricas de barcos de acero. El primer cine es teatral. La primera foto es pictórica. Y los sitios webs de los diarios se parecen todavía al periódico. Es que al principio, la nueva tecnología no tiene un lenguaje propio y toma prestado el lenguaje del anterior (habría que leer más a Marshall McLuhan).
Pero hay una consecuencia más interesante todavía, que ya se está reflejando también en la propiedad de los diarios: los que inventaron los primeros automóviles no fueron los fabricantes de carros, que cuando vieron ese engendro decidieron competir con más caballos y quebraron. Hoy hay más velas que cuando solo se navegaba a vela pero los fabricantes de velas y barcos deportivos no son los mismos que los que construían balandras y bergantines.
Internet es otro medio, distinto y diferente de los demás y, por supuesto, del diario. Los sitios de los periódicos no son ni deben ser el diario en internet, pero eso no quiere decir que las empresas periodísticas no deben tener negocios en internet, como los tienen en otros ámbitos de la comunicación mediática. Será parecido en la medida en que se refleje la misma conducción o propiedad y las sinergias propias de la industria de contenidos a la que el diario, la radio, la televisión y el sitio web pertenecen. Como la radio no debería ser el diario por radio, el sitio web no debe ser el diario por internet. Diario de papel es un pleonasmo, como periodismo independiente. Periódico digital en cambio, es un contrasentido, como inteligencia artificial. Se han usado y se usan en periodismo metáforas prestadas por los diarios como Telediario, Rotativo del Aire o Edición Chiche, pero nadie piensa que esos programas de radio o televisión son periódicos (y no los dejarían entrar en ADEPA a pesar del nombre).
El 7 de febrero pasado Arthur Sulzberger provocó a los lectores del periódico israelí Haaretz: "En serio, no se si dentro de cinco años imprimiremos todavía The New York Times. ¿Y quiere saber algo? No me preocupa. Nuestro diario ya está cambiando, y el final llegará cuando la compañía decida no imprimir más la versión de papel" Para Sulzberger internet es el futuro de la prensa gráfica. Sus antepasados nunca cifraron el porvenir del NYT en la radio o la televisión: lo mantuvieron en el papel y lo hicieron riquísimo. No hay que ser profeta para saber que dentro de menos de cinco años los dueños del NYT no van a ser los Sulzberger, pero la cifra que pague el comprador se la deberán a sus abuelos.
¿Quién ha matado al diario? se preguntó, como un hecho consumado, The Economist hace un año. Al principio de la nota de tapa de la edición del 24 de agosto de 2006 cita el libro de The Vanishing Newspaper de Philip Meyer, que calcula que durante el primer trimestre de 2043 el último lector abandonará exhausto el último ejemplar de un diario en los Estados Unidos. Y contesta la nota de The Economist: está matando al diario la tecnología, la estructura del negocio, la gratuidad de la información y el acceso universal a las fuentes. Ninguna de estas circunstancias es una novedad en la industria ni en el periodismo. No está muerto el diario porque no muere el modelo documental. Cambia el modo de hacer diarios, de venderlos, de llegar al público, de hacer publicidad. Son los antiguos dueños de diarios los que no saben cómo enfrentar esa realidad.
Juan Varela, actual director de ADN.es (Grupo Planeta), le contestaba a The Economist en su blog Periodismo 21: "Es necesaria una nueva prensa. Los editores, ejecutivos y profesionales están obligados a cambiar la estructura del periodismo y del negocio para sobrevivir y medrar en el nuevo ecosistema de la información y los medios. El futuro es digital, móvil, audiovisual... pero también, y sobre todo, mucho más crítico y disperso. Mercado de nichos, no de gran consumo. Ese debe ser el eje del cambio de economía de la prensa de papel. El cambio informativo obliga a abrirse a la participación y la interactividad de los ciudadanos. No solo oír su voz, sino integrar sus criterios y aportaciones en la propia información. Ahora se llama periodismo de fuente abierta, pero el buen periodismo de siempre, el que se hundía en el debate público para encontrar la información allá donde estuviera y buscaba la verdad práctica con los ojos de su público. Solo eso ¡Y qué difícil es!".
Si internet es otro medio, será necesario estudiar las características de un sitio web y de sus usuarios para planear sus contenidos y no seguir pensando en captar a lectores de diarios. Cuáles son sus hábitos, cómo buscan y encuentran la información que les interesa. Los cibernautas usan arpón, mientras que los lectores de diario pescan con anzuelo. En internet se sabe lo que se busca, en los diarios se pesca lo que salga. Internet es submarino, el diario es de superficie. Con razón dice Nicholas Negroponte en Being Digital que los medios son diferentes corporizaciones del mismo mensaje. Pero además la información tiende a ser gratis, libre e independiente. Cuando los diarios –jaqueada su industria por el poder político o económico– no lo consiguen, estas condiciones se cuelan por otros lados (cfr. The Media Lab: Inventing the Future at M.I.T, por Stewart Brand, Penguin Books, 1987).
Lógicamente hay sinergias, como en otros medios. Habrá que buscar qué le aporta el diario al sitio web y qué no le debe aportar. No deberían ser las noticias el fuerte del sitio web, ya que el cibernauta las conoce; sabe que hubo una catástrofe en el aeropuerto de Congonhas y se sumerge a visitar los sitios que informan de otras catástrofes similares, sitios de aviones, de aeropuertos, listas de muertos y hasta el sitio de Al Qaeda, a ver si reivindica el atentando. La publicidad debe atender también a estas características de los cibernautas y a los avisos clasificados hay que encararlos estratégicamente. El día en que la mayoría de la gente tenga acceso a internet desde la casa, los diarios van a perder gran parte de sus avisos por palabras. Pero no está tan claro. De hecho, algunos sitios de clasificados tuvieron que salir en papel para vender sus avisos. Un concepto elemental en este tipo de información es el de las transacciones inmediatas. El que encuentra un producto en internet debe tener la posibilidad de comprarlo ahora mismo, o, por lo menos de señarlo y reservarlo.
El primer despegue del periodismo por internet son los weblog o sencillamente blogs. Un blog es un sitio web en el que se agregan (se postean) datos e información con la misma facilidad con la que se recibe y envía correo electrónico. Son servicios provistos por empresas como Google que permiten a cualquier persona tener su propio sitio web. También se los llama bitácoras, por ser como un diario de a bordo del blogero, pero los hay de infinidad de formas y estilos. Cuando los dirigen periodistas con trayectoria y buena información consiguen tráfico proporcionado a la calidad y la libertad de las noticias o del análisis que ofrecen, pero sobre todo por los aportes del público, que tantas veces sabe más de las noticias que los propios periodistas (cfr. We The Media, por Dan Gillmore, Editorial O´Reilly 2004). Los sitios web o los blogs (son género y especie) cuestan poco dinero o son gratuitos para el que los edita y para el cibernauta o lector. Además es muy difícil censurarlos y no se los puede extorsionar con la publicidad.
En el caso del diario, el papel (u otro material similar o sucedáneo) es esencial como soporte de su industria de contenidos. No es internet el futuro de los diarios ni va a ser su tumba. Hay que buscar el futuro de los diarios en el cambio de la escala del negocio, en los gratuitos y los populares, en la distribución y en las ventas. Los diarios se leen menos en la Argentina por las graves carencias en el sistema de distribución y en el precio; porque aburren con las mismas historias; porque los hacen prenseros y data entries y no verdaderos periodistas; porque claudican ante las presiones; porque no defienden a sus lectores de los abusos del poder. También porque no están unidos en la defensa de su industria y de su libertad.
martes, 12 de septiembre de 2006
Nadie ha matado a los diarios
"La prensa moderna nació con la democratización política y social. Se ha desarrollado con los estados industrializados y el progreso material y político. Es la razón por la que sigue creciendo en los países en desarrollo cuya democracia o apertura política y social avanza" asegura Juan Varela en su blog, Periodistas 21. Sigue: "En los países del tercer sector, instalados en la revolución digital y de los servicios, la irrupción de nuevas tecnologías ha permitido a muchos ciudadanos amplificar su voz para llegar a una audiencia en teoría infinita. Es el fin de la comunicación de masas y la aparición de un mercado infinito de nichos. La crisis de la autoridad, de la credibilidad y de la mediación son el eje del crack de la prensa tradicional"
Estamos ante un cambio cultural tan revolucionario como el que produjo la imprenta de tipos móviles de Gutenberg. El mundo se abre a una nueva forma de poder, aunque no sepamos ni cómo será. En no mucho tiempo las democracias occidentales serán lo que para nosostros son los tres mosqueteros. Hoy la circulación de diarios avanza donde avanza el progreso: en China. Los diarios nacen acompañando los grandes cambios políticos y sociales. El País de Madrid es el caso más cercano y más paradigmático, pero hay muchos más.
¿Quien ha matado a los diarios? se preguntó, como un hecho consumado, The Economist del 26 de agosto. Y contesta: la tecnología, la estructura del negocio, la gratuidad de la información, el acceso universal a las fuentes.
Pero los diarios no están muertos. La gratuidad no es una novedad en la industria ni en el periodismo. La información es así porque que no se consume con su uso: lo sabe el último lector de ojito del metro de cualquier ciudad. Que los diarios viven de la publicidad no es tampoco una novedad.
Pero sigue Varela: "Es necesaria una nueva prensa. Los editores, ejecutivos y profesionales están obligados a cambiar la estructura del periodismo y del negocio para sobrevivir y medrar en el nuevo ecosistema de la información y los medios. El futuro es digital, móvil, audiovisual... pero también, y sobre todo, mucho más crítico y disperso. Mercado de nichos, no de gran consumo. Ese debe ser el eje del cambio de economía de la prensa de papel. El cambio informativo obliga a abrirse a la participación y la interactividad de los ciudadanos. No solo oir su voz, sino integrar sus criterios y aportaciones en la propia información. Ahora se llama periodismo de fuente abierta, pero el buen periodismo de siempre, el que se hundía en el debate público para encontrar la información allá donde estuviera y buscaba la verdad práctica con los ojos de su público. Solo eso ¡Y qué difícil es!"
Estamos ante un cambio cultural tan revolucionario como el que produjo la imprenta de tipos móviles de Gutenberg. El mundo se abre a una nueva forma de poder, aunque no sepamos ni cómo será. En no mucho tiempo las democracias occidentales serán lo que para nosostros son los tres mosqueteros. Hoy la circulación de diarios avanza donde avanza el progreso: en China. Los diarios nacen acompañando los grandes cambios políticos y sociales. El País de Madrid es el caso más cercano y más paradigmático, pero hay muchos más.
¿Quien ha matado a los diarios? se preguntó, como un hecho consumado, The Economist del 26 de agosto. Y contesta: la tecnología, la estructura del negocio, la gratuidad de la información, el acceso universal a las fuentes.
Pero los diarios no están muertos. La gratuidad no es una novedad en la industria ni en el periodismo. La información es así porque que no se consume con su uso: lo sabe el último lector de ojito del metro de cualquier ciudad. Que los diarios viven de la publicidad no es tampoco una novedad.
Pero sigue Varela: "Es necesaria una nueva prensa. Los editores, ejecutivos y profesionales están obligados a cambiar la estructura del periodismo y del negocio para sobrevivir y medrar en el nuevo ecosistema de la información y los medios. El futuro es digital, móvil, audiovisual... pero también, y sobre todo, mucho más crítico y disperso. Mercado de nichos, no de gran consumo. Ese debe ser el eje del cambio de economía de la prensa de papel. El cambio informativo obliga a abrirse a la participación y la interactividad de los ciudadanos. No solo oir su voz, sino integrar sus criterios y aportaciones en la propia información. Ahora se llama periodismo de fuente abierta, pero el buen periodismo de siempre, el que se hundía en el debate público para encontrar la información allá donde estuviera y buscaba la verdad práctica con los ojos de su público. Solo eso ¡Y qué difícil es!"
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Futuro,
Interactividad
jueves, 27 de octubre de 2005
Las dimensiones de la interactividad
Muchos de nosotros debemos representar la realidad todos los días en los medios de comunicación para los que trabajamos. Sabemos, por que nos lo han enseñado en escuelas como la que hoy nos reúne, o por que lo hemos aprendido a fuerza de hacerlo, que podemos narrarla o describirla. Narración y relato podrían ser, para este caso, el conjunto organizado de significantes cuyos significados constituyen una historia. Descripción, en cambio es la narración de lo estático. La narración es lineal. La descripción, por su parte es aleatoria, por que las cosas descritas guardan una relación entre ellas mismas y con el espacio. No es necesario, para entender la descripción, empezar por un lado u otro de los objetos que se describen. En cambio, en el caso del relato es preciso ceñirse a un tiempo, hay un antes y un después y sólo es comprensible lo narrado si está ordenado en el tiempo según ese antes y ese después.
Linealidad y aleatoriedad
La linealidad y la aleatoriedad de las narraciones y las descripciones tienen su correlato en los medios de comunicación a través de los cuales se transmiten los mensajes informativos de actualidad. Según la adecuación de los medios a los mensajes lineales o aleatorios, podría decirse que existen dos tipos de medios; los tridimensionales y los planos. Medios planos son aquellos en los que el público no tiene ninguna posibilidad de interactuar; debe atenerse a la linealidad y a los tiempos del mensaje. Medios tridimensionales son, en cambio, los que permiten algún tipo de injerencia de las audiencias en la confección del mensaje. La televisión es un medio perfectamente plano, mientras que un libro o una biblioteca son definitivamente tridimensionales.
Paradójicamente coinciden la formas de los medios con esta condición de los mensajes (los mensajes de la televisión tienen dos dimensiones, mientras que los de un libro se contienen en tres). La tridimensionalidad de un medio es directamente proporcional con sus posibilidades de interacción (de que el público intervenga en la confección del mensaje). Un libro puede ser leído de atrás para adelante, puedo dejarlo encima de la mesa, puedo releerlo, anotarlo, fotocopiarlo, ficharlo, recortarlo, recomponerlo, y hasta romperlo, mientras que no puedo más que atenerme al ritmo de los mensajes de la televisión cuando ella está encendida.
Se equivocan quienes basan las posibilidades de interacción de los televidentes en el control remoto y el zapping. Realmente es muy pobre la interacción del televidente que sólo puede atinar a cambiar de canal cuando pretende interactuar con el emisor del mensaje que está recibiendo. Es cierto que el video (los VCR) ha añadido tridimensionalidad a la televisión, del mismo modo que lo hizo en su momento el grabador y los casettes con la radio. Las fotocopias (aunque constituyen un acto de interacción con el libro), al convertirse en otro medio, disminuyen drásticamente la tridimensionalidad de los libros.
Hasta la música, que ha sido siempre lineal, está volviéndose tridimensional. Aunque los adolescentes de hoy son esencialmente iguales a los de siempre, hay algo fundamentalmente diferente en ellos. Por lo pronto, ya nacieron dentro de una tormenta de imágenes que ha alterado —entre otras cosas— su relación con la música. Los chicos ya no escuchan una canción, la miran, la graban, la regraban, la repiten más lenta, buscan los versos o escenas que les interesan y borran lo que les aburre. Para ellos la música es mucho más visual que para la generación anterior. De hecho, en casi todos los video clips, sus cantantes preferidos sólo están moviendo los labios o tocando sus guitarras sobre la música pregrabada.
La interacción o tridimensionalidad de los medios y de los mensajes tiene que ver con la posiblidad de bucear dentro del medio. Mark Heyer, el profeta de los discos ópticos, llama cazar a esta actitud ante los medios, y la compara con otras dos, más pasivas de pastar y picotear. Para cazar información es preciso meterse dentro del medio, navegar o bucear en su interior. Si las tecnologías lo consiguen, sólo estarán haciendo algo que existía ya en los medios gráficos desde que existen los libros y las bibliotecas . La interacción buscada por la electrónica en los nuevos medios, es una necesidad de siempre, nunca fue una novedad.
Los modelos de la interactividad
Roger Fidler, el director del Laboratorio de Diseño de la Información de la cadena Knight-Ridder en Boulder (Colorado), puede llegar a ser tan famoso como Guntenberg si consigue lo que se ha propuesto hace unos años: reproducir en un medio digital y completamente electrónico (incluso el soporte final), el modelo documental del periódico con todas sus caraterísticas tridimensionales y su calidez en términos macluhianos. Fidler parte de las tres industrias a las que se refiere Nicholas Negroponte en el famoso diagrama de convergencia que desde 1978 orienta las investigaciones del Laboratorio de Medios del M.I.T.:
la industria de la tele-radiodifusión,
la industria de las computadoras y
la industria editorial.
Para Fidler esas tres industrias en convergencia responden a tres modelos de medios de comunicación:
el modelo de la televisión,
el modelo de las computadoras y
el modelo documental.
Sin abundar en las prestaciones y características de cada modelo, creo que se pueden modificar levemente las comparaciones que propone Fidler para ejemplificar la interactividad de cada uno.
La industria de la tele-radiodisfusión de Negroponte corresponde al modelo de la televisión de Fidler, que coincide con el del cine (sobre todo a partir de la HDTV). Es frío, lineal, horizontal, poco propenso al análisis.
El modelo de la televisión es como un autobús: nos subimos a una línea que nos impone su recorrido. Sólo podemos cambiar de línea, pero entonces la nueva línea nos volverá a imponer un trayecto. Sólo los VCR han agregado un poco de interacción a la televisión.
La industria de las computadoras de Negroponte es el modelo de las computadoras para Fidler. Es tibio, horizontal, no-lineal y más orientado al trabajo que a la información o el entretenimineto. Además todavía tiene gran dependencia del modelo documental.
Las computadoras como medio pueden compararse a un taxi. Con él podemos recorrer la ciudad por las calles que queremos, como por una red. Pero no podemos trapasar las puertas de las casas. Sólo podemos recorrer las redes establecidas.
La industria editorial de Negroponte corresponde a lo que Fidler llama el modelo documental. Es cálido, analítico y vertical.
Puede compararse al modelo documental con un par de patines. Con ellos podemos recorrer las calles, entrar en la casas, en los bares, en un cuarto de baño, subirnos a un autobús, a un taxi, o a nuestro propio auto. Podemos sentarnos o ponernos de pie, descansar...
La interactividad de las bibliotecas
La tridimensionalidad aumenta en la medida en que aumenta la interactividad. Explicaba antes que el modelo más interactivo, de lejos, es el documental, y entre ellos la mayor interactividad se da en las bibliotecas. Ellas son como peceras en las que se puede ir de arriba para abajo, de adelante hacia atrás o sus contrarias. También quedarse quieto. Pero hay que hacer una salvedad: sólo hay interactividad en las bibliotecas en las que los usuarios pueden pasearse entre los anaqueles, hurgar las novedades, ver y hojear los libros cercanos al que ellos buscan por si les interesan. Los bunkers tienen la misma interactividad que un cementerio para aquellos que no pueden entrar: son depósitos, no bibliotecas.
Un nuevo concepto de biblioteca se está imponiendo: la interconexión y el ancho de banda están dando a luz a lo que podríamos llamar la biblioteca universal (biblioteca del ciberespacio) a la vez que las antiguas bibliotecas de todo tipo se convierten en salas de lectura en la que, desde Buenos Aires podremos leer un libro que está en Wellington, a la vez que oímos o vemos un CD desde Nueva York. Hace tiempo que las revistas y otros documentos han agregado actualidad a las bibliotecas, sobre todo a las de las universidades. Pero además no son sólo textos escritos lo que contienen: imágenes, música, sonidos se han agregado a la información contenida en el ciberespacio a disposición de los usuarios.
Pero también son lugares interactivos las librerías y los quioscos de diarios y revistas, siempre que en ellos se cumpla la misma salvedad anterior: también hay librerías y quioscos museos, depósitos de objetos que nadie toca ni compra. Las librerías y quioscos deben ser como las sastrerías de las que nadie se llevaría un traje sin probarlo antes, como en las tiendas de música, en las que los clientes oyen sus temas antes de comprarlos. Porqué tenemos que comprar un libro, un diario, o una revista sin antes poder acceder a su contenido, incluso leerlos completamente. Suelo recomendar a mis alumnos no pagar jamás un centavo por un libro, un diario o una revista en lugares en que no les permitan antes leerlos u hojearlos a sus anchas antes de la compra.
El aparato de televisión que tenemos en casa es quizá el más sordo de todos nuestros electrodomésticos (el horno a microhonas, una batidora, la VCR admiten más inputs que un televisor). Sostiene NEGROPONTE (Being Digital, 1995, p. 19) que en la televisión toda la inteligencia está puesta en el punto de origen. Quien transmite determina todo lo que emitirá, mientras que el receptor sólo toma lo que puede. En el caso de la prensa escrita, la información se adapta al lector. Cada ejemplar de un diario es consumido de un modo diferente por cada diferente lector en momentos diferentes. “Los bits son los mismos —afirma NEGROPONTE— pero la experiencia de los lectores es distinta”. Esta es la razón por la que el Media Lab del M.I.T estudia desde mayo pasado un futuro periódico electrónico para el Boston Globe (NYT), pero esta vez lo hace desde el modelo documental .
Los periódicos más interactivos son precisamente los actuales, impresos con tinta sobre papel. Los soportes electrónicos no los reemplazarán hasta tanto no consigan recrear la tridimensionalidad y calidez del modelo documental. Sólo dentro del modelo documental podrán seguir siendo periódicos y revistas, fuera de él serán ordenador, computadora, televisión, hipertexto, beeper o SMS.
Linealidad y aleatoriedad
La linealidad y la aleatoriedad de las narraciones y las descripciones tienen su correlato en los medios de comunicación a través de los cuales se transmiten los mensajes informativos de actualidad. Según la adecuación de los medios a los mensajes lineales o aleatorios, podría decirse que existen dos tipos de medios; los tridimensionales y los planos. Medios planos son aquellos en los que el público no tiene ninguna posibilidad de interactuar; debe atenerse a la linealidad y a los tiempos del mensaje. Medios tridimensionales son, en cambio, los que permiten algún tipo de injerencia de las audiencias en la confección del mensaje. La televisión es un medio perfectamente plano, mientras que un libro o una biblioteca son definitivamente tridimensionales.
Paradójicamente coinciden la formas de los medios con esta condición de los mensajes (los mensajes de la televisión tienen dos dimensiones, mientras que los de un libro se contienen en tres). La tridimensionalidad de un medio es directamente proporcional con sus posibilidades de interacción (de que el público intervenga en la confección del mensaje). Un libro puede ser leído de atrás para adelante, puedo dejarlo encima de la mesa, puedo releerlo, anotarlo, fotocopiarlo, ficharlo, recortarlo, recomponerlo, y hasta romperlo, mientras que no puedo más que atenerme al ritmo de los mensajes de la televisión cuando ella está encendida.
Se equivocan quienes basan las posibilidades de interacción de los televidentes en el control remoto y el zapping. Realmente es muy pobre la interacción del televidente que sólo puede atinar a cambiar de canal cuando pretende interactuar con el emisor del mensaje que está recibiendo. Es cierto que el video (los VCR) ha añadido tridimensionalidad a la televisión, del mismo modo que lo hizo en su momento el grabador y los casettes con la radio. Las fotocopias (aunque constituyen un acto de interacción con el libro), al convertirse en otro medio, disminuyen drásticamente la tridimensionalidad de los libros.
Hasta la música, que ha sido siempre lineal, está volviéndose tridimensional. Aunque los adolescentes de hoy son esencialmente iguales a los de siempre, hay algo fundamentalmente diferente en ellos. Por lo pronto, ya nacieron dentro de una tormenta de imágenes que ha alterado —entre otras cosas— su relación con la música. Los chicos ya no escuchan una canción, la miran, la graban, la regraban, la repiten más lenta, buscan los versos o escenas que les interesan y borran lo que les aburre. Para ellos la música es mucho más visual que para la generación anterior. De hecho, en casi todos los video clips, sus cantantes preferidos sólo están moviendo los labios o tocando sus guitarras sobre la música pregrabada.
La interacción o tridimensionalidad de los medios y de los mensajes tiene que ver con la posiblidad de bucear dentro del medio. Mark Heyer, el profeta de los discos ópticos, llama cazar a esta actitud ante los medios, y la compara con otras dos, más pasivas de pastar y picotear. Para cazar información es preciso meterse dentro del medio, navegar o bucear en su interior. Si las tecnologías lo consiguen, sólo estarán haciendo algo que existía ya en los medios gráficos desde que existen los libros y las bibliotecas . La interacción buscada por la electrónica en los nuevos medios, es una necesidad de siempre, nunca fue una novedad.
Los modelos de la interactividad
Roger Fidler, el director del Laboratorio de Diseño de la Información de la cadena Knight-Ridder en Boulder (Colorado), puede llegar a ser tan famoso como Guntenberg si consigue lo que se ha propuesto hace unos años: reproducir en un medio digital y completamente electrónico (incluso el soporte final), el modelo documental del periódico con todas sus caraterísticas tridimensionales y su calidez en términos macluhianos. Fidler parte de las tres industrias a las que se refiere Nicholas Negroponte en el famoso diagrama de convergencia que desde 1978 orienta las investigaciones del Laboratorio de Medios del M.I.T.:
la industria de la tele-radiodifusión,
la industria de las computadoras y
la industria editorial.
Para Fidler esas tres industrias en convergencia responden a tres modelos de medios de comunicación:
el modelo de la televisión,
el modelo de las computadoras y
el modelo documental.
Sin abundar en las prestaciones y características de cada modelo, creo que se pueden modificar levemente las comparaciones que propone Fidler para ejemplificar la interactividad de cada uno.
La industria de la tele-radiodisfusión de Negroponte corresponde al modelo de la televisión de Fidler, que coincide con el del cine (sobre todo a partir de la HDTV). Es frío, lineal, horizontal, poco propenso al análisis.
El modelo de la televisión es como un autobús: nos subimos a una línea que nos impone su recorrido. Sólo podemos cambiar de línea, pero entonces la nueva línea nos volverá a imponer un trayecto. Sólo los VCR han agregado un poco de interacción a la televisión.
La industria de las computadoras de Negroponte es el modelo de las computadoras para Fidler. Es tibio, horizontal, no-lineal y más orientado al trabajo que a la información o el entretenimineto. Además todavía tiene gran dependencia del modelo documental.
Las computadoras como medio pueden compararse a un taxi. Con él podemos recorrer la ciudad por las calles que queremos, como por una red. Pero no podemos trapasar las puertas de las casas. Sólo podemos recorrer las redes establecidas.
La industria editorial de Negroponte corresponde a lo que Fidler llama el modelo documental. Es cálido, analítico y vertical.
Puede compararse al modelo documental con un par de patines. Con ellos podemos recorrer las calles, entrar en la casas, en los bares, en un cuarto de baño, subirnos a un autobús, a un taxi, o a nuestro propio auto. Podemos sentarnos o ponernos de pie, descansar...
La interactividad de las bibliotecas
La tridimensionalidad aumenta en la medida en que aumenta la interactividad. Explicaba antes que el modelo más interactivo, de lejos, es el documental, y entre ellos la mayor interactividad se da en las bibliotecas. Ellas son como peceras en las que se puede ir de arriba para abajo, de adelante hacia atrás o sus contrarias. También quedarse quieto. Pero hay que hacer una salvedad: sólo hay interactividad en las bibliotecas en las que los usuarios pueden pasearse entre los anaqueles, hurgar las novedades, ver y hojear los libros cercanos al que ellos buscan por si les interesan. Los bunkers tienen la misma interactividad que un cementerio para aquellos que no pueden entrar: son depósitos, no bibliotecas.
Un nuevo concepto de biblioteca se está imponiendo: la interconexión y el ancho de banda están dando a luz a lo que podríamos llamar la biblioteca universal (biblioteca del ciberespacio) a la vez que las antiguas bibliotecas de todo tipo se convierten en salas de lectura en la que, desde Buenos Aires podremos leer un libro que está en Wellington, a la vez que oímos o vemos un CD desde Nueva York. Hace tiempo que las revistas y otros documentos han agregado actualidad a las bibliotecas, sobre todo a las de las universidades. Pero además no son sólo textos escritos lo que contienen: imágenes, música, sonidos se han agregado a la información contenida en el ciberespacio a disposición de los usuarios.
Pero también son lugares interactivos las librerías y los quioscos de diarios y revistas, siempre que en ellos se cumpla la misma salvedad anterior: también hay librerías y quioscos museos, depósitos de objetos que nadie toca ni compra. Las librerías y quioscos deben ser como las sastrerías de las que nadie se llevaría un traje sin probarlo antes, como en las tiendas de música, en las que los clientes oyen sus temas antes de comprarlos. Porqué tenemos que comprar un libro, un diario, o una revista sin antes poder acceder a su contenido, incluso leerlos completamente. Suelo recomendar a mis alumnos no pagar jamás un centavo por un libro, un diario o una revista en lugares en que no les permitan antes leerlos u hojearlos a sus anchas antes de la compra.
El aparato de televisión que tenemos en casa es quizá el más sordo de todos nuestros electrodomésticos (el horno a microhonas, una batidora, la VCR admiten más inputs que un televisor). Sostiene NEGROPONTE (Being Digital, 1995, p. 19) que en la televisión toda la inteligencia está puesta en el punto de origen. Quien transmite determina todo lo que emitirá, mientras que el receptor sólo toma lo que puede. En el caso de la prensa escrita, la información se adapta al lector. Cada ejemplar de un diario es consumido de un modo diferente por cada diferente lector en momentos diferentes. “Los bits son los mismos —afirma NEGROPONTE— pero la experiencia de los lectores es distinta”. Esta es la razón por la que el Media Lab del M.I.T estudia desde mayo pasado un futuro periódico electrónico para el Boston Globe (NYT), pero esta vez lo hace desde el modelo documental .
Los periódicos más interactivos son precisamente los actuales, impresos con tinta sobre papel. Los soportes electrónicos no los reemplazarán hasta tanto no consigan recrear la tridimensionalidad y calidez del modelo documental. Sólo dentro del modelo documental podrán seguir siendo periódicos y revistas, fuera de él serán ordenador, computadora, televisión, hipertexto, beeper o SMS.
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