Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
Thursday, January 28, 2010
Cinco horas y media en las redes sociales
Comparar estas cifras de Nielsen con la audiencia de internet sugiere que la práctica totalidad de los internautas frecuentes es usuario de redes sociales. Dos datos que se acercan cada vez más.
Cinco horas y media es mucho tiempo. Más de una hora por semana, un dato similar al de un reciente estudio del IAB. Facebook gana de largo entre los más de 300 millones de personas que ya usan estas redes en todo el mundo y Twitter crece con fuerza. Y en mi opinión más entre los interesados en la información.
Una oportunidad para los medios informativos de acercarse a nuevos usuarios, especialmente jóvenes, y de fidelizar y captar durante más tiempo a los que ya son lectores.
Los diarios digitales y la televisión son los medios preferidos de los usuarios de redes sociales. Y eso a pesar de que los contenidos y servicios diseñados para ellas son todavía escasos y muchas veces poco interactivos.
Crece la oportunidad para los medios sociales.
La espantada de Arcadi Espada
Arcadi Espada deja Factual, el diario digital que fundó hace un par de meses. "Las razones se resumen en dos: el recorte que pretende aplicar la empresa al presupuesto de funcionamiento y sus discrepancias con el modelo y la orientación del periódico", explica.
El anuncio ha sorprendido a la redacción, que responde a la carta de despedida de Arcadi con una nota adjunta donde se destaca que "fue él quien convocó a todos los miembros de este equipo con razones claras, contundentes, apasionantes: hacer un diario cuya vocación fuera mostrar los hechos de la actualidad -¡periodismo!- y que además ofreciera al lector un lugar bello y cálido".
Factual seguirá por el momento, pero las dudas se ciernen sobre un proyecto de periodismo de autor. Los medios con esa impronta tienen difícil subsistencia sin su líder. En la era de los blogs y los medios personales, un diario profesional es más difícil de sostener que nunca sin el rostro que lo encarna.
Esa amenaza se cierne sobre Factual además de los problemas de gestión, proyecto, financiación o comercialización que pueda sufrir. Es muy pronto aún para juzgarlo con sólo dos meses de vida. Pero quienes hemos pasado por conflictos semejantes sabemos muy bien de la imposibilidad de sostener un nuevo proyecto cuando liderazgo periodístico y dirección empresarial no coinciden.
La vida será dura para Factual. Su propuesta de crear un nuevo digital informativo de pago es poco sostenible. Primero por tratarse de un medio nuevo y sin reputación. Segundo porque el público que podría comulgar con las propuestas periodísticas, intelectuales y políticas de Arcadi Espada sufrirá la desilusión de la pérdida del líder.
Y no hay recambio en los medios de autor.
Factual surgió de las entrañas, el impulso y las relaciones de Ciutadans. Ahora pierde su principal rostro.
El diario hereda los ritmos y los formatos del papel. Espada siempre reivindicó ese poder de la maqueta para retratar el mundo. Por eso las páginas de Factual se pasan en horizontal, instauraron un cierre para su edición en la era de la información en tiempo real y su proclama de que el periodismo no se vende, pero se compra, intentaba dar valor a la marca reconstruyendo el viejo contrato con los lectores.
El método científico defendido por Arcadi para el periodismo siempre ha pecado de subjetivo. Factual puede seguir con su periodismo, pero su impulso cierra la puerta tras la sombra de su fundador.
Coda: estas reflexiones no son científicas. Simplemente empíricas.
20 años de televisiones privadas
Las privadas cumplen 20 años cuando el apagón analógico y la convergencia digital vuelven a revolucionar la televisión. Entonces nos enganchamos al zapping. Hoy los nuevos espectadores comparten sus programas favoritos en blogs y redes sociales para no enredarse en el mando.
Hace veinte años acabó el monopolio público. A la espera de una nueva ley y una autoridad audiovisual asistimos a la defunción del sistema de licencias de reparto radioeléctrico. Canales y programas se multiplican en cualquier plataforma hasta convertir al rey de los medios de masas en una elección personal en la TDT, las plataformas de pago y en internet.
La televisión es omnipresente. Se ve en todas partes, de la caja boba al vídeo bajo demanda y la televisión 2.0 en las redes sociales. Invade todo: de las pantallas planas a las personales de los ordenadores y los móviles.
Televisión y política se atraen. El telestado tiende a la concentración, como el poder. Romper el monopolio costó mucho desde el arranque de TVE en 1956. Tres empresas –Antena 3, Telecinco y Sogecable- dominaron estos 20 años. Otro oligopolio comienza con las fusiones y la presión de las empresas para controlar sus contenidos y su negocio en cualquier pantalla.
Los canales de pago vuelven a ser la esperanza de muchos pese a las guerras del fútbol y las patadas por los derechos de retransmisión. Primero fue el satélite, luego el cable y ahora, internet y la TDT. En 2006 algo una invasión llegó de fuera: Google compró YouTube y la era del vídeo en internet explotó. La banda ancha es hoy el motor del audiovisual y las televisiones persiguen en internet a los nativos digitales.
Y no nos cansamos. Vemos casi cuatro horas de tele al día. Con menos canales eran sólo tres. Y, siempre, la publicidad, con más anuncios cada año. Tantos que hasta se echan en falta en la nueva TVE. Pero la memoria es corta y cuando las cadenas preguntan a los espectadores por sus preferidos la telerealidad y las estrellas recientes se imponen. La tele es constante, pero efímera.
Columna en los medios de Vocento
Wednesday, January 27, 2010
Nace iPad, el mega iPhone
Apple lo tiene claro y Jobs no lo ha ocultado: el objetivo es un mercado que ya existe y se puede explotar mejor. Más de 75 millones de personas saben cómo usar el iPad. Son los usuarios de iPhone. 125 millones están registrados en iTunes con su tarjeta de crédito.
Por eso la estrategia de Apple se ha centrado menos en la tecnología y más en el precio y en la explotación de ese mercado de usuarios familiarizados y encantados con la nueva interfaz visual y táctil de los contenidos.
Pero también apunta al hueco abierto por los netbooks y sobre todo a ese nuevo mercado de consumidores de contenidos digitales. Quienes quieren tener acceso a todos los contenidos digitales en un solo aparato, sencillo, sin complicaciones. Capaces de ir a un sólo sitio con la ruta ya asegurada -las tiendas de Apple- para conseguirlos, aunque sean de pago si el precio es razonable y no hay complicaciones. Sin más demandas interactivas y de uso que participar en sus redes sociales.
Todas las aplicaciones del iPhone funcionan en el iPad. La plataforma de desarrollo (SDK) es la misma, aunque los desarrolladores podrán optimizarlas para aprovechar la pantalla de 9,7 pulgadas.
Pero Apple se mete en un nuevo mercado y lo desafía: el de los netbooks y la hiperportabilidad. Lo hace deconstruyendo el portátil y sus piezas para apostar por una pantalla táctil delgada donde se pueden ejecutar todas las aplicaciones y teclear. Pero una base (dock) hará posible conectar un teclado para competir con los portátiles. Y de ampliar el mercado para todo tipo de extensiones de hardware (complementos) como ya ocurre con el iPhone y el iPod.
Música, fotos, vídeo, internet y, ahora, libros. La industria de los contenidos anhelaba el iPad. Cuando la crisis aprieta y crece la presión por encontrar nuevas fórmulas de rentabilización, la apuesta por plataformas de acceso con nuevos interfaces que enganchan al público se espera como un maná.
Por eso no extraña que The New York Times, uno de los diarios que más ha trabajado en el nuevo interfaz de la información y que hace poco anunciaba un modelo de pago para 2011, sea el primer medio invitado a desarrollar una aplicación para el iPad. Se basa en su Times Reader y uno de sus responsables, Martin Nisenholtz, promete que reúne "lo mejor de lo impreso y lo digital". Cambios de columnas, varios formatos de visualización y la posibilidad de los elementos multimedia que no permiten los ereader actuales.
El problema para muchos es que, como en iTunes, Apple se convierte en el gran comercializador de contenidos y el propietario de la cartera de clientes a través de sus aparatos y de su tienda digital. La batalla con Google será dura y los medios deberán pensar si están dispuestos a entregar su distribución y gran parte de la gestión de sus clientes y sus posibilidades de CRM a la empresa de Cupertino.
Los editores se lanzan al nuevo iBookstore. Los ebooks se rebautizan ahora iBooks y se leerán en una pantalla en color y retroiluminada. Un hábito ya para muchos usuarios de iPhone a pesar del mayor cansancio de la lectura frente a la tinta digital de los ereaders como Kindle, quizá el gran perjudicado.
Cinco grandes editoriales ya están en la nueva librería de Apple: Penguin, Harper Collins, Simon & Schuster, Macmillan y Hachette.
El formato de los iBook será ePub, un formato estándar y abierto, pero Apple no renunciará al control de derechos digitales, aunque en la primera presentación todavía no está claro si será tan abusivo como el de Amazon.
Diez horas de batería. Es la gran promesa. Los 75 millones de usuarios del iPhone saben de su gran debilidad. ¿Será verdad esta vez? Mentir sobre la duración real de estos aparatos se ha convertido ya en un clásico de la industria.
¡Es el precio, estúpido! La batalla estará aquí. El mercado del iPad se gana con pasión por los gadgets, distinción fashion y también el precio. Sólo hay que recordar cómo se catapultó en ventas el iPhone cuando las telefónicas y Apple bajaron su precio original. ¿Cuánto tardará el iPad?
Sale en Estados Unidos con tres precios -de 499 a 699 dólares- en función de la memoria interna y 130 dólares más si se añade 3G. El iPad evoluciona desde el modelo de comercialización y conectividad del iPhone, heredado de los móviles, a los planes de los netbooks y portátiles con las telefónicas.
Y también un montón de peros. Pierde la cámara, no incluye Flash para las aplicaciones que lo necesitan porque apuesta por HTML5, como el nuevo YouTube, para no depender de Adobe, ni las baterías ni la memoria se pueden cambiar o apoyar con dispositivos externos.
Pero Apple y Jobs lo consiguieron de nuevo con su show. La presentación del iPad se retransmitió en directo a todo el mundo a través de los medios y las redes sociales. Twitter estaba preparado y esta vez no se cayó como con las grandes informaciones. Ventajas del marketing: es programable. La carrera por la comunicación en tiempo real se juega sin reparar en toda la publicidad que se regala. La primera batalla por el control de los medios, la información y el mercado está ganada. Veremos cuántas más es capaz de ganar el nuevo iPad.
Aspirantes a la publicidad de RTVE
Internet podría conseguir 31 millones de euros, un 8% que vuelve a mostrar el lento crecimiento del mercado digital, a pesar de la complementariedad de una buena parte de las audiencias de televisión y web. El resto de medios se repartirán otro 21%.
Son las conclusiones de un estudio de Microsoft Advertising que confirman las previsiones de pérdida de mercado publicitario avanzadas cuando se decidió el cambio de financiación de TVE.
Entre las menos beneficiadas están el resto de las televisiones públicas, que con la crisis ya han perdido más publicidad que las privadas incluso antes del cambio de modelo de RTVE.
Internet puede sumar 31 millones. El informe señala entre los principales públicos que puede alcanzar, los niños y las amas de casa, perfiles tradicionales de la audiencia de TVE. Pero una audiencia por la que se pelean también el resto de cadenas.
La gran batalla por los niños será entre internet y los canales temáticos de TDT. Los dos nuevos medios sostienen una apuesta importante por este público, nativos digitales donde la convergencia es un hecho. Así que es muy probable que triunfen sobre todo los medios que puedan ofrecer una oferta común o complementaria.
La penetración en este público de ambos medios es muy similar y habrá que ver cómo diseñan los anunciantes nuevas campañas para nativos digitales.
Las redes sociales serán cruciales, porque la mayor parte de la actividad y el tráfico de estos usuarios, pero también del consumo de contenidos, pasa por los servicios para compartir comunicación y contenidos.
Son además la primera audiencia que nace con una oferta dominada por la abundancia y multiplataforma.
En las amas de casa la televisión gana. El estudio proclama que "internet será también la solución óptima", pero es más una declaración interesada que una realidad.
Tres de los 4,6 millones de amas de casa españolas son usuarias de internet, pero las mujeres siguen estando por debajo de los hombres en uso de internet, tanto por falta de tiempo como por una oferta atractiva de contenidos. Pero además son uno de los públicos que más discrimina y tiene menos recuerdo de la publicidad convencional.
Es uno de los públicos más abandonados por los creadores de contenidos y todavía hay muy pocos sitios y redes sociales especializadas en este público.
La mayoría de las existentes tienen poco tráfico y el sector está dominado por la información del corazón, una fuerte apuesta de las televisiones.
Las áreas más prácticas y las redes sociales femeninas todavía no tienen un gran desarrollo. ¿Servirán proyecciones como esta para animar el sector?
Hay unos cuantos millones en juego, aunque el reparto de la publicidad perdida de RTVE vuelve a mostrar la lentitud en el crecimiento del mercado digital.
Actualización: Publicidad RTVE, la oportunidad perdida
Tuesday, January 26, 2010
The Guardian: primero periodismo, luego el negocio
Rusbridger lo tiene claro, por ahora no han hecho más que hacer caer en el olvido a los medios que lo han intentado -como El País-, con excepción de los especializados y los que muy a menudo la suscripción es pagada por la empresa de los suscriptores: caso de la información económica.
El director de The Guardian recuerda que la tendencia a la gratuidad de la información nació mucho antes de internet, con las cíclicas guerras de precios de la prensa. La última y más notoria, la capitaneada por Rupert Murdoch en Gran Bretaña.
Y no olvidemos que los diarios gratuitos cumplen el mes que viene diez años de existencia en España con el lanzamiento de Madrid y Más, promovido por José Antonio Martínez Soler y Arsenio Escolar (hoy, 20 Minutos). Pero mucho antes existían ya infinidad de revistas y medios gratuitos, locales y sectoriales, muchos de ellos de bastante calidad. Por no hablar de la radio y la televisión.
Su problema siempre ha sido el mismo de internet: cómo rentabilizar lo que no se vende directamente.
Rusbridger devuelve el debate a las disyuntivas donde de verdad debe estar, más allá de la economía del pago, una solución de corto plazo -más "un pálpito" que "una apuesta", en sus propias palabras- impulsada por una crisis económica superpuesta a una crisis estructural del periodismo y su modelo de producción.
1. La dicotomía abierto frente a cerrado. La mayoría de los diarios han aprendido que el futuro está en ser medios abiertos, a la tecnología, al público, a la propia información.
The New York Times estruja el cerebro de sus profesionales para dar con un modelo de pago por intensidad (también llamado parquímetro, metered model) sin penalizar el enlace, la redistribución y el marketing viral, como tampoco la indexación en buscadores. Los responsables del diario promete que no habrá enlaces de pago para las redes sociales.
Y eso a pesar de la amenaza universal para cobrar por enlazar lanzada por editores, medios y empresas de contenidos de todo el mundo.
La respuesta: no "reducir acceso e influencia". El responsable de The Guardian defiende que "no se puede controlar la distribución o crear escasez sin acabar aislado del nuevo e interconectado mundo".
Más allá de su respuesta, hay una todavía más importante: el periodismo florece con más democracia y cuando el espacio público es más amplio.
La gran paradoja del negocio de los medios es parcelar la realidad y privatizarla hasta el punto de hacer irrelevante su periodismo y alejarlo de los intereses de la sociedad.
Una maldición sufrida durante muchos años. Y la crisis del periodismo moderno no es la única. Se ha repetido a lo largo de la historia y siempre han aparecido medios y periodistas -con diversos apellidos: populistas, muckrackers, underground, ciudadanos, etc.- para revertir esas tendencias economicistas y privatizadoras con aires nuevos.
2. Nosotros vs. ellos o autoridad frente a participación. Una crisis de la mediación y la posición del periodismo que no es ajena a otros cambios importantes de una sociedad cada vez menos homogénea e integrada. Sociedades donde el individualismo posmoderno es la raíz de nuevos colectivos y grupos donde los intereses comunes son más fuertes que el bien común. Un nuevo modo de interrelación social, política y de representación de la propia identidad tan bien expresada por los grupos de las redes sociales.
Pero también la necesidad del periodismo de contar con el público, de convertir los medios y a los periodistas en redes sociales informativas donde desde el reporterismo a la distribución pasando por el marketing incorporen los sistemas virales y el comportamiento de las redes.
Si los modelos de negocio responden a esas disyuntivas, encontrarán más pistas para decidir cuáles son los métodos y canales de ingresos y rentabilización más adecuados para cada medio. En función de su contenido, objetivos, público y organización.
Existe una tercera disyuntiva que el director de The Guardian apunta pero no acaba de desarrollar:
3. Plataformas de acceso frente a flujo social.
En la primera se basan los modelos de negocio tecnológicos, basados en las soluciones tecnológicas: de los servicios de banda ancha a los móviles y sus aplicaciones, las plataformas de televisión de pago o tiendas como iTunes y sus aparatos asociados.
La segunda es la de las redes sociales, los agregadores, los contenidos y plataformas abiertas, los procomunes, el servicio público y también, en definitiva, la apuesta por la visibilidad y la influencia sobre la rentabilización con barreras de pago.
Estas tres disyuntivas conforman la pulsión entre el modelo de propiedad tradicional de los contenidos y la información frente a los nuevos modelos abiertos y de servicio público.
La apuesta/intuición de The Guardian es confiar en el crecimiento de los 28,65 millones de euros que ingresó en 2008 por publicidad digital hasta un nivel que haga sostenible el negocio del periodismo.
Para los no especialistas, eso es algo menos del coste anual de un diario de tamaño medio en España: un diario local fuerte, un gratuito nacional o un diario nacional todavía pequeño. Muy lejos del coste de The Guardian y su división digital, más de diez veces superior, 330 millones de euros, y todavía sólo un diez por ciento de su facturación total.
Esa brecha enorme entre ingresos y gastos de los medios es la que empuja a Financial Times, Rupert Murdoch o a The New York Times a desarrollar modelos de pago que ayuden a acortarla.
The Wall Street Journal con su millón de suscriptores y sus 170 millones de euros de facturación digital, 40% de pago, animan a NYTimes.com a lograr un aumento similar de sus más de cien millones de ingresos publicitarios.
¿Se conformará con los 117.000 suscriptores de FT.com? Difícil, hay quien le augura alrededor de dos millones de usuarios de pago.
Pese al éxito con el que es promocionado su sistema, los ingresos de Financial Times cayeron un 13% en 2009 y sus suscriptores son una baja proporción respecto a sus 1,4 millones de usuarios registrados y sus 9,8 millones de usuarios únicos. Una tasa de conversión bajísima en ambos casos.
Pero ese es el futuro que espera al pago por información en internet.
O se mejora la facturación con un concepto de negocio 360º y se reinventan las redacciones y los costes de la producción de información, o sólo se puede confiar en la recuperación de la publicidad y su conversión a internet como uno de los soportes de mayor rentabilidad y efectividad publicitaria.
The Guardian confía en sostener su influencia con periodismo -clásico y del nuevo- y rentabilizar mejor sus 37 millones de usuarios únicos mensuales. Muchos más que hace un par de años y con más lectores en internet en Estados Unidos que Los Angeles Times. Y todo por 34.000 dólares de marketing gracias a lo barato del precio de los anuncios contextuales.
Por eso The Guardian prefiere apostar por sus API para liderar el mercado de la información distribuida y los datos vinculados. Mientras otros piensa más en el modelo de negocio, los chicos/as de Rusbridger desarrollan nuevas formas de periodismo con servicios como World Government Data, que aprovecha el impulso del último año en el gobierno abierto para crear un buscador y un directorio que aprovecha los datos públicos de los gobierno de Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Gran Bretaña.
Eso es pensar en periodismo, como defiende el director del viejo diario inglés, pero también en nuevas formas de servir al público y de reconstruir el negocio de los contenidos.
"Avanzamos hacia la idea de convertir la organización periodística en una mutualidad". Una estructura institucionalizada con la audiencia para los medios sociales, abiertos y participativos.
No sé si los 200.000 euros que The Guardian ha logrado por ahora con su aplicación para iPhone a 2,75 euros serán de gran ayuda. Pagan el desarrollo, al menos, pero no los contenidos. Pero está claro que el diario y sus responsables piensan en periodismo y tecnología.
Tienen experiencia en la mutualidad periodística, al fin y al cabo el Scott Trust, sus dueños, ya participaba en cierta medida de ese carácter de empresa volcada en el servicio más que el ánimo de lucro, que no desprecia, por otra parte.
Veremos cómo les va el negocio ahora que piensan en deshacerse de sus medios locales, irremediablemente arruinados, y de sus radios. Pero sus ideas responden al grito de su legendario director, CP Scott, "¡Qué oportunidad para un diario!" cuando se apuesta el periodismo de calidad, abrirlo, socializarlo y aprovechar la tecnología para enriquecer el espacio público, la conexión con la audiencia y su participación en un diario al que seguir considerando un referente.
Para los nativos digitales, internet está en el móvil
Las redes sociales -90% de los jóvenes- y la geolocalización para buscar direcciones o itinerarios -40% de los usuarios de móviles- son los servicios más usados por los menores de 35 años, seguidos por la búsqueda de información.
El móvil es la herramienta imprescindible para los nómadas digitales, hiperconectados siempre pendientes del flujo social e interesados fundamentalmente en la información y los contenidos en tiempo real, sin esperas.
Las pantallas táctiles son la tecnología preferida y la tarifa plana es la puerta al uso más intensivo de internet, además del wifi.
El ordenador va quedando arrumbado y cuando no usan el móvil, los nativos digitales prefieren el portátil, más privado, personal y omnipresente, poseído ya por un 54% de los jóvenes frente a un 36% hace un año.
Los datos de esta encuesta vuelven a mostrar la fascinación de los españoles por los smartphones con mayores posibilidades de acceso a internet, contenidos y servicios. Dejan de ser un aparato profesional para convertirse en una herramienta privada. Imprescindible para la identidad digital.
Citar el terrorismo para fomentar el miedo
Todos los expertos y códigos periodísticos serios recomiendan que no. Si de algo puede servir el filtro de los medios debe ser para eso: para extraer la información de la realidad y las declaraciones, desbrozar la propaganda, la manipulación y los engaños.
Pero eran otros tiempos.
El periodismo figurante tiene cada vez menos límites. La repetición y difusión acrítica de cualquier tipo de declaración sin la mínima comprobación y contraste es ya una práctica habitual.
Pero a nadie parece importarle. Es la estúpida política del miedo y la carrera por la actualización acrítica y por llenar minutos y minutos de vídeo, páginas y páginas. Periodismo redundante.
Los filtros son cada vez más débiles.
Lo vivimos de nuevo estos días con las manipulaciones constantes sobre la inmigración, la energía nuclear y sus cementerios, las guerras del agua o esa vergüenza llamada pena de muerte.
El terror y el miedo se cuelan en las televisiones, los diarios, las radios, las webs con una falta de contexto y contraste que, ese sí de verdad, asusta. Pero asustar es buen negocio. Muchos políticos y bastantes medios lo creen.
El resumen de El Roto:
Defensa del enlace
Cobrar por ver. Es lo más parecido a la intención de limitar el hipertexto y privatizar con copyright los enlaces. Cobrar por enlazar es achicar el acceso a la información y privatizar el dominio público ampliado gracias a internet. La lucha de los medios y la industria de los contenidos contra buscadores, agregadores y redes sociales erosiona la libertad de expresión y los derechos ciudadanos. Cuando crece la demanda por el gobierno abierto y el acceso a la información pública, la industria, golpeada por la crisis y apremiada por los desafíos digitales, amenaza el interés público.
El proyecto de ley de economía sostenible permite bloquear enlaces alegando daño patrimonial. Los editores españoles se unen a los grandes grupos de medios contra el acceso a sus contenidos sin permiso –instaurar una licencia económica-, como ya hizo la agencia Associated Press en 2008. El magnate Rupert Murdoch bloquea al agregador británico NewsNow los enlaces a The Times. Francia propone una tasa Google y surgen voces a favor de un impuesto a los enlaces comerciales imitando la tasa Tobin a las transacciones financieras.
El objetivo es cobrar por los enlaces. Es el resultado de la negativa de las empresas de internet a compartir sus beneficios, los problemas del negocio digital y la evidencia de que muchos usuarios se conforman con la cita y nunca llegan a la fuente de la información.
Pero internet no es un medio. Es un espacio público donde los ciudadanos viven, se comunican, informan y comparten. La privatización perjudica a la sociedad. Cualquiera tiene derecho a cobrar por su producto o a reservarlo para sus clientes, pero nadie debería poder limitar el acceso al espacio público. Si no quieren estar, pueden retirar sus contenidos con una simple operación técnica. No lo hacen por la pérdida de visibilidad, audiencia y reputación lograda en buscadores, agregadores y por las citas en las redes sociales.
El enlace no es el contenido. Es el primero de los mitos denunciados ya en 1997 por Tim Berners-Lee, creador de la web. La ley española de propiedad intelectual garantiza la cita y el uso de información de actualidad, como la legislación internacional, pero permite reservar derechos o cobrar. Hacerlo sería un paso atrás en la ampliación de la esfera pública y el derecho a la información, propiedad de los ciudadanos, no de los medios. La disputa económica por el negocio no puede atentar contra el interés público ni expandir el modelo de pago para privatizar lo que es de todos. Los medios deberían preocuparse más de por qué tantos usuarios se conforman con una cita y no olvidar que sus contenidos son también resultado del espacio público.
Columna en Público
Monday, January 25, 2010
Contra lectores surfistas (y el negocio que escapa)
Un daño irreparable. Fin del control de los medios. Las consecuencias son terribles, especialmente cuando para los diarios que sufren una terrible falta de independencia por sus intereses empresariales.
Pero en esa velocidad de escape (Mark Dery) del poder y la influencia de los medios se va gran parte del negocio.
Y ahí confluyen todos los problemas. Los de los editores y magnates del contenido, pero también los de los periodistas y quienes buscan nuevo modelos de negocio para la información.
Atar a los surfistas o evitar las olas con diques -de pago y otras restricciones- no es el mejor método.
Casi la mitad de los internautas se conforman con buscadores, agregadores y redes sociales y no llegan nunca al medio de origen, según un reciente estudio.
No es de extrañar. Somos hiperlectores. Leemos tanto, a todas horas, con tal prisa, que muchas veces obviamos la profundidad y nos conformamos con la cultura del hojeo. Deprisa, deprisa, hasta distraernos hasta el agotamiento del que nos alerta Maggie Jackson.
Pero con tanto excedente cognitivo liberamos energía para el flujo social, la comunicación, la participación y los contenidos compartidos. Esa es la piedra filosofal por donde comenzar a reinventar el negocio de la información, obligado a sostener sus valores tradicionales pero ha cambiar las organizaciones y la comercialización.
Lo que no vale es achicar o privatizar el espacio público, como pretenden algunos, cobrando por enlazar para atrapar a los surfistas. Porque así se ahoga esa democracia que tanto defienden Cebrián y el resto de periodistas y editores. Sin servicio público y democracia no hay periodismo.
Otra cosa es cobrar por sus productos. Todos tenemos derecho a vivir de nuestro trabajo. Vale la pena analizar las vueltas que medios como The New York Times le están dando a su modelo de pago para no acabar con los sufistas ni con las muchas personas que llegan y valoran sus contenidos por un tuiteo, una recomendación en una red social o las ventajas de buscar en Google.
El dinero de los ebook, para los escritores
Un buen editor es una joya. Uno malo, un necio. Para el autor y los lectores. Pero el negocio aprieta y ahora que el coste de las copias y la distribución baja, los autores quieren más cacho. De lo contrario, autoedición.
Batalla por el beneficio de la letra escrita.
Los autores catalanes avisan: ¡cuidado con los contratos de los ebooks! Reclaman al menos un 20% del precio de venta al público frente a la oferta mucho menor sobre el beneficio neto que los editores quieren implantar por la presión por los precios bajos de las librerías digitales.
Los escritores británicos se rebelan y piden al menos la mitad de los derechos de cada libro digital vendido, como ha conseguido Ian McEwan al firmar un acuerdo exclusivo con Amazon.
Se la juegan: ingresos del 10% o menos del precio de los libros frente a la mitad o más de las ventas de ebooks.
Eso sí: o los libros digitales son baratos (o gratis) o no se compran. Amazon pugna por mantener los precios por debajo de los nueve dólares. Para conseguirlo ofrece un contrato preferente a autores y editores: 6,25 dólares de derechos para ellos, el 70% del precio del ebook.
Con el ebook se acabaron las fronteras y los límites de los escaparates de las librerías. Cualquier libro -siempre que los editores los publiquen, lo que no hacen por ahora en España- desde cualquier lugar, accesible a unos cuantos clics. Las grandes librerías como Amazon y Barnes&Noble pelean por los lectores con sus propios ereaders: Kindle o Nook. Y dentro de nada se suma Apple con una nueva tablet digital, además de concentrar ya bastantes lectores en su iPhone.
Y tratándose de libros, la batalla está también en los diarios. En El País el alegato de Javier Calvo en defensa de la autoedición fue contestado por Luisgé Martín con su manifiesto a favor de los buenos editores.
¿Y los lectores?
Por ahora, agobiados por la falta de estándares, la confusión de soportes, las restricciones de propiedad intelectual y las incógnitas para gastarse un dinerillo en un aparato de escasa versatilidad y cuya utilidad depende de los intereses de los editores y su voluntad de ampliar catálogo.
Muchos lectores asisten atónitos a la pugna económica mientras casi nadie defiende los derechos de los consumidores y el Ministerio de Cultura se dedica a promover la venta de libros comerciales desde la Biblioteca Nacional y a perseguir las descargas de música y cine mientras el retraso español en publicación digital, de libros con derechos y también de obras huérfanas o de dominio público, es clamoroso.
¿Alguien defiende al lector?
Saturday, January 23, 2010
El Comercio se afina
Un interesante rediseño con muchas ideas que comparto y que he intentado desarrollar en algunos trabajos (Mundo D o Vos entre los últimos).
ElComercio.pe se tiñe de amarillo. Refuerzo de marca con el diario en un proceso de convergencia multimedia.
Navegación visual. La apuesta del primer impacto es visual. Una jerarquía de información reforzada por un uso más impactante e intensivo de las imágentes. Internet ya es audiovisual y la imagen va ganando terreno frente al texto como principal elemento de navegación. Una tendencia ya explotada en rediseños como el de CNN o propuestas como Google Fast Flip.
El interfaz visual se asienta con las mayores posibilidades tecnológicas y la evolución hacia las pantallas táctiles y los nuevos tablets, que consolidan la preeminencia de la imagen. El usuario de internet vuelve a reproducir así la experiencia del hojeo del lector de diarios o revistas. Un interfaz más intuitivo y sensorial que el textual.
Los tags como ruta. Los tags (etiquetas) no sólo son la base de la arquitectura del sitio, sino que se usan para el primer nivel de navegación con la intención de facilitar al usuario la navegación y la localización rápida y eficiente del contenido que más le interesa.
Formato blog. El Comercio mantiene el formato cronológico con estructura blog en el desarrollo de contenidos de la home y las portadas de sección. Un formato muy cuestionado en los medios grandes por las dificultades de manejar distintos criterios y jerarquías.
Por eso se hace imprescindible la apuesta jerárquica y de mayor apuesta visual de la zona alta de las páginas. Con esa doble estructura, El Comercio busca evitar los problemas de criterio y mantener la oferta de información actualizada en todas sus portadillas.
Todo está en la home. La portada del sitio es la gran puerta de acceso a todos los contenidos. Con una navegación apoyada en las secciones y los tags, El Comercio permite acceder a toda su información con la profundidad de la navegación vertical.
Medio social. La nueva web apuesta decididamente por la promoción viral de sus contenidos. Para ello destaca junto a los títulos una herramienta para compartirlos a través de las principales redes sociales y agregadores.
El Comercio incorpora perfiles para sus usarios y un livelog con su actividad, similar al de Vos o Mundo D. Sin embargo, todavía le falta el desarrollo de comunidades de sitios como estos.
Una apuesta muy interesante que vuelve a demostrar el empuje innovador en muchos medios latinoamericanos.
Friday, January 22, 2010
Fusiones para sostener la televisión
Eso sí, acompañados siempre por el poder político de la televisión en el telestado del bienestar.
El analista económico funda en lo que llama el imperio de la discrecionalidad, la conocida como televisión 2.0 -la capacidad de elegir de los televidentes gracias a la omnipresencia audiovisual y su pulsión por la participación- la debilidad de las cadenas.
Y apuesta por dos consecuencias: tiempo real (directo, actualización) y vídeo a demanda con participación a través de redes sociales. Tendencias de las que he hablado a menudo y están en la base de las nuevas estrategias de muchas cadenas.
Efectivamente esas son las debilidades de las televisiones actuales y del sistema de licencias, cada vez más sobrepasado. Pero para combatirlo apelan a la concentración y caminan para convertirse en medios plataforma y sociales.
La posesión de las licencias es una gran ventaja. Además de la estructura de contenidos, comercial y, sobre todo, la audiencia.
A pesar de una dificultad cada vez mayor en conseguir los GRPs (impactos publicitarios) necesarios para sostener un negocio que funciona mejor para los accionistas cuando es cosa de pocos y domina el espectro. Incluso cuando las posibilidades de consumir productos audiovisuales crezcan con internet, las redes sociales y las plataformas de vídeo a demanda.
Por eso tiene razón Gonzalo cuando dice: "Son los que podrán hacer de bancos para financiar productos complejos y los que tienen poder de negociación para integrar a los grandes anunciantes".
La televisión de 2010 enfrentará la desaparición de la publicidad de RTVE, avanzará en la convergencia -con la web, móviles y redes sociales- tras el apagón analógico, abundará en productos de bajo coste y buscará la integración y desarrollos de nuevos paquetes publicitarios.
Pero no nos engañemos. Todo es televisión. Da igual la plataforma. Esa es la diferencia con la prensa y por ahí es donde falla la analogía de McCoy.
Una parte de la audiencia se conforma con unas pocas líneas de información en un tuiteo, un buscador o un agregador y no llega nunca a la fuente, normalmente un diario.
Pero la tele engancha. No sufre lo mismo la televisión a pesar del aumento de consumo de contenidos fragmentados. Ese consumo crece por los hábitos de navegación de internet, pero también por el efecto YouuTube por la falta de contenido completo disponible. Cuando los programas completos son accesibles para el público, la gente se pega a la pantalla.
El auténtico despegue llegará con los nuevos televisores conectados a internet o los que ya lo hacen a través de las videoconsolas. En esa carrera andan las televisiones cuando los diarios todavía creen que los nuevos tablets los salvarán.
Lo importante para sostener el negocio continúa siendo lo de siempre: contenido, capacidad comercial -ahora más exigente con un negocio 360º- y control de la distribución.
Las licencias en la plataforma más vista (TDT) y la concentración son una gran ventaja.
Franco Battiato contra Berlusconi
con delle belle ragazze per allietare primari
e servitori dello stato?
Franco Battiato dedica su última canción, Inneres Auge, a la política de la hipocresía y las velinas. Pero también a las crisis sin solución.
La giustizia non è altro che una pubblica merce....
di cosa vivrebbero ciarlatani e truffatori
se non avessero moneta sonante
da gettare come ami fra la gente.
Músicos comprometidos con los excesos de su tiempo.
Portishead para Amnistía Internacional
Thursday, January 21, 2010
Mercado único digital
OK Go - This Too Shall Pass from OK Go on Vimeo.
Los fans están enfadados con Ok Go, un grupo que se hizo famoso en internet, como tantos. Su discográfica, EMI, amenaza a una web donde el propio grupo permitía copiar su último vídeo después de firmar un acuerdo con YouTube. Incrustar vídeos en otras páginas es una de las herramientas preferidas de la distribución viral. El cabreo de su parroquia ha obligado al líder del grupo a explicar que la publicidad no paga por los vídeos incrustados. Pero para no perder el favor de sus seguidores ha publicado el código para copiar el vídeo. Al fin y al cabo la canción se puede descargar gratis de la web oficial del grupo.Es una de las contradicciones del mercado digital, tan nuevo e ignoto que ha hecho caer al presidente Zapatero en otra al explicar los objetivos españoles de la presidencia europea. El presidente del Gobierno propone un mercado único de contenidos digitales un día después de que la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) denunciara el monopolio de las entidades de gestión de de derechos de autor. Un monopolio económico protegido por una ley que Competencia exhorta a reformar. El mismo monopolio contra el que ha chocado la Comisión Europea en sus intentos de impulsar un mercado común digital.
La Comisión propone aumentar los contenidos accesibles en internet, crear licencias europeas que eviten pagar por lo mismo en cada país, permitir a las entidades de gestión operar en toda Europa sin límite territorial, protección para los autores, más transparencia en la gestión y acabar con las tarifas abusivas. En resumen, crear un mercado amplio y transparente donde los autores decidan sus derechos y empresas y público puedan acceder a los contenidos a mejor precio y con mejores condiciones.
Respuesta de la SGAE y resto de gestoras: no. Están encantados de ser un monopolio. En su defensa ha salido rauda la ministra de Cultura, González-Sinde. Zapatero le tendrá que explicar qué es eso del mercado único, cambiar de ministra o reconocer sus contradicciones.
Columna en los medios de Vocento
Wednesday, January 20, 2010
Contra el monopolio, más monopolio
"Es bueno que seamos un monopolio". ¿Te suenan esas palabras? Son propias de los que disfrutan ese privilegio. Ahora las pronuncia con orgullo Pablo Hernández Arroyo, subdirector general de la SGAE.
Monopolios siempre ha habido muchos. Son un producto de un mercado fallido. La mayoría de las veces imperfecto y en nacimiento. Otras, la imposición de un poder que impone privilegios por sus propios intereses. Y algunas veces por la fortaleza y acierto de una compañía.
Pero siempre son malos para el consumidor.
A la ministra Ángeles González-Sinde le ha faltado tiempo para hacer un mohín y aparecer inefable a la defensa del monopolio y en contra de las peluquerías. "Todas las entidades de gestión actúan en España conforme a las leyes".
Exacto. Leyes injustas denunciadas tanto tiempo por tanta gente, a la que ahora se une Competencia.
Pero no se preocupen. Hoy se reunió por primera vez la subcomisión de Propiedad Intelectual, que nos va a arreglar los entuertos. Para eso ha llamado a postular sus tesis a todas las entidades de gestión. También monopolizarán esta comisión. Tienen experiencia. Piden más privilegios y reeducar a los consumidores. Recuerda a la sempiterna intención totalitaria. La distopía de la propiedad intelectual.
¿Serán capaces los partidos que aprobaron la Ley de Propiedad Intelectual de 2006 que denuncia Competencia capaces de crear un nuevo sistema más transparente y abierto? Por si acaso deberían leer con atención las atinadas reflexiones que les envió Pedro J. Canut.
Quizá les ayude el ímpetu del presidente Zapatero. Ufano ha propuesto hoy un mercado único digital europeo como objetivo de la presidencia española de la Unión.
¿Alguien le habrá contado que la SGAE y demás gestoras españolas están entre las grandes oponentes de los esfuerzos que hace tiempo encabeza la Comisión Europea?
¿Y que Competencia precisamente revela en su informe las nefastas diferencias entre la legislación española y la europea en la gestión de la propiedad intelectual?
Primero es mejor arreglar la propia casa. Si las intenciones de Zapatero son leales, que se lo cuente a la responsable de Cultura y atienda las recomendaciones de Competencia o que cambie de ministra.
La muerte del banner
Los banners se mueren. Crece la falta de efectividad y el rechazo a este formato de publicidad gráfica en internet. Los spots de vídeo y los anuncios flotantes (layers), son los formatos gráficos más eficientes, según una encuesta de IAB Spain presentada hoy.
Los interstitials concentran el rechazo de los usuarios, seguidos por los desplegables flotantes. El mensaje es claro: todo lo que interfiere con la localización rápida del contenido suscita el rechazo del público, agobiado en la crisis por el empleo de formatos cada vez más grandes e intrusivos.
Los anuncios en vídeo y los flotantes concentran la atención de los usuarios y aumentan el recuerdo de la publicidad. Hasta el 500 y 600% más, respectivamente, en relación a la inversión publicitaria en cada uno de ellos.
Los datos del estudio coinciden con otros recientes en otros países como los de Harris Interactive, que reflejaban un rechazo de un 80% a los formatos que cubren el contenido y a todos los que no dejan al usuario controlar la visualización.
La preferencia por el vídeo y flotantes también se refleja en el rendimiento por clic (click through). Un estudio de Adtech en Europa reflejaba el año pasado el mayor CTR del vídeo, seguido muy de lejos por los formatos flotantes (layers y pop up), y después el resto de formatos gráficos.
Los anuncios gráficos están lejos del rendimiento y rentabilidad en cuanto a retorno directo de los contextuales, pero el estudio del IAB refleja que el recuerdo de los formatos gráficos está en el 80%, comparable y en muchos casos superior a la publicidad en medios convencionales. Las mujeres discriminan más y los varones son los que más anuncios recuerdan.
Anunciantes y publicistas concuerdan en mantener una mezcla de formatos gráficos y de texto, además de marketing directo, en las campañas, pero la exigencia de formatos dinámicos más atractivos para el público crece.
Esa demanda amplia la creatividad de la publicidad en internet, pero también encarce las campañas gráficas, un efecto que puede obligar a muchos a analizar sus resultados y abrirse a otro tipo de campañas más efectivas y que generen mayor atención.
Tuesday, January 19, 2010
Competencia denuncia el monopolio de los derechos de autor
"Las entidades de gestión tienen un elevado poder de mercado, realizando normalmente su actividad desde una posición monopolística. Cada una de las ocho entidades existentes en España (SGAE, DAMA, CEDRO, VEGAP, AGEDI, EGEDA, AIE, y AISGE) se ha especializado en la gestión de un determinado conjunto de derechos que nadie más gestiona. La única excepción tiene lugar en el segmento de autores audiovisuales, donde existe un leve grado de competencia entre la entidad dominante, SGAE, y la minoritaria, DAMA".
Es la conclusión de un informe demoledor con las entidades de gestión colectiva de derechos de propiedad intelectual y las leyes que amparan un sistema con barreras a la competencia legales y económicas, tarifas y contratos abusivos, inseguridad jurídica, abusos sobre los derechos de los autores, falta de libertad para gestionar libre o individualmente los derechos de cada uno y, en definitiva, una enorme obstrucción a la comercialización de los contenidos, el entretenimiento y la cultura.
La CNC acaba también con la coartada europea, esgrimida reiteradamente por los responsables de las entidades de gestión y los políticos para no cambiar un sistema injusto y perjudical para autores, medios, comercializadores, negocios sometidos a tarifas de todo tipo y para el desarrollo de un mercado de contenidos transparente y competitivo.
Competencia recuerda que las directivas europeas sólo imponen la gestión colectiva de derechos en la retransmisión por cable. "La imposición de la obligatoriedad en otros casos no obedece a ninguna directiva del derecho comunitario. Es más, en los casos en los cuales una directiva europea impone la gestión colectiva opcional, el legislador español se decanta por imponer su gestión colectiva obligatoria".
Fin de la mascarada.
Competencia recuerda a los olvidadizos que la Comisión Europea está empeñada en crear un mercado único de contenidos y una simplificación de la gestión de la propiedad intelectual que ha sido permanentemente bloqueada en España por el lobby encabezado por la SGAE.
El informe llega en buena hora. Mañana comienza una ronda de debate en la subcomisión de Propiedad Intelectual del Congreso plagada de entidades de gestión y sin representación proporcional de los consumidores ni de otros expertos opuestos a las leyes y el sistema de propiedad intelectual actual.
Es hora de exigir responsabilidades políticas a todos los partidos que votaron a favor y promovieron el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual en 2006. Y también de reformar las comparecencias en esta tendenciosa subcomisión.
Nunca se han defendido los derechos de los ciudadanos. Pero tampoco los derechos de los autores, atrapados por un sistema de recorte de su libertad y en el que algunos han llegado a padecer un síndrome de Estocolmo a medio camino muchas veces entre la mezquindad y la ignorancia.
Cada intento por crear una nueva entidad de gestión ha sido una batalla en España, pero ya hace una década que el status quo de las ocho actuales se impone con ese monopolio especializado denunciado en el informe.
Competencia pide "un marco legal suficientemente claro, predecible y generador de certidumbre" con más transparencia, competencia y eliminar las barreras de entrada a otras entidades nacionales o internacionales, eliminar la obligatoriedad de la gestión colectiva siempre que sea posible, reducir las cláusulas abusivas de los contratos y el sistema de tarifas injusto y monopolístico. Pero también que las administraciones vigilen a las entidades de gestión, como obliga la ley, una responsabilidad siempre esquinada por un Ministerio de Cultura siempre del lado de estas entidades.
¿Servirá para algo el nuevo informe, no vinculante? Al menos para cargar de razón a todos los que denunciamos un sistema injusto, que no permite el desarrollo de nuevos negocios de contenidos, reduce el acceso de los ciudadanos a los contenidos y aprovecha los poderes del Estado como en su propio beneficio.
Basta ya.
Informe Propiedad Intelectual. Comisión Nacional de la Competencia
Más comentarios en Twitter #cnc
Savater se confunde de mecenas
Leo con pasmo el artículo de Fernando Savater. ¿Qué diferencia a esos mecenas de los dueños corporativos de la industria cultural actual?
A Savater le nubla la razón su pasión contra el gratis total. La cultura no es gratis, como casi nada, pero cambian -como lo han hecho siempre- las formas de financiación y comercialización.
Los mecenas son parte de la solución. Siempre los ha habido y los habrá en la ciencia y la cultura. Sin ellos gran parte de la creación y la investigación de los últimos siglos hubiera sido imposible.
En el mecenazgo siempre ha habido intereses. Como en el comercio. Y no es para espantarse. Intereses los hay de muchos tipos y diferente catadura. Los protegidos de Mecenas sabían qué se esperaba de ellos, igual que los de los Médici, la iglesia, Carlos III o los Rockefeller.
La diferencia es que en el nuevo entorno digital y social todos podemos ser mecenas. Ya. Algunos me dirán que no es nada nuevo. Los independientes -editores, sellos discográficos, etc.- siempre han hecho más mecenazgo que negocio.
¿Y los poderes públicos? El estado es un gran mecenas desde su misma aparición. Y en la Europa de posguerra el mecenazgo cultural se ha entendido siempre, bajo capitanía francesa, como un pilar imprescindible del estado de bienestar. Un mecenazgo democrático con el dinero de los ciudadanos y la voluntad -y a menudo los intereses- de los gobernantes.
Ahora el mecenazgo puede extenderse, socializarse y ser más participativo como en el crowfunding, una forma de financiación social a través de las nuevas herramientas digitales. Permite a proyectos como la película El Cosmonauta financiarse y ya hay quien piensa que los John Cassavetes actuales tienen en la producción social y la comercialización por internet y las redes sociales su mejor oportunidad para ser independientes.
Cuando la industria domina la cultura, el resultado es puro consumo. La crítica de Adorno sigue vigente. Y muchos grandes editores, críticos y autores la suscriben. Más que nunca. Sólo así se explica la economía de la abundancia, condición imprescindible para el gratis total. Y por eso el criterio P2P (y quizá en breve la cuenta del streaming) es una de las pocas alternativas para la vida y la cultura líquidas y el ansia que provocan en tantos.
Hacen falta nuevas formas de financiación y comercialización de la creatividad, la innovación y el arte. Pero también ampliar el concepto de la producción y creación de contenidos como procomún. Especialmente cuando los creadores disfrutan de financiación pública o social. Y mejor mecenas sociales y transparentes, con objetivos claros y criterio social, que esos arteros poderosos de los que se queja Savater.
Educación para ciudadanos 2.0
Los ordenadores del plan Escuela 2.0 están vacíos. Falta una definición de qué debe ser la educación 2.0 para lograr la alfabetización digital. Los portátiles llegan a las aulas, pero sin contenidos para una nueva educación. Un ordenador no debe ser ni un libro ni una televisión, es una herramienta para interactuar, no para recibir. Muchos educadores echan más en falta la alfabetización digital que los ordenadores.
Estudiantes, profesores y familias acogen positivamente la tecnología, según una reciente encuesta. La formación y adaptación de los contenidos digitales a las exigencias del programa educativo es escasa. Pero las grandes debilidades son el aprendizaje individual y cooperativo, además de la interactividad, claves para una nueva educación.
Alfabetización digital son destrezas y criterios
para participar, compartir, buscar y evaluar información y conocimiento. Habilidades para manejar narrativas no lineales, las rutas del hipertexto y la multimedia. Aprender a crear y manejar identidades portátiles en un nuevo entorno dominado por las redes sociales y la privacidad compartida en un período crítico para la personalidad y la socialización como los años de escuela. A pesar de que tres cuartas partes de los niños de 10 a 15 años utilizan ordenadores para sus trabajos escolares –datos oficiales- esas habilidades se aprenden más solos y con los amigos que en la escuela. Lo mismo ocurre a los enseñantes.
El problema no es sólo la adaptación al currículo, sino disponer de materiales adecuados para formar en la nueva cultura digital. Docentes preparados para emplear mejor las TIC y no enseñar a consumir o recibir pasivamente información, sino a crearla, procesarla, compartirla, mejorarla, analizarla y hacerla visible a los demás.
La industria editorial es la gran ausente. Vive más preocupada de su negocio que de mejorar la educación. Por eso, como el resto de la edición, no apuesta más por las herramientas y contenidos digitales y espera ayudas públicas o iniciativas como la de California para cambiar los libros de texto por ebooks. Ante su pasividad, los contenidos están en proyectos públicos como Agrega y Educarex o de fundaciones como Wikisaber.
Escuela 2.0 son redes educativas de profesores y alumnos. Espacios donde educar y compartir en la vida digital. Educación abierta y transparente, con contenidos en colaboración, abiertos, de dominio público, en actualización permanente. El texto tradicional -en libros, de papel o digitales- seguirá siendo útil, pero hacen falta nuevos materiales disponibles en cualquier aparato o widget. Recuperar la educación como una paideia humanista y ciudadana: crítica, libre y permanente.
Columna en Público
Monday, January 18, 2010
La protección de datos como ley mordaza
Hasta el absurdo de penalizar más a internet que a otros medios o a una base de datos más que a una fotocopia.
La ley y su aplicación son tan garantistas que llegan a obstaculizar el periodismo e incluso el funcionamiento de una democracia responsable y transparente.
Coincido con el atinado artículo de José Luis Dader sobre los excesos de una Ley de Protección de Datos que restringe el derecho a la información y el interés público cuando se utilizan "datos de carácter personal registrados en soporte físico, que los haga susceptibles de tratamiento" (art 2, LOPD).
La protección de la legislación española olvida las excepciones de interés público para el tratamiento y comunicación de los datos recogidos en la directiva europea de protección de datos y la propuesta en las excepciones de la Resolución de Madrid de Estándares Internacionales para la Protección de la Privacidad firmada por 31 países en noviembre del año pasado (pdf). Entre ellos, España.
La aplicación de la protección de datos como ley mordaza se acaba de ver en la reciente sentencia contra el director y el director de informativos de la Ser por publicar los nombres de afiliados irregulares al PP una trama urbanística.
Los políticos utilizan artera y reiteradamente esta ley para no ser transparentes con los datos que puedan mostrar irregularidades en su gestión y se usa como atajo en supuestas violaciones de la intimidad de personajes públicos o en actos y el uso de cargos públicos. Y por tanto sometidos al control ciudadano.
Tampoco ha servido para evitar la retención de datos personales por los poderes públicos, aunque sí por los buscadores y otras empresas de internet.
Las necesidades de una democracia transparente y responsable, además de la función de interés público del control ciudadano y del periodismo hacen imprescindible excepciones a la protección de datos que vayan más allá de sus "valores históricos, estadísticos o científicos" para contemplar el derecho a la información de interés público del resto de los ciudadanos y una ley de acceso a la información pública que permita el gobierno abierto y la transparencia de los datos de la Administración, bien a cubierto por la LOPD.
En tiempos de la identidad de dominio público y de su portabilidad en diferentes servicios y manifestaciones de la privacidad compartida, cuando abundan los datos y sus tenedores y procesadores no se puede olvidar que la protección de esa privacidad no puede restringir los derechos fundamentales del resto de la sociedad y el interés público.
Es curioso como dos derechos relativamente nuevos como la privacidad y la propiedad intelectual se están convirtiendo en ocasiones en amenazas y frenos de la cultura, los medios y la sociedad digital.
Friday, January 15, 2010
Cómo no financiar RTVE
La Comisión teme restricciones a la competencia, distorsiones en el mercado, además de falta de control y proporcionalidad de la financiación del servicio público de radiotelevisión.
Quejas ya enviadas al gobierno por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) en su informe sobre la nueva financiación, donde además propuso un sistema alternativo basado en la tasa del espacio radioeléctrico y la aportación de las televisiones. Un sistema que liberaría más frecuencias para los nuevos servicios digitales de la sociedad de la información (el llamado dividendo digital) y sería más justo al gravar sólo a las empresas que compiten en el mismo mercado y utilizan el mismo dominio público.
Tanto la industria de las telecomunicaciones como la CMT fueron desoídas. La Comisión Europea recoge sus quejas en su decisión de ayer (pdf).
Europa prefiere que España financie los 1.200 millones de coste de RTVE sin publicidad directamente de los presupuestos del Estado. Sin crear nuevas ayudas ni impuestos perniciosos para la competencia y que desdibujan el coste de la radiotelevisión pública para los ciudadanos.
Y vuelve a recordar que las leyes europeas sólo permiten financiar el servicio público. Una definición imprecisa y laxa con las leyes anteriores, en la nueva RTVE y también en la futura ley audiovisual.
A los políticos les cuesta definir y controlar el servicio público de radiotelevisión. No es de extrañar con un telestado -estatal y autonómico- de enorme rendimiento político, a pesar de su ruina para los ciudadanos: más de dos mil millones de euros anuales, 1.200 de ellos en subvenciones.
El poder se asienta en la tele y el dinero público.
Al debate sobre la financiación de la televisión pública se suma ahora el sostenimiento de la vieja industria audiovisual con gravámenes sobre internet y los nuevos medios. Nicolas Sarkozy es el adelantado en Francia con su propuesta de un nuevo impuesto sobre los grandes de internet para financiar la vieja industria mediática y cultural, como ya hizo con su plan para la prensa y la televisión.
La pregunta es qué hay que salvar: ¿los medios? ¿los medios públicos? ¿los contenidos? ¿la información? ¿a la industria? ¿a los periodistas?
Subvencionar empresas inadaptadas al mercado y la realidad no tiene mucho sentido. Tampoco sostener las ganancias de directivos ni accionistas. Errores ya vistos en otros salvamentos públicos como los de la banca, el sector automovilístico y otros.
Lo valioso es la información, los contenidos, la pluralidad, el empleo, el servicio público, el patrimonio común y esa democracia sólo posible con una ciudadanía bien informada.
Para eso se necesita independencia, profesionales cualificados, contenidos de calidad, plataformas tecnológicas adecuadas, acceso para los ciudadanos, más espacio público, más diversidad, nuevos modelos de negocio. Pero también transparencia pública, administrativa y responsabilidad política.
¿Por qué la solución es siempre aumentar la concentración y socializar pérdidas de negocios millonarios durante muchos años en lugar de estimular los nuevos medios y proyectos?
Cuando los ciudadanos tienen cada vez más posibilidades de acceso a la abundancia de contenidos de la era digital, lo importante no son los medios, sino los contenidos y las plataformas de acceso. Promover contenidos de calidad, enriquecedores, plataformas abiertas de acceso a contenidos de dominio público y en el caso del servicio público, que efectivamente sirva a la ciudadanía.
Vale la pena pensar en un nuevo servicio público digital abierto, plural y participativo en lugar de seguir sosteniendo el telestado del falso bienestar de los medios de masas.
Financiarlo con transparencia, gestión responsable y un sistema justo y adecuado a los contenidos y servicios que se garantizan.
Juan Pedro Valentín cierra la era Gabilondo
Juan Pedro Valentín ejecuta un cambio en los informativos de Cuatro imprescindible y postergado. Y los prepara para una fusión con Informativos Telecinco que nadie como él, su director durante tanto tiempo, conoce.
Tendrá la misión -ya acordada- de crear una nueva estructura donde se temen muchas redundancias de recursos y profesionales. Cada cadena mantendrá sus informativos. Telecinco nunca les ha prestado demasiada atención y es el eterno tercero tras La 1 y Antena 3, aunque ha recuperado posiciones en la edición de noche. En Cuatro la apuesta informativa siempre ha estado más pendiente del fútbol que de la información general, por mucho que pertenezca al grupo de El País y la Ser.
Los nuevos informativos de Cuatro serán más largos -45 minutos- y adelantan la hora antes de los telediarios de las grandes cadenas y de las autonómicas. Todas las caras serán más jóvenes, se refuerza la apuesta por el fútbol en competencia horaria con el resto de telediarios y se crea un nuevo matinal.
Puede o no ser la solución. Pero desde luego es una alternativa.
Fin del telediario de autor. Gabilondo era el último de esta estirpe. Ni Matías Prats ni Pedro Piqueras sostienen ese estatuto.
¿Puede hacerlo Pepa Bueno? Quizá si se desprende un poco más del envaramiento de la televisión pública y su agenda y la producción y edición informativa de la tarde se separa más de la de mediodía. Hoy muchas veces parece que en la redacción de TVE sólo se trabaja por la mañana.
El cambio en Cuatro es obligado. Sus informativos cerraron el año con menos de un millón de espectadores y una cuota de audiencia del 8,1%, a mucha distancia de las tres grandes cadenas y por debajo incluso del informativo estrella de TV-3 en Cataluña.
Con Gabilondo, peor. Ochocientos mil espectadores, 370.000 menos que a mediodía, y casi cuatro puntos menos de audiencia: 6,2, a mayor distancia de la competencia y acechado por La Sexta.
En CNN + las cosas no van mucho mejor. La cadena informativa de Prisa nunca acabó de cuajar. La limitación de la televisión de pago la arrumbó en una clientela en la que nunca consiguió cimentar un prestigio y una influencia para el que era necesario otra agenda y otros planteamientos.
Con la TDT el canal de noticias 24 Horas de RTVE ya lo supera en audiencia: 0,6 frente a 0,4 en diciembre. Pero también lo hacen las televisiones de opinión de la derecha: Intereconomía y Veo7.
En una televisión siempre polarizada políticamente la concentración de cadenas tendrá consecuencias inevitables aunque el espectro en el mando a distancia no es paralelo al sociológico.
Pero la agenda temática, el trabajo informativo, el estilo y los formatos deberían también marcar diferencias. ¿Hay espacio más allá de los sucesos, las trivialidades y el fútbol? Veremos si la apuesta de Valentín ofrece alguna alternativa.