Mostrando entradas con la etiqueta periodismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta periodismo. Mostrar todas las entradas

domingo, 1 de agosto de 2021

Antártida: 25 días encerrado en el hielo, de Federico Bianchini

 1.

Gonza me la recomendó hace 20 meses, pero necesité un segundo estímulo, la nota que anunciaba que este libro de crónicas estaba por ser llevado al teatro con el propio cronista en escena.

2.

Bianchini (se pronuncia Bianquini) estuvo menos de un mes en la Antártida, en el verano de 2014. Más específicamente, en la isla Shetland del Sur, más específicamente en la base argentina Dr. Alejandro Carlini, la más científica de todas y la única que no lleva el nombre de un milico. Tenía que quedarse una semana, pero hay algo que se llama "la ventana climática", que una vez que estás allá decide si te vas a poder ir o no, y para este cronista parece que fue "no" por unas cuantas semanas. Hay casos peores, incluso lo cuenta él en el libro, pero para Bianchini la demora funcionó como una suerte de hilo conductor de su relato, una excusa para ir hilvanando capítulos que se centran en personas. Una científica que investiga aves, un carpintero que una vez se perdió en una tormenta de nieve, un buzo que se enfrentó a un leopardo marino son algunos de los personajes. La gracia del libro estriba en que Bianchini escribe muy bien, es un gran cronista con bastante experiencia previa, y usa con maestría una estructura tipo cliffhanger: te llevo hasta un momento de vida o muerte y te clavo alto flashback (años atrás, en el continente, se vislumbra el germen del deseo del personaje por viajar a la Antártida, o se recibe un consejo que será decisivo en el presente de la narración). Buen recurso. Y también, claro, en el continente antártico y sus pecualiaridades, aunque está demostrado que las mismas no alcanzan para que un libro/película/serie sea interesante. Una de las imágenes del libro que más me gustan se la cuenta a Bianchini un veterano con muchas campañas antárticas a cuestas: en los noventa, antes de Internet, cuando las condiciones climáticas impedían salir a trabajar y todos los habitantes de la base se tenían que quedar adentro días y días, se reunían alrededor del televisor de la sala común y uno por uno le mostraban a todos los demás los videos caseros que las familias les mandaban por correo. Horas de VHS de los hijos de otros, los tíos, los padres, etc. 

3.

El libro está publicado por Tusquets en una colección dirigida por Leila Guerriero, y en Mar del Plata estaba en mesa de saldo no me explico por qué, en la librería de la peatonal que está al lado de la catedral. Si están por ahí aprovechen.

sábado, 16 de marzo de 2019

Aparecida, de Marta Dillon

1.
Este está buenísimo. No todo el tiempo, por momentos es denso y muy autorreferencial, pero tiene momentos muy brillantes. En especial me gustó el capítulo en el que describe una y otra vez el rollo de Súper 8. 

2.
A la novela la leí en dos partes porque era muy deprimente para una lectura playera (no sé cómo no lo imaginé). Está muy bien escrito y por momentos logra un ritmo de escritura/lectura vertiginoso medio droga muy literario y magistral.

3.
Marta Dillon es una periodista, hija de la abogada desaparecida Marta Taboada, y la novela empieza cuando a la Dillon se le informa que después de 35 años aparecieron (fueron identificados) los huesos (los restos óseos) de su madre muerta. La novela va y vuelve del presente de la narración (los huesos y el duelo y qué hacer con los huesos, pero también el próximo matrimonio "igualitario" de Dillon con su entonces mujer Albertina Carri, y la maternidad de su bebé Furio) al pasado de la infancia como hija en los ochenta, la incertidumbre, la negación, la adolescencia, la búsqueda. Súper autobiográfica, se me hizo un poco pesada la referencia a las amigas con nombre de pila, pero me gustaron mucho los momentos de reflexión, la poesía, el presente continuo como cuando Dillon se despierta en el suelo y entre perras después de una borrachera. Es una gran novela, en fin.

domingo, 22 de abril de 2018

Tribu: sobre vuelta a casa y pertenencia, de Sebastian Junger

1.
El fino arte de escribir reseñas cuatro meses después de terminada la lectura. Lo que podemos decir a favor de esta atrevida modalidad es que lo que te acuerdes del libro cuatro meses después seguro es lo que más te impresionó. En mi caso, la anécdota del terremoto en Chile. Transcribo, página 51:
Las conclusiones de Fritz se confirmaron después de un estudio en la ciudad de Yungay, en el centro de Chile, que fue golpeada por un terremoto y un deslizamiento de rocas devastador el 31 de mayo de 1970. El 90 por ciento de la población de Yungay murió casi instantáneamente, y otras 70.000 personas murieron en la zona -aproximadamente el equivalente a un ataque nuclear en dicha área-. El deslizamiento que sepultó la ciudad ocasionó tanto polvo que los helicópteros no podían tomar tierra, y los supervivientes de Yungay quedaron a su suerte durante días. En este vacío terrorífico, rápidamente surgió un nuevo orden social. "El concepto de propiedad privada individual quedó temporalmente anulado -escribió más tarde el antropólogo Anthony Oliver-Smith en su artículo 'Brotherhood of pain'-. La crisis también tuvo un efecto inmediato de nivelación de estatus en la naciente comunidad de supervivientes que había creado. El sentido de hermandad (...) prevalecía mientras indios y mestizos, clases altas y bajas, todos colaboraban en los esfuerzos colectivos para cubrir las primeras necesidades y sobrevivir".
En cuanto que los vuelos de socorro empezaron a entregar ayudas a la zona, volvieron las divisiones de clase y desapareció el sentido de hermandad. Había llegado el mundo moderno. 
2.
Sebastian Junger es un periodista yanqui, y Tribu es un ensayo periodístico y filosófico sobre las tendencias colectivistas e individualistas innatas en lxs humanxs (lenguaje inclusivo corre por mi cuenta, no por la del autor). Y sí, dije innatas: vieron que hay mucha onda entre los yanquis y el determinismo biológico, tanta onda que hasta hay deterministas progres, como en este caso. Lo que dice Junger es que se comprueba, una y otra vez, que en casos de desastre natural o de guerra se reducen las tasas de enfermedad mental (para afirmar esto cita a Durkheim y también un estudio realizado durante la WW2 en Londres) y que para mucha gente, las experiencias terribles enfrentadas en grupo son luego recordadas con nostalgia (y acá habla mucho de las Guerra de los Balcanes, en la que Junger fue corresponsal de guerra, y de los soldados yanquis en Irak). La idea determinista en el libro es que nosotrxs, lxs humanxs actuales, somos lxs descendientes de lxs homínidxs que se enfrentaron al peligro para sobrevivir, y que ese enfrentar al peligro se transmitió en nuestro ADN y que hoy en día la sociedad nos lleva a todxs a contradecir nuestras tendencias naturales poniéndonos en un lugar donde a más éxito en la vida, más aislamiento individualista (como en la casita en los suburbios del American Dream, con bocha de metros cuadrados para pocos habitantes que casi no se cruzan con nadie, o, como en las torres lujosas donde viven miles de personas que no se conocen entre sí, o como en nuestra vida cotidiana con los celulares y nuestras relaciones patológicas con ellos, etcétera). Hay todo un capítulo sobre el trastorno de estrés postraumático que sufren los veteranos de guerra cuando vuelven a los EEUU: Junger plantea que el estrés se debería no a lo vivido en Irak o Afganistán, sino al regreso a casa, el corte de los lazos "tribales" con se mantenían con los otros soldados de la unidad y el reemplazo de esos lazos por el rechazo que la sociedad en general siente por lo veteranos. Acá  en este capítulo del podcast de Joe Rogan dice Junger que la pregunta es cómo hacemos para tener una conexión comunal íntima que nos aleje de los problemas de salud mental, nos haga sentir significativos y realizados, sin perder los beneficios de la sociedad moderna. El libro está muy bien escrito, cita bocha de data interesante (histórica, sociológica, antropológica et. al.) y te lo lees en un tris.

3.
La conclusión -política- a la que arriba Junger es todo lo zurda que un yanqui logra ser: "La traición definitiva de la tribu no es el actuar competitivamente -eso habría de estimularse-, sino afirmar tu poder excluyendo del grupo a otros (...) [es el caso del] colapso financiero de 2008, cuando los banqueros se jugaron billones de dólares de los contribuyentes en hipotecas abiertamente fraudulentas. (...) Casi 9 millones de personas perdieron sus empleos durante la crisis financiera, 5 millones de familias perdieron sus hogares, y la tasa de desempleo se duplicó hasta alcanzar casi el 10 por ciento". Parece que la cantidad de suicidios durante 2008 y 2009 es igual a la cantidad de muertes de soldados yanquis en Irak y Afganistán.

domingo, 30 de octubre de 2016

Cemento: el semillero del rock, de Nicolás Igarzábal

1.
Así como tengo un blog en el que reseño todo lo que leo, tengo un cuaderno Rivadavia, de tapas verdes y lomo tipo arcoiris, en el que guardo pegadas con Plasticola todas las entradas de recitales de toda mi vida, en orden cronológico. Hubo un momento en que empecé a ir a recitales que no daban entrada, o porque eran más under o porque eran gratis o porque yo entraba gratis, así que no es un documento completo de todas mis presencias debajo y frente a un escenario con una banda encima, pero pega en el palo. Una de las joyas del cuaderno es una entrada de Espacio Cultural Cemento, impresa en colores, que tiene con birome los siguientes datos: $6, 6/6/3, Miranda!. Yo tenía 16. Creo que fue la primera vez que fui a Cemento. También fue la primera vez que vi a Miranda!. El único disco era Es mentira! y Toto de Adicta subió a cantar "Tiempo" o "Casualidad" pero no se sabía la letra.  "Los sigo desde Cemento" es mi frase favorita para decir que conozco algo o a alguien desde antes de la fama. Se aplica a escritorxs, directorxs, lo que quieras.

También tengo una entrada de República Cromañón, que debajo del nombre del boliche reza "El nuevo espacio de Cemento". Es del recital ARDA, por la legalización del faaasooooo. Creo que tocaban Las Manos.

2. 
Cemento, de Nicolás Igarzábal, editado por Gourmet Musical (que también tiene la excelente Historia del baile de Sergio Pujol que algún día debería leer completa) es una reseña histórica, un libro de mini entrevistas, una chismografía (amo) y una investigación periodística exhaustiva sobre el boliche Cemento, los artistas que tocaron o actuaron ahí entre su creación en 1985 y su defunción por prisión de Chabán en 2004. Compuesto por capítulos de dos carillas, principalmente centrados en la experiencia de una banda o recital cada uno, y dividido en tres partes según una periodización en etapas del boliche ("1985-1989, libertinaje bizarro"; "1990-1999, trash & crash", "2000-2010, humo y escómbros"), el libro se lee a las chapas. Es notable la cantidad de entrevistados que consiguió el autor (creo que 125, contádolos a grosso modo), que se suman con los testimonios recogidos de la prensa, y es notable la disparidad de opiniones de los distintos músicos sobre el boliche y sobre Chabán. Para algunos el lugar era mágico, una casa, para otros era turbio, un asco, peligroso. Y lo mismo con Chabán, para unos era un héroe de la escena porteña, para otros era un chanta o un chorro. Y las opiniones no corresponden siempre con lo que uno esperaría en cada caso.

3.
Yo supe ser bersuitero en mis años mozos, pero no los seguí desde Cemento, no me da la edad: mi primer recital de la vida fue Bersuit en Obras el 16 de junio de 2001, la entrada salía $18 y me quise matar viendo desde la popular el pogo en el campo. Siempre tuve un morbo por el Cemento de los '90 que no conocí, los recitales de los Redondos, el estreno del disco Don Leopardo. Este libro alimentó ese morbo. Y también me gustó reconocer momentos de la última etapa del boliche, de los que en algún caso participé como extra. La edición es re linda, me salió 200 pesos, tiene fotos, y varios índices y listas al final como para satisfacer el TOC. Buen libro, recomendado.

martes, 5 de abril de 2016

Iosi, el espía arrepentido, de Miriam Lewin y Horacio Lutzky

1.
Resulta que en los años '80, a alguien en la Policía Federal le pareció que era necesario infiltrar la comunidad judía argentina para descubrir y desbaratar la conspiración por la cual la judería internacional pensaba apropiarse de la Patagonia a través del llamado Plan Andinia. O sea, en fecha tan avanzada como 1985, había gente con poder en la PF que creía en una historia de corte antisemita tan berreta como la del Plan Andinia, tanto como para infiltrar un agente. Esto son hechos reales, y si fuera sólo eso ya sería interesante de por sí. Pero la historia de Iosi, o José Pérez, supuestamente nombre real del infiltrado, no se queda en eso solo. Tiene una serie de giros inesperados. Primero: Iosi sigue infiltrado hasta bien avanzada la década del '90. Estuvo infiltrado tantos años que pasó a ser un miembro activo e importante de la comunidad: fue jefe de Bitajón (seguridad) de Tzavta, el centro comunitario del judaísmo humanista y del movimiento juvenil sionista más a la izquierda del espectro, Hashomer Atzair, y hasta fue miembro en un momento de la mesa de la Organización Sionista Argentina. Incluso se casó con una chica judía. Básicamente, si le creemos (porque ese es el problema principal del libro, la fuente es Iosi y Iosi se pinta como un hombre honesto porque cómo habría de ser de otra manera), se volvió judío. Aparecen en el libro los nombres de varias personas, padres de amigos míos, que en los noventa tenían algún rol en alguna institución comunitaria. Segundo: Iosi cree que su trabajo fue la base del atentado a la AMIA de 1994, y quizás también del de la Embajada de Israel de 1992. Por lo que cuenta, y porque no tiene por qué mentir sobre algo que lo incrimina de ese modo, no me quedan dudas de que así fue. La complicidad de la Policía Federal en el atentado a la AMIA y sobretodo en el encubrimiento posterior (y actual) son tan claras y flagrantes, y están tan impunes, que me da bronca cuando amplios sectores de la sociedad argentina y de la comunidad judía en particular -todos ellos fieles espectadores de la Televisión argentina- ponen el grito en el cielo por una pelotudez tan grande como la del memorándum de entendimiento con Irán. Acá iba a entrar en tema Nisman pero para qué. Lo único que voy a decir sobre Nisman es esto: Iosi intentó que se hiciera pública su historia mucho tiempo, para que la publicidad le sirviera de escudo contra sus enemigos (que, Iosi está seguro, lo piensan matar porque sabe demasiado, como se suele decir). Pero necesitaba que estuvieran dadas ciertas condiciones de seguridad. Finalmente un periodista inescrupuloso filtró la noticia: "hubo un espía infiltrado en la comunidad judía, dice haber sido cómplice del atentado". Y a Iosi no le quedó otra que declarar frente a Nisman, para entrar a las apuradas en el programa de testigos protegidos del Ministerio de Justicia. Nisman no estaba ese día en la fiscalía, y contra reglamento, Iosi declaró frente a dos secretarias y un grabador (en la documentación judicial dice lo contrario). Acto seguido, lo escondieron. Tiempo después, muere Nisman. El libro entonces es una herramienta más de Iosi para tratar de preservar su vida, cuando el hombre que supuestamente lo estaba protegiendo desapareció. Eso también me resulta sumamente interesante, como lector, como consumidor de literatura.

2.
El libro está suficientemente bien escrito, busca crear suspensos propios del género de espías, y tiene una estructura medio Juego de tronos de que en partes distintas la narración se cuenta desde puntos de vista y primera persona de tres personajes distintos: Iosi, Lutzy y Lewin (o sea, el espía y los autores). Garpa especialmente si sos judío y tenés más de veinticinco años: el libro vuelve una y otra vez (en la trama de la infiltración) a lugares y personas que tienen que ver con mi infancia, cuando Iosi estaba entre nosotros (¿lo habré visto alguna vez?). Pero si no también.

lunes, 25 de agosto de 2014

Los crímenes de Moisés Ville: una historia de gauchos y judíos, de Javier Sinay

1.
Cuando llegué a los últimos capítulos el libro me volvió a atrapar, porque por momentos me había estancado en la lectura. Me pareció muy valorable el trabajo de exégesis que hace el autor para descubrir por qué su bisabuelo Mijl Hacohen Sinay, en su artículo "Las primeras víctimas judías en Moisés Ville" había exagerado o distorsionado los hechos de algunos de los crímenes, como ser el del padre de Alberto Gerchunoff o el de la joven María Alexenicer. Amén de las hipótesis que planeta el autor, válidas seguramente, me llamó la atención que no apareciera mencionado el parecido entre la descripción que hace Mijl Hacohen del cuerpo mutilado de la Alexenicer con la descripción del último "trabajo" de Jack el Destripador. Seguramente a mí me apareció tan claro porque acabo de leer From hell de Alan Moore, como pueden ver aquí abajo. No es descabellado pensar en la relación entre un crimen narrado y el otro, siendo Jack, de los destripadores, el más famoso en ese entonces y hasta la fecha.

2.
Fuera de eso, no tengo mucho que agregar a la reseña que hace Alejandro Soifer aquí, reseña con la que estoy a grandes rasgos de acuerdo. Por ejemplo, a mí tampoco me interesó nada la parte de la actualidad, no sólo por el caso del envenenador de perros, una historia sin suspenso, sino también por tener que leer nombres de trabajadores de la Fundación IWO acompañados por adjetivos, por ejemplo. Sí me gustaron las partes del pasado, mientras más ficcionalizadas mejor. Pero como dice Soifer en la conclusión de su reseña, el libro corre el riesgo de interesar sólo a judíos. Por otro lado, hay una serie de datos que para un judío más o menos enterado de los temas que trata Los crímenes de Moisés Ville son cosa sabida, y su exposición ralentiza mucho la lectura.

jueves, 14 de agosto de 2014

Jerusalén: crónicas desde Tierra Santa, de Guy Delisle





1.
Hay una secuencia que me gustó mucho de Jerusalén. El protagonista (que es el autor) descubre que en los territorios ocupados, cerca del barrio palestino de Jerusalén este en el que vive, hay un supermercado gigante. En el supermercado encuentra su cereal canadiense favorito, uno que "no se consigue ni en Francia". Pero cuando lo está por sacar de la góndola, una voz en su conciencia le dice: "Cuando haces compras en los asentamientos, estás apoyando los asentamientos" (se refiere a los asentamientos ilegales que mantiene y amplía Israel en los territorios ocupados a los palestinos). El protagonista decide no comprar. Cuando se está yendo, ve salir del supermercado a un grupo de mujeres palestinas con velo, cargadas con montones de bolsas llenas de productos.

2.
Quizás la secuencia no sea del todo representativa del libro, porque en el balance general Jerusalén es mucho más crítico de la ocupación israelí que en esa página en particular. Es decir que, de las situaciones vividas y luego dibujadas por el canadiense Guy Delisle en su año en Jerusalén como marido de una médica sin fronteras, son más las que muestran lo que significa para los palestinos convivir con los checkpoints, o con los judíos ortodoxos de los asentamientos y su desproporcionada guarda militar, o con la amenaza del desalojo, o incluso con un bombardeo. Pero, igual que le pasa a cualquiera que viva en Israel, no toda la vida pasa por la ocupación, y eso se refleja en la crónica de Delisle. 






































3.
Jerusalén: crónicas desde Tierra Santa es una novela gráfica, por si no quedó claro hasta ahora. En Argentina la publicó Editorial Común, la de Liniers -el dibujante, no el barrio ni le virrey- que mantiene un muy buen catálogo -del cual ya leí y reseñé Ombligo sin fondo, Virus tropical, El Arte: conversaciones imaginarias con mi madre y Fueye-. Jerusalén está muy bueno y es muy divertido y es muy interesante (gracias Ionilaurimati) y es muy recomendable para cualquiera que quiera entender qué pasa en la región sin tener que leer artículos de Le Monde diplomatique (no digo de los diarios porque en los diarios, de Medio Oriente nunca sacás nada en limpio): realmente queda muy claro dónde radica el quid de la cuestión, a mí parecer. Delisle tiene una preocupación por la objetividad -desde la subjetividad, claro, al fin y al cabo es autobiográfica la cosa- que se ve por ejemplo en el final del libro, cuando con la mujer deciden ir a visitar la ciudad de Jebrón -en territorio palestino pero con habitantes tanto palestinos como israelíes- con dos tures opuestos, el de los izquierdistas y el de los derechistas. Doy fe de que la forma en la que retrata el tour derechista no está nada exagerada.

lunes, 28 de julio de 2014

Noticias de los Montoneros: La historia del diario que no pudo anunciar la revolución, de Gabriela Esquivada

1.
Resulta que entre 1973 y 1974 existió en la Argentina un diario en el que trabajaban a un mismo tiempo Rodolfo Walsh, Juan Gelman, Paco Urondo, Horacio Verbitzky, Carlos Ulanovsky, Silvina Walger, Julio Troxler (el fusilado que vive de Operación Masacre, era guardia de seguridad), Miguel Bonasso (era el director), Leopoldo Moreau (escribía sobre educación), Héctor Germán Oesterheld (que publicaba un cómic, La Guerra de los Antartes), Oscar Smoje (diseño), Carlos Bosch (jefe del equipo de fotógrafos) y Martín Caparrós (servía el café). Se llamaba "Noticias sobre todo lo que pasa en el mundo" o Noticias a secas, y era el diario de Montoneros. El objetivo de Montoneros con el diario era crear un medio de comunicación de la organización pero dirigido al público en general, en los años en que Montoneros había salido de la clandestinidad, por lo que buscó tener entre sus filas a periodistas y escritores de distintas extracciones políticas, no sólo peronistas ni necesariamente montoneros. Yo nunca había siquiera escuchado nombrar a Noticias hasta hace poco, cuando con un compañero de laburo entrevistamos a Leopoldo Moreau para un documental sobre otro asunto. Off the record, mi compañero, que había leído este libro, le pregunta a Moreau cómo había sido su experiencia trabajando en Noticias. Moreau responde: "¿Noticias? Yo nunca trabajé en la revista Noticias". No, en la revista no, en el diario de Montoneros, le dice mi compañero. "Aaaaah...", dice Moreau, y responde generalidades. O sea, se trató de escapar por la tangente. Digo yo: ¿es creíble que habiendo trabajando en el diario Noticias de los Montoneros, creyera que le hablaban de la revista Noticias de Fontevecchia? A lo mejor tiene tremendo bloqueo con respecto a la época, vaya uno a saber.

2.
Gabriela Esquivada estructuró la historia del diario dentro y a través de las biografías de quienes formaron parte del proyecto. Los primeros capítulos narran a la vez el surgimiento del diario y la vida y obra y militancia (y muerte o desaparición) de los más conspicuos entre los arriba mencionados, en ocasiones en tándem, en tren de historia comparada: Paco Urondo ("El poeta de la revolución"), Miguel Bonasso y Horacio Verbitzky ("Mi enemigo íntimo", donde empieza comparando a los dos periodistas con Herzog y Kinski), Juan Gelman y Rodolfo Walsh ("Los consagrados")... La estructura es muy eficiente y nutre mucho al libro. Hacia los últimos capítulos, con el mismo sistema, Esquivada se ocupa de Montoneros en general: hay un capítulo sobre la CN (Conducción Nacional o "Los Carolina Natalia"), con entrevistas a Fernando Vaca Narvaja, Mario Firmenich y Roberto Perdía, y otro sobre la militancia juvenil ("Juventud maravillosa"). Para mi gusto, estos capítulos se alejan del objeto del libro, o sea la historia del diario, a pesar de que todos ellos hablen del mismo en un momento y de que los jóvenes a los que se refiere fueran los que habían trabajando en el diario: si bien están impecables en la investigación y la escritura, no era el tema por el que me había interesado leer el libro y me aburrí un poco en esa parte. De todos modos vale aclarar que es un libro sumamente dinámico, está muy bien escrito y la forma en que se pensó el entramado de entrevistas para formar la narración es excelente (la forma en que, por ejemplo, recupera un entrevistado de comienzos del libro para que opine sobre eventos presentados hacia el final, esas cosas).

3.
Un último punto: los efectos del libro en el lector. Qué difícil que es bancar a Perón leyendo sobre su último gobierno. Noticias de los Montoneros es un libro que opera también, como en una subtrama ideológica, desmontando o más bien demoliendo la teoría del cerco, esa teoría según la cual Perón no era malo, no era de derecha, sino que estaba "cercado" por un entorno encabezado por López Rega, que lo confundía y que tomaba todas las decisiones malvadas por él; lo que por ejemplo supone que Perón no sabía de la existencia de la Triple A, o que la desaprobaba; es la teoría que manejaba Montoneros para explicar el rechazo de Perón a "los imberbes" en esos años, pero que se sigue sosteniendo como válida por algunos. Está detrás de algunos argumentos de La novela de Perón, de Tomás Eloy Martínez. O también, en cierta medida, en los libros y clases del historiador más simpático del peronismo, Norberto Galasso, para quien no es que Perón no sabía nada sino que ya no tenía el poder. 

lunes, 16 de junio de 2014

Pecado original: Clarín, los Kirchner y la lucha por el poder, de Graciela Mochkofsky

1.
No soy muy de este tipo de lecturas periodísticas, vió, pero este libro me resultó sumamente entretenido (e interesante). 

2.
Los puntos a favor de Pecado original son dos. En primer lugar, está muy bien escrito. En segundo lugar, la Graciela Mochkofsky no es ni kirchnerista ni anti-kirchnerista, o por lo menos su libro no lo es. Casi todo el tiempo, los hechos hablan por sí solos: de Magnetto, de Ernestina, del Grupo Clarín como tal pero también de Néstor Kirchner y su gobierno. Néstor definitivamente no aparece como un prócer de la patria al estilo Paula de Luque, pero tampoco como un chorro al estilo Lanata: es más bien -en la narración de Mochkosfky- un político, con un objetivo ideológico fuerte, y con el máximo nivel de pragmatismo para lograrlo (pragmatismo que explica la relación Kirchner-Clarín previa a la ruptura). Lo que es MUY OBVIO es que su fuente principal para el período kirchnerista, que siempre aparece mencionada como "un alto funcionario muy cercano a Kirchner y a los medios en ese momento" no es otra que Alberto Fernández.

3.
El libro está estructurado en tres partes. La primera habla del nacimiento del diario, del muy fascista (y luego desarrollista) Roberto Noble, de su única hija, Guadalupe Noble (de quien uno no tiene idea), de cómo aparece Ernestina y cómo la juega para quedarse con todo y excluir a Guadalupe del diario. La segunda parte va desde los '70 hasta la actualidad, y cuenta cómo, de la mano de Héctor Horacio Magnetto, pasó de ser sólo un diario a ser el mayor grupo multimediático de Argentina y uno de los mayores de Latinoamérica: apropiación ilegal de Papel Prensa, presiones al alfonsinismo para la derogación del artículo 45 que impedía a un diario tener canales de radio o televisión, pacto y ruptura con el menemato con privatizaciones de por medio (¿sabía usted que la primera privatización que hizo Menem fue la de Canal 13, regalito para Magnetto con moño y todo? ¿sabía usted que, antes del traspaso, fue el Estado el que vació el canal, de modo de darle el canal limpito de trabajadores sindicalizados a Magnetto, pero que mientras eso sucedía Magnetto ya estaba en control efectivo del canal? No es que me sorprenda, pero yo no lo sabía. Los despedidos fueron 700), la jugada de la Ley Clarín de 2003 (que la termina firmando Néstor...), fusión de Cablevisión y Multicanal (Néstor...). Y luego, ruptura con el kirchnerismo. Lo que postula Graciela Mochkofsky es que todos los presidentes democráticos creyeron que podían tener a Clarín de su lado concediéndole "favores", pero que eso no era así. El ciclo siempre fue igual: los primeros años de cada gobierno Clarín parece apoyar; los últimos, ataca ferozmente: una posición cómoda para surfear el desgaste de cualquier gestión. Lo que pasó con el kirchnerismo fue que Néstor se avivó y en vez de seguir tratando de ganárselos para la causa, los atacó con todo -Fútbol para Todos, Ley de Medios, causa por Papel Prensa...- con lo que inferiríamos que Néstor hizo "lo correcto" (enfrentar a los poderes fácticos) una vez que no podía usar más a los poderes fácticos en su favor. Otro mérito de Mochkofsky es que no termina de condenar o no condenar este accionar o esta sucesión de los eventos: lo deja a tu criterio. En la tercera parte del libro, el tema excluyente es el de Marcela y Felipe Noble Herrera (¡que fueron adoptados siete años después de la muerte del tipo del que llevan el apellido! Esa no la sabía tampoco. Según la ley, Ernestina en tanto viuda les podría haber puesto Herrera Noble de apellido, pero no Noble Herrera... es la menor de las irregularidades del caso, pero me llamó la atención), de cómo fueron adoptados de manera completamente irregular, de cómo surge la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, de cómo surge el Banco Nacional de Datos Genéticos del hospital Durand, las idas y vueltas de la causa... Es también la primera vez que leo a alguien criticando a Estela de Carlotto (por el alejamiento de Alcira Ríos de Abuelas y por la remoción del BNDG de su directora histórica, con quien se había peleado, y quien luego del desplazamiento pasó a actuar como perito de parte de los Noble Herrera). Publicado en 2011, Pecado original termina en un punto de la historia que a la luz de los hechos posteriores parece arbitrario y un poco absurdo (porque por ejemplo, no sigue los avatares de la Ley de Medios en la corte). Sin embargo, en su lógica interna llega a un "final": la resolución (acá también quisiera poner comillas) del caso de Marcela y Felipe Noble Herrera.

3.
Mientras Martín Becerra dice que la parte más floja es la segunda, y la más documentada la tercera, yo (que no escribí un libro sobre Clarín como Becerra hizo) opino que la segunda parte es re divertida y la tercera es un embole total y se va del objetivo del libro, o por lo menos del objetivo planteado en el título. Es que si bien la causa por la sospecha de que los hijos de Ernestina Herrera sean hijos de desaparecidos formó parte del enfrentamiento entre Clarín y el gobierno, el capítulo se ocupa más que nada (en cantidad de páginas) de la evolución en los métodos científicos para comprobar filiación. El capítulo más largo del libro es uno que explica nociones básicas de genética, y que no era necesario para la comprensión del caso. Es más: si no fuera por el estanque que es la tercera parte, el libro llevaría la etiqueta "droga".

miércoles, 25 de julio de 2012

Nuestro Vinicius, de Liana Wenner

1.
Muchos de ustedes deben conocer los dos discos que Vinicius de Moraes (Rio de Janeiro, 1913-1980, diplomático, poeta, cronista, compositor, cantante, borracho, mujeriego, cuatro veces marido, varias veces padre (abandónico), guionista, dramaturgo, amigo de medio mundo, maniaco-depresivo, no necesariamente en ese orden) grabó en Buenos Aires: En la Fusa con María Creuza y Toquinho (1970) y Vinicius + Betanhia + Toquinho - En La Fusa (1971). Lo que probablemente no sepan es la circunstancia de existencia de esos discos. La relación de Vinicius con Buenos Aires en realidad fue mucho menos ocasional y más extensa que lo que dos discos de dos años consecutivos nos harían suponer: el tipo vivió casi diez años (con sus idas y vueltas) por estos lares, primero forzado, autoexiliado tras su expulsión de la diplomacia brasileña por parte de una dictadura militar, después voluntariamente, cuando se casó con una chica argentina varias décadas más joven. En esos años -que llegan prácticamente hasta el momento de su muerte-, su vida, obra y personalidad se inmiscuyeron en la noche cultural porteña (barrionorteña, en realidad). Lo sorprendente de Nuestro Vinicius, que en Brasil se publicó como Vinicius portenho, es que muestra en qué medida el tipo se relacionó con (y presuntamente influyó en) mucha (MUCHA) gente que al día de hoy sigue trabajando en la "industria" cultural de acá (y del Uruguay). Es así, vas leyendo el libro y cada vez que das vuelta la página exclamás (para adentro) "¿¡Este también!?". Gente que tocó con Vinicius, o compartió el escenario, o un programa de TV, o lo fue a ver a La Fusa, o trabajó con él, o vivió con él, o se escabió con él: montones. Desde Pirí Lugones hasta una niña Juana Molina, pasando por Antonio Gasalla o Eduardo Galeano o el topo Gigio. Es un libro muy cholulo en ese sentido.

2.
La relación de Vinicius con Buenos Aires (que se extiende geográficamente a Mar del Plata y Punta del Este) es poco conocida porque, bueno, los brasileños no son propensos a compartir a sus padres de la bossa nova, obviamente. Los discos que grabó en La Fusa (que en realidad fueron grabados en estudio, con público acarreado especialmente entre los conocidos del productor, pero que reproducen el repertorio y "el espíritu" de los espectáculos diarios (!) que daba Vinicius en el boliche de Barrio Norte que se trasladaba a la costa en verano) son poco conocidos y para nada importantes en Brasil. Otro motivo del ninguneo de la etapa porteña es que la propia familia la rechaza: fueron los años en que el tipo estuvo más alejado de sus hijos, además de que acá se casó con una chica de la edad de la hija mayor a la que conocieron cuando ya estaba todo concretado. Hay una muy linda película (la recomiendo mucho) sobre la vida de Vinicius, en la que aparecen todas las superestrellas de la música brasileña (Caetano, María Betanhia, Chico Buarque, Gilberto Gil, y un largo etcétera); fue producida por la hija mayor y dirigida por el ex yerno de Vinicius y omite olímpicamente el período del que estamos hablando. La película es hermosa, repito, y la pueden ver entera en vimeo haciendo clic acá.

3.
El libro de la Wenner está muy bien: sobre todo la investigación. Y está lleno de grandes momentos como éste:
   Una tarde tocaron el timbre en Alem. Toquinho dormía. Como era su costumbre, Vinicius estaba escribiendo en la bañera. Se trataba del productor Ben Molar, que venía con las Trillizas de Oro, la mamá de las Trillizas de Oro, el papá de las Trillizas de Oro, la abuela de las Trillizas de Oro, el tío del las Trillizas de Oro...
   -¡Vinimos para que Vinicius vea cómo las Trillizas cantan "A tonga da mironga do kabuletê"! Necesitamos una guitarra -dijo Ben Molar dirigiéndose a Helena Goñi, como si los estuvieran esperando.
   Helena subió hasta la bañera de Vinicius, que la miraba intrigado. Le contó lo que pasaba.
   -Heleninha, despertalo a Toquinho y decile que venga con la guitarra... -susurró Vinicius sin moverse de la bañera.
   Al rato, por lo menos diez personas se amontonaron en el baño. Las Trillizas de Oro, acompañadas por Toquinho, cantaron la versión que les hizo a medida Ben Molar de "A tonga da mironga do kabuletê", que decía así: "Me gusta la rosa / me gusta el clavel / la vida es hermosa / el mundo también / a tonga da mironga / do kabuleté".
   Cuando se fueron, Vinicius se puso serio. No le hizo gracia la actuación de las Trillizas y dijo:
   -Coitadinho, ¡esas meninas parecen monitos amaestrados!
   Lo único que aquella versión respetaba de la canción eran la música y el estribillo.
Vinicius tomó el nombre de una maldición en un dialecto africano que le enseñó Gesse, que, traducida al español, diría: "Los pelos de la entrepierna de tu madre". La canción, lejos de ser un canto a la alegría de vivir, dice que todo está mal y que sólo se puede salir del pozo maldiciendo: Eu saio da fossa / xingando em nagô
Se nota que logró tener muchas y muy buenas fuentes. También me gustó mucho la estructura narrativa, aunque al ser cronológica a lo mejor el mérito es de la vida del propio Vinicius. El final de su relación con Argentina es increíble a nivel narrativo, aunque sea terrible a nivel real. En marzo de 1976 Vinicius ya no vive de manera permanente en Buenos Aires, aunque sigue viniendo muy seguido, y llega a la ciudad junto con una banda en la que está también Toquinho, para dar un concierto en el Gran Rex. La noche del 27 de marzo, el pianista de la banda, Francisco Tenorio Cerqueira Junior, sale a comprar algo y lo chupan los milicos. Lo mataron en la ESMA unos días después. Según concluye Wenner, lo habrían chupado por su aspecto, portación de cara de hippie. También se sospecha que lo confundieron con otro. Vinicius, que tal vez era un poco ingenuo -lean sino sus poemas- no sólo presenta habeas corpus y acude a la embajada brasileña (donde le dicen que no saben nada, aunque por el Plan Condor años después se supo que sí) sino que además saca una solicitada en el diario. En la puerta del hotel donde pasaron la noche del 27 de marzo hay una placa que lo recuerda. Es en Rodríguez Peña y Corrientes.

4.
Si les gustan los discos de La Fusa, o la obra de Vinicius, el libro va muy bien. Además, es un muy interesante y bien logrado fresco de lo que fue la vida nocturna de (un sector social de) la Buenos Aires de principios de los '70s, donde se podía cantar a Xangó de traje y corbata.




lunes, 2 de mayo de 2011

Operación Masacre, de Rodolfo J. Walsh

1. Es la segunda vez que lo leo. Hace años me lo compró mi papá en una Feria del Libro (tiene que haber sido hace muchos años, onda en la secundaria, me parece que por la misma época leí La Patagonia rebelde), y creo que en ese entonces me gustó (e indignó) la parte de los hechos pero después me confundió y aburrió la del proceso judicial. En esta segunda lectura, ahora que soy un señor y tengo barba y cada vez más pelos en una sección extrañamente específica de la cara anterior de los antebrazos, la parte del proceso judicial ("La evidencia") se me hizó estremecedora.

2. Estoy en el 42, destino Ciudad Universitaria. Es viernes a la noche y yo me encuentro súper sumergido en la lectura de Operación Masacre, mientras el orden aleatorio del Ipod elige por mí la música que debo escuchar. Cuando el bondi se baja por el rulo de River y toma la Lugones yo estoy leyendo el punto 35, "La justicia ciega". Entonces, el Ipod toma una decisión muy atinada y muy bizarra y hace que Hebe de Bonafini me empieza a hablar al oido. Es el track 1 del disco ese por los veinte años de Madres de Plaza de Mayo, el discurso de Hebe con el que abrió el festival. Muchos escalofríos. Es un gran discurso. Y, al margen de la anécdota (estar leyendo Operación Masacre y que se mezcle con eso), escuchándolo hoy en esta época de néstores y cristinas y juicios a los milicos uno se pone re kirchnerista. En el discurso Hebe dice que a las Madres no las representa ningún partido porque todos se cagan en la justicia. Es del '97 o '98. Después vino Néstor y descolgó el cuadro de Videla.

3. ¿Sabías qué? Cuando Rodolfo Walsh escribió Operación Masacre, era antiperonista. Al final de su vida -cuando acorralado se tiroteó con los milicos en Entre Ríos y San Juan- era o había sido Montonero. El tránsito de un punto al otro se ve en los diferentes prólogos y epílogos del libro (1957, 1964, 1969, y la Carta Abierta de 1977) que acompañan la edición de De La Flor.

4. ¿Sabías qué más? Cuando Rodolfo Walsh acordó la edición de Operación Masacre con Ediciones De La Flor, puso como condición que el libro tuviera un precio accesible para siempre, imponiendo una relación entre costo y sueldo de un obrero para que las variaciones del precio a través del tiempo mantuvieran siempre ese sentido. Hoy sale 33 pesos. Fíjense cuánto sale cualquier otro libro.

5. ¿Sabíais qué máis? Operación Masacre es una novela de no ficción cuando Truman Capote todavía ni pensó en A sangre fría. El dulce de leche, la picana, la birome y la no ficción son argentinos.

6. Sinopsis: El periodista Rodolfo Walsh escucha en un bar en 1957 una historia sobre un fusilado que vive. Investiga y descubre los hechos que narra y denuncia en Operación Masacre. La historia es esta: el día del levantamiento peronista contra la Revolución Libertadora, milicos entran a una casa de Vicente López en la que se está esperando para radioescuchar una pelea boxística porque piensan que ahí van a encontrar a un implicado en el levantamiento. No lo encuentran. Se llevan a todo el mundo. Conducen a los detenidos (sin causa alguna) hasta un descampado en José León Suárez y proceden a fusilarlos. Por cosas de la vida, escapan o sobreviven casi la mitad de los fusilados, algunos sólo para vivir más horrores en cárceles y comisarías, los otros para vivir el exilio. Walsh escribe un año después de los fusilamientos, mientras todavía están sucediendo los corolarios de esa noche. Publica el texto por partes en una revista y más tarde en forma de libro, mientras colabora con los sobrevivientes para intentar que se haga justicia. La justicia nunca llega. Veinte años después la Argentina comienza a sufrir ese cáncer que se llamó Proceso de Reorganización Nacional. Los hechos narrados en Operación Masacre habrían quizás dejado de parecer tan horrorosos a la luz de los nuevos hechos, o de la reiteración de hechos similares, si no fuera porque la denuncia de éstos fusilamientos ilegales fue perpetuada en el inmenso libro que es Operación Masacre por Rodolfo Walsh.

miércoles, 5 de enero de 2011

El mundo como supermercado, de Michel Houellebecq



1.
Sabrá tu novia que leemos Houellebecq
que dejaste mis llaves en el auto de ella
Sabrá tu novia que leemos Houellebecq
con quién estabas la vez que te llamábamos

2.
Houellebecq Houellebecq Houellebecq
Houellebecq Houellebecq Houellebecq

3.
El mundo como supermercado compila artículos publicados en revistas, entrevistas que le hicieron y también algo de poesía que el muchacho escribió para una performance de otro chabón, y alguna cosa más. Hace poco mi papá leyó Las partículas elementales y me decía que disfrutó mucho leyéndolo, cada vez que se sentaba a leer. A mí me pasa lo mismo con Michu. Es que escribe muy bien. Al final de cada párrafo tengo ganas de soplar una cornetita de cumpleaños, aunque el tipo esté diciendo que todos vamos a morir impotentes mientras enormes estructuras de concreto se yerguen sobre la faz de la tierra. En El mundo como supermercado lo más disfrutable es la prosa, sobretodo cuando el tema del que trata es muy ajeno a uno.

4.
Vale la pena aclarar, dado que este libro ahora salió con la colección de Página 12, que no es un buen libro para que sea el primero que leés de Houellebecq. Más bien hay que leerlo después de ya ser fan, me parece. Para formar parte del club de fans de Houllebecq en Argentina podés escribirme a lamujerqueamaelprotagonista@siempremuere.com

sábado, 6 de noviembre de 2010

Visitando a Mrs. Nabokov y otras excursiones, de Martin Amis

1. Compilado de artículos de Amis publicados en revistas como Esquire y Vogue a lo largo de la década del '80. Algunos son interesantes, otros son un embole, y otros simplemente han perdido toda actualidad al punto de que quedan como curiosidades históricas (como el que habla de los peligros de la bomba atómica en el marco de la Guerra Fría).

2. Hay uno sobre un torneo de tennis femenino en Miami, que es entretenido, y en el que uno de los personajes es Gabriela Sabatini (me dejó su agua, la que tiene bajo sodio) que juega la final con Steffi Graf.

3. El mejor es uno sobre un partido de ajedrez que dura como seis meses en el que juegan Kazparov contra Karpov.

4. Están buenos los de entrevistas a escritores. Además del de la señora de Nabokov, hay uno de John Updike, uno de Ballard y uno de Graham Green.

5. El libro está bien. Sin embargo nunca se lo voy a recomendar a nadie. Fin.

martes, 28 de septiembre de 2010

Néstor Kirchner: un muchacho peronista y la oportunidad del poder, de Valeria Garrone y Laura Rocha



1. Acabo de terminar de leer este libro que estuve llevando al baño para hacer caca, unas veces más concreta, otras veces más abstracta. Es un libro que tomé prestado de la casa del hermano de mi amigo Paco, el que trabaja en una librería. El verdadero chiste del libro, muy muy gracioso (conceptualmente), es que es del 2003. Cuenta los primeros 100 días del gobierno de Néstor. Es decir, ¡el libro no sabe nada! No sabe que Cris es presi presi, para empezar. Piensa que Alberto Fernández es el más kirchnerista (bueno, parece que así era). Duhalde es amigo. Zaffaroni es medio anti-kircherista. Lavagna es ministro de economía. Con Scioli está todo mal, es el vicepresidente rebelde (de Cobos ni noticia). Bueno, todo eso es gracioso. Es un plato.

2. Las que lo escribieron son dos señoritas periodistas que antes hicieron uno sobre la gordi Carrió (Yo soy esta), también editado por Planeta, y no sé qué habrán hecho después. Como investigadoras están bien, qué se yo, por lo menos hay un apartado con las fuentes al final del libro, en el que detallan quién les contó cada cosa. Ahora, como redactoras dejan mucho que desear. Hay más de una información y más de una anécdota que aparece por duplicado a lo largo del texto, como si hubieran construido cada capítulo por separado de la totalidad. O sea, no está bien escrito. Se puede leer, de todos modos.

3. Resulta, eso sí, todo muy informativo. Los capítulos sobre la niñez/juventud del compañero Néstor, su desempeño en la militancia universitaria, son interesantes. También está bueno un capítulo en el que desglosan todo el plantel de ministros y afines uno por uno, como un mini perfil de cada uno de ellos (de Vido, Parrilli, Acevedo, Alicia, Aníbal, Bielsa, Filmus, ¡Gustavo Béliz!, entre otros). Así uno se entera quiénes están con los Kirchner desde Santa Cruz, quiénes aparecieron después. Es interesante. También es interesante un capítulo en el que se habla mucho de la labor parlamentaria de Cris. Imperdible la anécdota de cuando Cris y Carrió encabezaron juntas una comisión en el Senado y se terminaron peleando (obvio). También es imperdible la anécdota del programa de televisión que condujeron juntos el hijoeputa de Mariano Grondona y CFK desde el Glaciar Perito Moreno, como parte de la campaña de los K para conseguir no me acuerdó qué ley que Menen se negaba a aprobar. Me aburrió bastante la parte del gobierno en Santa Cruz. El último capítulo que habla de cosas que pasaron en los primeros cien días de Néstor, está más entretenido.

4.
Cristina comenzó el entredicho:
-Necesito leerlo antes de firmar -objetó.
-No hay tiempo para eso -dijo la chaqueña.
-No te pido más que el fin de semana y después hablamos -insistió Cristina.
-¿Estás loca? No. Si yo soy la pelotuda que se queda toda la noche trabajando para que vos me vengas a pedir esto -le gritó Carrió.
-¿Quién mierda te creés que sos? ¿Qué pensás que somos, cadetes tuyos?
-Sos una traidora hija de puta.

(...)

Para colmo eran la antítesis en el cuidado personal. Cristina siempre impecable, maquillada y perfumada; mientras que Lilita día a día se vestía peor y su cuidado y aseo personal iban quedando de lado.

viernes, 5 de febrero de 2010

Patriotas : Héroes y hechos penosos de la política argentina, de Juan José Becerra

1. Me da re paja re escribir esta re seña así que la hago re corta. Este libro es lindo y salió en el verano para que los progresistas lo leyéramos en la playa. Yo, sin embargo, lo leí haciendo caca, viajando en bondi y tomándome una birra, en ese orden y en muy poco tiempo. Becerra es un periodista. El libro analiza crítica e irónicamente a algunos de los nuevos personajes de la argentina neo conservadora: hay un capítulo acerca del rabino Sergio Bergman, uno sobre monseñor Aguad, uno sobre De Narváez (muy gracioso), uno sobre el gaucho trucho este de la Federación Agraria, y uno muy bueno sobre Aguinis y su libro caca Pobre patria mía. Después hay un par sobre el conflicto con el campo y sobre el mundo sojero y cómo funciona el negocio de la soja que son interesantes, y en uno de ellos además hace un análisis de los libros El juguete rabioso de Arlt y Don Segundo Sombra de Güiraldes para relacionarlos con las ideas sobre el campo y la ciudad en la Argentina nuestra de cada día amén. Se destaca el hecho de que a pesar de ser muy anti opositores, el libro no deja de criticar de manera bastante dura al kirchnerismo (sobre todo por los errores boludísimos que cometieron con la 125). That's all folks!

lunes, 26 de enero de 2009

El otro de Hernán López Echagüe

1. "El otro: una biografía política de Eduardo Duhalde" es el título completo. Es un libro del '96, y por lo tanto le falta un pedazo importante de vida de Duhalde, que seguramente sería muy interesante leer (por ejemplo perdió las elecciones del '99 y por ejemplo fue presidente en el 2002-03). En el '96 fue el libro más vendido del año. Duhalde salió a decir que le iba a hacer un juicio a López Echagüe, a lo que el tipo le contestó que todo bien, que tenía todo documentado, y al final Duhalde no mandó ni una carta documento.

2. Buena lectura para el baño. A mí personalmente me pasa con estos libros de investigación periodística (es el segundo que leo, el otro fue el de Galimberti) que no puedo retener los nombres de todos los mencionados, así que se me vuelve lectura pasatista. Está bien escrito este.

3. Duhalde es muy peligroso. Y feo.