Mostrando entradas con la etiqueta Ken Follet. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ken Follet. Mostrar todas las entradas

jueves, 4 de enero de 2018

de Ken Follet.



Título: Una columna de fuego
Autor: Ken Follet
Editorial: Plaza y Janés, 2017
Páginas: 944

SINOPSIS.

Una columna de fuego arranca cuando el joven Ned Willard regresa a su hogar en Kingsbridge por Navidad. Corre el año 1558, un año que trastocará la vida de Ned y que cambiará Europa para siempre.

Las antiguas piedras de la catedral de Kingsbridge contemplan una ciudad dividida por el odio religioso. Los principios elevados chocan con la amistad, la lealtad y el amor, y provocan derramamientos de sangre. Ned se encuentra de pronto en el bando contrario al de la muchacha con quien anhela casarse, Margery Fitzgerald.

Cuando Isabel I llega al trono, toda Europa se vuelve en contra de Inglaterra. La joven monarca, astuta y decidida, organiza el primer servicio secreto del país para estar avisada ante cualquier indicio de intrigas homicidas, levantamientos o planes de invasión.

En París, a la espera, se encuentra la seductora y obstinada María Estuardo, reina de los escoceses, en el seno de una familia francesa con una ambición descomunal. Proclamada legítima soberana de Inglaterra, María cuenta con sus propios partidarios, que conspiran para deshacerse de Isabel.

Entretanto, Ned Willard busca a Jean Langlais, un personaje escurridizo y enigmático, sin saber que tras ese nombre falso se esconde un compañero de clase de su infancia, alguien que lo conoce demasiado bien.

A lo largo de medio siglo turbulento, el amor entre Ned y Margery parece condenado al fracaso mientras el extremismo hace estallar la violencia desde Edimburgo hasta Ginebra. Isabel se aferra precariamente a su trono y a sus principios, protegida por un pequeño y entregado grupo de espías hábiles y agentes secretos valerosos.

Los auténticos enemigos, tanto entonces como ahora, no son las religiones rivales. La verdadera batalla es la que enfrenta a quienes creen en la tolerancia y el acuerdo contra tiranos dispuestos a imponer sus ideas a todo el mundo... y a cualquier precio.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Aunque cada vez que vemos un "tocho" nuestro primer pensamiento es salir corriendo en sentido contrario, a mi con Ken Follet, me ocurre justo lo contrario porque sé que me promete unos buenos ratos de entretenimiento y aprendizaje histórico de forma simultánea que me resultan muy enriquecedores. Creo que he leído casi todo lo que ha escrito al autor, incluso lo que escribió antes de hacerse tan famoso con Los pilares de la tierra, de hecho ese cambio de registro en sus novelas me sorprendió muchísimo porque yo lo leía por sus novelas de espías, de suspense e intriga, novelas que nada tienen que ver con las de esta serie o con la última trilogía The Century.

Me encantó Los pilares de la tierra y aunque el siguiente título, Un mundo sin fin,  no me dejó con idéntico sabor de boca, este último me ha gustado mucho por la época en que se desarrolla, los escenarios y la ambientación y, ¿cómo no?, los personajes de ficción tan bien encajados y relacionados con los personajes de la historia real. Y es que los libros de Follet siguen esa fórmula a rajatabla y el autor la recrea a la perfección atrapándote desde el primer momento: historia real y ficción histórica, recreación perfecta del modo de vida de la época, excelente ambientación y personajes reales y ficticios de varias familias cuyas vidas se desarrollan desde sus inicios hasta su vejez o muerte mostrándonos el desarrollo de sus respectivas familias.

En este caso, estamos a mediados del siglo XVI de nuevo en Kingsbridge donde viven la familia Willard, de religión protestante, y la familia Fitzgerald, practicantes acérrimos de la religión católica. Dos familias enfrentadas desde siempre y dos miembros de ambas cuyo amor es imposible debido precisamente a este antagonismo familiar, Ned y Margery. Este antagonismo religioso se repite evidentemente en el ámbito nacional entre reyes, cortesanos, ejércitos y los miembros de las diferentes iglesias. Es una época convulsa y apasionante en el sentido estricto de la palabra. Ser de una u otra religión dependiendo de quien gobierne supone para la población la diferencia entre la vida o la muerte, la prosperidad o la hambruna, aunque en muchos capítulos del libro se acaba viendo que en el fondo, aunque la religión católica es la que se presupone siempre la más perversa por las atrocidades que se cometen en su nombre, se acaba viendo que también la religión protestante realiza sus purgas correspondientes si quiere sobrevivir e imponerse a la otra religión.

He consultado en muchas ocasiones la historia de la época y de algunos personajes para ir viendo lo que ocurrió realmente y he de reconocer que el autor como siempre se ha documentado de forma excepcional y recrea la historia real de la época con la ficción histórica de forma muy amena y entretenida. Una época en la que la reforma protestante tiene cada vez más seguidores en Europa y ello se ve reforzado bajo el reinado de Isabel I de Inglaterra, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, que se convirtió en su máxima autoridad, independiente de cualquier poder de Roma. Por otro lado, Maria Estuardo, Reina de Escocia, pretende el trono inglés desde su catolicismo más exacerbado. Cada una de las familias protagonistas de la historia se posicionarán y tendrán papeles relevantes en cada uno de estos bandos contrapuestos desde el punto de vista religioso y, por tanto, político a lo largo de más de cuarenta años desde que da comienzo la historia con el regreso de Ned Willard a Kingsbridge.

Una columna de fuego es también una novela de personajes. Aunque Follet nos sitúa en un principio para que no perdamos la referencia en Kingsbridge antes esas dos familias enfrentadas por la religión y sus posiciones morales al modo de buenos y malos, realmente hay muchas tramas diferentes que van avanzando con otros personajes y en diferentes lugares y países como Francia, España y otros lugares de Inglaterra, aparte de los personajes históricos reales que tendrán sus propias tramas desarrolladas a lo largo de toda la novela. En el fondo de todo, las diferencias religiosas que marcan la vida de todos.

En resumen, Ken Follet vuelve a traernos un libro muy ameno de ficción histórica basado en muchos hechos reales de la historia del siglo XVI. Lleno de intrigas socio-políticas, luchas religiosas, intereses económicos y territoriales de los poderes establecidos que juegan en un tablero mundial convulso y donde las familias sobreviven como pueden en función de con quien estén alineados en cada momento.


miércoles, 14 de diciembre de 2016

de Ken Follet.


Título: El umbral de la eternidad
Autor: Ken Follet
Editorial: Plaza y Janés (audiolibro), 2016
Narrado por: Xavier Fernández
Horas: 42 horas y 51 minutos.

Resumen oficial.

 En el año 1961 Rebecca Hoffman, profesora en Alemania del Este y nieta de lady Maud, descubrirá que la policía secreta está vigilándola mientras su hermano menor, Walli, sueña con huir a Occidente para convertirse en músico de rock.

          George Jakes, joven abogado que trabaja con los hermanos Kennedy, es un activista del movimiento por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos que participará en las protestas de los estados del Sur y en la marcha sobre Washington liderada por Martin Luther King.

          En Rusia las inclinaciones políticas enfrentan a los hermanos Tania y Dimka Dvorkin. Este se convierte en una de las jóvenes promesas del Kremlin mientras su hermana entrará a formar parte de un grupo activista que promueve la insurrección.

          Desde el sur de Estados Unidos hasta la remota Siberia, desde la isla de Cuba hasta el vibrante Londres de los años sesenta, El umbral de la eternidad es la historia de aquellas personas que lucharon por la libertad individual en medio del conflicto titánico entre los dos países más poderosos jamás conocidos.

Impresión personal.

La verdad es que no puedo nombrar ningún libro de este autor que no me haya gustado o me haya costado trabajo leer a pesar de su volumen y de la cantidad tan grande de personajes con que cuenta. Si puedo decir, sin embargo, que me encanta leer sus obras. No sólo me gusta la manera en que escribe y la claridad de conceptos y situaciones, sino que además aprendo y reorganizo la información que tengo en mente dispersa gracias a su manera de contar. Ojala en muchos colegios sus libros sirvieran para contar algunas partes de la historia más aburrida de occidente. Tampoco puedo ni quiero dejar de mencionar que con la lectura de este libro me he visto llorando y moqueando en más de una ocasión y el final, con la caída del muro, he llorado tanto o más que los personajes que se reencuentran después de tantos años de separación forzada.

El umbral de la eternidad comienza en 1961, dos años antes de que yo naciera, y quizá por esa cercanía en el tiempo creo que me he identificado más con los personajes de estas nuevas generaciones. Me sonaban más los políticos, la recreación de la época en cada país, muchos de los hechos históricos que se narran por haberlos visto de pasada siendo una niña en la televisión y otros, sin embargo, apenas había sido consciente de que habían sucedido estando yo ya en este mundo. Hace sólo unas semanas que ha fallecido Fidel Castro en Cuba, un hecho histórico que viene a cerrar un capítulo que procede de esta época que narra este libro, como si fuera un personaje de otra época que ya no encaja ni con la nueva clase política y, sobre todo, con la relevancia de ese otro poder, el económico que hoy lo impregna todo mucho más que los factores belicistas de su época.

La novela, como ya he apuntado, da comienzo en 1961, con la construcción del muro de Berlín que acaba separando definitivamente, mediante el llamado Telón de Acero, a los países que quedan bajo el control de la URSS de los países de economía capitalista, liderados por EEUU, y finaliza en 1989 con la caída definitiva de ese muro y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ante la más que consolidada quiebra del comunismo en Rusia, incapaz de hacer frente a sus deudas con el exterior sin implementar una reforma drástica de su economía y del sistema de producción y reparto de la riqueza. El Epílogo final pertenece a noviembre de 2008 cuando Obama ofrece su primer discurso, un broche de oro muy emotivo a la Trilogía The Century cuando asume el poder del país más importante del mundo un hombre de raza negra, después de las permanentes luchas de la clase de color en pro de la igualdad de derechos civiles entre razas. Casi tres décadas de Guerra Fría donde el pulso continuo entre las dos superpotencias puso en más de una ocasión al mundo entero en peligro. Pareciera que estuviéramos gobernados por verdaderos dementes en los diferentes países, dementes que en cualquier momento podían apretar el "botón" de la destrucción mundial sin apenas despeinarse. Y, sin embargo, he tenido todo el tiempo la sensación de que estos lideres políticos eran mucho más inteligentes y mejores estrategas que cualquiera de los lideres mundiales de cualquier país que tenemos hoy en día. Comparar a Trump con personajes como Kennedy es como comparar el agua con el aceite o del otro lado un Gorbachov con el actual Vladimir Putin, dan una idea del nivel de mediocridad política actual. Mediocridad que es aprovechada perfectamente por los poderes económicos para hacerse con el verdadero poder del mundo al margen de la política.

En este periodo de casi 30 años se recrea de forma novelada con personajes que dan mucho juego episodios de la historia reciente como la Guerra Fría, la crisis de los misiles en Cuba, las deportaciones a los gulags en Siberia, la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles de la población de color en EEUU, los asesinatos de John F. Kennedy, Robert Kennedy y Martin Luther King, los movimientos por la paz y el fin de la guerra de Vietnam, el escándalo Watergate, las reformas de Gorbachov y la caida del muro de Berlín. Todo ello contado con gran rigor histórico y de una manera sumamente entretenida mezclando a los personajes históricos reales (Kennedy, Martin Luther King, Bobby Kennedy, Reagan, Carter, Nixon, Bush, Walter Ulbricht, Lech Wałęsa, Jrushchov, Brézhnev, Andrópov, Chernenko o Mijaíl Gorbachov) con el resto de personajes, en su mayoría descendientes de las generaciones anteriores que aparecen en los dos primeros libros de la Trilogía: La caída de los Gigantes y El invierno del mundo. Es decir, los descendientes de la familia Dewar (Cam Dewar y Beep Dewar) y la familia Peshkov-Jakes (George Jakes, Jacky Jakes, su madre y Greg Peshkov, su padre) en EEUU; la familia Williams (Dave y Evie junto a sus padres Daisy y Lloyd Williams) y la familia Murray (Jasper y Anna Murray, su hermana) en Inglaterra;  la familia Franck (Rebecca, Carla, Werner, Walli y Lili) en Alemania; y en Rusia, la familia Dvorkin-Peshkov (Tania y Dimka, Ania, Grigori Peshkov y Katerina, su abuela y Volodia, su tio). The Century narra pues las vicisitudes históricas y personales que acontecen a estas familias desde comienzos del Siglo XX. Mi recomendación es leer la Trilogía en orden precisamente por ir conociendo de donde procede cada uno de los personajes en su ámbito familiar y cultural aunque se puede leer perfectamente esta novela sin haber leído las anteriores sin perderse porque en muchos casos se rememora de forma rápida cuando aparece algún personaje que aún vive (suelen ser abuelos y bisabuelos ya) en esta nueva entrega de la Trilogía.

Los personajes de esta nueva generación están perfectamente definidos y resulta muy sencillo confraternizar con ellos y meterte en su historia vital aún cambiando de país y de cultura dentro de un mismo capítulo. Llama la atención la habilidad del autor para introducir a sus personajes ficticios en los lugares claves de la historia del siglo XX para que puedan contarnos de cerca como acontecieron los hechos históricos. Por eso casi todos están muy cerca del poder desde diferentes miradas. O son políticos o trabajan para políticos de gran relevancia como los Kennedy, Martin Luther King o Jrushchov o Gorbachov; o son periodistas en medios de comunicación de relevancia o trabajan en la CIA o en el ejército ruso. De esta forma, el autor está siempre en primera línea de la información y nos va contando de primera mano lo que va aconteciendo en cada hecho histórico y con cada uno de los personajes históricos reales. Me han encantado personajes con mucha fuerza como Rebecca Franck en Alemania o su hermano Walli, Tania, Dimka y Natalia en la parte rusa y George Jakes y Maria Summers en EEUU. Desde distintos países y culturas son verdaderos héroes en favor de la libertad y de los derechos humanos. Sin embargo, me ha estremecido la suma maldad de un sólo personaje como es Hans Hoffmann, el primer marido de Rebecca, un espía de la Stasi de la Alemania Oriental lleno de odio y de rencor que se pasa toda la Guerra Fría hasta la caída del muro persiguiendo a la familia Franck. Un personaje tan bien dibujado que te pone los pelos de punta cada vez que aparece.

No me extiendo más aunque la novela lo merece. Me ha encantado leerla; la he disfrutado de principio a fin sin tener que mencionar ningún capítulo que me haya aburrido o se me haya hecho largo. Además el hecho de haberla ido escuchando de forma dramatizada me ha influido de lleno para que me haya podido colocar fácilmente en la situación de cada personaje en cada momento histórico que se narra. Desde luego, no sólo tengo que recomendar esta novela, sino la Trilogía al completo por muy tocho que sea. Merece la pena totalmente y con la que está cayendo en la actualidad me parece todo un lujo poder retrotraerte a lo acontecido en el siglo XX con tal nivel de coherencia y de forma tan amena.


jueves, 17 de abril de 2014

de Ken Follet.


Hace tiempo que tenía esta novela en mi estantería y la verdad es que su tamaño me daba mucho respeto a pesar de que La caída de los gigantes la disfruté muchísimo, como casi todo lo que he leído de Follet.

Por eso este año aprovechando el Reto de 12 meses, 12 libros me lancé a la "piscina" con ella para darle salida, antes de que se publique la última parte de la Trilogía. Y la verdad es que no me arrepiento en absoluto. No se me ha hecho nada larga porque como la primera me ha encantado y he disfrutado de los personajes de la anterior en otras circunstancias y de sus descendientes en una época tan dramática como la II Guerra Mundial.





Título:
El invierno del mundo.
Autor: Ken Follet.
Editorial: Plaza y Janés Editores, 2012.
Páginas: 960.


Resumen Oficial.

En el año 1933, Berlín es un foco de agitación política y social. Lady Maud, ahora la esposa de Walter von Ulrich y madre de dos hijos, publica artículos en una revista semanal que ridiculizan al partido nazi mientras su marido manifiesta su oposición en el gobierno. Sin embargo, parece que nada podrá frenar el poder ascendente del canciller Adolf Hitler. Cuando Maud recibe la visita de Ethel Williams y su hijo Lloyd, todos serán testigos de la tiranía y la represión de la nueva Alemania. El reino del Tercer Reich se extenderá hasta Francia y más allá de la frontera rusa.

Mientras, en Inglaterra, Lloyd Williams, activista político como su madre, luchará en el ejército británico para intentar frenar dicho avance, antes de alistarse en las brigadas internacionales de la guerra civil española, donde participará en la ofensiva de Zaragoza y la batalla de Belchite.

Ty Gwyn, la mansión familiar de los Fitzherbert en País de Gales, se convertirá en acantonamiento para oficiales, y durante su estancia, Lloyd se sentirá atraído por la mujer de Boy Fitzherbert, la rica heredera americana Daisy Peshkov.

En esta magnífica novela épica, Ken Follett transportará al lector a través de una Europa en ruinas, quebrada de nuevo por las guerras y los conflictos ideológicos. Los hijos de las cinco familias, protagonistas de La caída de los gigantes, forjarán su destino en los años turbulentos de la Segunda Guerra Mundial, la guerra civil española, el bombardeo de Pearl Harbor y la era de las bombas atómicas americanas y soviéticas.

Impresión personal.


Como ya he comentado, la anterior entrega de la Trilogía The Century, La caída de los Gigantes me atrapó totalmente desde sus primeras páginas y como con todo lo leído de Follet, que creo que es al autor del que tengo más libros, me encantó y me mantuvo entretenida durante toda su lectura hasta el punto que pasé varios días echando de menos a sus personajes. Por eso quizá me daba un poco de miedo esta segunda entrega. Miedo a que no cubriera suficientemente mis expectativas como la primera. Pero nada más lejos de la realidad: he disfruta mucho de El invierno del mundo, tanto o más que con el anterior. De modo, que cuando este año salga la última entrega no creo que espere tanto tiempo para reencontrarme de nuevo con estas cinco familias y sus nuevos miembros.

El Invierno del mundo comienza su andadura donde lo dejó La caída de los gigantes, en el año 1933 y continúa con la historia de las cinco familias que ya conocimos. Aparecen estos personajes que dan continuidad a las sagas familiares, pero en esta ocasión los protagonistas principales son sus descendientes, sus hijos e hijas en una época tan desgarradora como los momentos previos, el desarrollo y desenlace de la II Guerra Mundial.

Como hace tiempo que leí La Caída de los Gigantes he agradecido muchísimo que el libro comience con una especie de árbol genealógico de las familias que me han servido para retomar la historia y recordar los nombres de cada personaje anterior. No obstante, si en mi caso era sólo recordar, no aconsejo leer este libro si no se ha leído antes el anterior porque muchas cuestiones familiares no se entenderían bien.

Nos encontramos por tanto con la familia Von Ulrich en Alemania donde Maud y Walter han tenido dos hijos, Carla y Erik. Maud escribe en una revista donde puede, hasta que las cosas se complican con los nazis, escribir críticas políticas y Walter forma parte de Parlamento alemán, Carla se convierte en enfermera cuando no se le permite ser médico que es lo que quería y Erik acaba formando parte de las juventudes hitlerianas en contra de la opinión del resto de su familia.

En Estados Unidos, nos volvemos a reencontrar con la familia Dewar, siendo Gus, el padre un Senador influyente del país, y sus hijos Woody, que en un principio se interesa por la política, aunque terminará siendo fotógrafo, y su hermano Chuck, que pasará a formar parte de la marina estadounidense. En este país, también encontramos a una parte de la familia Peshkov por la parte de Lev, que acaba casándose con  Olga y de cuyo matrimonio procede Daisy, una joven con aspiraciones de "reina" que acaba marchándose a Inglaterra huyendo del desprecio americano por el turbio pasado de su padre. Allí también nos encontramos con Greg, hijo ilegítimo de Lev, fruto de los muchos devaneos amorosos que fuera del matrimonio tiene el ruso.

En Inglaterra, retomamos la historia de Ethel y Bernie Willians, convertidos ahora en políticos de relevancia en su país, que cuentan con Lloyd, activista también como sus padres y que tras su participación en la Ii Guerra Mundial y la Guerra Civil española acabará siendo elegido en las elecciones en su país tras la guerra. También aquí, en la parte más "noble" del país continua la familia Fitzherbert, bizconde de Aberowen, que tienen dos hijos: Boy, el primogénito y heredero y Andy.

En Rusia, encontramos a la otra mitad de la familia Peshkov, donde Grigori, que ocupa ahora un alto cargo en el ejército ruso, y Katerina, cuentan con Volodia que pertenece al cuerpo de inteligencia ruso.

La historia de esta familias, de todas ellas de manera individualizada, de cada uno de sus miembros y las manera en que sus vidas se entrecruzan, se entrelazan y se influyen, hace que la novela te atrape. No puedo decir que la historia de una familia me haya llenado más que otra. Los hechos históricos que acontecen en esta época en estos países, más algún otro como la Guerra Civil española, hace que las vivencias de todos ellos sean sumamente interesantes. Eso unido a la gran maestría del autor para definir los hechos, los lugares y los actos de los personajes principales y secundarios hacen que, a pesar de las casi mil páginas del libro, me lo haya leído en un muy poco tiempo.

La novela está estructura en tres partes que coinciden con el ascenso de los nazis al poder y los acontecimientos previos que acaban en la Guerra Mundial; la etapa propiamente de la guerra y la última, el periodo de postguerra con los inicios de la guerra fría.

Lo que más me ha gustado de la parte histórica es que tiene un enfoque diferente a lo que se suele reflejar de este periodo. Esperaba campos de concentración y mucho asunto judío y no ha sido así. La historia se diversifica y aunque se trata el tema judío no es ni mucho menos el principal sino que aparece tratado con la misma importancia, por ejemplo, que el trato dado por los nazis a los enfermos terminales y los discapacitados. Me ha encantado como se refleja la situación de Berlín en cada momento histórico tratado en la novela. Igualmente, la historia se centra en la situación rusa, americana, inglesa e, incluso, la española. Es, por tanto una novela histórica, que nos sitúa en muchos ambientes diferentes según el país, lo cual bajo mi punto de vista le da un valor diferente a otras novelas sobre este periodo tan convulso del mundo.

Por otro lado, la cantidad de personajes con que contamos en la historia y los diferentes escenarios donde se desarrollan sus vivencias hacen que la novela sea muy dinámica porque vamos cambiando de personaje de forma continúa. Todos están muy bien definidos y evolucionan a medida que van pasando los años y los acontecimientos históricos en los que se ven inmersos. Creo que sin duda, el personaje que más evoluciona de todos es Daisy Peshkov que pasa a ser una chica totalmente superflua que te cae fatal al principio de su vida en Estados Unidos y de la que te acabas enamorando durante la guerra en Inglaterra, donde acaba siendo una firme defensora de los derechos de la mujer y de las políticas de izquierda.

El resto va evolucionando también pero no son cambios tan drásticos como los que acontecen a Daisy.

Es fácil pensar que la historia que nos relata Follet está sesgada. Es evidente que sí, pero seguramente tan sesgada como lo estaría si la hubiera escrito un ruso o un francés. Casi diría que el sesgo es más anti-ruso que anti-alemán aunque tampoco tengo una base de conocimientos enorme como para afirmarlo con rotundidad. Es más bien una sensación.

Podría seguir alargando mucho más mis comentarios sobre esta novela, pero creo que lo mejor es que si no la habéis leído lo hagáis. Es totalmente recomendable, entretenida, instructiva y da que pensar sobre lo que no debe volver a repetirse.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...