Título: El laberinto del hindú
Autor: José Vicente Alfaro
Editorial: Autopublicada en Amazon, 2017.
Páginas: 328.
SINOPSIS.
La antigua India… Siglo V de nuestra era.
La dinastía Gupta gobierna sobre la civilización más avanzada del mundo en aquella época, teniendo en cuenta que el Imperio romano se encontraba ya en plena decadencia y que China atravesaba un momento difícil. Su soberano, el emperador Kumaragupta, debía garantizar la seguridad de su pueblo frente a los ataques externos, a la vez que se enfrentaba a los demonios internos que atormentaban su propia existencia.
Al mismo tiempo, dos niños sin pasado llegan a la capital del imperio obsesionados con una idea que solo ellos conocen. Madhuk y Sarasvati son hermanos, carecen de estudios y no poseen ninguna pertenencia. Con todo, estarán dispuestos a hacer lo que sea para sobrevivir.
Sumérgete en una historia repleta de aventuras e intrigas palaciegas, donde la sociedad se organizaba en torno a un rígido sistema de castas y al dictado de los Vedas, que condicionaban por completo el discurrir del pensamiento hindú.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Uno de mis libros favoritos se desarrolla en la India. Se llama Shantaram y es de esos libros que compré de pasada en un aeropuerto cuando aún no se tenía en cuenta el peso de las maletas y mochilas, porque es un buen tocho. Desde que leí este libro me han gustado todos los libros que he leído ambientados en este país. Una cultura milenaria, excesivamente clasista y tremendamente desigualitaria, pero apasionante y con una lógica, que aunque no la comparto, no deja de ser curiosa y bien estructurada para mantener a los que detentan el poder.
El nuevo libro de José Vicente Alfaro está ambientado en esta cultura imperial india, una cultura que allá por el siglo V era una de las culturas más avanzadas del mundo, en pleno apogeo no sólo en potencia militar y organizativa, sino también en el ámbito de las ciencias y las artes. Una sociedad basada en castas donde tu puesto en ella lo determina tu nacimiento y donde la religión hindú no hace otra cosa que perpetuar esta desigual distribución del poder y la riqueza hasta extremos inimaginables para culturas occidentales como la nuestra.
Si por algo me ha gustado mucho este libro es precisamente por esa ambientación en el ámbito de la cultura hindú, su manera de entender el mundo, su manera de distribuir el trabajo entre castas, su concepción del mundo terrenal y la transformación que esperan los seguidores de la religión hindú en otras vidas, una manera bien arbitrada de mantener el status quo durante años y años. Y también me ha gustado la definición de otras opciones vitales como las que nos presenta en torno a la religión budista o la que mantienen las tribus indígenas de la India que habitaban los lugares más recónditos de la selva.
Para mostrarnos todo esto, el autor utiliza dos historias paralelas: una protagonizada por los hermanos Madhuk y Sarasvati, que juntos o separados, entran y salen de la trama protagonizada por la familia imperial liderada por Kumaragupta. Dos tramas entrelazadas entre sí que al final, evidentemente, convergen. Son dos escenarios diferentes pero la verdad es que no puedo decir si me ha gustado más uno que otro. El de Palacio, muestra muy bien las intrigas que acontecen en muchas familias reales donde se producen envidias, rivalidades entre hermanos. En este caso también, rivalidades entre mujeres debido al hecho cultural de que en la cultura hindú se pueden tener varias mujeres y un harén de concubinas en paralelo por lo que la rivalidad entre ellas se suele manifestar muy bien en el libro. Pero hay también rivalidad entre consejeros reales, líderes religiosos y demás sirvientes que tienen alguna capacidad de influencia sobre el poder absoluto del emperador. Por otro lado, los escenarios que nos muestra la trama protagonizada por los dos hermanos son escenarios que tienen más que ver con la vida del pueblo llano, del pueblo real que vive al margen de las intrigas palaciegas y que se dedica a tareas tan variopintas como recogedor de cadáveres y quien luego los quema en el crematorio de la ciudad, uno de los trabajos más bajos de la escala social, a escritores y pensadores que desarrollan su labor enseñando a título particular o en las mejores universidades de la India. Entre medias, meretrices que regentan burdeles de lujo, tenderos que venden sus productos en las calles, artistas ambulantes que recorren las ciudades exponiendo sus habilidades o poetas que recitan sus propias poesías. También el autor nos lleva a lo largo de la historia a la selva donde los indígenas viven en lo que denominan el reino de los sakas, un pueblo de costumbres sencillas donde todos los ciudadanos son iguales y no existen castas ni religión que provoque esas desigualdades que existen fuera de allí.
Finalmente, mencionar que me han gustado mucho los personajes que nos propone Alfaro. Están bien definidos para el papel que cumplen, incluso aquellos que esconden secretos cruciales para la historia o aquellos que aparecen en escasas ocasiones para enlazar y terminar de hilvanar bien la historia y su desenlace. Precisamente éste último es el que me ha quedado algo "cojo". Me hubiera gustado que la novela avanzara más sobre los acontecimientos de un futuro inmediato pero supongo que el autor nos lo deja a la imaginación o es que piensa continuar la historia en otro momento, pero he tenido la sensación de que se precipita mucho la historia al final. Pasan muchas cosas y todas muy rápidas.
En conclusión, como en novelas anteriores, visitar otra cultura, otras tierras y otros tiempos de la mano de José Vicente Alfaro ha sido muy instructivo, apasionante y, desde luego, muy entretenido. Admiro la labor de documentación que realiza el autor cada vez que ingenia una historia, historias sencillas, cercanas y viables en mundos remotos que nos acerca con gran sencillez.