Título: Café y cigarrillos para un funeral.
Autor: Roberto Martínez Guzmán
Editorial: Serial Books, 2015
Páginas: 80.
Resumen oficial.
¿Qué sentirías si supieras que vas a morir el día de tu cumpleaños?
El doctor Delfín Sánchez entra en la comisaría de Ourense la madrugada del viernes 19 de julio para denunciar que desde hace un año, mensualmente, le ha ido llegando una carta que anuncia su muerte. Pero la cuenta atrás arranca el último mes en que ya recibe una carta diaria con el plazo de muerte del 20 de julio a las siete de la tarde, fecha de su cumpleaños y hora en que nació. Además, ha empezado a recibir coronas de flores para su entierro…
Impresión personal.
Hace muchísimo tiempo que tengo en el ebook varios libros de Roberto Martínez Guzmán, esos libros que se te van quedando rezagados entre otros muchos y de los que te acuerdas cuando ves una reseña o alguna noticia en las redes sociales. Lo cierto es que después de leer esta última entrega del escritor, ya estoy tardando en leerlos, aunque no creo que tarde mucho tiempo en hacerlo porque tengo ganas de volver a reencontrarme con Eva, la inspectora de policía de Ourense que lleva el rumbo de la investigación.
Cuando una piensa en café y cigarrillos, ambas cosas unidas, piensa en situaciones de tensión y de estrés, o al menos, es lo que a mi me pasa cuando estoy en tensión o preocupada. Y lo cierto es que el título no puede ser más oportuno porque la situación del protagonista no es para menos. No es sólo que sepas o pienses que vas a morir un día y a una hora determinada sino no saber quien o quienes son los que van a llevar a cabo tal acción, sus motivos y de qué forma van a hacerlo, aparte de plantearte en esta situación si quieres o no quieres seguir luchando o lo das todo por perdido. Toda esta tensión la consigue transmitir el autor en muy pocas páginas y éste es uno de los grandes méritos de esta novela corta. No le falta de nada a pesar de su tamaño. Perfectamente escrita y de forma sencilla y directa, te coloca en la piel del doctor Delfín Sánchez, de las circunstancias y las personas que forman parte de su vida y ante una investigación policial en la que no tiene excesiva fe a medida que las horas van transcurriendo y la cita con la muerte anunciada se va aproximando.
Se puede uno imaginar que en tan pocas páginas no tengamos el añadido de grandes descripciones ambientales, ni de una definición exhaustiva de los personajes secundarios que rodean al protagonista amenazado pero es que no hace falta. Lo importante es la trama de la novela, la investigación vertiginosa que realiza la policía y la evolución del estado de ánimo del doctor. Una trama que me ha parecido diferente y original porque no tenemos cadáveres de por medio más allá de la promesa de quien será asesinado y un final que, por no variar, no he adivinado y que, sin trampa alguna, el autor me ha desvelado con una naturalidad que me ha hecho exclamar un ¡¡claro!!, ¿cómo no lo he visto antes?
La novela/relato se desarrolla en cuatro fases que de manera lineal en el tiempo nos van llevando hacia el desenlace del caso. Una estructura que junto con la escasez de tiempo para solucionar el misterio por parte de la inspectora, te coloca aún más en el pellejo de la víctima.
En conclusión, una novela corta que se degusta en poco tiempo pero que te deja un excelente sabor de boca. No os la perdáis.
