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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Epidural en el parto

En mi anterior embarazo iba convencidísima de pedir la epidural, de hecho la matrona (muy mala por cierto) siempre nos hablaba de que todas acabaríamos con la epidural y que tampoco tenía mucho sentido enseñarnos a respirar ni nada de eso porque no nos íbamos a enterar.

Cuando me puse de parto y empezaron las contracciones "divertidas" solicité la anestesia. Era agosto y no sé si tuve mala suerte o era mi destino pero llegaron a intentar pincharme cinco personas distintas y ninguna lo consiguió. 

Imaginarme entre los dolores, las molestias de los pinchazos y los nervios de estar sola (porque mientras te ponen la anestesia tu marido está fuera) y mientras escuchando a los médicos decir que no podían darme la anestesia.

La conclusión fue que tengo escoliosis y que mi columna les impedía pincharme correctamente por lo que no se arriesgaban a introducir el líquido y que acabará medio coja o algo peor.

Visto ahora les agradezco inmensamente que no lo hicieran pero en pleno proceso de parto cuando vas totalmente convencida de que te van a dar un calmante y no te lo dan es un auténtico jarro de agua fría.

¿Dolió? mucho, es cierto que ahora mismo no recuerdo la intensidad del dolor porque sería horrible pero sí que os puedo decir que nunca en mi vida había sentido un dolor tan intenso, tan molesto y tan doloroso.

Se puede parir sin epidural claro que sí, pero si yo pudiera elegir me la pondría, ¡una es muy cobarde!, aunque sé que en este segundo embarazo las probabilidades de tenerla son ínfimas.

El dolor fue tan intenso que en varias ocasiones perdí "la cabeza", le decía a mi marido que veía ballenas en el cuarto y en otro momento le dije a la enfermera que me quitase todo eso (la vía, los monitores) porque me iba a casa que ya no aguantaba más dolor (¿pensaría que en casa no me iba a doler?), llegue incluso a pedir un paracetamol ¡como si fuese a quitar el dolor!, fue un show de parto.

¿Qué me deparará este nuevo parto? pues no lo sé lo que si tengo claro es que no me iré corriendo al hospital (salvo que algo vaya mal) y esperaré un rato en casa, porque total las contracciones las voy a tener que pasar y prefiero tenerlas en mi casita tranquilita.


¿Vosotras que tal con la epidural?

jueves, 13 de enero de 2011

Parto II

Me hicieron los monitores, todo iba bien pero seguía sin contracciones y dilatada de 1cm.

Vino la ginecóloga me dijo que como ha habían pasado 12 horas desde que había roto aguas (¡madre mía ya eran las 9 de la noche!), que me iban a inducir el parto.

Me pusieron una especia de "tampón" de prostaglanidas y en vena oxitocina, y éstas fueron sus palabras "estás muy verde, estarás dilantando hasta la madrugada, con suerte a las nueve estarás de siete centímetros, supongo que para el mediodía habrás dado a luz, todo esto si sigues un proceso normal, pero no sabemos cómo vas a dilatar".

Vale, va a ser un proceso algo lento pero me gusta manejar la información. Al rato llegó mi matrona, se presentó como Lola, me miró y me dijo que me preparara para un parto de bastantes horas.

Ya eran dos opiniones iguales, pues a esperar.... la espera no se hizo de rogar y a eso de la una de la mañana empezaron las contracciones chungas, dolían, así es que le dije a mi marido que me pidiera "una de epidural, pero bien cargadita".

Y aquí comenzó el show... como era agosto vino la becaria:

Becaria: (Primer pinchazo) uyyyy tiene poco hueco intervertebral.
Trastadas: qué????, pero se puede poner no????
Becaria: tienes escoliosis, va a ser difícil. (Segundo pinchazo)
Tratadas: ¡¡¡joder como duele!!, ¿ya????
Becaria: voy a llamar a la jefa.

Vinieron la jefa (que me pinchó otra vez) y la super jefa (que volvió a pincharme), resultado, cuatro pinchazos, dolor agudo en la espalda y sin epidural, mi escoliosis y el poco espacio les preocupaba podía tener problemas de movilidad. Me dieron un mini chute y me dijeron que era todo lo que podían hacer, que lo sentían pero que no se arriesgaban.

No estaba preparada para no tener epidural, en el curso siempre nos dijeron que daríamos a luz con la epidural...

Empezaron las contracciones chungas, dolor elevado a la enésima potencia, deliraba, nadie me había enseñado a respirar, perdía el conocimiento, hasta que le dije a una
"mira yo me voy, desconectame que me largo, esto duele mucho", la enfermera se partía de risa...yo no le veía la gracia.

Me pasó de todo, creía ver ballenas en la habitación (como lo leéis), gritaba a mi marido que porqué mi madre había pasado por eso cuatro veces... hasta que sentí que algo empujaba dentro de mi, una sensación muy rara, eran las seis de la mañana.

Le dije a mi señor esposo que llamara a la matrona, que eso dolía mucho, que quería que me lo sacaran como fuera y que quería agua.

La matrona vino, su cara un poema, como cabreada por haberla molestado:


Matrona: "vamos a ver, no te puede doler tanto, no habrás dilatado más de tres centímetros (todo esto sin mirarme)"
Tratadas: "noto que empujan desde dentro, duele un huevo, por favor mirarme"
Matrona: " te hemos mirado hace nada"
Trastadas: (gritando) "que me mires!!!!!!!!"
Matrona: me mira (de mala gana) y la veo pálida, "ayyyy pero si estas de nueve centímetros"
Tratadas: "pensé, llama a la ginecóloga que la voy a decir cuatro cosas"

Me trasladaron a paritorio, todo muy limpio, brillante, acero inoxidable... no se muy bien pero es algo que se me quedó grabado.

Celador "ahora te bajas de la camilla y te subes al potro"
Trastadas: "estoy con un aguja clavada en la espalda que no me sirve para nada, siento unos dolor horribles, dilatada de nueve centímetros, no me dan agua y tu quieres que ¿¿baje y suba?? (me falto el vete a la m...).

No recuerdo como pero llegue al potro. Se que me dijeron que eran las siete de la mañana y que si quería mirar el espejo para ver como nacía el niño.

¡Ni de coña!, no quería espejo, quería agua y que dejara de doler. Fueron cuatro empujones, que bien se empuja con las agarraderas del potro y a las 7:17 tenía a mi enano encima de mi pecho.

Sentí un gran alivio cuando salió, el dolor cesó de repente. Le ví tan arrugadito, con ese olor a vida y le dije "¿tu eras el que dabas tanta patas ahí dentro?"... lo sé, nada bonito, pero no me salía otra cosa, eso sí lloraba y mi marido también.

Hoy hace diecisiete meses de aquello. Ese día empezó realmente mi vida. El amor que sentí en ese momento no es comparable al que siento ahora, mi enano, mi pequeñajo, el mejor regalo del mundo sin duda...

miércoles, 12 de enero de 2011

Parto

Ayer dió a luz una amiga de la universidad, ya tiene en sus brazos a su querida Lola, ¡enhorabuena Lucía!. No he hablado con ella, por lo tanto no sé como la ha ido en el parto, respeto estos primeros días de acoplamiento con el bebé, ya habrá tiempo de contar historias., un sms felicitando a los nuevos papás creo que es lo mejor.

Hoy quiero contaros mi parto, que no fe ni bueno ni malo, fue el mío.

El 12 de agosto me levanté con la sensación de haberme hecho pis, al incorporarme, plofff, un montón de agua corriendo por las piernas, (el día de antes me había propuesto que naciera el enano, ya no aguantaba más después de 39 semanas, con una tripa que parecía que a parte del balón de baloncesto me había comido a todo el equipo, y un calor asfixiante en uno de los agostos más calurosos de la década me puse a andar como en mi vida), se me iluminó la cara, recuerdo que piense "no se cuánto tardará, dolerá pero ya voy a verte pronto".


Primera llamada, a mi marido:

Trastadas: "hola cariño, ¿qué tal el dia?

Marido: "hola mi vida, ¿cómo te has levantado hoy?

Tratadas: "bien... esto... he roto aguas (creo oir al otro lado un aggggg), pero son claras y limpias (recordando a la matrona)"

Marido: ya voy, ya voy... (en ese momento pensé, le he perdido ya está nervioso".


Segunda llamada, a mis padres. Mi familia estaba en el pueblo de veraneo, además ese día era el cumpleaños de uno de mis sobrinos, tenían comida y fiesta.

Tratadas: Hola papá, ¿donde está mamá?

Papá: (con un sexto sentido), ay, ay, ay... ¿ya?, (llama a gritos a mi madre, otro que había perdido)

Mamá: ¿ya cariño?, ¿te duele?

Trastadas: "he roto aguas, no tengo nada, va a ser lento, después de la fiesta del niño os venís, vale?

Mamá: (no muy convencida), "vale"


Tercer y última llamada, a mi sobrino, no sabía cuánto iba a durar aquello y quería felicitarle.

Trastadas:"Hola cariño, felicidades"

Sobri: "Hola tia, ¿vas a venir?, vamos a hacer una fiesta del agua"

Trastadas: "no puedo cariño el primito ya viene en camino me voy al hospital, ¿se lo dices a papá?"

Sobrino: "no tia, no puede nacer hoy, es mi cumple, que se busque otro día"

Trastadas: "no te preocupes que no va a nacer hoy"


Me duché y conseguí llegar al hospital. En recepción

Trastadas:"estoy de 39 semanas y he roto aguas".

Recepción: "vale toma asiento, ya te llamarán"

Trastadas: (bueno tu verás te voy a poner todo perdido)


Me miraron, nada,de nada, estaba verde como una manzana pero me ingresaron.


Me dieron de comer, de merendar.. me asignaron la habitación que ya sería la mía, bastante amplia con dos camas pero solo un paciente (y eso que era un hospital público).


El ginecólogo de urgencias me había recomendado andar para intentar provocar las contracciones. Y ahí estaba yo pasillo arriba, pasillo abajo sin un sólo dolor, acompañada por mi marido y mi madre que saltándose todo lo que la había dicho se vino corriendo a mi lado.


Sobre las seis llegaron mis suegros, yo seguía igual, mi padre enfadado porque los médicos veían a verme y yo estaba de tour por los pasillos, mis hermanos llamando cada hora...


Y a las ocho me dieron la cena y me bajaron a monitores.

Recuerdo perfectamente a la celadora, "¿no tienes miedo?, me han dicho que duele mucho..", y pensé (no hija no tengo miedo pero gracias a ti me lo estoy pensando).


Continuará...

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