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Monday, September 12, 2011

Las editoriales toman Twitter

La editoriales españolas se han lanzado a Twitter con entusiasmo para promocionar sus libros y ampliar su contacto con el público. Según un estudio de Anatomía de la Edición, 209 editoriales españolas están ya en la red social y los seguidores han crecido un 1.139% en el último año.
Random House Mondadori (@megustaleer) y La Esfera de los Libros (@esferalibros) son las dos editoriales con más seguidores.
Destaca que la primera ha pasado de 1.440 seguidores a 52.000 en sólo un año, lo que muestra el interés por este canal.
La mayoría de la comunicación todavía es muy unidireccional, pero crecen las respuestas a los usuarios y aumenta la conversación sobre los contenidos.
Algunos datos interesantes:

Las más seguidas

Las que más conversan

Las más activas

Friday, March 11, 2011

El depósito legal se hace digital

El Consejo de Ministros ha estudiado el anteproyecto de reforma del depósito legal, la obligación de depositar las publicaciones para su archivo y conservación del patrimonio cultural. Los editores y no los impresores serán los responsables del depósito y los centros del depósito legal (la Biblioteca Nacional y las autonómicas) podrán archivar recursos y publicaciones de internet.
El anteproyecto también rebaja de cinco a dos los ejemplares de depósito obligatorio -muchos editores habían protestado porque consideraban cinco ejemplares un impuesto excesivo- y se hace realidad la transferencia a las comunidades autónomas para descentralizar la gestión.
El cambio de responsabilidad del impresor al editor es la superación de un atavismo propio de la era de las licencias para la impresión. Quizá ahora habría que plantearse ir más allá y hacer titular al autor. Ese cambio de titularidad ayudaría a despejar cuestiones de propiedad intelectual y de relación en el propio mercado editorial.
Sobre el depósito legal digital hay una interesante reflexión los últimos años, desde los deseosos de archivar todo lo digital hasta quienes defienden el carácter perecedero de algunos formatos.
La infinitud de internet acaba con la primera discusión, a la que dan respuesta algunas iniciativas como el Internet Archive.
El anteproyecto permite a las bibliotecas y centros depositarios rastrear internet para archivar lo que consideren de interés. Exime a los editores de sitios web de la obligación del depósito legal, pero permite el depósito voluntario y parece que obliga a las publicaciones restringidas o cerradas bajo cualquier sistema a permitir el acceso a sus contenidos.
Algunas bibliotecas han empezado a trabajar en serio en el filtrado y conservación de los materiales digitales, pero hay muchas incógnitas y trabajo por hacer.
Pioneros como la British Library mantienen una doble vía a través del depósito voluntario y se archivan periódicamente muchas webs para mantener el patrimonio digital.
En Estados Unidos, la Biblioteca del Congreso colabora con Internet Archive para mantener el legado digital sin obligación de depósito legal, como plantea ahora la legislación española.
El anteproyecto de ley de depósito legal moderniza esta obligación y se basa en documentos elaborados por las principales bibliotecas y bibliotecarios.
Pero la reflexión sobre cómo y qué conservar de la cultura digital persiste y es una de las claves del patrimonio digital del futuro.

Wednesday, April 14, 2010

Obras huérfanas para las bibliotecas

Al fin se oye a algún responsable oficial español una apelación razonable al uso y disponibilidad de las obras huérfanas, sin derechos de autor conocidos. Milagros del Corral, directora de la Biblioteca Nacional, denunció ayer la "orgía jurídica contraria al sentido común" de los excesos de la propiedad intelectual.
Del Corral exigió la disponibilidad de esas obras, sin ningún tipo de licencia ni tasa, para las bibliotecas. Y yo añado: y para el resto de uso no comercial, también.

Monday, April 12, 2010

Editores y autores olvidan a los lectores

"La entrada del sector del libro en la edición digital se está produciendo en España con cautela, aunque las previsiones apuntan a una entrada decidida del sector editorial a lo largo de este año y el próximo". Es la conclusión del estudio El Libro Electrónico, del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio de Cultura.
Las conclusiones defraudan. Autores y editores no se preocupan por el lector y sus derechos, permanentemente obviados por una visión economicista del libro que no hace hincapié en la lectura, sino en la comercialización del libro como objeto.
Se preocupan de su negocio a corto plazo y olvidan que es más importante seguir teniendo lectores. Fomentar una economía de la afectividad donde los lectores se reconozcan y aprecien en los libros, con autores y editores antes de que huyan a otros mercados y actividades.
La segunda preocupación que surge es el escaso conocimiento de muchos editores y agentes del sector del libro sobre los cambios tecnológicos, de hábitos de lectura y su propia posición en el futuro del libro.
Sólo el negocio del libro, los derechos de autor y propiedad intelectual de los distintos agentes (editores, traductores, etc.) preocupa a un sector que reacciona tarde a los cambios.
El peligro es que la realidad les pase por encima y los arrolle, como ha ocurrido en otros sectores.

Por eso las alarmas de la Federación de Gremios de Editores de España sorprenden cuando alegan que las descargas de libros digitales les hacen perder 150 millones de euros. A muchos conocedores del sector les parece una cifra exagerada, fundamentalmente debido a la escasísima disponibilidad de libros en formato digital (la mayoría en pdf todavía), aunque una mayoría de esos títulos compartidos sean libros de texto y académicos.
Aún de ser ciertas esas cifras, rondarían el 4% de las ventas de libros en España, cantidad baja que debería animar a aumentar la oferta y a desarrollar nuevos modelos como los propuestos por Anele (editores de libros de texto) en el propio informe del Observatorio.
Los autores españoles percibieron además 22 millones de derechos de autor por copia privada en 2009 (43 millones un año antes), según las cuentas de Cedro.
Quizá sólo entonces se podría aprovechar que la afectividad y el hábito de compra de los lectores en España los predispone mejor al pago que en otros países, aunque quienes se declaran dispuestos a comprar ebooks son sólo un 13%, según cifras de los editores.

Sólo un 6% de las editoriales tienen su catálogo digitalizado y algo más de la mitad (56%) tiene al menos un 5% digitalizado.
Pero a fines de 2009 menos de la mitad de las editoriales comercializaban un 5% de sus novedades, el déficit fundamental de la edición de ebooks junto al precio de los títulos.
Editores, autores y comercializadores no se han puesto de acuerdo ni con el reparto de los derechos, ni con el precio de los libros, ni con el calendario de publicación y tampoco con las plataformas de venta.
Algunas de esas deficiencias son las que espera resolver la iniciativa de Planeta junto a Santillana y Random House Mondadori para crear una plataforma común de editoriales para la distribución del libro digital fundamentalmente a través de librerías con negocio on line, entre las que está bien posicionada la Casa del Libro, líder en la venta de libros a través de internet.
Anuncian una oferta inicial de 6.000 títulos para la próxima Feria del Libro de Madrid. Pocos si se tiene en cuenta que en 2008 se editaron más de 95.000 títulos, 82.400 de ellos primeras ediciones.
Los datos muestran la lentitud de la industria en adaptarse. Un problema ya sufrido en otros sectores y que ha provocado la aparición de nuevas empresas y plataformas que han arrebatado a las editoriales gran parte de sus beneficios, además de imponer sus políticas de precio y comerciales.

En cuanto al formato, el pdf es mayoritario:80% de los ebooks. El estudio indica su permanencia por dos años más frente al ePub, empleado ahora por una cuarta parte de los editores, por encima de formatos como los de móvil (Mobipocket) y otros, propietarios o abiertos, más cómodos y enriquecidos.
Una situación que demuestra la falta de consenso sobre formatos, interfaz del libro, distribución y comercialización. Pero también un miope análisis de los soportes y su futuro.
Muchos lectores y compradores de libros esperan señales claras del sector para decidirse por los soportes digitales. El retraso de la industria sólo beneficia a las inciativas que vienen de fuera, como Kindle, iPad o la lectura en móviles.

Sin acuerdo sobre el precio. El precio continúa siendo una batalla. Tanto por el negocio de editores, autores, traductores o distribuidores como por la participación de cada uno en los beneficios.
La mitad de las editoriales están de acuerdo en rebajar el precio del ebook respecto a libro impreso. La mayoría apuntan a una rebaja del 30% y son pocos los que como Luarna ofrecen libros a menor precio, 3,99 euros de media, y con más derechos de autor para los escritores: un 40% frente 8 o 10% de los contratos de edición comunes.

Sólo en las propuestas de Anele, especialmente importantes porque vienen de la patronal del libro educativo, se encuentran algunas ideas interesantes: pago por lectura o curso (como he defendido varias veces, alguna ante la propia Anele), venta fragmentada por capítulos o contenidos o suscripción a contenidos, colecciones o autores.

Por supuesto, ni rastro en el estudio de la consideración del libro y la cultura como procomún más que en el capítulo sobre la edición electrónica y la gestión de la propiedad intelectual en publicaciones universitarias y el open access, el acceso abierto a los resultados y contenidos de investigación.
Y se olvida que una gran parte de esos contenidos son financiados directa o indirectamente con dinero público, por lo que deberían gestionarse sus derechos de forma pública con alternativas más abiertas y menos onerosas tanto para su conocimiento como para su uso por la ciudadanía que los paga.

Pero la lucha por el control de los contenidos y el reparto de los derechos paraliza al sector editorial.
Fuera de la pelea queda el lector, que ve cómo los libros dejan de ser suyos en la nube (cloud computing), se convierten en intangibles donde ya no tiene sentido hablar de copias, y se cercenan sus posibilidades de usarlos y compartirlos de manera justa y sin objetivos comerciales.
Lo primero deben ser los lectores. Sin ellos no existen los libros ni su negocio.
Algunos autores ya anuncian una segunda oralidad o el fin del paréntesis de Gutenberg. La disminución de la creación sujeta a la copia, a la textualidad y corporeidad del libro con todas sus limitaciones. Un cambio perceptible claramente en el escenario digital y en la cultura popular.
Mientras editores y autores discuten el negocio, los lectores siguen ávidos de obras y se sienten cada día más alejados de esa falsa promesa de que la obra sólo existe con ellos.

Actualización: Hacienda niega la rebaja del IVA al 4% al ebook a no ser que se comercialice en soporte físico. Contradicciones de las viejas leyes para los nuevos mercados y medios.

Saturday, February 20, 2010

Los escritores pierden un 41% de derechos de autor

Cedro recaudó en 2009 24,46 millones de euros por derechos de autor de los libros, un 41% menos que el año anterior.
La sociedad de gestión de derechos lo atribuye a la rebaja de las tarifas de copia privada. Por eso entre sus peticiones al gobierno está aumentar los derechos por copia privada y el canon a las bibliotecas.
Más de 17.600 autores españoles han percibido 18 millones de euros de derechos de autor de sus obras, un 33% menos que en 2008.
De lo recaudado por Cedro, 22 millones de euros proviene de la copia privada, las licencias de reproducción aportan 1,65 millones, los derechos del extranjero algo más de medio millón y el préstamo público, el canon de las bibliotecas, recauda casi 280 mil euros.

Monday, February 01, 2010

Los editores piden copias y bibliotecas más caras

Los editores y autores agrupados en Cedro quieren endurecer la Ley de Propiedad Intelectual para restringir y cobrar más por la copia privada. Pero además su propuesta ante la Subcomisión de Propiedad Intelectual del Congreso reabre la batalla por el préstamo de pago en las bibliotecas.
Las reclamaciones de los editores vuelven a insistir en el cobro a las bibliotecas por prestar libros, fijado en 20 céntimos por volumen. Un canon del que sólo están eximidas las bibliotecas públicas en pueblos pequeños y las del sistema educativo.
Los editores y autores agrupados en Cedro también exigen restringir las revistas de prensa y press clipings para que no se puedan amparar en el derecho de cita y aumentar su compensación.
Una batalla por encarecer la cultura en la que se echa en falta una discusión seria sobre nuevos modelos de negocio y comercialización. Imprescindible cuando los contenidos son más accesibles que nunca y el abaratamiento de los costes de producción y distribución digitales debería acarrear una rebaja en los precios de los libros.
Cedro penaliza el mercado digital sin que los editores hayan aprovechado sus posibilidades. La entidad de gestión cobra diez céntimos por página a los usuarios privados y 20 si es escaneada. Tarifas que en el primer caso incitan a adquirir el libro en lugar de fotocopiarlo y en el segundo a protegerse de la copia digital.
Los artículos periodísticos cotizan a 0,025 euros por página o a 0,02 euros por artículo si es para una revista de prensa digital, para los que los derechos se multiplican si se copian más artículos de una misma publicación.
Cedro también cobra tarifas a empresas (nueve euros por año), a colegios (2,65 euros en primaria y 3,74 en secundaria) y a las universidades: 4,12 euros.
A la gestora de derechos no le parecen suficientes para financiar un sector fuerte que además recibe numerosas ayudas y subvenciones tanto del Ministerio de Cultura como de los gobiernos autonómicos, ayuntamientos, etc.
Según las últimas cifras disponibles, en 2007 Cedro recaudó 43 millones de euros por derechos de autor para sus 13.000 miembros. Una cantidad importante pero mucho menor que los derechos audiovisuales y musicales cobrados por otras gestoras.
Autores y editores tienen derecho a cobrar por sus obras y su actividad, pero ¿tiene sentido seguir cobrando por las copias?
Cabe debatir si es útil y conveniente para empresas y público seguir cobrando por las copias o poner en marcha nuevos sistemas de licencia, distribución de obras -en fragmentos o completas- a través de nuevos soportes que mejoren el acceso de la ciudadanía, las empresas y la colectividad educativa a los libros. Sistemas que preserven y ajusten la cuantía de los derechos en función del valor y uso real de los contenidos.
En el préstamo, tanto privado como en las bibliotecas, la pregunta es si se pueden cobrar esos derechos mientras se mantiene el precio de los libros y se recibe financiación pública para la edición.
La pregunta reaviva la demanda de un sistema de ayudas y subvenciones que garantice el uso público y no comercial de las obras financiadas con dinero público: la cultura como procomún.
Pero también rescata el cambio de modelo de la venta de libros por un precio por lectura. Un pago por visión como el de las obras audiovisuales. Es la gran oportunidad de los ebooks, los libros digitales: cobrar por lectura y no por la posesión del volumen.
Eso permitiría que las bibliotecas, especialmente las públicas, pudiesen mantener sus fondos en depósito o usufructo y pagar sólo cuando esas obras sean leídas y consultadas por los lectores. Lo mismo puede hacerse con los libros digitales: un precio por la lectura en soportes digitales, posiblemente con limitaciones de tiempo y copia, y otro precio por una copia digital y permanente del libro.
Los libros como servicio y contenido, no como venta de una propiedad: la copia. Si editores, autores y políticos abren un debate serio sobre la sociedad de la información digital deberían ponerse todas las opciones sobre la mesa. También las que pueden garantizar un mayor acceso de los ciudadanos a los contenidos, la cultura y la ciencia. No sólo las que convienen al mantenimiento de industrias y negocios que deben cambiar cuando la tecnología y el negocio cambian.
No es legítimo impulsar reformas legales en beneficio de unos pocos sin garantizar los derechos de todos.

Monday, January 25, 2010

El dinero de los ebook, para los escritores

¡El dinero de los libros es nuestro! Es el grito de los escritores en todo el mundo. ¡Rebelión contra los editores y su control del negocio editorial!
Un buen editor es una joya. Uno malo, un necio. Para el autor y los lectores. Pero el negocio aprieta y ahora que el coste de las copias y la distribución baja, los autores quieren más cacho. De lo contrario, autoedición.
Batalla por el beneficio de la letra escrita.
Los autores catalanes avisan: ¡cuidado con los contratos de los ebooks! Reclaman al menos un 20% del precio de venta al público frente a la oferta mucho menor sobre el beneficio neto que los editores quieren implantar por la presión por los precios bajos de las librerías digitales.
Los escritores británicos se rebelan y piden al menos la mitad de los derechos de cada libro digital vendido, como ha conseguido Ian McEwan al firmar un acuerdo exclusivo con Amazon.
Se la juegan: ingresos del 10% o menos del precio de los libros frente a la mitad o más de las ventas de ebooks.
Eso sí: o los libros digitales son baratos (o gratis) o no se compran. Amazon pugna por mantener los precios por debajo de los nueve dólares. Para conseguirlo ofrece un contrato preferente a autores y editores: 6,25 dólares de derechos para ellos, el 70% del precio del ebook.
Con el ebook se acabaron las fronteras y los límites de los escaparates de las librerías. Cualquier libro -siempre que los editores los publiquen, lo que no hacen por ahora en España- desde cualquier lugar, accesible a unos cuantos clics. Las grandes librerías como Amazon y Barnes&Noble pelean por los lectores con sus propios ereaders: Kindle o Nook. Y dentro de nada se suma Apple con una nueva tablet digital, además de concentrar ya bastantes lectores en su iPhone.
Y tratándose de libros, la batalla está también en los diarios. En El País el alegato de Javier Calvo en defensa de la autoedición fue contestado por Luisgé Martín con su manifiesto a favor de los buenos editores.
¿Y los lectores?
Por ahora, agobiados por la falta de estándares, la confusión de soportes, las restricciones de propiedad intelectual y las incógnitas para gastarse un dinerillo en un aparato de escasa versatilidad y cuya utilidad depende de los intereses de los editores y su voluntad de ampliar catálogo.
Muchos lectores asisten atónitos a la pugna económica mientras casi nadie defiende los derechos de los consumidores y el Ministerio de Cultura se dedica a promover la venta de libros comerciales desde la Biblioteca Nacional y a perseguir las descargas de música y cine mientras el retraso español en publicación digital, de libros con derechos y también de obras huérfanas o de dominio público, es clamoroso.
¿Alguien defiende al lector?

Tuesday, December 22, 2009

El papel atenaza al ebook

Los ebook serán una de las estrellas de la navidad. El libro digital arranca tras mucha expectación y poca realidad. Los editores están aferrados a su negocio, temen la piratería y las peticiones de los escritores para aumentar sus derechos de autor. Mientras en Estados Unidos las grandes librerías y buena parte de las editoriales se han lanzado al mercado digital, en España los libros siguen siendo de papel. Y el acceso digital a las bibliotecas, todavía bajísimo.

Cultura rebaja el IVA de los ebook al 4%, el mismo del papel, y cumple una recomendación europea. Al tiempo presenta Enclave, un proyecto que convierte a la Biblioteca Nacional en un portal para la venta de libros online. Desde la Biblioteca Digital Hispánica se pueden comprar ya 629 títulos de 90 editoriales. La mayoría caros y poco atractivos. Pero el Gobierno ha preferido gastar 410.000 euros de dinero de todos en promover el negocio privado en lugar de digitalizar obras de dominio público, lograr un acuerdo sobre obras huérfanas –sin derechos de autor conocidos- y descatalogadas o lanzar un sistema de préstamo digital.

Francia frena el plan de Google de digitalización de libros con una condena por "falsificación de derechos de autor". Google Books tendrá que dejar de incluir libros franceses en los más de diez millones de títulos ya digitalizados. Su pecado es escanear obras para su buscador y que puedan ser compradas desde sus páginas. Google incluye las obras huérfanas y las descatalogadas. Una iniciativa que muchos consideran monopolística porque el gran buscador se convertiría en comercializador de esas obras gracias a un acuerdo con los editores, todavía a examen judicial en Estados Unidos.

Francia alardea de una batalla ganada y el presidente Sarkozy anuncia más dinero para digitalizar su cultura. Lo mismo se espera en Alemania. En España, por ahora, los editores practican el tancredismo y parecen inclinados a aceptar el trato de 60 dólares por obra digitalizada y el 63% de los beneficios. La Comisión Europea apoya el acuerdo, harta del bloqueo a la digitalización. Por eso ha puesto la revisión de los derechos de autor de los libros entre las prioridades digitales de los próximos años.

Sólo un 1% de las obras de las bibliotecas públicas europeas están digitalizadas y la oferta de ebook es escasísima. En Europeana, la biblioteca europea, un 47% de las obras son francesas. Sólo el 0,6% son españolas, muy por debajo de países como Finlandia, Suecia, Grecia o Eslovenia. Zapatero tendrá que arrear si quiere convertirse en campeón de la nueva economía en su presidencia europea. Y los poderosos editores españoles deben decidir si su enorme negocio se sostendrá en el futuro o compraremos ebook en las librerías extranjeras.

Columna en Público

Tuesday, December 15, 2009

Comprar libros desde la Biblioteca Nacional


Enclave ya está en funcionamiento. A partir de ahora se pueden comprar ebooks con derechos de autor en la Biblioteca Nacional. Un proyecto de la Biblioteca Nacional y la Federación de Gremios de Editores subvencionado por el Plan Avanza.
A través de las fichas de los libros se puede acceder a sus datos editoriales, un resumen y un ejemplo de sus contenidos. Pero también a un enlace a las plataformas comerciales de las editoriales participantes, donde se pueden comprar estos ejemplares.
Participan 90 editoriales y con 1.300 títulos, de los que por ahora hay accesibles 629. La iniciativa pretende "definir y desarrollar modelos de integración de contenidos sujetos a derechos de autor en bibliotecas digitales" e "impulsar la innovación entre los agentes de la cadena de valor del libro".
Una idea similar a la de El portal de música, lanzada recientemente para estimular el comercio digital de contenidos. Pero esta vez, en lugar de promover la creación de una plataforma comercial de las editoriales, se apuesta por utilizar como ventana de exposición una biblioteca pública que hasta el momento sólo daba acceso a obras de dominio público.
Desde el Ministerio de Cultura se destaca la potencia de la BNE, con 1,3 millones de accesos en noviembre frente a sólo 270.000 en enero. Una muestra del poder de atracción de las bibliotecas digitales.
Habrá que esperar a las conclusiones del proyecto, que se analizarán en primavera próxima, pero en el ámbito de una biblioteca pública se echa de menos aprovechar la ocasión para estudiar y desarrollar sistemas de préstamos de los ebook, como ocurre ya en bibliotecas universitarias -en la Universitat Oberta de Catalunya está en pruebas- o extranjeras.
Entre los déficits del mercado editorial español están todavía lograr un acuerdo sobre la digitalización y el uso de obras huérfanas, como pide la Comisión Europea, adoptar estándares para los libros digitales más funcionales que los pdf que dominan en Enclave y crear una plataforma menos atomizada que la actual, donde editoriales y distribuidores compiten con nuevos portales y diferentes soportes que todavía confunden a los potenciales usuarios de ebooks.
La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, aprovechó la presentación del proyecto para anunciar también la rebaja del IVA de los ebooks al 4%, el mismo de los libros de papel. Una medida necesaria que cumple una recomendación europea. Los lectores de libros digitales, considerados electrónica de consumo, seguirán gravados al 16%.

Wednesday, October 21, 2009

Prisa digital en Europa

A la Comisión Europea le han entrado las prisas digitales. El ejecutivo europeo no está dispuesto a dejar seguir pasar el tiempo sin que la industria cultural y del entretenimiento europea entre en la era digital. La Comisión ha lanzado una ofensiva sobre la música, los libros y el cine para estimular a los autores y productores a los nuevos mercados y herramientas.
Sólo un día después de que la industria del entretenimiento española volviera a entonar la letanía de quejas por el P2P y las descargas, las comisarias Vivian Reding y Neelie Kroes han anunciado un acuerdo entre compañías como iTunes, Nokia o Amazon, discográficas como EMI o Universal y varias sociedades de gestión de derechos de autor para impulsar la creación de nuevas plataformas para la música digital y un modelo de gestión de los derechos de autor que permite un mercado único europeo para los contenidos digitales, el sueño de la Comisión.
El precio y la gestión de los derechos de autor en cada país europeo continúan siendo uno de los grandes frenos para las radios online y los servicios de streaming y descargas. Los firmantes del acuerdo piden apertura, transparencia y no discriminación en el acceso a los derechos para poder desarrollar plataformas digitales que puedan difundir y comercializar la música con facilidad de acceso para los europeos. Y, sobre todo, que cuando se pagan derechos en un país, no deban volver a pagar en otros, como ahora ocurre a menudo.
El 40% de las obras de la Biblioteca Británica son huérfanas, se desconocen sus derechos de autor. Y a pesar de las ingentes partidas de dinero público empleadas, sólo un 1% de los libros y documentos de las bibliotecas europeas está digitalizado. Los comisarios Charlie McCreevy y Viviane Reding quieren acabar con una situación que puede llevar a que los norteamericanos y ciudadanos de otros países puedan acceder libremente a obras europeas a través de Googe Books mientras los ciudadanos del Viejo Continente ven como las disputas por la propiedad intelectual les privan del acceso a su propia cultura.
"No podemos dejar que languidezca el rico patrimonio de las bibliotecas europeas", se queja un poco desesperado el comisario de Mercado Interior, Charlie McCreevy, y su colega de Viviane Reding exhorta a los editores y a los responsables culturales a no dejar que sea Google el que se quede con el patrimonio europeo. Así que la Comisión va a comenzar una ronda de consultas para encontrar un "comercio de derechos simple y rentable referido a la digitalización masiva y la difusión en línea de las colecciones de las bibliotecas que están aún protegidas por derechos de autor". En definitiva, recuperar los libros muertos, descatalogados, agotados y las obras de las que no se conocen los propietarios de los derechos.
Un tercio de los cines europeos podría cerrar si no digitaliza sus equipos. En Estados Unidos el 90% de las películas ya se distribuyen con una copia digital, pero en Francia, el mayor productor cinematográfico europeo, menos de la mitad de las películas están disponibles en este formato. Y eso que la distribución de la copia digital puede ser diez veces más barata que la de las viejas películas de 35 mm. Pero sólo 2.428 cines europeos han adaptado su tecnología, menos de una cuarta parte de los 12.000 ya preparados en todo el mundo.
Algunos gobiernos ya están ofreciendo ayudas a los cines para modernizar sus equipos, pero la mayoría de los países aún no han puesto en marcha ninguna iniciativa.
¿Es posible la digitalización desde fomentada por los poderes públicos? La larga y lenta marcha de los proyectos europeos en estos ámbitos lo pone en duda. En una mayoría de los casos las barreras de protección a los viejos negocios resisten pese a las ayudas, los informes y las consultas. Pero ahora que el ebook se abre paso con la expansión de las grandes librerías norteamericanas (Amazon y Barnes&Noble), cuando baja la asistencia en los cines y se cuentan las descargas en internet, y cuando una gran parte de los músicos ya están convencidos de que su público está en la Red, quizá sea el momento en que se oigan las llamadas de la Comisión Europea, siempre bien dotadas de subvenciones y apoyo de dinero público.

Para Soitu.es

Thursday, September 10, 2009

Libros en agujeros negros

¿Ha buscado un libro descatalogado? ¿Ha perdido horas en bibliotecas para encontrar un texto? La digitalización puede acabar con el gran agujero negro de la cultura, inaccesible, "solitaria, infinita, inmóvil, inútil", la maldición de la Biblioteca de Babel de Borges. Google Books quiere digitalizar los libros para manteneros vivos. Google puede. Europa, no.

Un exiguo 1% de los libros de las bibliotecas europeas está digitalizado. Los numerosos intentos y los millones invertidos son insuficientes. Los editores y gobiernos como Francia y Alemania se alzan contra Google Books, el ambicioso proyecto para permitir el acceso y las búsquedas en millones de libros. Y luego comercializarlos. La Comisión Europea, cansada de fracasos, lo apoya. Google paga. Ha ofrecido 125 millones de dólares a los editores norteamericanos y busca un acuerdo europeo. Promete el 63% de los beneficios. La Comisión pide unificar los derechos de autor, cooperación pública y privada, y agilizar el uso de las obras huérfanas, sin titular de sus derechos conocido, y descatalogadas.

El proyecto desvela los agujeros negros de la industria cultural. El primero, las obras descatalogadas y huérfanas. Los editores deciden los libros vivos y llenan el anaquel del olvido. La velocidad de publicación –más de 70.000 títulos al año en España- convierte al libro en un objeto tan perecedero como la moda de Zara. El segundo, la desmesurada extensión de los derechos de autor envía a una mayoría de obras del siglo XX a una biblioteca olvidada fuera de las librerías de viejo. El tercero, un registro –que también ofrece Google- de quiénes tienen los derechos de muchas obras, ocultos en una maraña legal.

No se puede dejar la cultura en manos de una empresa y cambiar a los editores por Google. Pero es hora de defender la cultura y revivirla mientras los editores discuten cómo preservar su negocio y no se han puesto de acuerdo ni en la digitalización ni en el formato futuro del libro.

Columna semanal en los medios de Vocento

Tuesday, May 12, 2009

Libros para nuevas pantallas

Los libros digitales están de moda. El empeño de Amazon por convertir su Kindle en un iPod de los libros quizá no sea el futuro de la lectura, pero estimula la discusión sobre el futuro de los libros. ¿Para qué sirve un libro digital cuando se puede leer en otros aparatos? La lectura cansa menos sin retroiluminación, la luz que despiden las pantallas de ordenadores y móviles, y la batería de los ebook dura más. ¿Compraremos y usaremos otro aparato sólo para leer libros? Lo dudo. Y los datos parecen confirmarlo.
¿Cambian los libros digitales la lectura o sólo la distribución? Los ebook son caros: de 260 a 350 euros. Pero a los usuarios sólo les interesan a un precio mucho menor: 71 euros, según un estudio de The Cocktail en España. ¿Para leer qué? Sobre todo novelas y best sellers. Una ojeada a los títulos más vendidos para Kindle es una bofetada para las ilusiones de mayor diversidad. Y de nuevos lectores, nada. Más de la mitad de los usuarios de Kindle supera los 50 años.
Los libros digitales son una revolución conservadora. El verdadero cambio para la lectura llega en otras pantallas, sobre todo móviles, como antes llegó con el navegador. Los programas para leer libros son el tercer tipo de software más popular para el iPhone, por delante de juegos y entretenimiento. La propia Amazon tiene una aplicación para leer los libros de Kindle en el iPhone y su rival Barnes&Noble distribuye libros para BlackBerry.

¿Pagará mucha gente por leer diarios y revistas en un libro digital como Kindle cuando puede hacerlo con color, más funcionalidades y gratis en internet en otras pantallas? El objetivo de Amazon y de las editoriales y medios es controlar la distribución. Pero al público le interesa mayor acceso a contenidos, en cualquier momento y soporte, al menor precio. Los contenidos son la prioridad de los usuarios mientras los distribuidores persiguen el negocio.
El libro digital futuro será accesible en cualquier plataforma con total conectividad, como los lectores RSS, donde las lecturas pueden seguirse, anotarse y compartir sin depender de dónde y cómo se accede. Un cambio radical del sistema de distribución, donde la filosofía del intercambio y la participación social reduce la influencia de los distribuidores. Siempre necesitaremos autores y editores, pero no editoriales orientadas a la producción y distribución. Los lectores digitales son útiles para lectores especializados: la educación y los profesionales. Pero todos necesitan otra forma de acceso, la incorporación de criterio social y nuevas estructuras narrativas. El libro no es sólo el soporte.

Columna en Público

Tuesday, February 17, 2009

Revolución conservadora

“Nuestra visión es que cada libro editado en cualquier idioma esté disponible en 60 segundos”. Las palabras de Jeff Bezos al presentar el nuevo Kindle explican por qué el e-book de Amazon revoluciona la edición como no lo han hecho los dispositivos de lectura digital en diez años. Es un aparato tremendamente conservador, como reconoce John Makinson, jefe de la editorial Penguin, porque no cambia la naturaleza de la edición y de los libros, sólo su distribución. Kindle está diseñado para leer los libros tal como son en un aparato electrónico, no para transformar el texto, contenido y formato de los libros. Por eso los editores lo apoyan frente a los libros abiertos y conectados: la revolución digital del hipertexto.
Y todo a pesar de que las predicciones cifran en medio millón los libros digitales vendidos por Amazon, sólo un 1% del negocio de las editoriales y de la tienda por Internet más famosa del mundo. Pero los lectores están preparados para asumir un dispositivo de buena lectura, sin la cansada retroiluminación, simple y fácil de manejar, sin complicados métodos de compra. Se paga por el aparato (359 dólares) y por los libros o suscripciones a medios digitales (diarios, revistas o blogs) que se descargan por wifi o conexión 3G.
A los editores les interesa porque casi el 13% de los lectores españoles ya descarga literatura por internet y un 11% participa en blogs y foros sobre libros y temas literarios. La lectura digital se abre paso aún con la poca oferta de e-books y con menos del 9% de los títulos en formato digital (datos de los editores y del Ministerio de Cultura).
Pero lo que más preocupa a los editores es el negocio, aún boyante porque los lectores aman los libros, excluidos hasta ahora del boom de la distribución gratuita o compartida que atenaza a la información o a la música.
La televisión, convertida a internet por obra y gracia de plataformas como Hulu o por las propias web de las cadenas, y los libros son los supervivientes de la crisis digital de otros contenidos. En ninguno de los dos casos el acceso digital ha cambiado las obras y su modelo de negocio como con la información (gratuidad, hipertexto, periodismo ciudadano) o la música (venta por canciones, P2P).
El triunfo de Kindle es posible porque los nuevos lectores ya son nativos digitales por edad, pero su hábito a las pantallas les hará buscar los libros en móviles y otros dispositivos no exclusivamente dedicados a la lectura. Kindle sólo es para grandes lectores y compradores, profesionales y estudiantes: el 20% de españoles que compra más de 10 libros al año. No cambia la naturaleza ni el uso de los libros, sólo su distribución.

Columna en Público

Tuesday, October 28, 2008

Los libros están en Google


Los libros estarán en Google, al menos en Estados Unidos. El Gran Ciberleviatán ha firmado un acuerdo de 125 millones de dólares (casi cien millones de euros) con los editores para convertirse en el mayor escaparate de libros y contribuir a su acceso a través de internet a cambio de pago por lectura, otra innovación de modelos de negocio digitales que se hace realidad.
El gran buscador comienza a ser la gran biblioteca y la gran librería virtual que tanto ha ambicionado desde la creación de Google Book Search hace cuatro años y que ya reúne siete millones de títulos.
Si a dos tercios de los editores españoles les preocupa sobre todo el modelo de negocio del libro digital, como revela el estudio Digitalización del libro en España, el acuerdo de Google y las grandes editoriales norteamericanas que lo habían llevado a los tribunales despeja un poco más el futuro del libro.
El acceso a los libros completos será de pago en Google Books, donde los usuarios podrán crear sus propias librerías digitales.
Google también permitirá acceder a libros descatalogados a cambio de pago en su web. Esos libros aumentarán el mercado de larga cola para el libro como ha ocurrido con el de la música al no implicar más coste por copia.
Las instituciones educativas podrán pagar una suscripción para acceder a los libros en el gran depósito digital y para las universidades norteamericanas el acceso será gratuito en sus bibliotecas.
Los autores se beneficiarán de los ingresos de sus libros en la plataforma digital y Google informará de si los libros buscados están en una librería o biblioteca cercana.
Pero además Google intenta acabar con el difícil y oscuro entramado de los derechos de autor al crear un registro donde mantener actualizado quién tiene los derechos de qué obras.
El Aleph Google comienza a hacerse realidad con el tesón y el dinero de una empresa empeñada en su objetivo de "hacer la información más accesible y útil".
Google comienza a desarrollar nuevos modelos de negocio con el pago por contenidos más allá de la publicidad, que ya domina en la web. Y extiende también sus conexiones entre el mundo digital y el real, por el negocio y para aumentar su utilidad.
El nuevo paso de la compañía líder en internet abre un nuevo escenario para el libro digital, igual que ha hecho con los vídeos con YouTube, donde de los contenidos sin control se ha pasado a construir una plataforma comercial para Google y los dueños del audiovisual (televisiones y productoras).

Posiblemente la aceleración del crecimiento del mercado del libro digital será mayor del esperado por los editores españoles. El 48% esperan que el papel siga siendo su principal fuente de ingresos en 2020, según la encuesta citada, mientras el 40% de los editores encuestados en la reciente Feria de Francfurt creen que los libros digitales superarán en facturación al papel dentro de una década.
A los editores españoles lo que más les preocupa es definir el modelo de negocio del libro digital. Piensan que a quien más beneficiará es a los lectores mientras que perjudicará a los libreros. Es curioso que preocupe tan poco cómo aprovechar sus ventajas para la educación, la literatura o los libros abiertos.
Mientras se acerca el fin de la cultura encuadernada a los editores y autores españoles les preocupa más el negocio pasado que el futuro.
Pero las nuevas experiencias creativas y los nuevos modelos de negocio y acceso a los libros como el que ahora impulsa Google hacen que la aceleración digital llegue también a los libros encuadernados.
Se acabó el negocio de las 49 páginas.

Tuesday, October 14, 2008

Libros urgentes y con caducidad para Kindle

Otro mercado para Kindle, el ebook de Amazon: los artículos de Newsweek sobre la camapaña electoral norteamericana se convertirán en libros digitales.
Libros de urgencia y rápida caducidad a precios bajos. Es la fórmula empleada ya hace mucho tiempo -excepto la última parte- en Estados Unidos y en otros mercados. En España son ya muy habituales y están en esas colecciones de actualidad que se encargan habitualmente a un periodista con cierta fama para aprovechar el tirón informativo.
Jos Meacham, director de la revista, explica perfectamente la receta: "Cada director de revista cree que su material debería estar en una antología, pero es difícil económicamente. Aquí hay una fórmula de hacerlo más rápido y sin gastos elevados. Esto es competir en el espacio digital con nuestras fortalezas tradicionales".
Una nueva fórmula de rentabilizar la información y las grandes coberturas y una manera de que los ebooks tengan más sentido. Eso sí, casi diez dólares me parece carísimo para una reedición de artículos. Economía de la redundancia.

Tuesday, October 07, 2008

Obama, un autor como presidente

The New Yorker quiere a Barack Obama como presidente. Su endorsement del candidato demócrata apuesta no sólo por un político y un carácter, sino también por un autor. Una elección adecuada al carácter de una revista cultural pero que quizá extrañe en el terreno político.
Los editores de The New Yorker señalan que desde Teddy Roosevelt ningún presidente norteamericano ha alcanzado la talla literaria y de ideas del primer afroamericano que podría llegar a la presidencia.
Cuando los libros, autobiografías o biografías más o menos parciales, son un arma habitual de las campañas y los presidentes escriben libros al acabar sus mandatos no es mala idea fijarse en las dotes literarias para reforzar una elección.
La revista advierte: "Obama empezó a escribir a los treinta, antes de ser candidato a nada". Una oportuna advertencia que intenta eliminar sospechas de su carrera como autor.
Pero la visión del Yorker es adecuada. En las obras de los candidatos se advierte con nitidez su pensamiento, su carácter y el tono avisa sobre comportamientos futuros.
En todo caso, aviso: "una elección presidencial no es un premio Pulitzer, elegimos a un político y, esperamos, a un estadista, no a un autor". Pero los libros ayudan.

Tuesday, September 30, 2008

Mejor ser un tonto interactivo

Siete u ocho ventanas del navegador abiertas. Una de chat. Twitter en una cajita. Un lector RSS de mis fuentes informativas favoritas. Y en un lateral una nueva herramienta para concentrar todas mis redes sociales en una sola ventana.
¿Hiperconectado? ¿Distraído? En la economía de la atención quizá es la única manera de sobrevivir. Más. Una forma de ser en la sociedad del aburrimiento global. No hay otra posibilidad de enfrentar el excedente cognitivo del que nos hablaba Clay Shirky. Como este estudioso del ciberespacio nos advirtió, si no fuera por Internet seguiríamos viendo televisión. Y entonces el aburrimiento sería mortal, y el pensamiento, plano. Peor, idiotizado. Mejor ser un tonto interactivo.
Maggie Jackson ha escrito un libro para alertar de la llegada de una nueva edad oscura. Perdemos la atención y la memoria atrapados por la velocidad y el simulacro intelectual de las máquinas. Nuestra velocidad de pensamiento es menor que la de los procesadores de nuestros ordenadores.
“La premisa de este libro es simple”, dice Jackson, “la vida que vivimos está erosionando nuestra capacidad de una profunda, sostenida y perceptiva atención: el bloque constructivo de nuestra intimidad, inteligencia y progreso cultural”. Demasiado simple. Clic. Pensamiento débil.

Mi reseña de Distracted: The Erosion of Attention and the Coming Dark Age en Foreign Policy

Tuesday, September 09, 2008

Mochilas pesadas y retraso digital

El País abunda en mi argumento de que las mochilas de los estudiantes son muy pesadas para ellos y gravosas para sus padres. Solución: el libro digital y la concepción de la educación y sus materiales como un procumún.
Pedro Rascón, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (CEAPA), apuesta en el reportaje por la solución digital.
Y El País contesta inmediatamente: "Otros expertos señalan que el libro sigue siendo necesario para el estudio y la memorización de los contenidos".
¡Faltaba más! Para eso El País es el brazo armado de Santillana. La fortuna de Jesús de Polanco se hizo con el libro de texto y el diario seguramente no existiría sin esa riqueza de años y años de mercado cautivo.
Pero todo llega. Y Santillana ya experimenta con proyectos como Kalipedia.
Eso sí, complementarios. No matemos la gallina de los huevos de oro antes de tiempo.

Tuesday, September 02, 2008

Educación digital universal

Más de 107 euros para los libros del curso. Entre 7 y 11 kilos de peso en la mochila. Más de 6,8 millones de alumnos vuelven a las aulas con 14.000 libros de texto diferentes a un precio medio de 15 euros. ¿No es tiempo de cambiar la educación para acceder a una alfabetización digital de más valor y menor coste?
Cuando internet y el contenido digital es móvil y omnipresente es hora de plantear otra educación para aprovechar las ventajas del universo digital y dejar las viejas polémicas sobre el precio fijo, la gratuidad, el préstamo, etc.
Los libros de texto tienen un objetivo muy concreto (materia y curso), corta vida (cambian con los planes de estudio y se utilizan normalmente sólo un año), deben estar actualizados y deberían dar acceso a material complementario para profundizar y facilitar el trabajo de los maestros y las necesidades de los alumnos.

La solución es digital. Esas ventajas son posibles cuando hablamos de libros conectados, textos enlazados a material complementario, multimedia, documentación y personas o centros de interés de las materias tratadas. Libros para formar a los alumnos en los usos críticos y apropiados de la cultura digital.
Cuando los contenidos están en Internet y hasta el software se entiende como un servicio, no como producto final, es momento de tratar el libro de texto como un servicio a los alumnos para conectarlos con un ámbito mayor de conocimiento y prepararles para enfrentarse con más capacidad y criterios al mundo digital en el que viven, lo quieran o no sus padres y educadores.

Para ello es necesario una reforma del sector editorial, sustentado en gran parte en el libro de texto y que aprovecha sus conexiones con el poder mediático y político para imponer algunos intereses. Los libros de texto son casi el 17% de la edición total en España, 13.917 títulos en 2007.
De ese negocio, sólo un 8% son derechos de autor y el beneficio de las editoriales es del 6%, según datos de los editores asociados en Anele. El 25% es para las librerías.

El libro de texto digital debería ser un procomún, un bien público responsabilidad de la sociedad con derecho de uso y acceso universal bajo determinadas reglas: la legislación y los planes educativos consensuados entre educadores, padres, alumnos y las administraciones. Con el libro digital, una diversidad mayor de autores pueden colaborar en su redacción bajo supervisión de los consejos educativos para ofrecer textos actualizados a los alumnos y accesibles a través de equipos de bajo coste y sistemas operativos de dominio público.
La tecnología permite hacer más eficiente y accesible un derecho reconocido en la Constitución. Basta de polémicas inútiles y pensemos en proyectos de futuro antes que el futuro nos devore. Los alumnos ya viven una vida digital.

Columna en Público

Tuesday, July 29, 2008

El fin de la cultura encuadernada

La revolución digital llega a libros, editores y escritores. Tras las noticias, la música o el cine, el big bang digital comienza a alcanzar a los libros cuando sólo un 9% se venden en España en formato digital y las entrevistas literarias rebosan diatribas apocalípticas sobre el fin de la lectura y la literatura.
Somos una sociedad de autores donde el libro y el texto ya no son un objeto (producto) y un fin en sí mismos, sino parte de la cadena de la creación, la comunicación, el conocimiento y la literatura. El texto y los libros son ahora abiertos, conectados, sociales y multimedia. Esa es la gran revolución del texto y el libro.

Artículo completo en Público