"La muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules”, escribió Paul Celan en “Fuga de muerte”, poema publicado en 1952, siete años después de la Segunda Guerra Mundial. Superviviente de los campos nazis de concentración (no así sus padres), Celan forma parte de un grupo de poetas y escritores judíos (Stefan Zweig, Primo Levi, Marina Tsvetáyeva, entre otros) que sobrevivieron a los totalitarismos del siglo XX para más tarde optar por el suicidio, oprimidos tal vez por aquello que Tony Judt llamó “el peso de la responsabilidad”. ¿Responsabilidad de qué? En estos casos, de haber sobrevivido.