La crisis llega al telestado. El hundimiento económico hace sufrir a las televisiones públicas. La rebaja de los presupuestos del Estado y las autonomías amenaza con romper el muro inviolable de la televisión pública. No se preocupen, los políticos corren al rescate.
Son pocas las autonomías como Castilla-La Mancha, donde el presupuesto de la radiotelevisión regional baja un 7,6%, de 73 a 67,5 millones de euros. La mayoría de las televisiones autonómicas están tentadas de pedir a los responsables políticos más dinero público para compensar el descenso de los ingresos publicitarios. El presidente de la Compañía de Radio Televisión de Galicia pide a la Xunta tres millones de euros más. Un presupuesto de 127 millones inmunizado contra la caída de la audiencia y de su facturación publicitaria. Los 800 millones de subvenciones que las televisiones recibieron en 2008 no se reducirán en igual medida que otros capítulos de las maltrechas cuentas públicas.
Estas cuitas no afectan a RTVE. La Corporación vive a salvo de miserias con su presupuesto de 1.100 millones comprometido por el Gobierno para una televisión estatal sin publicidad. Las cuentas siguen sin cuadrar conforme avanza la crisis, pero el Estado va en ayuda de una radiotelevisión pública que ya es más cara para los ciudadanos de lo previsto en su nuevo sistema de financiación sin publicidad. Los 515 millones que iba a recibir directamente del Estado por el servicio público ya son 582,5 en los presupuestos del año próximo, un 13% más. Y es difícil entender por qué sube el coste del servicio público cuando los costes de producción de todas las cadenas bajan. Pero todavía está por ver si RTVE es capaz de conseguir el resto de sus ingresos de los cánones sobre las televisiones comerciales y las telecomunicaciones.
El telestado resiste. Bajan los presupuestos públicos, pero la tele aguanta como un bastión del estado del bienestar. Salud, desempleo, pensiones y televisión, receta anticrisis.
Columna en los medios de Vocento