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miércoles, 3 de mayo de 2017

Tus sobrinos, mis sobrinos



¿Tus sobrinos son mis sobrinos o lo tuyo es tuyo y lo mío mío?

No es la primera vez que oigo o veo como amigas o conocidas hacen distinción entre "sus" sobrinos y los de su marido y me sorprende. Y no hablo de familias que tienen malos rollos entre hermanos, o con la familia política donde apenas se hablan y solo se ven en días señalados (qué eso puede llegar a entenderse). hablo de gente que tiene una relación "normal" pero que no ve como propia la familia de su marido. Un día alguien comentaba "A mis sobrinos les quiero un montón, pero a los de mi marido pues les tengo afecto, es que no es lo mismo" ¿¿perdona??, que estamos hablando de niños no de sacos de explosivos.

Reconozco que esta situación me sorprende. Tengo siete sobrinos, cinco por parte de mis hermanos y dos por parte de los hermanos de mi marido. Los quiero a los siete por igual, no hago distinciones ni concibo que mi marido las haga, es más no creo que dejaría que las hubiera.

Mi sobrina mayor tenía menos de un año cuando yo conocí a mi marido, creció conociéndole y el resto nació cuando él ya estaba más que integrado en la familia. Es su tío y le quieren mucho, de hecho uno de ellos es su ahijado... mis hijos quieren a sus tías tanto como a sus tíos y ellas también les quieren mucho, me consta, lo sé y lo veo. Nunca he visto un trato diferente entre los sobrinos de mis cuñadas y mis hijos, es más la sobrina de una de mis cuñadas es prácticamente de la edad de mi pequeña y se llevan genial e incluso la llaman prima L.

En mi caso no hay distinción, mi marido y yo tenemos siete sobrinos y con ganas de que sean alguno más (se nos ha casado el cuñado pequeño).


¿Vosotros hacéis distinción entre sobrinos?

jueves, 29 de enero de 2015

Enamorada

Uno de los miedos que tenía cuando me quedé embarazada de Irene era pensar si la podría querer tanto como a su hermano.

El amor que siento por Eric es tan grande que imaginaba que nunca nadie podría igualarlo, me costaba pensar en querer a otro hijo tan intensamente como a mi pequeño pero una vez más la maternidad te enseña que el amor no se resta o se comparte sino que simplemente suma.

Estoy enamorada hasta las trancas de mi pequeña, me encanta comérmela a besos, hacerle mil caricias, tenerla en mis brazos, olisquear su rico olor a bebé o simplemente mirarla.

Vuelvo a redescubrir la vida una vez más, como ya lo hice con su hermano, y disfruto con cosas pequeñas como pasar un ratito en los columpios del parque, construir torres y luego destrozarlas o chapotear en la bañera.

Estoy cansada porque la bimaternidad es agotadora, más si trabajas desde casa y tienes que hacer malabarismos con el bebé y el curro, pero estoy inmensamente feliz.

Me derrito cuando veo a esta picarona de ojos azules arrastrarse pasillo arriba para llegar hasta mi y darme besitos, es una mimosona que se derrite cuando la haces caricias o la das palizas de besos y que se pone "celosona" cuando ve que cojo a su hermano y me lo como a besos.


Reconozco que vuelvo a estar enamorada y es amor del bueno.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Mi segunda maternidad

Hablo poco de esta segunda maternidad y eso que ha venido cargadita de sorpresas y todas ellas muy agradables.

Si me hubierais preguntado hace un par de años os habría dicho que no iba a volver a ser madre, era algo que tenía muy asumido, no tenía ni ganas ni ningún interés en volver a pasar por los pañales, las noches sin dormir, los bebés... pero Irene llegó y dejo mi mundo patas arriba.

Mi mayor miedo al quedarme embarazada era pensar si al nuevo bebé le iba a querer tanto como a Eric. Para mí era algo inconcebible porque no conocía mayor amor que el que tengo por mi hijo y me resultaba extraño que otra personita tuviera el poder de enamorarme, ¡y vaya que si me ha enamorado! Estoy loca perdida con ella, y el cariño en esta casa solo ha hecho que crecer, nada de repartirse, solo ha hecho que aumentar.

Con Irene estoy teniendo una maternidad más serena, más tranquila, de la que estoy disfrutando muchísimo. Las personas que me conocen saben que con Eric pasé un primer mes horrible y otros 5 de asentamiento y que no empecé a disfrutar realmente hasta casi el sexto mes de vida del peque, con Irene todo ha sido diferente, he sabido disfrutar de ella desde el minuto uno, siendo muy consciente de que esto no se va a repetir, que crecen muy deprisa y que no quiero perderme nada.

En esta segunda maternidad conocí la lactancia, he reafirmado mi vicio con el porteo y practicamos el colecho y la cohabitación. Todo a nuestra manera, sin presiones y sin importarnos lo que piensen los demás, Es nuestra vida, nuestra casa y hacemos lo que nos da la gana.

Hay momentos en los que me paro a pensar y no entiendo como hemos podido vivir sin nuestra pequeña porque es la alegría de la casa, no solo por el bebé tan fácil que es (no llora, no protesta, es tranquila, duerme y come bien) sino por las carcajadas que nos lanza, por los besos que nos tira y por el inmenso amor que despierta en todos nosotros. Mi marido dice que es la pieza que nos faltaba en nuestro puzle y tiene razón, ahora sí que siento que mi familia está completa.

En definitiva así es mi segunda maternidad, relajada y tranquila, muy a mi manera y sobretodo feliz, muy feliz.

viernes, 12 de abril de 2013

Lo que me gusta de ser mamá


La maternidad tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero hoy es viernes y me apetece cargar el día de buen rollo por lo que sólo nos quedaremos con las buenas.

Otro día hablaremos de las malas, porque en esto, como en otras tantas cosas de la vida, no todo es color de rosa.

Cosas buenas, bonitas, tiernas, al menos para mí:

Me encanta verle crecer, ver cómo va convirtiéndose en una personita con sus gustos, sus miedos, sus preferencias, como va desarrollando poco a poco su personalidad, es simplemente fascinante.

Me gustan las palizas de besos mañaneros. Los días de cole soy yo quien despierto al peque con millones de besos, los fines de semana es él el que se acerca a nuestra cama y nos come a besitos, a su padre y a mí. 

El peque nos ha salido muy cariñoso, nos da besos y abrazos continuamente y la verdad es que esos besos son mágicos, se te pasa el mal rollo, el cansancio, el enfado y te hace sentir cosas maravillosas.

Se me derrite el corazón cuando me abraza y me dice ¡Te quiero mamá!, creo que no hay amor más grande que ese.

Mis ratos de cuentos con él. Para mi es uno de los momentos más chulos con el peque, sentarnos en el sofá con diez o más libros y ponernos a leer uno tras otro. Esa pasión por los libros creo que es una de las cosas más bonitas que le puedo dejar al peque.

Sus frases y ocurrencias, ya sabéis lo mucho que le gusta charlar al enano, las salidas tan divertidas que tiene, y es que me parto de risa con él. Ayer vio a una niña negrita con ese peinado tan particular que llevan los afroamericanos y me dice "mira mamá esa niña tiene el pelo de lana como las muñecas".

Me gusta muchísimo enseñarle, acompañarle en el proceso de aprendizaje, ver como empieza a querer leer, como escribe, como empieza a tener conocimientos matemáticos, como saca sus propias conclusiones. Ayer por la mañana me dijo " mamá casi todos mis libros son rectángulos ¿lo ves?, pero también tengo uno redondo y alguno pequeñito cuadrado, tenemos que comprar un libro de triángulo porque de esos no tengo". Aquí un llamamiento a las editoriales del mundo mi hijo quiere un libro triangular.

Qué bonito es volver a ver el mundo a través de sus ojos, dejarme sorprender por cosas que para mí ya eran habituales o aburridas, el vuelo de una mariposa, ver crecer una flor, jugar al escondite. Ir al parque de atracciones, al zoo, al teleférico, a la playa, al pueblo... y sentir esa emoción de la primera vez.

Darme cuenta de que las cosas realmente importantes, los momentos mágicos de verdad son muy simples y sencillos, porque para encontrar la verdadera felicidad tan sólo tienes que ir al parque a jugar con la arena y tirarte por el tobogán.

Gracias mi vida por convertirme en mejor persona.

martes, 17 de abril de 2012

Tu abuela y tú

Hace tiempo que quería contarte como es tu relación con tu abuela pero por una cosa o por otra nunca encuentro el momento.

Me cuesta escribir estas entradas, me faltan las palabras y pienso que no son fiel reflejo de la realidad, que me quedo corta.

Tu abuela te adora y tú a ella.

Los primeros días en los que yo estaba tan perdida ella vino a nuestro lado para acunarte y cantarte, para cuidarme y ayudarme a encontrar el camino.

La he visto sentarse a tu lado y jugar con mil cosas, crear historias de la nada y cantarte cientos de canciones.

La oigo mientras mantenéis conversaciones "interesantisimas" y cómo la cuentas todo lo que te pasa, lo que has hecho, lo que has visto, con quién has jugado.

Si está en el pueblo y no puedes verla la llamas por teléfono (todos los días), sabes hacerlo solo (tienes el número grabado) y cuando te regaño es la primera a la que llamas para contárselo y que ella me regañé a mi ¡no sabes nada!.

Te encanta que te compre galletas y magdalenas, eres un goloso y sabes que ella nunca te dirá que no.

El día que te digo que va a ir a buscarte a la guarde se te ilumina la cara, se lo cuentas a tus amigos, a la profesora, cuando aparezco me preguntas ¿la abuela?, la ves y te tiras a sus brazos.

Esta reacción sería normal si fuese poco habitual que te fuese a buscar, pero si están en Madrid tus abuelos te van a buscar todos los días a la guarde, llueva, haga frío o calor. Pero para ti es como si fuese el primer día.

Cuándo la abuela se va, porque es tarde y tiene que ir a su casa, lloras y lloras deconsoladamente, con lagrimones que te cubren toda la cara y a todos se nos hace un nudo en el pecho.

Da igual que te expliquemos que se va un momento y luego vuelve (a ver la telenovela o a comprar), tú lloras.

No te pasa con el abuelo, ni con tus otros abuelos, ni con papá ni con mamá, te pasa sólo con tu abuela.

Te ríes a carcajadas con ella, haces mucho el loquillo, sois un poco payasos, y os encanta chinchar juntos al abuelo, le escondéis el periódico, le hacéis cosquillas, le regañáis de mentirijillas.

He visto como ha infringido sus preciadas reglas (nosotros nunca nos las pudimos saltar), te deja tocar todo, no importa que manches ¡luego se limpia!, y el otro día estuviste ¡saltando en su cama!.

Me gusta cuando estamos en el pueblo y de madrugada te metes con ella a dormir, me gusta cuando te sientas encima de ella y la pides que te arrulle, pero sobretodo me gusta cuando la dices "abuela te quiero mucho" y te la comes a besos.

miércoles, 6 de abril de 2011

Celos de él mismo

Este mes el enano está pegando un cambio impresionante, aunque esto ya lo comentaré más tranquilamente dentro de unos días cuando cumpla los 20 meses.

Su vocabulario aumenta de forma exponencial tanto en español como en inglés, y hay cosas que me resultan curiosas porque sabe decir muy bien "apple" pero no sabe decir manzana, o "happy" pero no contento/feliz.

Otro cambio grandisimo es lo cariñoso que se está volviendo. Siempre ha sido un niño cariñoso, muy agradecido con la gente que le quiere pero desde hace unos días/semanas el cambio es brutal.

Tengo un vídeo (que me enamora cada vez que lo veo) en el que me abraza, me da besos, me morrea con una fuerza increíble, como si pensara que me iba a ir y no me iba a ver más.

Pero lo que realmente me sorprende es que es un celosón. Si, celoso, pero de si mismo. El vídeo en cuestión se lo pongo para que lo vea y le dice "no, mi mamá" y se gira a buscarme y darme besos.

Otra cosa que hace mucho es cuando le estoy vistiendo en mi habitación (en la suya con la barrera se me hace complicado) y ve nuestro reflejo en el espejo y le doy un beso, le dice al niño del espejo "nooooouu, mamá mi" y me abraza y me besa.

Me sorprende porque el sabe que el niño del espejo es él. Yo le pregunto "¿quién es el nene" y el me dice "Eric", y "¿esa niña?", me contesta "mamá".

Es un enano que necesita que le quieran, busca afecto en todo el mundo, y es muy afortunado porque (a parte de sus padres) tiene mucha gente que le quiere y le da mimos y besos a diario.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Su primera decepción amorosa

Hoy os voy a contar la que será la primera decepción amorosa de mi pequeño.

El enano tiene una amiga muy especial en la guardería, suelen llegar a la vez y marcharse a la misma hora.

Cuando se ven van corriendo, se abrazan (con esos bracitos tan pequeños), se dan un montón de besos (morreos admitámoslo) y entran juntitos de la mano.

Ya he visto alguna vez que si algún otro niñ@ intenta dar la mano a Eric, esté delicadamente la aparta y se la da a Bárbara (que es como se llama su "amiga").

Bárbara es una niña preciosa, rubita de ojos azules, muy risueña y que tiene un perrito (aún cachorro) que va a buscarla casi todos lo días, es decir es el sueño de cualquier bebé.

Mi niño un partidazo, como dice la mamá de Bárbara "te has hechado un novio modelo" (es que mi enano ha salido en alguna revista de bebés en los catálogos de ropa).

Lo malo viene ahora, han destinado (por cuestiones de trabajo) a su papá a otra ciudad y esta semana se va.

Parecerá que lo que os digo es un tontería pero seamos sinceros, si vuestro mejor amigo del trabajo, del curso al que asistís, de yoga... se fuera y no lo volvierais a ver os daría pena, os sentiríais tristes y algún ratillo malo tendríais.

Y creo que eso es lo que nos pasará la semana que viene, se va a acordar mucho de ella porque cuando le digo "Ale, vamonos al cole", va la puerta y dice "Babara".

El no verla le va a extrañar y algún rato de desconsuelo tendrá.

En fin como dice su madre "vamos a tener que hacerles un perfil en Facebook"

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