Título: Una columna de fuego
Autor: Ken Follet
Editorial: Plaza y Janés, 2017
Páginas: 944
SINOPSIS.
Una columna de fuego arranca cuando el joven Ned Willard regresa a su hogar en Kingsbridge por Navidad. Corre el año 1558, un año que trastocará la vida de Ned y que cambiará Europa para siempre.
Las antiguas piedras de la catedral de Kingsbridge contemplan una ciudad dividida por el odio religioso. Los principios elevados chocan con la amistad, la lealtad y el amor, y provocan derramamientos de sangre. Ned se encuentra de pronto en el bando contrario al de la muchacha con quien anhela casarse, Margery Fitzgerald.
Cuando Isabel I llega al trono, toda Europa se vuelve en contra de Inglaterra. La joven monarca, astuta y decidida, organiza el primer servicio secreto del país para estar avisada ante cualquier indicio de intrigas homicidas, levantamientos o planes de invasión.
En París, a la espera, se encuentra la seductora y obstinada María Estuardo, reina de los escoceses, en el seno de una familia francesa con una ambición descomunal. Proclamada legítima soberana de Inglaterra, María cuenta con sus propios partidarios, que conspiran para deshacerse de Isabel.
Entretanto, Ned Willard busca a Jean Langlais, un personaje escurridizo y enigmático, sin saber que tras ese nombre falso se esconde un compañero de clase de su infancia, alguien que lo conoce demasiado bien.
A lo largo de medio siglo turbulento, el amor entre Ned y Margery parece condenado al fracaso mientras el extremismo hace estallar la violencia desde Edimburgo hasta Ginebra. Isabel se aferra precariamente a su trono y a sus principios, protegida por un pequeño y entregado grupo de espías hábiles y agentes secretos valerosos.
Los auténticos enemigos, tanto entonces como ahora, no son las religiones rivales. La verdadera batalla es la que enfrenta a quienes creen en la tolerancia y el acuerdo contra tiranos dispuestos a imponer sus ideas a todo el mundo... y a cualquier precio.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Aunque cada vez que vemos un "tocho" nuestro primer pensamiento es salir corriendo en sentido contrario, a mi con Ken Follet, me ocurre justo lo contrario porque sé que me promete unos buenos ratos de entretenimiento y aprendizaje histórico de forma simultánea que me resultan muy enriquecedores. Creo que he leído casi todo lo que ha escrito al autor, incluso lo que escribió antes de hacerse tan famoso con Los pilares de la tierra, de hecho ese cambio de registro en sus novelas me sorprendió muchísimo porque yo lo leía por sus novelas de espías, de suspense e intriga, novelas que nada tienen que ver con las de esta serie o con la última trilogía The Century.
Me encantó Los pilares de la tierra y aunque el siguiente título, Un mundo sin fin, no me dejó con idéntico sabor de boca, este último me ha gustado mucho por la época en que se desarrolla, los escenarios y la ambientación y, ¿cómo no?, los personajes de ficción tan bien encajados y relacionados con los personajes de la historia real. Y es que los libros de Follet siguen esa fórmula a rajatabla y el autor la recrea a la perfección atrapándote desde el primer momento: historia real y ficción histórica, recreación perfecta del modo de vida de la época, excelente ambientación y personajes reales y ficticios de varias familias cuyas vidas se desarrollan desde sus inicios hasta su vejez o muerte mostrándonos el desarrollo de sus respectivas familias.
En este caso, estamos a mediados del siglo XVI de nuevo en Kingsbridge donde viven la familia Willard, de religión protestante, y la familia Fitzgerald, practicantes acérrimos de la religión católica. Dos familias enfrentadas desde siempre y dos miembros de ambas cuyo amor es imposible debido precisamente a este antagonismo familiar, Ned y Margery. Este antagonismo religioso se repite evidentemente en el ámbito nacional entre reyes, cortesanos, ejércitos y los miembros de las diferentes iglesias. Es una época convulsa y apasionante en el sentido estricto de la palabra. Ser de una u otra religión dependiendo de quien gobierne supone para la población la diferencia entre la vida o la muerte, la prosperidad o la hambruna, aunque en muchos capítulos del libro se acaba viendo que en el fondo, aunque la religión católica es la que se presupone siempre la más perversa por las atrocidades que se cometen en su nombre, se acaba viendo que también la religión protestante realiza sus purgas correspondientes si quiere sobrevivir e imponerse a la otra religión.
He consultado en muchas ocasiones la historia de la época y de algunos personajes para ir viendo lo que ocurrió realmente y he de reconocer que el autor como siempre se ha documentado de forma excepcional y recrea la historia real de la época con la ficción histórica de forma muy amena y entretenida. Una época en la que la reforma protestante tiene cada vez más seguidores en Europa y ello se ve reforzado bajo el reinado de Isabel I de Inglaterra, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, que se convirtió en su máxima autoridad, independiente de cualquier poder de Roma. Por otro lado, Maria Estuardo, Reina de Escocia, pretende el trono inglés desde su catolicismo más exacerbado. Cada una de las familias protagonistas de la historia se posicionarán y tendrán papeles relevantes en cada uno de estos bandos contrapuestos desde el punto de vista religioso y, por tanto, político a lo largo de más de cuarenta años desde que da comienzo la historia con el regreso de Ned Willard a Kingsbridge.
Una columna de fuego es también una novela de personajes. Aunque Follet nos sitúa en un principio para que no perdamos la referencia en Kingsbridge antes esas dos familias enfrentadas por la religión y sus posiciones morales al modo de buenos y malos, realmente hay muchas tramas diferentes que van avanzando con otros personajes y en diferentes lugares y países como Francia, España y otros lugares de Inglaterra, aparte de los personajes históricos reales que tendrán sus propias tramas desarrolladas a lo largo de toda la novela. En el fondo de todo, las diferencias religiosas que marcan la vida de todos.
En resumen, Ken Follet vuelve a traernos un libro muy ameno de ficción histórica basado en muchos hechos reales de la historia del siglo XVI. Lleno de intrigas socio-políticas, luchas religiosas, intereses económicos y territoriales de los poderes establecidos que juegan en un tablero mundial convulso y donde las familias sobreviven como pueden en función de con quien estén alineados en cada momento.
Me encantó Los pilares de la tierra y aunque el siguiente título, Un mundo sin fin, no me dejó con idéntico sabor de boca, este último me ha gustado mucho por la época en que se desarrolla, los escenarios y la ambientación y, ¿cómo no?, los personajes de ficción tan bien encajados y relacionados con los personajes de la historia real. Y es que los libros de Follet siguen esa fórmula a rajatabla y el autor la recrea a la perfección atrapándote desde el primer momento: historia real y ficción histórica, recreación perfecta del modo de vida de la época, excelente ambientación y personajes reales y ficticios de varias familias cuyas vidas se desarrollan desde sus inicios hasta su vejez o muerte mostrándonos el desarrollo de sus respectivas familias.
En este caso, estamos a mediados del siglo XVI de nuevo en Kingsbridge donde viven la familia Willard, de religión protestante, y la familia Fitzgerald, practicantes acérrimos de la religión católica. Dos familias enfrentadas desde siempre y dos miembros de ambas cuyo amor es imposible debido precisamente a este antagonismo familiar, Ned y Margery. Este antagonismo religioso se repite evidentemente en el ámbito nacional entre reyes, cortesanos, ejércitos y los miembros de las diferentes iglesias. Es una época convulsa y apasionante en el sentido estricto de la palabra. Ser de una u otra religión dependiendo de quien gobierne supone para la población la diferencia entre la vida o la muerte, la prosperidad o la hambruna, aunque en muchos capítulos del libro se acaba viendo que en el fondo, aunque la religión católica es la que se presupone siempre la más perversa por las atrocidades que se cometen en su nombre, se acaba viendo que también la religión protestante realiza sus purgas correspondientes si quiere sobrevivir e imponerse a la otra religión.
He consultado en muchas ocasiones la historia de la época y de algunos personajes para ir viendo lo que ocurrió realmente y he de reconocer que el autor como siempre se ha documentado de forma excepcional y recrea la historia real de la época con la ficción histórica de forma muy amena y entretenida. Una época en la que la reforma protestante tiene cada vez más seguidores en Europa y ello se ve reforzado bajo el reinado de Isabel I de Inglaterra, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, que se convirtió en su máxima autoridad, independiente de cualquier poder de Roma. Por otro lado, Maria Estuardo, Reina de Escocia, pretende el trono inglés desde su catolicismo más exacerbado. Cada una de las familias protagonistas de la historia se posicionarán y tendrán papeles relevantes en cada uno de estos bandos contrapuestos desde el punto de vista religioso y, por tanto, político a lo largo de más de cuarenta años desde que da comienzo la historia con el regreso de Ned Willard a Kingsbridge.
Una columna de fuego es también una novela de personajes. Aunque Follet nos sitúa en un principio para que no perdamos la referencia en Kingsbridge antes esas dos familias enfrentadas por la religión y sus posiciones morales al modo de buenos y malos, realmente hay muchas tramas diferentes que van avanzando con otros personajes y en diferentes lugares y países como Francia, España y otros lugares de Inglaterra, aparte de los personajes históricos reales que tendrán sus propias tramas desarrolladas a lo largo de toda la novela. En el fondo de todo, las diferencias religiosas que marcan la vida de todos.
En resumen, Ken Follet vuelve a traernos un libro muy ameno de ficción histórica basado en muchos hechos reales de la historia del siglo XVI. Lleno de intrigas socio-políticas, luchas religiosas, intereses económicos y territoriales de los poderes establecidos que juegan en un tablero mundial convulso y donde las familias sobreviven como pueden en función de con quien estén alineados en cada momento.