Samsung ha sido
condenada por copiar patentes de Apple para el iPhone. Más allá de la prohibición de vender sus productos en Estados Unidos y de la multa de más de 800 millones de euros, 1,05 miles de millones de dólares, la sentencia es un
golpe para el mercado de smartphones y de aplicaciones que ralentizará la expansión de Android, encarece los precios de los smartphones, fragmenta aún más el mercado de plataformas y obliga a impulsar nuevos estándares como HTML5.
Esos factores suponen para los medios el
fortalecimiento de la plataforma de Apple, iOS, tanto en móviles como en tabletas;
aumenta su rentabilidad frente a Android y Windows Phone, y obliga a apostar más por la
web móvil con funcionalidades avanzadas como las que se pueden lograr con HTML5.
Steve Jobs prometió que destruiría Android. No lo hará, pero la incapacidad de Apple, con la tecnología más innovadora, y Samsung, el mayor fabricante de móviles y de componentes para iPhone (el
26% del coste de un iPhone) para ponerse de acuerdo, ralentiza un mercado de expansión acelerada que augura pasar de 471 millones de teléfonos inteligentes vendidos en 2011 a
1,21 miles de millones en 2016, el 57% del total de móviles.
El mercado de los móviles es una intrincada red de licencias y comisiones por patentes entre las principales empresas.
Apple paga a Nokia 11,50 dólares por cada iPhone y a Samsung por sus procesadores, pantallas y otros componentes.
Apple quiere 24 dólares por cada móvil y 32 dólares por cada tableta de Samsung, mientras la compañía surcoreana reclama 14,40 dólares de cada smartphone por sus patentes de tecnología inalámbrica.
Microsoft cobra ya a la mitad de los fabricantes de móviles Android 27 mil millones de dólares, entre 10 y 15 dólares por cada teléfono vendido.
Toda esta tupida red de comisiones y licencias es el resultado de un sistema de patentes excesivo y absurdo que permite registrar como una invención los bordes redondeados del iPhone.
Pero más allá de la
discusión sobre las patentes, para los medios las consecuencias avanzan en algunas tendencias ya avanzadas anteriormente.
Se fortalece el liderazgo de iOS, el sistema operativo y la plataforma de Apple, que concentra a los usuarios de mayor consumo y la
mayor rentabilidad en aplicaciones, cuatro a uno respecto a Android.
El mercado de móviles y aplicaciones no se parará, pero
se ralentiza la adopción de estándares y se mantiene una fragmentación del mercado que obliga a estar en varias plataformas y a producir varias versiones de aplicaciones.
El
encarecimiento de los precios de los móviles frena la democratización del acceso móvil a los contenidos digitales y sostiene un mercado ABC1, de mayor poder adquisitivo.
El mercado gana en calidad de perfil del usuario mientras pierde en cantidad, sobre todo en los países y mercados en desarrollo, que siguen esperando
smartphones low cost (gran parte de Latinoamérica es un ejemplo).
La rentabilidad y el domino de Apple Store como plataforma publicitaria será todavía mayor. Google ya consigue el
80% de sus ingresos publicitarios de los dispositivos móviles de Apple frente al 20% de Android, una proporción que se mantiene e incluso crece a favor de iPhone y iPad para las aplicaciones de los medios.
La plataforma publicitaria de Apple, iAd, sólo logró el 15% de la publicidad en 2011, pero crece para las grandes campañas mientras Google se dirige a una mayoría de clientes sin tanta capacidad o intención de inversión.
Cuando se analiza el mercado de las aplicaciones,
los últimos datos indican que el 23% de los ingresos provienen de la publicidad (creciente) frente a un 77% del pago (en descenso). Con un impacto claro en la capacidad de los medios para rentabilizar cada una de las diferentes plataformas.
El dominio de Apple crece. No sólo en las
aplicaciones, sino también en el mercado publicitario. El CTR de Apple más que duplica al de Android, una tendencia cada vez más clara que crea dos mercados completamente diferentes: uno de alto consumo para Apple, con usuarios de mayor capacidad adquisitiva y menos reticentes a la hora de comprar a través de una aplicación o de pinchar en un anuncio, y un mercado masivo pero con menor consumo en Android.
Casi una repetición de la vieja división Mac/PC en el mercado de ordenadores.
Los medios ven como la plataforma de Apple concentra cada vez mayor poder. Su posición de mercado y la naturaleza y características de sus consumidores obligan a hacer una fuerte apuesta por la marca de la manzana en aplicaciones y a acelerar el desarrollo de web móvil, con responsive design y aplicaciones en HTML5 para estar presentes en el máximo de mercado y lo más accesibles posible a los usuarios, más allá del móvil que utilicen, sin una dependencia excesiva en la distribución y la comercialización, la clave del negocio que pasa del papel o la televisión al ecosistema móvil.
La evolución del mercado móvil no se puede ignorar.
Son los dispositivos de futuro para los medios, especialmente los informativos, y
la batalla de las aplicaciones entre Apple, Google, Microsoft y Amazon (sobre todo en Estados Unidos) determinará quién controla el canal de distribución y la relación con los usuarios.
De la presencia y el modo de rentabilización de los móviles depende la mayor parte del futuro de los medios cuando cada nuevo dato indica que el tiempo, el consumo y la efectividad publicitaria (CTR en los
datos del gráfico) están en las pantallas personales.
La fragmentación de las pantallas multiplica la fragmentación de audiencias, pero además obliga a los medios a
definir muy bien sus nuevos modelos de distribución y comercialización para seguir sosteniendo la fortaleza de la marca, conseguir el mejor acceso a los contenidos y la mayor rentabilización sin abandonar el canal ni la relación con los usuarios.