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jueves, 25 de julio de 2019

de Virginia Gil Rodríguez.


Título: Clara
Autora: Virginia Gil Rodríguez
Editorial: Autopublicado Amazon, 2019
Páginas: 104

SINOPSIS.

Sí que existe aunque no lo parezca, aunque nadie lo vea. Sí que existe porque duele y quiebra la autoestima de quien lo padece. Como es cauto cuesta identificarlo: no hay gritos ni patadas, no hay puñetazos. Es sigiloso pero aísla y aparta; es peligroso porque no llama la atención. Por eso la madre de Clara no le ha otorgado la importancia merecida, por eso no se lo ha tomado en serio. ¡Si solo parecía ser una simple historia infantil!

¿Cuándo se interviene? ¿Dónde está el límite? ¿Cómo mantener el débil equilibrio entre autonomía y protección? ¿Cuándo empieza el problema a ser más grande que nosotros?

Esta es la historia de Clara que, con nueve años, es fuerza creativa en el agua. Y al agua, a la natación sincronizada, se aferrará para superar un problema de acoso invisible, que transformará su vida. Porque cada problema es una oportunidad para evolucionar. Porque la actitud es la clave para crecer como personas.

IMPRESIÓN PERSONAL.

A veces hay historias que duelen. Y la historia de Clara, una niña de tan solo nueve años, duele. Y duele porque seguramente muchas de nosotras en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido como Clara: solas, aisladas, incomprendidas, invisibles a las personas más cercanas, esas que tienen el deber de protegerte. A veces la independencia que queremos dar a los niños se acaba convirtiendo en indiferencia por lo que les ocurre; nos ocupamos poco de lo que les ocurre, la mayoría de las veces porque no queremos que ocurra nada y nos volvemos ciegos y ciegas y eso hace que los niños y niñas se vuelvan mudos y mudas.

Es un círculo vicioso, sin remedio, hasta que alguien lo rompe. Deberían romperlo los padres, los profesores, los hermanos y hermanas mayores si los hay. Pero muchas veces, esos que están llamados a proteger, se ven con la boca abierta ante suicidios inesperados de niños o jóvenes de poca edad. ¿qué fue lo que no vimos?¿donde estaba mirando yo mientras esto sucedía? Parecía llevar una vida normal y no noté nada.

Y es que lo que le pasa a Clara pasa muy desapercibido. No tiene heridas, ni cardenales, no se la ve llorar ni saca malas notas. Sólo en los entrenamientos de sincronizada en el agua, el lugar en el que se siente más feliz y más libre de todo, Clara empieza a fallar en cosas que tiene de sobra superadas. Pero ese ámbito está fuera del colegio y su entrenadora no conoce la realidad de su día a día. Otra mujer ciega junto a su madre, las amigas de su madre y sus profesoras. Y lo peor es que, siendo conscientes de que a Clara le pasa algo, nadie hace caso porque enseguida lo achacan por sistema a los cambios propios de la edad, a la pre-adolescencia en vez de analizar con la niña en profundidad qué esta pasando y cómo le afecta lo que le está pasando. También nos pasa a las mujeres cuando somos mayores: tendrá la regla, está menopáusica, son las hormonas femeninas, etc. Convertimos la posible explicación de las causas (ficticias la mayoría de las veces), en la solución del problema, que casi siempre es que el paso del tiempo lo soluciona todo. Y no es así en más ocasiones de lo que nos gustaría.

Me ha gustado muchísimo esta pequeña lectura porque Clara triunfa por si sola. No solo gana su espacio sino que gana su lucha contra un mundo que no se cuida de ella y aprende que puede hacerlo porque aprende a valorarse mucho más de lo que la valoran los demás, incluso los que más la quieren. La justicia viene de su mano. Nadie la ayuda, nadie mira y ve lo mismo que ella. Solo ella soluciona su situación y triunfa.

Pero este libro te deja un poso amargo a pesar de la esperanza que Clara te ofrece al final ¿Cuántos niños y jóvenes no lo consiguen?¿cuantos toman decisiones precipitadas antes de pedir ayuda? ¿cuantos llevan en su ser de por vida este miedo a ser excluidos, a sentirse solos? La soledad debería ser solo algo que se elige, y cuando se fuerza, en muchas ocasiones, acaba de forma dramática.

Me ha gustado muchísimo que la autora escriba una novela como esta. Lo que le ocurre es tan cercano que puede ser de gran ayuda a muchas jóvenes y muchos padres y madres se sentirán identificados con sus comportamientos. Creo que es un libro tan fácil de leer y tan próximo a la realidad que debería leerse en colegios e institutos. Solo mostrando la realidad y poniéndose en lugar del otro, se pueden cambiar comportamientos. Y es fácil identificarse y solidarizarse con Clara.


jueves, 22 de noviembre de 2018

de Marta Querol.


Título: Yo que tanto te quiero
Autora: Marta Querol
Editorial: Cersa, 2015
Páginas: 448.

SINOPSIS.

Lucía, una niña de doce años, acaba de vivir la última guerra de Elena Lamarc, su madre. Es la primera de muchas otras que ahora le toca librar a ella. Hija de un matrimonio roto cuando no existía el divorcio, se convierte en moneda de cambio entre sus padres y en el mayor peligro para los intereses de una ambiciosa mujer.

A través de intrigas empresariales, traiciones familiares y las vicisitudes de una misteriosa carta como hilo conductor, Yo, que tanto te quiero es un profundo y realista análisis sobre las relaciones familiares, el sentimiento de culpa, el chantaje emocional y la toxicidad del amor mal entendido. 

Una novela sin concesiones que, con un ritmo trepidante y una prosa elegante y cuidada, nos pasea por la época fascinante y convulsa de la Transición con la música de los ochenta como banda sonora.

Yo, que tanto te quiero es el emocionante homenaje de una hija a una madre que no supo cómo amarla, la pieza clave de un rompecabezas que comenzó en El final del ave Fénix.

IMPRESIÓN PERSONAL.

No he leído las dos entregas anteriores de esta Trilogía, con lo cual seguramente, mi visión sobre este libro puede resultar parcial para todos aquellos que la hayan leído al completo. No obstante, la historia que, en primera persona, nos cuenta Lucía Company Lamarc se puede leer de forma independiente y refleja el crecimiento y evolución de una Lucía desde sus escasos ocho años durante treinta años de su vida y la relación tan convulsa y dañina que tuvo que mantener con sus progenitores: Elena Lamarc, su madre y Carlos Company, su padre.

La verdad es que no lo he pasado bien leyendo lo que Lucía me contaba sobre lo que le iba pasando a lo largo de los años en que trascurría su triste vida. Y digo triste, porque Lucía es la víctima, como otras muchas, de un matrimonio roto en el que los padres utilizan como arma arrojadiza a sus hijos. Carlos y Elena están separados en esa España en las que el divorcio aún no es posible. Lucía vive con su madre, Elena y más que vivir, lo que hace es malvivir y sobrevivir. En Elena confluyen esos dos refranes o dichos españoles tan mencionados por todos como son "quien bien te quiere, te hará llorar" y "hay amores que matan" porque no puede ser una madre más tóxica y cruel para su hija. Si es cierto que muchos niños tienen problemas psicológicos por las barbaridades que muchas veces escuchan de sus padres, Lucía desde luego es el caso más palpable que yo he visto en cuanto a la relación vital que mantiene con su madre, mejor dicho, que mantiene su madre con ella. Es difícil hacer tanto daño con la palabra como hace Elena a su hija Lucía y también es difícil que ambas se quieran tanto como se quieren a pesar de ello y de no ser capaces de expresarlo de una forma sana y satisfactoria para ambas a pesar de vivir en la más absoluta infelicidad y repetirla día a día, sin intentar nunca otra manera de relacionarse.

En la otra parte, la relación que mantiene Carlos con su hija cada semana cuando les toca pasar un tiempo juntos. Una relación mucho más tranquila, una especie de tregua en la vida de Lucía a pesar de que esta tranquilidad se basa en la cobardía de Carlos tanto hacia su ex-mujer como hacia su compañera actual, Verónica, otra "víbora" que amenaza a Lucía en las sombras y que no tardará en manifestarse.

La historia de Lucía es una historia familiar, de esas familias llenas de secretos peligrosos, ira y rencor, celos y ganas de venganza, de culpa y culpables y de amor que no se sabe dar ni cuando darlo. Es una novela muy bien escrita que me ha llegado con cada párrafo. Seguramente por ello he sufrido tanto leyéndola porque como digo, la autora utiliza la primera persona y es Lucía quien nos va desgranando lo que le va pasando con sus padres, lo que siente en cada situación y de qué manera todo ello la va perfilando y convirtiéndola en la mujer que es. Con ella visitaremos Valencia durante todo el periodo de la Transición española, la llegada de la democracia, el divorcio, el 23-F, etc. y la música de aquellos años que las que tenemos cierta edad recordamos con cierta nostalgia. Una época tan convulsa como apasionante y llena de cambios, que no tienen nada que envidiar a los que acontecen hoy en día.

En definitiva, me ha gustado muchísimo esta novela. La historia de Lucía te llega fácilmente al corazón, la comprendes y la compadeces y acabas deseando que a pesar de todo lo vivido pueda llegar a ser feliz rompiendo con ese bucle en el que viven sus padres. Y me ha gustado especialmente, como esa historia me la ha contado la autora. un estilo elegante y cercano que ha conseguido engancharme.




viernes, 8 de junio de 2018

de Virginia Gil Rodríguez.


Título: La pintura de la voz
Autora: Virginia Gil Rodríguez
Editorial: Autopublicada Amazon, 2018
Páginas: 136.

SINOPSIS.

¿Has pensado alguna vez lo que ocurriría si dejásemos de escribir a mano? 

Si en un libro las letras son imprescindibles, en esta historia cobran un protagonismo especial. Hay letras que corretean, letras que conversan, letras en apariencia sin alma y letras que solo piden ser abrazadas. Hay también una escritora perdida entre prisas y pantallas y una abuela en un pueblo detenido en el tiempo. 

La pintura de la voz evoca el poder de la escritura manuscrita, la importancia del contacto personal, el amor incondicional entre una nieta y su abuela. 

La pintura de la voz nos invita a recordar de dónde venimos para saber hacia dónde vamos; a rememorar que ningún lugar está lejos.

IMPRESIÓN PERSONAL.

"No estamos tan lejos" es el primer pensamiento que se me vino a la mente cuando comencé a leer este nuevo libro de Virginia Gil. Zoe, una joven escritora de éxito, entra a diario en una especie de bar a ¿desayunar?, un lugar donde todos los días están las mismas personas ensimismadas sobre sus aparatos electrónicos, donde cada uno ocupa su lugar y donde ninguna pieza se modifica de un día a otro como si en vez de personas fuera completos robots diseñados para no interactuar jamás. Ni siquiera la relación que mantiene Zoe con su madre es fluida y propia de lo que debería ser una relación familiar y a su abuela que vive en un pueblo llamado Hilario, hace tiempo que no va a visitarla. Le falta tiempo y le falta interés. Lo importante ha quedado relegado a favor de lo urgente por muy infeliz que nos haga.

¿No os suena todo? Sobre todo, en las grandes ciudades muchas de estas imágenes se repiten: cafeterías con gente, todos con las cabezas agachadas ante su móviles y tablets, solitarios realizando rutinas, con prisas y, sobre todo, sol@s muchas horas del día. Y lo peor, mucha gente escribiendo mal, muy mal, comiéndose letras para ajustarse a programas que obligan a resumir mensajes y palabras, escribiendo palabras sin vocales y/o con símbolos de tal modo que al final las palabras desaparecen. Incluso, cuando se examinan, he leído decenas de exámenes escritos por opositores que escriben del mismo modo a como si estuvieran escribiendo un whatsapp.

Ante esta situación de pérdida de la letra escrita, la nueva Presidenta Mundial da la voz de alarma para que se produzca un retorno y que la población recupere esta forma de expresión. El problema está en encontrar a alguien que pueda enseñar de nuevo a escribir. Zoe tiene a su abuela en Hilario, un pueblo que se ha negado a que la tecnología entre allí y aún se practica la escritura escrita a mano.

Virginia nos trae una historia preciosa con mensaje y advertencia que me ha encantado. Una historia, que como se muestra en la novela de corte distópico, muy bien pudiera llegar a pasar si llegamos a obviar algún día que nuestros niños dejen de aprender a escribir a mano y directamente les enseñamos el manejo de las máquinas electrónicas. Y nos dibuja este futuro, a través de un cuento que nos lleva al pasado de la abuela de Zoe, Ode que le cuenta a su nieta la historia de Olek, el protector de las letras.

Virginia, por tanto, nos trae dos historias en una, entrelazadas, que la abuela de Zoe le va contando a su nieta mientras vuelve a practicar la escritura hecha a mano. Mientras hace caligrafía le va contando un cuento precioso sobre la familia de Olek y las letras, un cuento amable que consigue que Zoe comprenda la importancia de mantener determinadas costumbres que fomentan las relaciones personales y familiares, los sentimientos y las tradiciones y en la base de todo están las palabras escritas a mano y el saber conciliar de forma inteligente tecnología y el resto de cuestiones que nos dan la verdadera felicidad. Intentar no confundir una simple herramienta de progreso con lo que realmente nos hace felices, y ello se basa en la comunicación oral y escrita con el resto de nuestros congéneres.

En definitiva, nos encontramos con una doble historia de final feliz tan preciosa como su portada; tan llena de contenido como cada una de las frases que contiene. Una novela que denota un gran amor por las letras.


viernes, 19 de enero de 2018

de María Suré.


Título: Proyecto B.E.L.
Autora: María Suré
Editorial: Autopublicada, 2017
Páginas: 626

SINOPSIS.

FINALISTA 21 PREMIO DE NOVELA CIUDAD DE BADAJOZ 2017.

¿Qué harías si todo lo que has creído como cierto hasta el momento se derrumba de un plumazo? ¿Y si los libros de historia están equivocados? Imagina que fueras la única persona que conoce ese secreto y que alguien muy poderoso está dispuesto a matar para que no salga a la luz...

Un thriller cargado de acción y suspense que te hará reflexionar sobre los entresijos de la mente y el origen del ser humano.

Alina trabaja en Londres para el Centro de Investigación Galin en uno de los proyectos más ambiciosos de la historia: el Breakthrough Listen. Su trabajo consiste en recopilar y estudiar los datos de las escuchas de radio captadas por los radiotelescopios y procedentes del espacio, en busca de cualquier señal de origen extraterrestre. La tranquilidad de su vida se ve alterada cuando presencia el atropello de Marcus, su compañero de trabajo. Lo que aparentemente es un accidente con un conductor que se da a la fuga, se va convirtiendo en una compleja trama en la que la protagonista se ve implicada. 

Liam es un asesino a sueldo que sólo acepta casos en los que sus víctimas son personas malvadas que hacen daño a la sociedad y que, según su criterio, están mejor muertas. Su conciencia, hasta entonces tranquila, comienza a torturarle cuando conoce a Alina. Poco a poco va surgiendo entre ambos algo más que las singulares circunstancias que les han unido. Son dos almas heridas que pronto sienten una enorme atracción el uno por el otro. Pero su relación se sustenta sobre una gran mentira.

Mientras tanto, la policía indaga las extrañas circunstancias en que Marcus fue atropellado y su posterior desaparición. La investigación va desvelando un rastro de conspiraciones, crímenes y organizaciones secretas que les hace pensar que la víctima no era realmente lo que parecía. O quizá todo sea una confabulación para desviar la atención de lo que realmente importa.

Y entonces, John Grotzinger, el principal investigador de la misión Curiosity de la NASA, anuncia que han hecho un descubrimiento en Marte que cambiará los libros de historia…

IMPRESIÓN PERSONAL.

Todavía tengo pendiente en la estantería el anterior libro de la autora El color del perdón, así que me he acercado a su prosa con esta reciente entrega y a través de una Lectura Conjunta organizada por varios blogs y lo cierto es que no me ha decepcionado. 

Proyecto B.E.L. es un pedazo de thriller de corte científico que no tiene nada que envidiar a los del gran Thilliez. Acción desmedida, intriga y misterios por doquier, giros inesperados introducidos con una gran coherencia dentro de la historia, una parte romántica sin empalago que yo agradezco y una parte negra negra de corte científico en el que los hilos del poder se tejen, como siempre, al margen de lo que es visible para la mayor parte de los humanos.

La trama es bastante negra. Dos investigadores, Marcus y Alina trabajan en Londres en el Centro de Investigación Galín, en lo que llaman proyecto BEL, que consiste en realizar estudios sobre escuchas realizadas en el espacio para determinar la existencia de posible vida fuera de a tierra. Y claro, cuando uno escucha, uno escucha de todo y a todos. En el debate volvemos a encontrarnos hasta donde se llega con la privacidad y la libertad (que ya es ninguna) de los habitantes del planeta actual. En pro de la seguridad, de la investigación y de cualquier otro sucedáneo que nos abra la esperanza como planeta agotado, se permite la invasión en nuestra privacidad en casi todos los ámbitos.

A partir de los descubrimientos de Marcus, éste es atropellado y desaparece delante de los ojos de Alina que intenta comprender y desentrañar que es lo que está pasando en realidad y qué tiene que ver ella con todo ello. En el otro lado, encontramos a Liam, otra pieza del puzzle que pensaba que era libre y justo y que con el devenir de los hechos verá que no es más que un peón que otros han movido a su voluntad sin que él mismo se diera cuenta.

Tres personajes con los que rápidamente te haces, una trama compleja pero que la autora te va presentando de forma vertiginosa pero sencilla, de tal modo que esa parte de ciencia es fácilmente comprensible y no entorpece, sino que resulta enriquecedora. Al margen de ellos, me ha gustado también mucho el personaje de Flora, la policía que está al cargo de toda la investigación de la desaparición de Marcus, su antigua pareja y a través de la cual conoceremos mejor al personaje.

Proyecto B.E.L. es una lectura muy recomendable si lo que te gusta son los thriller que no te dan respiro, con una trama llena de giros encajados con cordura y serenidad para que no fuercen lo negro del fondo de la historia y unos personajes perfectos para moverse en el tablero de la historia sin grandes estridencias.


martes, 29 de agosto de 2017

de José Vicente Alfaro.


Título: El laberinto del hindú
Autor: José Vicente Alfaro
Editorial: Autopublicada en Amazon, 2017.
Páginas: 328.

SINOPSIS.

La antigua India… Siglo V de nuestra era.

La dinastía Gupta gobierna sobre la civilización más avanzada del mundo en aquella época, teniendo en cuenta que el Imperio romano se encontraba ya en plena decadencia y que China atravesaba un momento difícil. Su soberano, el emperador Kumaragupta, debía garantizar la seguridad de su pueblo frente a los ataques externos, a la vez que se enfrentaba a los demonios internos que atormentaban su propia existencia.

Al mismo tiempo, dos niños sin pasado llegan a la capital del imperio obsesionados con una idea que solo ellos conocen. Madhuk y Sarasvati son hermanos, carecen de estudios y no poseen ninguna pertenencia. Con todo, estarán dispuestos a hacer lo que sea para sobrevivir.

Sumérgete en una historia repleta de aventuras e intrigas palaciegas, donde la sociedad se organizaba en torno a un rígido sistema de castas y al dictado de los Vedas, que condicionaban por completo el discurrir del pensamiento hindú.

IMPRESIÓN PERSONAL.

Uno de mis libros favoritos se desarrolla en la India. Se llama Shantaram y es de esos libros que compré de pasada en un aeropuerto cuando aún no se tenía en cuenta el peso de las maletas y mochilas, porque es un buen tocho. Desde que leí este libro me han gustado todos los libros que he leído ambientados en este país. Una cultura milenaria, excesivamente clasista y tremendamente desigualitaria, pero apasionante y con una lógica, que aunque no la comparto, no deja de ser curiosa y bien estructurada para mantener a los que detentan el poder.

El nuevo libro de José Vicente Alfaro está ambientado en esta cultura imperial india, una cultura que allá por el siglo V era una de las culturas más avanzadas del mundo, en pleno apogeo no sólo en potencia militar y organizativa, sino también en el ámbito de las ciencias y las artes. Una sociedad basada en castas donde tu puesto en ella lo determina tu nacimiento y donde la religión hindú no hace otra cosa que perpetuar esta desigual distribución del poder y la riqueza hasta extremos inimaginables para culturas occidentales como la nuestra.

Si por algo me ha gustado mucho este libro es precisamente por esa ambientación en el ámbito de la cultura hindú, su manera de entender el mundo, su manera de distribuir el trabajo entre castas, su concepción del mundo terrenal y la transformación que esperan los seguidores de la religión hindú en otras vidas, una manera bien arbitrada de mantener el status quo durante años y años. Y también me ha gustado la definición de otras opciones vitales como las que nos presenta en torno a la religión budista o la que mantienen las tribus indígenas de la India que habitaban los lugares más recónditos de la selva.

Para mostrarnos todo esto, el autor utiliza dos historias paralelas: una protagonizada por los hermanos Madhuk y Sarasvati, que juntos o separados, entran y salen de la trama protagonizada por la familia imperial liderada por Kumaragupta. Dos tramas entrelazadas entre sí que al final, evidentemente, convergen. Son dos escenarios diferentes pero la verdad es que no puedo decir si me ha gustado más uno que otro. El de Palacio, muestra muy bien las intrigas que acontecen en muchas familias reales donde se producen envidias, rivalidades entre hermanos. En este caso también, rivalidades entre mujeres debido al hecho cultural de que en la cultura hindú se pueden tener varias mujeres y un harén de concubinas en paralelo por lo que la rivalidad entre ellas se suele manifestar muy bien en el libro. Pero hay también rivalidad entre consejeros reales, líderes religiosos y demás sirvientes que tienen alguna capacidad de influencia sobre el poder absoluto del emperador. Por otro lado, los escenarios que nos muestra la trama protagonizada por los dos hermanos son escenarios que tienen más que ver con la vida del pueblo llano, del pueblo real que vive al margen de las intrigas palaciegas y que se dedica a tareas tan variopintas como recogedor de cadáveres y quien luego los quema en el crematorio de la ciudad, uno de los trabajos más bajos de la escala social, a escritores y pensadores que desarrollan su labor enseñando a título particular o en las mejores universidades de la India. Entre medias, meretrices que regentan burdeles de lujo, tenderos que venden sus productos en las calles, artistas ambulantes que recorren las ciudades exponiendo sus habilidades o poetas que recitan sus propias poesías. También el autor nos lleva a lo largo de la historia a la selva donde los indígenas viven en lo que denominan el reino de los sakas, un pueblo de costumbres sencillas donde todos los ciudadanos son iguales y no existen castas ni religión que provoque esas desigualdades que existen fuera de allí.

Finalmente, mencionar que me han gustado mucho los personajes que nos propone Alfaro. Están bien definidos para el papel que cumplen, incluso aquellos que esconden secretos cruciales para la historia o aquellos que aparecen en escasas ocasiones para enlazar y terminar de hilvanar bien la historia y su desenlace. Precisamente éste último es el que me ha quedado algo "cojo". Me hubiera gustado que la novela avanzara más sobre los acontecimientos de un futuro inmediato pero supongo que el autor nos lo deja a la imaginación o es que piensa continuar la historia en otro momento, pero he tenido la sensación de que se precipita mucho la historia al final. Pasan muchas cosas y todas muy rápidas.

En conclusión, como en novelas anteriores, visitar otra cultura, otras tierras y otros tiempos de la mano de José Vicente Alfaro ha sido muy instructivo, apasionante y, desde luego, muy entretenido. Admiro la labor de documentación que realiza el autor cada vez que ingenia una historia, historias sencillas, cercanas y viables en mundos remotos que nos acerca con gran sencillez.


miércoles, 31 de agosto de 2016

de Eduardo Arias.


Título: Lorenzo Blanco y los crímenes inoportunos
Autor: Eduardo Arias
Editorial: Autoeditado, 2015
Páginas: 466

Resumen oficial.

Gijón, verano de 2010. El cadáver de un hombre trajeado aparece bajo un puente en un parque de la ciudad. Lorenzo Blanco, un joven e inexperto detective privado, apasionado de los deportes, el cine y la novela negra, es contratado inesperadamente para resolver un misterio que la policía ha dejado correr. ¿Suicidio, asesinato, conspiración? Poco después, otro violento fallecimiento, esta vez en la Semana Negra, sobresalta a la ciudad y pone en jaque a una junta de gobierno que ya se encontraba en entredicho por sus poco acertadas decisiones políticas. Dos casos aparentemente inconexos que podrían ser sólo la punta del iceberg de algo mucho más gordo… 

Respaldado principalmente por Sara Paredes, una joven traductora, y Miguel Canales, ingeniero de telecomunicaciones y entusiasta de los videojuegos online, Lorenzo tendrá que valerse de su ingenio y sus conocimientos literario-cinematográficos para acercarse poco a poco a una realidad que algunos pretenden por todos los medios que no salga a la luz.

Repleta de guiños al mundo del cine, la televisión, la música y la literatura, para el autor ésta no es sólo una novela policiaca, sino también un fiel retrato de algunos de los lugares más emblemáticos de su «Gijón del alma», además de una feroz sátira de la sociedad contemporánea en la que ni los medios de comunicación, ni la policía ni, por descontado, la clase política se libran de una crítica despiadada y mordaz en una historia con abundantes dosis de comicidad.

Impresión personal.

Hace ya algún tiempo que leí esta novela y antes de hacer la reseña, quería dejarla reposar para verificar que mis primeras impresiones eran las que eran y no resultaban ser fruto de las difíciles circunstancias personales en las que yo me encontraba cuando la leí. Pasado un tiempo prudencial  afronto esta reseña con sentimientos encontrados.

La novela es la opera prima de Eduardo Arias por lo que ya tiene su mérito haber hilado una trama como la que recoge la obra. No obstante, seguramente por ser su primera obra, he "padecido" algunas de las cuestiones habituales que se repiten en autores noveles que más adelante en obras sucesivas se van corrigiendo. Y me explico. Aunque me ha encantado que la novela se desarrolle en Gijón porque siempre me gusta la descentralización del crimen en nuestro panorama literario, las descripciones de la ciudad me han parecido excesivas y aburridas. A veces no sabía si estaba leyendo una novela o una guía turística pormenorizada, que no me apetecía, de la ciudad de Gijón, pero no de la Gijón histórica, sino de la Gijón cotidiana y trivial que me ha hecho leer en diagonal en muchas ocasiones. También me han resultado excesivas las páginas que se dedican a lo que los personajes hacen en su vida cotidiana habitual y las referencias continuas a los lugares donde alternan, lo que beben, sus menús, etc. Todo esto ralentiza la lectura y desvía la atención de lo que realmente interesa al lector que ha seleccionado esta novela, es decir, la trama en la que se investiga y se resuelven una serie de asesinatos. Para mi gusto, que es evidente que es personal, todas estas partes me han sobrado y no son pocas páginas a las que me refiero, a lo que añado un capítulo completo dedicado al Mundial de Fútbol que me ha sobrado totalmente.

Dicho lo anterior, creo que la historia se cierra muy bien y que el detective protagonista tiene un gran potencial a futuro a pesar de que es su primer caso importante. Los personajes principales están muy bien definidos y a su juventud evidentemente hay que sumar que no tienen experiencia en investigar y que, al basarse muchas veces en aquello que han leído en novelas policíacas o en películas, se equivocan y van aprendiendo sobre la marcha hasta resolver los asesinatos. Quiero pensar que al ser la primera novela de una serie, en las siguientes Lorenzo Blanco y sus compañeros van adquiriendo experiencia y los casos a resolver serán más ágiles. Lorenzo además es un detective curioso como protagonista porque aparte de su excesiva juventud e inexperiencia, vive felizmente con Sara Paredes, cuenta con grandes amigos y no es adicto a nada, es más, bebe siempre refrescos muy sanos. Ni está amargado, ni por ello bebe en exceso o se droga, ni tiene o ha tenido conflictos familiares como suele ser habitual en las novelas negras que él mismo frecuenta como lector. Un detective atípico, con una vida normal en una ciudad relativamente pequeña del norte de España.

La novela además tiene una parte metaliteraria muy importante. En ella aparecen autores muy relevantes de novela negra como Agatha Cristie, Arthur Conan Doyle, Lawrence Block, Michael Conelly, Ross Macdonald, Hamemtt, o  Chandler y desde luego muchos de sus títulos. Los tres protagonistas frecuentan el género negro y policíaco y estos autores les sirven como referencia para afrontar la investigación por su cuenta ante la inmovilidad de la policía local y la ocultación de la clase política. Además uno de los crímenes que acontece, lo hace durante la celebración de la Semana Negra de Gijón, una Semana que se describe perfectamente en la novela.

En resumen, siendo la primera novela de Eduardo Arias, me ha parecido que le han sobrado páginas, no por ser la primera novela, sino porque entremezcla en ella otras temáticas que poco o nada aportan a lo realmente relevante que es la investigación policial de los crímenes. Asuntos como las descripciones de la ciudad, los gustos y actividades cotidianas de los protagonistas, la situación política y social del entorno o la parte deportiva, a mi me han sobrado totalmente y me han ralentizado mucho la lectura. Me ha gustado Lorenzo y sus amigos y el estilo del autor, fresco y con un sentido del humor que te llama enseguida la atención, así como la resolución final de los casos investigados. Por eso creo que las siguientes novelas de la serie han de ser, por necesidad, más ágiles y concisas ya que se conoce de sobra el ambiente urbano y los personajes que juegan en el tablero.


jueves, 12 de mayo de 2016

de Antonia Romero.


Título: La pieza que faltaba
Autora: Antonia Romero
Editorial: Autoeditado, 2016
Páginas: 316

Resumen oficial.

Eva, una enfermera y fisioterapeuta, que por culpa de la crisis no encuentra trabajo en la rama sanitaria, acepta un empleo como ayudante de Carmen Grimaldos, una multimillonaria algo excéntrica, copropietaria de una cadena de hoteles, junto con Ander Izarra, su hijastro. 

Carmen, una vez descubre la valía de Eva para desempeñar cualquier actividad, decide nombrarla gerente, con el único fin de fastidiar a su socio. Ambos mantienen, enquistada en el tiempo, una relación de odios y venganzas. Pero lo que ella no imagina es que esa decisión cambiará su vida, la de su empleada y la de todas las personas de su alrededor.

Impresión personal.

Estoy segura de que nunca hubiera seleccionado esta lectura por su portada, y eso que el color lila (y todas su variedades) es mi favorito. Pero ese corazón tan gigantesco en la portada me hubiera echado irremediablemente hacia atrás porque ya sabéis que yo de romántica en exclusividad tengo más bien poco. Pero, también os digo que me hubiera perdido una excelente novela de personajes, de odios y rencores, traiciones y lealtades, crecimiento personal y sí, una (varias) historias de amor originales y nada empalagosas.

Desde luego, lo que más me ha encandilado son los personajes. Todos y cada uno de ellos están perfectamente perfilados, evolucionan a lo largo de la novela y con alguno de ellos, puedes hasta quedarte con la boca abierta más de una vez. El hilo principal de la historia está llevado por tres personajes principales: Carmen Grimaldos, una señora mayor, rica, cortante y antipática que esconde bajo esa coraza de mujer imposible de tratar, una fuerte personalidad llena de experiencias de vida que marcan su comportamiento actual. Es el personaje que más me ha gustado. Ir descubriendo poco a poco parte de su vida, comprenderla a medida que avanza la historia y llegar a quererla y entender que sólo es una vieja gruñona que esconde un gran corazón. Me hubiera gustado poder conocer más en detalle su vida, aunque supongo que eso sería motivo de una novela exclusiva para ella sola.

Eva, una enfermera de hoy en día, que no puede ejercer su profesión, como tantos jóvenes en la actualidad, y que intenta malvivir por su cuenta trabajando de lo que sea a un sueldo de risa. Trabajar de señora de compañía de Carmen Grimaldos, a pesar del carácter de la vieja, significa una mejora laboral respecto de su anterior trabajo. Su influencia, mejor dicho, su ignorancia, su inocencia y su carácter noble, es el motivo de que en la vida de muchos personajes de la novela se produzcan cambios y se enfrenten a su pasado y recompongan el presente tan infeliz que viven. He tenido sentimientos encontrados con este personaje. Me ha gustado mucho su nobleza y su crecimiento personal, pero a veces le hubiera dado un par de bofetadas para que espabilara, porque hay ocasiones en que la inocencia, las situaciones que la avergüenzan, me han resultado excesivas para cualquier persona por muy tímida o inocente que se sea.

Ander Izarra, hijastro de Carmen Grimaldos, aparenta ser el típico niño heredero rico que vive rodeado de frivolidad, lujos y prepotencia. La realidad que esconde a título personal es mucho más compleja de lo que muestra el personaje a diario, tanto en la parte oscura como en sus motivaciones y traumas infantiles. Me ha gustado mucho su proceso de aprendizaje, su descubrimiento personal y la relación que establece con Eva. También me ha engañado en alguna ocasión en la que se ha comportado de alguna forma que no esperaba en absoluto, prueba de que Antonia Romero juega perfectamente con nosotros a través de sus personajes.

El resto de personajes, que podríamos llamar secundarios, aunque no lo son tanto, tienen gran influencia en los primeros además de historias personales paralelas que te sorprenderan. Destaco en especial el papel de Conchi y su hija, asistentes de Ander Izarra, cuya historia podemos ver reflejada en más de una familia de hoy en día (deshaucio, abandono familiar, ...); Francisco, el abogado de Carmen Grimaldos y compañero de Instituto de Eva, que es quien la recomienda; Leandro, antigua pareja de Carmen; Gus, amigo de Ander y Cris, amiga de Eva, etc. Todos y cada uno de ellos juega un importante papel en las diferentes subtramas que se desarrollan y se cruzan con la trama principal.

Al margen de estos personajes, durante toda la novela aparecen unos capítulos que se desarrollan mediante mensajes de twiter entre un hombre (Rochester) y una mujer (Jane), anónimos para el lector y que, al menos yo, hasta el final no he desentrañado quienes eran. Y ni me lo hubiera imaginado nunca, la verdad. Esta parte me ha resultado muy original y además daba un respiro a la trama principal sin aburrir porque son muy cortitos estos intervalos, tanto como los mensajes de twiter.

Aunque la novela se desarrolla en Madrid y Barcelona, con alguna escapada a Nueva York, no es la ambientación de las ciudades lo que utiliza Antonia Romero para recrear la trama. De hecho pasan desapercibidas y apenas importa donde están los personajes más allá de situar a Eva más alejada o menos alejada de Ander. La ambientación la logra la autora recreándonos mediante las actividades de los personajes y sus situaciones personales, el tiempo que les ha tocado vivir: crisis económica, deshaucios, desempleo, emigración, trabajos mal pagados, internet y redes sociales, running, etc.

La pieza que faltaba es una novela de intrigas y secretos familiares, una buena historia de personajes que se entrelazan y de alguna forma se necesitan, de historias difíciles de amor y de amor que encaje, de sentimientos y de ternura. Se lee muy rápido porque la trama y sus personajes te atrapa, así que os la recomiendo sin duda.


jueves, 14 de abril de 2016

de Alexander Copperwhite.


Título: Negro. Crimen en Dubai.
Autor: Alexander Copperwhite.
Editorial: Amazon, digital
Páginas: 102.

Resumen oficial.

En su primera aventura, Francisco Valiente Polillas iniciará su carrera como detective y perseguirá a un despiadado asesino en uno de los lugares más lujosos e inhóspitos del mundo. La Nueva York de oriente medio, Dubái. Se verá obligado a luchar cuando menos se lo espera, se enfrentará al carnicero de fin de semana, tendrá que demostrar su valía en cada momento, hasta que finalmente... ¿conseguirá atrapar al culpable? 

Que comience la caza… 

Impresión personal.

Hay veces en que uno no espera nada de la lectura que selecciona y se encuentra con sorpresas más que agradables. Algo parecido me pasó a mi con esta novela. En uno de esos muchos tiempos de espera en un hospital empecé a ver lo que tenía para leer en el móvil y entretenerme y, sin recomendación previa, seleccioné este libro del que tan sólo me sonaba el autor por haberlo visto por las redes sociales.

Y me han ocurrido dos cosas con la lectura de esta novela. Primero, me ha gustado la trama del caso y como la va armando el autor al margen de que los personajes que intervienen sean muy "sui-generis" y, segundo, acompañando lo anterior, me ha resultado una lectura divertida y amena, con sus toques de humor. Pero no es un humor preconcebido o buscado; es que las situaciones con esos personajes ya de por sí resultan graciosos por las extrañas situaciones que plantean.

Está claro. La novela parte de un asesinato que se comete en un lujosísimo hotel de Dubai. Para investigar el crimen cometido nos encontramos con Francisco Valiente Polilla, un joven español, un ni-ni realmente, que vive con su madre que le presiona para que busque un trabajo que garantice su futuro. No se le ocurre otra cosa que crear en internet una falsa empresa de detectives y es contratado por el hijo pequeño (un niño) de un multimillonario saudí para que investigue el crimen de Dubai y consiga resultados antes que los detectives que han contratado sus hermanos mayores.

Ya no os cuento más porque los ingredientes del cóctel sólo tenéis que mezclarlos: un falso detective, español para más señas; un niño rico y educado y una familia que compite entre sus miembros para averiguar quien mató al cliente del hotel.

¿Y el paisaje? Un Dubai de contrastes en el que el autor nos muestra la parte más excelente, esa que sale en programas como Callejeros Viajeros, y la parte contraria donde cohabita la miseria, la delincuencia y la prostitución, además de la muy perseguida homosexualidad. A la vez el autor con unos toques muy finos de humor, nos muestra ese choque existente entre culturas a través del "investigador" español y el niño educado en la cultura árabe más estricta. Sus diálogos, la expresión de sus caras tan bien descritas, son realmente graciosas y ya sabéis que yo no soy de las que me río con facilidad leyendo un libro. Pero ambos personajes se caracterizan por la espontaneidad y la frescura y eso se traslada a sus conversaciones sin disimulo alguno.

No había leído nada de Alexander Copperwhite pero seguro que repito porque me ha resultado un escritor original y atrevido, ágil y claro que me ha entretenido en un momento tedioso con una novela con tintes de intriga y misterio a la vez que de un humor fino en un lugar tan sorprendente como Dubai.


martes, 11 de agosto de 2015

de Mercedes Pinto Maldonado.


Título: Cartas a una extraña.
Autora: Mercedes Pinto Maldonado
Editorial: Autopublicado en Amazon
Páginas: 349 (estimación)

Resumen oficial.

Berta regresa a la casa familiar, donde nunca deseó volver, para hacerse cargo de la herencia de su madre, una mujer oscura y controladora que convirtió su infancia en un infierno. Asediada por los recuerdos, decide liberarse de los fantasmas del pasado desenredando la madeja de engaños de doña Alberta y su primogénita y devolviendo la libertad a su última víctima, cuyas cartas sin abrir, ocultas en el desván hasta que da con ellas, le llegan al corazón. 

Pero hay quienes no se alegran de la decisión de Berta y pronto se ve inmersa en un camino de trampas que puede hacer peligrar su vida.

Impresión personal.

En general, Cartas a una extraña es una novela que me ha gustado mucho pero he tenido durante su lectura sentimientos encontrados, unos más claros que otros, y además me han quedado en el aire un montón de preguntas que tienen que ver con la lógica del argumento y otras un poco más ¿metafísicas? que se relacionan más con mis inquietudes personales.

Ya digo, y lo repito para que se me entienda bien, he disfrutado de esta novela, entre otras cosas porque me encanta como escribe Mercedes. Es de esas escritoras que, aunque la temática no te llame nada, te embelesa con su prosa y acabas haciéndote fan de los protagonistas y las historias que cargan. Además, es una escritora que se arriesga plenamente con la primera persona y eso hace que los personajes principales se identifiquen por si mismos, con el riesgo que eso conlleva. En este caso, los que me conocéis un poco, sabéis que a mi esto de las historias de amor no me atraen nada. Soy más bien de naturaleza arisca y aunque dice el refrán que "a nadie amarga un dulce" a mi los dulces me empalagan enseguida. Por eso, aunque me ha encantado la manera en que está escrita la historia de amor que motiva el título de la novela, lo cierto es que me ha resultado muy empalagosa y excesivamente cargante. No quisiera yo un Saúl así en mi vida por nada del mundo y no acabo de entender como alguien tan sumamente sensible ha podido dejarse manipular por una Yolanda a la que se nos describe como insensible, pérfida, manipuladora y, por todo ello, inteligente. Una "lista" que comete el ¿error? de dejar a su hermana todas las posesiones de su madre a pesar de lo que éstas esconden. Esa es una de mis preguntas detectivescas a la que no he podido responderme. Demasiado lista y demasiado torpe a la vez, no sé si me explico.

Por otra parte, la historia de intriga y misterio, casi de novela policíaca, con detective incluido me ha parecido muy interesante en relación con la cantidad de misterios familiares que rodean a todos los personajes. Realmente he leído la novela muy rápido porque quería conocer qué había pasado, quién o quiénes eran las culpables, los motivos de tantas desapariciones y ocultaciones, pero, si bien el ritmo de la novela, ha sido bastante adecuado a la mezcla de dos tramas independientes (la historia de amor y la investigación de los hechos del pasado), el final me ha resultado muy precipitado. Me han quedado muchas preguntas sin contestar, muchos flecos sin coser y muchas cuestiones sin cerrar, así que me he quedado un poco con "la miel en los labios" pensando que, sin duda, Mercedes responderá a mis preguntas mentales con una segunda parte de la historia.

Cartas a una extraña es la historia de una familia y ¡vaya con la familia!. Me hubiera encantado conocer más de Yolanda y, sobre todo, de Doña Alberta. Sus motivos me han ido esquivando durante toda la lectura. Puedo creérmela, pero me hubiera gustado saber por qué es cómo es, por qué de sus odios, de su soledad, de sus miedos al que dirán y, sobre todo, por qué de esa indiferencia hacia sus propias hijas.

Me ha encantado la forma en que Mercedes nos mantiene con las dudas sobre Teresa. Qué maestría!!! Me he pasado media novela pensando sobre este personaje, unas veces colocándolo en un bando y otras en otro, mientras los hechos me pasaban rozando sin que yo me percatara. Es otro personaje del que me gustaría saber más, aunque esto es más un tema personal mio que necesario para la novela. A pesar de desentrañarse el misterio en torno a ella, sigo con muchas preguntas sobre su vida y su comportamiento de doble sentido.

Evidentemente, la gran protagonista es Berta, una superviviente al desamor, al maltrato psicológico y al abandono materno y familiar. Un personaje que aparentemente comienza con seguridad su retorno al hogar familiar, que se desinfla día a día para ir de nuevo creciendo a medida que va leyendo las cartas y una chispa de esperanza se va abriendo camino. Aunque ha sido necesario para el desarrollo de la historia, su relación con el personal de su negocio en Inglaterra me ha resultado algo escaso, teniendo en cuenta que ha sido allí donde consiguió resurgir y que es la responsable última del negocio. Una relación demasiado parca para la responsabilidad que ella tiene, pero ya digo, seguramente necesaria para el desarrollo de la trama central de la novela.

Por último, (nunca lo diría) me ha encantado el papel que en la novela se le da a Aris, el gato. Resulta tan curioso como real el gran papel que juega el gato en los momentos más críticos que pasa Berta. Aris es capaz de darle sosiego, tranquilidad y hasta ese punto de preocupación que tienen las personas sin responsabilidades algunas sobre lo que significa cuidar a un animal. No sé si Mercedes tiene gato o lo ha tenido pero consigue, sin duda, transmitirte el sosiego que dan estos animales con su deambular lento y parsimonioso. 

En conclusión, Cartas a una extraña es una historia familiar llena de misterios e intrigas, de amor y también de odios, pero sobre todo, una historia de mujeres donde los hombres son meros consortes de sentimientos encontrados que chocan sin remedio. Espero que una segunda parte consiga dar respuesta a preguntas que se me quedaron en el aire.


jueves, 2 de abril de 2015

de Felipe García Gutierrez.


Título: Galletas de barro
Autor: Felipe García Gutiérrez
Editorial: Bubok, 2015
Páginas: 105.

Resumen oficial.

Arrastrada por la corriente, una mujer dominicana, emprende el camino de la emigración para dejar atrás la vida de miseria económica y moral en la que ha vivido, pero al llegar a España encuentra que no todo es tan bonito como lo cuentan los que regresan, que las historias de quienes vuelven son fabulaciones, invenciones de sueños rotos con los que pretende ocultar el fracaso de su aventura.

Galletas de barro entronca con la emigración española de los años sesenta y setenta, olvidada por la generación actual pero, sobre todo, por sus protagonistas, quienes pretenden hacernos creer que sólo recuerdan los buenos momentos. 

Esta novela quiere ser un homenaje a todos los que se vieron forzados a abandonar sus orígenes persiguiendo un futuro mejor. Porque quienes salieron primero, y se adaptaron a su nuevo hábitat, olvidan con harta frecuencia la miseria de la que huyeron y que muchos sufrieron las mismas peripecias que ahora desprecian.  Nunca es bueno el desarraigo, pero siempre será peor creerse con más derechos por haber llegado antes.

Impresión personal.

Los que me conocéis sabéis que, por deformación profesional, los temas sociales son de mi interés, a veces con excesiva intensidad. Eso hace que en muchas ocasiones mi visión de lo que siento con los libros sea algo diferente respecto de otras opiniones. No puedo decir que esta corta novela no me haya llamado la atención. Ya podéis ver en la sinopsis que trata de una lacra social que se perpetúa generación tras generación y país a país, en un formato u otro, con una suerte u otra para los protagonistas. Tenemos emigración en países de inmensa pobreza como la República Dominicana o Haití hacia supuestos países más ricos en busca de trabajos mejor remunerados y derechos sociales consolidados; o emigración de países desarrollados, como España, a países más desarrollados aún, como Alemania, intentando evitar situaciones permanentes de desempleo, sobre todo de jóvenes formados; o emigración incluso por motivos climatológicos o de salud, de países nórdicos a países mediterráneos. Evidentemente, cada tipo de emigración tiene en los inmigrantes una repercusión diferente. Esta novela nos habla del primer tipo, de la emigración de la miseria y del hambre; de la explotación y las mafias organizadas que sin escrúpulos esclavizan a las personas más débiles del mundo; de la maldad y la prepotencia de los países receptores; de la lucha permanente y de la esperanza contínua.

Si la temática de la novela me ha gustado considero que podría haberse sacado más jugo a la misma. Toda esta narrada en primera persona por la protagonista, una inmigrante dominicana que llega a España, presa, sin saberlo, de una mafia que la esclaviza hasta que pueda devolver la deuda en que ha incurrido. A veces no he tenido la sensación de leer una novela, sino más bien una especie de crónica o incluso, en ocasiones, un ensayo.

A pesar de la situación tan crítica de la protagonista en España o en su país de origen es como si todo estuviera narrado con excesiva alegría. Ya sé que cuando se viene de la miseria más absoluta, se ha sido violada en la infancia y se han pasado miles de desgracias familiares o tribales, cualquier cambio por pequeño que sea puede resultar esperanzador, pero me ha parecido que la protagonista nos ha contado su historia "demasiado alegremente", dadas sus circunstancias y el lugar desde el que nos las está contando. Todo ello, me ha parecido un tanto irreal, incluso cuando nos describe su llanto o su pena, no he podido sentirla yo misma. Siendo sencillo que me identificara con una situación así, el autor no lo ha conseguido más allá de situarme ante una realidad que muchas veces conocemos en las noticias o en programas de actualidad en la televisión.

Por otro lado, creo que la novela, en general, necesita un arduo proceso de corrección ortográfica. A veces he pensado que el rico vocabulario del país de la protagonista era lo que provocaba esa manera de escribir. Pero salvando ese vocabulario tan peculiar, he detectado algunos errores en la puntuación, acentuación e, incluso, alguna falta/error ortográfico.

En conclusión, no es que no me haya gustado la novela. La temática de la misma siempre me gustará por sus connotaciones sociales, pero creo que podría habérsele sacado mucho más jugo a la temática y a la historia de la protagonista para que me llegara a llenar y, sobre todo, para que hubiera llegado a sentirla tan dentro como la situación de injusticia requiere. 


miércoles, 25 de febrero de 2015

de Mayte Esteban.


Título: La arena del reloj
Autora: Mayte Esteban
Formato: Versión Kindle
Páginas aprox.: 84.

Resumen oficial.

Juan José Esteban siempre ha querido recoger sus recuerdos. Lo deja hasta la jubilación, pero una enfermedad terminal se interpone en su camino. 

Escrita a dos voces, La arena del reloj empuja al lector a la reflexión, a mirarse a sí mismo. Mientras el protagonista va repasando su vida, la autora, su hija, expresa los sentimientos que le produce la enfermedad de su padre. 

Empatía, emoción, rabia, rebeldía ante lo inevitable, discurren ante nuestros ojos mezclados con los recuerdos personales. La Historia de una intrahistoria, con sus luces y sombras, con la subjetividad que adquiere lo vivido al ser recordado. 

Es difícil acoplarla a ningún género literario concreto, y quizá esa peculiaridad también la hace diferente. 

La arena del reloj aborda universales comunes a todos los seres humanos. ¿Quién no ama a su familia? ¿Quién puede despedirse de ellos sin romperse de dolor?

Impresión personal.

Cuando nacemos se pone en marcha el mecanismo invisible de nuestro reloj vital. En ese momento, la persona que atiende el parto señala la hora del nacimiento y siempre he tenido la sensación de que, lo que hace en realidad, es darle la vuelta a un gran reloj de arena.
Qué bonito y qué trágico este párrafo. Y no lo digo por la vida de una misma sino por aquellas vidas de tantos seres queridos que te rodean cuyo reloj te parece que vaya demasiado rápido. El tiempo como la arena del reloj o el agua se nos escapa de las manos y eso es lo que Mayte Esteban nos trae en esta corta novela en la que me he encontrado con una autora que consigue conectar conmigo, que me hace sentir y con la que a veces me fundo. A veces, como ella, me he visto sentada al lado de la cama de mi propia madre mientras hacíamos la diálisis tres días a la semana y hablábamos del futuro (casi siempre del mio) y, sobre todo, del pasado (del suyo). Podréis entender por ello que me haya sentido muy identificada con lo que Mayte y su padre nos cuentan, sumándole a todo ello, que casi todos los usos y costumbres que se mencionan sobre el mundo rural, los he vivido (y algunos aún los vivo) directamente. Por ejemplo, 
La matanza...como parte de una tradición que nos resistimos a perder. Hay incluso pueblos en los que se organiza la matanza en la plaza como una fiesta popular cuyo significado es dar a conocer una tradición a los más pequeños. En mis tiempos la matanza era también una fiesta porque  en tiempo de hambre hasta ver lo que después se convertirá en comida alimenta. En aquellos momentos era una necesidad matar el cerdo...
Mi madre y mis hermanos de matanza
Cómo no verme en estos pasajes con todos mis hermanos y primos subida al pilón del gran patio de mi tía presenciando con nervios y temor el momento en que se mataba al cerdo y el estruendo de sus chillos lo inundaba todo; el olor de las arbolagas, el trabajo del matancero y a mi familia haciendo salchichones, chorizos y morcillas, llevando los colgaderos al "doblao" para que sequen.

En realidad, La Arena del reloj es una historia muy íntima y personal de la autora con su padre antes de un desenlace que resulta inminente aunque no se quiera. El dolor ante lo que ya se sabe perdido aunque no se acepte, aunque siempre pensemos que cualquier brizna de aire viene llena de esperanza. Nos defendemos por adelantado de ese dolor aunque sabemos que tarde o temprano la arena se agotará y no habrá nada que la detenga en su caída libre. 

Pero también, a través de la historia personal de Juan José, el padre de Mayte, me he encontrado con un libro histórico, de la historia de la España de la posguerra y la dictadura franquista en una zona rural cualquiera de este país. Mayte nos habla de pueblos de Guadalajara o de Madrid, pero yo que escribo desde Extremadura también puedo contar como ella cómo mi madre vivía el luto, esa negrura que se me antojaba eterna en ella, la llegada de los motores Diesel alemanes para la maquinaria que se usaba en el campo, los pueblos del Plan Badajoz y los pantanos, los coches familiares y su evolución, las ferias ganaderas en el pueblo, pero, sobre todo, mis vecinos, esos vecinos que eran como de mi propia familia, tanto que los llamábamos tíos y nos daban regalos en los Reyes Magos y paga los días de fiesta.

Los vecinos eran importantes porque se contaba con ellos cuando había algún problema y proporcionaban ayuda y compañía.

En conclusión, no hace falta que os diga que me ha encantado esta historia tan desnuda que me ha contado Mayte Esteban, tan sincera y tan íntima. Me he sentido Mayte en muchas ocasiones, me ha emocionado pero también me ha hecho sonreír más de una vez, cuando me he visto reflejada en algunas situaciones similares. Tampoco hace falta que os diga que voy a volver a leer a Mayte Esteban porque acabo de terminar su Detrás del Cristal y aún lo estoy digiriendo antes de reseñarlo. También me ha encantado.

Una frase sencillamente escrita pero profunda en lo que expresa, con la que me identifico plenamente:
En este mundo tan distinto al que me cuenta ya nadie le importa a nadie.
 
 
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