Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
Friday, November 16, 2012
La crisis crea otro mercado para los medios
La crisis de la publicidad se ha llevado por delante más del 60% de los ingresos publicitarios de los diarios y el 50% de los de la televisión.
Pero lo peor es que el único motor de estos años, la publicidad digital, se frena y cambia su estructura aceleradamente. La publicidad digital ya supera a la prensa como segundo mercado, pero sólo crece la publicidad en buscadores, la de bajo coste (redes sociales, RTB, exchanges), el móvil y el vídeo.
Las estimaciones para final de año son acabar con una pérdida de más del 16% del mercado y caídas generalizadas en toda la inversión, incluida la digital.
Todas las televisiones están en pérdidas operativas en el tercer trimestre, incluido el duopolio de Mediaset y Antena 3, donde avanzan las pautas únicas y la redefinición de su enorme oferta de canales para encontrar los segmentos más rentables en los temáticos.
Los diarios sufren además una fuerte erosión de la difusión, de alrededor del diez por ciento este año, que se une a las pérdidas anteriores y roza el 25% de caída total. La audiencia cae hasta 14 millones de individuos pese al aumento de lectores por ejemplar y los diarios digitales empiezan a no compensar esa erosión.
En internet sólo las pantallas móviles y el vídeo tiran del mercado y de la audiencia, tanto en España como fuera. El poder de las grandes marcas crece y el resto del mercado se atomiza, con un crecimiento constante de nuevos medios obligados a ser pequeños y muy eficientes en la gestión de sus recursos.
Las revistas siguen una evolución parecida a la prensa. Incluso la radio, con una resistencia mayor a la crisis, ha encadenado malos resultados este año.
Hasta los grandes digitales como Google o Facebook sienten los problemas de un mercado que cambia definitivamente.
La situación es de una reestructuración profunda del mercado. Los medios están obligados a cambiar radicalmente sus modelos de negocio para sobrevivir. La masificación de las pantallas móviles y la hiperconectividad, unida a la peor crisis económica y de consumo de la era moderna, cambian definitivamente un mercado que ya no evoluciona, sino que ve nacer otro muy diferente.
Las marcas desconfían cada vez más de la publicidad y de los medios como soportes y apuestan por el branded content y el contacto directo con sus clientes: marketing directo, membership (fidelización), exterior, contenidos propios y publicidad no convencional.
Es la crisis de la abundancia. Por primera vez están claros los datos que indican el fin del crecimiento constante. El parón del consumo y la erosión de la atención no dan para más.
El público continúa consumiendo muchos medios, pero la atención se vuelve a concentrar sólo en unos pocos. O, más bien, deja de prestarse suficiente atención para la eficacia del contenido y la publicidad en la mayoría de lo que se ve, y sólo se fija en una dieta determinada por los intereses, el consumo diferenciado en función de soportes, y la ubicuidad de las pantallas.
En España es la crisis definitiva de un modelo de televisión saturado de canales en abierto, pero poco atractivos para la mayoría del público, concentrado en los grandes programas -realities, fútbol, series y cine- y orientado a un consumo bajo demanda de productos de calidad que las cadenas en abierto ofrecen tarde y con demasiadas restricciones para el público más exigente.
Los diarios han dejado hace tiempo de innovar. La prensa se ha rendido a su propia crisis desconfiando más que nadie de sus marcas y sus productos. Una generación de ejecutivos y editores tiene la responsabilidad de no haber puesto en marcha estrategias de audiencia, circulación y comercialización que son ya habituales en otros mercados y que aquí parecen desconocidos. La renuncia al papel comienza en los propios diarios.
Los medios digitales requieren otros productos. La era del volcado y el copia y pega se resiste a morir y el móvil y el digital primero siguen siendo filosofías a menudo mal entendidas, sobre todo por las redacciones de los medios tradicionales. Los medios nativos comienzan a consolidarse y a suplantar a los grandes diarios no sólo en las áreas temáticas y más segmentadas, sino también en las áreas informativas duras, tradicionalmente dominadas por los medios convencionales.
Repetir los viejos modelos y formatos de información, diseño y narrativa ya no funciona. Para la información me atrevo a decir que a medio plazo ningún medio que no sea nativo móvil -smartphones y tabletas- sobrevivirá, porque ese será el soporte básico de las noticias.
Los nuevos modelos de pago no son solución sino se acompañan de nuevas fuentes de ingresos y un nuevo modelo de relación con el usuario, más abierto y participativo, pero también con mayor compromiso mutuo. La prensa, sobre todo, necesita desarrollar estrategias de audiencias y dejar de pensar en el público para comenzar a tomarse en serio a cada lector y cada segmento, no sólo por variables sociodemográficas sino por tipos de consumo y acceso a los contenidos.
Los principales males del fracaso de El País, líder de la nueva prensa nacida en la Transición, son comunes a la mayoría de diarios. Ningún medio se va a fortalecer con las armas de otros completamente distintos. O se empieza por creerse y fortalecer las propias ventajas o el escenario es temible.
Vivimos en la era de los medios contextuales y en una etapa de reinvención de un negocio cada vez más distinto del tradicional. Los medios ya no venden exposición ni contenidos, sino experiencias y públicos compartidas en tiempo real y redistribuidas en diferentes plataformas.
La fragmentación de las pantallas y de las audiencias obliga a diferentes productos y formatos para cada una sin repetir la misma oferta, sino diferenciarla en función del tipo de consumo y el nivel de atención. Lo que pervive es el interés del contenido, la identificación con la marca y el reconocimiento de la relación con los creadores del contenido y los periodistas, obligados a establecer una empatía clara con su público.
El negocio es otro y los medios están obligados a crear nuevos modelos de contenidos, relación y monetización mientras en el caso de los tradicionales se diseña la transición sin comprometer lo nuevo por la necesidad de sostener los ingresos legacy.
Pero ya nadie, ni siquiera los digitales, están libres del cambio de mercado.
Thursday, November 01, 2012
Disney y Lucasfilm: el poder de las marcas en la economía de la atención
En la economía de la atención nada tan valioso como las grandes marcas: el verdadero poder de la fuerza. Todavía más si se convierten en franquicias cuyo negocio se extiende con la explotación del contenido y su propiedad intelectual en todos los medios, soportes y oportunidades de comercialización: de los parques de atracciones a los videojuegos y el merchandising.
Convergencia y concentración vertical para explotar los contenidos, su imagen y marcas como franquicias en un ecosistema donde cada marca se publicita y retroalimenta con cada uno de los elementos y negocios de su franquicia. Cada dólar de inversión en la marca, su contenido, imagen y productos alimenta toda la cadena del negocio maximizando el retorno. El poder de los ecosistemas.
El gran negocio del branded content: el contenido y la imagen de marca es la mejor promoción de la propia franquicia, sin tener que depender de la publicidad que rompe la atención del espectador, sino alimentándola con más contenido de la propia franquicia.
Y el negocio perfecto de la economía de la atención: el atractivo de los contenidos y la inexorable ley de la redundancia que alimenta su consumo porque los consumidores se identifican sobre todo con las marcas. Las redes y el ecosistema digital, con su mercado de abundancia y la capacidad de que los propios clientes sean los promotores de cada marca, multiplican el valor del negocio de las franquicias.
Para el cine y la televisión tienen además otro gran valor: nada permite predecir mejor el éxito futuro que los éxitos pasados. Por eso crecen las secuelas y precuelas, hasta el punto de que en 2011 coparon con las adaptaciones de éxitos de otros medios (libros, videojuegos) 14 de las 15 películas más vistas en Estados Unidos. Todas ellas propiedad de los grandes estudios que pelean en el negocio de las franquicias.
Disney se ha convertido en un gran gestor de marcas (brand manager) de la economía de la atención. Por eso encabeza la lista de beneficios de los medios. La compañía dirigida por Robert A. Iger combina un enorme portfolio de contenidos con alto valor de propiedad intelectual: Disney, Pixar, Marvel y ahora La Guerra de las Galaxias con la compra de Lucasfilm, con un ecosistema multimedia y multiproducto para explotar cada franquicia a lo largo de toda la cadena de valor.
Esa es la gran riqueza de sus multimillonarias adquisiciones. Cuando el cine y la televisión son un negocio de marcas y franquicias, todo lo que ocurre en el ecosistema de cada marca y de los medios la alimenta y rentabiliza, incluidas las descargas, que han perder ingresos de taquilla o pago por visión pero aumentan el atractivo de la marca y el gasto en sus otras formas de explotación: la copia no pirateable del merchandising y la experiencia del cliente (80% de los ingresos de los estudios proceden de toda la cadena de explotación más allá de la taquilla).
Iger lo deja claro en el anuncio de la compra de Star Wars: "This transaction combines a world-class portfolio of content including Star Wars, one of the greatest family entertainment franchises of all time, with Disney's unique and unparalleled creativity across multiple platforms, businesses, and markets to generate sustained growth and drive significant long-term value."
En esta ocasión, como en la adquisición de Pixar, la empresa de animación fundada por Steve Jobs y John Lasseter, Disney compra además tecnología e innovación para aplicar en todas sus marcas y seguir aumentando su valor.
Ese crecimiento del negocio en toda la cadena de comercialización es lo que valoran los analistas. Anthony DiClemente, de Barclays, explica: “Disney is perhaps the best media company at monetizing its IP and rolling it through the Disney ecosystem. In addition to the box office, Star Wars IP lens itself to the theme parks (where Disney already has Star Wars attractions), to cable TV (particularly Disney XD) and to consumer products, which we think could be the biggest driver of value.”
Disney funciona como una plataforma, su otra ventaja respecto a otros grandes estudios y majors. La fortaleza está en el ecosistema de negocio que cada medio crea, con su crecimiento, defensa y ciclo orgánico de la rentabilidad. Disney deja la creatividad en manos de cada una de sus unidades, con independencia para no agotar antes de lo previsto su valor. Separa la explotación comercial, la distribución y el marketing de los contenidos y la producción.
La tercera gran riqueza de Disney es el poder del mercado adolescente al que dirige la mayor parte de sus marcas, contenidos, marketing y merchandising. Un mercado que crece cuando los consumidores más fieles, los fans de las marcas, se comportan como consumidores adolescentes mucho más tiempo que el resto de los clientes.
La Guerra de las Galaxias, con 35 años en el mercado y más de 4.400 millones de dólares recaudados sólo en las taquillas, es otro gran activo del negocio de las marcas y la atención de Disney.
Wednesday, October 03, 2012
Un medio es un club: pagar por reputación
Esos elementos son la clave de la mayoría de los modelos de negocio de pago (y crowfunding), por eso suelo insistir a mis clientes que los clubes de lectores con una correcta proporción de ventajas de acceso (contenidos), materiales (descuentos, ofertas), psicológicas y de reconocimiento (membresía, afinidad) son la mejor opción para desarrollar un modelo de negocio: tanto de pago como de audiencia fiel y registrada que permita mejorar la rentabilización.
Un medio es un club. Una marca y un espacio compartido con una alto valor para sus socios, tanto por satisfacción moral como material. E negocio está en la base de datos y la rentabilización de un público fiel y comprometido.
El negocio está en la relación, no sólo en el contenido.
Más allá del contenido y el producto específico está la percepción de valor del cliente, sustentada en beneficios que van más allá de lo material -el medio y sus contenidos, los descuentos, ofertas, etc.- que ofrece, para encontrar el diferencial en la pertenencia a un club o comunidad, donde ser miembro es relevante ante uno mismo (satisfacción personal), ante una comunidad o grupo (reputación) y ante el resto (exclusividad e identificación).
Lo premium son los públicos, no los contenidos ni los productos.
Esos elementos están en la esencia de los más atractivos negocios de suscripción y pago digital: del Club La Nación (Argentina) a The Times+, pero también en la de nuevos medios digitales comerciales como Vilaweb, eldiario.es, Talking Points Memo y en los de proyectos sin ánimo de lucro como el gallego Praza (una fundación), el MinnPost.com o el investigativo ProPublica.
Cada medio debe evaluar la correcta proporción de las ventajas materiales, sociales e individuales del modelo de club o asociación que ofrece para construir un modelo de negocio en la economía de la atención, donde el producto no es lo único importante. Como en todo producto, la clave es la satisfacción del cliente, y esta va más allá de las características materiales y del producto para fundarse en las razones sociales y de autoestima.
Son los niveles superiores de la famosa pirámide de Maslow que conducen a la autorrealización o, en términos de mercado, en la satisfacción del cliente por la percepción de un alto valor por su contribución o pago.
Desde este punto de vista, los medios y sus modelos de negocio se dividen entre los que proporcionan una alta satisfacción de demanda (reputación, acceso, afinidad y exclusividad: economía de la atención) y los basados en una oferta de valor diferencial (productos, descuentos, etc.: economía de mercado). El sustrato del contenido y la marca está en ambos, pero la satisfacción del cliente se orienta más a la autoestima en los primeros y a los beneficios en el segundo.
En el primer caso estarían eldiario.es y su apelación al público progresista, Vilaweb, Praza, el vasco Berria, MinnPost y ProPublica o The Guardian con su proyecto Open Journalism.
En el segundo, los medios tradicionales como La Nación, El Mercurio de Chile o The Times, todos ellos con modelos de suscripción con un fuerte componente de club de lectores.
Cuando se analizan los principales modelos de negocios de pago en medios, las características para el éxito son claras:
–Sentimiento de exclusividad
Cuantos más elementos de ellos se desarrollan, más probabilidades de éxito. Para los nuevos medios de la economía de la atención, el resultado son los más de 12.000 miembros del diario alemán Taz, los casi 2.000 de Vilaweb o el millar de eldiario.es o TPM en solo unos pocos días.
Entre los modelos más exitosos de club de suscriptores, El Mercurio o La Nación, con un fuerte crecimiento de suscriptores por el desarrollo de un club exclusivo con una oferta de gran valor añadido percibido por el cliente.
En definitiva, las bases del marketing de fidelización y social aplicadas a un entorno donde los medios son cada vez más sociales, más orientados a las relaciones y la reputación.
Para construir un buen y rentable modelo de pago no se obsesione con el producto, hágalo con su audiencia fiel y con cómo construir relaciones de valor entre medios y público. Los contenidos son la base, la reputación y la comunidad, las claves del éxito.
Monday, May 07, 2012
Todos trabajamos para Facebook
La identidad y las relaciones de los usuarios de Facebook son su riqueza. Es la primera gran compañía cuyo valor depende del mayor mercado de la economía de la abundancia: el esfuerzo de cada individuo para alcanzar la atención de otros. Un recurso inagotable.
Columna completa en Estrella Digital
Thursday, January 06, 2011
Facebooknomía
Facebook vale 37.500 millones de euros por la atención y la identidad –el ego - de más de 500 millones de usuarios, pero también de un grupo de distinguidos accionistas a los que el banco Goldman Sachs venderá participaciones de la compañía superiores a 1,5 millones de dólares. Acciones para unos pocos de los datos y la atención de tantos sin tener que someterse a los controles de la bolsa. La facebooknomía se basa en la confianza y en crear una comunidad, como las de los usuarios al publicar una parte importante de su vida en las redes sociales.
Confianza en que el mayor gestor de la identidad de dominio público, la que los usuarios construyen para mostrar a los demás en la red, será capaz de acompañar durante mucho tiempo a sus usuarios y ofrecerles toda clase de contenidos y servicios. Y ser su conexión social en cualquier web gracias a ese botón azul de Me gusta o a la cajita donde compartir comentarios y recomendaciones con el grupo de gente que uno elige en internet.
Son valores para justificar una inversión astronómica, pero no desmesurada. Google, dueño de las búsquedas, o Amazon, rey del comercio electrónico, valen más. También ingresan más, pero los 2.000 millones de dólares estimados para Facebook en 2010 abren oportunidades de crecimiento en publicidad y en nuevos servicios de vídeo o móviles, como acaba de hacer Tuenti.
Mucha gente vive en Facebook. Sus usuarios españoles pasan más de 47 minutos al día en ese refugio azul. Una salita de estar pulcra y ordenada donde se habla, se ríe, se grita, se liga o se comparte fascinación por personajes o temas. Rentabilizar la vida de los ciberciudadanos bien vale un buen puñado de dólares. Sobre todo cuando las redes sociales se han convertido en la principal puerta de acceso a la web y en la máquina de recomendación fundamental para llegar a contenidos, productos, servicios o medios.
Es la joya de la economía de la atención. Sus activos son la privacidad, la afectividad, el tiempo y consumo de los usuarios. Un generador de datos y relaciones imprescindible para la publicidad, el e-commerce o la política. Parece buena inversión.
Columna en los medios de Vocento
Wednesday, January 05, 2011
La atención de Facebook vale 37.500 millones
¿Burbuja 2.0, como en el año 2000?
No parece tan claro. Detrás de la valoración de la empresa de Mark Zuckerberg hay poderosas razones: Facebook no quiere salir a bolsa para crecer tranquilo, es enorme pero aún tiene gran capacidad para crecer y posee lo más preciado para la nueva publicidad: los datos, las relaciones y la atención de su audiencia.
Analisis completo en Estrella Digital
Tuesday, February 23, 2010
Yahoo quiere sumergir al usuario
Baeza-Yates ha presentado esta mañana los objetivos y novedades del buscador en España. "Nuestro objetivo es organizar la web. Pasar de la web de las páginas a la web de las cosas con el empleo de la sabiduría de la gente". El crowsourcing o wisdom of crowds como eje de los algoritmos pensados para ofrecer los mejores resultados en función de la experiencia de los usuarios.
Con esa intención las nuevas páginas de Yahoo muestran una mayor estructura (ejemplo), los resultados se agrupan en función de las fuentes (web o noticias), la relevancia y los formatos (imágenes, vídeo, música), además de incluir contenidos sociales y tiempo real con la integración de Twitter.
Ahora Yahoo es también el sitio desde donde tuitear. Los usuarios podrán acceder a actualizaciones de Twitter en España a través de la home del buscador, el correo electrónico o la página de Deportes y compartir esos contenidos viralmente con sus seguidores.
Una imagen y una oferta que se acerca cada vez más a una empresa de contenidos, un medio, más que a un buscador.
Yahoo ha trabajado también en mejorar los asistentes para búsquedas. Las nuevas páginas ofrecen sugerencias mientras se escribe la búsqueda y el menú izquierdo incluye aplicaciones como Search Pad, que permite guardar las búsquedas más habituales; filtros con las principales fuentes y un asistente con búsquedas relacionadas.
Los tres objetivos de búsqueda de Yahoo son que el usuario encuentre más rápido, explorar lo que realmente importa y conseguir llegar a lo que se quiere.
El enriquecimiento de las búsquedas mantiene la vieja estrategia de Yahoo de ser cada vez más un medio con más desarrollo y tecnología.
Baeza-Yates no cree que mantener más tiempo al usuario en las páginas de Yahoo y ofrecerle búsquedas estructuradas y con más contenido perjudiquen a las fuentes y clientes del buscador. Pero cuando medios y buscadores siguen enfrentados por los enlaces y cada vez la gente pasa más tiempo en las redes sociales (también a costa de los buscadores) o se conforma con los resultados de búsqueda y no va a las fuentes originales, la estrategia de Yahoo parece más adecuada para combatir a las redes sociales que para mejorar la eficacia y el retorno de las búsquedas para las fuentes.
El vicepresidente de Investigación insiste en que la minería de datos (data mining) y el conocimiento colectivo permitirán a Yahoo ofrecer los mejores resultados en cada búsqueda en función de cada usuario. Pero también equilibrar el contenido propio de Yahoo y el del resto de la web en función de los patrones de consulta y clics.
El corazón de toda esta estrategia es SearchMonkey, la aplicación de Yahoo para estructurar los resultados de las búsquedas. Utiliza microformatos, RDF y otros formatos de la web semántica para poder ordenar y desplegar resultados enriquecidos, visualmente y con contenido.
La mejora en las búsquedas en indudable. Habrá que ver si mejora también el retorno y el CTR para las fuentes.
La responsable comercial de Yahoo en España, Loli Villa, presentó también las mejoras de Panama y la plataforma de publicidad de la compañía para ofrecer más datos a los anunciantes y poder manejar las campañas desde el escritorio.
Un esfuerzo de investigación y comercial necesario cuando Yahoo no consigue restar usuarios a Google y la alianza con Microsoft parece la mejor vía para su futuro. Baeza-Yates afirma que "el pacto no afecta a las mejoras en el buscador, las dos compañías integraremos los avances".
Thursday, February 18, 2010
Facebook acapara la atención
Los datos de Compete y de Nielsen muestran la misma tendencia: Facebook es el dueño de la atención de los internautas, su diferencia con el resto se ahonda.
Acapara el 11,6% del tiempo de navegación, siete horas mensuales frente a las dos y media de Yahoo, o las de AOL y Google. La diferencia con los medios, por ejemplo con Fox (1 h 23 min), YouTube (1 h 02 min) o Wikipedia (15 min) es todavía mayor.
Y con los diarios la distancia es un mundo. En Estados Unidos el tiempo dedicado a los diarios digitales continúa bajando y en la mayoría de los casos no llega a los 20 minutos. En España esa tendencia no es acusada, pero muy pocos diarios digitales superan los 30 minutos de consumo mensual, con los líderes en lectura alrededor de la hora.
El avance de Facebook en el tiempo y el de Google News en tráfico entre los medios de información acentúan la tendencia a usar las redes sociales y los buscadores como principales fuentes de información.
Crecen los lectores surfistas y baja la atención hacia los medios informativos y las fuentes originales. A pesar de que los diarios digitales están entre los medios preferidos de los usuarios de redes sociales. Sobre todo porque sin medios informativos una gran parte de la conversación viral no existiría.
El desafío de los medios informativos no está en seguir sumando tráfico basura a toda costa, por mucho que engorde las estadísticas y atraiga un CPM bajísimo. Si los medios no recuperan un lugar central en la vida digital de una mayoría de usuarios no habrá nuevo negocio posible, pero además se perderá la influencia y el papel de la información en el debate público.
Ese es el gran desafío frente a medios que no sólo se convierten en los canales del flujo y el criterio social, sino que las redes sociales tienden a fagocitar los contenidos que promueven cuando cada vez más gente está más pendiente del flujo social, la corriente continua de participación e información, que de los contenidos que la generan.
Thursday, January 28, 2010
Cinco horas y media en las redes sociales
Comparar estas cifras de Nielsen con la audiencia de internet sugiere que la práctica totalidad de los internautas frecuentes es usuario de redes sociales. Dos datos que se acercan cada vez más.
Cinco horas y media es mucho tiempo. Más de una hora por semana, un dato similar al de un reciente estudio del IAB. Facebook gana de largo entre los más de 300 millones de personas que ya usan estas redes en todo el mundo y Twitter crece con fuerza. Y en mi opinión más entre los interesados en la información.
Una oportunidad para los medios informativos de acercarse a nuevos usuarios, especialmente jóvenes, y de fidelizar y captar durante más tiempo a los que ya son lectores.
Los diarios digitales y la televisión son los medios preferidos de los usuarios de redes sociales. Y eso a pesar de que los contenidos y servicios diseñados para ellas son todavía escasos y muchas veces poco interactivos.
Crece la oportunidad para los medios sociales.
Monday, January 25, 2010
Contra lectores surfistas (y el negocio que escapa)
Un daño irreparable. Fin del control de los medios. Las consecuencias son terribles, especialmente cuando para los diarios que sufren una terrible falta de independencia por sus intereses empresariales.
Pero en esa velocidad de escape (Mark Dery) del poder y la influencia de los medios se va gran parte del negocio.
Y ahí confluyen todos los problemas. Los de los editores y magnates del contenido, pero también los de los periodistas y quienes buscan nuevo modelos de negocio para la información.
Atar a los surfistas o evitar las olas con diques -de pago y otras restricciones- no es el mejor método.
Casi la mitad de los internautas se conforman con buscadores, agregadores y redes sociales y no llegan nunca al medio de origen, según un reciente estudio.
No es de extrañar. Somos hiperlectores. Leemos tanto, a todas horas, con tal prisa, que muchas veces obviamos la profundidad y nos conformamos con la cultura del hojeo. Deprisa, deprisa, hasta distraernos hasta el agotamiento del que nos alerta Maggie Jackson.
Pero con tanto excedente cognitivo liberamos energía para el flujo social, la comunicación, la participación y los contenidos compartidos. Esa es la piedra filosofal por donde comenzar a reinventar el negocio de la información, obligado a sostener sus valores tradicionales pero ha cambiar las organizaciones y la comercialización.
Lo que no vale es achicar o privatizar el espacio público, como pretenden algunos, cobrando por enlazar para atrapar a los surfistas. Porque así se ahoga esa democracia que tanto defienden Cebrián y el resto de periodistas y editores. Sin servicio público y democracia no hay periodismo.
Otra cosa es cobrar por sus productos. Todos tenemos derecho a vivir de nuestro trabajo. Vale la pena analizar las vueltas que medios como The New York Times le están dando a su modelo de pago para no acabar con los sufistas ni con las muchas personas que llegan y valoran sus contenidos por un tuiteo, una recomendación en una red social o las ventajas de buscar en Google.
Tuesday, November 10, 2009
La información gusta en las redes sociales
Tiempo y dedicación que no sustituyen a otros medios. Las redes sociales, en especial Facebook, Tuenti y YouTube son consideradas más divertidas, útiles y gustan más a sus usuarios que la televisión, los diarios digitales o los blogs. Y, por supuesto, no sustituyen a los chats, con Windows Live Messenger utilizado por ocho de cada diez usuarios de redes sociales, muy por encima de Messenger o Google Talk.
Los diarios digitales son más interesantes y tan actuales como las redes sociales para sus usuarios. La respuesta es la reafirmación del poder de marca y de los contenidos de los medios informativos. Y constituye una pista más de cómo cambia el consumo en internet, no el interés ni la valoración de los medios y contenidos.
Los usuarios de redes sociales son internautas intensivos. Por tanto navegan más y utilizan más a fondo todos los servicios de internet que el resto de los usuarios. También los medios informativos. Siete de cada diez usuarios de redes sociales visitan los diarios digitales al menos una vez a la semana, y algo menos de la mitad, diariamente. Un consumo de información superior al resto de los internautas que demuestran el poder prescriptor y el atractivo de los medios informativos.
Las redes sociales mantienen y aumentan además el poder de marca y el valor de los medios informativos, a diferencia de los buscadores. Las redes sociales, con su sistema de recomendaciones personales aumentan la economía de la afectividad. Los buscadores son un acceso útil a los contenidos, donde se busca lo más útil y oportuno en cada momento, sin apego a la marca ni conocimiento, muchas veces, de sus valores.
El gran desafío para los medios es compartir y ganar tiempo de uso con las redes sociales, no perderlo.
Sólo los diarios digitales y la televisión pueden competir con las redes sociales, a mucha distancia del resto de medios tradicionales, de los foros y de los blogs.
Las conclusiones del estudio del IAB muestran una gran oportunidad para los medios sociales y para la concepción de los periodistas como redes sociales. A través de un acercamiento más personal al público y a través de los formatos y herramientas de estas redes se puede llegar de forma efectiva a internautas intensivos y de perfil más joven que en los medios informativos.
Estar de forma eficiente en las redes sociales como medios distribuidos o crear redes especializadas informativas donde compartir contenidos, amigos y opiniones son nuevas opciones de desarrollo y negocio para los nuevos medios informativos.
El negocio de las redes sociales continúa siendo débil y padece la mayoría de los problemas comerciales de internet. Sólo un 5% de los usuarios estarían dispuestos a considerar una opción de pago a cambio de renunciar a la publicidad. La efectividad comercial no es mucho más alta que en otras webs y la percepción negativa de los anuncios se impone.
Pero como en el resto de internautas intensivos, el comercio electrónico crece y tres cuartas partes de los usuarios han comprado online en el último año.
Otra pista para una adopción del negocio 360º: nuevos formatos publicitarios, productos freemium, ecommerce, gestión social del CRM y SRM.
Las redes sociales son una oportunidad, no un enemigo para el periodismo y la información.
Tuesday, December 30, 2008
Katherine Neville cree en la comprensión digital
La velocidad de escape en el desarrollo del conocimiento cuando la información forma parte de la identidad.
Gracias, Martin.
Tuesday, September 30, 2008
Mejor ser un tonto interactivo
¿Hiperconectado? ¿Distraído? En la economía de la atención quizá es la única manera de sobrevivir. Más. Una forma de ser en la sociedad del aburrimiento global. No hay otra posibilidad de enfrentar el excedente cognitivo del que nos hablaba Clay Shirky. Como este estudioso del ciberespacio nos advirtió, si no fuera por Internet seguiríamos viendo televisión. Y entonces el aburrimiento sería mortal, y el pensamiento, plano. Peor, idiotizado. Mejor ser un tonto interactivo.
Maggie Jackson ha escrito un libro para alertar de la llegada de una nueva edad oscura. Perdemos la atención y la memoria atrapados por la velocidad y el simulacro intelectual de las máquinas. Nuestra velocidad de pensamiento es menor que la de los procesadores de nuestros ordenadores.
“La premisa de este libro es simple”, dice Jackson, “la vida que vivimos está erosionando nuestra capacidad de una profunda, sostenida y perceptiva atención: el bloque constructivo de nuestra intimidad, inteligencia y progreso cultural”. Demasiado simple. Clic. Pensamiento débil.
Mi reseña de Distracted: The Erosion of Attention and the Coming Dark Age en Foreign Policy
Tuesday, September 16, 2008
Filtros para la avalancha digital
Maggie Jackson, autora de un reciente libro sobre el tema (Distracted), augura incluso una “nueva era oscura” por agobio cognitivo. Otros niegan la capacidad de los cibernautas para ser multitarea y hay quien acusa a los buscadores de crear una cultura de la estupidez.
¿La solución? Filtro humano y criterios sociales. Fíate de los otros. No tanto por sentido común, sino porque a quienes les gusta, interesa o quieren saber más de lo que a ti te interesa son tu mejor guía. Las redes sociales lo inundan todo tras la era del algoritmo, que procesa mejor cuando se fía de los humanos.
iTunes ya recomienda música, como hacen otras webs. La mayor tienda de música digital permite saber qué canciones te gustarán analizando las que ya tienes en tu iPod, las que otros compran en la tienda de Apple o las incluidas en listas de reproducción de otros usuarios.
MySpace distribuirá música para oír gratuitamente y con posibilidad de compra. La nueva versión de la red social animará a sus usuarios a crear listas de canciones personales y de grupo. Las discográficas parecen entender al fin que los fans son los mejores promotores y distribuidores de la música.
Los agregadores de noticias crecen y cada vez más internautas llegan a los medios a través de ellos. Nuevas herramientas de recomendación y sociales llenan las webs de ocio, compras, etc.
Una encuesta de Pew Internet indica que el 38% de los internautas usan los servicios de alojamiento y gestión de contenidos en la web para poder compartirlos. Es la cultura de la participación, la única capaz de recomponer el mundo fragmentario y líquido de los contenidos y la vida digital. La única que nos ayuda con la pesada multitarea cuando la velocidad de procesamiento de nuestro cerebro es menor a la de la información recibida. Una ventana con Twitter, chat, correo electrónico, tu página en Facebook, el móvil, ¿necesitas cerrar algo?
El problema no es tanta información, sino filtrar de forma eficiente. Es el desafío de la web social y semántica. Vale la pena recordar, como decía James Surowiecki en su célebre libro The Wisdom of Crowds, que esa sabiduría social funciona sólo con diversidad de opiniones, independencia, descentralización y capacidad de agregación. De lo contrario, la endogamia de los grupos y el control 2.0 ejercido por las empresas de Internet resta libertad e inteligencia. Filtros sociales, sí, pero críticos y libres.
Columna en el diario Público