Me gusta que mis peques tengan acceso a sus
juguetes y a los libros libremente y que jueguen con diferente tipo de cosas
sin distinciones sexuales. Los coches, los bebés, la cocinita, el carrito, los puzles
son juguetes de los dos... en mi casa no hay cosas de niño ni cosas de niña...
pero eso no quita que busque juguetes que se guarden fácilmente y con los que
jueguen los dos.
Una de las cosas que más agradezco cuando
compro un juguete es que ocupe poco y no solo por el espacio real que tiene mi
piso sino porque cuando nos vamos a casa de los abuelos a pasar el día o un fin
de semana al pueblo el llevaros cosas que ocupen poco, pero que entretengan
mucho, es fundamental.
Cuando conocí La Rampa cochecitos de Playskool de su nueva colección "Juega, guarda y lleva" supe que
sería un éxito absoluto porque Irene es una apasionada de los coches y los
parking.
El concepto no me puede gustar más, un
parking colorido, con muchas curvas y unos coches molones que se guarda en
pocos segundos y ocupa poquísimo. Es un juguete que ha fascinado a los dos y
que transportar al parque, a casa de los abuelos o al pueblo fácilmente y
ocupando muy poco.
En casa suele estar desplegado pero cuando
toca recoger lo guardamos y con su "formato libro" se queda recogido
en la estantería en un santiamén.
No sé qué tienen las curvas que a los
niños les vuelven locos pero se pueden pasar ratos larguísimos tirando una y
otra vez los coches por la rampa, y no sólo Irene que es más pequeña sino
también su hermano.
Ha sido un éxito rotundo y lo recomiendo absolutamente
y más en esta época en la que ya vamos pensando en los posibles regalos de
Reyes.
Un juguete divertido, de calidad, que
ocupa poco espacio y que se puede transportar cómodamente con su asa allá donde
quieras.
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