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viernes, 9 de febrero de 2018

de Mario J. Les.


Título: Dile que no la olvido
Autor: Mario J. Les
Editorial: Terraignota, 2017
Páginas: 446.

SINOPSIS.

1939. La derrota republicana en la Guerra Civil Española es un hecho, y grupos de combatientes y hordas de civiles escapan a Francia por temor a las represalias de los vencedores. Lejos de encontrar la ansiada libertad, llegan a un país invadido por los nazis y en el que son repudiados. Marcial Segura y otros muchos compatriotas son capturados por la Wehrmacht y deportados a Mauthausen, el más inhumano campo de concentración del Reich, donde un simple golpe de suerte puede ser clave para la supervivencia.

1945. Días antes de que Mauthausen sea liberado por la infantería estadounidense, las tropas de las SS salen del campo en estampida. Altos jerarcas del nazismo también huyen de los antiguos dominios del Reich con destino ultramar. En pleno corazón de aquella vorágine, la guardiana Klein se halla en paz con su conciencia, sin saber todavía que la odisea que marcará su vida no ha hecho sino comenzar.

Esta es la historia de Marcial, de Joan, de Benito, de Luis y de tantos otros que compartieron hambre y sufrimiento, pero también confidencias y amistad en el infierno austriaco.

Esta es la historia que todos los gobiernos democráticos de nuestro país han despreciado.

Esta es, más allá de los Pirineos, también nuestra historia.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Dile que no la olvido es la tercera entrega de la llamada Trilogía del Holocausto escrita por Mario J. Les, un autor al que conocí de la mano del blog Un lector indiscreto con la primera entrega de la misma, El Plan Bérkowitz, una novela que me sorprendió muy gratamente por su estructura y por la historia que refleja sobre lo acontecido a David y Simeón, hijos y herederos de Eyal Berkowitz, un judío que estuvo en el campo de concentración de Flossembürg. Y su segunda entrega, Sombras tras los cristales, donde conoceremos la historia de los hermanos Kraus, dos niños judíos que también estuvieron presos en Flossembürg  y que de adultos inician la búsqueda de una reliquia familiar de gran valor sentimental para ellos. En ambas entregas, junto a los afectados directamente por las barbaridades de la II Guerra Mundial, se mueven cuatro personajes de una nueva generación que no vivió la guerra y que hoy en día desarrollan su labor profesional en una pequeña empresa de comunicación llamada Mendebaldea con sede en Navarra: Alex, su mujer Maialen, el cámara Fran y su novia Lynette. Lo cuatro además de acompañar con su periodismo de investigación a los ancianos supervivientes del holocausto, vienen a representar la esperanza de que es posible un mundo mejor y tolerante con las distintas creencias y culturas.

En general, Mario utiliza una estructura muy particular en sus historias. Suele haber dos tramas o investigaciones que caminan en paralelo con recuerdos del pasado contados o relatados por algún protagonista que lo vivió. Una trama está siempre llevada por los hermanos Berkowitz y sus acompañantes, los Kraus, que son los supervivientes al Holocausto, y las investigaciones que, por otro lado, realizan los miembros de la empresa de comunicación sobre otros aspectos que suelen ser complementarios y en, muchas ocasiones, parte de la historia principal. En esta tercera entrega, volvemos a encontrar una estructura similar a la de los dos anteriores libros aunque de forma invertida. En la dos primeras entregas de la Trilogía viajamos con el equipo más joven a lugares tan sorprendentes como Kenia y Sudáfrica mientras los supervivientes ancianos permanecen en su lugar de origen o viajan al lugar de los campos de concentración y en esta ocasión, serán los protagonistas más jóvenes los que se queden investigando en España, en Cascante concretamente, y Simón y David Berkowitz junto a Leni y Lina Krauss serán los que viajen a Buenos Aires para buscar a una persona muy querida por los Krauss.

La escalera de la muerte
Ambas investigaciones me han resultado muy emocionantes porque ambas lo son. Los hermanos Berkowitz y los Krauss están buscando desesperadamente a Nadine Kleim, una mujer que fue guardiana en el campo de Mauthausen, que ayudó en todo lo que pudo desde su puesto a los presos y a los supervivientes después. Una guardiana que tras la liberación del campo de concentración comenzó prácticamente su propio calvario vital y de la que conoceremos su historia narrada por su hijo. Una historia estremecedora y llena de muchas emociones encontradas que te ponen el corazón en un puño.

Nada tiene que envidiar a esta historia la que se va desarrollando en paralelo, relatada a los más jóvenes por Marcial Segura, un soldado republicano español, que junto a otros muchos fueron deportados por los franceses desde los campos de refugiados en Francia a campos de concentración nazis como Mauthausen. Su historia contada en primera persona por Marcial resulta muy emotiva pero también tremenda y sobrecogedora. Leer sobre la Escalera de la Muerte o El salto de los paracaidistas en ese campo de dolor y muerte te pone realmente los pelos de punta pero también te emociona la solidaridad y el apoyo mutuo de los republicanos en el campo, su compañerismo, sus sentimientos compartidos de pérdida y de esperanza. Me ha encantado este personaje y me ha encantado su historia, entre otras cosas porque nunca había leído nada sobre el destino de tantos españoles muertos y otros tantos que consiguieron sobrevivir al horror sin una patria a la que volver porque el régimen franquista, tras la liberación de los campos, no los reclamaba como españoles. Mientras el resto de supervivientes regresaban a sus países de origen, los soldados republicanos vagaban sin patria sin un gobierno que los acogiera como los verdaderos héroes que eran. Aún hoy no ha habido gobierno en España que les rinda un sentido y merecido homenaje. En fin, España en estado puro...

Cascante
Finalmente, reseñar que el autor en esta novela hace una perfecta ambientación del patrimonio e historia de Cascante, su ciudad de residencia, a través de las andanzas de los técnicos de Mendebaldea que residen durante unos días en la ciudad para realizar las entrevistas a Marcial Segura. Una ciudad que merece una visita por lo que he visto en la novela y lo que he investigado por mi propia cuenta.

En conclusión, no puedo más que recomendar esta Trilogía y esta lectura. Una visión diferente de lo acontecido en ese periodo tan tremendo en el que cada persona superviviente es una historia en sí misma digna de ser contada, digna de ser conocida y difundida. Tantas historias como millones de personas afectadas y, por edad, muchas de ellas se perderán sin que se les haya hecho justicia y el reconocimiento que, sin duda, merecen.


martes, 2 de febrero de 2016

de Mario J. Les.


Título: Sombras tras los cristales.
Autor: Mario J. Les.
Editorial: Terra Ignota (IBD)
Páginas: 626.

Resumen oficial.

Avanzado el verano de 2002,  Alex Astrain y Mailen Galdeano, acuciados por las circunstancias, deciden casarse, reuniendo a algunos de sus seres queridos en una ceremonia hilarante y marcada por una injustificable ausencia. 

Tras la boda, los novios y sus amigos más íntimos, Fran Dalmau y Lynette Kosgei, emprenden viaje de luna de miel hacia el cono sur de África, en tanto que Simeón y David, los veteranos millonarios mecenas de su sociedad audiovisual, aprovecharán la semana entrante para visitar el antiguo campo de concentración de Flossenbürg en busca de respuestas sobre Eyal Bérkowitz. Allí serán testigos de las confidencias de los hermanos Kraus, una pareja de supervivientes del horror nazi que alimenta entre las alambradas de Flossenbürg las últimas esperanzas de encontrar un tesoro familiar desaparecido en noviembre de 1938, durante la infausta Noche de Los Cristales Rotos. 

Viviremos junto a los Kraus la amargura y el dolor de una infancia de pesadilla, pero también seremos testigos de sus interes y de sus anhelos, en una ambiciosa puesta en escena que supura sensibilidad y misterio en grandes dosis, y en la que personajes históricos y ficticios se dan cita en una trama de inapelables efectos adictivos. 

Impresión personal.

Sombras tras los cristales es una segunda novela de la Trilogía que sobre el Holocausto nazi está desarrollando Mario J. Les. La primera entrega de la misma la leí el año pasado, El Plan Berkowitz, una novela que no sólo me encantó sino que además fue toda una sorpresa porque el autor hilvana perfectamente una trama sobre el horror nazi y la grabación de un safari en Kenya, dos ambientes que poco o nada tienen que ver.

En esta segunda novela, Mario repite un esquema similar y nos lleva esta vez con la generación joven a Sudáfrica y con la generación mayor volvemos a Flossembürg y también al de Ravensbruck, ambos campos de trabajo, siendo el segundo exclusivo para mujeres. No sabría decir cual de los dos libros me ha gustado más. Quizá este segundo ha tenido menos factor sorpresa porque yo ya conocía a los personajes y aquello que los une, algo que en el primer libro me llenaba de intriga porque no intuía la relación entre el anciano Simeon y los jóvenes socios de la empresa audiovisual Alex, Mailaen y Franck. No obstante, los dos libros se pueden leer por separado porque son autoconclusivos en cuanto al misterio a desvelar del presente y la emoción contada en primera persona de los ex-presos de los campos de concentración.

Ya lo he mencionado anteriormente, creo que por mucho que leamos sobre la II Guerra Mundial, nunca será suficiente porque cada experiencia individual es una gran historia de horror en sí misma. Quizás en unos momentos como los actuales en los que la extrema derecha vuelve a hacerse fuerte en países como Francia, Alemania, Dinamarca, Suecia, etc., este tipo de lectura es aún más necesaria, sobre todo entre las generaciones más jóvenes para evitar que tanto horror, tanta miseria y tanto odio no quede en el olvido y se vuelvan a poder repetir situaciones como las que refleja este libro.

En este caso, durante una semana de puertas abiertas del campo de concentración de Flossembürg, los dos hijos de Eyal Berkowitz, David y Simeon, conocen a Leni y Lina Krauss, dos hermanos supervivientes que fueron detenidos junto a sus padres, siendo niños, durante la noche de los cristales rotos, separados por sexo y enviados a los campos de Flossembürg (padre e hijo) y Ravensbruck (madre e hija). Ambos hermanos, se dedican durante esa semana de visita al campo a contarle de forma alterna y en primera persona a los hermanos Berkowitz, su terrible experiencia en ambos campos, donde los dos perdieron a sus progenitores y se quedaron completamente solos en plena infancia y en pleno horror. La verdad es que la historia contada por estos dos hermanos es espeluznante, sobre todo, porque el autor no escatima en detalles y esos detalles vistos por los ojos de un niño y una niña aún duelen mucho más. Es una historia del horror vivido, de las heridas aún abiertas que les impiden a uno y a otro en muchas ocasiones continuar su relato, pero también es una historia de valentía, de orgullo y de dignidad ante el desvarío y la maldad de tu oponente. A través de ellos volveremos a encontrarnos con Eyal Berkowitz y Isaac Rabinovich, ya que estuvieron con Leni en el mismo momento que él en el campo. Una historia llena de realidad porque conoceremos de primera mano a personajes reales que gobernaron ambos campos donde la crueldad de los dirigentes era la nota predominante.

Ambos hermanos confiesan a los Berkowitz su interés en encontrar una antigua reliquia de mucho valor perteneciente a su familia que alguien de su confianza había custodiado desde que los detuvieron esa infausta noche de los Cristales Rotos.

Por otro lado, los jóvenes socios de la empresa audiovisual Mendebaldea viajan a Sudáfrica para embarcarse en otro safari. Allí coinciden casualmente con la madre de uno de ellos y junto a otro cúmulo de casualidades puedes intuir que algo se esconde detrás de algunos personajes aunque nunca intuí cual era la relación de cada uno de ellos con toda la historia que estaba leyendo tanto en el caso del horror nazi como en el safari. No cuento más, salvo que cómo podéis imaginar, Mario enlaza perfectamente lo que ocurre en uno y otro escenario.

Evidentemente, de ambos escenarios me quedo con los de la Alemania nazi por una cuestión de interés histórico que no me dejará de atraer nunca. No obstante, me ha encantado la historia del inmigrante rescatado en Sudáfrica y las descripciones del entorno que realiza el autor.

En definitiva, os recomiendo este libro aunque empezaría por el anterior El Plan Berkowitz porque si bien la historia de los hermanos Krauss es interesante a más no poder, la anterior de Eyal Berkowitz está además llena de misterio y hasta temeridad y venganza. De cualquier forma, cualquiera de los dos por separado son un perfecto retrato de aquella época con altas dosis de intriga. Dos perfectos thriller históricos que enganchan de principio a fin.


sábado, 21 de marzo de 2015

de Mario J. Les.


Título: El Plan Berkowitz.
Autor: Mari J. Les
Editorial: Atlantis, 2013
Páginas: 349.

Resumen oficial.

Otoño de 2001. Un anciano prisionero despierta en su celda como cada mañana desde hace una eternidad. Hastiado de su interminable encierro, aguarda su propia muerte como única salida a su pesadilla. 

Verano de 2001. Tres jóvenes, socios de una modesta empresa audiovisual, reciben entusiasmados la oferta de un excéntrico millonario para realizar unos documentales de naturaleza en Kenya. Sin embargo, pronto descubrirán que no es oro todo lo que reluce en torno a su mecenas. 

Alemania, año 1938. Eyal Bérkowitz forma parte del centenar de presos judíos trasladados al campo de concentración de Flossenburg. Allí sufrirá en sus carnes el abuso de poder por parte del jefe de su barracón. Con el trasfondo de la Segunda Guerra Mundial, Eyal Bérkowitz ideará un arriesgado plan que puede salvar su propia vida… e hipotecar la de otros.

Impresión personal.

Si hay una término que puede describir mi estado de ánimo principal mientras iba leyendo esta primera novela (espero que no sea la última) de Mario Jiménez, ha sido el de sorpresa. He sido una lectora, sin duda, gratamente sorprendida en todos los aspectos en que una novela suele llamar mi atención: su ambientación y sus escenarios; su trama y la historia que me quiere contar el autor; y, evidentemente, sus personajes. Pero además, es que Mario ha conseguido imprimirle a la novela un ritmo que me ha hecho no querer dejarla de lado en momento alguno, convirtiéndose en lectura principal mientras la leí. La estructura de la novela en capítulos cortos, alternando una época con otra y una dosis de intriga enorme en las dos épocas, la convierten en una novela muy adictiva llena de interrogantes que necesitas responder cuanto antes.

Vayamos por partes porque creo que esta historia lo merece.

La primera pregunta que una se hace cuando lee varios capítulos es cómo va a poder el autor unir lo que ocurre en una zona de navarra con la selva en Kenya y todo ello, con los campos de concentración nazi. ¿quien es este pobre hombre que, a fuerza de estar encerrado en una celda, ni siquiera recuerda quien es? Y todo esto ¿que tiene que ver con una joven empresa de comunicación audiovisual navarra o con las penalidades de unos prisioneros en un campo de concentración nazi? Como puede verse una trama compleja y muy difícil de imaginar pero que el autor resuelve magistralmente. Sinceramente, me he quedado perpleja ante el final. Si Mario pretendía sorprender con su "plan" puede estar satisfecho porque lo ha hecho. Cuando uno pretende escapar de una situación como la de los dos protagonistas judíos, uno siempre piensa en la huida a secas pero no se le ocurre que, además de la propia dificultad de la huida en si misma, alguien que huye pueda idear un Plan como el que arbitran en su fuga. Evidentemente, sobre este particular no diré más, para no desvelar nada de la novela más allá de lo que ya indica su propio título.

Por otro lado, todo está relacionado lógicamente aunque hasta el final no somos capaces de desentrañar la relación de todo ello mientras disfrutamos de los paisajes y la fauna de Kenya con unos jóvenes personajes que dan mucho juego y distensión a la novela para contraponerla a la parte más dura del campo de concentración de Flossenbürg. En este ambiente kenyano, aparte de dibujarnos ese paraíso natural, también podemos disfrutar de una dosis relevante de intriga tal y como le ocurre a los miembros de la empresa de comunicación navarra. Como ellos, queremos saber qué esconde el rico anciano que les ha contratado para realizar esas filmaciones, qué contiene el maletín que siempre le acompaña y qué interés o intereses puede tener en Kenya.

De este modo, la novela me ha parecido más una novela histórica con una dosis elevada de intriga y misterio, un thriller histórico, que una novela negra o policíaca tal y como la cataloga la propia editorial. El autor, basándose en unos hechos reales, como son los acontecidos en los campos de concentración nazi, en concreto, en las peculiaridades del campo de concentración de Flossembürg, elabora dos tramas que convergen desde el campo de concentración entre 1938-1945 hasta nuestros días en 2001, tanto en una zona de navarra como en lo acontecido en Kenya.

Algunas veces puede parecer que ya hemos leído mucho sobre la II Guerra Mundial y sobre el Holocausto, pero soy de las que piensa que mientras haya vivencias personales que contar en cualquiera de las zonas afectadas o barbaridades realizadas en lugares muy localizados, nunca me cansaré de leer sobre este tema. Cada víctima lo vivió de forma diferente, cada pueblo, cada familia es una historia abierta en la que me gusta adentrarme y cada asesino, bárbaro o ejecutor alguien a quien no olvidar. Eso me ha pasado con esta nueva experiencia con el campo de concentración de Flossembürg, un campo del que no había leído nada, ni siquiera me sonaba su nombre. El autor nos coloca de forma magistral en el día a día de un campo que, sin ser de exterminio como el de Auschwitz, terminó con la vida de más de 30.000 prisioneros. El campo de Flossembürg (Alemania) estaba concebido más como un campo de mano de obra esclava adonde iban a parar, sobre todo, "delincuentes", antisistemas (antisistemas nazis, claro) y prisioneros de guerra, sobre todo, rusos, además de algunos judíos. Los prisioneros trabajaban en las canteras de granito que tenían las SS y eran mano de obra gratuita para las empresas de armamento y otras que fueron asentándose en los alrededores (Astra, Auto Unión, Opta Radio, Zeiss Ikon, Acerías Krupp, etc). Gracias a este "trabajo esclavo", Flossemburg quedó fuera de lo que se llamó "la solución final a la cuestión judía" ideada por Heydrich para eliminar a todos los judíos de Europa. También fue el campo donde estuvieron presos y fueron ejecutados los responsables de la fallida operación Valkiria contra Hitler, entre ellos su cabecilla, Wilheim Canaris. Todos estos hechos aparecen perfectamente incrustados en el día a día del campo donde a duras penas sobreviven los protagonistas del Plan, Isaac Rabinovich y Eyal Berkowitz, dos compañeros de litera judíos en el Pabellón nº 1 del campo que custodia un monstruo nazi, íntimo amigo de Heydrich, Ludwig von Haüsler.

A la vez que al autor nos muestra la vida de los prisioneros del campo de concentración, en la otra trama, ya en 2001, conocemos a los tres miembros de la empresa de comunicación navarra Mendebaldea Promedi, Alex, su novia Maialen y Fran, tres jóvenes emprendedores que son contratados por un millonario anciano para realizar unas grabaciones en los parques naturales de Kenya. En esta parte, salvando que el autor también nos retrata las miserias del país y su retraso respecto de nuestros cánones occidentales, su descripción del paisaje y de la fauna es inmejorable. Los tres personajes son entrañables e, incluso, diría que excesivamente inocentes al dejarse llevar por un anciano tan misterioso, pero a lo largo del viaje a Kenya van evolucionando y, en cierta manera, madurando mientras se empapan de la vida del país africano. Realmente, me ha resultado relajante su existencia en la historia para amortiguar la dureza de la trama del campo de concentración y la tensión del proceso del plan que se va fraguando en el mismo.

Respecto a los personajes del campo resultan relevantes y bien definidos los dos judíos protagonistas, el fiel y leal Isaac Rabinovich y el cerebro de todo, Eyal Berkowitz, dos presos como tantos otros que hemos conocido en otros campos de concentración nazis que logran ir sobreviviendo al día día del campo y de las atrocidades que en él se suceden. Realmente, mientras conoces su día a día puedes entender y hasta justificar su plan, aunque sus consecuencias al final, en mi caso, no las comparta en absoluto por la carga que supone para sus descendientes. Quiero pensar que fue un plan fallido que no hubiera gustado a quien lo ideó, pero no deja de ser sorprendente por lo bien planificada que estaba su ejecución.

También resulta tan relevante como aterrador el terror que desprende cada vez que aparece en la historia el nazi Ludwig von Haüler, un ser cruel y malvado que disfruta haciendo el mayor daño posible y que esconde un secreto tesoro aún más sorprendente y aterrador. Su relación con Heydrich, uno de los nazi más temidos del régimen nazi, puede dar una idea de las características de este personaje y de su falta total de escrúpulos.

En conclusión, tengo que recomendar esta novela. A mi me ha encantado en todos sus aspectos y ya tiene mérito el autor para ser su primera novela porque tiene una trama genialmente hilvanada con un final sorprendente y redondo, una ambientación muy conseguida basada en su conocimiento, por un lado de Kenya y la documentación amplia sobre la II Guerra Mundial y unos personajes muy reales y logrados.


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