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viernes, 20 de marzo de 2020

de Susana Martín Gijón.


Título: Desde la eternidad
Autora: Susana Martín Gijón
Editorial: Anantes, 2014.
Páginas: 236.

SINOPSIS.

Una ciudad tranquila como Mérida salta al primer plano de la actualidad informativa por dos crímenes casi simultáneos.

El propietario de un spa ambientado al estilo romano aparece apuñalado en sus termas. Un alto cargo del gobierno regional resulta gravemente herido durante un acto público.

Parecen casos sin ninguna conexión, pero la agente Annika Kaunda no lo cree así, sobre todo cuando descubre un dato desconcertante: las armas empleadas en ambos crímenes pueden tener casi dos mil años de antigüedad.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Desde la eternidad es la segunda novela de la serie de El trébol de cuatro hojas escrita por Susana Martín Gijón. En su día ya leí la primera entrega, Más que cuerpos, una novela que, como esta, se desarrolla también en Extremadura, en concreto, en la ciudad de Mérida, una ciudad que Susana conoce muy de cerca debido a su estrecha relación con esta tierra. También es una gran conocedora del funcionamiento del Gobierno Extremeño porque en su día también formó parte de él, de modo, que puede reflejar fielmente los actos que desencadenan, al menos, uno de los casos.

En esta nueva entrega volvemos a encontrarnos con la oficial de policía Annika Kaunda, una Annika que ya conocimos en la entrega anterior y que en esta novela convive con Bruno, el periodista de Montijo, una localidad entre Mérida y Badajoz, que la ayudó la vez anterior a desentrañar una mafia de trata de blancas. Los dos han adoptado a Celia, una niña que se quedó huérfana a muy corta edad. Los tres forman una familia normal al uso, con sus problemas típicos de conciliación, sus visitas a familiares y amigos y sin los dramas a los que nos tienen acostumbradas algunas novelas policíacas  en las que los policías siempre suelen ser personas atormentadas, separadas o con familias muy desestructuradas, bebedores y fumadores compulsivos, solitarios, etc. En esta ocasión, el trabajo de Annika se multiplica exponencialmente porque en Mérida, una pequeña ciudad extremeña, de golpe, ocurren dos casos, aparentemente, sin relación: el asesinato de  Lolo, el dueño de un alojamiento rural de estilo romano, y el intento de asesinato del Consejero de Cultura de la Junta de Extremadura.

Dos casos, que tienen mucho que ver con el pasado romano de la ciudad en la que suceden y a esa conclusión poco a poco va llegando Annika y también Bruno que, junto a su madre, viaja a su ciudad de origen, Nápoles, también con un profundo pasado romano.

Me ha gustado esta nueva trama planteada por Susana. Es más me ha parecido muy original toda esa relación entre crimen y patrimonio y como se llega a ello a través de la investigación que va realizando paso a paso Annika. Seguramente, la otra trama de Bosnia y las chicas de cuatro tréboles haya confundido a más de una persona si no se ha leído la primera entrega de la serie. Supongo que en la tercera entrega, la autora nos ofrecerá el desenlace definitivo de esta trama relacionado con la trata de blancas. Pero entiendo que quien no haya leído la primera novela, se pueda encontrar perdido con esta segunda trama, por lo que recomiendo la lectura de la saga en orden.

Susana es muy directa en su manera de expresarse, va al grano y no se anda por las ramas con historias o descripciones eternas que aportan poco. Eso me gusta. Ves lo que ve la policía y escuchas lo que la policía escucha para poder seguir avanzando en el caso. Y esa concreción no te impide en absoluto seguir perfectamente el caso y disfrutar de la investigación.

Tengo a mano la tercera entrega, así que no creo que tarde en darle salida. Ya sabéis que ando tirando de pendientes de la estantería y esta serie no está nada mal para pasar la cuarentena del coronavirus. 

Ánimo a tod@s!!!


martes, 2 de agosto de 2016

de Susana Martín Gijón.



Título: Más que cuerpos.
Autora: Susana Martín Gijón.
Editorial: Anantes, 2013.
Páginas: 460.

Resumen oficial.

Cuatro amigas con un tatuaje en común desaparecen sin dejar rastro. Una mujer es asesinada a golpes por su pareja. Una prostituta se suicida en extrañas circunstancias. 

Hay algunos crímenes invisibles. Crímenes que apenas dejan tras de sí un titular de prensa y una investigación policial rutinaria que pronto se convierte en estadística y archivo.

Annika Kaunda, policía especialista en temas de género, descubre lagunas en la investigación de estos casos sin relación. Ante la indiferencia de sus superiores y las prisas por dar carpetazo al asunto decide seguir en secreto las pocas pistas disponibles. Si sus sospechas fueran ciertas, las apariencias podrían ocultar una trama tan terrible como cercana.

Impresión personal.

Hacía tiempo que quería comenzar a leer a esta escritora porque aunque ha nacido en Sevilla, su nexo de unión con Extremadura es tan profundo que sus novelas están ambientadas en esta región. La publicación del tercer libro de la Saga del Trébol durante este año, Vino y pólvora, me hizo plantearme seriamente comenzar la lectura del primer libro para conocer a los personajes desde el principio. Y la verdad es que no me arrepiento porque todo parece indicar que algunos capítulos de esta primera entrega son más para ponernos en antecedentes de lo que viven y han vivido algunos personajes que parte de la trama policial que se desarrolla en la misma. Sobre todo, en el caso de la protagonista principal, la policía Annika Kaunda, una mujer de color, especialista en casos de violencia de género, que trabaja en la Comisaría de Mérida. Es el personaje mejor perfilado de toda la novela. La autora nos muestra su vida en la comisaría, su relación con los compañeros y, sobre todo, con su jefe; también en su ámbito personal la vida que lleva en una ciudad pequeña como Mérida y a las personas que ella considera como familia, Violeta, Antonio y su hija pequeña Celia.

En realidad, me ha resultado curioso que con la cantidad de personajes que aparecen en la novela, casi todos los fundamentales están entrelazados de alguna forma, bien por lazos familiares, bien por lazos de amistad o convivencia mutua. A través de todo este entramado de relaciones, la autora realiza una fuerte denuncia social en materias tales como la prostitución y el tráfico de personas para su explotación sexual, el maltrato y la violencia de género, el racismo y la xenofobia, e incluso, la memoria histórica que se niega a los que vivieron la Guerra Civil. La manera de entrelazar estos temas mediante la investigación policial y periodística tiene su mérito porque son temáticas muy variadas a pesar de que, por desgracia, son totalmente reales y de actualidad.

Desde luego, que la novela esté ambientada en municipios como Mérida, Badajoz o Montijo, en mi caso, ha sido determinante porque conozco la zona perfectamente y muchas de las situaciones que la novela refleja del paisaje urbano y rural, tal y como la leyenda de las nieblas de la Mártir, aunque es un hecho que se extiende, no sólo a Mérida, sino de todas las Vegas del Guadiana, me son muy cercanas. No obstante, vivir en Extremadura es vivir en una zona muy tranquila desde un punto de vista del número de delitos o al menos, así lo percibo yo. Por eso, me ha resultado tan "chocante" estar leyendo que a tan pocos kilómetros de donde resido puedan suceder este tipo de delitos tan graves. Creo que pasaré por esos lugares y los miraré de otro modo, no me cabe duda. Por lo demás alabo que la autora haya colocado en el mapa a estas ciudades dentro de la ruta "negra" de la novela. Leer tanta novela negra o policíaca siempre ambientada en Madrid o Barcelona ya resulta cansino y cada vez me gusta más leer autores que descentralizan el delito y la investigación sobre el mismo. Es de agradecer.

Las nieblas de la Mártir (Mérida)
La novela consta de varias tramas que se desarrollan de forma aparentemente paralela con personajes que de algún modo están entrelazados sin saberlo ellos mismos. Por una lado, la muerte violenta de una mujer joven en su domicilio., Todo apunta a que es su pareja, un maltratador reconocido quien la ha asesinado. Por otro lado, la investigación paralela que Annika y Bruno, un periodista freelance, desarrollan sobre la trata y explotación de personas en algunos clubes de alterne de Extremadura. Simultáneamente a estos dos casos de investigación, el caso que acontece en la vida personal de Bruno con sus dos compañeros de piso y su trabajo independiente como redactor de la biografía de Doña Paquita, una anciana entrañable de Montijo que ha vivido varias guerras en diferentes países. Me ha encantado este último personaje por su vida de sacrificio, su coherencia y su valentía.

En conclusión, creo que Más que cuerpos es una novela negra bastante bien conseguida para una escritora novel cómo era el caso de Susana cuando la escribió. Con una lenguaje ágil y extremadamente sencillo, sin florituras que adornen lo que acontece, nos coloca en una Extremadura donde el delito se produce también en su forma más cruda y, sobre todo, más callada porque los ciudadanos solemos mirar a otro lado.


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