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Bendita tranquilidad



At. Madrid 3 - Tenerife 1

A veces las cosas se ven de un color distinto cuanto las ves desde la otra orilla. Desde allí la perspectiva es muy diferente y casi siempre es una buena forma de inyectar combustible a la realidad que uno mismo se ha construido de antemano. Cuando al comenzar el encuentro de hoy bajo un tórrido sol en el Calderón hemos vista al bueno de Agüero en la alineación titular este que escriba ha lanzado un sonoro esputo verbal de difícil reproducción en este lugar en la dirección de Quique por poner en juego las piernas más valiosas de nuestra plantilla en vísperas de la gloria y a cambio de nada. La casualidad ha hecho que a mi lado hoy se sentase un simpático y anónimo chicharrero que me ha contestado de muy buenas maneras algo parecido a ¿De verdad que no os jugáis nada?. La animada charla con el canario me ha hecho ver en él un estudioso de la zona de baja de la liga, algo que yo no soy, así que como experto que era le resultado fácil demostrarme que de perder el Atleti esta tarde la cosa se podría haber puesto muy fea. Me da la sensación que Quique pensaba lo mismo todas estas jornadas que nos deslumbraba con eso de llegar a Europa. Hoy estoy convencido que él lo que buscaba era la tranquilidad de verse salvado.

Gracias a Dios así ha sido y el Atleti está virtualmente salvado de descender a los infiernos cosa que no puede decir un Tenerife muy flojo que si tenemos que ceñirnos a lo que han hecho esta tarde en el Calderón me temo que tiene sus días contados en la máxima categoría. Los colchoneros salieron algo más concentrados y con más dosis de tensión de lo que viene siendo habitual en la liga lo que unido a la debilidad del tinerfeños en centro del campo y la cruel fragilidad de su defensa provocó uno de los mejores arranques de los madrileños en lo que va de año. Con Tiago y Camacho merendándose el centro, Jurado intercalando detalles de calidad con sus habituales dosis de esa insolencia que cada soliviantan más al respetable y un fogoso y entregado Salvio que por fin saboreaba la titularidad, el Atleti entrelazaba jugadas de ataque que llegaban con peligro. Duró poco el empate cero cuando a los 10 minutos un nuevo agujero en la defensa que es desaprovechado en primera instancia por la delantera Atlética pero el consiguiente rechace es recogido hábilmente por Salvio para inaugurar el marcador.

A partir de ahí las jugadas de ataque de los locales se sucedieron prácticamente hasta el infinito. Jurado, Agüero, Salvio,... los delanteros colchoneros llegaban con mucha facilidad ante un frágil e impotente Tenerife que estaba sin estar. El segundo podía haber llegado perfectamente después de otra gran jugada por la banda derecha que Jurado remato al larguero pero llegó en el minuto 30, de nuevo en las botas de Salvio, tras otra buena jugada (también por la parte derecha) cuyo pase de la muerte no puede ser rematado por Agüero pero si por el Toto que con listeza de potrero llega para marcar. El de Lanús ha hecho una buena primera parte demostrando inteligencia para llegar al área, olfato goleador, desmarque, pelea,... pero a mí me parece un jugador algo tosco. Sin un desborde importante, ni velocidad, me hacen entrar dudas al respecto del futuro que nos depara. También sobre lo que hemos pagado por él. Es pronto no obstante y desde luego hoy no es el día.

Los canarios trataron de estirarse algo tras el gol pero las llegadas al área de De Gea eran inofensivas y casi siempre mediante remates desde lejos mientras que las contras madrileñas eran prácticamente letales. El marcador hubiese podido ser de escándalo sino fuese por el desacierto goleador del kun, el exceso de conducción de Reyes o la genuina tontería de Jurado.

Pero la segunda parte fue diferente y desgraciadamente mucho más aburrida. El Atleti se relajó física y espiritualmente y volvió a mostrar esa nefasta y necia imagen que desgraciadamente no es tan habitual ya a estas alturas. Romo, plano, seco, espeso, lento,... ya saben. El Atleti de la liga. El Tenerife nunca terminó de creerse sus posibilidades pero ante las facilidades del rival empezó a irse arriba. Los tiros lejanos cada vez eran menos lejanos y el balón empezó a estar más tiempo en los chicos de azul. Mi improvisado amigo chicharrero me decía que el tal Dinei (salió al campo sustituyendo a Juanlu) había sido un engaño, un supuesto delantero que no había metido un gol todavía, pero lo cierto es que le cambió la cara al equipo y al partido aportando verticalidad y velocidad, dos cosas de las que carecían los de la isla. Así que pasó lo que tenía que pasar, el tal Dinei llega al área de buena jugada se la pasa a Román que de fuerte remate bate a De Gea por bajo. Un cuarto de hora de la segunda parte y el miedo en el cuerpo.

Pero el Tenerife seguía escaso de recursos y bastó que el Atleti se centrase un poco en su papel (sin necesidad de volver a lo mostrado al inicio de partido) para que el río no se desbordase. Aun así Quique no se fiaba de lo que veía y decidió sacar a primeras espadas (aunque en franca decadencia) como Simao y Forlán para equilibrar el equipo. De esta manera se cambiaba también el sistema y se condenaba a un exhausto Salvio a la banda, un puesto en el que no había destacado antes con los minutos que le habían dado y que hoy tampoco le ha venido bien. Lo cierto es que la situación se controló y el gol de Agüero (¡por fin!) tras jugada individual típica de la casa ni vino más que a certificar lo que hasta la animosa afición tinerfeña había ya asumido a esas alturas.

Victoria tranquilizante para los de Quique que deja al equipo a prácticamente años luz de la zona noble de la tabla pero que también lo sitúa definitivamente lejos de los puestos de descenso lo que por suerte o por desgracia es una situación inmejorable para encarar un final de temporada con sólo tres partidos importantes y con un poco de suerte dos de ellos finales.

22 señores en calzoncillos



Tenerife 1 - At. Madrid 1

Hay gente que ve pegotes de pintura sobre un lienzo blanco donde otros ven el más sublime de las artes. Hay gente que escucha ruidos inconexos donde otros escuchan música capaz de hacerles llorar. A pesar de que todos sabemos y es fácil de ver que el fútbol puede ser algo maravilloso, elegante y divertido la gente que quiere desprestigiar el fútbol con escaso talento y menor inteligencia recurren a aquello de que no es más que 22 señores en calzoncillos dándole patadas a un balón pero me temo que el partido de hoy en Tenerife les da la razón. Cualquier parecido de estos 90 minutos de estulticia colectiva con el fútbol en cualquiera de sus vertientes es mera coincidencia. El mejor análisis que se puede hacer del triste empate en las islas canarias es ese: 22 jugadores en calzoncillos dándole patadas a un balón.

Y no hay más. Analizar el esperpento que es este el Atlético de Madrid es tan aburrido como estéril. Tan humillante como desolador. Los dos únicos partidos ganados en la historia reciente del Atlético han sido cuando media plantilla estaba lesionada y el ideólogo de Quique estuvo forzado a jugar con un medio centro y dos delanteros (¡¡horror!!). A partir de ahí los sucesivos inventos del fútbol y de la profesión por parte del entrenador/periodista que se sienta hoy en el banquillo, ese apuesto muchacho que tan bien maneja la prensa y tan mal maneja al equipo, para lo único que han servido es para llevarnos a ese espeso y oscuro país de la desidia, la amenaza de descenso y la desfachatez que ya conocíamos. Llamar juego a lo que hace el Atleti es insultar a la palabra juego. Si juegas a defender debilitando lo único que tienes decente (o que tenías) que es la capacidad de hacer gol y a los cinco minutos ya ten han clavado un gol en contra en el enésimo error colectivo de la defensa es que eres malo, eres incoherente o eres gilipollas (elijan ustedes). Hoy Quique, supongo que debido al buen resultado que dio contra el Villarreal, ha vuelto a poner a Forlán de palomero, a Jurado en el ciberespacio y a los tarugos a manejar el equipo y así nos ha ido. Un miserable empate frente a un equipo más bien flojo que además debió ser derrota.

El partido se resume en cuatro fotografías:

1) Minuto dos y medio, balón al área desde una falta vertical para que Alfaro remate con el pie completamente sólo, ponga el balón a un metro de la portería y Nino remate a gol también completamente sólo con un compañero de su equipo palmeándole la espalda también completamente sólo. Recuerden que esos muchachitos que visten de rojiblanco no tienen otra cosas que hacer en la vida más que preparar este partido. Si lo piensan es todavía más doloroso.

2) La única vez que el Atleti llega con cierta velocidad al área contraria (llegar al área contraria con velocidad jugando con Cléber Santana ya debería puntuar) lo hace con una pared (no sé si con Forlán o con un jugador del Tenerife pero me inclino más por la segunda posibilidad) que deja a Jurado dentro del área con el balón para que éste cierre los ojos y tira a empotrar. Gol del Atleti (aunque podía haberse ido a la Gomera).

3) El enésimo intento del Tenerife por acercarse a la portería contraria con más ganas que talento hace que el pobre de Dominguez (lo van a matar en el lateral) de con la mano al balón dentro del área haciendo penalty. Paradón de Asejo que con su acción evita la derrota. Un Asenjo que ha parado unas cuantas en el día de hoy pero un Asenjo que la estupidez congénita del anormal de Pitarch al dejarlo en la posición que lo ha dejado se va a cargar.

4) Un pésimo, lento y bajo de forma Forlán encara la portería una y otra vez y una y otra vez el siguiente jugador más cercano (Jurado casi siempre) está 20 metros por detrás con lo que la jugada tiene que ser eso de “uno contra todos”. Gracias Quique por ese sistema tan valiente que tanto bien nos hace. Este taruguismo que inmuniza a los interiores, aisla al delantero, anula al mediapunta y retrata a nuestros mediocentros.

5) Sinama, uno de los fichajes más estúpidos de una década plagada de fichajes estúpidos, se equivoca por primera vez en la temporada y es capaz de bajar un balón con dignidad y dejárselo franco para quedarse delante del portero. Corría el minuto 90 y el francés tenía la oportunidad de tirar a puerta (lo más lógico) o dar el pase de la muerte a Forlán (lo más fácil) pero el penoso jugador francés decide en ese momento representar una perfecta alegoría del Club Atlético de Madrid con lo que ni tira a puerta ni se la pasa a Forlán, sino que en un cutre-chut portentoso el balón acaba en el único de allí que no se los esperaba, un defensa tinerfeño.

La amenaza de segunda es evidente. Lo es por actitud, lo es por juego, lo es por plantilla, lo es por dirección técnica y deportiva, lo es por compromiso, lo es por el ambiente y lo que es peor, lo es porque estamos a dos puntos de ello.