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Dio la casualidad que estábamos de vacaciones, que la sesión de fotos era por la tarde y que por supuesto conocía a Nines, asi es que acepté encantada.
Fue una experiencia estupenda, no puedo decir otra cosa. En todo momento estuvieron atentos al niño, elegimos juntos la ropa que queríamos que llevara (una chaqueta de DKNY y unas botas UGG) y empezamos la sesión.
Eric disfrutó mucho, se movía como un loco por toda la sala, le hacía carantoñas a todo el mundo, jugaba, reía...
Tuvimos mucha suerte porque Nines es una super profesional que sabe perfectamente conectar con el personaje a fotografiar (en este caso mi niño), que es un cielo de persona y que se enamoró de mi príncipe.
He de reconocer que mi niño no es un niño anuncio, no es rubito, no tiene los ojos claros... pero ese día Nines me dijo una cosa que me encantó "es muy expresivo, es facilísimo hacerle fotos".
El resultado unas fotos muy chulas en la revista para que los tios y abuelos disfrutaran y a título personal unas fotos increíbles que han servido para portada de mi libro de fotos y para hacer un cuadro en lienzo con ocho instantáneas preciosas.
Es una suerte tener unas fotos de tu bebé realizadas por un profesional porque el resultado es mil veces mejor, por la luz, el tratamiento, los fondos...
Resumiendo, la experiencia me gustó bastante, tal vez no lo hubiera hecho (seguramente no) si hubiera tenido que apuntarle a una agencia, no hubiese conocido al fotógrafo o el niño se hubiera sentido incómodo.
Como veis el pequeño ya ha tenido su momento de gloria.