de Susana Martín Gijón.
Título: Desde la eternidad
Autora: Susana Martín Gijón
Editorial: Anantes, 2014.
Páginas: 236.
SINOPSIS.
Una ciudad tranquila como Mérida salta al primer plano de la actualidad informativa por dos crímenes casi simultáneos.
El propietario de un spa ambientado al estilo romano aparece apuñalado en sus termas. Un alto cargo del gobierno regional resulta gravemente herido durante un acto público.
Parecen casos sin ninguna conexión, pero la agente Annika Kaunda no lo cree así, sobre todo cuando descubre un dato desconcertante: las armas empleadas en ambos crímenes pueden tener casi dos mil años de antigüedad.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Desde la eternidad es la segunda novela de la serie de El trébol de cuatro hojas escrita por Susana Martín Gijón. En su día ya leí la primera entrega, Más que cuerpos, una novela que, como esta, se desarrolla también en Extremadura, en concreto, en la ciudad de Mérida, una ciudad que Susana conoce muy de cerca debido a su estrecha relación con esta tierra. También es una gran conocedora del funcionamiento del Gobierno Extremeño porque en su día también formó parte de él, de modo, que puede reflejar fielmente los actos que desencadenan, al menos, uno de los casos.
En esta nueva entrega volvemos a encontrarnos con la oficial de policía Annika Kaunda, una Annika que ya conocimos en la entrega anterior y que en esta novela convive con Bruno, el periodista de Montijo, una localidad entre Mérida y Badajoz, que la ayudó la vez anterior a desentrañar una mafia de trata de blancas. Los dos han adoptado a Celia, una niña que se quedó huérfana a muy corta edad. Los tres forman una familia normal al uso, con sus problemas típicos de conciliación, sus visitas a familiares y amigos y sin los dramas a los que nos tienen acostumbradas algunas novelas policíacas en las que los policías siempre suelen ser personas atormentadas, separadas o con familias muy desestructuradas, bebedores y fumadores compulsivos, solitarios, etc. En esta ocasión, el trabajo de Annika se multiplica exponencialmente porque en Mérida, una pequeña ciudad extremeña, de golpe, ocurren dos casos, aparentemente, sin relación: el asesinato de Lolo, el dueño de un alojamiento rural de estilo romano, y el intento de asesinato del Consejero de Cultura de la Junta de Extremadura.
Dos casos, que tienen mucho que ver con el pasado romano de la ciudad en la que suceden y a esa conclusión poco a poco va llegando Annika y también Bruno que, junto a su madre, viaja a su ciudad de origen, Nápoles, también con un profundo pasado romano.
Me ha gustado esta nueva trama planteada por Susana. Es más me ha parecido muy original toda esa relación entre crimen y patrimonio y como se llega a ello a través de la investigación que va realizando paso a paso Annika. Seguramente, la otra trama de Bosnia y las chicas de cuatro tréboles haya confundido a más de una persona si no se ha leído la primera entrega de la serie. Supongo que en la tercera entrega, la autora nos ofrecerá el desenlace definitivo de esta trama relacionado con la trata de blancas. Pero entiendo que quien no haya leído la primera novela, se pueda encontrar perdido con esta segunda trama, por lo que recomiendo la lectura de la saga en orden.
Susana es muy directa en su manera de expresarse, va al grano y no se anda por las ramas con historias o descripciones eternas que aportan poco. Eso me gusta. Ves lo que ve la policía y escuchas lo que la policía escucha para poder seguir avanzando en el caso. Y esa concreción no te impide en absoluto seguir perfectamente el caso y disfrutar de la investigación.
Tengo a mano la tercera entrega, así que no creo que tarde en darle salida. Ya sabéis que ando tirando de pendientes de la estantería y esta serie no está nada mal para pasar la cuarentena del coronavirus.
Ánimo a tod@s!!!