de Ángel Gil Cheza.
Título: La lluvia es una canción sin letra.
Autor: Ángel Gil Cheza.
Editorial: Suma de Letras, 2014.
Páginas: 540.
Resumen oficial.
Ángel Gil Cheza encontró, mientras trabajaba como arqueólogo, los restos de una chica enterrada en extrañas circunstancias a principios del siglo XI en la Irlanda vikinga. Desde el primer momento sintió un vínculo especial. La lluvia es una canción sin letra intenta explicar lo que pudo ocurrir años atrás, pero es solo ficción. O quién sabe. La verdad de las cosas no importa tanto como lo que sentimos, y sentir nos puede llevar a esa verdad, de algún modo.
La lluvia toca sus notas sordas contra la hierba. Y somos pentagramas en blanco que rellenamos con notas sueltas que gotean de un beso, el sudor de un goce o una lágrima muda cuyo grito apagado es ahora una corchea salvaje e indomable como una joven pelirroja que levantaba espadas tan altas como ella y esparcía las tripas de sus enemigos de su pueblo por toda la isla de Irlanda.
El amor es una putada, una bendición que trepa desde los pies a los genitales, que se abren como bulbos y se abrazan, llega al corazón, que, desprevenido, se rinde vencido sin parar de luchar, donde acaba anidando, como ave rapaz que es.
Esta química tan sencilla fue la que desnudó a un joven nórdico, tan hermoso como una mujer y tan fuerte como una tormenta, de su coraza de combate, que lo mismo le protegía de un hacha enemiga que de una peligrosa caricia. La lluvia continuó con esa magia de pintar los campos verdes otros mil años. Un librero valenciano cree huir de la justicia pero se esconde de sí mismo, y descubre en una isla gris, verde y húmeda que somos de donde se nos quiere y no de donde venimos.
La lluvia toca su canción y cada uno escribimos nuestra letra. A veces, con suerte, la melodía acompaña y nuestra letra es clara, precisa, como una mirada entre amantes que no saben decir mañana.
Impresión personal.
Esta novela ha tenido varios ingredientes para que el resultado final me gustara aunque también tengo que ponerle algún "pero" que me ha dificultado la lectura, creo que innecesariamente. Por una parte, tanto la portada como el propio título de la novela me resultan muy sugerentes y atractivos aparte de que en el título ya te denota algo de misterio velado, o al menos a mi todo lo que implica lluvia, bruma, niebla, grises, ... me lo sugiere sin remedio.
Por otro lado, a estas alturas a nadie que me lea habitualmente se le escapa que me encantan las novelas que están escritas en varios hilos temporales si éstos están bien hilvanados como es el caso. Efectivamente, la novela está narrada en
dos momentos diferentes lejanos unos mil años en el tiempo, así que cuando hablamos de descendientes en este caso, la posible relación familiar es tan lejana que es
la arqueología como disciplina científica una de las protagonistas de la novela y la imaginación de los personajes que son arqueólogos, basándose en sus estudios, los que te ayudan a establecer esa posible relación. Ésta es una de las cuestiones que me ha gustado de la novela. Está muy bien descrito, con un lenguaje muy asequible y claro,
en qué consiste el trabajo de los arqueólogos, sus condiciones de trabajo y cómo se desarrolla el día a día en una excavación en un país, además, donde la presencia de la lluvia y otras inclemencias meteorológicas no es precisamente la mejor para trabajar con huesos que datan miles de años. Esta descripción, evidentemente, se realiza en el
hilo temporal de la actualidad en Irlanda, un país al que llega
Josep huyendo, sin mucho sentido, de un asunto policial y, sobre todo, de su propia inmadurez personal. Josep se introduce en varios campos de trabajo de arqueología y allí descubre una verdadera pasión por el pasado de lo que va descubriendo en relación con el pueblo vikingo, un pueblo que compartió isla con los irlandeses allá por el año 1013. Gracias a esta pasión vamos descubriendo su investigación sobre este pueblo en su anhelo de intentar encontrar respuesta a las múltiples preguntas que le van surgiendo según va desenterrando los restos de una mujer vikinga. En este anhelo, Josep va madurando y encontrándose con él mismo de tal manera que en nada se acaba pareciendo al Josep del comienzo de la historia. Una evolución del personaje que me ha gustado como está tratada porque se percibe en la trastienda de lo que va ocurriendo sin que el autor lo evidencie de forma transparente. Es parte del propio misterio que rodea a toda la novela.
Mil años antes,
el otro hilo temporal, nos presenta a personajes principales como
Thorgest y Eimear, dos personajes de los que se disfruta a lo largo de todas sus andanzas pero con los que también se sufre. A través de sus acciones en la historia el autor nos presenta el pasado de Irlanda, la convivencia de sociedades y culturas totalmente diferentes, su maridaje inevitable pero también todo aquello que los separa, llegándose a las armas, incluso entre familias comunes por hacerse con un único poder en la isla que de una vez por todas acabe con los pequeños reinos. Me ha gustado especialmente el personaje de Thorgest (Cabellos de Oro) precisamente por su posicionamiento tranquilo ante la mezcla de los diferentes pueblos, un personaje que siendo vikingo no tiene problemas en relacionarse con un musulmán o con los irlandeses. Por otro lado, idéntico planteamiento tiene su amor Eimear, que ante su maternidad, sólo tiene en mente la unión de los pueblos y el fin de las guerras que no finalizan nunca en la isla.
Es en este hilo temporal donde tengo que ponerle un "pero" a la novela. Me ha parecido muy complicado e innecesario la gran cantidad de personajes secundarios que se citan en esta parte y el exceso de las descripciones de batallas. Me he perdido muchas veces entre nombres muy raros, relaciones familiares, ciudades desconocidas, parajes, estrategias de guerra. Creo que todo esto se podría haber contado y ponernos en la situación histórica de la isla sin tanto detalle que te despista de la historia principal y que, en ocasiones, me ha resultado aburrido. Seguramente, otros lectores a los que les guste especialmente las tramas de batallas disfruten de esta parte, pero no es mi caso.
Salvo esto, señalar el ambiente. Creo que el autor me ha llevado a
Irlanda en las dos épocas. He pasado frío en esos parajes invernales, con esas pieles animales, en muchos casos escasas y esos caminos ocultos por las nevadas; he sentido la lluvia y el barro en los campos y excavaciones así como en Dublín mientras Josep salía a correr y esa bruma y niebla que tanto me gusta que apenas deja que las farolas alumbren las calles. Irlanda es uno de los personajes principales de la novela y me ha encantado la manera de traérmela a casa.
En conclusión, un libro muy bien escrito; una historia en dos tiempos muy bella y muy bien hilada, sin huecos pero con mucho misterio y muchas preguntas sin respuesta clara tal y como es el trabajo de los arqueólogos; un país como Irlanda bien delimitado y varios pueblos que confluyen en él que luchan por su hegemonía.