Mostrando entradas con la etiqueta novela contemporánea. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta novela contemporánea. Mostrar todas las entradas

martes, 17 de marzo de 2020

de Almudena Grandes.


Título: La madre de Frankenstein
Autora: Almudena Grande
Editorial: Tusquets Editores S.A., 2020.
Página: 560.

SINOPSIS.

En 1954, el joven psiquiatra Germán Velázquez vuelve a España para trabajar en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, al sur de Madrid. Tras salir al exilio en 1939, ha vivido quince años en Suiza, acogido por la familia del doctor Goldstein. En Ciempozuelos, Germán se reencuentra con Aurora Rodríguez Carballeira, una parricida paranoica, inteligentísima, que le fascinó a los trece años, y conoce a una auxiliar de enfermería, María Castejón, a la que doña Aurora enseñó a leer y a escribir cuando era una niña. 

Germán, atraído por María, no entiende el rechazo de ésta, y sospecha que su vida esconde muchos secretos. El lector descubrirá su origen modesto como nieta del jardinero del manicomio, sus años de criada en Madrid, su desdichada historia de amor, a la par que los motivos por los que Germán ha regresado a España. 

Almas gemelas que quieren huir de sus respectivos pasados, Germán y María quieren darse una oportunidad, pero viven en un país humillado, donde los pecados se convierten en delitos, y el puritanismo, la moral oficial, encubre todo tipo de abusos y atropellos.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Episodios de una Guerra Interminable es de estas series de literatura cuya publicación espero siempre con ansia cada dos años, más o menos. Habitualmente, Almudena Grandes suele dejarnos un par de años sin remitirnos a la saga y casi siento decepción cada vez que publica otra cosa que no tenga que ver con la continuidad de los Episodios. Cada libro, cada historia que nos ha traído se me escurre como el agua y me deja las manos bien hidratadas durante un buen periodo de tiempo. Son libros que vas leyendo deseando conocer el final de cada historia pero a la vez sintiendo en el alma dejar atrás a esos personajes de los que ya formas parte, personajes enteros, solidarios, completos en sus historias de vida y siempre luchadores en momentos que nunca hemos podido imaginar como tampoco nunca hubiéramos imaginado lo que estamos viviendo, lo que significa y adonde nos puede llevar.

Me ha encantado esta nueva entrega, no puedo decir otra cosa. Me ha emocionado la historia que entraña cada personaje, he llorado con algunas de ellas y también me he reído y sonreído con otras, me he escandalizado con la maldad de algunos personajes y me he esperanzado con la ternura, el amor y la entrega desinteresada de otros. Almudena Grandes nos trae siempre grandes historias y con ellas, siempre, grandes personajes que las hace aún más valiosas, más relevantes. Suelen ser historias que han pasado desapercibidas en épocas oscuras de nuestra historia nacional, historias de a "pie de calle", que ocurren a gente tan normal como podemos serlos nosotros, con profesiones habituales con las que interactuamos sin dificultad y en escenarios que existen o han existido en nuestro país.

En esta ocasión, la autora nos lleva a Ciempozuelos, al psiquiátrico de mujeres, un lugar que tuve la suerte de visitar hace años para realizar un trabajo de campo cuando estudiaba en la Universidad. También he podido visitar otro psiquiátrico, el de Mérida y puedo corroborar sin error, la realidad que nos dibuja la autora, una realidad seguramente más rígida que la que yo conocí ya entrada la democracia en España. Pero me queda en el recuerdo el olor, la división de los pabellones en función de la gravedad de las enfermas, las miradas de las que circulaban por patios y jardines, esa sensación de estar en otro mundo, un mundo construido a base de mentes enfermas que están encerradas en otras realidades. No se me olvida, no. Por eso me ha puesto los pelos de punta el personaje de Aurora Rodríguez Carballeira, esa primera persona que se expresa libremente a pesar del encierro físico y mental que sufre. Tan espeluznante como triste, tan bien conformado como creíble, tan enfermo como inteligente y mordaz. Un personaje inolvidable cuya situación física y mental te la hace cercana e inolvidable.

Los demás personajes, en especial Germán y María, son geniales cada uno en su papel. Y ellos, y todos los que conforman historias personales y familiares paralelas, anteriores o posteriores  a su tiempo. La autora construye a través de cada personaje secundario que rodea a los principales, historias personales llenas de sentido, de denuncia social, de recuerdo y memoria sobre hechos históricos que han quedado rezagados, muchas veces por intereses políticos de gobernantes mezquinos que nos quieren arrebatar la memoria de todo un pueblo. Cada personaje es una historia llena de sentido, muchas de sufrimiento, de pérdida, pero también de homenaje y de esperanza.

No quiero contar nada de la trama, de lo que la autora desarrolla. Hay que leerla. Hay que conocer a cada uno de ellos y de ellas, sus historias de vida, su lucha y agradecer su valentía y su honestidad porque gracias a muchos como ellos hoy podemos vivir con las libertades y derechos que tenemos mujeres, colectivos LBGTI, personas de otras razas, religión o ideología política, etc. No dejéis de leerlo. Es un gran homenaje a todas esas personas que luchan y como hoy en día, más que nunca, a mucho personal sanitario o no que cuida y vela por nosotros.


jueves, 27 de febrero de 2020

de Luz Gabás.


Título: El latido de la tierra
Autora: Luz Gabás
Editorial: Planeta, 2019.
Páginas: 448.

SINOPSIS.

Alira, heredera de la mansión y las tierras que su familia conserva desde hace generaciones, se debate entre mantenerse fiel a sus orígenes o adaptarse a los nuevos tiempos. Cuando cree encontrar la respuesta a sus dudas, una misteriosa desaparición perturba la aparente calma que reinaba en la casa, la única habitada en un pequeño pueblo abandonado. Un guiño del destino la obligará a enfrentarse a su pasado y a cuestionarse cuanto para ella había sido inmutable. A partir de ese momento comenzará a sentir algo para lo que nunca pensó estar preparada: el amor.

IMPRESIÓN PERSONAL.

He leído dos novelas de esta autora: Regreso a tu piel y Palmeras en la nieve. Las dos novelas han estado entre mis mejores novelas del año en que las leí. Por ese motivo, me he acercado con tranquilidad a esta nueva entrega de la autora, El latido de la tierra, porque Luz Gabás, con independencia de que la trama me guste más o menos, escribe muy bien y su modo de escribir embauca, te envuelve y crea unos personajes que, te caigan mejor o peor, suelen ser sólidos y contundentes, sobre todo, los femeninos.

Esta misma semana, he localizado por cuestiones laborales una noticia que rezaba que determinado Grupo Industrial era el único de más de 3000 trabajadores afincado en Extremadura. Y doy fe de ello, el único. Un gran mamotreto que aparece sin darte cuenta entre un bosque sagrado de encinas. A la vez, en la tele salía la candidata a Lendakari del País Vasco comentando que esa Comunidad tenía un problema con los desechos del mayor número de industrias que existen en España. Y también es cierto, con independencia de desechos y vertederos mal administrados, el País  Vasco tiene más industrias por metro cuadrado que cualquier otra comunidad autónoma. Traigo a colación este tema porque precisamente esta nueva novela de Luz Gabás tiene entre su trama más relevante lo que se ha dado en llamar España vaciada, como si esto hoy en dia fuera algo nuevo y no viniéramos "vaciando" España desde los años 50-60 del siglo pasado en las que un dictador decidió que las industrias se montaban en Cataluña, Madrid y País Vasco y en Extremadura y Andalucía pasando por Castilla La mancha y León nos dedicábamos a "cuidar del monte y criar pajaritos" para los turistas. ¡De aquellos barros, estos lodos!

La novela de Luz Gabás nos sitúa en un pueblo llamado Aquelare, un pueblo del norte en el que la gente vivía de la agricultura y la ganadería en aquellos años de los 60 y que fue expropiado en aras del "progreso" que nunca llegó y que se quedó completamente abandonado salvo por la tenacidad y la convicción de una única familia, la de Alira, empeñada en mantener la herencia de sus ancestros, de aquello que habían conseguido mantener generación tras generación, pero que en una sociedad como la actual ya no puede pervivir sin modificar su modo de vida habitual. Y eso es lo que hace Alira, quien con la intención de no abandonar su casa de siempre, la de sus padres, la de sus abuelos, la reconvierte en alojamiento rural y hospeda en ella a sus mejores amigos, los de la infancia, a pesar de su madre y de sus hermanos. Un cambio que la cambiará también a ella, que la hace replantearse lo que la herencia, en especie y en educación, le ha hecho asumir como renuncia a esa posibilidad de ser feliz quizás de otra manera, como una losa que ha determinado su vida hasta el momento y que la ha llenado de obligaciones de "guarda y custodia" de algo a lo que a lo mejor le hubiera venido mejor renunciar y huir.

En este pueblo abandonado ocurrirán dos cuestiones simultaneas. Por un lado, ella misma descubre en su bodega un cadáver tan malogrado que es imposible identificar hasta casi el final de la novela precipitando así la investigación policial que seguimos desde un principio, conociendo a cada personaje en el pasado y como todos interactúan cuando eran una pandilla de amigos sólida. Por otro lado, al pueblo de Aquelare llegan nuevos pobladores, esos que hoy en día se llaman neo-rurales, que comienzan a vivir en una especie de comuna, con la intención de hacer de ese pueblo abandonado su nuevo hogar, un retorno desde el bullicio y el ritmo de vida urbano, a una vida llena de trabajo pero de un mayor grado de sosiego y coherencia para sus vidas y las de sus hijos. Alira, como una especie de guardiana del pasado se enfrentará, sobre todo, a sí misma, a sus convicciones que no son tan suyas y más de quienes la preceden en el tiempo. Hechos que darán un giro a su vida, a su manera de pensar y de creer en todo aquello que ha idolatrado hasta el momento, a renunciar a lo que creía para toparse de lleno con la felicidad y bienvenida sea esta, a recomenzar y a decidir por si misma.

Me ha gustado mucho esta novela y la forma en que está escrita, al puro estilo de Luz Gabás, elegante, sencilla y con unos personajes difíciles de olvidar, unos personajes capaces de transmitirte todo lo que están viviendo, lo que piensan y por qué lo piensan, con su lógica aunque no la compartas. Y, cómo no, me ha encantado la crítica social. Me identifico con ella. Vivo en una Comunidad Autónoma en la que los pueblos van perdiendo población cada año, en la que muchos pueblos solo están habitados ya por personas mayores y donde cada vez es más difícil que se abran escuelas porque van faltando los niños que las llenen. Sin duda, os la recomiendo.



jueves, 20 de febrero de 2020

 de Elia Barceló.


Título: Las largas sombras
Autora: Elia Barceló.
Editorial: Roca Editorial, 2018
Páginas: 384.

SINOPSIS.

«Al final de su vida, se ha dado cuenta de que los secretos destruyen; de que hay que iluminar los rincones para que no haya sombras; que en las sombras se ocultan los monstruos.»

Rita, regresa a su pueblo en Alicante después de muchos años de ausencia. Se dirige a casa de Lena, una de las amigas de entonces, pero la posibilidad de un feliz encuentro se ve truncada por una imagen horrible e inesperada: Rita encuentra a Lena muerta en el baño de su casa. Lo que empieza pareciendo un suicidio, se convierte después de algunas investigaciones, en un posible asesinato. Rita decide entonces reunir a las amigas de entonces para hablar de lo ocurrido. A partir de aquí, se iniciará el reencuentro de este grupo de amigas que hace 33 años que no se ven, después de que un terrible suceso las separara y marcara su vida para siempre. Porque el pasado siempre vuelve, siempre está oculto detrás de nosotros, pero a veces se nos muestra como un pliego más del presente.

Con una habilísima y muy personal mezcla de géneros, Las largas sombras va mucho más allá de la novela policíaca, del retrato de la España inmediatamente anterior a la Transición en una ciudad de provincias, de la narración de la nostalgia de sus protagonistas por una época en la que todo estaba por descubrir o de la crónica del desencanto que se ha ido instalando en sus vidas en la confrontación de los sueños con la realidad: Esta novela es una crónica astuta, desengañada y salvaje, narrada con inmediatez y frescura, y no exenta de humor, de una lucha por todo lo que vale la pena: el amor, la libertad, el respeto propio, la amistad, la esperanza.

IMPRESIÓN PERSONAL.

He leído dos libros de Elia Barceló: El color del Silencio y El Secreto del orfebre, dos libros que me han enamorado de principio a fin por la manera en que esta autora consigue transmitir ambientes y personajes. Las tramas, las historias, las temáticas que toca Elia Barceló te pueden gustar más o menos, pero de lo que no hay duda es de que sus maneras de escribir te van envolviendo, sus personajes acaban  siendo tan cercanos y transparentes que parece que perteneces a su mundo y la ambientación de todo lo que rodea a los hechos que nos traslada es siempre magistral.

En esta ocasión, la autora nos trae a un grupo de amigas, de esas de toda la vida, que estudian juntas el bachillerato y que en el año 74, en la excursión de fin de curso (¡¡ainsss, esas excursiones!!), antes de partir cada una hacia la universidad, tienen un contratiempo tan grande que ha marcado sus vidas. Nunca han conseguido olvidar lo que pasó en esa excursión, lo han venido ocultado durante más de treinta años y ese hecho y algunos secretos en la vida privada de cada una de ellas, han marcado su futuro y han determinado lo que ha sido de sus vidas. Unas se han quedado en su pequeña localidad, Elda (Alicante) y han seguido viéndose de forma habitual y otras han conseguido salir de allí esperando olvidar lo inolvidable. El regreso de Rita al pueblo, después de treinta y tres años, hace que las amigas vuelvan de nuevo a juntarse y las sombras del pasado vuelven a caer sobre todas ellas. El asesinato de una de ellas, Lena, hace que la autora nos meta de lleno en una investigación policíaca sobre todas y cada una de las amigas y sirve de excusa a la autora para irnos desgranando lo que ocurrió en el pasado muy poco a poco, dándonos más de una sorpresa y mostrándonos una época y un tiempo de grandes acontecimientos en España con la llegada de la transición.

La novela se desarrolla en dos espacios temporales. Por un lado, nos remonta al año 74, con un Franco aún vivo pero con una España ya preparándose para un futuro que estaba más cerca que nunca y unas chicas ilusionadas, felices porque están a punto de iniciar el camino a sus sueños. Algo, sin embargo, ocurre en Mallorca, en ese viaje de fin de curso que determinará en gran parte que esos sueños se trunquen y que sus caminos se dividan. Conoceremos a cada una de ellas y todos y cada uno de sus secretos personales, unos secretos que incluso han ocultado a sus propias amigas. La autora aprovecha este año para dibujarnos con claridad el papel de la mujer de la época, los problemas de las personas homosexuales, la pederastia, el poder de la iglesia y su papel en la educación y adoctrinamiento de niños y niñas, etc. Por otro lado, el presente ocurre en 2007, cuando Rita, la única que se ha hecho famosa como Directora de cine, regresa al pueblo y desencadena que ese pasado y ese último viaje regrese con toda la fuerza de las sombras que siempre te acosan. Volveremos a conocer las vidas de cada una de las amigas en el presente y como fueron desviándose de esos sueños de juventud que tanto anhelaban, unas con mayor suerte que otras.

Me ha gustado esta novela. Ya lo digo: puede parecerte una temática más o menos interesante, que a mi también me ha gustado, pero la forma en que Elia Barceló te cuenta acontecimientos y te dibuja a unos personajes en esos ambientes tan bien construidos, te enamora y resulta muy difícil dejar de leer. Es un lenguaje sencillo a la vez que envolvente y te va enredando en sus vidas sin que apenas sientas que ya estás metida en la novela.


miércoles, 5 de febrero de 2020

de Laura Castañón.


Título: Todos los naugragios.
Autora: Laura Castañón.
Editorial: Destino, 2019
Páginas: 624.

SINOPSIS.

Gregorio y Onel son dos amigos que han crecido juntos en Nozaleda, pueblo que recrea una villa vecina a Gijón en las primeras décadas del siglo XX. Pertenecientes a dos familias (Santaclara y Los Forquetos) que encarnan dos modos diferentes de entender el orden de las cosas, la vida les llevará a cada uno por su camino sin que nunca se separen del todo. La llegada de la Guerra Civil y la victoria del fascismo marcará su destino y supondrá el fin de su mundo.

Todos los naufragios es una historia de amores prohibidos. Cuenta la vida de unos personajes que se enredan indefectiblemente con el tiempo que les ha tocado vivir y nos sumergen sutilmente en la convulsa historia de la primera mitad del pasado siglo. Una novela sobre el poder de la amistad, de los temores, de la forma en que la ausencia dicta destinos y de las ataduras, en definitiva, de las vidas sobre las que, para bien y para mal, acecha la sombra de un pasado que siempre acaba regresando.

IMPRESIÓN PERSONAL.

A veces una necesita lecturas de corte sencillo y expresiones ágiles que impriman a la mente fluidez en momentos de espesura y cansancio. Las novelas de Laura Castañon no son de esas. Son manjares que alimentan el alma, de forma serena y pausada, para ir masticando muy poco a poco e ir deleitándote en cada frase, en cada expresión, con cada personaje que transita por sus páginas y viviendo como ellos viven cada acontecimiento, por muy insignificante que sea.

Así he ido degustando esta novela. Muy poco a poco, interiorizando cada frase y acompañando a sus dos familias protagonistas en ese trasiego tranquilo que suponen las vidas contadas con esmero. La autora nos sitúa en un pueblito de Asturias, cercano a la ciudad de Gijón que, aunque está cerca del mar, vive totalmente de espaldas a él en virtud de supersticiones que no anuncian nada bueno cuando lo que viene, viene de ese lado del pueblo. Nos presenta a dos familias situadas socialmente en las antípodas: los Santaclara, una familia rica y de rancio abolengo, y los Forquetos, que fueron trabajadores de los Santaclara hasta que, gracias a la emigración a Cuba, su hijo volvió con una fortuna que le permitió convertirse en un "nuevo rico" con una capacidad económica similar a los que antaño fueron sus patrones. Como personajes esenciales de unión entre estas dos familias, la autora nos enamora con Gregorio y Onel, cada uno perteneciente a sendas familias, que se convierten en amigos, casi hermanos inseparables durante toda su vida, a pesar de la diferencia familiar que pudiera haberlos alejado. Nada se resiste a su amistad y al amor que cada uno siente por el otro, y esa relación planea sobre toda la novela y sobre los acontecimientos que van ocurriendo al resto de personajes. Unos personajes inolvidables, todos ellos, porque cada uno tiene unos rasgos muy marcados en uno u otro sentido que los convierten en únicos.

Con estos personajes la autora nos paseará por este pueblo ficticio y por una Asturias convulsa en las primeras décadas del siglo XX, de tal modo que todos los sentimientos se remarcan alrededor de acontecimientos de tipo social y político que influyen de manera decisiva en muchos de ellos. El amor, los odios de toda la vida, la venganza, los celos, la envidia, el compañerismo, etc. Todos ellos se producen en una época en que muchos se ven reforzados y otros han de vivirse en la intimidad, de puertas adentro, escondiendo miradas y disimulando sentimientos de repulsa y odio tras una apariencia de rectitud que no se siente.

No digo más. No le haría justicia a esta novela. Mejor dicho novelón. Os la recomiendo. Pero leerla sin prisas, degustándola y sin pensar en su final y en pasar página a otra nueva, como solemos hacer la mayoría de las veces.


martes, 15 de octubre de 2019

de Víctor del Árbol.


Título: Antes de los años terribles.
Autor: Víctor del Árbol
Editorial: Destino, 2019.
Páginas: 464.

SINOPSIS.

«Antes de los años terribles yo era un niño feliz en ese lugar. La felicidad parecía el estado natural de la vida, algo tan obvio como que cada mañana salía el sol. Los primeros rayos de luz se colaban entre las ramas de palma del techo aquella mañana en la que todo empezó a cambiar.»

La vida de Isaías volvió a empezar el día que llegó a Barcelona siendo un muchacho y dejó atrás su mundo. Después de mucho tiempo ha construido una nueva vida junto a su pareja, mientras intenta abrirse camino con un negocio de restauración de bicicletas. Todo cambia el día que recibe la visita de Emmanuel, un antiguo conocido que lo convence para que regrese a Uganda y participe en un encuentro sobre la reconciliación histórica de su país.

Aceptar esa propuesta hará resurgir un pasado que Isaías creía haber dejado atrás. Se verá forzado a enfrentarse al niño que fue, mirarlo a los ojos sin concesiones y perdonarse a sí mismo, si quiere seguir adelante con su vida y no perder a su mujer, que pronto, y de la peor manera, descubrirá una terrible verdad: no siempre lo conocemos todo de aquellos a quienes amamos.

Cuando se ha llegado demasiado lejos, huir no es una opción.

IMPRESIÓN PERSONAL.

He leído este libro durante el verano, o sea hace más de un mes, porque ha sido en mi mes de vacaciones. El otro día en el trabajo charlando con unos informáticos de un tema que no viene a cuento, les puse como ejemplo y a modo de broma, que nadie de la empresa iba a viajar a Uganda. Yo misma me sorprendía  y más tarde me preguntaba ¿de donde me ha salido a mi esto de Uganda? Podía haber puesto como ejemplo cualquier país de estos super-recónditos donde es difícil que vayamos a viajar, pero a mi me salió Uganda. Lo cierto es que desde que leí el libro de Víctor del Árbol, Uganda y sus gentes no se me van de la cabeza. Debe haber decenas de "Ugandas" en el mundo. Países que pasan por mil vicisitudes, donde ocurren miles de barbaridades ¿humanas? y donde la vida no vale más que la de un animal salvaje que tiene más o menos suerte dependiendo de una serie de elementos que ni siquiera puede controlar.

A mi me encanta como escribe Víctor del Árbol y me da igual si lo hace de una cosa o de otra o si la estructura es diferente, o si me lleva más lejos o más cerca, en España o donde Cristo perdió el mechero. Todo lo que narra es relevante, te remueve la conciencia, te hace sufrir ante una realidad que se anuncia cada día en el telediario mientras charlas de tus tonterías laborales con tu familia y te comes un buen plato que los de la tele nunca han podido disfrutar. Por eso lo que Víctor escribe siempre te duele. Duele porque consigue que centres la atención sobre hechos que a diario te pasan desapercibidos porque no quieres mirarlos y duele porque te das cuenta de lo banales, estúpidos y egoístas que somos los "desarrollados" occidentales, sin ir más lejos, nosotros mismos.

La sinopsis del libro explica unos hechos que yo no voy a repetir ni a ampliar. Son solo hechos que te transportan a un país donde todo es duro, donde apenas los niños y las niñas sonríen porque son raptados, violados y convertidos en ejércitos al servicio de guerrilleros que se pelean solo para verificar "quien la tiene más grande", sin un proyecto de país, sin una idea, aunque sea utópica, sobre un mundo ideal.

Como siempre tanto hechos y acontecimientos que suceden, ambientación y escenarios y, sobre todo, sentimientos, miedos, alegrías y decepciones te llegan tan hondo que te asusta. Unos personajes tan reales que no quiero conocerlos más a la mayoría de ellos. Me encantaría pensar que no existen en realidad. Que todo esto no es más que ficción. Pero mucho me temo que no. Que hay muchos como ellos y hasta peores que ellos porque siempre somos capaces de superarnos al mal. Me queda la esperanza de que muchas víctimas acaban salvándose aunque en sus mentes, esa gran herida nunca pueda cicatrizar del todo.

Sin duda, lo recomiendo.


jueves, 26 de septiembre de 2019

de Juan José Millás.


Título: Que nadie duerma
Autor: Juan José Millás.
Editorial: Alfaguara, 2018.
Páginas: 216.

SINOPSIS.

Un delirio de amor recorre la ciudad. Y bajo lo aparente, asoma lo extraordinario. 


Cuando estas con la mente y con el cuerpo en el mismo sitio, la realidad adquiere una luz extraordinaria. Creeme. 

El día en que Lucía pierde su empleo como programadora informática, su vida da un giro definitivo. Como si de un algoritmo se tratara, establece los siguientes principios en los que se basará su existencia futura: será taxista, recorrerá las calles de su ciudad, Madrid, mientras espera la ocasión de volver a encontrarse con el hombre del que se ha enamorado, y todos los momentos importantes tendrán como banda sonora el «Nessum dorma» de Turandot, ópera de la que se siente protagonista.

Lo cotidiano y lo extraordinario se entremezclan en esta novela que tiene todas las claves del universo narrativo de Juan José Millás: la ironía, las distintas facetas de la realidad, el desdoblamiento del yo, la soledad y la constatación de una verdad inmutable: el espejo en el que miramos nuestras vidas nos devuelve siempre una perspectiva insólita ante la que solo cabe el más puro de los asombros.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Este verano me llegó la recomendación de una de mis primas para leer a este autor y este libro. A pesar de que el autor es de sobra conocido, yo no había leído nunca nada suyo y tampoco nadie me lo había recomendado, seguramente, porque a pesar de ser un escritor reconocido, sus novelas no se encuentran entre esas que denominamos "best-seller" tan comerciales. Y me ha sorprendido tanto Millás y su modo descarnado de contar y he pasado unos estupendos momentos leyendo la novela.

En la novela conoceremos a Lucía, un pedazo de personaje, rara como ella sola, quizás totalmente zumbada pero única en su manera de vivir y pensar. En todo lo que vemos y mucho más en lo que nos esconde. Lucía era programadora informática en una de esas empresas que, ante la crisis, empieza a despedir a su personal para ahorrar costes. Con lo que obtiene y lo ahorrado compra una licencia y un taxi empeñada en encontrar por Madrid (o su Pekin particular) a un vecino de quien se ha enamorado escuchando a través de la "rejilla" del cuarto de baño de su casa, el "Nessum dorma" de Turandot. ¡No me digáis que no es original la trama!

A partir de este cambio de trabajo, empezaremos a recorrer las calles de Madrid con Lucía y conociendo y viviendo con ella sus experiencias con cada persona que se sube al taxi. He alucinado con las conversaciones, me he reído con ella viendo lo que oculta cada personaje y lo que Lucía extrae de cada experiencia. Unas historias con mucho humor, con mucha intriga y con una serie de giros que te dejan con la boca abierta cuando vas comprobando lo que esconde cada personaje. Dicen los entendidos que los personajes que Millás suele dibujar siempre guardan en su interior un "yo" que cuando sale nos presenta a una persona totalmente diferente. Si esto es así, esta novela es totalmente Millás porque nunca imaginé lo que muchos de los personajes guardaba dentro y como nos llevan a un final inesperado de la novela.

Y de fondo a toda la novela, una ambientación musical basada en la ópera de Turandot, de tal modo, que a veces Lucía nos pasea por el Madrid real por el que circula su taxi y otras, ella misma, va convirtiendo la ciudad en el Pekín de la ópera y ella en la princesa que la protagoniza, además de en mujer-pájaro imitando lo que siendo una niña imaginó que le pasaba a su madre mientras un pájaro le picoteaba la cabeza.

No cuento más. Ha sido una lectura muy peculiar que he disfrutado muchísimo y que se lee en un par de tardes y resulta difícil de olvidar. Volveré, sin duda, a acercarme al autor.


jueves, 19 de septiembre de 2019

de Carlos del Amor.



Título: El año sin verano
Autor: Carlos del Amor
Editorial: Espasa, 2015
Páginas: 256.

SINOPSIS.

El 2 de agosto dejé el coche en el garaje. Estaba desierto. Al llegar al portal, abrí la puerta y maldije una nueva avería en el ascensor, tan bonito y antiguo como poco práctico. Vivo en un sexto piso de un edificio de siete plantas, así que emprendí la escalada resignado. En el tercero, di una patada a algo, encendí la luz del rellano y vi un enorme manojo de llaves.

Es pleno verano, Madrid está vacío y hay un periodista que tiene tiempo y ganas de curiosear. Las llaves están hechas para abrir puertas, buzones, coches, sueños. Y vidas ajenas. Aun así, lo que menos se imagina es que se va a encontrar con una historia de amor y con una misteriosa muerte que se verá inevitablemente abocado a investigar. La vida de los otros puede resultar sorprendente.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Tenía este libro en la estantería desde que lo compré en la Feria del Libro de Madrid 2017, así que además está dedicado por un autor con el que pudimos charlar unos minutos. Este es un autor al que vemos habitualmente en los informativos, sobre todo, cuando se informa sobre los diferentes festivales de cine que se celebran en distintas ciudades europeas.

A mi me ha resultado un libro raro, un libro con una historia curiosa, original que está escrito con mucha inteligencia, ligero y ameno porque encierra muchas historias, tantas como casas y pisos hay en el inmueble en el que un periodista vive. Este periodista se encuentra durante el mes de agosto trabajando en Madrid, haciendo además de "Rodríguez" mientras su pareja, embarazada, está de vacaciones. El único piso habitado durante ese mes de agosto en todo el edificio es el de este periodista, que además tiene la fortuna de encontrarse las llaves de la portera en las escaleras. Y digo la fortuna porque este hecho le sirve para encontrar el mayor entretenimiento que puede haber para una periodista: la posibilidad de escarbar en las vidas ajenas, en este caso, en las vidas de cada uno de sus vecinos mientras sus viviendas están deshabitadas por diferentes motivos.

La novela está contada en primera persona por el propio periodista, que por su descripción pudiera tratarse del propio autor, ya que coinciden muchas de las características que lo autodefinen. Si se trata de él ya sabemos que tiene una rama "cotilla" llevada a su máxima expresión.

Con independencia del narrador que es el propio periodista que va explorando las viviendas y la vida de cada uno de los vecinos y vecinas, la novela la conforman precisamente las vidas de cada habitante del inmueble, unos en mayor proporción que otros, aunque también se pueden ver las interrelaciones que hay entre ellos, algunas tan ocultas que solo una persona que se dedica a observar  con detalle y con tiempo, como nuestro periodista, nos puede mostrar de qué manera unos vecinos que apenas se saludan por la escalera o en el ascensor, tienen algo más que ese saludo educado.

Es una novela, por tanto, coral en la que ese vecindario y sus vidas pasan a ser el protagonista principal del libro ante un espectador, el periodista, que investiga sus relaciones y sus intrigas desde fuera, entrando en sus casas e imaginando unas vidas que a veces confunde. Entre esas historias encontramos intriga y el misterio en una casa abandonada durante todo el año, menos en un día concreto todos los años. Ese misterio y el aburrimiento del periodista en un Madrid sin apenas población, sin noticias en el trabajo y completamente solo en casa crean el caldo de cultivo necesario y suficiente para montar esta trama tan sumamente original.

Poco más que decir. Como le pasa al periodista es una buena novela para leer durante el verano, con o sin vacaciones. Esta bien escrita y es concisa, centrándose en lo que realmente importa y, sobre todo, es muy original para tener tan poco páginas.


martes, 9 de abril de 2019

de Cristina Campos.


Título: Pan de limón con semillas de amapola
Autora: Cristina Campos
Editorial: Planeta, 2016
Páginas: 416.

SINOPSIS.

Durante el invierno de 2010, en un pequeño pueblo del interior de Mallorca, Anna y Marina, dos hermanas que fueron separadas en su juventud, se reencuentran para vender una panadería que han heredado de una misteriosa mujer a la que creen no conocer. 

Son dos mujeres con vidas muy diferentes. Anna apenas ha salido de la isla y sigue casada con un hombre al que ya no ama. Marina viaja por el mundo trabajando como cooperante de una ONG. 

Mientras intentan desentrañar el secreto que encierra su herencia, tendrán que hacer frente a los viejos conflictos familiares, a la vez que intentarán recuperar los años perdidos. 

Esta novela es una historia sobre la amistad femenina, sobre secretos guardados y recetas de pan olvidadas. Pero, sobre todo, es la historia de unas mujeres que aprenden a decidir, con libertad, sobre su futuro. 

IMPRESIÓN PERSONAL.

Me encanta hacer pan. Es una actividad relajante, envolvente, que te demuestra, cada vez que lo haces, lo importante que es el tiempo y que cuando se lo dedicas a las actividades de tu vida, merece la pena el resultado. Todo eso sin contar la recompensa del perfume embriagador que se extiende por tu casa, del cuidado de la salud y que sabes a ciencia cierta que no estás comiendo "basura". Y he apuntado todas las recetas de panes que aparecen en la introducción de cada capítulo del libro para hacerlo esos fines de semana en que me gusta meter las manos en la masa. Algunos será complicado de hacer porque no sé si encontraré el tipo de harina que menciona la receta, pero casi todos son factibles. Los limones no serán del limonero de la abuela Nerea pero serán de mis limoneros que no creo que tengan tanto que envidiar a los de la abuela, todo sea dicho.

Cuando alguien habla y conserva los recuerdos de sus abuelas y de sus madres, cosa que a mi me pasa continuamente, denota que las relaciones han sido especiales, que ha existido complicidad entre mayores y niños, que alguien te ha dedicado el tiempo necesario para transmitirte su buen hacer y su saber. Esas personas nunca mueren. Te pasas la vida diciéndole a tus hijos cosas como las albondigas de la abuela tal o el pollo a la virulé que hacía la abuela cual y esas croquetas que nunca olvidas de tu madre. Seguramente porque debe ser el paladar el que más memoria tiene además de frases, dichos y refranes que, al menos yo, recuerdo a la perfección. Yo soy una gran "guardadora de recuerdos". No es que sea nostálgica y viva regodeándome en ese pasado, solo que me niego a que algunas personas dejen de vivir y dejen de ser parte de mi vida mientras la mía continúe.

Como podéis ver, me ha encantado esta novela. Cuando una novela me toca en lo personal y más profundo, es de esas a las que sin duda volveré. Son pocas, pero las hay y esta es una de ellas. La he penalizado en la valoración solamente porque no me ha gustado el tratamiento que la autora da al colectivo de empleados públicos (no funcionarios porque no todos lo son en la administración) cuando alguna de las protagonistas interactua con alguno de ellos. Odio las generalizaciones y precisamente esta, tan habitual, es especialmente injusta. Por lo demás, podría haberle dado las cinco estrellas porque todavía me acompañan todas esas mujeres. Anna, Anita y Marina, pero también Catalina, Lola, Úrsula, Imelda, unas mujeres fuertes que han ido tomando decisiones en su vida, a medida que han ido evolucionando, que han ido creciendo y descubriendo, unas antes que otras, lo que es verdaderamente importante para ellas.

Anna y Marina son hermanas, unas hermanas de buena familia, con recursos económicos, que han sido separadas en dos ocasiones. Una primera en la infancia cuando a Marina la mandaron a estudiar a Estados Unidos y otra posterior, cuando Anna, ya casada con un Armando machista y dominante, se pliega a la voluntad de su marido cuando nace su hija Anita y ambas hermanas se separan durante quince años en las que Marina ha estado de país en país ayudando como tocóloga en Médicos sin Fronteras. La herencia repentina de una panadería y un molino en un pueblo de Mallorca recibida de una mujer llamada Dolores Molí, a la que no conocen, vuelve a unir a las dos hermanas y junto a ellas acaban conociendo  a todo un elenco de mujeres que las arropan y se unen a sus inquietudes reconociéndolas como propias. No es que no haya hombres en la novela que los hay, pero la fuerza de los sentimientos, la intimidad de lo que les ocurre y de como reaccionan ante ello es de las mujeres. Los hombres actúan de acompañantes comprensivos, unos, y otros de acompañantes asombrados y contrarios a lo que ocurre entre las hermanas. No solo se ve la solidaridad, la comprensión y la unión de las mujeres en la novela ante lo íntimo, sino que también se pone en evidencia las carencias afectivas que han sufrido los personajes varones en su educación, esa educación que les ha obligado a no expresar excesiva ternura, a no llorar o a mostrarse tierno cuando te lo pide el alma. 

Y tampoco quiero dejar esta novela sin nombrar la ambientación. Si conoces el olor del pan recién hecho, del buen pan, este libro te olerá a panadería pura, a limón y a masa madre en un pueblo, Valldemossa, de esos de toda la vida, donde todos se conocen y se apoyan, de esos que, por desgracia en muchos lugares de España están siendo abandonados, cerrados y vendidos. Pueblos como este acabarán siendo piezas de museos y panaderías como la que la autora refleja en la novela cada vez son más escasas.

En fin, una delicia de novela. Preciosa, escrita con ternura y mimo, envolvente como los movimientos que hay que hacer con la masa cuando se hace pan; cautivadora y llena de tanto sentimiento e intimidad que te toca el alma, el alma orgullosa de mujer que, sin duda, una tiene.



martes, 2 de abril de 2019

de Care Santos.


Título: Todo el bien y todo el mal
Autora: Care Santos
Editorial: Destino, 2018
Páginas: 400.

SINOPSIS.

Reina tiene un marido, un exmarido, un amante, un hijo adolescente, un buen sueldo y un trabajo que le apasiona y al que se dedica en cuerpo y alma. A Reina le gusta su vida. Aparentemente lo tiene todo, o por lo menos eso piensa ella. Hasta que, durante uno de sus viajes de trabajo, de repente sucede algo en su casa que cambiará las cosas, y que le demostrará de la peor manera hasta qué punto es vulnerable.

Así es como empieza para Reina un largo camino de regreso a casa, en el que lo peor que tendrá que afrontar no es la extenuante espera en un aeropuerto cerrado por una ola de frío siberiano, sino el vértigo que le provoca revisar su vida en busca de la verdad y tener que enfrentarse a ciertas preguntas incómodas: ¿Cuáles son las personas de verdad imprescindibles en nuestra vida? ¿Qué consecuencias tienen las malas decisiones? ¿Qué seríamos capaces de hacer en las circunstancias más terribles? ¿Conocemos realmente a nuestros hijos? ¿Nos conocemos lo suficiente a nosotros mismos?

IMPRESIÓN PERSONAL.

Pienso que a veces estamos tan aburridas que nosotras mismas nos inventamos problemas allí donde lo que nos ocurre son pequeñeces triviales que no merecen la pena nombrarse. Que si fulanita me ha mirado tal, que si menganita no me ha saludado esta mañana, que si citranita me ha dicho tal cosa con tal intención y así un sin fin de estupideces basadas en lo que nos parece que, habitualmente, nada tiene que ver con la realidad ni con las motivaciones de los otros. Aburrimiento y desidia, no me cabe duda. Los problemas, los de verdad son otra cosa y la protagonista de esta novela Reina, los vive en sus propias carnes y en una situación de las peores, a distancia, sin apenas poder hacer nada para actuar directamente.

He viajado mucho por trabajo y no hay peor cosa que estar de viaje a miles de kilómetros y que alguno de tus hijos tenga algún percance. Esa impotencia para poder hacer algo, esa sensación de que todos los demás son unos inútiles que no saben que han de hacer con tus hijos ante la situación que sea, el sentimiento de culpa por estar lejos tan agobiante. En fin, un cúmulo de sentimientos que no le deseo a nadie, incluso cuando lo que te dicen que tiene tu hijo es un simple constipado. De modo que puedo imaginarme sin demasiado esfuerzo cómo se siente Reina ante la terrible noticia que le dan sobre lo ocurrido a su hijo Alberto, un adolescente callado y extraño, como muchos adolescentes lo son. Reina está en Bucarest en medio de una de las peores tormentas siberianas que han asolado el continente, de modo que, por mucho que quiera, no puede volver a casa ni por aire ni por tierra porque todos los sistemas de transporte de pasajeros están cerrados a cal y canto y se encuentra en el aeropuerto, entre miles de personas hacinadas, intentando entender y solucionar a golpe de móvil y ordenador, el terrible problema al que se están enfrentando en España su hijo Alberto, su marido Samuel y su ex-marido Félix.

Durante ese impasse de espera en el aeropuerto, Reina nos irá contando poco a poco su vida y su realidad actual. Tengo que reconocer que hay situaciones en su vida que no he comprendido bien, mejor dicho que no he podido compartir con ella como esa excesiva supeditación que ella y su marido Samuel han tenido con Félix durante años. No cuento más de esto porque creo que debe irse descubriendo en el libro pero es una situación que no me ha encajado ni en la manera de ser que transmite Reina ni en la del propio Samuel.

Por lo demás, la novela está excelentemente escrita. Me encanta esta autora transmitiendo sentimientos a la vez que va tirando de los hilos de su historia, la fuerza de esa protagonista femenina que tan bien se le da dibujar y un entorno masculino que gira alrededor de ella afectando a lo que realmente es. Y las temáticas son de plena actualidad, algunas inquietantes como el suicidio, esa lacra oculta a los ojos de la sociedad que es una de las mayores causas de muerte en España, las relaciones de padres separados y los chantajes a los que se someten mutuamente afectando de lleno a los hijos, que son los que directamente sufren las consecuencias, muchas veces nefastas e irreversibles, la infidelidad, las terribles actuaciones de las farmacéuticas y su influencia fatal en la vida y la muerte de millones de personas anónimas, etc.

En definitiva, como en otras ocasiones, yo no puedo más que recomendar que leáis a esta autora. Da gusto leerla, dan gusto sus historias y los sentimientos que transmiten la intimidad de sus personajes y da gusto esa crítica velada que siempre suele hacer de algún ámbito social.


jueves, 14 de marzo de 2019

de Santiago Lorenzo.


Título: Los asquerosos.
Autor: Santiago Lorenzo.
Editorial: Blackie Books, 2018
Páginas: 224

SINOPSIS.

Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. 

Un thriller estático, una versión de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto "austeridad". Una historia que nos hace plantearnos si los únicos sanos son los que saben que esta sociedad está enferma. Santiago Lorenzo ha escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Me animé a leer este libro por la recomendación de una de mis primas que anda metida en un club de lectura en el pueblo y la verdad es que ha sido una buena lectura, sencilla, diferente y divertida, de esas que te sacan de tu zona de confort y te descubren una manera de escribir y de contar diferente a lo que estás habituada.

Manuel es un joven madrileño que malvive a base de trabajar precariamente en diversos empleos eventuales que solo le sirven para poder ser medianamente autónomo de sus padres y vivir en un "cuchitril" de la calle Montera de Madrid. Si todo es malo y anodino, las cosas pueden ir a peor cuando un antidisturbio lo agrede en su portal confundiéndolo con un manifestante y Manuel se defiende con un destornillador que siempre lleva encima y lo hiere, motivo por lo cual ha de salir huyendo de Madrid con la ayuda de su tío. Manuel termina asentándose en uno de esos muchos pueblos abandonados del medio rural, donde sobrevive en una casa abandonada y con la compra del Lidl que su tío le hace de forma periódica, aprovechando que en esa cadena de supermercados venden siempre otras cosas diferentes a la comida. Aunque pudiéramos pensar que Manuel se pone a acondicionarlo todo para vivir más cómodo o a cultivar para mejorar su alimentación, o incorporar lo que pudiera en clave tecnológica, lo que hace con el tiempo Manuel es todo lo contrario, es decir, en vez de intentar acondicionar lo que le rodea para que las comodidades sean lo más aproximadas a la vida civilizada perdida, él decide hacer lo opuesto, viviendo con lo "mínimo que se despacha" para sobrevivir tanto en lo relativo al entorno que le rodea como en su propio bienestar e higiene personal. Seguramente, la definición que más se le aproxima es la de un ermitaño o un eremita, solitario, que vive con lo mínimo para sobrevivir y no quiere el contacto con nadie de su especie. Se aisla de tal modo que hasta acaba costándole muchísimo conversar con su propio tío que es con quien únicamente mantiene un contacto telefónico.

Esta transformación paulatina del protagonista, de lo que era y en lo que se va transformando nos la va relatando su tío, la única persona que habla a diario con Manuel y sabe lo que este le cuenta en su día a día. Y el punto de vista del tío es de total complicidad y bastante acuerdo con lo que hace y va pensando Manuel unido, en muchas ocasiones, a su preocupación por su posible deterioro mental de tan extremas que son muchas de las situaciones en las que Manuel vive, sobre todo, cuando se incorpora al pueblo una familia de "domingueros" urbanos que alquilan la casa de al lado de la que Manuel se esconde.

Santiago Lorenzo plantea una exhaustiva crítica de la sociedad actual de una forma original y mordaz. una manera y un lenguaje, muchas veces inventado, que me ha sacado la sonrisa y la carcajada en más de una ocasión y eso ya es de "medalla", en mi caso. Ha habido algunos pasajes en el libro que me ha parecido hasta que conocía alguna parte de mi vida privada porque relataba cosas que he hecho en viajes de turismo (y que todos hacemos) y se dirige directamente a nosotros como si nos interpelara. Por otro lado, las situaciones y las críticas de Manuel, a medida que va soltando de su día a día todo lo que supone ese exceso de consumo en el que vivimos inmersos, son mordaces y muy acertadas la mayoría de ellas. Pero, sobre todo, las descripciones que Manuel realiza de la familia de "domingueros urbanos" que van cada fin de semana al pueblo para disfrutar de lo "rural" me han resultado de lo más divertidas y realistas, agudas y sarcásticas.

Una novela, sin duda, diferente. Mordaz, crítica y divertida, escrita con un toque tal de realidad que hasta las palabras inventadas encajan a la perfección en su significado sin necesidad de más explicación. Un contraste claro entre el postureo urbano ante lo rural y lo ridículo del comportamiento de los urbanitas que visitan los pueblos y una crítica con estilo al despoblamiento rural y a la sociedad de consumo que significa la vida en las ciudades de hoy en día.


viernes, 8 de marzo de 2019

de María Dueñas.


Título: Las hijas del capitán.
Autora: María Dueñas.
Editorial: Planeta, 2018
Páginas: 624

SINOPSIS.

Nueva York, 1936. La pequeña casa de comidas El Capitán arranca su andadura en la calle Catorce, uno de los enclaves de la colonia española que por entonces reside en la ciudad. La muerte accidental de su dueño, el tarambana Emilio Arenas, obliga a sus indomables hijas veinteañeras a tomar las riendas del negocio mientras en los tribunales se resuelve el cobro de una prometedora indemnización. Abatidas y acosadas por la urgente necesidad de sobrevivir, las temperamentales Victoria, Mona y Luz Arenas se abrirán paso entre rascacielos, compatriotas, adversidades y amores, decididas a convertir un sueño en realidad. 

Con una lectura tan ágil y envolvente como conmovedora, Las hijas del Capitán despliega la historia de tres jóvenes españolas que se vieron obligadas a cruzar un océano, se asentaron en una urbe deslumbrante y lucharon con arrojo para encontrar su camino. Un tributo a las mujeres que resisten cuando los vientos soplan en contra y un homenaje a todos aquellos valientes que vivieron —y viven— la aventura, a menudo épica y casi siempre incierta, de la emigración.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Este fue otro de los libros que compré el año pasado en la Feria del Libro de Badajoz, firmado muy amablemente por la autora, que lo presentó allí y que se me había ido quedando en la estantería "muerto de risa" y eso que lo compré con ganas de leerlo de inmediato. En principio, he de decir, que Las hijas del capitán, ha sido una lectura que me ha gustado mucho, no sólo porque me ha cautivado la evolución de las tres protagonistas principales sino porque la ambientación de esos años en Nueva York me ha enamorado hasta hacer que desee visitar esas calles, sobre todo, la calle 14 en la que las tres hijas del capitán intentaron continuar con el negocio que les había legado su padre.

Victoria, Mona y Luz Arenas, junto con su madre Remedios, son cuatro mujeres malagueñas que han vivido siempre prácticamente solas mientras su padre, Emilio Arenas, el capitán, va y viene de un país a otro haciendo diferentes trabajos mientras las deja solas sin apenas manutención. Sin embargo, con los años este hombre decide asentarse por fin en Nueva York donde monta una casa de comidas y se trae a todas "sus mujeres" para que le ayuden en su empeño. Una historia de desarraigo, de emigración a un país con diferente cultura y lengua, de necesidades vitales pero también de solidaridad y apoyo de unos compatriotas que se unen ante la necesidad de los suyos.

Me ha gustado muchísimo esa ambientación tan bien conseguida de los españoles en Nueva York, las redes de apoyo que se organizan cuando alguno de sus compatriotas lo necesitan, esa concentración de españoles y españolas en barrios y calles que huelen a comida española y donde la música y las voces son el "pan nuestro de cada día". Yo he visto esas concentraciones en ciudades hasta españolas. Ciudades típicas españolas de aluvión en la que se han concentrado pueblos extremeños y andaluces enteros por el efecto llamada, el "boca a boca" de tal manera que a pesar del cambio en la urbe, la gente parece menos sola y menos extraña.

En ese ambiente de barrios llenos de españoles van a vivir estas cuatro mujeres. Una madre renegada que acepta la decisión de su esposo y tres hijas que reniegan de la ciudad y del cambio que su padre ha llevado a sus vidas. Desde esa situación de odio a la ciudad y a todo lo que las rodea, tras la muerte repentina del padre, se va produciendo un cambio paulatino en todas ellas, un cambio hacia una madurez y una independencia como mujeres de la que carecían. Todas las vicisitudes y desgracias que les van sucediendo hacen que tomen conciencia de su realidad, de quienes son las personas que realmente las apoyan y las quieren y quienes son los oportunistas que solo pretenden aprovecharse de ellas como pobres mujeres sin cultura y sin conocimientos que son.

La verdad es que he sufrido con estas mujeres, con su situación y con muchas de sus decisiones, pero sobre todo, con los momentos en que se aíslan entre ellas y dejan de apoyarse las unas en las otras. Pero también me ha encantado como consiguen levantarse cada vez y como vencen y lo fuertes que son cuando están juntas, cuando se apoyan y vuelven a ser el trío inicial que llega a Estados Unidos.

En la novela además, fruto de la realidad que aconteció a muchos españoles que llegaban huyendo de la pobreza y luego de las guerras sucesivas a Estados Unidos, aparecen una serie de personajes totalmente reales como el Conde de Covadonga o el artista Xavier Cugat, perfectamente integrados en lo que acontece a las tres hermanas. Una historia que, aunque hoy cuestionemos la llegada de personas de otros países huyendo de los mismo que huíamos nosotros en diferentes periodos de nuestra historia, es la historia real de muchos españoles asilados en el extranjero en diferentes países. Sólo hace falta recorrerse algunos de ellos (Argentina, Chile, Uruguay, etc) para verificar que en todas las grandes ciudades existen Casas de España, casas de Galicia, Casas Vascas, etc. donde nuestros compatriotas se juntan, van a colegios regentados por españoles y comparten sus comidas de toda la vida.

A mi me ha gustado mucho, así que os la recomiendo a pesar de su volumen.



jueves, 28 de febrero de 2019

de Laura Ferrero.

Título: Qué vas a hacer con el resto de tu vida
Autora: Laura Ferrero
Editorial: Alfaguara, 2017
Páginas: 304.

SINOPSIS.

Con treinta años Laura deja a su pareja y abandona Ibiza para mudarse a Nueva York. Su juventud ha estado marcada por la relación con su padre, un hombre intolerante; su madre, que desapareció para regresar cinco años después; y Pablo, su hermano, que encuentra en la pintura la manera de luchar contra la enfermedad mental que padece.

En Nueva York, Laura empieza a trabajar en una editorial y a asistir a las clases que Gael, un misterioso conocido de su madre, imparte en la Universidad de Columbia.

¿Quién es Gael? ¿Qué sabe él de todo lo que ha ocurrido en su familia?

IMPRESIÓN PERSONAL.

Siempre me he preguntado si huir del lugar en el que estás, del lugar en el que te han ocurrido acontecimientos que no consigues superar ayuda algo o vayas donde vayas, los acontecimientos y tu propio pesar te acompañan y solo el tiempo puede ayudar a superar, si se superan alguna vez. También hay que partir de la base de que no todo el mundo puede huir a cualquier sitio tan alegremente como lo hace la protagonista de esta novela.

Laura se traslada una temporada a Nueva York para trabajar en una pequeña editorial y realizar un curso sobre la literatura en el exilio, una temática que, en principio, no le interesa nada. Lo que le interesa de ese curso es que la persona que lo imparte es Gael, una antigua pareja de su madre. Realmente, lo que está haciendo Laura es huir hacia adelante. Huir de su familia, de su pasado y, sobre todo, huir de ella misma como si ella fuera la única persona responsable de una situación familiar vivida que realmente han construido las cuatro personas que formaban esa familia:

“Nosotros éramos una familia compuesta por cuatro islas encerradas dentro de otra isla: Ibiza”

Efectivamente, Laura procede de una familia en la que cada miembro ha vivido en solitario todo un cúmulo de problemas que si hubieran sido compartidos y esos lazos hubieran sido trenzados entre todos, seguramente hubieran conseguido tejer una red que los hubiera salvados a todos. Pero la familia de Laura no se apoya. Es una familia en la que sus cuatro miembros acaban huyendo de sí mismos y entre ellos. Su madre los abandona durante años, cuando solo son unos niños; su padre salta de isla en isla analizando no se sabe muy bien qué y contándolas en una cuenta infinita que nunca acaba; su hermano Pablo, a quien Laura intenta proteger desde que su madre los abandonó, pero al que le ocurre "todo aquello" que aporta un nivel de mucha intriga a toda la novela y, finalmente, Laura que tiene una huida tardía, cuando ya hay pocos "muebles que salvar".

Aunque la historia familiar en sí misma me ha enganchado cada vez que Laura o su padre rememoraban el pasado, no he conseguido empatizar con la protagonista. Es cierto que la infancia que cada uno ha llevado puede marcar lo que puedas llegar a ser en el futuro, no consigo entender ese regodearse en esas épocas de tu vida hasta el punto de que marque cada paso que das en tu presente salvo que realmente tengas un problema mental digno de tratamiento psicológico o psiquiátrico. Me ha parecido excesivamente melodramático. Quizás sea que la autora quiere recrear algún tipo de teoría filosófica pero personalmente, no he compartido con Laura ese estado depresivo permanente del que no logra salir a pesar de los años que han pasado.

En definitiva, hay dos líneas de esta novela con las que me he sentido de diferente manera. Una primera, la historia familiar que se va contando a lo largo de la novela, que como todas las historias familiares a mi me ha cautivado, la historia en sí y como está escrita la misma. Y la segunda línea, que se identifica con la manera de ser y de estar de la protagonista con la que no he empatizado lo más mínimo y me ha resultado poco creíble por excesiva.


jueves, 21 de febrero de 2019

de Alejandro  Palomas.


Título: El tiempo que nos une
Autor: Alejandro Palomas.
Editorial: Booket, 2016
Páginas: 592.

SINOPSIS.

La abuela Mencía convalece junto a su nieta, Bea, que no quiere contar lo que de verdad le duele. Éste es el inicio de El tiempo que nos une, una novela coral de voces femeninas, una saga de mujeres con corazones tan grandes que son capaces de albergar desde el amor más profundo hasta el mayor de los sufrimientos. Entre las cinco protagonistas de la historia los lazos familiares se entretejen hasta formar una red que a veces atrapa, otras abraza y que, sobre todo, protege. Mencía, la matriarca sabia y deslenguada; Lía, que siempre se queda; Flavia, que vive en la ausencia; Inés, madre que sufre y amante que lamenta; y Bea, la más joven, son personajes inolvidables, que callan secretos pero gritan verdades, y que sienten y ríen y lloran.

Con delicadeza y precisión en el lenguaje, Alejandro Palomas construye un universo femenino de relaciones y emociones que nos envuelve. Y es que en El tiempo que nos une, como en la vida, pasan muchas cosas, pero al final lo que importa es quién ha estado navegando a tu lado.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Había leído tres libros de este autor: Una madre, Un hijo, Un perro. Pero tenía pendiente este libro en la estantería desde hace tiempo y ahora me queda pendiente Un amor que compre en la última Feria del Libro de Badajoz y que el autor me firmó muy amablemente, tal como es él. Como siempre y por no variar, cogiendo polvo lecturas que merecen mucho más la pena que otras novedades por las que perdemos un tiempo que deberíamos invertir en mayor calidad frente a mayor cantidad y novedad.

El tiempo que nos une es una de esas novelas que debería tener brazos y haberme dado un toque al pasar por el estante en el hombro para recordarme que estaba allí. Gracias a esta novela he conocido por fin a Mencia, una abuela de más de 90 años, carismática, descarada y malhablada que a su edad ya no tiene nada que callar, nada que temer por lo que dice, que pone a los suyos en muchas ocasiones en situaciones embarazosas precisamente por todo lo que dice, pero que defiende a sus "mujeres" a fuego y contra el fuego si es necesario. Una abuela a la que es imposible no querer, de esas que con solo mirarte saben que te ocurre algo y qué es lo que te ocurre, y lo sabe hasta antes de verte, como si tuviera una parabólica para saber en la distancia que ante determinados hechos, tu reacción será de determinada manera y no de otra de tal modo que cuando se produce el encuentro, ella ya ha arbitrado un plan que te saque del problema sentimental o vital que te aqueja. Inteligente y lenguaraz, he llorado con ella (y mucho) en esta novela pero también tengo que reconocer que me he reído a carcajadas en más de uno de sus cortos capítulos.

Junto a ella, cuatro mujeres más. Dos de sus hijas, Flavia y Lía y sus dos nietas, Inés y Bea. Cinco mujeres de generaciones diferentes unidas por unos lazos que solo la muerte puede romper, unos lazos que sujetan cuando parece que todo se rompe, incluso la vida de un hijo, de un nieto, de un hermano; lazos que te agarran a la vida para seguir luchando incluso cuando parece que no merece la pena vivirla de fea que se pone y hasta ponen una nota de color para que la veamos más bonita de lo que en realidad es en algunos momentos. Y Mencia sabe tirar lazos a sus mujeres, hacer lazadas de colores cuando necesitan ver la vida de otro color y también fustigar con los lazos cuando lo que necesitan alguna de ellas es que las hagan despertar y salir de la cueva en que están metidas. Les riñe y desaprueba sus maneras de afrontar los problemas, le habla y las consuela pero también traza estrategias y estratagemas, diría yo, para que reaccionen cuando todo lo demás falla.

Me han encantado estas cinco mujeres, pero, sobre todo, me ha encantado Mencia. Su fuerza, su coraje, ese convencimiento tan asentado en su alma de que no puede abandonar este mundo hasta que no vea a sus mujeres recompuestas y mirando de frente al futuro y esas mujeres alrededor de la abuela, una mujer que por si misma es el centro de todas ellas por derecho propio.

El tiempo que nos une es un libro de sentimientos, de los mas profundos, de los que más duelen pero también de los que más curan y de los más esperanzadores. Un libro que te llega tan hondo que tus propios sentimientos fluyen a la vez que los de las protagonistas porque te hacen participe de su dolor, de su miedo, de su esperanza y hasta de sus momentos felices y de sus risas. Por eso he llorado y he reído a partes iguales, pero he terminado con Mencia muy en paz con la vida y con el tiempo recorrido y que me queda por andar. Ojala no se me olvide!!!


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...